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(9961 2p onl) vansof ap afon nyse 219 pues sapod ns op soso/Syou SOY OEOPLOPY OT. eaten 'y opeouisy sap ‘Wproongoy 2p 0502 R8U OVETE 7, MADRID “Ya hemos dicho que la fama de nuestro personaje se habia lendido mis alla de Vizcaya. Ahora, procedente de Bilbao comienzo del 1902- viene contratado como Jefe de umi- i6n_de la capital espafiola con motivo de ta coronacién del ‘Alfonso XII, trascendental acontecimiento Hlevado a efec- 117 de mayo de ese aio, A sta ciudad trae a su esposa Maria Dolores y a sus tres s Jestis, Maximo y Ramén, pues, Angel y la nia Maria, 10 ya dijimos antes, habian fallecido en Bilbao. De esta ac- profesional en Madrid, Joaquin Trincado nos dice algo de sus libros. ediatamente después de cancelados sus compromisos jonados con dicha iluminacién, pasé a ser Jefe Encargado Sociedad Saltos y Villora, empresa que laboraba en un }de agua para una Central Hidroeléctrica, en la provincia lencia. En vista de que este trabajo le exigia ausentarse rencia y por muchos dfas hacia zonas montafiosas, Joa- Trincado decide que su esposa Marfa Dolores y sus hijos a Bilbao... y allé retornan, bia otra circunstancia no desdefable por la que Trinea- jimarfa prudente que la familia regresase a su propio lar, a poco de haber cumplido é1 su compromiso de electri- 18 Jose R. Mexpoza Vatteio cista con la Corona y luego del ascenso de Alfonso XIII al tro- no, a situacién politica espaftola dejaba de ser la relativamen- te apacible que venia cursando desde la Regencia de la madre Maria Cristina Habsburgo-Lorena. Se rompia lo que amaria- mos el statu quo politico de turno de dos grandes partidos y cmergia una agitada actividad palatin, sobre todo en cuanto & fa designacién de los Ministros, et. y baste esto para preso- poner la convulsién o intranquilidad en ciemne, propiciatoria de tin ambiente en el que él, padre de familia y hombre de traba- jo, no estaba interesado pese a lo fervoraso republicano que ‘ra, tanto més cuanto que Tumiaba viajar a América Expatia no serfa, ni remotamente, el escenario mas propi- «io para realizar un cometido que, como simple hombre, no sabe todavia cusl era, pero que lo presentia grande y trascen- ental... Por esto y por lo que a diario y abundantemente in- forma la prensa madrileta, debe atravesar el Atlintico, rumbo 4 América, propiamente a Argentina, al que ya sabria un pais agropecuario por excelencia, de gran movimiento inmigrato- rio, ¥en la Jefatura de la un hombre progresista -el General Julfo Argentino Roca- quien venta impulsando notablemente el jprogreso en el orden econémico y cultural y ue rubrica su bri- Tiante labor de Gobierno implantando la ENSENANZA LAI- CA... En este importantisimo rengl6n para el franco desenvol- vvimiento de ta cultura en general de los pueblos, el valiente Presidente Argentino Roca nos recuerda la id que quizs con ms rigor o mayor trascendencia habian efectuado, tes décadas aris, Domingo Faustino Sarmiento en Argentina, Justo Rufino Barrios en Guatemala, Benito Juarez en México y el abogado y general ‘Antonio Guzmén Blanco en Venezuela, nuestro Pericles. [No sabemos si nuestro biogratiado presencié la inaugura- cién de Ia ya citada Central Eléctrica, en la provincia de Va §QUIN TRINCADO ALGO DE SU VIDA Y DE SU OBRA 9 i, pero lo que sf esté comprobado es que en el 1903 se le fadelantando diligencias encaminadas a marcharse de Euro- rumbo a América, El viaje de Europa a América lo hizo Joaquin Trincado en el or de carga “Berenguer el Grande”. De algunas incidencias, en a travesia, 61 nos habla en la pigina 208, edicignpri- Buenos Aires 1924, desu obra “Condcete a Ti Mismo. iba a Buenos Aires, Repiiblica Argentina, con sus 37 jen vividos y bien aprovechados. Llegaba en la primera na de noviembre del 1903. Alli nuevamente se encami- Ja misma profesién de electricista, ejercida en su patria le algo més de diez aft. De buena parte de sus varia- ingentes actividades en esta ciudad, como en toda Ia na~ ‘nos ocuparemos més adelante, pero su domicilio fue siem- Capital Federal, las referencias biogrficas que se conocian de los 32 Joaquin Trincado en la Argentina, en las cuales la des- fidad de algunos, el fanatismo de otros y la ignorancia ‘més, han contribufdo a cohonestar mentiras y a ocultar es. i se sabe de nuestro querido maestro el filésofo espa- yntemporineo, Don Joaquin Trincado Matheo Alfaro y sieramos EXENTOS DE TODA RESPONSABILIDAD a quienes, at os dens nina bonestidad saya, econiron en el aman rato en el flea «Raxgos Biogtins de Joaguin Trneadom, de extras os y de coadenabesomisiones, del cul fae autor Luis B. Vareas Mui, Zula, 7 de ess misnoe dlioe aesamos ese oo pagucte que con el esc ttl de sBiogafa dl Mesto Joaquin Trincado Mateo» ets «Vor vas de México, en aposo del 1972, 2 Jost R, Mexpoza Vaussi0 “Ayala? De su vida, poco 0 casi nada dice él en sus libros... ;Y fueron 37 afios los que él vivi6 en Espatia, su patria, antes de venir a América, a Argentina! Los datos o referencias atinentes a esos 37 afios o a algu- nos de ellos, para ser més preciso, fueron obtenidos personal- mente por nosotros, hace TRES DECADAS, muchos de los ‘cuales en esas frecuentes y larzas conversaciones sostenidas con Demettio Jests Trincado Agramonte a las que ya hicimos re- ferencia, Datos hasta entonces totalmente desconocidos en ‘América y que por primera vez muy parcialmente son dados ‘a