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EXCAVACIONES EN EL TEMPLO ANTIGUO DE GHAVIN (SECTOR R)s INFORME DE LA SEXTA CAMPAfla Iuis Guillermo Lumbreras Entre 1966 y 1972 condujimos un programa de investigaciones en el sitio de Chavin de Hudntar, mediante campafias de 1 a 3 meges al aio, Nuestro trabajo, hecho en conexién con el Museo de Arqueclogfa y Htnolo- gfa de la Universidad de San Marcos de Lima, contd con el apoyo finan— ciero de la Corporacién Peruana del Santa hasta 1970 y luego de CRYRZA (comisién para la Reconstruccién y la Restauracién de la Zona Afectada por el Sismo del 31-V-70) en 1972. Durante todos estos aifos mestro trabajo estuvo limitado a excavaciones en el sector llamado "Atrio del Lanzén", que nosotros sepa~ ramos con la letra R dentro del sitio, y que corresponde a un espacio guadrangular encerrado por tres Iadog por el frontispicio y los brazog laterales del Templo Antiguo de Chavin (fig. 1). Paralelamente, Hernin Amat realizé excavaciones durante los mismos affos en otros sectores de Chav{n con un distinto programa y un diferente planteamiento metodolé- gico (lumbreras, 1974, p. 37). Eventualmente hizo también excavaciones en el atrio entre 1966 y 1968. Este es un informe sobre los principales hallazgos de nuestra sexta campafla, realizada entre el 20 de setiembre y el 31 de Diciembre de 1972. Bn esta campafia participaron: Félix Caycho guispe como Jefe adjunto de Campos Rosa Mendoza Fernandez, Marcela Rfos R. y Abelardo Sandoval Millones como arquedlogos adjuntos y Marfa Mendoza Fernandez, Marfa G, Comini, Flfas Mujica B. y luis Watanabe M. como asistentes-practicantes, ‘Temporalmente se contS con la ayuda del Sr. Marino Gonzales Moreno, especialmente en tareas de consolidacién de elementos arquitecténicos. Desde que iniciamos nuestros trabajos, hemos venido informando paroialmente de los hallazgos (Iumbreras, 19673'19703 1971a5 1973s 19745 Inmbreras y Amat Olazdbal, 1969). Hn la campafia de 1966-1967 se comenzd con la limpieza de la capa superficial del atric, pero el aspecto mds destacado fus 1a excavaeién de la llamada "Galerfa de las Ofrenias", donde pudimos recuperar un nymeroso lote de bellos objetos depositados como ofrendas en tomo al eréneo de una mujer (Reichlen, 1974) y que han pemitido definir una etapa importante de la cenémica Chavin, que henos venido identificando con el nombre de Ofrendas. Por su parte, en esas misnas canpafias (Lumbreras y Amat Olazabal, 1969) Henn Amat excavd la "Galerfa de las Rocas" que dié un otro lote de cergmica diferente al de Ofzendas y que inicialmente consideramos cono el mds antiguo, Bn las campaflas de los afios 1968, 1969 y 1970 muestro trabajo se conereté a 1a excavacién de las capgs de ocupagién post-Chavin (A, By Cy D) en varios sectors del atric y sélo en los Wltimos dfas de 1a quin— ‘ta campafia (1970) 1legamos a la capa H, primera y tinica capa con cerdaica de estilo Chavin, Ia sexta canpafla, en cambio, nos permitié encontrar, en la base de muestyas excavaciones, un edificio de la época Chavin con 2 una serie de elementos ascciados, que agregan importantes elementos para el ordenamiento cronolégico de la cerémica y 1f{tica de Chav{n y para la comprensién de otros aspectos del sitio y 1a cultura Chavin, algunos de ‘los cuales ya han sido informados (Lumbreras, 1974; Lumbreras, Gonzdlez y Idetaer, 1976), El Viejo Templo de Chav{n A partir de las observaciones de Tello sobre la arquitectura de Chavfn, se ha podido couprobar que los. tenplos fueron construidos en distintas épocas; Tello dice (1960, p. 121): Después de haber examinado una seccién considerable de esta galerfa cl autor quedé convencido de que un edificio ag granito se hallaba como afosado a otro de apariencia is areaica, que no podrfa ser otro que el edificio del centro, Este observacién qued$ confirmada con el descom bramiento del cono de deyeceién al pie de la escalinata, cuando allf, a dos metros al N. de los escalones, se des~ cubrid la unién de dos estructuras. Esta unién aparece también en la fachada occidental y es la misma que se ob~ serva en el interior de la Galerfa I, Por consiguiente, existe en el edificio A una superposicién de estructura my antigua, que corresponde a dos o més perfedoa de la historia del monumento. Posteriormente, John H. Rowe en 1962 amplié considerablemente esta deduc— cién reconstruyendo formalmente la cronologfa de las estructuras de Chavfn pero sobre todo asocidndolas con las piedras grabadas y esculpi- @as de estilo Chavfn, lo que dié en verdad la primera formlacién crono— légica de Chavin de valor arqueolégico (Rowe, 1973, p. 253). Por el momento, se distinguen dos grandes perfodos, antiguo y tardfo, aunque existe la evidencia de que entre ambos hay un edificio (ampliacién del Reape Antiguo) y al menos un otro que seguramente es posterior al tarifo. Wuestro trabajo toca con el Templo Antiguo y posiblemente con el perfodo de su ampliacién, Bien poco se ve ahora del viejo templo de Chavfin, Est& consti~ tuido por un edificio en forma de hexraje o "U", con la parte abierta hacia el oriente, exactamente dando frente a la salida del sol y eviden~ temente construido a partir de una orientacién de base astronémica my precisa, pues su eJe E-W coincide con bastante exactitud con el punto de salida del sol durante el solsticio de verano. Est& pues constituldo el edificio por cuatro elementos: dos brazos laterales (norte y sur), un cuerpo o plataforna central al oeste y.en medio de los tres un espacio abierto al que estamos Ianando "el atrio" y que ha sido durante todos estos afios el objeto de mestro 7 trabajo, afin ne concluido (fig. 1). Las tres plataformas que rodean al atrio tienen unos 12 m, de altura sobre el piso de este espacio abierto, el que, a su vez tiene un rea casi cuadrangular de 40 m, de lado, A