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TORT Ly contra la defensa TTT CCL Anatoli Karpov Hello everybody! Hola a todos!t "We are 2 group of chess fans who are producing chess material, We have several projects and ideas. We have members fromalll around the world, belonging to different cultures and speaking difierent languages, all oF us joined by our common love for ehess!.”” We hope you will enjoy our work! “Somos un grupo de funiticos del ajedrez, que estamos tratando de producir material de ajedrez, esarrallando diferentes proyeetns c ideas. Tenemos miembros de diferentes partes del mundo, pravenientes de diferentes -culturas, bablandlo diferentes kenguas, unides por nuestra pasiin por el ajedrez!.” Esperamos que disfruten de ‘esta muestra de nuestro trabajot, Jf you are interested in joining us, orsead any comments drop us an email at: thecaissalevers(@zmail.com Si alguien estuviese interesade en unirse a! grupo nos pueden escribir a: thecaissalovers Best repards!! ‘Saludos! * Caissa Lovers" Prologo Debo reconocer que, al igual que en otras obras semejantes, el titulo de este libro tiene cierto cardcter de reclamo. Es dudoso que nadie pueda encontrar una receta para ganar en una u otra apertura, y la defensa Griinfeld no es una excepcion. Pero hablando en serio, para el ajedrecista en cuyo repertorio de aperturas se incluya la defen- sa Grunfeld, el presente libro, en opinién de su autor, le va a ser muy util e interesante. Y es muy posible que muchos lectores, en efecto, puedan ganar; con negras, si son adictos a la defensa Grtinfeld, y con blancas, si buscan un arma para luchar contra esta defensa. El libro contiene gran nimero de partidas (o fragmentos de ellas), que reflejan el estado actual de esta apertura. Como base se ofrecen 25 partidas ejemplares, jugadas por especialistas de esta apertura (como otros autores, tengo debilidad por los “numeros redondos"), pero en general, el numero de ejemplos por partida jsupera la decena! Los comentarios en cada una de las partidas principales presentan un informe detallado de cada una de las variantes actuales de la defen- sa Grunfeld. Como resultado se incluyen en el libro los sistemas que estan de moda, jugados en /a practica magistral de los ultimos anos. Las partidas seleccionadas no se disponen por orden cronologico, sino agrupadas por temas. Por eso se encuentran los ejemplos mas recientes. A propdsito, el ultimo encuentro disputado por la corona mundial no estaba previsto al terminar la edicién, pero se encuentra profusamente comentado dentro de ella... Todas las partidas princiales se ofrecen desde el principio hasta el final y, al analizar la apertura, el lector, en muchos casos, puede obser- var su enlace con el medio juego e incluso con el final. En algunas partidas, estas fases presentan un interés excepcional, y por eso las comentamos con suficientes detalles. La libertad en Ia forma de reunir el material, ha permitido al autor seleccionar las partidas actuales bajo su propio criterio (y es que en las monografias de aperturas es imprescindible incluir también sistemas que a menudo no se encuentran en Ia practica). Las 25 partidas escogidas para el libro abarcan el periodo entre los afios 1988-1990, incluido el match por el Campeonato del Mundo, terminado a finales de 1990. En mis encuentros con G. Kasparov la defensa Griinfeld ocupa un lugar notable. En los tres ultimos matches se ha hecho un chequeo.a diferentes sistemas, y por eso para la preparacién hemos aprovechado lo mas importante que reunia la teoria. Por otra parte, gracias a estos matches la teoria de la defensa Grunfeld se ha visto enriquecida sustancialmente. Gran numero de ideas, empleadas por primera vez con Kasparov, han recibido posteriormente un desarrollo impetuoso. Ellibro refleja una ilustracion apropiada, pero las partidas-origen, sise han jugado con anterioridad al aio1988, también se incluyen en los comentarios a la partida principal. Debo advertir que, por regla general, yo juego la defensa Grunfeld con blancas, y Kasparov con negras, y al mismo tiempo ambos bus- camos la victoria (y no sdlo en nuestros encuentros personales). Una particularidad de esta apertura aguda y sin compromisos, es que ef juego a tablas estd contraindicado para ambos bandos. No obstante,; nuestros