Venezuela y al mundo en el periédico “Pensamiento Univer- sal” -enero 1967-, érgano de nuestra Cétedra Distrital “Liber- tador”, con sede en Caracas, de la que era Director-Fundador ese gran hombre, topSgrafo, musico y poeta que se Hlamé Juan Esteban Aparicio, Después esos datos fueron fielmente repro- ducidos en la revista “Renovacién” de México, bajo la direcci6n el periodistay escritor Justo Gonzalez Maldonado, Antes de esas fechas, pocas costs ya habiamos adelantado en nuestofolleto “El ‘Crimen de Buenos Aires”, editado en agosto del 1966. Después de esos originales relatos nuestros, hubo trincadistas que en oportunidad de presentar porciones biogri- ficas de lo que fueron verdades obtenidas por nosotros, incu- tieron en la deshonestidad de ofrecerlas ocultando Ia fuente de origen, omitiendo verdades importantisimas, mientras que por fanatismo y cobardfa convalidaban falacias, entre éstas las atinentes a supuestos estudios o credenciales académicas que acreditaran la posesién de Titulo Universitario que (conviene cexpresarlo categéricamente), nunca jamés el Maestro Trinca- do hubo de obtener. Y es cuestién no sabemos si de simple ignorancia o de mero fanatismo, puesto que el mismisimo ‘Maestro Joaquin Trincado dej6 expresamente consignado en su obra “Los Cinco Amores”, pigina 101, esto: Joaauits TRINCADO ALGO DE SU VIDA ¥ BE SU O0RA “No le han hecho falta al fundador de esta Escuela los) titulos universitarios para sentar juicios irrebatibles y axiomas indestructibles; pero ha sido reconocido por otros hombres de moral verdadera, de ilustracién basta, por su esfuerzo conquistado también, y hoy adomnan los. ‘muros de su cétedra titulos de honor y de adhesion de todas partes del mundo, de los que estudian la vida real del espiritu y las leyes inmutables, que es la verdaderat moral, Pero este estudio pertenece al quinto amor, don= de se tralard extensamente. Aqui sélo ha sido el expo= nerlo un incidente grato, por haber recibido en esta fe- cha, 11 de noviembre de 1920, esos titulos.” ‘También en el “Buscando a Dios”, Capitulo Duodécima larrafo Il, dice: .. “Yo tampoco tengo titulos académicos uizés sea propicia Ia ocasién para informar de esta ignorw= jad: que no obstante su humilde origen, la familia intruénigo y por tanto Joaquin Trincado, pos sudo de Hidalguia ~“de clase noble y distinguida”- cone da “ante los Tribunales de Navarra en 1523”, Escudo. 1 poseemos copia, gracias a diligencias que a solicitud m fa llev6 a cabo, en Espafia Don Francisco Monsonis Ort, = icado Adherente de la EMECU. En compafia de Don Demetrio Jests Trincado Agramoniey smbre culto y de agradabilisima conversacién, también elec: icista como su padre, visitamos 0 anduvimos, podemos decit ue paso a paso, las calles de Cintruénigo donde hicimos per= mal contacto ~esto fue el 28 de junio del 1964- con el sefior jemesio Marin Trincado, de 77 aifos de edad, primo hermano Joaquin Trincado’. De alli nos trasladamos al suntuos0 DATO CURIOSO: en Cintruaigo, donde residen fairs de Jags Tit vo, todos os de ete apelido sels conoce como Plolas. Fue la inform m4 Jose R, Mexooza Vatit0 ya mencionado Monasterio de Santa Marfa de Veruela donde fuimos atendidas por su muy gentil Rector, Pbro. José Luis, Mic Buchén, S.1 Nos place expresar que visitamos las calles de esos lares, que conocimos todas las casas donde él vivi6 en Bilbao y fo- tografiamos todo cuanto nos fue posible Repetimos la pregunta: ,Qué sabfamos del querido herma- no Maestro Joaquin Trincado antes de nuestto recortido por Espaiia, en oportunidad de pasar unos tres meses en Europa en el ao 1964? Pues, repetimos, poco, muy poco, casi nada. Ni siquiera en las diversas conversaciones sostenidas en Bue- nos Aires con Dofia Maria Mercedes Riglos Negrete, con Juan Donato Trincado Riglos y ni aun con nuestra muy apreciada Joaquina Ana Trincado Riglos -para hoy ya desencamados-. Con ésta, dada su cultura académica, su don de gente, y las relaciones tan familiares que largamente sostuvimos; sf, ni si- uiera en esas frecuentes conversaciones con esas tres perso- nas, fue posible, pese a inquirirlo constantemente, saber algo de lo que después y personalmente verificamos acerca de cémo habia transcurrido la vida de Joaquin Trincado en Espatia. De estas indagaciones nuestras en Buenos Aires puede dar fe nues- {ro apreciado Adherente Prof. Carlos Grillo, Representante al de EMECU Internacional. Fue mayormente durante esos 37 aflos cuando la vida de ‘ese gran hombre discurrié dentro de las mis diversas y con- ‘rovia que se nos hizo poco ants de Hepa a esa Villa, Eectivament, al saberse All ds interés por conocer a os Trincado,acompaido de ana hija suv se nos ‘resenté Don Nemesio Man Trincido, ci veivndicando paral aii el cog. omento de Pirlas. Se ns 86 por alto inguse qué sigiicaba o cual el oraes ‘dees nominacin, Lo que Ses evident os que nose Waa de algo denigrame © ‘enotas, pues gulls se sesencomplacidas cuando eles tata come Pros 4QUIN THINCADO ALGO DE SU VIDA ¥ BE SU OBRA 2s jastadas circunstancias; sin bréjula, sin camino ni destino de~ ido, cuando hubo de experimenta lo suficiente para después, lientemente expresar, como expres6: «Pasé por todos Tos he- 1 de los hombres con excepcién del crimen”... Por esas palabras suyas y por otras que se leen entre Iineas ‘sus libros, fue por lo que en nuestro folleto “El Crimen de iuenos Aires” -agosto 1966 dijimos que Joaquin Trincado