las plataformas laterales les Memarenos "brazos" septentrional y meridional y a la plataforma cceidental le llanarenos "querpo central"; todos ellos, incluido el at- rio, eatén Lenos de galerfas o pasajes subterrSneos, de oscalinatas y terrazas. Todo fué construido sobre un lecho de roca que esta por lo menos a 2m, bajo el nivel mds bajo del atrio que hasta hoy conocemos, El edificio esté organizado a partir de terrazas que se superponen unas a otras, las cuales fueron construidas a base de rellenos de piedras y arro, rellenos que ¢ su vez eran estabilizados mediante la habilitacién de muros de contencién (figs. 5-6). Gracias a esta técnica, dejando sin relleno algunos espacios entre muros de contencién, se pudieron lograr los pasajes interiores, conocidos como "galerfas" (fig. 6), cuidando que Jas caras de las piedras que daban a los pasajes fueron regulares y am labradas y poniendo sobre los pasajes piedras largas, a manera de vigas, que formaban los techos. De este modo, las plataformas y el atrio esta~ ban cruzados, en distintas direcciones y a varios niveles por tales gale- fas, La caracterfstica de ellas, por cierto, es que tenfan un ancho casi nunca mayor que 1,1 m. y, mds bien, eran largas y con varios cruces perpendiculares que formaban dngulos de gran utilidad estructural para tal régimen constructivo, Este sistema de relleno permitié edificar estas mismas moles con un aspecto macizo de gran solidez, el cual se ratificaba con el as~ pecto de los paramentos exteriores, constituidos por grandes bloques de Piedra tallada "engastados" en el relleno y unidos a el con un simple mortero de barro arcilloso, Estos paramentos estan, en realidad, con— struidos como si fuesen el sostén principal de todo este inmenso relleno, con piedras que Llegan a pesar varias toneladas. Mn lag partes que por alguna causa estuvieron cubiertas por estuco no se cuidé mucho de su pu~ Limento exterior, pero en cambio las secciones seguranente expuestas eran hechas con finfsimas lozas my bien talladas, pulidas y generalmen- te de arenisca blanquecina, como mmoles. Las pledras estaban ligadas con barnes pero pera asegurar mejor 1a unién entre ellas, o por razones estéticas, se ponfan entre bloque y bloque unas piedras mis pequeflas y alargadas a las que los albaiiiles ahora conocen con el nombre de "pachilla". Como detalle importante se debe sefialar que estos gigantescos adoquines estaban dispuestos en hiladas "en soga" y ordenados dentro de un réginen de alternancia de distinto espesor de las hiladas: dos del- gadas y una gruesa on los paramentos finos y una delgada y una gruesa en ‘os paramentos menos elaborados, Estos tiltimos casi siempre son de la ase del Templo Antiguo. El atrio es una plataforma que debié estar sobre una terraza de nds de dos metros de profundidad hacia el este y a la que debié conec- tarse mediante una escalinata que afin permanece sin ser conocida, Sobre esta plataforma o terraza mde baja se han construido dos plataformas del ‘Templo Nuevo. El cuerpo central que est& construido al occidente del atrio y se eleva unos 10 m, sobre la parte mds alta del mismo, tiene el frontis : casi totalnente destrufdos unas dos terceras partes del paramento se de~ rrumbaron y 1a reconstruceién de tal evento ha sido uno de los aspectos més fascinantes de nuestro trabajo. Dicho derrumbe se encuentra cebeten- do 1a ya mentada capa H, formando parte de una capa que lanamos "G", que nos pemnite, como se dice més adelante, proponer una fecha para fal” evento y proponer tanbiégn una serie de hipdtesis en tomo a las implican~ ctas histéricas del mismo, Es evidente que el paramento frontal del viejo templo se cayé en un momento dado ya sea,cono consecuencia de un catacliamo o como resultado de alguna alteracién en el equilibrio inter no del edificio por causas que pueden tener explicacién a partir de la mecfnica de fuerzas a la que estaba sometida 1a construccién, Al caerse 1a parte frontal, que como ya hemos dicho mira al oriente, quedé al descubierto una escalinata central que sube desde el atrio hasta la parte superior de la plataforma y que estuvo ligada—con seguridad—a pasajes 0 Balerfas que cayeron junto con el paramento; de estas fitimas sélo quedan algunos indicios y la escalinate central, que fué también una "galerfa", fué descubierte en 1968 y excavada a partir de entonces hasta 1972 cuando se coneluyé con su estudio, Bn realidad, todo el cuerpo central esté lieno de estos curio~ sos pasadizos, algunos de los cuales ya se conocen mientras que de otros - slo existen indicaciones de su existencia pero atin no han sido explora dos. En nuestra quinta campafia (1970) ubicamos un ducto de ventilacién a un conjunto de galerfas del cuerpo central que aén no henos podido explorar. Uno de estos pasadizos es ol mis importantes tiene una forma de cruz y en el centro mismo del crucero aloja al {dolo de piedra mis importante de Chavfn que es conocido con el nombre de "Lanzén" por la forma que adopta, aunque evidentemente dicha forma no representa ninguna lanza 0 instrumento parecido, Esta Galerfa del Lanzén tiene el eje mag largo hacia donde mira la divinidad grabada en el monolito, en direccién Wl, siguiento el patrén astronéaico del templo en su conjunto, El mono— Lito tiene algo nds de 4m, de altura y he gido ya varias veces descritos John H. Rowe (1973) lo asigna a la primera época, que é1 llama 4B, de Jas piedras grabaias y esculpidas de Chavfn, en directa asociacién con el Templo Antiguo, Si bien es claro que la Galerfa del Langén sirvié para alojar al {dolo, todavfa sabemos muy poco sobre la funcién que sirvieron los demas pasajes del templo, aungue nuestras investigaciones nos permiten proponer algunas hipétesis explicativas (Iumbreras, Gonzdlez y Lietaer, 1976s lumbreras y Anat Olezdval, 1969), Naturalmente