columna
Para los que creen que
Europa está en crisis,
no han visto nada…
Esperen a Italia
Fotografía Marco Leal Ponce
Por Gonzalo Costa Romero, asesor
de Inversiones Internacionales
E xisten análisis para todos los gustos
y tendencias. Cuando hay una crisis, las
explicaciones de los economistas no tardan
en llegar y todos tienen una muy buena
argumentación del porqué sucedió. Pero, ¿¡a
quién le sirve en ese momento!?
Nos encontramos con profesionales que
examinan el pasado, explican los detalles de
los estudios frustrados o por qué no ocurrió lo
que se esperaba. Pero necesitamos a aquellos
que sean capaces de analizar lo que viene y de
anticiparse a los hechos. Y esos son muy pocos.
Asimismo, las voces de los especialistas bien
intencionados se pierden entre las opiniones
de los economistas de grandes instituciones u
organizaciones, que navegan según intereses
creados o en ambientes no atendidos por los
medios masivos.
Así, hemos visto la poca anticipación de
la mayoría: a la crisis de deuda de países
emergentes en los 90, durante el colapso de las
“puntocom” a inicios de 2001, y en la debacle de
las propiedades en 2008 (excepto para los que
siguieron nuestros comentarios).
Y aunque lamentables, las terribles crisis
son las mejores y más rápidas maneras de
hacer dinero. Es aquí donde se producen
las gigantescas transferencias de riqueza y
muchas veces se genera la diferencia entre
tener poder adquisitivo y un grupo económico.
El actual conflicto europeo no tiene mucha
diferencia con lo ocurrido en los 90, en las
naciones emergentes. La distinción es que
ahora les corresponde el turno a los ricos.
Si bien anteriormente los territorios que
hicieron “default” se debió a la imposibilidad de
mantener su moneda pegada al dólar, ahora lo
es de aquellos territorios más pobres dentro
de la zona euro, quienes no podrán conservar
sus economías adheridas a una moneda marco/
francesa (euro). Para lograr esa paridad al
euro, el resto deberá pedir dinero prestado
para solventarlo. Lo que dará paso a una deuda
que, en la mayoría, se aproximará o superará el
100% del PIB en cada uno.
Algo que nunca fue sustentable ni lo será,
mientras no se apoye en reglas básicas que
eviten los históricos y permanentes colapsos
de los experimentos europeos –en los últimos
1.000 años- por efectuar uniones monetarias.
De las fallas y errores, simplemente no
aprendieron nada. Todos esos intentos han
fracasado y éste tendrá el mismo resultado,
sólo que será un efecto dominó, parecido a
la crisis de 1998. Un simple país al otro lado
del mundo, como lo fue Tailandia, terminó
afectando a naciones como Brasil y Rusia con
gigantescas pérdidas de capital y “default”
en sus deudas soberanas. Chile tampoco se
escapó de las turbulencias.
Ahora el tema partió en Grecia y, a pesar
de que varios creyeron que con la ayuda se
evitaría el problema, la verdad es que una vez
más el remedio será peor que la enfermedad
en sí. El contagio ya es un hecho y pudimos
apreciar cómo sus socios en la zona euro no se
escaparán de lo que viene. Ni tampoco EE.UU.
www.gonzalocosta.com
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La mayoría cree que Hungría no importa
mucho, pero, ¿qué les parece si les digo que
uno de los mayores acreedores de Hungría
es el Unicrédito de Italia, fusión de los nueve
mayores bancos de la Bota?
Si Hungría entra en “default” (El Presidente
húngaro dijo que hablar de esto no era
exageración), el desorden y la pérdida de
capitalización de la Banca italiana será la
siguiente gran pieza de dominó por caer. Y,
lamentablemente, no tengo duda alguna de que
los números de los balances en el país latino
ya están maquillados y no representan la real
debilidad con que afrontarán esta caída.
Este territorio tiene una tremenda exposición
en las deudas de las naciones más débiles en
Europa y Europa del Este. Su deuda pública
es de €1,7 millones de millones, es decir,
siete veces Grecia. También es el tercer
deudor más grande del mundo y nadie lo
puede asistir, por la sencilla razón de que es
demasiado dinero por pagar.
Mientras sigan ligados al euro, los italianos
no podrán cancelar sus deudas. Desde que
comenzó esta divisa, no han crecido (0,54%
anual) y progresivamente se les dificulta más
obtener recursos externos. Ya son pocos los
que se atreven porque dudan que se les pague.
La única manera de partir de nuevo será con un
“default” o abandonar esta moneda.
Mi próxima estimación es que Italia provocará
el siguiente gran ruido europeo y dentro de un
plazo no tan lejano..