mezcla del chalado Ignacio y del calavera Agust Iue es lo cierto que todo ello lo encontramos en el hijo jnimo de Cintruénigo”. * situscando a Doo» pgina 322 |. JERUSALEM jCudnta satisfaccién y sano orgullo sentimos cuando hace- 3s referencia y damos fe de importantes ¢ hist6ricos hechos ficados in situ! Eso hubimos de experimentar en nuestro Fido por Cintruénigo, Santa Marfa de Veruela, Bilbao, jemnica, Madrid (Espaiia) y luego Argentina, procurando 0 mnfirmando informacién acerca de la vida de Joaquin Trinea- 9. Ahora, cémo no considerar la inmensa satisfaccién de este warro cuando decide investigar ¢ investiga la tierra que laron Juan e] llamado Bautista y Jests de Nazareth jerusalem- personas por las que él sentia particular admira- ny respeto y acerca de las cuales no tenfa otras autoriza- referencias que las muy turbias, contradictorias y racio- ente inadmisibles recibidas en el Monasterio de Veruela ias Evangelios, que como novicio jesuita se los sabria ‘memoria; pero como tampoco Ie satisfacfan esas profanas jones que en abundancia cursaban al margen del Nuevo stamento, entre las cuales las haba que Hegaban hasta ne- Ja existencia de Jesis, Joaquin Trincado decide viajar al fedio Oriente. {Qué credenciales estatales, académicas, diplomaticas 0 sulares, judeo-cristianas, sociales, de cualquier otra natu- za, 0 cuales © cudntos eran los recursos econémicos que sntaban Ia empresa de este hombre, personalmente de me- 2% Jose R, Mexpaza VatLex0 diana estatura, impecable indumentaria, de expresién fluida y persuasiva, de andar precipitado, de prematura pero reluciente Ealva y de muy negros y abundantes mostachos? Lo estimula- ba la muftitud de inguietudes que Hevabs in pectore, que no Te permitrian paz interna hasta no lograrcertidumbre acerea de ese raro ser, Jess, quien segén los Evangelios seria, ime- fable, taumaturgo, engendrado contra natura, para algu- nox “inexistente”; para otros DIOS que, por contraste, cruel- mente acaba asesinado por decisiGn de quienes en su pueblo ‘eran Representantes de Dios Noes cl caso del prestigioso filésofo francés José E. Rendn (1823-1892), cuando con aniloga finalidad viaja hasta Palesti- hha -1860-, quien entre otros propésitos incursionaria acerca de Jess de Nazareth, pero provisto de todos los recursos de {que carecfa Trincado, incluyendo uno muy importante: el co- rocimiento de lenguas semiticas (arameo, caldeo, siiaco, asir hhebreo, frabe, etc.) puesto que en estos idiomas se encuentra, originalmente, todo el principio u origen y la verdad verda- dera, valga el pleonasmo, de todas as mentiras que histérica y religiosamente han dominado en occidente. 'A falta de todos esos valiosfsimos recursos de que dispuso «1 filésofo Renin, Joaquin Trincado conts, aun ignoréndolo, con Ta asistencia espiritual precisa que lo llevarfa, como lo Hev6, 8 Ia fuente ideal donde originalmente se hallaba la real y 10 mistificada historia de Jesis, un recéndito ugar en donde la etractora mano del Cristianismo no habia Hegado o no ha Ile~ {gado atin, De ali el porqué en la historia 0 biografia de Jess de Nazareth escrita por Trincado haya tantos datos nunca antes ex- presados por ninguno de los diversos bigrafos del nazareno. ‘A Joaquin Trincado, quien como hombre no sabe, @ cia cierta cusl la misién que por Ley Universal llevaria a cabo Jorchi TRINCADO ALGO DE SU VIDA ¥ DE SU OBA » 'y con esto, a certidumbre de que Jestis, por todo cuanto en forno a él se hablaba y se ha venido hablando durante 20 ‘los, le resultaba impretermitible precisar la verdad de ese jus fo, incluso si habia o no existido.. Por fin logra su primer paso: discretamente viaja a Jerusalem y luego de inenarrables peripecias, sigilosamente jovigndose de un punto a otro, auxiliado por vn intérprete lel que en algunos momentos hubo de dudar, logra llegar hase Ja muy secreta Kébala Mosaica, ali existente desde los tiem 10s de Moisés, En esta incursién, digamos detectivesca, con= sia con la intuitiva asistencia de que gozarfa cualquier otro jortal, no con una franca y notoria coberlura extrasensorily, ‘mediumnimica (de la que conscientemente disfrutara Lindbergh fando en su frégil monoplano realizara la hazaria de volar de iueva York a Paris), pues quién sabe si hasta la hubiera extri= fiado 0 techazado por inadmisible por su condicién de relle oso —para el momento- y, como tal, de adverso a toda snomenologta espirita. | Formulamos la hipétesis que precede porque antes del vile ‘Jerusalem e incluso cuando se encontraba en la tierra que laron Juan y Jestis, todavia el viajero “no habia ofdlo si- juiera una palabra de espiritismo; ni lefdo una sola letra”, pero jeurioso el dato!