que esto incluye @ los pasajes, ductos y canales que existen también en log brazos laterales y en el atrio. El Atrio del Templo Antiguo Nuestra rea de trabajo en 1966 estaba cubierta totalmente por una gruesa capa color siena que procedfa del aluvién que arrazé Chavin en enero de 1945. En el brazo norte del templo estuvo una capilla que Julio C, Tello habfa convertido en miseo de sitio, que fué arrazada_to- talmente por dicho aluviéns igual cosa debié ocurrir con unos pequefios xecintos que eran coupados por campesinos de la zona y que eataban encima del atrio mismo. ello (1960, pp. 76-78) da una descripcién aproximada del estado en que esta seccién estaba antes del aluvién de 19453 habfan alif campos de cultivo cercados, Arboles, chozas y chiqueros. Se habfan habilitado ingresos a las galerfas m&s importantess el talud era pues poco pronunciado aun cerca de los muros de las plataformas, de los cuales se vefan apenas algunos indicios. El aluvién eliminé todas las irregularidades del terzeno pero hizo el talud, al parecer, m4s promunciados dejando, aden’s, mis mani- fiestos los bordes paramentales de los brazos sur y norte del templo, A partir de 1946, pero sobre todo a partir de 1956, hasta poco tiempo antes del inicio de nuestro programa de excavaciones en 1966, Marino Gonzales hizo varias excavaciones en el atric, especialmente con el objeto de definir los paranentos de los brazos laterales del templo y con el de consolidar estructuras como la Galerfa del Lenzén, Al parecer, en 1963 practicé un corte en forma de trinchera en el centro del paramen~ to del brazo meridional con el fin de ubicar la entrada a la lemada "Galerfa de las Escalinatas" (fig. 43 Iumbreras y Amat Olazdbal, 1969, p. 152), descubriendo un basural muy importante con cerdmica del perfodo que Tello lamarfa "Huaylas". En ese corte era posible observar una Dien definida estratificacién de casas con restos de cerfmica, huesos otros instrumentos de una lange secuencia post-Chayfn, Este fué, ademas, el corte que nos sirvié de gufa en el inicio de nuestros trabajos en el atrio. Otra excavacién de érea considerable fué practicada por Gonzales en el dngulo NE del atrio (véase figs. 4, 6), que hizo con el objeto de construir el Campamento de adobe que ain se encuentra en este lugar. Para hacer este edificio hubo de "desmontar" toda esta drea, donde tanbién quedaron a la vista los cortes practicados en basura Huaylas de hasta 3m. de espesor. Al lado iniciamos nuestros primeros cortes, siguiendo los estratos visibles. Como parte de esta migma tarea de construccién del Campanento, Gonzales logré ubicar dos galerfas sub— terréneas, aledafias al citado edificios mis tarde las bautizamos como "Galerfa del Campanento" y "Galerfa de las Ofrenias" (fig 43 lumbreras y Amat Olazébal, 1969, pp. 165, 160-162, y Plano III). Nuestras excavaciones se iniciaron con un trazado en drea, en cuadradas de 10 m, de lado, cada una de las cuales fué excavada en el nivel superior correspondiente a la capa de aluvién de 1945 parcialmente mezclada con restos de lo que seguramente fué la superficie antes del aluvién, Nuestros hallazgos incluyeron restos de una chancherfa, en el lugar descrito por Tello, y restos de sandalias y otros implementos de uso contemporaneo, mezclados con ceramica, piedras y otros elementos an- tiguos. En este nivel, si bien se cuidé de hacer las excavaciones por unidades menores, en algunos sectores hasta de 1 m#, las unidades de &rea consideradas eran de 9.5 por 9.5 m, con "bordos" intermedios de 1 m. de ancho, que sirvieron hasta la “iltima campafia para fines de testimonio estratigréfico y sobre todo para el transporte y remocién de los nateriales, Posteriomente, las excavactones se limttaron al aboniaje de ‘una u otra unidad espec{fica, utilizando como unidad de drea las unida— des arquitecténicas (casas, patios, terrasse) y como referercia,de nivel las capas estratificadas, por sectozes, Eh los canos en que fus necena~ rio, especialmente a partir de la capa G, le uiidad de drea fué de 1 ne y_se excavé las capas dividténdolas en niveles. El regigtro de los ha~ Mazgos ée elenentos no commes, con excepeién de la cerinica fragnenta~ da y los huesos quebrados, se hizo con control tridimensional y registro individual. Bxcavaciones de 1972 y Hstratigratfa Ia sexta campafia, junto con la de 1966, fué con seguridad la nds importante de todas en’ 1a medida en que gracias a los hellazgos de esta temporada pudinos obtener lag més valiosae ascciaciones para el estudio del perfodo Chavin, En témrinos generales, se pueden resumir estos hallazgos en: A, Betablecimento de una capa (Bi) estratificada, en 1a base de nuestrag excavaciones, cuyo contenido representa la fltima ocupacién del atrio antes del derrumbe del frontis de la plataforma central. B. Descubrimiento in situ de un mmeroso grupo de estelas 1f{ticas con indgenes antropomorfas y zoonorfas, asociadas a una plaza hundida circular en el centro del atrio y en directa relacién con el Templo Antiguo en su conjunto, , Determinacién de las caracter{sticas arquitecténicas del atrio y de la plaza ciroular y su relaotén con las gale subternéneas, D. Ubicacién de un grupo de cabezas-clava asociadas al relleno (R) y les capes F y 6 ouya unidad eotilfntica y eu ubicacién pemi- Yen identificarlo como una fage de este tipo de escultura. E. Excavacién de la Galerfa de las Caracolas en el lado sur del atrio con ofrendas de Stroubug y Mytilus, Todo este conjunto de asociaciones, ademds, nos ha permitido establecer una fomal secuencia de al menos tres perfodos nayores de Chavin, con cambios en la cerémica, la arquitectura, la 1{tica y otros aspectos de la cultura, %h la canpafia de 1972 le mayor parte del trabajo estuvo organi— zado en torno a 1a exeavacién de las capas y H y el relleno