TORT Ly
contra
la defensa
TTT CCL
Anatoli KarpovHello everybody!
Hola a todos!t
"We are 2 group of chess fans who are producing chess material, We have several projects and ideas. We have members
fromalll around the world, belonging to different cultures and speaking difierent languages, all oF us joined by our
common love for ehess!.”” We hope you will enjoy our work!
“Somos un grupo de funiticos del ajedrez, que estamos tratando de producir material de ajedrez, esarrallando
diferentes proyeetns c ideas. Tenemos miembros de diferentes partes del mundo, pravenientes de diferentes
-culturas, bablandlo diferentes kenguas, unides por nuestra pasiin por el ajedrez!.” Esperamos que disfruten de
‘esta muestra de nuestro trabajot,
Jf you are interested in joining us, orsead any comments drop us an email at: thecaissalevers(@zmail.com
Si alguien estuviese interesade en unirse a! grupo nos pueden escribir a: thecaissalovers
Best repards!!
‘Saludos!
* Caissa Lovers"Prologo
Debo reconocer que, al igual que en otras obras semejantes, el
titulo de este libro tiene cierto cardcter de reclamo. Es dudoso que
nadie pueda encontrar una receta para ganar en una u otra apertura,
y la defensa Griinfeld no es una excepcion. Pero hablando en serio,
para el ajedrecista en cuyo repertorio de aperturas se incluya la defen-
sa Grunfeld, el presente libro, en opinién de su autor, le va a ser muy
util e interesante. Y es muy posible que muchos lectores, en efecto,
puedan ganar; con negras, si son adictos a la defensa Grtinfeld, y con
blancas, si buscan un arma para luchar contra esta defensa.
El libro contiene gran nimero de partidas (o fragmentos de ellas),
que reflejan el estado actual de esta apertura. Como base se ofrecen
25 partidas ejemplares, jugadas por especialistas de esta apertura
(como otros autores, tengo debilidad por los “numeros redondos"),
pero en general, el numero de ejemplos por partida jsupera la decena!
Los comentarios en cada una de las partidas principales presentan
un informe detallado de cada una de las variantes actuales de la defen-
sa Grunfeld. Como resultado se incluyen en el libro los sistemas que
estan de moda, jugados en /a practica magistral de los ultimos anos.
Las partidas seleccionadas no se disponen por orden cronologico,
sino agrupadas por temas. Por eso se encuentran los ejemplos mas
recientes. A propdsito, el ultimo encuentro disputado por la corona
mundial no estaba previsto al terminar la edicién, pero se encuentra
profusamente comentado dentro de ella...
Todas las partidas princiales se ofrecen desde el principio hasta el
final y, al analizar la apertura, el lector, en muchos casos, puede obser-
var su enlace con el medio juego e incluso con el final. En algunas
partidas, estas fases presentan un interés excepcional, y por eso las
comentamos con suficientes detalles.
La libertad en Ia forma de reunir el material, ha permitido al autor
seleccionar las partidas actuales bajo su propio criterio (y es que en las
monografias de aperturas es imprescindible incluir también sistemas
que a menudo no se encuentran en Ia practica).
Las 25 partidas escogidas para el libro abarcan el periodo entre los
afios 1988-1990, incluido el match por el Campeonato del Mundo,
terminado a finales de 1990.En mis encuentros con G. Kasparov la defensa Griinfeld ocupa un
lugar notable. En los tres ultimos matches se ha hecho un chequeo.a
diferentes sistemas, y por eso para la preparacién hemos aprovechado
lo mas importante que reunia la teoria. Por otra parte, gracias a estos
matches la teoria de la defensa Grunfeld se ha visto enriquecida
sustancialmente. Gran numero de ideas, empleadas por primera vez
con Kasparov, han recibido posteriormente un desarrollo impetuoso.
Ellibro refleja una ilustracion apropiada, pero las partidas-origen, sise
han jugado con anterioridad al aio1988, también se incluyen en los
comentarios a la partida principal.
Debo advertir que, por regla general, yo juego la defensa Grunfeld
con blancas, y Kasparov con negras, y al mismo tiempo ambos bus-
camos la victoria (y no sdlo en nuestros encuentros personales). Una
particularidad de esta apertura aguda y sin compromisos, es que ef
juego a tablas estd contraindicado para ambos bandos. No obstante,;
nuestros encuentros encarnizados a menudo terminaron en paz. Para
los amantes de la estadistica, recuerdo el resultado global de cada uno
de los matches; Londres-Leningrado, 1986: +3, =6; Sevilla, 1987: +2,
-1,=7; Nueva York-Lyon, 1990: +1, =3. Como se puede observar, hemos
jugado la defensa Grunfeld en casi todos los matches por el campeo-
nato mundial, y cierta ventaja se inclina de mi lado. Por lo tanto, si se
quiere, se puede decir que he descubierto el secreto para “ganarcontra
la defensa Grinfeld”...
Es evidente que no sdlo el campeén y el ex-campedn mundial se
consagran a esta apertura. Ella se incluye en el repertorio de muchos
ajedrecistas célebres. Es suficiente dar nombres como V. lvanchuk, B.
Gelfand, J. Timman. Algunos de los hallazgos més valiosos de estos
supergrandes maestros los encontraré el lector en el presente libro.
En el proceso del trabajo de recopilacién he aprovechado numero-
sas fuentes ("Informador ajedrecistico", libros, revistas), y en ellas, en
especial, gran numero de citas de las partidas de maestros y grandes
maestros. Si determinadas variantes o jugadas aisladas tienen un sig-
nificado especial, entonces en la mayoria de los casos se indica su
autor.
Para terminar, debo agradecer al maestro Evgeny Gik, mi coautor
en muchos libros, su ayuda en la recopilacion del manuscrito.
A. Karpov
10Partida 1
A. Kuzmin - |. Jenkin
Moscu, 1989
d4, D6
c4, 96
dc3, dd
ed5, Sxd5
e4, Dxc3
bc3, 2g7
2c4, c5
de2, dc6
2e3, 0-0
10. 0-0, 294
PEI M EVs
Se ha desarrollado uno de los
sistemas principales de la defen-
sa Grinfeld. Hay que recordar
que en caso de 10. ..., cd; 11. cd,
a5; 12, &d3, Be6; 13. d5, de
acuerdo con la teoria, las blancas
obtienen un peligroso ataque por
la calidad.