encuentros encarnizados a menudo terminaron en paz. Para los amantes de la estadistica, recuerdo el resultado global de cada uno de los matches; Londres-Leningrado, 1986: +3, =6; Sevilla, 1987: +2, -1,=7; Nueva York-Lyon, 1990: +1, =3. Como se puede observar, hemos jugado la defensa Grunfeld en casi todos los matches por el campeo- nato mundial, y cierta ventaja se inclina de mi lado. Por lo tanto, si se quiere, se puede decir que he descubierto el secreto para “ganarcontra la defensa Grinfeld”... Es evidente que no sdlo el campeén y el ex-campedn mundial se consagran a esta apertura. Ella se incluye en el repertorio de muchos ajedrecistas célebres. Es suficiente dar nombres como V. lvanchuk, B. Gelfand, J. Timman. Algunos de los hallazgos més valiosos de estos supergrandes maestros los encontraré el lector en el presente libro. En el proceso del trabajo de recopilacién he aprovechado numero- sas fuentes ("Informador ajedrecistico", libros, revistas), y en ellas, en especial, gran numero de citas de las partidas de maestros y grandes maestros. Si determinadas variantes o jugadas aisladas tienen un sig- nificado especial, entonces en la mayoria de los casos se indica su autor. Para terminar, debo agradecer al maestro Evgeny Gik, mi coautor en muchos libros, su ayuda en la recopilacion del manuscrito. A. Karpov 10 Partida 1 A. Kuzmin - |. Jenkin Moscu, 1989 d4, D6 c4, 96 dc3, dd ed5, Sxd5 e4, Dxc3 bc3, 2g7 2c4, c5 de2, dc6 2e3, 0-0 10. 0-0, 294 PEI M EVs Se ha desarrollado uno de los sistemas principales de la defen- sa Grinfeld. Hay que recordar que en caso de 10. ..., cd; 11. cd, a5; 12, &d3, Be6; 13. d5, de acuerdo con la teoria, las blancas obtienen un peligroso ataque por la calidad. 11. £3, da5 (Ver diagrama) Ahora en respuesta a 12. 2d3, ya es posible 12. ..., cd; 13. cd, 2e6, y el sacrificio de calidad es me- nos peligroso para las negras, que en una serie de variantes disponen de un jaque importante con la dama en b6 (los detalles pueden encontrarse en cualquier manual sobre la defensa Grin- feld). Por otra parte, en esta si- tuacion las blancas no estan obli- gadas a sacrificar la calidad. Mas adelante hablaremos sobre este tema con una de las partidas mas actuales. 12. &xf7+, ... De esta manera, uno de mis ayu- dantes, el gran maestro Kuzmin, decide tomar parte en la discu- sién de apertura que mantuve con Kasparov en Sevilla. Des- pués del match, Kasparov co- mento que el plan elegido por las blancas con el jaque en f7 no tenia perspectivas. Sin embargo, si juzgamos por el material acu- W mulado en las cinco partidas del match de Sevilla, no se puede decir que las negras resolvieron con facilidad los problemas de apertura. Y el duelo post-match (siguid inmediatamente después de éste), termind, en general, con Ja derrota de las negras. La es- tructura de peones creada da a las blancas todos los fundamen- tos para contar con la iniciativa, y ademas tienen un pedn de mas. Otra cosa es que la posicién sea muy dindmica y pueda ser del gusto del jugador que lleve las negras. Por una u otra cosa, el interés por esta variante no se ha apagado en el transcurso de tres afios, y se han jugado gran numero de partidas que han enriquecido su teoria. La mayoria de ellas se mencionan en el presente libro, en el que todo el material se ha distribuido en cinco partidas. Desde luego, en uno u otro grado volveremos de nuevo al duelo de Sevilla. 12. , Oxf7 13. gf4, Oxft+ 14. Wxf1, ... Hay que advertir que la base dela Posicién no esté en el pedn de ventaja, ya que el juego libre de las negras compensa esta peque- fia pérdida. El plan principal de las blancas es restringir el alfil ene- migo con la cadena de peones c3, d4, e5, g5, h4. Con la ayuda de subterfugios tacticos, las negras 12 intentaran liberar el alfil por la diagonal h6-c1. Este salto de la dama siguié en cuatro de las cinco partidas del match de Sevilla. Se ha empleado en muchos otros encuentros en los ultimos tres afios. Aun asi recordemos otras posibilidades. En la novena partida de Sevilla, Kasparov prefirié 14. ..., cd; 15. cd, @b6, y después 16. @g1, eG; 17. Md3!, devolvi el pen manteniendo todas las ventajas posicionales. Un andlisis detalla- do referido a 14. ..., cd; 15. cd, lo veremos en la Partida 5 (ade- mas de 15. ..., &b6, se encuentra 15. .., @d7, y 1 e5). Todavia no habia finalizado el match de Sevilla, cuando en la partida Chernin-Gavrikov (Lvov, 1987), las negras hicieron una ju- gada nueva: 14. .., @d7. Asi acontecié: 15. de, Bf8+, (15. ..., Bxg4; 16. Df4)), 16. Wg1, @xg4; 17. dF4, (tampoco es mala 17. #d3, c6; 18. h3), 17. ..., &xd1+, (pero no 17. Ext4?; 18. axf4, Bxf4, por 19. @d8+), 18. Bxd1, &xc3; 19. ®d5. No da nada 19. de6, Bc8; 20. Bd7, WF7; 21. dg5+, (21. 