asociado @ ellas, aunque en algunos sectores, especialmente hacia el sur, se excavd también capas superiores, incluyendo la excavacién de algunos bordos desde la capa superficial. os referimos brevenente a estas capas, aun cuando ya nos hemos ocupado de ellas (Lumbreres, 1974), las capas AY B Tas capas A y B corresponden a 1a f1tima ocupactén del sitio, encontréndose en A wa nivel con restos del aluvién de 1945 y restos de nuestro tiempo, yarios de ellos intrusivos en niveles de data prehispani~ ca. En asociacién con estas capas A-B se encontraron los restos de un pueblo construide sobre terrazas que siguen en cierto modo los desnive- les del atrio, con las més altas hacia el sur-ceste-norte, pegadas a un talud formado por las plataformas del templo y las mAs bajas hacia el centro y especialmente hacia el este. El conjunto del pueblo formaba pues una especie de hemiciclo abierto hacia el oriente y con las casas nds elegantes en las terrazas ns altas. Es probable que e2 pueblo si- guiera por encima de las plataformas, pero el aluvidn se llevé cualquier evidencia al respecto, Hay cinco terrazas en el pueblo y algo ms de 33 viviendas excavadas, Cada unidad de vivienda esté integrada por un cuar to, una suerte de pequefio granero (7) y un patios la comumicacién de casa a casa se hacla a través de las terrazas a nivel y mediante rampas pequefias o demniveles menores, las construcciones son my nisticas, hechas con piedra de campo y barro y de forma irregular, determinada generalmente por 1a forma del terreno, ™% la mayor parte de los casos los muros no pasaban de 1m, de altura, pero por algunos cuartos bastan- te bien conservados se sabe que 1a altura de los muros era superior a los 2m. Las capas C, Dy E las capas C, D y E contienen restos también de casas del mismo ‘tipo que las de A-B y la mayor parte de ellas en los mismos sitios e igual planta, de donde resulta que algunos muros de casas A~B son prolon— gaciones o rehabilitaciones de casas C, y a veces aun D, luego de haber Sido rellenados los espacios irregulares con depSsitos de dasurao derrun bes. En estas capas las variaciones mds significativas estén no tanto en la alteracién de los edificios como en los cambios en la cerdmica y otros aspectoss en la capa D es dominante el estilo Mariash, que es wna cornica hecha a base de caol{n, las capas A-D pertenecen a 1a cultura que hemos llamado "Callején", emparentada con Recuay del Callején de Ruaylas y con Higueras d¢ Hudnuco. Las capas B, FG las capas E, F y G contienen los restos de la cultura Huards, cuya cerdmica se caracteriza por un tratamiento decorativo Blanco sobre Rojo. W. Bennett (1944, p. 37, fig. 12) pregenta buenos ejemplos de la cerémica de este perfodo, procedente de Ruards. Presenta también algu- nos objetos del tipo Callején (Bennett, 1944, figs. 15B, 17D-H, 18%, J, 268-0) y otros del tipo Mariash, asociado especialmente a les capas Dy E (Bemett, 1944, figs. 154-8, 150-D, 17A-C, 31Q). Huards es la primera ocupacién post—Chavfn del sitio y la exca~ vacién de las capas F y G nos permitid reconstruir las condiciones y el momento en que ella se produjo. La capa G se asienta sobre el derrunbe Gel templo, es decir sobre una superficie irregular, constituida por grandes pledras, tierra y piedras menores cafdas del frontis del templo Ghavin (ver fig. 2), capa de derrumbe especialmente gruesa e irregular cerca del frontis del Templo Antiguo practicamente inexistente en la sec— cién oriental del atrio (fig, 3). Muchas de las grietas producidas entre piedras grandes fueron mantenidas y usadas para enterrar a sus muertos, otras fueron rellenadas con piedras sueltas; la parte oceidental del templo, con gran desnivel, fué terraceada logrando hasta dos niveles y puede ser que la Escalinata Central fuera habilitada al quedar descu- bierta permitiendo el acceso a la parte alta del cuerpo central del Tex~ plo Antiguo. Una de las terrazas cubrié los escalones mis bajos, que tenfan a su vez piedras de derrumbe (fig. 5). Sobre las terrazas, irre- galares en su contorno aunque ligeramente hemicfelicas, se construyeron cuartos mas regulares que los del perfodo Callején (capas A-D) por su tendencia rectangular, pero de todos modos de planta irregular. Al parecer, el centro del atrio, donde estaba una plaza hundi~ da ciroular, fué poco afectado por el derrumbe, que apenas llegd a una parte del lado occidental y con menor violencia y elementos de menos vo- lumen, por lo cual la plaza quedS como un iugar plano que fué utilizado al principio en su forma original, pero cubriendo, con un muro de pied~ ras de campo y barro, la parte visible del muro interior de la plaza, que ya desde eae tiempo carecfa de la mayor parte de sus lozas talladas, especialmente de aquellas con imdgenes en bajo relieve que debieron ser extrafdas quizd para ser usadas en otra construccién, Dentro de este an~ Diente casi circular, los ocupantes de la capa G hicieron casas también dejando hacia el sudeste un sector libre, a manera de plaza, que se man~ tuvo en este estado y condicién hasta por lo menos la capa C y con modi- ficaciones hasta la B. fn este segmento semicircular o plazoleta ubicaron una cabeza-clava de estilo Chavin, recogida de cualquier lugar del sitio, incrustdndola en uno de los muros del lado sur (figs. 71-72), Bs interesante anotar que varias cabezas-clava cayeron junto con el de~ xrumbe del templo, que fragnentos de ellas fueron usadas en los rellenos del derrunbe y, finalmente, algunas cabezas-clava aparecen en la capa G cafdas al lado de las casas,o, como en este caso, utilizadas en el orna~ fo de un lugar al parecer pébiieo, flemdn Anat al excavar 1a plaza hun aida cuadrangular del Templo Nuevo, encontré también un mro tardfo en donde habfan sido ubicadas dos cabezas-clavay aunque 61 no nos ha indica~ Go la