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Vicki Bernadet entra al local de Hombres Igualitarios como una más. Su pelo corto, en
otros tiempos quizás negro puro, pero ahora canoso, refleja la mezcla de duros
aguarda en su interior. Se nota que es una mujer activa, de aquellas personas que hacen,
y hacen, y hacen, y cuando finalmente caen rendidas, piensan entonces en qué van a
hacer. No se sienta desde que entra al local hasta que finaliza la charla, y en todo
momento se muestra comprensiva con todo tipo de cuestiones que se lanzan para que
ella, que no es ni más ni menos que una mujer luchadora, les dé respuesta.
Vicki Bernadet padeció abusos sexuales de pequeña por parte de una persona de su
entorno. Ella, como todos/as los/as niños/as y adolescentes que son objeto de abuso, se
calló muchos años, ahogando su secreto (palabra muy utilizada por los abusadores para
años se sintiera culpable de todo aquello y tuviera pavor a que alguien descubriera lo
que ocurría.
¿Qué es el abuso?
La charla da comienzo a las siete de una tarde bañada por el Sol de principios de verano,
sociólogos/as, etc, pero ante todo, padres, madres, hijos e hijas) ya tienen sus ojos
(www.fbernadet.org), cómo funciona, a quién presta amparo, y cuáles son sus bases, y
posteriormente pasa a darnos un folio con siete preguntas a las que, por grupos de dos y
tres personas, deberemos dar respuesta. Luego, a partir de esas preguntas se irá
desarrollando el taller.
La primera idea que Vicki Bernadet introduce es la de que todos y todas, en algún
momento de nuestras vidas, hemos sido abusados. Ella lanza una pregunta: “¿Alguno de
unísono, incluso mostrando sorpresa por el tono excesivamente directo de sus palabras..
Pero no pensamos en que no sólo existe el abuso sexual infantil, sino que hay muchos
otros tipos de abuso a los que probablemente sí hemos estado sometidos a lo largo de
encubren; hay abuso de poder cuando un/a superior se aprovecha de su posición; hay
imposible acceder con garantías suficientes; hay abuso físico y verbal cuando se comete
violencia de género; hay abuso cultural cuando la religión o la tradición imponen puntos
que chocan seriamente con los derechos fundamentales de las personas. Así, el término
integridad (ya sea física, psicológica o social) de otra persona mediante la vulneración
de los derechos de ésta. Pero hablemos del abuso sexual infantil. ¿Cómo definirían
ustedes el abuso sexual infantil? Vicki Bernadet lo hace de manera fácil: el abuso sexual
infantil no es ni más ni menos que “cuando el/la niño/a es objeto necesario para la
Affairs of AMA, cuando lo definió como “la utilización del niño por parte de un adulto
Así, y haciendo referencia a lo apuntado entre paréntesis, suele pensarse que para que
exista abuso sexual infantil no es necesario que sea un adulto quien busque placer
sexual con un menor como instrumento, sino que podría ser un menor de edad más
elevada que el abusado, o incluso de la misma edad. Por ello, tal y como explica Vicki
Bernadet, se piensa que hay abuso cuando hay una diferencia de edad entre abusador y
abusado de cinco años cuando el abusado tiene once o menos años (por tanto, un/a
un/a niño/a de once puede abusar de otro/a de cinco), o de diez años cuando el/la niño/a
abusado/a tiene de once a trece. Esta explicación es relativa, en tanto que puede darse el
caso de que exista abuso de un/a adolescente de quince años a un/a niño/a de doce, o de
un/a adulto/a de dieciocho años a un/a niño/a de trece, o de tres niños/as de once años a
un/a niño/a de su misma edad. Lo que Vicki Bernadet explica es que estas diferencias de
edad son reglas que se aplican de forma general para determinar si puede o no haber
abusos entre menores, aunque cuando existe coacción, la diferencia de edad deja de
importar.