2g5?, 2f61; 22. 2xf6, Wxes), 21. ., We8; 22. Bd3, b4. 19. ..., 216; 20. Ah6. Las blan- cas tienen ventaja, pero las ne- gras consiguen mantenerse. 20. «., Be8 (pero no 20. ..., Bf7; 21. Ox f6+, Bxf6; 22. e5, BF5; 23. g4, &xe5; 24. Bf1 y las blancas ga- nan), 21. Axf6+, ef; 22. Bd7, &xe4; 23. hg7+, Wh8; 24. Xc7, Wg8; 25. Lg7+; (25. 2d2, 26; 26. &xb7, 8e7). ., Wh8; 26. Re7, Wg8; 27. &g7+, Wh8; 28. Bc7. Tablas. L. Gutman propuso 20. g4!, Ze8; 21. &Bb1, a6; 22. WF2, y después We2 y &d2, con iniciativa. En respuesta a 14. ..., &d7, en lugar de 15. de, parece mas légi- co 15. g5, que se dio en la partida Karpov-Gabrikov del Campeona- to de Europa de ajedrez activo (Espafia, 1988). A pesar de la “informalidad" de la competicion, el encuentro resulté muy intere- sante. (Ver diagrama) . 86. En la Gligoric-Popo- me (Yugoslavia, 1988), siguid 15. ., &d8; 16. Wg1, e6. Por lo visto, es mejor para las negras 16. . ced; 17. cd, @h8; 18. @d3, 206; 19, Bd1, Sxd4; 20, dxd4, e5. 17. Bb1, dc4 (es favorable a las blancas 17. ..., cd; 18. cd, Ac6; 19. d5, ed; 20. ed, @xd5; 21. Bxd5, Bxd5; 22. Bxb7), 18. 2f2, b5; 19. #d3, a6 y las blancas podian obtener mejor juego con- tinuando 20. h4, de5; 21. Bh3. Gligoric prefirié jugar el pedn del otro extremo: 20. a4, y la partida continuo asi: 20. ..., 2e5; 21. @c2. Aqui 21. 8h3, 2c6 (pero no 21. .. ba; 22. de, a3; 23. Be1!, a2; 24. Bat, 8d1; 25. ®xe6+, etc..), 22. ab, ab, llevaba a un juego confuso. . D941; 22. e5, ba. Gligoric indica la variante 22. ..., dxf2!; 23, Wxf2, b4l; 24. de, Axe5l, y las negras no tienen problemas. 23. &g3, Bc6; 24, Ma2, de3; 25. f4. Las blancas tienen una pe- quefa pero insuficiente ventaja en el final. 5. ..., 205; 26. &xd5, &xd5; 27. xa4, cd; 28. cd, @xdd+; 29 Bxd4, Bxd4; 30. Bb6, &F7; 31. Bxa6, Bd5; 32. Ba7+, Wg8: 33. h4, &xe5; 34. axe5, Hxed; 35. He7, Be4; 36. g3, Hel+; 37. wf2, 13 Bed; 38, WF3, Be1; 39. Wi4, Se2. Tablas. 16. e5!, Bc4!; 17. gl, £d8; 18. fe1, dc6; 19. 2f2, a6 (no es mejor 19. ..., b5!?), 20. a4, a5; 21. h4, Sf8; 22. del, 2b3; 23. Bb! (mas exacta que 23. Bd1, &xd1; 24. &xd1, dxc5), 23. ..., e6 (y aqui 23. ..., Bxc5 pierde, 24. Bb4, ®d5; 25. 2d4), 24. c6!, be; 25. ad4, Dxd4. 26. ed, &xa4; 27. &c3. Las blancas tienen una sensible ventaja en el final. 27. .., 2e8; 28 h5I, gh; 29. Gh3, Se8; 30. Bxh5, Le7 (30. w, #02; 31. 8b7), 31. g6, Bc2; 32. gh+, Exh7; 33. Bg4+, Wh8; 34, S11, 85 (34. ..., Bd3; 35. Sh4l), 35. Bxf5, ef; 36. %e3, Oh5; 37. g4l Bh3; 38. Sxf5, Bxe3; 39. Exf8+, &g7; 40. Ef4l. El final de torres esta ganado para las blancas. 40. ..., a5; 31. Wf2, Bb3; 42. Sf6, 4d3 (42. ..., Bc3; 43, We2, a4; 44. Wd2, etc...) 43. Bd6, a4; 44. We2, Bg3; 45. Exc6, Exg4; 46. Wd3, a3; 47. Ba6, WET; 48. We4, Bg3; 49. d5, y las negras abandonaron. Tal vez sea mas solida en res- puesta a 14...., d7: 15. h3, utili- zada en la partida Yusupov-Po- povic (Belgrado, 1989). Después siguid 15. ..., d¢4; 16. 2f2, cd; 17. ed, e5; 18. de, Ad2+; 19. Wet, 2xe5? (a un juego confu- so, en opinién de Yusupov, lleva- ba 19. ..., @HE; 20. fc2, Be8; 21. Bb2, dxe4; 22. Bb3+), 20. 2c, Ed8; 21. &e2!. 14 En el final, poco a poco, las blan- cas realizan su ventaja de peon. Ademas de 14...., cd, 14. ..., &d6 y 14. ..., 8d7, las negras tienen otro camino: 14. ..., @c8. Se probé en la partida Portisch-Kor- chnoi (Reykjavik, 1988). Después de 15. a47!, obtuvie- ron un juego activo, 15. ..., ed; 16. cd, dc4; 17. Sf4, a6; 18. g5, b5; 19. &b3, e5; 20. de, fc6, y ahora en lugar de 21 &d1, las blancas debieron prefe- tir 21, &d3!?, dxe5; 22. Bd5+, ®xd5; 23. ed, b4, con iguales posibilidades (pero no 23. ..., d3; 24. Ed1, dxf4; 25. Axfa, &f8; 26. 93, Se5; 27. d6, &xf4; 28. gf, Bxf4+; 29. We2, con ciativa de las blancas). A 21. 