Sie sind auf Seite 1von 13

1

La Cena del Señor Parte 3 en la Didaché o doctrina de los doce apóstoles


(60-160 d.C)

Autor: Paulo Arieu

En la didache, se recogen algunas plegarias de carácter plenamente


eucarístico, en las que se describen usos y formas litúrgicas ya vigentes.

«Respecto a la acción de gracias (eucaristía), daréis las


gracias de esta manera.
«Primeramente, sobre el cáliz: Te damos gracias, Padre
santo, por la santa viña de David, tu siervo, la que nos has
revelado por Jesús, tu siervo. A ti sea la gloria por los
siglos.
«Luego, sobre el trozo de pan: Te damos gracias, Padre
nuestro, por la vida y la ciencia que nos revelaste por
medio de Jesús, tu siervo. A ti la honra por los siglos.
«Como este pan partido estaba antes disperso por los
montes y, recogido, se ha hecho uno, así sea reunida tu
Iglesia de los confines de la tierra en tu reino. Porque tuya
es la gloria y el poder por Jesucristo en los siglos.
«Pero que nadie coma ni beba de vuestra eucaristía sin
estar bautizado en el nombre del Señor, pues de esto dijo
el Señor: "No deis lo santo a los perros" [Mt 7,6].
«Y después de que os hayáis saciado, dad así las gracias:
«Te damos gracias, Padre santo, por tu santo Nombre, que
hiciste que habitara en nuestros corazones; y por el
conocimiento y la fe y la inmortalidad que nos
manifestaste por Jesús, tu siervo. A ti la gloria por los
siglos.
«Tú, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por tu
Nombre, y diste a los hombres comida y bebida para su
disfrute. Mas a nosotros nos hiciste gracia de comida y
bebida espiritual y de vida eterna por tu Siervo. Ante todo,
te damos gracias porque eres poderoso. A ti la gloria por
los siglos.
«Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal
y para perfeccionarla en tu caridad. Y reúnela de los cuatro
vientos, ya santificada, en tu reino, que le tienes
preparado. Porque tuyo es el poder y la gloria por los
siglos.
«Venga la gracia y pase este mundo. Hosanna al Dios de
David. El que sea santo que se acerque. El que no lo sea,
que haga penitencia. Marán athá. Amén.
«A los profetas permitidles que den gracias cuantas
quieran (Did. 9-10).
«Reunidos cada día del Señor, partid el pan y dad
gracias, después de haber confesado vuestros pecados,
para que vuestro sacrificio sea puro. Todo aquel, sin
embargo, que tenga contienda con su compañero, no se
reuna con vosotros hasta tanto no se hayan reconciliado, a
fin de que no se profane vuestro sacrificio. Pues éste es el
2

sacrificio del que dijo el Señor: "En todo lugar y en todo


tiempo se me ha de ofrecer un sacrificio puro, dice el
Señor, porque soy yo Rey grande, y mi nombre es
admirable entre las naciones" [+Mal 1,11-14]» (Díd. 14).
[-1]

Acerca de las escrituras

Los primeros creyentes, al ser todos judíos, entendían que Jesús era el
cumplimiento, que él era el Mesías anunciado en el AT. Ellos aceptaban las
Escrituras judías como suyas, dándoles una interpretación decididamente
mesiánica.

Las Escrituras que Pablo le recomienda a Timoteo que le pueden hacer sabio para la
salvación (2 Tim. 3:15) son el texto inspirado del pueblo judío.

Los escritores del NT hacen un uso extenso del texto judío. El AT forma el marco y
trasfondo teológico para el NT y se hacen muchas citas directas, mayormente de la
versión griega la Septuaginta (LXX). También se encuentra toda una serie de
alusiones al texto y a la enseñanza del AT. Sus interpretaciones reflejan un gran
respeto del texto y es claro que lo aceptan como palabra de Dios. La novedad que
trae la iglesia primitiva a la interpretación del texto es el enfoque cristológico. Usan
el AT para probar, primeramente a los judíos, que Jesús es el Mesías, el Hijo de
Dios. Las Escrituras judías se han cumplido en la persona y obra de Cristo.