11. £3, da5
(Ver diagrama)
Ahora en respuesta a 12. 2d3, ya
es posible 12. ..., cd; 13. cd, 2e6,
y el sacrificio de calidad es me-
nos peligroso para las negras,
que en una serie de variantes
disponen de un jaque importante
con la dama en b6 (los detalles
pueden encontrarse en cualquier
manual sobre la defensa Grin-
feld). Por otra parte, en esta si-
tuacion las blancas no estan obli-
gadas a sacrificar la calidad. Mas
adelante hablaremos sobre este
tema con una de las partidas mas
actuales.
12. &xf7+, ...
De esta manera, uno de mis ayu-
dantes, el gran maestro Kuzmin,
decide tomar parte en la discu-
sién de apertura que mantuve
con Kasparov en Sevilla. Des-
pués del match, Kasparov co-
mento que el plan elegido por las
blancas con el jaque en f7 no
tenia perspectivas. Sin embargo,
si juzgamos por el material acu-
Wmulado en las cinco partidas del
match de Sevilla, no se puede
decir que las negras resolvieron
con facilidad los problemas de
apertura. Y el duelo post-match
(siguid inmediatamente después
de éste), termind, en general, con
Ja derrota de las negras. La es-
tructura de peones creada da a
las blancas todos los fundamen-
tos para contar con la iniciativa, y
ademas tienen un pedn de mas.
Otra cosa es que la posicién sea
muy dindmica y pueda ser del
gusto del jugador que lleve las
negras.
Por una u otra cosa, el interés por
esta variante no se ha apagado
en el transcurso de tres afios, y
se han jugado gran numero de
partidas que han enriquecido su
teoria. La mayoria de ellas se
mencionan en el presente libro,
en el que todo el material se ha
distribuido en cinco partidas.
Desde luego, en uno u otro grado
volveremos de nuevo al duelo de
Sevilla.
12. , Oxf7
13. gf4, Oxft+
14. Wxf1, ...
Hay que advertir que la base dela
Posicién no esté en el pedn de
ventaja, ya que el juego libre de
las negras compensa esta peque-
fia pérdida. El plan principal de las
blancas es restringir el alfil ene-
migo con la cadena de peones c3,
d4, e5, g5, h4. Con la ayuda de
subterfugios tacticos, las negras
12
intentaran liberar el alfil por la
diagonal h6-c1.
Este salto de la dama siguié en
cuatro de las cinco partidas del
match de Sevilla. Se ha empleado
en muchos otros encuentros en
los ultimos tres afios. Aun asi
recordemos otras posibilidades.
En la novena partida de Sevilla,
Kasparov prefirié 14. ..., cd; 15.
cd, @b6, y después 16. @g1,
eG; 17. Md3!, devolvi el pen
manteniendo todas las ventajas
posicionales. Un andlisis detalla-
do referido a 14. ..., cd; 15. cd, lo
veremos en la Partida 5 (ade-
mas de 15. ..., &b6, se encuentra
15. .., @d7, y 1 e5).
Todavia no habia finalizado el
match de Sevilla, cuando en la
partida Chernin-Gavrikov (Lvov,
1987), las negras hicieron una ju-
gada nueva: 14. .., @d7. Asi
acontecié:15. de, Bf8+, (15. ..., Bxg4; 16.
Df4)), 16. Wg1, @xg4; 17. dF4,
(tampoco es mala 17. #d3, c6;
18. h3), 17. ..., &xd1+, (pero no
17. Ext4?; 18. axf4, Bxf4,
por 19. @d8+), 18. Bxd1, &xc3;
19. ®d5. No da nada 19. de6,
Bc8; 20. Bd7, WF7; 21. dg5+, (21.
2g5?, 2f61; 22. 2xf6, Wxes), 21.
., We8; 22. Bd3, b4.
19. ..., 216; 20. Ah6. Las blan-
cas tienen ventaja, pero las ne-
gras consiguen mantenerse. 20.
«., Be8 (pero no 20. ..., Bf7; 21.
Ox f6+, Bxf6; 22. e5, BF5; 23. g4,
&xe5; 24. Bf1 y las blancas ga-
nan), 21. Axf6+, ef; 22. Bd7,
&xe4; 23. hg7+, Wh8; 24. Xc7,
Wg8; 25. Lg7+; (25. 2d2, 26;
26. &xb7, 8e7).
., Wh8; 26. Re7, Wg8; 27.
&g7+, Wh8; 28. Bc7. Tablas. L.
Gutman propuso 20. g4!, Ze8; 21.
&Bb1, a6; 22. WF2, y después We2
y &d2, con iniciativa.
En respuesta a 14. ..., &d7, en
lugar de 15. de, parece mas légi-
co 15. g5, que se dio en la partida
Karpov-Gabrikov del Campeona-
to de Europa de ajedrez activo
(Espafia, 1988). A pesar de la
“informalidad" de la competicion,
el encuentro resulté muy intere-
sante.
(Ver diagrama)
. 86. En la Gligoric-Popo-
me (Yugoslavia, 1988), siguid 15.
., &d8; 16. Wg1, e6. Por lo visto,
es mejor para las negras 16. .
ced; 17. cd, @h8; 18. @d3, 206;
19, Bd1, Sxd4; 20, dxd4, e5.
17. Bb1, dc4 (es favorable a las
blancas 17. ..., cd; 18. cd, Ac6;
19. d5, ed; 20. ed, @xd5; 21.
Bxd5, Bxd5; 22. Bxb7), 18. 2f2,
b5; 19. #d3, a6 y las blancas
podian obtener mejor juego con-
tinuando 20. h4, de5; 21. Bh3.
Gligoric prefirié jugar el pedn del
otro extremo: 20. a4, y la partida
continuo asi: 20. ..., 2e5; 21. @c2.
Aqui 21. 8h3, 2c6 (pero no 21.
.. ba; 22. de, a3; 23. Be1!, a2; 24.
