ENSEÑANZAS DE AMENEMOPE Y LOS TEXTOS BÍBLICOS

Las enseñanzas de Amenemope pueden ser interpretadas como un conjunto

de lecciones morales y dispositivos de conducta que van mas allá de
consideraciones religiosas o dogmáticas y que resultan aplicables en el
contexto moderno.
Un contendido amplio en medio de la tradición oral, forma prioritaria de
transmisión del saber en la antigüedad, permite entender el que se encuentren
elementos comunes en relatos como el del egipcio y los escritos del antiguo
testamento.

En principio, las enseñanzas privilegian la importancia de guardar las palabras

de la asamblea divina, guardarla en el corazón, entendiendo ésta como fuente
de sabiduría y digna de ser enseñada para lograr un estilo de vida exitoso,
asimismo, desde el Antiguo Testamento, la palabra de Dios tiene un lugar
excepcional para aprender a amar al Señor (Deuteronomio 4:6), obedecer sus
mandamientos y generar deleite y satisfacción que procede de conocer que se
está en la verdad (Cristo Jesús).

Un segundo elemento destacable en los textos de Amenemope, es la ingente

defensa de los pobres por sobre el interés del poderoso, “no codiciar el bien de
los pobres”, “evitar la opresión”, una curiosa argumentación si se tiene en
cuenta que proviene en la línea real directa (faraones), y de una sociedad
como la egipcia, altamente jerarquizada y con castas sociales diferenciadoras y
excluyentes.
Igualmente la escritura bíblica, rechaza el cohecho, (salmos 15:5) defendiendo
el interés del inocente, aquél que no posee sendos recursos y se encuentra
marginado de los círculos de poder, una condición que frecuentemente hace
que el menesteroso sea ignorado y cuando se le atiende es para ser
subyugado con mayor rigor.

Igualmente la misericordia de Dios es un elemento ordenador en ambos textos,

el egipcio invita a perdonar buena parte de la deuda a quien padece necesidad
(es pobre), asunto abordado de diversas maneras en el antiguo testamento,
pero que encuentra en Jesucristo su máxima expresión, (Mateo 18: 27), quien
no solo perdona parcialmente, sino que desde su sacrificio en la cruz, sufragó
plenamente la deuda por nuestros pecados, impagable para cualquier hombre
sobre la faz de la tierra, muestra tangible del insondable pero siempre presente
amor de Dios, que nos invita a perdonar y compadecernos de quien es débil (al
igual que nosotros) o que de un modo u otro nos adeuda.
Un tercer elemento es el reconocimiento de la levedad del hombre, su
condición de materia que perece (barro y paja), que necesita de la asamblea
divina, como en la palabra de Dios, la vulnerabilidad natural humana se pone
de manifiesto, el Señor “Se Acuerda de que Somos Polvo” (Salmos 103:14) y
actúa compasivamente con su creación.
Un último elemento concerniente al texto egipcio tiene que ver con el uso de la
lengua que a semejanza de la escritura debe estar adecuadamente empleada,
toda vez que es garante de bien o mal para el ser humano, en suma para
garantizar un estilo de vida óptimo precisa dirección, misma que solo sabe dar
el Espíritu Santo y la palabra. (Santiago 4:7)

Todos los elementos hasta aquí señalados pueden manifestar una paridad
ideológica y si se quiere dogmática entre los textos bíblicos y las enseñanzas
de Amenemope, sin embargo en esencia se marcan distancias considerables
en la medida que solo la palabra de Dios cuenta con la coherencia necesaria
para centrar todo su peso argumentativo en la persona de Cristo quien
presente desde la antigüedad, señala los derroteros para conducirse en el
mundo y obtener grandes victorias (Josué 5:14), solo Dios entiende y es
portador esencial de conceptos como Justicia (retribución) y perdón (inclusión),
que desde Amenemope se quedan en interesantes ideales de vida pero que,
resultan inaplicables por que se asocian a la personalidad de un hombre
viciado por el poder, y que si bien hace gala de unos principio no cuenta con
las herramientas ni con la influencia necesaria para implantarlos en el corazón
de los hombres, es decir su campo de ejecución llega hasta donde alcanza su
capacidad de desempeño, lo natural, en tanto que la palabra de Dios, hecha
carne en Jesucristo es capaz de afectar el espíritu y el alma humana, haciendo
viables las transformaciones y aplicación de principios éticos reconocidos por
muchos.

CONCLUSIONES

►Más de 5000 años de historia bíblica dan cuenta de procesos socio

culturales de fuerte tradición oral en sus inicios, las compilaciones escritas
surgieron paulatinamente con el sentido de preservar la memoria y los valores
intrínsecos de los pueblos, en ese proceso de acomodación de las
civilizaciones no era tan notoria la frontera entre comunidades, partiendo del
hecho de que ni siquiera se tenía una mínima noción de estado no la
conocemos hoy, por lo que era común encontrar grupos de trashumantes que
llevaran su estilo de vida a lugares distantes extendiendo formas de leer la
realidad, lo que en buena medida explica el hecho de que encontremos textos
con correspondencia temática a pesar de provenir de fuentes distintas.

Asimismo dado que el hombre tiene una vocación espiritual que expresa desde
sus primeros años y manifiesta de maneras diversas, además de construirse
socialmente, refleja en la practica anhelos que son comunes a todos (amor,
larga vida, salud, paz, prosperidad, armonía, felicidad, justicia), y por lo tanto
cohesionan, solo que en no pocos casos se desvían de quien
excepcionalmente proceden tales beneficios, esto es, Jesucristo.
►La condición magistral de La Biblia tiene que ver entre otras razones, en el
que a diferencia de textos como los de Ptah –hotep y Amenemope,
(preparados exclusivamente por esos autores), no hubo ejecutor humano que
planteara lo posibilidad de estructurar la Escritura de manera tan precisa.

Son escasos los libros de la biblia que respondan a un autor común (Cantar de
los Cantares, Jonás), la constante es encontrar una mixtura de participantes,
que contienen elementos de la sabiduría popular, redacción organizada y
ampliada, pero que esencialmente aportan los preceptos conducentes al
reconocimiento de la soberanía de Dios, su amor y anhelo reconciliatorio para
con la humanidad.