diferencias de edad de cinco o diez años según si el/la niño/a tiene hasta once años o
hasta trece, el Código Penal dice en su artículo 181.2 que “se consideran abusos
sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre menores de trece años, sobre personas
que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare”. Después de
esto, sólo aclarar que en este precepto podría existir un error al hablar de “abusos
Entonces, puede entenderse que en general todo acto sexual que se lleve a cabo con un o
una menor de trece años puede constituir el tipo delictivo de abuso sexual, en tanto que,
otra forma: la mayoría de edad legal para mantener relaciones sexuales con otras
personas es a partir de los trece años, y por tanto, todo acto sexual llevado a cabo con
diferencia de edad que sea, para ser objeto necesario para la satisfacción sexual de otra
persona. Respecto a este caso, el Código Penal, en su artículo 181.3, viene a establecer
que se interpone la misma pena, y que por tanto, también se considera abuso sexual,
superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima”. Y no sólo eso, sino que el
Vicki Bernadet ha venido, en definitiva, a darnos unos consejos sobre cómo destapar
unos abusos sexuales infantiles, cómo tratar al niño abusado, y cómo intentar prevenir el
abuso. Para ello es relevante contestar a una pregunta: ¿El/la niño/a se siente siempre
víctima del abuso? Y digo que responder a esta pregunta es relevante dada la tamaña
del abuso, sino lo que es peor, cómplices de dicha conducta. En efecto, el/la niño/a suele
sentirse culpable, coautor/a de una cosa mal hecha. “Por eso –comenta Vicki Bernadet-
lo intenta esconder. Por eso, si se descubre todo, el/la niño/a no se siente liberado, sino
pillado/a. Y por eso, muchas veces, cuando el abusado intenta poner distancia y
resistencia, el abusador lo amenaza con contarlo para que sus padres lo echen de casa o
con los abusos. Cuando Vicki Bernadet nos ha sorprendido con la pregunta sobre si
habíamos padecido abusos en algún momento de nuestras vidas, casi todos/as hemos
cantidad de veces que nos hemos visto injustamente sometidos, porque al fin y al cabo
aprendemos a vivir con ello, a normalizarlo para poder vivir de una forma más
normalizan los abusos sexuales, como si dicha normalización fuera, a su vez y valga la
redundancia, normal. Como si fuera la única forma de evitar que algo de consecuencias
tan horribles destroce sus vidas (muchos de ellos ni siquiera consideran la posibilidad de
contárselo a alguien, dada la posición de cómplice que creen tener, y dada también la
cercanía del abusador, que suele ser del entorno familiar). Los abusos son como un
plato de lo que a un niño no le gusta y que éste debe comerse para evitar más
problemas. Para él llega a ser algo normal que se le obligue a comer ese plato.
¿Cómo ayudar al niño a ser más fuerte para poner trampas al abuso?
No hace falta tener conocimiento de un caso cercano de abusos sexuales infantiles para
advertir las graves consecuencias que éstos tienen para un niño. Por ello, hay ciertos
puntos referentes a cómo intentar evitar que un niño caiga fácilmente en la telaraña del
silencioso abuso, cuya cita creo importante, así como también lo ha creído Vicki
negativa de un/a niño/a suele identificarse con la mala educación, con malos modales.
Al niño/a no se le enseña a decir que no, sino que se le instruye para someterse a la
voluntad del adulto. Da igual que el/la niño/a esté un día enfadado/a, o triste, o
cansado/a: el término “no” es poco respetable en su lista de palabras. Sin embargo, tan
cierto es esto como que los/las niños/as tienen sus propios derechos. Y no es cuestión de
hacer demagogia sobre esto, o preguntarse si es que “al final va a ser que los/las
niños/as van a poder hacer lo que les venga en gana”. No. La cuestión es que un/a
niño/a tiene derecho a la intimidad de su cuerpo, y es por ello que mientras que a
unos/as no les importa que su mamá o su papá les ponga a hacer sus necesidades en un
vergüenza y tendrán derecho a solicitar un sitio algo más privado (aunque la mamá o
papá de turno tenga que gastarse 1’5€ en un café o en un paquete de chicles), mientras
que unos/as adorarán bañarse con su papá o con su mamá, otros/as preferirán hacerlo
- Algo que mantiene íntima relación con lo anterior es cómo se enseña al niño/a que la
educación y el contacto carnal son piezas de un mismo elemento. Y es que algo tan
arraigado en nuestra sociedad como los dos besos de saludo y de despedida no pueden
escaparse a la lista de cosas que debe enseñársele a un/a niño/a. “Hay niños/as –
comenta Vicki Bernadet- que van a visitar a su abuelo a una residencia y tienen que dar
besos a todas las personas que hay en la sala. A personas que, por su aspecto, o por su
deterioro, quizás ni siquiera nosotros se los daríamos” Sin embargo, ¿qué pensarían
ustedes si les digo que una gran cantidad de abusos sexuales empiezan por los besos? Es
necesario enseñar a un/a niño/a a tener respeto, pero debemos separar la educación del
contacto carnal. Un/a niño/a, al igual que un adulto, puede querer o no querer dar besos.