Bat, 8d1; 25. ®xe6+, etc..), 22. ab,
ab, llevaba a un juego confuso.
. D941; 22. e5, ba. Gligoric
indica la variante 22. ..., dxf2!; 23,
Wxf2, b4l; 24. de, Axe5l, y las
negras no tienen problemas.
23. &g3, Bc6; 24, Ma2, de3; 25.
f4. Las blancas tienen una pe-
quefa pero insuficiente ventaja
en el final.
5. ..., 205; 26. &xd5, &xd5; 27.
xa4, cd; 28. cd, @xdd+; 29
Bxd4, Bxd4; 30. Bb6, &F7; 31.
Bxa6, Bd5; 32. Ba7+, Wg8: 33.
h4, &xe5; 34. axe5, Hxed; 35.
He7, Be4; 36. g3, Hel+; 37. wf2,
13Bed; 38, WF3, Be1; 39. Wi4, Se2.
Tablas.
16. e5!, Bc4!; 17. gl, £d8;
18. fe1, dc6; 19. 2f2, a6 (no
es mejor 19. ..., b5!?), 20. a4,
a5; 21. h4, Sf8; 22. del,
2b3; 23. Bb! (mas exacta que
23. Bd1, &xd1; 24. &xd1, dxc5),
23. ..., e6 (y aqui 23. ..., Bxc5
pierde, 24. Bb4, ®d5; 25. 2d4),
24. c6!, be; 25. ad4, Dxd4. 26.
ed, &xa4; 27. &c3. Las blancas
tienen una sensible ventaja en el
final.
27. .., 2e8; 28 h5I, gh; 29.
Gh3, Se8; 30. Bxh5, Le7 (30.
w, #02; 31. 8b7), 31. g6, Bc2;
32. gh+, Exh7; 33. Bg4+,
Wh8; 34, S11, 85 (34. ..., Bd3;
35. Sh4l), 35. Bxf5, ef; 36.
%e3, Oh5; 37. g4l Bh3; 38.
Sxf5, Bxe3; 39. Exf8+, &g7;
40. Ef4l. El final de torres esta
ganado para las blancas. 40. ...,
a5; 31. Wf2, Bb3; 42. Sf6,
4d3 (42. ..., Bc3; 43, We2, a4; 44.
Wd2, etc...) 43. Bd6, a4; 44.
We2, Bg3; 45. Exc6, Exg4;
46. Wd3, a3; 47. Ba6, WET; 48.
We4, Bg3; 49. d5, y las negras
abandonaron.
Tal vez sea mas solida en res-
puesta a 14...., d7: 15. h3, utili-
zada en la partida Yusupov-Po-
povic (Belgrado, 1989). Después
siguid 15. ..., d¢4; 16. 2f2, cd;
17. ed, e5; 18. de, Ad2+; 19.
Wet, 2xe5? (a un juego confu-
so, en opinién de Yusupov, lleva-
ba 19. ..., @HE; 20. fc2, Be8; 21.
Bb2, dxe4; 22. Bb3+), 20. 2c,
Ed8; 21. &e2!.
14
En el final, poco a poco, las blan-
cas realizan su ventaja de peon.
Ademas de 14...., cd, 14. ..., &d6
y 14. ..., 8d7, las negras tienen
otro camino: 14. ..., @c8. Se
probé en la partida Portisch-Kor-
chnoi (Reykjavik, 1988).
Después de 15. a47!, obtuvie-
ron un juego activo, 15. ..., ed;
16. cd, dc4; 17. Sf4, a6; 18.
g5, b5; 19. &b3, e5; 20. de,
fc6, y ahora en lugar de 21
&d1, las blancas debieron prefe-
tir 21, &d3!?, dxe5; 22. Bd5+,
®xd5; 23. ed, b4, con iguales
posibilidades (pero no 23. ...,
d3; 24. Ed1, dxf4; 25. Axfa,
&f8; 26. 93, Se5; 27. d6, &xf4;
28. gf, Bxf4+; 29. We2, con
ciativa de las blancas).
A 21. 8d1, Korchnoi replicé 21.
. &f8!, y Portisch jugé 22.
&d5, sin advertir el golpe 22. ...,
@xd5!. Después de 23. ed,
d24; 24. Wel, Yxb3; 25. ab,
&d8, las negras obtuvieron ven-
taja decisiva en el final, si bien es
cierto que consiguieron la victo-
ria js6lo después de 50 jugadas!
Por lo visto, en respuesta a 14.
@c8, se debe reaccionar al
igual que con la dama en d7, 15.
h3, 0 15. g5.
En la partida Seirawan-Kudrin
(Campeonato USA, 1989), des-
pués de 14. ..., cd; 15. cd, &c8;
16. g5, la dama negra se aprove-
ché del dominio de la columna "c",
16. ..., &c4. Sin embargo, des-
pués de 17. &g1, Bd8; 18. fe1,
2c6; 19. e5, e6; 20. BF2, Ab4; 21.
2f4, &c8; 22. Sf1, se hizo evi-dente que su ataque no daba
nada, y el centro blanco es invul-
nerable. En el final, 22. ..., %d3; 23.
&xd3, &xd3; 24. &f7+, Wh8; 25.
4f2, las blancas tienen ventaja
posicional y material, que consi-
guieron llevar hasta el fin.
15. e5,..
En la 11* partida del match de
Sevilla elegi la jugada 15. Wg1.
Sobre su estado actual hablare-
mos en los comentarios a la Par-
ja 4 del presente libro, y tam-
bién recordaremos alli la nueva
jugada 15. fa4!?.
15.
we BB
También se encuentra 15. ...,
Web. Después de 16. g5, Ac4 (16.
+ #804; 17, %g1, lleva a la parti-
da Karpov-Gabrikov, que resulté
claramente favorable a las blan-
cas), las blancas pueden caer en
una trampa, 17. &d3?, @f5+!,
Perdiendo pieza, aunque después
de 17. &f2, &f8; 18. Wg1, B7;
19. fe1, a3; 20. Bc1, Bxa2, no
consiguen nada.
En la partida Makarov-Jodko
(URSS, 1988), siguid 16. h3,
e4; 17. &d3, Ed8; 18. Bed!
