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ÉTICA AMBIENTAL: Una Responsabilidad Social

La Ética Ambiental surge como una reflexión derivada de la relación del


hombre con la naturaleza y de la preocupación de su preservación como garantía
del desarrollo de futuras generaciones.

Martínez, A. (2001), define “la ética ambiental como la reflexión racional y


práctica sobre los problemas derivados de la relación del hombre con la
naturaleza”. Se plantea entonces una redefinición de la ética vista no sólo como
ocupada de los valores y normas del ser humano, sino aplicada a su interacción
con todos los seres vivos y a su supervivencia. La que evidentemente está en
entre dicho si la actitud de tirar desperdicios con descuido en playas, calles, ríos,
entre muchos otros, no es modificada y se comienza a valorar el ambiente como
hábitat y como parte de la responsabilidad social de cada uno de los ciudadanos.

Entendiéndose la responsabilidad social como el hombre actuando de


manera responsable ante el ambiente que lo rodea y asumiendo una moral acorde
con éste. El que no acata la norma y la ley de protección ambiental se convertiría
entonces en un “delincuente ecológico”. Como propuesta de desarrollo del país se
propone ejecutar el código de ética ambiental adecuado a cada región, siendo los
ciudadanos los gestores de su cumplimiento.

Introducción

El presente artículo constituye un breve análisis, de la situación ambiental


del mundo actual. Los cambios climáticos, la contaminación, la disminución de la
capa de ozono, los frecuentes y devastadores temblores acontecidos entre el año
2009 y 2010, hechos observados a nivel mundial, de los que no escapa nuestro
país Venezuela, merecen que el ser humano comience a reflexionar sobre su
actitud ante el ambiente. Reflexionando hasta qué punto la acción irresponsable
de tirar desechos sólidos en cualquier lugar, playas, ríos, montañas, calles,
carreteras, avenidas, ha servido para acelerar estos procesos. Bajo la óptica de
actuar con conciencia y valorar la relación de interdependencia ecosistémica.
Demandando la responsabilidad que se debe asumir para garantizar la
supervivencia del humano y de otras especies en el planeta tierra. Asumiendo un
sistema de gestión donde se establezca un código de ética ambiental que dé
respuesta a la problemática emergente que se vive en la actualidad.

Se han desarrollado dos grandes momentos, la realidad ambiental y la ética


ambiental como vía para garantizar una mejor calidad de vida. Al mismo tiempo se
mencionan las referencias bibliográficas utilizadas para tal fin. Esperando crear
conciencia y responsabilidad de los ciudadanos ante el medio ambiente que nos
rodea.

La Realidad Ambiental Actual

En la actualidad se observa con inquietud una gran cantidad de cambios


climáticos, que han producido preocupación en la población del mundo actual. Se
habla de calentamiento global, crisis energética, Tsunamis, palabra que para
muchos era desconocida, la que lo japoneses definen como “ola gigante que llega
al puerto”. En realidad no se trata de una ola sino de una serie de ellas que se
producen en una masa de agua que genera mucha velocidad y que al ser
empujadas con violencia por una fuerza con desplazamiento vertical de una gran
columna de agua, produce devastación a kilómetros de las costas. Evidencia de
ello muy recientemente (Marzo de 2010) en Chile, Japón, con mas lejanía en
Jamaica, Lisboa, Sicilia.

Otro fenómeno que se observa a nivel mundial (Islas Canarias, Venezuela


en toda su extensión, entre otras) como es la llamada a nivel meteorológico calima
definida por wikipedia (2010) como “la existencia de partículas muy pequeñas de
polvo o arena en suspensión en la atmósfera”. Lo que afecta la visibilidad, produce
afecciones en los ojos, alergias, en la nariz y garganta y si persiste puede producir
en la población bronco espasmos, asma entre otras afecciones. En fin podría
provocar enfermedades importantes en el hombre que habita la tierra. La foto que
se muestra a continuación refleja el efecto de la calima, en el Estado Miranda
Región de Barlovento. Donde se observa claramente como el efecto de la calima
dificulta visualizar las montañas.

