Sie sind auf Seite 1von 2

HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA - UNIDAD

TRES

LOS MINISTERIOS AL FINAL DEL SIGLO I

CLEMENTE DE ROMA, recuerda a los corintios el origen de los


ministerios en la Iglesia para reprocharles el haber
destituido sin razn a sus propios ministros. El
vocabulario no parece estar fijado todava: Clemente
emplea indiferentemente presbtero y Obispo

Los Apstoles nos predicaron el Evangelio de parte de


nuestro Seor Jesucristo: Jesucristo fue enviado de Dios, y los
Apstoles de parte de Cristo: una y otra cosa, por ende,
sucedieron ordenadamente por voluntad de Dios. As pues,
habiendo los Apstoles recibido los mandatos y plenamente
asegurados por la resurreccin del Seor Jesucristo y
confirmados en la fe por la Palabra de Dios, salieron llenos de
la certidumbre que les infundi el Espritu Santo a dar la
alegre noticia de que el Reino de Dios estaba por llegar.

Y as, segn pregonaban por lugares y ciudades la buena


nueva y bautizaban a los que obedecan al proyecto de Dios,
iban estableciendo a los que crean eran primicias de ellos
despus de probarlos por el Espritupor inspectores y
ministros de los que haban de creer ()

Tambin nuestros Apstoles tuvieron conocimiento, por


inspiracin de nuestro Seor Jesucristo, que habra contienda
por ese nombre y dignidad del episcopado. Por esta causa,
pues, como tuvieran perfecto conocimiento de lo por venir,
establecieron a los susodichos y juntamente impusieron para
adelante la norma de que, al morir stos, otros que fueran
varones aprobados les sucedieran en el ministerio.

Ahora pues, a hombres establecidos por los Apstoles, o


posteriormente por otros eximios varones con consentimiento
de la Iglesia entera, hombres que han servido
irreprochablemente al rebao de Cristo con espritu de
humildad, pacfica y desinteresadamente; tambin
atestiguados durante mucho tiempo por todos; a tales
hombres, les decimos, no creemos que se les pueda expulsar
justamente de su ministerio. Y as cometeremos un pecado
nada pequeo si deponemos de su puesto de Obispos a
quienes intachable y religiosamente han ofrecido sus dones.
Felices los presbteros que nos han precedido en el viaje a la
eternidad (), pues no tienen ya que temer que nadie los
eche del lugar que ocupan ()

Clemente de Roma, Carta a los Corintios, 42 y 44

Das könnte Ihnen auch gefallen