(18. 4, Ba6!), 18. ..., Be6; 19.
Bxc6, Axe3+; 20. WF2,
Qxg4+; 21. hg, be; 22. 3b1,
cd; 23. cd, c5; 24. We3!, cd+
(es mala 24. &d5; 25. We4, e6;
26. Eb5, ; 27. Bad), 25.
xd4, Bd5; 26. dc6. Aqui las
negras, en opinién de Makarov,
debieron contestar 26. ..., 3c5, y
en caso de 27. Eb8+, &f8; 28.
4c8, %g7, las blancas solo tienen
una pequefia ventaja.
Be2l, Bf8; 18. Bxcs+, Axc4; 19.
We2, con mejor final para las
blancas. Otra posibilidad: 16.
#91, se probé en la partida Han-
sen-Fercec, (Aosta, 1989). Las
negras recuperaron el equilibrio
material, pero despues de 16. ...,
@xg4; 17. &d3, Heb; 18.
2g5l, Sf8; 19. h3, cd; 20. cd,
&xe5; 21. de, @xe5; 22. Sct,
@xal; 23. Bd5+, e6; 24.
Bxa5, Bc8; 25. @d2, b5, (pro-
bablemente es més precisa 25.....,
b1; 26. Wh2, Wc2; 27.
®xa2; 28. dc3, Bb3; 29. ad2,
con una minima ventaja de las
blancas), 26. a3, su posicién es
bastante dificil.
16. &f2,..
Ahora es floja 16. Sf4, ya que la
15dama cae sobre e4: 16. ..., Bf8;
17. ®@g1, Bes: En la partida
Lychak-Asrian (Leningrado,
1990), se siguid con 18. &f3,
@xf3; 19. gf, 2h6; 20. dd5,
&xe3+; 21. Dxe3, cd; 22. cd,
c6; 23. Eb1, b6; 24. Wg2,
&xd4, y las negras tienen venta-
ja en el final.
16. .., BB
Hasta ahora todo coincide con la
quinta partida del match de Sevi-
lla. En la séptima partida las ne-
gras prefirieron para la torre la
casilla d8, obligando a la dama
blanca a abandonar la columna
central. En adelante, la jugada 16.
«-, Bd8, reemplaz6 completa-
mente al traslado de la torre a f8;
después hablaremos de ella con
detalle.
Una buena novedad. En la parti-
da-origen (quinta del match en
16
Sevilla), después de 17. ¥g1,
Sh6; 18.h4, F7; 19. 293, 23+;
20. Wh2, Bc4; 21. Eb1(a 21. de,
sigue 21. ..., &xg4, con buen jue-
go para las negras), 21...., b6; 22.
&b2 (aqui es prometedora 22.
de), 22. ..., @d5!; 23. &d3, dc4;
24. Bb1, b5, este agudo encuen-
tro debio terminar en tablas (aun-
que a causa de un grave error de
Kasparov consegui ganar); sin
embargo, 24. .., g5, daba a las
negras buenas posibilidades de
victoria.
Con la jugada 17. g5, las blancas
realizan su plan principal, aislar el
alfil enemigo. Es cierto que mien-
tras tanto el rey permanece en
una peligrosa oposicién con la
torre, pero esto es solo un pro-
blema temporal...
17. sy BIT
L, Gutman indica esta variante:
17. ..., Bed (17. ..., D4; 18. Bgl,
Be4; 19. dg3, ; 20. Be2, b5;
21. e4, con mejor juego para las
blancas), 18. Sg1!, dc4; 19. AF3,
e3+; 20. &xe3, @xe3; 21.
‘@b3+, Wh8; 22. Hel, y la posi-
cidn de las negras no es envidia-
ble. Se impone 22. ..., 8xf3+; 23.
gf, &xf3+; 24. Wg1, Bg4+; 25.
Wt2, Bh4+; 26. We2, Bg4+; 27.
Wd2, M@xg5+; 28. We2, pero nose
consigue jaque continuo...
Bei, hé
18.
En respuesta a 18...., &f5, Jenkin
ofrece esta variante: 19.h4, Be4(19. ..., €g4; 20. 91, h6; 21. gh,
&xh6; 22. dg3!, cd; 23. cd, Bxh4;
24. Df5!, 8g5; 25. Dh6+, Bxh6;
26. &xa5, ganando, o 19. ..., h6;
20. gh, &xh6; 21. 2g3; 0 20. ...,
dc4; 21. dg3l, Wxh4; 22. de4, en
ambos casos con clara ventaja
blanca), 20. %g1, cd; 21. cd, dc4;
22. Act! (pero no 22. g xe5;
23. de, ®xe5), 22. e3; 23.
Of4l, y en caso de 23. .., Bxf4;
24. &xe3, Exh4; 25. Ec8+, las
blancas tienen una seria iniciati-
va. También es posible 19. 4493,
®xg5; 20. Ae4, M4; 21. Wg1,
cd; 22. cd, c6; 23. Bbi!, con
ventaja blanca.
En la partida A. Kuzmin-Malis-
hauskas (URSS, 1989), las negras
hicieron una nueva jugada: 18. ...,
Se4 (también es posible 18. ...,
2c6).
Después siguid 19. 4g3, db2;
20. de4, Dd3; 21. Be3 (21.
8e2, DF4)), 21. .., Axf2; 22.
Axf2, ed (Kuzmin recomienda
22. ..., &c4, sin cambio en
tro, 23. #g1, Bd8, con i
de las negras), 23. cd, @c4+;
24. Wg1, Bd8; 25. 8b3, &xb3;
26. ab, &xd4; 27. Exa7, Axed.
Tablas. (Perderia 27. ..., Bb4; 28.
Qd3, Bb3; 29. Ba8+, WF7; 30.
26+!)
En respuesta a 18. ..., dc4, es
mucho mas fuerte para las blan-
cas 19. gil, y 20. df3.
19. gh6, ...
Mas fuerte que 19. 2g3, hg; 20.
de4, cd; 21. cd, 8f5.
19. ..., &xh6
20. Wgt, dc4
Es insuficiente 20. ..., &d2; 21.