asociacién, es posible pensar de que se trata de ma ocupacién similar 2 la de nuestras capas F 0 G debido 2 que coincidentemente los murog se encuentran sobre el piso de la plaza, siendo geta de gpoca Chavin, Im esta época se reutilizaron también losas labradas y grabadas de estilo Chav{n en la construccién de los muros (que es costumbre tam— bién m4s tarde); el detalle interesante de tres casos verificados es que Ja imagen grabada es siempre puesta de cabeza, con la figura invertida. Son raras las piedras enteras usadas de este modo, pero ocurre con todos los casos conceidos. Debido a que hemos excavado las capas EG en una Srea menor que Jas capas superiores, no tenemos un patrén de la ocupaciény sin embar debe tener algin parecido con las casas y terrazas del perfodo Callején. Aunque as{ fuera, los edificios estén construidas més cuidadosamente, con muros més sélidos y de aparejo 4s regular, con paramentos muy bien cuidados, en varios casos con uso de pachilla, Las tumbas de este perfodo tienen siempre ofrendas de cerémica, en algunos casos dos o tres objetos y, en casos excepcionales, mds; en cambio las tumbas del perfodo Callején casi munca tienen ofrendas de ceramica en conexién con el muerto, y su ubicacién cronolégica sélo se Dasa en sus asociaciones estratigraficas, Rn el contenido de la capa G hay algunos fragnentos de estilo Chav{n, pero creemog que son mezcla procedente del derrumbe o la capa inferior Hs una cerémica de aspecto "Formativo" acompafia a la cerdmica Blanco sobre Rojo, a las que se agrega el Marlash con caolfn en la capa E, la diferencia entre el material de la capa Hy los materiales de la capa G son de tal magnitud que nos permitimos proponer la hipdtesis de que los ocupantes de 1a capa G llegaron a Chavin de otra parte y ocupa~ ron el templo arruinado por el derrumbe, De otro lado, el evento que estamos Ilanando "derrumbe", que determing que mds de 1a mited del fron~ tig del vieJo templo se desplomara, no fué un hecho aislado de ese sec~ cién del complejo ceremonial, No conocenos los materiales asociados a Ja estratigraf{a del frontis oriental del Templo Nuevo, que fué parcial— nente Limpiado por Marino Gonzales después de 1954, pero una cuidadosa lectura del informe de Tello sugiere tal acontecimlento también allf: Los escombros al pie de 1a escalinata han formado un expe cone de doyeaetiay a aasoza fo abantooy cue exten- sién en la base os de 20 a 25 metros por 5 a 6 metros de altura al pie de la eccalinata y cuyo volumen es tan grande como su correspondiente en el extremo Norte de la misma fachada, (Tello, 1960, p. 119) Bn este cono 61 encuentra restos my simtlares a los que nosotros hemos hallado en las capas F, Gy H, incluidos los edificios Huaylas que estén construidos encima de los restos de derrusbe del frontis (Tello, 1960, p. 125, fig, 25). Su perfil estratignéfico, sin enbargo, es diferente al muestro (Tello, 1960, p. 129, fig. 28). Ia cays H Ta capa H ha sido el gran hallazgo de muestra sexte campafia, aun cuando ya la habfamos tocado en 1970. Ia capa H es una delgada capa de color amartllento, de terra areillosa, compacta y suave al tacto, Por sus caracter{sticas, su composicién y su distribucién my homogfnea, paxece que esta tierra proviene del, enlucido que seguramente tuvo una parte del edificio, enlucido que en algunos casos pudo ser com puesto con indgenes en relieve como se aprecia en varios monumentos de la costa, pues en algunas partes se encontraron fragmentos de esta tie~ yra areillosa muy endurecida, con una cara pulida y la otra con mestras de adherencia a sogas y cafias, El piso sobre el cual se asienta 1a capa H es de una tierra simtlar pero endurecida artificialmente. El estudio de este piso, que estd hecho sobre una capa de grava y piedras de campo, nos indica que el enlueido debié tener similar composicién, Ademds, en la Galerfa de las 10 Bscalinatas, que gon las escaleras que dan acceso al brazo lateral sur del templo, todavfa quedan bastantes metros cuadrados de muro enlucido: la tierra es arcillosa y limpia, aparentemente sin mortero, con excepoién de algunas trazas de uso de paja. Esta tierra se encuentra mezcleda, en la capa H, con cerdmica rota, hmesos rotos de animales, instrumentos y desechos de piedra ademis de algunas piedras pequefias (guijarros); esto indica que se trata de una capa de basura, lo que naturalmente no congenta con el cardcter del tem plo, el cuidado de sus pisos, etc, Por eso, suponemos que le capa H es de un perfodo de abandono de esta parte del centro ceremonial; perfodo durante el cual el enlucido de los mros se fué cayendo y la gente arrojé desechos de comida y vajilla rota, Proponemos la hipdtesis de que esta pasura—mds bien rala—es contempordnea con la ocupacién mis tarifa de Cnav{n, con 1a época de uso del Templo Nuevo, cuando se habfa perdido la importancia de los dioses del viejo templo, El atrio en esta época pudo ser una suerte de "anexo" de la pirdmide mayor, con poca o ninguna signi~ ficacién para el culto, No hemes encontrado ningin rastro de vivienda en asociacién con 1a caba H, pero podrfa incluso esperarse un tal usoy en realidad eso lo sabremos sélo cuando hayamos excavado una rea mayor de la capa H, pues slo se ha excavado un 10-15% de su drea total. Es interesante anotar gue la capa H es m&s gruesa cerca de los muros de las platafomas y es practicanente inexistente en el centro y el oriente del atrio; ex estas partes, aparecen restos de materiales simila~ res a ion de 1a capa ¥ mezelados con los de 1a capa G, en un estrato que hemos bautizado como GH, de color més obscure, la capa H eat4 sellada por el derrumbe del templo y esté enci- ma del piso del mismo, En asociacién con ella hay restos de un muro pegado a la parte baja del frontis del cuerpo central, como si fuera un sostén del