Los Padres de la iglesia


Al extenderse más allá de sus raíces judías, la iglesia comenzó a confrontar varios
dilemas relacionados con el mensaje del AT. Por un lado tuvo que comenzar a
explicar el lugar, en el mensaje cristiano, de aquellas partes del AT que no
cuadraban con la revelación completa del evangelio en Cristo Jesús (p. ej., las
guerras destructivas, la venganza, la poligamia, el exclusivismo judío, etc.). Por
otro lado, la obra misionera comenzó a trabajar entre personas que no conocían el
judaísmo y que no aceptarían automáticamente que la Biblia judía fuera palabra de
Dios. La iglesia ya no podía usar el AT como comprobante, sino que tenía que
justificar su uso ante un mundo incrédulo.

Alrededor del año 150 Marción, hijo de un obispo, llegó a la conclusión de que el
Dios vengativo del AT no podía ser el mismo Padre amoroso del NT. Según Marción
el AT era un libro inferior que no tenía mensaje para la iglesia de Cristo Jesús. Para
él solo el Evangelio de Lucas y las epístolas de Pablo reflejaban el verdadero
mensaje cristiano.

El ataque de Marción obligó a la iglesia a considerar los límites y la autoridad del


AT. Se rechazó su solución y se afirmó claramente que la fe cristiana no era algo
nuevo, sino que Dios había preparado el camino para el advenimiento de Cristo. Se
afirmó que el AT daba testimonio de esta preparación. Por eso, al irse definiendo el
canon bíblico, el AT fue una parte íntegra con los Evangelios, los Hechos y las
epístolas del canon aceptado por la iglesia, y más conocido como Biblia.

La obra misionera creó la necesidad de explicar el evangelio en relación a las


religiones y filosofías de la época. Algunas influenciaron a los teólogos que
confrontaron este nuevo horizonte. Los teólogos de la escuela de Alejandría
siguieron el camino de los estoicos y del filósofo judío Filón, al utilizar el método
alegórico para interpretar las Escrituras.
3

Clemente y su discípulo Orígenes, teólogos alejandrinos, encontraron una manera


de evitar las porciones difíciles del AT al enseñar que la Biblia tenía tres niveles de
interpretación: literal, moral y alegórico. Llegaron, según lo expresa Luis Berkhof
en su libro Principios de interpretación bíblica, a la conclusión de que “el significado
del Espíritu Santo es siempre claro, simple y digno de Dios.

Todo lo que parece oscuro, inmoral, o intrascendente en la Biblia, sirve


simplemente como incentivo para hacerlo trascendente”, o sea para interpretarlo
alegóricamente. El problema con esta solución es que las interpretaciones
alegóricas que se daban de los pasajes difíciles del AT muchas veces se parecían
más a la filosofía griega que a la fe del NT.

La escuela de Antioquía, representada por sus más ilustres discípulos, Teodoro de


Mopsuestia y Juan Crisóstomo, repudió cualquier interpretación alegórica. Para ellos
el sentido literal (obvio) de la Biblia era clave. Por eso defendieron el método
gramático-histórico de interpretar el texto bíblico.

La interpretación alegórica fue aceptada por la mayoría de los teólogos cristianos de


la época, aunque dentro de ciertas restricciones. Jerónimo enseñó que cualquier
interpretación alegórica debía basarse en el sentido literal, y Agustín adoptó un
sistema cuádruple de interpretación bíblica: la histórica, etimológica, analógica y
alegórica. Este sistema de interpretación “solucionó” el problema de los pasajes
difíciles y se utilizó a través de la Edad Media al aplicar el mensaje del AT para la
iglesia.

La Didache,

La Didache, es considerado uno de los más antiguos escritos cristianos no-


canónicos, considerado incluso por mucho tiempo anterior a muchos escritos del
Nuevo Testamento. Es recientemente cuando estudios recientes señalan una
posible fecha de composición posterior no más allá del 160 d.C. Es un excelente
testimonio del pensamiento de la Iglesia primitiva.

La Didaché, fue escrita entre el 65 y 80 d.C. y los primeros padres de la iglesia la


tuvieron en alta estima. Recuerde que por varios siglos los cristianos no contaban
con el Nuevo Testamento puesto que éste no se formó sino hasta el Concilio de
Cartago en el año 397.

Se considera que la Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles es un escrito que


pertenece a las primeras producciones literarias cristianas que se dieron. El tiempo
la ha respetado y se ha conservado hasta nuestros días. [0]

Facsímil de las primeras líneas de la


Didaché.