B8xd2, 812+; 22. Bh1, Wg7; 23.
@d3, dc6; 24. Bd1.
21, 2g3!, ad2
De lo contrario las blancas senci-
llamente tienen peén de mas; la
jugada del alfil a d2 también era
buena en caso de 21. &h4.
22.
23.
e2, &xc3
Bf, ...
Perderia 23. e6?, @xf2+; 24.
Bxf2, Axf2.
23. .., Me6
cd, ya decide 24. e6!. A
d2?, sigue 24. Ad1, cd
Bxa2; 25. de4!, o 24. ...,
Bf4; 25. del), 25. Bxd2, 2xd2; 26.
@xd2, d3; 27. &xa7.
dc5!, &2xe5
Bet, @d5
24,
25.
Son inofensivas 25. ..., @f7, 0 25.
wy BE,
26. &d1, ...
A 26. 894 (26. de4, Addl), hay la
respuesta 26. ..., 8xf2!. De acuer-
do con los anélisis de Jenkin, des-
pués de 27. @xg6+, Wh8; 28.
Wxt2, Sdd+! (28, ..., Bd4+; 29.
WEI, de3+; 30. Bxe3), 29. WF1,
17e3+; 30. Bxe3 (pero no 30.
We2, Bxg2+; 31. Wd3, Bc2+),
30. ..., &2xe3; 31. #h5+, &xh5; 32.
2xh5, 2xc5, las negras toman la
iniciativa.
26. ..., Exf2
Después de 26. ..., Be6, 0 26. ...,
17, las negras aun podian resis-
tir, ahora la partida finaliza ense-
guida.
27. &xd5, Bxez
28. dxe2, WE7
29. c6!, bé
30. xed!
y las negras abandonan.
wutPartida 2
A. Karpov - G. Kasparov
Belfort, 1988
d4, Of6
c4, g6
c3, d5
cd5, dxd5
e4, Dxc3
be3, 2g7
24, 05
de2, Dc6
2e3, 0-0
0-0, 294
£3, Da5
&xf7+, Bxf7
fg4, Sxft+
Wxft, Sd6
e5, Bd5
&f2, 58
eases
PUPYONASWONONRWN
Tras la séptima partida de Sevi-
lla, en la que Kasparov empled
por vez primera esta jugada, la
maniobra de Ja torre a d8 resulta
fundamental en esta posicién. En
d1 la dama esta bien situada, y
ahora la amenaza 17. ..., &xe5, la
obliga a abandonar su posicion.
No da nada 17. df4, &c4+, (17...,
BI7; 18. Dh3l), 18. Md3, Bxd3+;
19. 2xd3, cd; 20. cd, Ac6; 21.
Dc5, Dxd4; 22. dxb7, Ad5; 23.
Se1, Sxe5; 24. &xe5, &xe5; 25.
d8, a6, con juego igualado.
La dama dispone de tres retira-
das de la columna "d": por la dia-
gonal d1-a4 (a4 y f8c2), y Bel:
En esta partida se estudia la juga-
da 17. #ta4, y en la siguiente 17.
Bc2.
No obstante, recordemos prime-
ro como se desarrollé la séptima
partida de Sevilla.
17. Set, Be4; 18. g5, SF5!;
19. h4, 2¢4. Debieron presionar
en el centro con 19. ..., 2c6; 20.
Wg1, Be4, con juego agudo.
20. Wg1, fg4. Era mas precisa
0. .... b5. Tras la jugada de las
blancas el caballo enemigo se
siente inc6modo.
21. a4, h6; 22. Ba2!, hg; 23.
ib. De esta manera las blancas
consiguen aprovechar la debili-
dad de ta diagonal a2-g8,
23. .., gh; 24. @b3, Be6; 25.
Of4, BF7; 26. dxg6, Bxg6. En
este libro no comento con detalle
las partidas del match de Sevilla,
que el lector ya conoce muy bien.
En especial, lo que pretendo es
llegar hasta una posicion critica.
27. &xc4+, Wh8; 28. Bb2l, cd;
29. cd, 894; 30. @F7!, Exd4;
31. &xd4, @xd4+; 32. Sf2,
xe5; 33. Of5, Be1+; 34. £1,
fe5; 35. Bh1?.
Aunque nos hemos alejado bas-
tante de la fase de apertura, aqui
19es conveniente hacer un resu-
men, Continuando 35. @f4!, las
blancas debian alcanzar la cima:
35. ..., &xf4; 36. Oxf4, 2f6; 37.
Bcd, &g7; 38. c7, b6; 39. WF1,
con un final ganado.
b6; 36. &f4, BWh5. Una
a, imposible en la jugada
precedente. Después de 37.
b8+, Wh7; 38. Bxa7, la dama
blanca se aleja del centro de los
acontecimientos y tras 38. ..,
fe2, las negras tienen una inicia-
tiva suficiente para tablas. Pero
las blancas podian aprovechar de
otra manera la mala situacién de
la dama negra en la columna del
extremo.
37. @f5?. Aqui decidia 37. Sf3!,
216; 38. Mb8+, Wg7; 39. Bxa7,
0. a6.
@e2; 38. 8c1?. Tercera
posibilidad consecutiva para ga-
nar en esta partida. Primero ha-
bia que dar jaque: 38. fc8+,
Wh7, y sdlo ahora 39. Ec1, (conla
amenaza 2+), 39. ...., &h5; 40.
c2+, Wh8; 41. Bd1l, etc...
La partida continud hasta la juga-
da 40, pero todos mis intentos
para batir a mi adversario no tu-
vieron éxito. Aunque las negras
estuvieron, mas de una vez en
esta partida, al borde de la derro-
ta, bajo mi punto de vista, la
culpa no fue de la apertura. Des-
pués de 20. e1, tenian posibili-
dades de obtener buen juego.
17. @a4, ...
(Ver diagrama)
20
Ahora, después de la respuesta
17. .., b6, mi dama se retiraria a
ila c2. Tal vez se pregunta
épor qué las blancas han provo-
cado una jugada util del peén "b",
para enseguida volver con la
dama a c2? Resulta que después
de 17. fa4, b6; 18. #2, en algu-
nas variantes, por ejemplo des-
pués de 18. ..., fc4, las blancas
juegan ®e4, y atacando al caba-
ilo ganan un tiempo importante.