dicho frovtis; pero come de esta asocigeién 3610 conocenos unos dos uetros, seré mejor esperar ms informacién para establecer cualquier deduccién, La cerdmica que aparece azociada a esta capa es bastante homo~ gSneas domina un tipo de cuenco de paredes convergentes, de color gris obseuro a negro, pulide y a veces engobado, que generalmente esté decora— do con una banda alrededor de la boca, formada por una 1fnea incisa que enmarea una hilera de disefios simples estampados o incisos: cfroulos, "3" horizontal, ofroulos concéntrices, ganchos en foma de "media Tuna" o “pupilas excéntricas" (figs. 6-9). Hay también, dentro del mismo tipo de ceramica, unas botellas con gollete-estribo gmueso y frecuentemente decorado con figuras en relieve (fig. 10); estos golletes tienen siempre un bode engrosado prominente hacia el interior y un biselado muy carac- terfstico, Se encuentran as{ mismo unos pocos cuencos abiertos de borde recto y labio engrosado y biselado (fig. 11), con bases muy planas; hay también algunos restos de ollas, pero son raros, de cuerpo globular y la~ bio engrosado hacia el interior (en forma de coma"), En algunos frag= mentos de ollas aparece una decoracién hecha a base de 1{neas o bandas pulidas sobre una superficie alisada mate (fig. 12); ollas de este mismo tipo hay también en pasta anaranjedas cerSmica pulida fina sélo existe en 4 negro, aunque fueron rescatados unos pocos fraguentos rojos incisos, Otro rasgo importante es que en muchos fragnentos se conserva en las in~ eisiones una pintura rojq 0 blanca, harinosa y aplicada post-coceién (fig. 13), que se sale fécilmente el ser tocado por cualquier superficie extrafia, y también cerdmica roja pulida con grafito en la incisién, Finalmente, se encuentra una cerdmica anaranjada constituida casi exclusivamente por platos my abiertos, que tiene la superficie interna pulida y la exterior alisada; los bordes de los platos son my gruesos, aconbados y biselados (fig. 14). Otras observaciones Ademés de la cerdmica se encontraron algunos restos de objetos de meso tallado, con disefios labrados de estilo Chavin, puntas de pro- yectil de forma triangular, y raspadores de basalto. Todo esto, sin em- argo, se encontré en poca cantidad y concentrado mayormente cerca del muro frontal del cuerpo central y sobre las escalinatas ocoidentales de la plaza circular. No podenos saber si la plaza circular estaba entera o dermida en tiempos de la capa H, pero es notable que todas las casas procedentes de dicha plaza o patio estaban sobre H y generalmente en asociacién con GH Yy G. La Plaza Circular del Viejo Templo Bn la semana final de nuestra campafia de 1970 aparecieron dos piedras de dos escalones de lo que mas tarde serfa la plaza circular; en Octubre de 1972 se descubrié la escalera en sy conjunto, en forma de "media luna" y el 14 de Novienbre se descubrié el muro perimetral, dando forma al hallazgo. Inigialmente, pensamos que la plaza tendrfa 4 escaleras, tanto por comparacién con la plaza cuadrada del nuevo templo, como porque en 1g "ortsma!" del {4olo del Lanzén aparecfa un disefio de unos ofreulos con- céntzicos con cuatro escalas, que pensamos que podfa representar un mode Jo. Al explorar los lados sur y norte, descubrimos que el planteamiento de esta "plaza" no tiene nada que ver con la plaza cuadrangular del Ten- plo Muevo,y ea en cambio un patrén constructive comin con otros templos contemporéneos de la costa, que naturalmente no son "plazas" y que sélo tienen dos escaleras (en este caso al oeste y al este), la plaza tiene 21 m, de didmetro y una profundidad de alrede~ dor de 2.5 m., bajo el nivel de la terraza cuadrangular que estanos Tamando "atzio" (figs. 4-6). oe accede a ella por dos escaleras, de las cuales la del occl= dente est4 bastante bien conservada, con cinco de sus siete escalones completos y restos de los otros dos (fig, 26)s la escalinata oriental, nds deteriorada, tuvo también siete escalones (figs. 4, 48). Cada uno de los escalones esté constituido por un mimero de ‘bloques de piedra cortados con uno de sus lados rectangular (el que da al frente) y con 12 una planta trapezoidal (fig. 19), lo que permite que la escalera pueda tener una forma de hemiciclo siguiendo regulamnente la curva de 1a plaza. Las escaleras estén empotradas, de modo que penetran por mis de 3m, hacia la terraza del atrio, sin alterar en nada la perfecta planta cfroular de este patio hundido. El patio estd rodeado por un muro, o m{s bien paramento, peri- metral de 2.5 m. de alto, formado por nueve hiladas de piedras labradas y pulidas dispuestas de la manera siguiente (ver figs. 18-20): en la parte superior dos hiladas de piedras delgadas y una hilada, ahora casi inexistente, de pledras rectangulares dispuestas "en soga"” de 36 om. de alto y un promedio de 69 om, de largo; luego dos hiladas de piedras de un largo similar pero de 15 cm, de altos luego, wna hilada de lozas de tendeneia cuadrangular de 70 por 80 cn., colocadas verticalmente y con figuras en relieve plano en la cara paranentals luego, dos hiladas de piedras alargadas pero de poca altura (15 om.) iguales a las hiladas I- II y IV-Vs finalmente, una hilada de piedras del mismo tamaflo que las de la tercera pero con figuras de felinos en relieve plano, Debajo de este muro perimetral hay un pequefio zécalo de 10 cm, de alto sobre el piso de la plaza y sobresaliente del muro en wios 15 om, La plaza cireular esté dividiga en dos hemicicloss el hemiciclo occidental tiene al parecer todas sus 14pidas de 1a hilada VI con figuras antroponorfas en relieve y todas las de la file IX con jaguaress aunque no se han encontrado todas las piezas, parece que habfan 14 jaguares al norte de 1a escalinata que divide el hemiciclo en dos y 14 jaguares al sur; igualnente, 14 figuras antroponorfes al norte y otras