Fenómenos consecutivos como los terremotos ocurridos recientemente, el


27 de febrero de 2010, el sismo de gran magnitud en Chile (8.8 en la escala de
Richter), en enero de 2010 devastación de Haití, México (2009), Lima (2009), Italia
(2009), Japón (2009-2010). La Influenza Humana (H1N1), en México y Argentina
en mayor nivel que en Venezuela (2009). Lluvias torrenciales con granizo,
acompañadas de fuertes vientos, luego de un temblor de 6.4 grados en la escala
de Richter, epicentro en Caracas y la Región de las Costas del Estado Carabobo,
en Venezuela, (2009). La vaguada de (1999) en el Litoral Central. Sólo por
mencionar los últimos. Mares y ríos desbordados en residuos plásticos y de vidrio.
Enfermedades, que han proliferado como el dengue, producido por el mosquito
patas blancas. En fin, seguir enumerando fenómenos ambientales sería perder
parte de la información que se quiere hacer llegar, lo que sin duda merece ser
evaluado es hasta donde la acción irresponsable y delictiva del hombre, ha
contribuido a que estos fenómenos considerados como desastrosos por su gran
magnitud, ocurran a nivel mundial.
Se observa con mucha frecuencia a ciudadanos que disfrutan del paisaje y
de las bondades de las aguas de alguna de las playas o ríos y al retirarse dejan
los desechos sólidos. Demostrando que no valoran el ambiente, ni han
internalizado que su vida y la de las próximas generaciones dependen de ello. Nos
concierne, como ciudadanos responsables del mundo y del país, reconocer la
conducta poco ética cuando la vemos y denunciarla cuando es necesario. De lo
contrario se está en condición de “delincuente ecológico”. Lo que Bernal, M.
(2010) define como aquellas personas que mantienen una conducta irresponsable
ante el ambiente, faltando a la norma y a las leyes de protección ambiental. Las
imágenes que se muestra a continuación hablan por sí mismas. Donde se observa
que a pesar de contar con los potes de basura destinados al reciclaje, las
personas dejan los desperdicios tirados en la arena de las playas, de Río Chico,
Estado Miranda.
Se denota en estas imágenes un descuido por parte de los visitantes al
depositar los desperdicios, dejándolos caer sin precaución a la arena y
depositando en un pote en el que se lee claramente “vidrio” y está previsto para la
recolección de ese material, se observa claramente que depositan cualquier tipo
de desechos, plástico, restos de comida, bolsas plásticas, entre otros.
Demostrando que sin educación y responsabilidad no hay cambio posible.

Imaginemos por un momento que no contamos en Caracas con un aire


adecuado para respirar. ¿Sólo es cuestión de imaginación no es una realidad?
Reflexionemos acerca de ello. Imaginemos una ola gigante que entra por el Ávila y
devasta la ciudad. ¿Qué acciones deberíamos tomar para que tal profecía no se
haga realidad? Profecía, historia, cuento, que se han escuchado en voz de
nuestros antepasados y sin embargo no hemos hecho mucho como ciudadanos
responsables para evitarlo. Igualmente sabemos que sin oxigeno el hombre no
podrá subsistir. ¿Qué hacemos para cuidar nuestro ambiente?

¿Qué hacemos cómo originarios para proteger nuestro hábitat? ¿Hemos


internalizado que del ambiente depende nuestra vida y la de nuestros hijos y la de
los hijos de tus hijos? La civilidad nos permite asumir que somos entes sociales,
interrelacionados e interconectados y al mismo tiempo demuestra que
evidentemente esa relación no es casual, dependemos de todos los seres que
habitan el planeta tierra para sobrevivir y de la misma tierra que nos da alimento.
Pertenecemos a ese ecosistema y como tal necesitamos de todos para poder
subsistir.

Ética Ambiental la como Vía hacia una Mejor Calidad de Vida

Maya, A. (1990) plantea “que una sociedad Ambiental, será aquella


sociedad que se construya a partir de valores ético-ambientales, que implican una
descentración del problema de la vida a la vida humana y que introduzca en su
ética, el respeto y la responsabilidad hacia todas las formas de vida y a lo que la
sustenta, dentro de una perspectiva sistémica, ecológica e integral”. De acuerdo a
Maya, con la emergencia del hombre del medio ambiente se inician
transformaciones del medio ecosistémico. El ser humano se caracteriza por elegir
las respuestas que da ante una situación determinada, justo lo que lo diferencia de
los otros animales y en esas respuestas juega un papel muy importante el libre
albedrío que lo caracteriza. La capacidad de tomar decisiones, que vista como una
capacidad inherente a lo humano, lleva a las culturas a construir sus formas
adaptativas de manera diversa.

En este orden de ideas, unas son sociedades ambientales responsables y


otras no; esto depende de la mayor o menor comprensión, conciencia y amor que
cada cultura tenga de las formas de ser de la connivencia, entre el hombre y la
naturaleza. Maya plantea que si los problemas ambientales han emergido de las
prácticas culturales, tendrá que ser en el entramado de la cultura y en el
entramado de valores éticos, donde se construyan soluciones que necesariamente
incluyen la puesta en diálogo ambiental de aspectos políticos, ecológicos,
económicos, científicos, estéticos y tecnológicos. Ramírez, R (1990) propone tres
componentes, que constituyen las bases para una ética ambiental: la libertad, la
responsabilidad y la solidaridad.
Asumiendo la libertad si existe un mínimo de respeto por el suelo común,
que es la naturaleza, que hace posible las acciones libres de los hombres. La
libertad es la base de la responsabilidad y la solidaridad; la libertad sólo es posible
si hay una comprensión consciente de la naturaleza.

La responsabilidad, común denominador de todos los pensadores


ambientales, es el segundo principio que plantea, por el principio de Jonas en
cuanto a que el hombre debe responder por sus actos a la vida misma.