Por lo tanto la jugada 17. a4,
tiene sus ventajas. Pero no pue-
do asegurar donde se encuentra
la dama mas comoda, aunque se
han probado enla practica ambas
posibilidades.
17. «4, bE
Las blancas tienen mejor juego
en caso de 17, ..., dc6; 18. &b3,
c4; 19. @xb7. Después de 17.
de4; 18. dF4, BF7; 19. g3, Dd2-
20. #g2, de4; 21. Bc2, Bxf2; 22.
®xf2, las blancas tienen ventaja,pero las negras disponen de la
fuerte respuesta 20. ..,, 95!, indi-
cada por L. Gutman. El propuso
que las mismas blancas jugaran
18. g5!, y después 18...., 28; 19.
Wg1, BF7; 20. 293, de3; 21.
Qf4, d5; 22. Bf1, la iniciativa de
las negras esté rota, su alfil ence-
rrado, y el debate de la apertura
concluye.
Después de 17...., 8f8; 18. &g1,
Bf7; 19. Bh4l, Ac4; 20. Bb3, el
alfil tampoco consigue aicanzar !a
libertad, 20. ..., &h6; 21. gl,
&xg5; 22. &2xg5, @f2+; 23. Wh1,
@xe2; 24. h3, con una ventaja
visible de las blancas.
18. 82, ...
A la dama no le queda nada que
hacer en a4.
18. ..., BB
Ahora las piezas negras caen
bajo la presién. Por lo visto, era
mas precisa 18. ..., c8, intentan-
do conseguir contrajuego por la
columna “c*. Aqui tenemos bue-
nos ejemplos de los ultimos afios.
Tisdall-Thorsteins (Reykjavik,
1989). 19. de. A 19. df4, es
buena 19. ..., &f7, 0 19...., @c4+;
20, &d3, 2h6. También es insufi-
ciente 19. &d2, Bf8; 20. #95,
Bf7; 21 Bh4, Bh6, (pero no 21.
«=» C4?, por 22. g5!, Snejder-
Ljubojevic, Pernik, 1988), 22.
91, dc4, y la iniciativa esta del
lado de las negras.
wy be. (19. ..., BF8?; 20. cb,
1. Wg1), 20. Bd1, @xe5;
21. @a4, Of8; 22. Bd3, 4; 23.
Bf3, Wd5; 24. Rxf8+, Wxt8;
25. &xa7, Dc6; 26. h3, Bed;
27. @b5!. Las blancas tienen una
ventaja sensible. Sin embargo
era mas precisa 20. ..., @c4l; 21.
2g3, &@xg4; 22. h3, con posibili-
dades mutuas.
Lputian-Dzhandzgava (Simfero-
pol, 1988). 19. &@d1, (peor 19.
®d2, Ef8; 20. @g5, BF7; 21.
@h4, Shél; 22. Wg, cdl; la des-
afortunada 20. #g1?, en la parti-
da Schultz-Filipovic, Korimofen,
1989, llevé a las blancas a una
rapida derrota: 20. ..., &xe5; 21.
Bd1, @xh2+!). 19. .., Bd8; 20.
fic1, (20. Bc2, lleva a repeticion
de jugadas), 20. fs. Ha sur-
gido una posicién, en la que, a
diferencia con mi encuentro con
Kasparov, la dama blanca esta en
1. Esto no es fundamental, pero
aqui la jugada 21. h3, (en lugar de
la correcta 21. #91, 0 21. 95), fue
una imprecisién. Después de 21.
21wy WF7; 22. Bet, &h6; 23.
g3, Aes; 24. e6, &g7; 25.
de4, 2e3; 26. Be2, b5; 27.
Wl, 2xf2+; 28. Sxf2, ed, las
negras recuperaron el peon y to-
maron la iniciativa.
La partida duré poco. 29. ed,
fxd4; 30. Gce1, g5; 31. Ec2,
e3; 32. Sd2, Mal+; 33. dd1,
Eft+; 34. Wh2, Bed+; 35. 93,
Bes; 36. Hd8+, Wg7; 37.
b2+, Wh6. Las blancas aban-
donan.
Dauben-liinich (Alma-Ata, 1989).
19. Bd1, Bd8; 20. Bet. Una
mejora respecto a la partida
precedente. 20. ..., c4, (es mas
precisa 20. ..., cd; 21. cd, &2h6; 22.
Wg1, y sdlo ahora 22. ..., dc4),
21. 95, Be4; 22. gi, Bg4;
23. S93, cd; 24. cd, Bxg5; 25.
Bb4, 5c8; 26. de4, BF4; 27.
Bxe7, Wh8; 28. Geb, Ef8; 29.
®xc4, Bxe4; 30. Se1. Las blan-
cas tienen clara ventaja.
Queda decir, que a 18. ..., fc4,
seguiria 19. fe4, con una conso-
lidacién de fuerzas favorable, por
ejemplo: 19. ..., Bf8; 20. @gil,
Sh6; 21. Sh4l. Hay que sefalar
una particularidad de la posicién,
que surge como consecuencia de
la jugada 17. b6: ahora las
negras deben considerar cons-
tantemente el cambio d4xc5.
19. Wg1, Bes
El alfil ya no consigue escaparse
a la parte libre del tablero: 1
&h6; 20. h4, F7; 21. 93; 0
wr DOA; 20. h4,
22
20. d2!, ...
Las blancas siguen jugando para
limitar la actividad del alfil. En
caso de 20. fe4, habia que con-
siderar 20. ..., 2h6, y en especial
20. ..., 2c6!?, tras la cual se ame-
naza la captura en eS, y 21. &xc6,
®xe2, desde luego no puede
despertar el entusiasmo de las
blancas.
20. ..., He6
Era desfavorable 20. ..., @f7.
Después de 21. %g3, todo va
bien para las blancas, pues el ca-
ballo se traslada a e4, y ladamaa
e2.
Tampoco se libraban de las difi-
cultades con 20. .., &h6; 21.