tantas al sur, Tas figuras siempre estén mirando hacia el centro, gue sstf dado por la escalera, de modo que las del norte miren al sur y viceversa. n cuanto al hemiciclo oriental, la evidencia hasta ahora es que las piedras de la fila Tk no tenfan los relieves que aparecen en el otro heniciclo, con ex— cepoién do las piedras que envarcaban 1a escalinata correspondiente; sélo el primer adoquin de 1a hilada IX tiene el relieve del felino y las dems piedras son llenas (figs. 48-49). En cuanto a las 14pidas de la hilade YI, s61o conocenos una hasta ahora y ésta estaba muy cerca de su posible lugar original pero reusada por gentes de) perfodo Huarde; parece que era tambiéy la primera de Je hilada VI de este heniciclos en cualquier caso esta 14pida no es antropomorfa y aunque es del mismo tamafio y caracter{s~ ticas de estilo de las lépidas ccoidentales, representa un personaje que pudiera ser un felino, mirando hacia la escalinata oriental desde el sur (figs. 45-47). Iamentablegente la plaza estS incompleta pues la mayor parte de las picdras del xécalo 0 muro perimetral se han perdido; del hemicic~ lo oceddental sélo hemos recuperado cinco lMpidas con relieves (figs. 21- 27) del lado norte (fila VI) y ninguna del lado sur; las filas I-V han sido deducidas a partir de las piedras existentes en el borde de la esca~ Linata occidental, pues en el muro se han perdido totalmente; las filas VII-VITr y IX, asf cono las pledras del angosto zécalo inferior estén casi completas en este heniciclo, aunque falta la piedra 1 de le fila IX con los felinos en relieve) pero se han encontrado las pledras 2-14 figs, 29-43). El lado sur del hemfeiclo ain no ha sido excavado total- mente, pero se ha descubierto ya la piedra 3 de la fila Ix (fig. 44) y 13 se tiene la certidumbre de que ninguna de las pledras de las files I-VI esté ya on sa sitios se ha visto parte de dos 0 tres de las piedras con relieves de la fila Ii, todas ellas con figuras de felinos, pero no sabenos ain oudntas hay y en qué estado de conservacién ge encuentran, La exeavacién del hemiciclo oriental nos ha permitido conocer solamente una 1dpida de 1a fila VI, ya mencionada, pero en cambio, en el Jado sur se han recuperado in situ 16 piedras de la fila IX, y probable~ mente hay mds que afm no han sido excavadas; de las 16 solamente la pri- mera, al lado de la escalera oriental, tiene un felino en relieve, el cual mira hacia el norte (fig. 50). in el lado norte de este hemiciclo e1 muro ha sido {ntegranente desmontado en tiempos Huards y/o Callején y e1 muro perinetral fué reemplazado por un muro igualnente circular de estos perfodos y que delimitaba en parte la "placita" tamifa de la que ya hemos ocupadoy de este muro, cafda en el piso se encontré una piedra procedente, con seguridad, de la fila IX con una figura de felino en re~ lieve mizando al sur (fig. 51)$ suponemos que deba tratarse de la piedra 1 ae 1g fila IX del lado norte del hemiciclo oriental, si es que aquf se repitié simétricamente lo acontecido en el lgdo sur, donde todas las piedras, con excepeién de 1a primera, no tenfan relieve alguno, Igual- mente el pequefio uécalo inferior se encontré casi entero en el lado sur Y, en la parte excavada, totalmente destraido en el lado norte, Una suerte sim{lar a la del hemiciclo le cupo a 1a escalinata oriental, de la que no queda ningin escalén completo; en cambio se conservaron algunas piedras de cada tno de los siete escalones, 10 que confizne el némero de ellos por escalinata, Otro detalle importante en la plaza es el piso, totalmente cubierto con lozas de piedra crena~anarillenta, planas pero de forma irregular, aun cuando parecen organizaias de modo radial en funcién del centro del efreulo. No hemos excavado afm la parte central de la plaza, pero todo parece indicar que el piso es plano en toda ella, Hay una suerte de vereda central, al misno nivel, construida con piedra de color pizarra, recta, guizé crazando en cruz de S-N, B-Ws de esta vereda cono~ cemos una fraccién al pie de la escalinata occidental y hacia el lado suzy tiene probablenente 1.5 m, de ancho, Por devajo de ella, en 1a seo— cién occidental conocida, pasa un canal de desagite que viene desde las galerfas del cuerpo central del templo y gue parece que fué un canal con funeién acfstica (fig. 54 Lumbreras, Gonzalez y Lietaer, 1976). Bate ca~ hal cruza la plaza cizcular de ceste a swleste por debajo de ella y al parecer desagua en la llamada "Galerfa de las Rooas", que esté debajo de la plataforma que contiene a la plaza circular. Se puede decir, en general, que el estado de conservacién de 1a plazg es mayor en aquellos lugares en donde el derrumbe del templo protegié a los elenentos amquiteoténicos de la época Chavin y que, en cambio, en donde el derrumbe no llegé o sélo afecté parcialnente, fud fuertenente alterado por los ocupantes posteriores del sitio, es decir Jas gentes de los perfodos Huarés y Callején, Esto explica también el porqué la capa H es pura en la zona del derrumbe, hacia el occidente, mientras que en la parte oriental aparece mezclada con elementos nés tardfos (1o que hemos denominado "capa Gi"), 14 Un perfil del atrio en sentido WE (fig. 5) se inicia al pie del frontis del cuerpo central del tenplo, al cual se accede por una es~ calinata ubicada al centro mismo de dicho cuerpo, dentro del eje oriental del templos esta escalinata que llamamos "central" pasa por encima de la Galerfa del Lanzén y debe haber conducido a la parte superior de la pla~ taforma, Por el centro de ella pasa el canal acfistico al que hemos hecho referencia unas l{neas atrés. Hay indicios de dos escaleras laterales parelelag a esta central que pudieron haber condueido una a le Galerfa del Ianzén y la otra a un grupo de galerfas que avn no han sido explora- das en la parte norte del