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En 3 oraciones o menos:
Santa Anna anuncia su renuncia a la presidencia de México tras haber dirigido una revolución exitosa que cambió el rumbo del país. Resalta los logros de su gobierno como haber fortalecido el ejército, la economía y las relaciones exteriores, y deja el cargo para que el Congreso establezca una nueva Constitución que guíe el futuro de la nación. Le desea lo mejor al nuevo presidente y dice estar listo para servir a México si es necesario en el futuro.
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Santa Anna anuncia su renuncia a la presidencia de México tras haber dirigido una revolución exitosa que cambió el rumbo del país. Resalta los logros de su gobierno como haber fortalecido el ejército, la economía y las relaciones exteriores, y deja el cargo para que el Congreso establezca una nueva Constitución que guíe el futuro de la nación. Le desea lo mejor al nuevo presidente y dice estar listo para servir a México si es necesario en el futuro.
En 3 oraciones o menos:
Santa Anna anuncia su renuncia a la presidencia de México tras haber dirigido una revolución exitosa que cambió el rumbo del país. Resalta los logros de su gobierno como haber fortalecido el ejército, la economía y las relaciones exteriores, y deja el cargo para que el Congreso establezca una nueva Constitución que guíe el futuro de la nación. Le desea lo mejor al nuevo presidente y dice estar listo para servir a México si es necesario en el futuro.
Conciudadanos! Cuando la Repblica caminaba presurosamente su ruina y se
haba perdido hasta la esperanza, el ltimo consuelo de las naciones, de alcanzar un remedio para los males tan graves y complicados que sufrimos en un perodo lamentable de cinco aos, conceb la necesidad de apelar la revolucin, despus de haber meditado detenidamente, si otro recurso menos peligroso poda ofrecerse en semejante conflicto, y despus tambin, de haberme resistido las excitaciones que frecuentemente se me hacan, para que condujese la combatida nave del Estado puerto de salvacin. Yo os confieso que vacil, tanto por la memoria de los extravos y desastres que han acompaado inseparablemente nuestras revoluciones, como porque mi adhesin y apego la vida domstica y al retiro de los negocios pblicos se haban aumentado y fortificado todas las veces que honrado por la confianza de la Nacin haba regido temporalmente sus destinos. Pudo ms, sin embargo, la aproximacin que pareca inevitable, de la agona de mi patria; y en verdad, nicamente por asistirla en su pena, que se acercaba al postrer despecho, me resolv capitanear al pueblo en el esfuerzo, que era una intencin universal para cambiar la suerte ominosa de los mexicanos
En efecto, yo form el plan, dirig la empresa y consum el designio de romper las
ataduras que impedan la Nacin el uso libre y expedito de sus derechos. Colocado al frente del Ejrcito, march rodeado y seguido del pueblo hasta la capital de la Repblica, donde se opona una dbil ineficaz resistencia al voto pblico; y conforme sus inspiraciones, redact y firm con los ms distinguidos de nuestros Generales, esas bases que han hecho memorable la villa de Tacubaya, porque en ella tuvo cuna nuestra apetecida generacin social. Los mezquinos envidiosos de las glorias de un Ejrcito que las ha identificado con las de su patria, no podrn negarse confesar, que apenas se encontrar en los anales de la milicia un ejemplo ms caracterizado de civismo, porque sin pensar en otros intereses que no fueran los de la Nacin, se salvaron sus derechos y prerrogativas, dejndose entrever una era de libertad y de ventura, que cubra el Ejrcito con su impenetrable escudo.
En cumplimiento de las mismas bases, me confi el Consejo de los
Representantes de los Departamentos, su Gobierno provisional, y lo acept, porque en tan expuesta crisis era necesario una fuerza grande de nimo, para dominar las circunstancias; porque anuladas todas las instituciones, la anarqa era un peligro prximo y muy temible; y, en fin, porque siendo necesario un poder omnmodo, en el que se encomendara del propsito de regenerar la Repblica, yo me senta con todo el valor indispensable para no abusar de facultades que tantas veces han sido el escollo de los hombres ms distinguidos de que hace mencin la historia, y cuya reputacin ha naufragado, porque no acertaron resistir las seductoras y halageas tentaciones de una ambicin desconcertada y excesiva.
Mi constante, mi ms pronunciado anhelo ha sido mantener ilesos los principios
fundamentales. de una sociedad libre y morigerada, y dejar que el pueblo usase un tiempo de sus derechos y de su propia experiencia al arreglar definitivamente su suerte futura. Y que he procurado rodear mi Gobierno de todos los hijos de la patria sin excluir hombres ni opiniones, y me he afanado para que desapareciese el, espritu de secta y el de intolerancia, para que no se desechara ms que al crimen, de la intervencin en los negocios, estimulando as todos los talentos, aprovechando todas las virtudes, y confundiendo, por el inters comn, los miserables de las facciones, de los partidos y de las personas. Yo me lisonjeo con el orgullo que inspira el amor de una patria tan noble, de que estas buenas intenciones han sido secundadas y lealmente correspondidas por todos los mexicanos generosos que pueden presentar al mundo civilizado, una poca de revolucin sin desorden, de cambios sin desgracias, y de triunfo para los principios populares, sin la sangre y sin las lgrimas que ellos han costado tantos otros pueblos del globo.
