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KOT

La empresa Kot SRL, tuvo una huelga por parte del personal, en su fábrica textil de San
Martín (Provincia de Buenos Aires).
La Delegación de San Martín del Departamento Provincial del Trabajo, declaró ilegal la
huelga, por lo tanto la empresa Kot ordenó a sus empleados retomar las tareas dentro de las
24 horas. Frente al incumplimiento de dicho mandato se despidieron a muchos obreros.
Transcurrido poco más de un mes, el presidente del Departamento Provincial del Trabajo
declaró nula la resolución de la Delegación San Martín e intimó a la empresa a reincorporar
a los obreros despedidos.
Al no llegar a un acuerdo con la empresa, los obreros despedidos ocuparon la fábrica
paralizándola totalmente; por lo que Juan Kot, gerente de la empresa hizo una denuncia por
usurpación, solicitando se desocupara la fábrica.
El juez de primera instancia resolvió el sobreseimiento definitivo en la causa y no hizo
lugar al pedido de desocupación alegando que se trataba de un conflicto gremial en el que
los obreros no intentaban ocupar la fábrica para ejercer un derecho de propiedad y que, por
lo tanto, no existía usurpación.
La Cámara de Apelaciones en lo Penal de La Plata confirmó el sobreseimiento definitivo.
Contra esta sentencia Kot interpuso recurso extraordinario, y la Corte lo declaró
improcedente.
Al observar Kot que su denuncia por usurpación no le daba los resultados que esperaba,
paralelamente inició otra causa. Antes de dictarse la sentencia de la Cámara de
Apelaciones, se presentó ante la misma deduciendo recurso de amparo para obtener la
desocupación de la fábrica. Para invocarlo Kot tomó como base lo resuelto por la Corte en
el caso Siri; la libertad de trabajo, el derecho a la propiedad y el derecho a la libre
actividad; todos estos amparados por la Constitución Nacional.
La Cámara no hizo lugar al recurso planteado interpretando que se trataba de un recurso de
habeas corpus; contra esta sentencia interpuso recurso extraordinario.

La Corte falló a favor de Kot, haciendo lugar al recurso de amparo luego de revocar la
sentencia de la Cámara de Apelaciones. Ordenó que se entregara a kot el establecimiento
textil libre de todo ocupante indicando que “la Cámara de Apelaciones se confunde al
considerar el recurso invocado por el afectado como un recurso de Habeas Corpus. El
interesado interpuso una acción de amparo invocando los derechos constitucionales de la
libertad de trabajo; de la propiedad y de la libre actividad, o sea, dedujo una garantía
distinta a la que protege la libertad corporal (habeas corpus)”, así fue que la corte ratificó lo
resuelto en el caso Siri (en este último la restricción ilegítima provenía de la autoridad
pública. En el caso en cuestión es causada por actos de particulares.)
El Art. 33 de la Constitución Nacional al hacer mención de los derechos y garantías
implícitos no excluye restricciones emanadas de particulares; “Nada hay, ni en la letra ni en
el espíritu de la Constitución, que permita afirmar que la protección de los llamados
derechos humanos esté circunscripta a los ataques que provengan sólo de la autoridad”.
“Si no se hiciera lugar al recurso de amparo se estaría sometiendo al afectado a recurrir a
una defensa lenta y costosa a través de los procedimientos ordinarios. Esto perjudicaría en
mucho más al interesado dado que lo ocupado por los obreros no es un inmueble
improductivo, sino una fábrica en funcionamiento, privada de producir.”
“En cuanto al fondo del asunto, es notoria la restricción ilegítima por parte de los obreros,
ya que ninguna ley de nuestro ordenamiento jurídico les reconoce (ni a ellos ni a ningún
otro sector, salvo sea por legítima defensa o estado de necesidad), la facultad de recurrir
por sí mismos a actos para defender lo que estimen su derecho”.
Aún si los obreros tuvieran toda la razón, la ocupación de la fábrica por aquéllos es
ilegítima.

Disidencia: Aristóbulo D. Araoz de Lamadrid; Julio Oyhanarte


Declaran improcedente el recurso extraordinario.
No puede basarse la cuestión en lo decidido por la Corte en el caso Siri, ya que en éste el
tribunal declaró la existencia de un recurso de amparo, destinado a proteger a las llamadas
“garantías constitucionales”, y según la jurisprudencia éste procede frente a restricciones a
garantías realizadas por la autoridad pública, por lo tanto no puede hacerse mención de
garantías constitucionales porque el conflicto es entre actos de particulares.
La cuestión debe tratarse conforme a la legislación ordinaria de acuerdo con las normas
procesales pertinentes, no mediante acción de amparo. La violación no recae sobre una
garantía constitucional, sino sobre un derecho subjetivo privado, de los que se originan en
las relaciones entre particulares, la legislación donde se produjo el hecho prevé un remedio
procesal específico; por lo que si se admitiera el recurso se estarían dejando sin efecto
normas procesales vigentes.
No puede admitirse que los jueces amplíen la esfera de acción del amparo, extendiéndola a
las violaciones cometidas por particulares.

Se amplía la esfera de acción del recurso de amparo al establecerse que también es viable
deducirlo cuando la violación de un derecho provenga de un particular.
Se confirma la supremacía constitucional en cuanto a la protección de los derechos
establecidos en los Arts. 14, 17 y 19 de la Constitución Nacional.

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