8d1, Korchnoi replicé 21. . &f8!, y Portisch jugé 22. &d5, sin advertir el golpe 22. ..., @xd5!. Después de 23. ed, d24; 24. Wel, Yxb3; 25. ab, &d8, las negras obtuvieron ven- taja decisiva en el final, si bien es cierto que consiguieron la victo- ria js6lo después de 50 jugadas! Por lo visto, en respuesta a 14. @c8, se debe reaccionar al igual que con la dama en d7, 15. h3, 0 15. g5. En la partida Seirawan-Kudrin (Campeonato USA, 1989), des- pués de 14. ..., cd; 15. cd, &c8; 16. g5, la dama negra se aprove- ché del dominio de la columna "c", 16. ..., &c4. Sin embargo, des- pués de 17. &g1, Bd8; 18. fe1, 2c6; 19. e5, e6; 20. BF2, Ab4; 21. 2f4, &c8; 22. Sf1, se hizo evi- dente que su ataque no daba nada, y el centro blanco es invul- nerable. En el final, 22. ..., %d3; 23. &xd3, &xd3; 24. &f7+, Wh8; 25. 4f2, las blancas tienen ventaja posicional y material, que consi- guieron llevar hasta el fin. 15. e5,.. En la 11* partida del match de Sevilla elegi la jugada 15. Wg1. Sobre su estado actual hablare- mos en los comentarios a la Par- ja 4 del presente libro, y tam- bién recordaremos alli la nueva jugada 15. fa4!?. 15. we BB También se encuentra 15. ..., Web. Después de 16. g5, Ac4 (16. + #804; 17, %g1, lleva a la parti- da Karpov-Gabrikov, que resulté claramente favorable a las blan- cas), las blancas pueden caer en una trampa, 17. &d3?, @f5+!, Perdiendo pieza, aunque después de 17. &f2, &f8; 18. Wg1, B7; 19. fe1, a3; 20. Bc1, Bxa2, no consiguen nada. En la partida Makarov-Jodko (URSS, 1988), siguid 16. h3, e4; 17. &d3, Ed8; 18. Bed! (18. 4, Ba6!), 18. ..., Be6; 19. Bxc6, Axe3+; 20. WF2, Qxg4+; 21. hg, be; 22. 3b1, cd; 23. cd, c5; 24. We3!, cd+ (es mala 24. &d5; 25. We4, e6; 26. Eb5, ; 27. Bad), 25. xd4, Bd5; 26. dc6. Aqui las negras, en opinién de Makarov, debieron contestar 26. ..., 3c5, y en caso de 27. Eb8+, &f8; 28. 4c8, %g7, las blancas solo tienen una pequefia ventaja. Be2l, Bf8; 18. Bxcs+, Axc4; 19. We2, con mejor final para las blancas. Otra posibilidad: 16. #91, se probé en la partida Han- sen-Fercec, (Aosta, 1989). Las negras recuperaron el equilibrio material, pero despues de 16. ..., @xg4; 17. &d3, Heb; 18. 2g5l, Sf8; 19. h3, cd; 20. cd, &xe5; 21. de, @xe5; 22. Sct, @xal; 23. Bd5+, e6; 24. Bxa5, Bc8; 25. @d2, b5, (pro- bablemente es més precisa 25....., b1; 26. Wh2, Wc2; 27. ®xa2; 28. dc3, Bb3; 29. ad2, con una minima ventaja de las blancas), 26. a3, su posicién es bastante dificil. 16. &f2,.. Ahora es floja 16. Sf4, ya que la 15 dama cae sobre e4: 16. ..., Bf8; 17. ®@g1, Bes: En la partida Lychak-Asrian (Leningrado, 1990), se siguid con 18. &f3, @xf3; 19. gf, 2h6; 20. dd5, &xe3+; 21. Dxe3, cd; 22. cd, c6; 23. Eb1, b6; 24. Wg2, &xd4, y las negras tienen venta- ja en el final. 16. .., BB Hasta ahora todo coincide con la quinta partida del match de Sevi- lla. En la séptima partida las ne- gras prefirieron para la torre la casilla d8, obligando a la dama blanca a abandonar la columna central. En adelante, la jugada 16. «-, Bd8, reemplaz6 completa- mente al traslado de la torre a f8; después hablaremos de ella con detalle. Una buena novedad. En la parti- da-origen (quinta del match en 16 Sevilla), después de 17. ¥g1, Sh6; 18.h4, F7; 19. 293, 23+; 20. Wh2, Bc4; 21. Eb1(a 21. de, sigue 21. ..., &xg4, con buen jue- go para las negras), 21...., b6; 22. &b2 (aqui es prometedora 22. de), 22. ..., @d5!; 23. &d3, dc4; 24. Bb1, b5, este agudo encuen- tro debio terminar en tablas (aun- que a causa de un grave error de Kasparov consegui ganar); sin embargo, 24. .., g5, daba a las negras buenas posibilidades de victoria. Con la jugada 17. g5, las blancas realizan su plan principal, aislar el alfil enemigo. Es cierto que mien- tras tanto el rey permanece en una peligrosa oposicién con la torre, pero esto es solo un pro- blema temporal... 17. sy BIT L, Gutman indica esta variante: 17. ..., Bed (17. ..., D4; 18. Bgl, Be4; 19. dg3, ; 20. Be2, b5; 21. e4, con mejor juego para las blancas), 18. Sg1!, dc4; 19. AF3, e3+; 20. &xe3, @xe3; 21. ‘@b3+, Wh8; 22. Hel, y la posi- cidn de las negras no es envidia- ble. Se impone 22. ..., 8xf3+; 23. gf, &xf3+; 24. Wg1, Bg4+; 25. Wt2, Bh4+; 26. We2, Bg4+; 27. Wd2, M@xg5+; 28. We2, pero nose consigue jaque continuo... Bei, hé 18. En respuesta a 18...., &f5, Jenkin ofrece esta variante: 19.h4, Be4 (19. ..., €g4; 20. 91, h6; 21. gh, &xh6; 22. dg3!, cd; 23. cd, Bxh4; 24. Df5!, 8g5; 25. Dh6+, Bxh6; 26. &xa5, ganando, o 19. ..., h6; 20. gh, &xh6; 21. 