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Es un libro escrito por Carlos Garca Gual y Mara Jess maz. En este se realiza un anlisis
de las distintas escuelas del periodo helnico a travs de los cnicos, el epicuresmo,
estoicismo, escepticismo y neoplatonismo. La premisa del texto, al momento de tener
intenciones de pensar dicho periodo histrico, es el comprender el contexto social en la que
la poblacin griega, y en su momento romana, estaba inmersa. Al ser un ambiente de
desajuste, pues la crisis poltica haba fulminado la estructura en la que los ciudadanos
sostenan su cosmovisin, la respuesta de ciertos individuos fue desarrollar sistemas
filosficos prcticos para existir de acuerdo a ellos.
Fundada por Digenes de Sinope, los cnicos, ms all de una escuela filosfica, pueden
ser estudiados como una actitud ante la sociedad y la vida. No contaron con un lugar fijo, ni
se dedicaron a la teorizacin compleja de su sistema. Rechazaron la cultura y la civilizacin
superior, para as buscar un ideal de vida diferente. Su modo de comportamiento tena la
intensin de ser perruno (kyniks), al obrar segn la necesidad que se les presentara, sin
pudor. Tenan la intencin de regresar a lo natural, por ello buscaban la animalidad. Fue una
secta de predicadores callejeros. El fin era la felicidad a travs de la virtud.
El escepticismo rechaza la posibilidad de cualquier tipo de conocimiento como tal a
partir de la percepcin sensorial. No es posible conocer ms all de las apariencias que se
muestran al individuo, por ende, no se puede afirmar lo real. Fundada por Pirrn de Elide,
sta puede der ser considerada la ms radical de las escuelas helnicas. Para l la felicidad
estriba en la serenidad del nimo, la imperturbabilidad o ataraxia1.
Por ltimo, los neoplatnicos. Este es un sistema que toma los ltimos textos e ideas de
Platn, ya en su periodo de madurez. En ellos, su idealismo y metafsica dialctica postulan
un mundo trascendente y divino, dividido de nuestro mundo sensible que no es ms que una
copia mal hecha. Con relacin al alma, sta acceder al mundo de las ideas posterior a la
muerte, slo si se llev una vida filosficamente digna. Una vida de virtud (se dividen entre
cvica y purificativa) permite el retorno a Dios.
Victoria Aorve