Sin embargo, al niño no se le enseña algún otro tipo de saludo (como dar la mano, como
decir “buenos días señor”, etc). “Recuerdo que una vez me explicaron –nos cuenta
Vicki Bernadet- el caso de una niña, hija de una conocida de una amiga mía. Un día
pidió a la niña que le diera dos besos, y la niña, que no quería, dijo que no le quedaban
con cinco años queremos atarnos el calzado como hace ya algún amiguito; con diez
y así un largo etcétera. “Un/a niño/a autosuficiente es un niño más seguro de sí mismo,
y la seguridad es una barrera más que puede ponerse frente a la posibilidad de que
Muchas veces los abusos no son detectados por una confesión del niño/a, sino que se
llega a la conclusión de que éste/a está siendo sometido/a a abusos por su conducta, por
Aun hace mucho más difícil que el/la niño/a se atreva a hablarlo el hecho de que el
ocasiones su propio padre). Los miedos corroen la mente del infante: la posibilidad de
que sus progenitores se separen por su culpa; de que su mamá caiga en depresión, o de
que metan a su papá en la cárcel (debemos tener en cuenta que el niño, casi siempre
inconsciente de que los abusos sean algo “tan malo”, siguen queriendo a su padre, aun
Pero otras veces (aunque no son la mayoría) un/a niño/a se acerca a una persona de
confianza para contarle lo que está sucediendo. En ocasiones por propia iniciativa, y en
El/la niño/a puede sentir que no le gusta lo que le hace esa persona, que no quiere seguir
con ello. Un/a niño/a, como un adulto, puede explotar, puede necesitar desahogarse. ¿Y
- En primer lugar, NUNCA se prometerá al/la niño/a que no volverá a suceder, porque
lo cierto es que hay muchas posibilidades de que eso no sea así y el/la niño/a podría
sentirse traicionado/a. Se le prometerá que se hará lo posible para que todo cambie, pero
serenidad, tranquilidad, seguridad. “Luego –dice Vicki Bernadet- ya llorarás por las
esquinas, pero con el niño mantén las formas, un tono de voz tranquilo, porque es lo que
él necesita”.
- Debemos demostrarle al/la niño/a que nos sentimos plenamente orgullosos/as de que
“él o ella nos quiera tanto como para contarnos algo tan sumamente importante”. El /la
niño/a debe sentir que no se ha equivocado al contártelo a ti, porque tú vas a ser la
él/ella nos cuente lo que quiera, hasta donde él/ella crea oportuno. Hay varias razones
• La víctima nunca debe sentirse obligada, presionada a contar lo que no quiera contar.
• Se ha llegado a contar que una persona abusada ha tenido que repetir los hechos hasta
forma, el hecho de que se le hagan muchas preguntas a la víctima, y que ésta sea llevada
material probatorio alguno) podría hacer pensar al juzgador que el/la niño/a ha caído en
dos horas, Vicki Bernadet acaba su taller informándonos de que no hay perfil de
98% de abusos se producen por parte de hombres, frente a un 2%, que se producen por
parte de mujeres (otro dato es que de las víctimas abusadas, sólo los hombres adoptan
tráfico tienen como protagonistas a los hombres, etc. Y con todo esto, ¿Aun hay gente
que sigue pensando que no nos hace falta cambiar? ¿Aun hay hombres que siguen
Al fin y al cabo, los abusos sexuales infantiles son una muestra más del daño que la