-, dentro de la Kabala, durante la entrevista lue €l mantuvo con los aneianos Maestros que lo recibier0n, intre éstos él oy6 de labios de uno de ellos, en casi correct, stellano, como que alli habia sefarditas, significativas exe siones que indvcian a presuponer que en ese reservadisimo fecinto conocian, cultivaban, la comunicacién espiritual; sip ificativas expresiones que entonces no interesaron al introniguero visitante. Es su propia confesién, Llama la atencién el hecho de que a tan atrevido investigt= 9 se le habilitaran los medios para localizar tan privado 1¢ x0 José R. Mexooza Vato into, que se le franqueara la entrada, que fuera bien recibido, pormenorizadamente ilustrado ~ver Capitulo Duodécimo de su libro ~“Buscando a Dios”, y que hasta se le permitiera sacar copias de interesantes y antiqu‘simos documentos que para sor- presa de israclitas y cristianos Joaquin los hace piblicos... Si ‘como esos ancianos Kabalistas dieron a entender, all{ practica- ban Ia comunicacién espirita, ¢s 16gico suponer que esos res- petables caballeros fueron advertidos del advenimiento y eré- dito axioligico de ese visitante. Quede pues esclarecido, particularmente para los emecuistas, que el viaje d¢ Joaquin Trincado a Jerusalem, cuya fecha no aparece en ninguno de sus libros, no fue desde Bue- nos Aires sino desde Bilbao, aun cuando es en la Capital Fe- eral Argentina, el aio 1931, cuando él revela tan importante cexcursi6n al Medio Oriente. ara muchos, seria légico y suficiente la mera considera- ci6n geografica o de las distancias: dudoso, que fuese realiza- da desde Buenos Aires, salvando un trecho de aproximadamente 14 mil kilémetros, cuando era més factible que efectuara esa travesia, como la efectus, desde la capital de Vizcaya, que en via recta hacia el Este estaba Jerusalem, aproximadamente a ‘unos 4 0 5 mil kilémetros. De paso, cobra verosimilitud la no- ticia de que él visitara Venezia, segtin carta suya que habria en México, de la que hemos hecho mencién anteriormente. {Ciertamente estaria Joaquin Trincado en Italia? No dispon- ‘drfamos de fundamentos para afirmarlo ni para dudarlo, pero si tendriase muy en cuenta que haciendo en Iinea recta esa tra- -vesia de Bilbao al Medio Oriente, inevitablemente se topa con la peninsula itélica. De manera pues que al evidenciar el cuestionado viaje fue desde Europa y no desde América, no paramos mientes en el i TRINCADO ALGO DE SU VIDA ¥ DE SU CBR 31 de las distancias hemisféricas sino en la INFORMA JON PERSONAL que Joaquin Trineado da a sus cama- wdas en Cintruénigo, en septiembre del 1896, novedades itonces “sacrilegas”, sobre todo en ese alejado rincén sure- de la cristianisima Navarra, aun a fines del siglo XIX. Fue~ novedades “sacrilegas” que a nadie revel6 la fuente de ori- 1, que lo eta Jerusalem, pero les prometié darlas algan dia jo el mundo. Son las que é! hace paiblicas en Buenos Ai- en su libro “Buscando a Dios”, 35 afios después de su pro- esa en Cintruénigo, il. SU FAMILIA A BUENOS AIRES Ya dijimos antes, que al llegar a Buenos Aires ejerce su fesiGn de electricista y en el 1906 abre, como ayer en Bil- , un pequefto taller de materiales eléctricos en la calle itolomé Mitre N° 3458 y es ei ese mismo alo cuando fenta un invento suyo denominado “Atemperador eléctrico incado”, que tantos problemas le produjo. Hasta este momento se le ve algo satisfecho, sin las serias, socupaciones ¢ ingratas vicisitudes que ulteriormente lo con- irfan a dar comienzo a la misiOn que por ley divina hi de cumplir y que cumplié. ‘Alegre, remembrando todavia las satisfacciones que le ha- deparado sus dltimos y buenos tiempos en Espaiia, lo ve- 3s ahora luciendo contento su boina, su tipica y elegante capa ‘vasco Y transitando, no pocas veces en sefioriales coches jos pot caballos las hermosas avenidas que rodean el sin Parque de Palermo. Algunas veces alli se le vefa alternan- ‘con compatriotas suyos... Lejos estaba de pensar en las zan- dillas que le esperaban y en que no muy tarde se Tamentarfa no tener, a veces, ni un peso que le permitiera tomarse el iianero y “democrético cafecito” como llegé a expresar. Creyendo que serfan_pasajeros los contratiempos, las es- heces econsmicas,insospechando traiciones personales que 4 Jos R. Mexooza VaLLeno lo Hlevarian a la més dolorosa de la situaciones y_ya absorbi- do por la idea de escribir un libro que se intitularfa “Buscando 1 Dios”, resuelve escribir a su esposa que permanecfa en Es- pala, con sus hijos, para que se trasladaran a Buenos Aires. En febrero del 1909, corren los dias en que él esté eset biendo ese primer libro que acabo de mencionar, la sefiora Ma- ria Dolotes y los tres hijos del matrimonio: Demetrio Jest, de 18 afios; Maximo, de 16 y Ramén, de 14, embarcan en ‘Santurce, puerto maritimo de Bilbao, a bordo del barco mixto Parané, de la Compaaia “Mala Real Inglesa”. En el puerto de Buenos Aires los esperaba Don Joaquin, y ya reunidos, se ins- talan en la conocidisima calle Cangallo® Esta nueva reunién de la familia Trincado Agramonte no coincide, precisamente, con los mejores momentos econémi- 0s, animicos y espirituales del futuro fundador de la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal (EMECU). Dentro de ese cuadro de infortunio, casi de ruina, cada vez ‘més critico en el que se encontraba, el golpeado electricista es- ppafiol llega a concebir la idea del suicidio como Gnica salida de tan desgraciado trance. “Yo entonces -dice- no era nada; casi ‘nada, ni hombre por mi estado y posicién moral y material”. Es entonces cuando por insinuacién de un presunto amigo suyo, miembro de la Sociedad espiritista o espiritualista denomina. da “Constancia”, de Buenos Aires, agrupacién muy conocida que atin existe, acude a una sesin, oportunidad en la que se le dice mediumnimicamente, entre otras cosas, algo muy ter- © En muy familiar y prvada converseién de unas CUATRO HORAS que Profesor Pino Trincado Besbeny nosotosSosuvznos con Doda Mara Meee des Rigls Norte n su casa, en noviembre del 1962, ell nos confirmaba que fentonces 1900 el Maesto vivian a Calle Cangalo. in TRINCADO ALGO BE SU VIDA ¥ DE SD OBA 35 te: “muy grande pero muy