2g3; 0 20. ..., dc4; 21. dg3l, Wxh4; 22. de4, en ambos casos con clara ventaja blanca), 20. %g1, cd; 21. cd, dc4; 22. Act! (pero no 22. g xe5; 23. de, ®xe5), 22. e3; 23. Of4l, y en caso de 23. .., Bxf4; 24. &xe3, Exh4; 25. Ec8+, las blancas tienen una seria iniciati- va. También es posible 19. 4493, ®xg5; 20. Ae4, M4; 21. Wg1, cd; 22. cd, c6; 23. Bbi!, con ventaja blanca. En la partida A. Kuzmin-Malis- hauskas (URSS, 1989), las negras hicieron una nueva jugada: 18. ..., Se4 (también es posible 18. ..., 2c6). Después siguid 19. 4g3, db2; 20. de4, Dd3; 21. Be3 (21. 8e2, DF4)), 21. .., Axf2; 22. Axf2, ed (Kuzmin recomienda 22. ..., &c4, sin cambio en tro, 23. #g1, Bd8, con i de las negras), 23. cd, @c4+; 24. Wg1, Bd8; 25. 8b3, &xb3; 26. ab, &xd4; 27. Exa7, Axed. Tablas. (Perderia 27. ..., Bb4; 28. Qd3, Bb3; 29. Ba8+, WF7; 30. 26+!) En respuesta a 18. ..., dc4, es mucho mas fuerte para las blan- cas 19. gil, y 20. df3. 19. gh6, ... Mas fuerte que 19. 2g3, hg; 20. de4, cd; 21. cd, 8f5. 19. ..., &xh6 20. Wgt, dc4 Es insuficiente 20. ..., &d2; 21. B8xd2, 812+; 22. Bh1, Wg7; 23. @d3, dc6; 24. Bd1. 21, 2g3!, ad2 De lo contrario las blancas senci- llamente tienen peén de mas; la jugada del alfil a d2 también era buena en caso de 21. &h4. 22. 23. e2, &xc3 Bf, ... Perderia 23. e6?, @xf2+; 24. Bxf2, Axf2. 23. .., Me6 cd, ya decide 24. e6!. A d2?, sigue 24. Ad1, cd Bxa2; 25. de4!, o 24. ..., Bf4; 25. del), 25. Bxd2, 2xd2; 26. @xd2, d3; 27. &xa7. dc5!, &2xe5 Bet, @d5 24, 25. Son inofensivas 25. ..., @f7, 0 25. wy BE, 26. &d1, ... A 26. 894 (26. de4, Addl), hay la respuesta 26. ..., 8xf2!. De acuer- do con los anélisis de Jenkin, des- pués de 27. @xg6+, Wh8; 28. Wxt2, Sdd+! (28, ..., Bd4+; 29. WEI, de3+; 30. Bxe3), 29. WF1, 17 e3+; 30. Bxe3 (pero no 30. We2, Bxg2+; 31. Wd3, Bc2+), 30. ..., &2xe3; 31. #h5+, &xh5; 32. 2xh5, 2xc5, las negras toman la iniciativa. 26. ..., Exf2 Después de 26. ..., Be6, 0 26. ..., 17, las negras aun podian resis- tir, ahora la partida finaliza ense- guida. 27. &xd5, Bxez 28. dxe2, WE7 29. c6!, bé 30. xed! y las negras abandonan. wut Partida 2 A. Karpov - G. Kasparov Belfort, 1988 d4, Of6 c4, g6 c3, d5 cd5, dxd5 e4, Dxc3 be3, 2g7 24, 05 de2, Dc6 2e3, 0-0 0-0, 294 £3, Da5 &xf7+, Bxf7 fg4, Sxft+ Wxft, Sd6 e5, Bd5 &f2, 58 eases PUPYONASWONONRWN Tras la séptima partida de Sevi- lla, en la que Kasparov empled por vez primera esta jugada, la maniobra de Ja torre a d8 resulta fundamental en esta posicién. En d1 la dama esta bien situada, y ahora la amenaza 17. ..., &xe5, la obliga a abandonar su posicion. No da nada 17. df4, &c4+, (17..., BI7; 18. Dh3l), 18. Md3, Bxd3+; 19. 2xd3, cd; 20. cd, Ac6; 21. Dc5, Dxd4; 22. dxb7, Ad5; 23. Se1, Sxe5; 24. &xe5, &xe5; 25. d8, a6, con juego igualado. La dama dispone de tres retira- das de la columna "d": por la dia- gonal d1-a4 (a4 y f8c2), y Bel: En esta partida se estudia la juga- da 17. #ta4, y en la siguiente 17. Bc2. No obstante, recordemos prime- ro como se desarrollé la séptima partida de Sevilla. 17. Set, Be4; 18. g5, SF5!; 19. h4, 2¢4. Debieron presionar en el centro con 19. ..., 2c6; 20. Wg1, Be4, con juego agudo. 20. Wg1, fg4. Era mas precisa 0. .... b5. Tras la jugada de las blancas el caballo enemigo se siente inc6modo. 21. a4, h6; 22. Ba2!, hg; 23. ib. De esta manera las blancas consiguen aprovechar la debili- dad de ta diagonal a2-g8, 23. .., gh; 24. @b3, Be6; 25. Of4, BF7; 26. dxg6, Bxg6. En este libro no comento con detalle las partidas del match de Sevilla, que el lector ya conoce muy bien. En especial, lo que pretendo es llegar hasta una posicion critica. 27. &xc4+, Wh8; 28. Bb2l, cd; 29. cd, 894; 30. @F7!, Exd4; 31. &xd4, @xd4+; 32. Sf2, xe5; 33. Of5, Be1+; 34. £1, fe5; 35. Bh1?. Aunque nos hemos alejado bas- tante de la fase de apertura, aqui 19 es conveniente hacer un resu- men, Continuando 35. @f4!, las blancas debian alcanzar la cima: 35. ..., &xf4; 36. Oxf4, 2f6; 37. Bcd, &g7; 38. c7, b6; 39. WF1, con un final ganado. b6; 36. &f4, BWh5. Una a, imposible en la jugada precedente. Después de 37. b8+, Wh7; 38. Bxa7, la dama blanca se aleja del centro de los acontecimientos y tras 38. .., fe2, las negras tienen una inicia- tiva suficiente para tablas. Pero las blancas podian aprovechar de otra manera la mala situacién de la dama negra en la columna del extremo. 