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El término en latín "Sóla Scriptura" (es decir, "Sólo la Biblia") es una frase corta
que representa la simple verdad que hay sólo una revelación especial de Dios que
el hombre posee el día de hoy, las Sagradas Escrituras o La Biblia. Las Escrituras
establecen este concepto repetida y enfáticamente. La mera frase "Está Escrito"
significa exclusivamente transcrito, y no de oídas. El mandamiento de creer aquello
que está escrito, significa creer únicamente en la pura Palabra de Dios. Lo que está
en riesgo delante del Todo Santo Dios es su verdad incorruptible.
"Yo testifico a todo aquel que oye la palabra de esta profecía de este libro: si
alguno añadiera a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en
este libro. Y si alguno quitare de la palabra del libro de esta profecía, Dios quitará
su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas
en este libro." -Apocalipsis 22:18-19
El mensaje Bíblico exhalado por Dios y la revelación en forma escrita. (II Timoteo
3:15-16). La aseveración Bíblica es que lo que Dios ha inspirado, ha quedado
registrado en su Palabra escrita (II Pedro 1:20-21), cuando el señor Jesús dijo: "La
Escritura no puede ser quebrantada". (Juan 10:35). El estaba hablando de la
palabra escrita de Dios. Los eventos, las acciones, los mandamientos, y la verdad
de Dios son entregados a nosotros en forma proposicional, en otras palabras, en
oraciones lógicas y escritas. La declaración de Dios en La Escritura es que ésta, y
sólo ésta, es la autoridad definitiva en todos los asuntos de fe y moral. Así que sólo
existe una fuente escrita de Dios, y sólo existe una base de verdad para el pueblo
de Dios en la Iglesia.
El Apóstol San Pablo dijo lo mismo: "...lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando
lo espiritual a lo espiritual". (I Corintios 2:13). Es precisamente en la luz que irradia
la verdad de Dios en donde Su verdad es apreciada. (Compare Juan 3:18-21, II de
Corintios 4:3-7).
El Apóstol San Pedro, bajo la inspiración del Espíritu Santo, declara: "Entendiendo
primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los Santos
hombres de Dios, hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo". (II Pedro 1:20-
21). Lógicamente, el Apóstol San Pedro comunica claramente la idea de que para
mantener la pureza de la palabra de Dios escrita, la fuente de la interpretación,
debe ser de la misma fuente pura, igual que el origen de las mismas Escrituras.
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra." -II Timoteo 3:16-17
En un intento para justificar las tradiciones como iguales, o de mayor autoridad que
la Escritura, se apela frecuentemente al último versículo que el Apóstol San Juan
dejó plasmado en el Evangelio que él escribió:
"Y hay también muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por
una, pienso que ni aún en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.
Amén." -Juan 21:25
Desde luego, hubo muchas obras y dichos del Señor que no fueron registrados en
las Escrituras. Sin embargo, las Escrituras son el registro autorizado que el Dios
Santo ha dado a su pueblo. No tenemos ni una sola oración que tenga la autoridad
del Señor fuera de lo que es la palabra escrita. Apelar a la tradición como autoridad
cuando el Santo de Dios no lo dio, es inútil. La idea de que algunos eventos y
dichos del Señor han sido conservados a través de la tradición, simplemente no es
verdad.
Otro intento para justificar la tradición es el argumento que la Iglesia primitiva aún
no contaba con el Nuevo Testamento. El Apóstol Pedro habla acerca de los escritos
del Apóstol Pablo cuando establece:
"...como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido
dada, os ha escrito también; casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas
cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e
inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición."
-2 Pedro 3:15-16
Pedro también declara que estaba escribiendo para que los creyentes pudieran
recordar lo que él dijo. Por eso escribió: "Por esto, yo no dejaré de recordaros
siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad
presente" (2 Pedro 1:12).
Desde los mismos inicios del cristianismo, una parte substancial del Nuevo
Testamento ha estado disponible. Bajo la inspiración del Señor, el Apóstol San
Pablo pide que sus cartas sean leídas en otras congregaciones, además de aquellas
a la que habían sido enviadas. Esto demuestra claramente que la palabra escrita de
Dios ya estaba circulando aún cuando los Apóstoles estaban vivos todavía. El
mandamiento del Señor para creer lo que estaba escrito siempre ha sido algo que
los creyentes debían obedecer y en realidad lo hacían. En este asunto debemos
ejercitar la humildad ordenada en las Escrituras para no pensar por encima de lo
que está escrito: "...para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que
está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros." (I
Corintios 4:6).
El Señor introduce el tema de la verdad para expresar nuestro amor por El. De
nuevo, esto subraya su importancia. "Respondió Jesús, y díjole: El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él
morada. El que no me ama, no guarda mis palabras. La palabra que habéis oído, no
es mía, sino del Padre que me envió." (Juan 14:23-24). Y de nuevo dice: "El cielo y
la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán." (Mateo 24:35).
FUENTES
http://www.ChristianAnswers.Net/spanish