dura es tu misiGn y triunfa- pero no te vengues, ni te suicides”. Seria lo nico que de bueno a él le ofteceria esa Sociedad que, afios después, en octubre del 1917, hay motivos para €1 arremeta contra el Presidente de dicha Sociedad al que 1a “obispo disfrazado” y a la Sociedad la califica de “re~ t0 de charlatanes, cobardes, mixtificadores, detractores, cheros..” Los dirigentes de ta “Constancia” no le ad- jan observaciones ni criticas; tampoco le perdonaban perdonaron nunca su antirreligiosidad... Corria, ya hemos dicho, el afio 1909, época del mayor ago- material y de serio quebranto espiritual habido en la exis- a de Joaquin Trincado, pero que serfan, sin lugar a dudas, circunstancias previstas por la Ley como las mas a propé- para que despertara el misionero. Mas, previsto también aria visitar un Centro espiritualista y conocer la érvese cémo este hombre, de no ortodoxa monogamia, ctividad profesional lo hacia cambiar de residencia y de do- lio, siempre trafa a su lado a su esposae hijos: de Ciniruénigo bao, de Bilbao a Santofa, de ésta nuevamente a Bilbao, de a Madrid, de Macrid a América, a Buenos Aires. ‘No obstante esta evidente verdad hist6rica, hubo quienes leron la osadia de echar a andar bajo el titulo de “Nota ratoria”, de la que fueron responsables los editores de INFORMATIVA” de México, la siguiente falsa version: “A fines de 1902 Joaquin Trincado abandon6 a su es- Maria Dolores Agramonte de Trincado y a los tres existentes en ese tiempo..., sabiendo por referencia a , que se habfa trasladado a América...” 36 Jost R, Mexpoza Vat1830 Entre cosas ciertas y no ciertas, lo que ahora hemos co- ppiado es un segmento mentiroso y una mala manera de retri- buir, digamos la lucrativa y poco escrupulosa comisién de reeditar los libros de Joaquin Trincado, con la circunstan- cia agravante, ademas, de hacer mutilaciones a dichos libros, como lo fue la de suprimir esa especie de eartilla filoséfico- doctrinal que como “Consejos y Recomendaciones” antecede ‘todas las obras escritas por el fundador de la EMECU, y tam- bign podar y arreglar a su libre arbitrio los indices de dichas obras, lo que editorial y moralmente es hecho punible consu- ‘mado por “Voz. Informativa”. MI. LA FAMILIA TRINCADO REGRESA A BILBAO. El 19 de diciembre del 1909, 1a familia Trineado ramonte, Dofia Dolores y los hijos, regresan a Bilbao. El izonte no se nos ofrece lo suficientemente facil y sobre todo ifano como para analizar la situacién emocional, econémi: moral y social, quizas la peor experimentada por Joaquin ado, tanto mas cuanto que se Ie dificultaba realizar el im- Iso imperativo de escribir. Es como para presuponer que él dijese: de no estar arménicamente acompanado prefer estar s6lo conmigo mismo, y opta porque la familia re- «Bilbao. Para mejor percibir la situaci6n, conviene pereatarse de que ndo el primer lustro de haber legado a la Argentina, ogicamente este hombre cra ya una persona distinta de jella que hacia unos siete afios habia partido de. Madrid y distinta aun de ta que habia egresado del Monasterio de la Maria de Veruela. Ahora, es algo més que liberal e irre- joso; mas que laico: era antirreligioso. Es presumible que si bien ya no estarfan presentes o con el 10 Vigor los estimulos de Tenorio que tan frecuentes des- nencias hogareiias le habian suscitado, si es l6gico presu- jer_ ahora la presencia de otro factor, de factible discre- incia en la pareja, que bien podria serlo esa férrea 38 José R. Mexpoza VALLEIO antirreligiosidad, lo que seria o podria ser antitesis de la muy firme, tradicional y respetable formaci6n social y catslico-cris- tiana de Dofa Dolores, statu quo contra el cual se habia pro- nunciado su marido... Presentes las circunstancias arriba citadas, nada més civili- zado y recomendable que el distanciamiento temporal de la pa- reja. Esto, que seria tributo al mutuo respeto ideolégico de las partes y de relativa armonfa de esa sociedad a ta sazén legalmente indisoluble, pudo haber sido el motivo de una se- paracién que de momento quizas creyése temporal pero que se prolongé por toda la vida.. Por supuesto, las disimiles posturas entre los esposos.no determinarian indefectible la extincién de la relacién del padre ‘con sus hijos y tenemos motivos para expresar que no se ex- tingui6, En esas largas conversaciones (unas veces disfrutando muellemente de las comodidades de su agradable mansién 0 Peripatéticamente transitando las centrales calles de Bilbao), sostenidas con Don Demettio Jestis, nos fue grato y significa tivo enterarnos de que él sabia de los libros de su padre y ue de és0s tenia no precisamos entonces ni cudntos ni cuales. Lo para nosotros indudable era que al referirse a “los libros de mi padre”, centr6 su comentario en el que “él trata de la lectricidad y magnetismo”, lo que para nosotros era claro se referfa al libro “Método Supremo, Magnetismo en su Ori- gen”, acerca del cual su padre hacfale especificas acotaciones, sobre la materia objeto de la obra. Darfamos por descontado el interés que el hijo tendria respecto al mensaje, no slo por- ‘que venfa de su progenitor, sino también y acaso més, porque ste era un experimentado electricista que le habla asu hijo, tam- biién destacado profesional de la materia, ya retirado, 2° En 1910, época de constante estudiar y escribir, hace un 1evo intento comercial en el ramo de la librerfa, to que muy nto result ser un mal negocio