37. @f5?. Aqui decidia 37. Sf3!, 216; 38. Mb8+, Wg7; 39. Bxa7, 0. a6. @e2; 38. 8c1?. Tercera posibilidad consecutiva para ga- nar en esta partida. Primero ha- bia que dar jaque: 38. fc8+, Wh7, y sdlo ahora 39. Ec1, (conla amenaza 2+), 39. ...., &h5; 40. c2+, Wh8; 41. Bd1l, etc... La partida continud hasta la juga- da 40, pero todos mis intentos para batir a mi adversario no tu- vieron éxito. Aunque las negras estuvieron, mas de una vez en esta partida, al borde de la derro- ta, bajo mi punto de vista, la culpa no fue de la apertura. Des- pués de 20. e1, tenian posibili- dades de obtener buen juego. 17. @a4, ... (Ver diagrama) 20 Ahora, después de la respuesta 17. .., b6, mi dama se retiraria a ila c2. Tal vez se pregunta épor qué las blancas han provo- cado una jugada util del peén "b", para enseguida volver con la dama a c2? Resulta que después de 17. fa4, b6; 18. #2, en algu- nas variantes, por ejemplo des- pués de 18. ..., fc4, las blancas juegan ®e4, y atacando al caba- ilo ganan un tiempo importante. Por lo tanto la jugada 17. a4, tiene sus ventajas. Pero no pue- do asegurar donde se encuentra la dama mas comoda, aunque se han probado enla practica ambas posibilidades. 17. «4, bE Las blancas tienen mejor juego en caso de 17, ..., dc6; 18. &b3, c4; 19. @xb7. Después de 17. de4; 18. dF4, BF7; 19. g3, Dd2- 20. #g2, de4; 21. Bc2, Bxf2; 22. ®xf2, las blancas tienen ventaja, pero las negras disponen de la fuerte respuesta 20. ..,, 95!, indi- cada por L. Gutman. El propuso que las mismas blancas jugaran 18. g5!, y después 18...., 28; 19. Wg1, BF7; 20. 293, de3; 21. Qf4, d5; 22. Bf1, la iniciativa de las negras esté rota, su alfil ence- rrado, y el debate de la apertura concluye. Después de 17...., 8f8; 18. &g1, Bf7; 19. Bh4l, Ac4; 20. Bb3, el alfil tampoco consigue aicanzar !a libertad, 20. ..., &h6; 21. gl, &xg5; 22. &2xg5, @f2+; 23. Wh1, @xe2; 24. h3, con una ventaja visible de las blancas. 18. 82, ... A la dama no le queda nada que hacer en a4. 18. ..., BB Ahora las piezas negras caen bajo la presién. Por lo visto, era mas precisa 18. ..., c8, intentan- do conseguir contrajuego por la columna “c*. Aqui tenemos bue- nos ejemplos de los ultimos afios. Tisdall-Thorsteins (Reykjavik, 1989). 19. de. A 19. df4, es buena 19. ..., &f7, 0 19...., @c4+; 20, &d3, 2h6. También es insufi- ciente 19. &d2, Bf8; 20. #95, Bf7; 21 Bh4, Bh6, (pero no 21. «=» C4?, por 22. g5!, Snejder- Ljubojevic, Pernik, 1988), 22. 91, dc4, y la iniciativa esta del lado de las negras. wy be. (19. ..., BF8?; 20. cb, 1. Wg1), 20. Bd1, @xe5; 21. @a4, Of8; 22. Bd3, 4; 23. Bf3, Wd5; 24. Rxf8+, Wxt8; 25. &xa7, Dc6; 26. h3, Bed; 27. @b5!. Las blancas tienen una ventaja sensible. Sin embargo era mas precisa 20. ..., @c4l; 21. 2g3, &@xg4; 22. h3, con posibili- dades mutuas. Lputian-Dzhandzgava (Simfero- pol, 1988). 19. &@d1, (peor 19. ®d2, Ef8; 20. @g5, BF7; 21. @h4, Shél; 22. Wg, cdl; la des- afortunada 20. #g1?, en la parti- da Schultz-Filipovic, Korimofen, 1989, llevé a las blancas a una rapida derrota: 20. ..., &xe5; 21. Bd1, @xh2+!). 19. .., Bd8; 20. fic1, (20. Bc2, lleva a repeticion de jugadas), 20. fs. Ha sur- gido una posicién, en la que, a diferencia con mi encuentro con Kasparov, la dama blanca esta en 1. Esto no es fundamental, pero aqui la jugada 21. h3, (en lugar de la correcta 21. #91, 0 21. 95), fue una imprecisién. Después de 21. 21 wy WF7; 22. Bet, &h6; 23. g3, Aes; 24. e6, &g7; 25. de4, 2e3; 26. Be2, b5; 27. Wl, 2xf2+; 28. Sxf2, ed, las negras recuperaron el peon y to- maron la iniciativa. La partida duré poco. 29. ed, fxd4; 30. Gce1, g5; 31. Ec2, e3; 32. Sd2, Mal+; 33. dd1, Eft+; 34. Wh2, Bed+; 35. 93, Bes; 36. Hd8+, Wg7; 37. b2+, Wh6. Las blancas aban- donan. Dauben-liinich (Alma-Ata, 1989). 19. Bd1, Bd8; 20. Bet. Una mejora respecto a la partida precedente. 20. ..., c4, (es mas precisa 20. ..., cd; 21. cd, &2h6; 22. Wg1, y sdlo ahora 22. ..., dc4), 21. 95, Be4; 22. gi, Bg4; 23. S93, cd; 24. cd, Bxg5; 25. Bb4, 5c8; 26. de4, BF4; 27. Bxe7, Wh8; 28. Geb, Ef8; 29. ®xc4, Bxe4; 30. Se1. Las blan- cas tienen clara ventaja. Queda decir, que a 18. ..., fc4, seguiria 19. fe4, con una conso- lidacién de fuerzas favorable, por ejemplo: 19. ..., Bf8; 20. @gil, Sh6; 21. Sh4l. Hay que sefalar una particularidad de la posicién, que surge como consecuencia de la jugada 17. b6: ahora las negras deben considerar cons- tantemente el cambio d4xc5. 