As me ha sido fcil reorganizar todos los ramos de la Administracin, sin ms
sacrificios que los absolutamente necesarios, sin arrancar la sociedad de su estado normal para conducirla los precipicios por la senda del progreso, templando as las ideas exaltadas de algunos, moderando y llevando al bien ambiciones nacientes y fijando la atencin en cuestiones de importancia nacional, para que la bandera del pueblo fuera la misma que alzaron con tanta gloria los hroes y los mrtires de la independencia.
Como mis hechos se encuentran la vista de la Nacin y tambin los resultados
de mis fatigas, ella habr de juzgarme, y aplicar mis errores la indulgencia que merece la fragilidad humana, cuando la intencin es pura y no se ha perdonado medio para buscar el acierto. Considerando que ms se han debido la docilidad y cooperacin de mis conciudadanos las ventajas y mejoras durante mi administracin, que al celo y eficacia que he empleado por mi parte, podr mencionar, sin la tentacin de la vanidad, que el aspecto de la Repblica ha cambiado enteramente: que ella ha vencido y se ha hecho respetar en los campos de Texas, que profana una vil usurpacin: que la insignia nacional se ha llevado por seis mil valientes que sirva en Yucatn de punto de reunin: que ella ha vuelto dominar en el seno mexicano, ahuyentado la bandera de la nica estrella, de la vista de nuestros puertos, antes frecuentemente insultados: que una fuerza imponente defiende el departamento de Californias de asechanzas y codicias: que Soconusco pertenece ya la Nacin por un designio irrevocable. El Ejrcito ha crecido en nmero, mejorando su instruccin y adelanto en disciplina; y se prepara una nueva campaa, en la que la victoria y la justicia seguirn nuestros estandartes. Unas rentas se han creado, se han metodizado otras, y no es mucho lo que resta para contar con un sistema de hacienda que suministre recursos suficientes para vigorizar nuestro poder y sostener nuestra dignidad. Una crisis monetaria heredamos de la anterior administracin, y sin embargo de que ellas son siempre funestas, pas casi inapercibida sin gravmenes que parecan inevitables, y cuyas ventajas el comercio y el crdito de la Nacin estn disfrutando. Al comercio he aplicado una atencin constante, ensanchando su esfera, protegiendo todos los giros, y suavizando los impuestos, que ms favorecan al contrabando que al tesoro pblico. He defendido la industria de los ataques arteros de que ha sido blanco, y he visto que el espritu de asociacin se desarrolla bajo el amparo del Gobierno, tan empeado en crear una riqueza propia, que nos separe de la influencia extranjera. He franqueado los campos de la patria al hombre activo y laborioso, que aspira, viniendo de otras tierras, fecundar las nuestras con su sudor tan provechoso. La minera y la agricultura recibieron el impulso que en breve tiempo era dado conseguir, y dejo preparndose trabajos cuyos frutos sern tan pinges como seguros. Mas no me propongo enumerar los que han podido cosecharse hasta.aqu, y me refiero al examen y calificacin de mis compatriotas.
Cuanto ha sido posible, he evitado querellas con las naciones amigas.; he
procurado con lealtad y. franqueza ganar para mi patria su amistad y sus simpatas, y vivo satisfecho de que no he renunciado un slo derecho ni una sola injusticia. Colocado Mxico en una situacin independiente y con elementos poderosos para el comercio, le bastar continuar adherido los principios que distinguen los pueblos civilizados, para conservar su apreciable benevolencia.
Mas lo que me ha complacido sobre toda expresin, es haber visto congregados
los representantes del pueblo para dictarle leyes fundamentales. Yo espero que la Providencia les inspire sentimientos tan patriticos como el motivo que los ha reunido; y que meditando cuanto bien se espera de sus luces y cuanto mal se teme de sus aberraciones, se preparen fijar prudentemente la suerte de la Nacin, de la que son el mejor y ms slido apoyo. Ahora me complazco en la paz que se disfruta y en la unin que tantos progresos ha hecho en el corazn de los buenos mexicanos. Permita Dios que sea eterna!
En tales circunstancias, el estado de mi salud exige y el patriotismo no me prohibe
que busque otra vez ese retiro de tantos prestigios, para un hombre quien ha abrumado la Nacin con tantas recompensas y con tantos honores. Me sucede en el mando el ilustre General Bravo, patriarca de la Independencia, y uno de esos hombres que han logrado conservarse sin mancha en una larga carrera, empleada sin intermisin en el servicio de la Patria. Ella es duea de mi vida; y si en cualquier tiempo aun fueren necesarios mis dbiles esfuerzos para sostener su gloria, yo volar donde el deber y el peligro me llamen, porque confianza tan ilimitada, solamente puede corresponderse con una consagracin entera y absoluta. Permitidme, conciudadanos, que os repita lo que dijo el inmortal Wshington en caso semejante, que: confiando en estoy en todo, en la bondad de mi patria, animado del ardiente amor, tan natural un hombre que ve en este suelo el lugar de su cuna y el de sus antepasados por muchas generaciones, me retiro, y llevo la lisonjera esperanza de encontrar en mi soledad el dulce placer de vivir como mis dems compatriotas, bajo el benigno influjo de las buenas leyes de un gobierno libre: este ha sido siempre el objeto favorito de mi corazn; y espero que sea el justo premio de vuestros afanes, trabajos y peligros.
*(Con este titulo fu publicado el presente manifiesto, en hojas sueltas y
Gutiérrez de Estrada, 1840, Sobre La Necesidad de Buscar en Una Convención El Posible Remedio de Los Males Que Aquejan A La República y Opiniones Del Autor