que él abandona para entre~ definitivamente alo que seria apostolado para todo el res- de su vida: el Espiritismo y la fundaci6n de su Escuela Mag- tico-Espiritual de a Comuna Universal (EMECU), lo que tia el 20 de septiembre del 1911. jna sublime visita, Ese mismo afio, en la noche del 11 de febrero, inesperada- te Joaquin Trincado experimentaba el fenémeno espirita juizés mis impresionante y sensible para él entre los innume- les y auténticos que habia recibido en su vida: frente a él, nitida presencia de una mujer, no precisamente una de las, Jo pocas, ya desencarnadas, que se hacfa presente para ostrarle el hecho de haberla engafiado en su vida de Teno- 3» pasajes estos no decorosos que el moralista de ahora no ult6 a sus disefpulos sino que los presentaba a éstos como as lecciones de las que no debfan ser normas de conduc- ‘moral; esa elevada moral que predicaba e inculcaba la doc- de su Escuela, Pero volvamos al fenémeno espirita que Joaquin Trincado perimenta la noche del 11 de febrero del 1911, porque es Y distinta pincelada de las tantas que pasan inadvertidas la vida de los que desconocen o ignoran el mundo de la es- ritualidad. La dama que frente a él tena esa noche el funda- w de la EMECU, era inconfundible y muy bello y triste el tivo de la visita. Era la que él amé y amaba mucho, la dni ‘que por su intenso y estrecho vinculo estimulaba un inefa- sentimiento que suele expresarse con ligrimas... Esa mu- era Ia misma que durante siete meses lo habia abrigado en 0 Jost R, Menpozn Vausii0 su claustro mateo y la que le suministré ese alimento lécteo natural que s6lo las madres saben producir, Era la que, satis- fecha de su misién cumplida, abandonaba el mundo material no sin antes acudir hacia donde hallabase su hijo Joaqu‘n, quien imente recibe el Gltimo beso materno y con éste la ex- in de despedida. ;”Adios, hijo mio”! Efectivamente, en la madrugada del dia anterior a esa des- pedida, desencamaba en Cintruénigo, Navarra, la ya anciana dofia Romualda Matheo Ayala de Trincado, a la que hacta die- ciocho afios materialmente él no vefa, Jestis o Demetrio Jests Trincado Agramonte fallecié el 23 de agosto del 1990, en Algorta, Vizcaya, donde pasaba unos dias de asueto con sus hijos Jest y Loly (Dolores). , SU ENCUENTRO CON LA. FRANCMASONERIA Por lo que ampliamente él ya sabfa de las religiones, en cial de la Cristiana Cat6lica, Apostdlica y Romana; por la rata experiencia que ha hecho en su contacto con centros jrituaistas de Buenos Aires; porque a fuer de convencide sta y de ser adverso a la violencia como sistematico mé- Jo de lucha no puede ser marxista; al ser, como él era, fer~ sulta providencial: en ella decanta y fortifica sus més caras, \quictudes y se hace mas6n, Alli encuentra hombres que lo an “hermano” inspirados no solamente en los principios de 3, Libertad y Fraternidad, sino también en los que cond sn al mundo de lo trascendental, de lo esotérico, de la jumerologia, de la verdadera Magia, de Ia Espiritualidad. Si, ¢ ha encontrado con la existencia de una institucién de la que 10 habria tenido en Espaiia la menor informacién, salvo la de ue era “condenada” por la Iglesia Catdlica ‘Como esos tiempos son los peores que vive el atormentado bre es por Io que opta que su familia regrese a Bilbao, retor- 10 que es emprendido el 19 de diciembre del 1909. La sefiora fa Dolores Agramonte y Navascués de Trincado sigu6 vivien- «en Bilbao, donde desencarn6 el dia 14 de marzo del 1958. Esto 8, que ella sobrevivie al Maestro Trincado, veintitrés aos. ee ee ee 2 Jose R. Mexpoza VaLLeW0 ‘Queda, pues, Joaquin Trincado en Buenos Aires, desem- barazado de problemas familiares, expedito para entregarse, ‘como se entrega, a la tarea de plasmar sus inquictudes filos6- fico-doctrinales que ya de manera incontenible se manifesta- ban en él ‘Se ha hablado poco de la Francmasoneria y se ignora 0 se esconoce consciente o inconscientemente lo que para Joaquin Trincado represents la institucidn de la escuadra y el compas y hasta se ha dado el infeliz. hecho de que alegremente miem- bros de nuestra Escuela hayan Hlegado a aventurar desafortu- nados conceptos acerca de la Francmasonerfa, Son fandticos ¢ incultos, desconocedores de las histéricas jornadas que los hombres del mandil han llevado a cabo a través de los siglos y en todo el mundo. Ignoran que no ha habido honroso movi- ‘into politico social en pro de la libertad de hombres y pen- | __satmientos, de condenacién al fanatismo, a la supersticién y en la prédica de la Libertad y de la Fraternidad, donde la accién promotora de todo ello no haya sido obra de los francmasones. Por eso, Joaquin Trincado tuvo como un honor hacerse franemasén y francmasén fue hasta el fin de su dias; y tanto, ue al desencarnar 0 “pasar al Oriente Etemo”, como suele de- cirse en el Ambito francmasénico, en ocasién de efectuarse su sepelio, las mas Altas Autoridades de la Gran Logia Francmas6nica en la Reptiblica Argentina pidieron permiso y Jo obtuvieron de su familiares en Buenos Aires para rendirle, ‘como le rindieron, los honores correspondientes. En “Crénica de la Enfermedad y Desencarnacién del Maestro”, inserta en “La Balanza” del 15 de diciembre del 1935, se lee el parrafo que seguidamente transcribimos “De inmediato se levant6 en el Salén de Sesiones ta ‘capilla ardiente de severa sencillez, cubriendo el féretro la (QUIN TRINCADO AICO DE SU VIDA ¥ DE SU OBRA 48 