cuerpo central; un canal similar al actistico central, fué identificado por nosotros en muestra quinta campafla y sus caracter{sticas nos tndican que pasa igualmente por debajo de una escalinata, El perfil W-E contimfa con una terraza y luego la plaza circu- lar, dos niveles distintoss existen indicaciones de que hubo dos niveles menores en la terraza, de no mig de 50 om, de desnivel, Al final de la terraza, al este, hay un desnivel de mds de 2 m, hacia estructuras que no conocemos. las Galerfas del Atrio Ia plaza circular est4 rodeada, como henos dicho, por una terraza de 2.5 m, de alto; esta terraza no es una estructura maciza y contiene varias galer{as subterréneas, de las cuales ya se conocen tres, las tres descubiertas antes de 1966 por Marino Gonzales: las llamadas "Galerfa del Campamento" al NE, la de "Las Ofrendas” al norte, y la de "Tas Caracolas" al sur (fig. 4). Esta filtima tus “redescubierta” en 1972 por nosotros y al parecer previamente por Hernén Amat en 1967, por lo cual no figura en el registro de galerfas que publicamos en 1969. Por la ubicacién de estos elementos en el atrio, es posible pensar que existe al menos una galerfa m4s en el déngulo SE, guardando cierta simet- rfa con la Galerfa del Campamento e, igualmente, pudieran haber estruc~ ‘uras similares en la seccién occidental del atric, pero nada se ha encontrado atin en estas zonas. La Galerfa del Canpanento no ha sido atm excavada, sino apenas explorada superficialmente (Lumbreras y Amat Olazabal, 1969, pp. 160~ 161), en cambio las otras dos galerfas ef: una en 1966-1967, 1a otra en 1972. Galerfa de las Ofrendas La excavada en 1966-1967 es 1a Galerfa de las Ofrendas, en don~ 4e hicimos un importante hallazgo de ofrendas de cerémica, piedra, y hue~ sos, Aunque ya nos hemos ocupado de elle en varias publicaciones previas, atin el informe no ha sido publicado y est en elatoracién, La galerfa esté orientada de este a cestes consiste en un largo pasadizo de 90 cn, de ancho y 24.6 m, de largo, que tiene en el lado norte una serie de pasa~ Gizos cortos, del mismo ancho, a manera de celdas, de 3.6 m. de largo. La entrada a la galerfa se hacia por e2 extremo oeste, donde habfa una escalera que la conectaba con la terraza del atrio, 15 Este galerfa tus encontrada por Marino Gonzsles, al hacer el Campamento, gracias a que dos de las vigas del techo en el extreno orien~ tal se habfan roto dejando una abertura que habfa servido, a su vez, como medio de ingreso a la galerfa a los pobladores del perfodo CalleJjén. Ellos usaron la parte larga de la galer{a pare depositar algunos cadve~ ress nosotros en 1966 encontranos dos entierros y dos vasijas Callején enteras, En esa época se tenfa que entrar reptando a la mayor parte del pasadizo, pues estaba cubterto con tierra y restos Callejéns ademis, Marino Gonzales guardaba allf cerdmica y huesos procedentes del ‘gesmonte" de las excavaciones para el Campamento. Al limpiar este irregular capa quedé un piso are{lloso, formado casi con seguridad por la tierra proventente del enlucido que original- mente tenfa 1a galerfas en este piso encontramos los centenares de ofren~ das ya mencionadas, las que habfan sido depositadas en el piso de la galerfa, especialnente cerca de los muros, tanto a lo largo del pasadizo longitudinal como en las celdas laterales. Se arrunaron objetos de ceré- mica que luego fueron rotos in situ seguramente por personas que canina~ ron sobre ellos y 1a tierra que se fué mezclando con las piezas. Por es0, en los lugares cereanos a los muros pudieron encontrarse algunas piezas enteras 0 casi enterasy en cambio en el centro de los pasadizos todo estaba my roto, pero gracias a que estaban los fragnentos juntos, ha sido posible restaurar la mayor parte de las piezas gue son, on total, alzededor de 500, Creinos antes que los objetos de cerdnica habfan sido rotos ex profeso arrojéndolos, pero el estudio de la dispersién de los fragmentos nos indica que 1g rotura fué por presién similar a la causada por pisadas, Este mismo andlisis nos indica que la mayor parte de los cuencos y platos contenfan restos de comida, especialmente perniles y costillares de canélidos y venados, aves, cuyes, pescados y mariscos (especialmente Mytilus sp.) y probablemente las botellas y las ollas contenfan chicha o 1fquidos similares. Sé1o un resto humano se encontré en 1a galerfa, como ya lo hemos mencionado atréss el orfneo de mujer estaba rodeads por "dientes de leche", es decir de nifios. Todo parece indicar que le Galerfa de las Ofrendas estuvo en uso durante mucho tiempo, pues la cerdmica all{ encontrada as{ la revela; parece que el lote de ceramios asociados representan varias fases dentro del estilo. En Chavin mismo no ha sido posible establecer tales fases, pero por comparacién con otros contextos conocidos sabemog que allf hay al menos objetos de tres fases, de las cuales la m&s tarifa presenta fuertes contactos con Cupisnique, con la presencia quiz4 intrusiva del estilo Raku, que es definitivanente Cupisnique (Luubreras, 1971a, figs. 25k-B) estilo que est& representado también en Ancén en las fases VI-VIL de Hermilio Rosas laNoire (ms.) y en lag 4-5 de Scheele (mg), 1 estilo Cupisnique llega a Chav{n quizd desde nds temprano, a través de lo que hemos llamado Wachegsa (Iumbreras, 1971a, figs. 24i-B, B) y a través tan~ bién am estilo minoritario en el lote de la galerfa (Iumbreras, 1971, fig. 22 Hay varios estilos representados en la galerfa pero no es posi- ble afm determinar sus relaciones cronolégicas; la ceramica que hemos llamado "Ofrendas" (Lumbreras, 1971a, figs, 10A, C-E, 11-21, 23) debe representar una secuencia que sélo se podré establecer con asociaciones segregativoss; en cuanto a Wacheqsa, que corresponde al Cupisnique

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