La Didaché o Didajé (en griego Διδαχὴ, que se traduce por “enseñanza” o


“doctrina”), forma corta de "La enseñanza del Señor por medio de los doce
apóstoles a los gentiles" (Διδαχὴ κυρίου διὰ τῶν δώδεκα ἀποστόλων τοῖς ἔθνεσιν),
4

es también conocida como Doctrina de los doce apóstoles aunque,


paradójicamente, no se hace referencia a ellos en ningún lugar del texto.

Es uno de los primeros tratados breves (fue escrito entre el 70 y el 160 DC), con
instrucciones para las comunidades cristianas y constituye un manual para la
conversión de paganos y para la instrucción de los conversos.

La Didaké fue considerada por algunos Padres de la Iglesia como parte del Nuevo
Testamento pero fue rechazado tajantemente por otros por lo que no es aceptado
como canónico, con la excepción del "canon amplio" de la Iglesia Ortodoxa Etíope.
[cita requerida] La Iglesia Católica Romana, reconociendo su ortodoxia, la ha
aceptado como parte de la colección de escritos de los Padres Apostólicos. Es el
único texto cristiano redescubierto durante los últimos ciento cincuenta años, que
ha recibido una amplia aceptación tanto entre católicos como ortodoxos. [1]

También conocido como “Doctrina de los doce Apóstoles” o “Los dos caminos”, La
“Didaché” es un libro compendio de enseñanzas de los Apóstoles, que tuvo una
gran difusión y preeminencia entre los cristianos del primer siglo y siguientes. Fue
escrito en el mismo S. I DC., y muchos de los primeros padres lo mencionan y
citan: Orígenes, Clemente de Alejandría, Eusebio, Atanasio, también es citado en la
“Epístola del Pseudo-Bernabé”, así como en “Doctrina Apostolorum”.

La Enciclopedia Católica, hablando del Canon del Antiguo Testamento en siglos


Cuarto y Quinto, dice y cito textual:
“(…)San Atanasio, el vigilante pastor de ese rebaño, queriendo proteger a
éste de influencias perniciosas, elaboró un catálogo de libros señalando en él
los valores que se le habían de dar a cada uno. Primero, el canon estricto y
fuente autorizada de verdad es el Antiguo Testamento judío, excluido el libro
de Ester. Hay, además, ciertos libros a los que los Padres señalaron como
fuente de edificación e instrucción para los catecúmenos. Ellos son: la
Sabiduría de Salomón, la Sabiduría de Sirac (Eclesiástico), Ester, Judit,
Tobías, el Didaché o Doctrina de los Apóstoles y el Pastor de Hermas. Todos
los demás son apócrifos e invenciones de los herejes (Epístola Festal, para
367).Enciclopedia Católica [2]

La Didaché es importante, porque nos da una visión de cómo se comportaban los


primeros cristianos, cuales eran las enseñanzas originales de los apóstoles, y trae
indicaciones precisas sobre: eucaristía, bautismo, ayuno, oración, disciplina,
organización, así como sobre los profetas y predicadores itinerantes, sus normas, y
las formas de reconocer a los falsos profetas. [3]

La Didaché es muy tajante al afirmar que no todos pueden participar en la Cena del
Señor, ya que no se puede “dar lo santo a los perros”. Antes de participar exige
confesar los pecados para que el sacrificio sea puro.

En el fragmento:
"Te damos gracias, Padre nuestro,
por la vida y conocimiento
que nos manifestaste
por medio de Jesús, tu siervo.
A ti sea la gloria por los siglos.
5

Como este fragmento estaba disperso sobre los montes,


y reunido se hizo uno,
así sea reunida tu Iglesia
de los confines de la tierra en tu reino.
Porque tuya es la gloria y el poder
por Jesucristo eternamente."
Que nadie, empero, coma ni beba de vuestra acción
de gracias, sino los bautizados en el nombre del Señor,
pues acerca de ello dijo el Señor: "No deis lo santo a los perros" (9,1-5:
BAC 65,86)

Se ha propuesto más de una vez la hipótesis de que estas preces no son


específicamente eucarísticas, sino simplemente oraciones o bendiciones de
mesa, pero no se puede sostener. La parte referente a la Eucaristía está
íntimamente unida a la del bautismo, señal de que estos dos sacramentos
están también asociados, a no dudarlo, en la mente del autor. Además, los
no bautizados están expresamente excluidos de la recepción de la Eucaristía.
[4]

Según dicen los católicos,

“es un testimonio claro también de que la Iglesia primitiva ya reconocía en la


Eucaristía el sacrificio sin mancha y perfecto presentado al Padre en Malaquías
1:11” [5]

• “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre


entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un
sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi
Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot” (Mal. 1:11)

Nos damos cuenta de que Malaquías es un libro donde el mensajero de Dios trae un
mensaje sumamente importante para una comunidad en crisis, y refleja, sin duda,
muchas de las experiencias cotidianas que debieron de haber vivido las familias que
poblaron Jerusalén después del regreso del exilio (entre los años 522 y 460 a. de
J.C.).