indera Universal creada por él y a la cabecera se lefa Ia jente inscripcién: “SUMMUN SAPIENTAS DOLORIS MSUM!”, que por su jerarquia masénica de Gran \estro le correspondia doblemente con sus insignias”. Asi procede la Franemasoneria con quienes han sido fie~ 44 Ella como lo fue Joaquin Trincado porque, como dijéra- sen nuestro discurso cuando celebramos el Segundo Con- Internacional Espiritista Trincadista en Caracas ~oc- re 1989. ... “la Franemasonerfa no rinde honor a los idores o perjuros”. Su deceso debiése a una vieja afeccién cardio-pulmonar In que para cuidarse debidamente siempre le falt6 tiem- (sic). Rodeado de sus familiares, del médico y de sus més alle- 8 diseipulos, fallecié a los 69 aiios, en su casa de habi- iin en Buenos Aires, calle Sarmiento N° 3137, el 6 de jembre del 1935, a las 10 y 30 p.m. Sus diltimas pal fueron: “EN VOSOTROS DESCANSO”. Son raros los casos de Cétedras de nuestra Escucla, en Ve- cla, donde no haya francmasones, casi siempre en funcién resentativa, Esto fue ayer, esto es hoy y lo serd siempre. la Céitedra “Ley de Justicia” N° 172, durante las décadas Jos alios treinta y cuarenta (época en la cual quien ahora to expresa era miembro del Consejo de ese organismo), Ia esentaci6n institucional, cultural y doctrinal de esa nuestra iidre Cétedra estuvo a cargo de activos y distinguidos rancmasones. Unos, que por francmasones tuvieron a bien ha se espiritistas trincadistas; otros, que por ser espititistas incadistas tuvieron a bien hacerse francmasones. Ello, por a analogia de principios que hay entre la EMECU y la Jost R. Menpoza VaiL#i0 Francmasonerfa y, siendo asi, no podria desaprovecharse la oportunidad de tlevar nuestra Doctrina allf donde con mayor libertad Ella puede ser y es ofda, fraternal y respetuosamente. En esas décadas de los treinta y cuarenta, periodo brillante de nuestra Citedra “Ley de Justicia” N’ 172, de Cumand, Es- tado Sucre, Pionera del espiitismo en Venezuela, sien esa épo- cca de la dictadura de Juan Vicente Gémez, alli descollaron los hermanos francmasones Manuel Salvador Foucault Ruiz, Ce- lador y sempiterno encargado de la Direccién; Eulogio Gonzalez Maneiro, en la Secretaria Primera; Severiano Arocha Irazibal, Miembro del Consejo; Ramén Herrera Parejo, con cargo en la Asamblea Comunal y quizis otros que de momen- to no recordamos... Hemos visitado todos los paises donde hay organismos 0 Citedras de la EMECU y en ellos siempre hemos experimen- tado el placer de encontrar militates pertenecientes a las dos Instituciones. En México, por ejemplo, son no pocos y todos 80s bimilitantes encontrarfanse dignamente representados en ese ciudadano mexicano de excepcién que se Hamé Victor Manuel Fuenlabrads; yen Venezuela a nuestro ensayista y poeta Pedro Mora Marrero. Fuera de Venezuela, el Consejo Nacional de la EMECU ha levado a cabo importantes jomadas para las cuales ha conta- do con el valioso concurso de la Francmasonerfa. De ésas, una de las més importantes levése a efecto en Santo Domingo, R.D., desde la tiltima semana de junio hasta la primera de ju- lio del 1981 Contése con el conocido Gran Sal6n Nacional de la Gran Logia de la Repiblica Dominicana, en el cual se oftecieron con- ferencias durante tres noches seguidas que estuvieron a cargo sy TRaveAbO ALGO DE SU VIDA Y DE St On 45 Jos miembros del Consejo Nacional Venezolano José R. jendoza Vallejo, Hermes Aparicio Jaimes y José Claudio inchica, actos presigiados por numerosa asistencia en virtud 4que fueron suficientemente anunciados por la radio y pe- ficos de la localidad. Resultaron ser actividades de cilida emnidad entre trincadista,filotrincadistas y francmasones, stacindose entre ellas Ia valiosa intervencién del francma- hermano Don Hugo E. de Le6n, conocido periodista y edi- dominicano, quien diligencié y obtuvo para la presentacién la delegacién venezolana el Canal 4 de Radio y Television mminicana, en el lugar y tiempo cortespondientes a un Pro- yma del Director Don Rafael Garcia. Esta 1mo tema “Cul es el Espiritismo Trincadista, fundamento je la EMECU”, actuando como Moderador Don Hugo E. de 6. . DE LA FRANCMASONERIA Y LA EMECU Alreferirse a lo que politica y socialmente se respiraba en siglo XIX después de Napoledn —en su obra “Los Extremos Tocan’=, el Maestro trae a colacién lo que quedaba latente 10 defensa de “principios de los oprimidos”, por lo que ice-, “sale al descubierto la Masoneria, contraria al ré- in absolutista y freno férreo del Papado...” Y afiade que por los resabios humanos”, la Institucién de la Escuadra y 1 Compas tenia que trabajar “en las sombras” y practicar “la mnspiracion”, Comenta que en ella hay “grados y rituales” que mn reminiscencias religiosas de su antiguo origen, que en 1 Insttueién “ha habido hombres meritorios y de vocacién” inque también los hubo “temerarios y de ideas de destruc- jon”. Esto Ultimo tendriase, acotariamos nosotros, como que- rantamiento de las normas o doctrinas de la Orden, lo que ha mntecido generaimente en todas las Instituciones, incluida uestra Escuela. El Maestro Trincado redondea su ecuénime cio signiticando que aun con todas las fallas que pudie- in atribuirsele a fos masones, “LA MASONERIA FORMA IN ESCALON EN LA ESCALA DEL PROGRESO ESPI- ITUAL” (Mayésculas nuestras). De ninguna otra Insttucién jumca habria dicho esto Joaquin Trincado, En honor a la Verdad, haciendo justicia y enarbolando el principio trincadista