19. Wg1, Bes El alfil ya no consigue escaparse a la parte libre del tablero: 1 &h6; 20. h4, F7; 21. 93; 0 wr DOA; 20. h4, 22 20. d2!, ... Las blancas siguen jugando para limitar la actividad del alfil. En caso de 20. fe4, habia que con- siderar 20. ..., 2h6, y en especial 20. ..., 2c6!?, tras la cual se ame- naza la captura en eS, y 21. &xc6, ®xe2, desde luego no puede despertar el entusiasmo de las blancas. 20. ..., He6 Era desfavorable 20. ..., @f7. Después de 21. %g3, todo va bien para las blancas, pues el ca- ballo se traslada a e4, y ladamaa e2. Tampoco se libraban de las difi- cultades con 20. .., &h6; 21. ®xh6, &xe2, debido a 22. Me3, ®xg4; 23. de, be, (23. ..., de4; 24. Bd4), 24. Bxc5. 21. 22. h3, 2c4 Bg5!, ... Un momento importante. Ade- mas de Se2-f4, ahora , llegado el caso, se puede amenazar tam- bién 2f2-h4. 22... h6 No valia 22. ..., 2f6, aunque sdlo fuera por 23. ef, (también es fuerte 23. Sf4), 23. .., ef; 24. ara. 23. cl, Bf7 Para conseguir contrajuego de- bid elegir 23. ..., b5, con idea, digamos, de 24. Sf4, Wf7; 25. Ad3, b4!?, aunque 25. 293, man- tenia la ventaja para las blancas. No conseguia su objetivo 23. ..., Bd5, por 24. c2!, y a 23. ..., h5, la dama volvia a g5. 24. 293, 95 Esta jugada fue juzgada como decisiva por los comentaristas. Pero, creo recordar, que ninguno ofrecié un contrajuego serio en su lugar. Por ejemplo, recomen- daron 24. ..., &d5, pero entonces 25, D4, Bes; 26. 2e6, llevaba a una posicién muy peligrosa para las negras. Aqui surgen tres va- riantes, que vamos a examinar: a) 26...., 5c8; 27. bil, Be3+; 28. &f2, Bxc3; 29. Bxg6, Bxat+; 30. ®Wh2, con mate inevitable. b) 26. e3; 27. Bd2, cd; 28. cd, 5c8; 29. Ze1, Bc2; 30. &xe3, Bc6; 31. d5, y las negras estan mal. Se puede intentar echar la dama a e2, jugando 27. ..., c4; 28. Be1, de3; 29. Be2, cd. Ahora 30. cd, &c8, da a las negras un fuerte contrajuego, pero 30. Dxf8, &xf8, (30. ..., d3; 31. BF2), 31. Bf3!, Bd3; 32. cd, fxd4; 33. Se1, aclara la situacién en el ta- blero, porque no vale 33. ..., e2+; 34. 2f2, Oxe1, por la juga- da intermedia 35. b3+. c) 26. cd; 27. Axf8, de3; 28. Wd2, de; 29. Be2, 2xf8; 30. BF3, con gran ventaja de las blancas. 25. 26. 27. fc2, Bd5 2f2, b5 93, Ef7 Una jugada forzada. A 27. ..., b4, es desagradable 28. Sf5, y si 28. .. &f7, entonces 29. e6, &xeb6; 30. He1, 8d7; 31. cb. 28. &et, ... También era agradable cortar el contrajuego de las negras en el flanco de dama con ayuda de 28. 3c. 28. 29. cer D4 Bg6, ws Perdia en el acto 29. ..., be; 30. Df5, WB; 31. e6, Sxf5; 32. gf, Dd6; 33. de. 30. de4,.. También era fuerte 30. Sf5, e6; 31. Oxh6, Ef4; 32. Bxg5, o 32. Bh7. 23 30. ..., Bxf2 El sacrificio de la calidad no esta en condiciones de enmendar la posicion. Las blancas sdlo necesi- tan una precisién elemental. 31, Wxf2, be 32. Wf5+, gs 33. 8c8+, Wh7 34, xc, Mf7+ 35. Wgl, c2 36. Ag3, 2f8 37. Af5, Wg8 38. &et. Las negras abandonan. Sus piezas en el flanco de rey no pudieron conseguir la libertad. Dado que este encuentro se cele- bré en la Copa del Mundo en la ciudad francesa de Belfort, po- demos llamar en broma a la va- riante con 17. @c2, la variante Belfort... Hay que precisar que esta parti- da fue galardonada como la me- jor de la primera mitad del ano 1988 (Informador ajedrecistico n® 45), y ademas resulto ser nuestro ultimo encuentro con de- finicidn antes del siguiente match por el campeonato mundial, el quinto en nuestro cémputo. oe oe oe 24 Partida 3 A. Karpov - J. Timman Rotterdam, 1989 d4, D6 c4, g6 e3, d5 ed5, dxd5 e4, Oxc3 be3, 2g7 Bes, cS e2, Acé6 2e3, 0-0 0-0, 2g4 £3, da5 &xf7+, Exf7 fg4, Exfi+ Wxf1, B@d6 05, ... aan oan PRONE Swenogeunn La jugada 15. #g1, se examina en la siguiente partida. 15. @d5 16. 2, Bd8 En la quinta partida de Sevilla, Kasparov escogié 16. .., Sf8, (Ver Partida 1). Como ya sabe- mos, la jugada con la torre a d8 se empleo por primera vez en la séptima partida. 17, G2, ... En la partida-origen, elegi 17. fte1 (Partida 1), y en Belfort, preferi 17. a4 (Partida 2). 17. .., Bed. Llevaba a igualdad 17. ..., Bc8; 18. df4, @F7; 19. Bed, Bh6; 20. g3, Bf8; 21. Wg2, &xf4; 22. gf, Bxf4; 23. Bxf4, Axf4; 24. Wg3, &f8, (Griinberg-llincic, Praga, 1989). Como ya sabemos por partidas precedentes, es mejor para las blancas 18. @d1, 2d8; 19, fel. 18. @b2, .. Pero no 18. g5?, por 18... cd, ¥ a 18. e4, es buena 18. ..., Bd5i, con la amenaza 19. ..., Bxe5. 