®xh6, &xe2, debido a 22. Me3,
®xg4; 23. de, be, (23. ..., de4; 24.
Bd4), 24. Bxc5.
21.
22.
h3, 2c4
Bg5!, ...Un momento importante. Ade-
mas de Se2-f4, ahora , llegado el
caso, se puede amenazar tam-
bién 2f2-h4.
22... h6
No valia 22. ..., 2f6, aunque sdlo
fuera por 23. ef, (también es
fuerte 23. Sf4), 23. .., ef; 24.
ara.
23. cl, Bf7
Para conseguir contrajuego de-
bid elegir 23. ..., b5, con idea,
digamos, de 24. Sf4, Wf7; 25.
Ad3, b4!?, aunque 25. 293, man-
tenia la ventaja para las blancas.
No conseguia su objetivo 23. ...,
Bd5, por 24. c2!, y a 23. ..., h5,
la dama volvia a g5.
24. 293, 95
Esta jugada fue juzgada como
decisiva por los comentaristas.
Pero, creo recordar, que ninguno
ofrecié un contrajuego serio en
su lugar. Por ejemplo, recomen-
daron 24. ..., &d5, pero entonces
25, D4, Bes; 26. 2e6, llevaba a
una posicién muy peligrosa para
las negras. Aqui surgen tres va-
riantes, que vamos a examinar:
a) 26...., 5c8; 27. bil, Be3+; 28.
&f2, Bxc3; 29. Bxg6, Bxat+;
30. ®Wh2, con mate inevitable.
b) 26. e3; 27. Bd2, cd; 28.
cd, 5c8; 29. Ze1, Bc2; 30. &xe3,
Bc6; 31. d5, y las negras estan
mal. Se puede intentar echar la
dama a e2, jugando 27. ..., c4;
28. Be1, de3; 29. Be2, cd. Ahora
30. cd, &c8, da a las negras un
fuerte contrajuego, pero 30.
Dxf8, &xf8, (30. ..., d3; 31. BF2),
31. Bf3!, Bd3; 32. cd, fxd4; 33.
Se1, aclara la situacién en el ta-
blero, porque no vale 33. ...,
e2+; 34. 2f2, Oxe1, por la juga-
da intermedia 35. b3+.
c) 26. cd; 27. Axf8, de3; 28.
Wd2, de; 29. Be2, 2xf8; 30. BF3,
con gran ventaja de las blancas.
25.
26.
27.
fc2, Bd5
2f2, b5
93, Ef7
Una jugada forzada. A 27. ..., b4,
es desagradable 28. Sf5, y si 28.
.. &f7, entonces 29. e6, &xeb6;
30. He1, 8d7; 31. cb.
28. &et, ...
También era agradable cortar el
contrajuego de las negras en el
flanco de dama con ayuda de 28.
3c.
28.
29.
cer D4
Bg6, ws
Perdia en el acto 29. ..., be; 30.
Df5, WB; 31. e6, Sxf5; 32. gf,
Dd6; 33. de.
30. de4,..
También era fuerte 30. Sf5, e6;
31. Oxh6, Ef4; 32. Bxg5, o 32.
Bh7.
2330. ..., Bxf2
El sacrificio de la calidad no esta
en condiciones de enmendar la
posicion. Las blancas sdlo necesi-
tan una precisién elemental.
31, Wxf2, be
32. Wf5+, gs
33. 8c8+, Wh7
34, xc, Mf7+
35. Wgl, c2
36. Ag3, 2f8
37. Af5, Wg8
38. &et.
Las negras abandonan.
Sus piezas en el flanco de rey no
pudieron conseguir la libertad.
Dado que este encuentro se cele-
bré en la Copa del Mundo en la
ciudad francesa de Belfort, po-
demos llamar en broma a la va-
riante con 17. @c2, la variante
Belfort...
Hay que precisar que esta parti-
da fue galardonada como la me-
jor de la primera mitad del ano
1988 (Informador ajedrecistico
n® 45), y ademas resulto ser
nuestro ultimo encuentro con de-
finicidn antes del siguiente match
por el campeonato mundial, el
quinto en nuestro cémputo.
oe oe oe
24Partida 3
A. Karpov - J. Timman
Rotterdam, 1989
d4, D6
c4, g6
e3, d5
ed5, dxd5
e4, Oxc3
be3, 2g7
Bes, cS
e2, Acé6
2e3, 0-0
0-0, 2g4
£3, da5
&xf7+, Exf7
fg4, Exfi+
Wxf1, B@d6
05, ...
aan oan
PRONE Swenogeunn
La jugada 15. #g1, se examina en
la siguiente partida.
15. @d5
16. 2, Bd8
En la quinta partida de Sevilla,
Kasparov escogié 16. .., Sf8,
(Ver Partida 1). Como ya sabe-
mos, la jugada con la torre a d8
se empleo por primera vez en la
séptima partida.
17, G2, ...
En la partida-origen, elegi 17.
fte1 (Partida 1), y en Belfort,
preferi 17. a4 (Partida 2).
17. .., Bed.
Llevaba a igualdad 17. ..., Bc8;
18. df4, @F7; 19. Bed, Bh6; 20.
g3, Bf8; 21. Wg2, &xf4; 22. gf,
Bxf4; 23. Bxf4, Axf4; 24. Wg3,
&f8, (Griinberg-llincic, Praga,
1989). Como ya sabemos por
partidas precedentes, es mejor
para las blancas 18. @d1, 2d8;
19, fel.
18. @b2, ..
Pero no 18. g5?, por 18... cd, ¥
a 18. e4, es buena 18. ..., Bd5i,
con la amenaza 19. ..., Bxe5.
18... &h6
En la partida Ljubojevic-Timman
(Linares, 1989), la torre negra se
trastadé de nuevo a la columna
.., BF8. Siguid 19. &g1,
ane: 6. “Ball, Bas.
£s dudoso que sea bueno 20. ...,
Bf7; 21. Ag3!, Ac4; 22. Be2,
Wxf2+; 23. Mxf2, Be3; 24. Del,
Bf4l; 25. Bd3. En la partida Han-
sen-Jasnikowski (Varsovia,
1990), las negras efectuaron la
25novedad 20. ..., #e6, sin embar-
go, 21. h3, c4; 22. &xb7, 2e3,
(22. ..., %e3; 23. Bat, ®f7; 24.