de “NO CENSURES NI HAGAS CRI- 48 Jost R. Mrxpoza Vainio TICA DE LO QUE NO ENTIENDES”, porque “LA CRITI- CA DE LO QUE SE DESCONOCE ES CALUMNIA” (lo que se impondria recordar a trincadistas no francmasones que aventuraren conceptos acerca de la Francmasoneria), hay que sentar, y responsablemente asi lo sentamos, que si la Religion es “relegacion de derechos”, como nuestro Maestro dice, sépase que la Francmasoneria NO ES RELIGION NI ES RELIGIO- SA. Esa es una Institucién dentro de la cual nadie relega sus derechos sino que ella estimula para que se nos respeten esos derechos, y condena a ultranza el FANATISMO y la SUPERS- TICION. Mas, si bien dentro de ella hay o puede haber miem- bros con prejucios o resabios religiosos, no podemos negar que victimas de esa doencia también las hay en todas partes; has- ta en la EMECU, Igualmente hay que dejar sentado y tespon- sablemente asi lo sentamos, que no existe ni ha existido nin- guna Institucién cuyos principios generales sean mas and- Jogos a los de la EMECU que los de la Francmasonerfa. Esto explica cl porqué la generalidad de los francmasones positivamente cultivados se sientan bien entre Ios emecuistas ‘0 Adherentes trincadistas,y el porqué no pocos de aquéllos sean miembros activos de la EMECU; y por qué también emecuistas instruidos, sensatos y no fandticos se sienten a gusto y bien tra- tados en las logias francmas6nicas. ‘Todavia no hemos visto que formalmente alggin acreditado miembro de la EMECU y a la vez franemasén culto y liberal haya discernido acerca de la relaci6n doctrinal existente entre Ja Francmasoneria y la Escuela fundada por el Maestro franc- ‘mas6n Joaquin Trincado, asunto acerca del cual creemos ya ‘oportuno formular y formulamos las siguientes CONSIDERA- CIONES: ‘A. No puciendo Joaquin Trincado transforma la Frencmasone- ria porque estructural y doctrinalmente Ella no es susceptible Joacuins TenicADo ALGO DE SU IDA ¥ DE SU on 40 de transformar; estimando que dentro de Ella y ajustado a los ceinones de la misma no era posible el desenvolvimiento de! Plan Sociocomunal que é1 propugnaba, primordialmente desa- rrollando el Programa de reivindicacion y abierta divulgacion del Espiritismo (doctrina que ampliando la concepcién kkardeciana él develaba como Politica del Creador y Gobier- no del Universo); considerando que tal Programa habia que opagarlo no puertas hacia adentro, sino puertas hacia fuera; no pudiendo conciliarse con la norma franemas6nica de que la Divinidad, Ser Supremo 0 Gran Arquitecto del Uni verso podia ser ficimente bien concebido dentro de los tradi ccionales vicios que caracterizan a todas las religiones; cor derando de capital importancia que la mujer, madre y ne- ‘eesariamente compafiera del hombre, fuese indispensable su incorporacién en Ia sociedad, en todo y con todos los derechos igual que el hombre ~entonces no se admitia @ In jer en Ia francmasonerfa~; por tltimo, estimulado y aseso- al efecto por espiritus Maestros (algunos de éstos, los mis- ue instrufan a Allan Kardec), Joaquin Trincado, sin trai- ionar a la Francmasoneria, menos aun abjurando de ésta, y cuanto tampoco la Orden Franemasénica se lo prohi- fa, decide fundar y funda una Escuela, la nvestra Ia EMECU-, a80 (rascendental que él llev6 a cabo abiertamente y por cier- {o no sin el concurso de algunos hermanos masones, que si- guieron siendo tales y leales a las dos Instituciones, lo que factualmente se mantiene, B. Valga la informacién para tirios y troyanos, el eriterio personal de quien esto escribe es que estariamos presentes en la tribuna de las iglesias eat6licas o protestantes, en la de las ermitas, en la de las mezquitas, en la de las sinagogas, tc, Si en es0s escenarios religiosos se nos permitieran y se hos respetaran nuestras disertaciones doctrinales como se nos 0 Jost R. Mexpoza Vann ppermiten y se nos respetan en las Logias de Ia Respetable In: tituclén de la escuadra y el compas. Solo esto bastarfa. para que se entienda y se justifique la presencia emecuista en la Franemasonerfa C. La Fraemasoneria fue para Joaquin Trincado algo como lo fue la Kabala mosaica para el joven Jesis de Nazareth. Decimos “joven Jests de Nazareth”, porque como se sabe, nuestro hermano y Maestro Jestis estuvo en dicha Kébala me- nos tiempo que el que la generalidad cree, pues fueron varios los afios que él pasé hollando lares del exiremo oriente, am- pliando su cultura filoséfica y psico-magnético-espiritual, incrementando un acervo cultural imposible de lograr en un pais a la sazén tan resabiado y tan inculto como el suyo... Aun te- niendo en cuenta, como fenemos, los preceptos cosmogénicos que preceden a nuestras encarnaciones, nuestros sentimientos se resisten a admitir que Palestina mereciera haber sido digna patria de un hombre como Jess... Quienes saben de los arraigados prejuicios sociales y reli- ‘giosos que imperaban y ain imperan en Argentina y especial- ‘mente en Buenos Aires ~mas de diez veces hemos visitado ese pafs—sabrén valorar, como valoramos nosotros, el esfuerzo, va- Jor y perseverancia sin par que caracterizaron a nuestro Maes- tro en la empresa de llevar a cabo la fundacién de nuestra Es- ccucla, contra los respetables prejuicios allfreinantes y contra la Religisn, que era y sigue siendo un Poder, con la agravante circunstancia de ser extranjero; un extranjero rebelde a la na-

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