18... &h6 En la partida Ljubojevic-Timman (Linares, 1989), la torre negra se trastadé de nuevo a la columna .., BF8. Siguid 19. &g1, ane: 6. “Ball, Bas. £s dudoso que sea bueno 20. ..., Bf7; 21. Ag3!, Ac4; 22. Be2, Wxf2+; 23. Mxf2, Be3; 24. Del, Bf4l; 25. Bd3. En la partida Han- sen-Jasnikowski (Varsovia, 1990), las negras efectuaron la 25 novedad 20. ..., #e6, sin embar- go, 21. h3, c4; 22. &xb7, 2e3, (22. ..., %e3; 23. Bat, ®f7; 24. &xe3, &xe3+; 25. Wh1, BF2; 26. Bb5, cd; 27. dxd4l), 23. Sxe3, Dxe3; 24. Bd3, SF7, (perdia 24. wy B14; 25. Wh2, D944; 26. hg, x4; 27. Bf3, Bh5+; 28. Sh3, Be2; 29. Bxe7, Lf7; 30. fics, Hansen), 25. @f3! ®xf3; 26. gf, &xf3; 27. del, y las blancas tienen una clara ventaja en el final. 21. Se1, ed, (es mejor 21. ..., fc4; 22. Mb3, &xb3; 23. ab, Db2), 22. dxd4, Bed; 23. h3, b6; 24. Sf3, Bd8; 25. 2d4, (también es posible 25. g5!), 25. a 44; 26, 842, @d5; 27. Bb1, dc4; 28. Bed, Db2; 29. Bc2, Bb5; 30. Sb1, Ad3+; 31. Wt, Bed; 32. Be2, b5; 33. dell, dxe5; 34. Exb5, @F7!; 35. Wgl, dc6; 36. 2f3, Sxd4; 37. ed, 58, (pero no 37...., &d6; 38. 295, Mf4; 39. Me6+, Wg7; 40. &xe7+, con ventaja; 39. ..., f8?; Ef5+, ganando), 38. &c5, &b8, y ambos adversarios deci- dieron repetir jugadas. Tablas. Queda decir que en lugar de 28. e4, se mantenia la iniciativa con 28. Be2l. 19. hé, ... (Ver diagrama) Esta posicién surgié por vez pri- mera en la partida Karpov-Kas- parov (Amsterdam, 1988): Este fue el desarrollo. 19. ..., 87; 20. Wg1, Ets; 21. 2g3 (a 21. 293, sigue 21. .., 26 &e3+; 22. Wh2, Heb; 23. g5, #94), 21...., de4; 22. Bez, Bxf2+l. Otras continuaciones llevan a ventaja blanca: 22. ..., &d2; 23. cd; 23. cd, &xf2+; 63; 25. Bxe3, Dxe3; 23. Bxf2, 2e3; 24. Mxe3 (24. &f1?, Sxf2; 25. &xf2, cd), 24. ..., xe3; 25. de, Ee8 (pero no 25. wr &XQ4; 26, Bb1, y las blancas ya estan mejor), 26. &b1, &xc5; 27. Sxb7, 494; 28. Bb4. Tam- bién es posible 28. &xe7, 8xc3; 29. df1, Ba3; 30. e6, Exa2, con rapidas tablas. 28. .... h5; 29. Se4, Bxe5; 30. g3 (es mas sencilla 30. Wf1, e3+; 31, We2, Ad5; 32. Bb8+), 30. ..., WI7; 31. Wg2, Weé; 32. Wf3. Era mas precisa 32. = En esta partida, también dedica- da al sistema principal de la de- fensa Griinfeld, veremos las va- riantes con la jugada 10. 5c1. Las blancas retrasan una jugada el enroque y ya surge un juego completamente distinto sobre el tablero. De paso recordaremos otras continuaciones relativa- mente inusuales. (Ver diagrama) La novedad 10. Bb1!?, la em- plearon las blancas en la partida Korchnoi-Kasparov (Reykjavik, 1988). Siguid 10. ..., a5; 11. 243, cd; 12. cd, b6; 13. 0-0.La accién inmediata en el flanco de rey mediante 13. h4, podia tro- Pezar con un contrajuego de con- secuencias confusas: 13. 7 14. d5, £5; 15. h5, f4; 16. 895; 17. &xa5, ba. 46 13. ..., e6; 14. fa4. A igualdad llevaba 14. 8d2, &b7; 15. h4, &c8; 16. Bfct, @d7; Exct+; 18. 8xci, Bc8. |.) @b7; 15. Afd1, Bc8; 16. 2d2, Sc6; 17. 2c3, Mh4; 18. Sel, Efd8; 19. 3, Be7; 20. &b5?!: Kasparov considera que es mejor 20. &f2, a5, con igual- dad, si bien es cierto que las negras tenian a su disposici6n la jugada 20. ..., &HE!?, ww 861; 21. &xab, Sxa6; 22. fxa6, dxd4. Las negras tienen !a iniciativa, pero después de 23. dxd4, &xd4+; 24, Bxd4 (o 24. #h1), 24. , &c5; 25. &f2, las blancas te- 17. 5, nian suficientes posibilidades de- fensivas. En su lugar cometen un error decisivo. 23. 2f2?, Ba8!; 24. Bd3 (24. fc4, bd), 24. ..., Ga3, y las ne- gras ganaron la dama y con ellola partida (25. dxd4, Exd3, ete.). 10. ..., cd4 . También es posible la jugada tranquila 10. ..., 2d7. En la partida “Vyzmanavin- Mijal- chishin (Moscu, 1989), después de 11. 0-0, &c8; 12. &d2, Bas; 13. d5, 2e5; 14. &2b3, c4?!; 15. 2c2, e6; 16. Sbi!, b6; 17. 4, 2g4; 18. de, fe; 19. e5!, las blancas consiguieron clara venta- ja. Es importante la novedad em- pleada por las negras en Ia parti- da Shirov-Epishin (Daugavpils, 1989): 14. e6!; 15. £4, 294; 16. c4 (16. de, 2xe6; 17. Sxe6, fe; 18. Sf2, Bcd8; 19. fc2, Axf2; 20. Exf2, Bab, con mejo- res perspectivas debido a la amenaza ®c4), 16. ..., @&xd2; 17. &xd2, ed; 18. cd, 2b5; 19. Sed, 2xc4; 20. Exc4, b5; 21. Ge2, D6; 22.

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