La solidaridad es el tercer principio para la construcción de una ética


ambiental. Consiste en aceptar que los otros seres vivos, humanos y no-humanos,
tienen el mismo derecho a la vida que cualquier otro ser, por lo que dilapidar, tirar
o subutilizar, destruir el patrimonio de la tierra, expresa una ingratitud frente a la
naturaleza y arriesga su supervivencia, por ende apuntando hacia la
autodestrucción de la vida misma. En este sentido se debe agregar que la
solidaridad incluye igualmente el estar ligado a la protección de la madre tierra.
Estableciendo conscientemente el comportamiento ético que garantiza la
supervivencia, de los seres humanos y de los seres que componen los
ecosistemas.

Código de Ética Ambiental una Propuesta de Gestión y Desarrollo

En el marco del proyecto de Evaluación de Impacto Ambiental en


Centroamérica, se realizó en Costa Rica, el 30 de junio del 2006, el Primer Foro
de Expertos sobre ética, Calidad y Transparencia en la Evaluación Ambiental. Este
encuentro se realizó en búsqueda de la creación de un “Código de ética para los
gestores ambientales en Centroamérica”. Bajo la responsabilidad de la Comisión
Desarrollo (CCAD) y ejecutado por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Y
con la finalidad de adecuarlo a cada país en particular, sin embargo es necesaria
la participación de diversos actores de la sociedad en especial de aquellos que por
el tipo de labor que realizan afectan o impactan la armonía del ambiente. Y que al
mismo tiempo se establezcan una serie de condiciones como:
• La ejecución de un código de ética ambiental adaptado a la ley y a la norma
local, donde la participación de Gobernaciones, Alcaldías, empresarios y
ciudadanos comunes es fundamental para facilitar la protección del medio
ambiente.

• Generación de un proceso que asegure el cumplimiento de las normas locales,


incluyendo las relacionadas con el manejo de desechos sólidos, reciclaje,
eliminación y desecho de materiales peligrosos.

• Gestionar el proceso a través de entes que se responsabilicen dentro de cada


empresa, negocio, comunidad, en el cumplimiento en materia ambiental y que
cumplan con la capacitación de manera adecuada respecto a los asuntos
ambientales.

• Generar responsabilidad en los medios de comunicación masiva ante iniciativas


que permitan la creación de conciencia en la ciudadanía, permitiendo el desarrollo
de micros donde se contribuya a la proliferación de los valores éticos ambientales.

• Promoción de la ética ambiental en los centros educativos, donde se inculque en


los niños, niñas, jóvenes, adolescentes y adultos, el amor por la naturaleza y se
demuestre la importancia de la educación de adentro hacia fuera del aula, la
Educación País.

• Fomentar el trabajo honesto y responsable hacia la solución de los problemas de


deterioro ambiental, con el objeto de proteger la salud y fomentar el bienestar de la
población.

• Buscar el equilibrio entre los distintos aspectos del desarrollo humano y la


conservación de los recursos naturales, atendiendo a los derechos de las
generaciones futuras.

El ciudadano común, el que vive en el barrio, en la urbanización, en la


playa, en la montaña, entre otros lugares, debe sentirse gestor del cuidado de su
ambiente, la educación debe salir de los climas organizacionales, debe salir de la
casa al barrio, de la escuela a la comunidad, de la universidad al país. El pensar
en ámbitos específicos nos ha limitado a normas para sitios específicos, ejemplo
de ello la llamada “cultura del metro”, donde las personas a penas salen de ese
recinto tiran en la calle los desechos que acumularon en su travesía. Debemos
comenzar a educar por el bienestar común, por el mejoramiento de la vida dentro
del país, dentro del planeta tierra, dentro del mundo globalizado interactuado de
manera transdiciplinaria y colocando la metacognicción o reflexión del
conocimiento en cada acto de nuestras vidas. Permitiendo así, la supervivencia de
la especie humana, en concordancia con su ambiente natural. Sin invadir
perjudicialmente el ecosistema.

Definitivamente la contaminación causada al ambiente por la basura amenaza la


vida misma y de las “Nuevas Generaciones”. “Por ellos y para ellos”, vale la pena
cambiar de actitud.

Articulo publicado por la Espc. María Concepción Bernal. UNEFA.


REFERENCIAS

Bernal, M. (2010). Ética Ambiental una Responsabilidad Social. Articulo Arbitrado.


Venezuela: Universidad Experimental de la Fuerza Armada Nacional. Núcleo- Los
Teques. Convenio UNEFA-IVIC.
Martínez, A. (2001), Ëtica Ambiental. Valladolid, España: Universidad de
Valladolid.
Maya, A. (1990) Hacia una Sociedad Ambiental Sociedad Ambiental, Bogotá:
Labrador.
Ramirez R (1990). La Crisis del Medio Ambiente en la Modernidad: urgencia de
una nueva eticidad. En: Memorias del Primer Seminario Latinoamericano sobre
Hábitat Urbano y Medio Ambiente, Bogotá: ICFES. p.p.53-58.
Wikipedia. (2010). Definiciones de Calima. [ disponible en la web:
http://es.wikipedia.org/wiki/Calima_(meteorolog%C3%ADa), consulta realizada en
Febrero de 2010].

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