&xe3, &xe3+; 25. Wh1, BF2; 26.
Bb5, cd; 27. dxd4l), 23. Sxe3,
Dxe3; 24. Bd3, SF7, (perdia 24.
wy B14; 25. Wh2, D944; 26. hg,
x4; 27. Bf3, Bh5+; 28. Sh3,
Be2; 29. Bxe7, Lf7; 30. fics,
Hansen), 25. @f3! ®xf3; 26. gf,
&xf3; 27. del, y las blancas tienen
una clara ventaja en el final.
21. Se1, ed, (es mejor 21. ...,
fc4; 22. Mb3, &xb3; 23. ab,
Db2), 22. dxd4, Bed; 23. h3,
b6; 24. Sf3, Bd8; 25. 2d4,
(también es posible 25. g5!), 25.
a 44; 26, 842, @d5; 27.
Bb1, dc4; 28. Bed, Db2; 29.
Bc2, Bb5; 30. Sb1, Ad3+; 31.
Wt, Bed; 32. Be2, b5; 33.
dell, dxe5; 34. Exb5, @F7!;
35. Wgl, dc6; 36. 2f3, Sxd4;
37. ed, 58, (pero no 37...., &d6;
38. 295, Mf4; 39. Me6+, Wg7;
40. &xe7+, con ventaja; 39. ...,
f8?; Ef5+, ganando), 38. &c5,
&b8, y ambos adversarios deci-
dieron repetir jugadas. Tablas.
Queda decir que en lugar de 28.
e4, se mantenia la iniciativa con
28. Be2l.
19. hé, ...
(Ver diagrama)
Esta posicién surgié por vez pri-
mera en la partida Karpov-Kas-
parov (Amsterdam, 1988): Este
fue el desarrollo.
19. ..., 87; 20. Wg1, Ets; 21.
2g3 (a 21. 293, sigue 21. ..,
26
&e3+; 22. Wh2, Heb; 23.
g5, #94), 21...., de4; 22. Bez,
Bxf2+l.
Otras continuaciones llevan a
ventaja blanca: 22. ..., &d2; 23.
cd; 23. cd, &xf2+;
63; 25. Bxe3, Dxe3;
23. Bxf2, 2e3; 24. Mxe3 (24.
&f1?, Sxf2; 25. &xf2, cd), 24. ...,
xe3; 25. de, Ee8 (pero no 25.
wr &XQ4; 26, Bb1, y las blancas
ya estan mejor), 26. &b1, &xc5;
27. Sxb7, 494; 28. Bb4. Tam-
bién es posible 28. &xe7, 8xc3;
29. df1, Ba3; 30. e6, Exa2, con
rapidas tablas.
28. .... h5; 29. Se4, Bxe5; 30.
g3 (es mas sencilla 30. Wf1,
e3+; 31, We2, Ad5; 32. Bb8+),
30. ..., WI7; 31. Wg2, Weé; 32.
Wf3. Era mas precisa 32.
=
En esta partida, también dedica-
da al sistema principal de la de-
fensa Griinfeld, veremos las va-
riantes con la jugada 10. 5c1. Las
blancas retrasan una jugada el
enroque y ya surge un juego
completamente distinto sobre el
tablero. De paso recordaremos
otras continuaciones relativa-
mente inusuales.
(Ver diagrama)
La novedad 10. Bb1!?, la em-
plearon las blancas en la partida
Korchnoi-Kasparov (Reykjavik,
1988). Siguid 10. ..., a5; 11.
243, cd; 12. cd, b6; 13. 0-0.La
accién inmediata en el flanco de
rey mediante 13. h4, podia tro-
Pezar con un contrajuego de con-
secuencias confusas: 13. 7
14. d5, £5; 15. h5, f4; 16.
895; 17. &xa5, ba.
46
13. ..., e6; 14. fa4. A igualdad
llevaba 14. 8d2, &b7; 15. h4,
&c8; 16. Bfct, @d7;
Exct+; 18. 8xci, Bc8.
|.) @b7; 15. Afd1, Bc8; 16.
2d2, Sc6; 17. 2c3, Mh4; 18.
Sel, Efd8; 19. 3, Be7; 20.
&b5?!: Kasparov considera que
es mejor 20. &f2, a5, con igual-
dad, si bien es cierto que las
negras tenian a su disposici6n la
jugada 20. ..., &HE!?,
ww 861; 21. &xab, Sxa6;
22. fxa6, dxd4.
Las negras tienen !a iniciativa,
pero después de 23. dxd4,
&xd4+; 24, Bxd4 (o 24. #h1), 24.
, &c5; 25. &f2, las blancas te-
17. 5,nian suficientes posibilidades de-
fensivas. En su lugar cometen un
error decisivo.
23. 2f2?, Ba8!; 24. Bd3 (24.
fc4, bd), 24. ..., Ga3, y las ne-
gras ganaron la dama y con ellola
partida (25. dxd4, Exd3, ete.).
10. ..., cd4
. También es posible la jugada
tranquila 10. ..., 2d7.
En la partida “Vyzmanavin- Mijal-
chishin (Moscu, 1989), después
de 11. 0-0, &c8; 12. &d2, Bas;
13. d5, 2e5; 14. &2b3, c4?!; 15.
2c2, e6; 16. Sbi!, b6; 17. 4,
2g4; 18. de, fe; 19. e5!, las
blancas consiguieron clara venta-
ja.
Es importante la novedad em-
pleada por las negras en Ia parti-
da Shirov-Epishin (Daugavpils,
1989): 14. e6!; 15. £4, 294;
16. c4 (16. de, 2xe6; 17. Sxe6,
fe; 18. Sf2, Bcd8; 19. fc2,
Axf2; 20. Exf2, Bab, con mejo-
res perspectivas debido a la
amenaza ®c4), 16. ..., @&xd2;
17. &xd2, ed; 18. cd, 2b5; 19.
Sed, 2xc4; 20. Exc4, b5; 21.
Ge2, D6; 22.