El historiador bíblico John Bright describe el cuadro de manera brillante:

“Los recién llegados tuvieron que enfrentarse con años de opresión,


privación e inseguridad, tarea siempre llena de azarosas dificultades en sí
misma. Fueron perseguidos por una serie de estaciones pobres y faltas
parciales de cosecha (Hag. 1.9-11; 2.15-17), que dejó a muchos de ellos
desamparados, sin alimentos ni vestido adecuado (1:6). Sus vecinos,
especialmente la aristocracia de Samaria, que había considerado a Judá
como parte de su territorio, habían sentido que se pusiera un límite a sus
prerrogativas, y eran abiertamente hostiles… De hecho la nueva comunidad
no era, en modo alguno, el Israel reavivado y purificado del ideal profético.
6

Había tensiones económicas, posible secuela de la inevitable lucha por el


suelo de una repatriación tan masiva, agravada acaso cuando las malas
estaciones llevaron a la bancarrota a los menos afortunados”. (Historia de
Israel, pp. 435 y 438).

El resultado de esta situación produjo desmoralización y laxitud religiosa y moral.


Una lectura rápida al libro de Malaquías provee un cuadro bastante desgarrador.

El mismo doctor Bright lo resume así:

“Los sacerdotes, aburridos de sus deberes, no veían nada malo en ofrecer a Yahvé
animales enfermos o lisiados (Mal. 1:6–14), y su parcialidad en interpretar la ley
había degradado su oficio a los ojos del pueblo (Mal. 2:1–9). Se descuidaba el
sábado y se permitían los negocios en él (Neh. 13:15–22).

El incumplimiento de los diezmos (Mal. 3:7–10) obligó a los levitas a abandonar sus
deberes para poder vivir (Neh. 13:10 ss.). Además había echado raíces el
sentimiento de que no había ninguna ventaja en ser fiel a la ley (Mal. 2:17; 3:13–
15)…

El divorcio prevaleció hasta hacerse un escándalo público (Mal.2:13–16). No


molestados por ningún principio, los hombres engañaban a sus empleados en lo
tocante a jornales y se aprovechaban de sus hermanos más débiles (Mal. 3:5).

Al pobre que hipotecaba sus campos en tiempos de escasez, o para pagar los
tributos, se le embargaban los bienes y, juntamente con sus hijos, era reducido a
esclavitud (Neh. 5:1–5).

Lo que era más grave a largo plazo, las líneas que separaban a los judíos de su
medio pagano, comenzaban a resquebrajarse. Los matrimonios mixtos con paganos
fueron, según parece, cosa normal (Mal. 2:11 ss.)”. (Historia de Israel, pp. 451,
452).

ESTRUCTURA DEL LIBRO

El libro de Malaquías refleja un estilo literario especial. Está compuesto de una serie
de “disputas proféticas”. El profeta, en nombre de Dios, lanza una pregunta y sus
interlocutores la responden, provocando así una contra respuesta. Los acusados en
este libro son: los sacerdotes, el pueblo en general y la elite socioeconómica y
política.

Las disputas proféticas tienen una estructura común:

• a. el profeta hace una declaración;


• b. los sacerdotes o el pueblo hacen una objeción; y
• c. el profeta responde dando una evidencia de la afirmación original. A ésta
última se acompaña una acusación y una amenaza de castigo.

AUTOR Y FECHA DE REDACCIÓN

No se sabe nada del autor de este libro. Muchos biblistas dudan que se haya
llamado “Malaquías”.
7

La mayoría cree que Malaquías es un nombre agregado tiempo después para darle
título a este libro. Si fuera así, el libro sería anónimo, situación muy rara entre los
libros proféticos. El nombre quiere decir “mi mensajero” y fue tomado
probablemente de la expresión que se encuentra en 3:1: “He aquí yo envío a mi
mensajero, el cual preparará el camino delante de mí”.

El profeta Malaquías pertenece a la época histórica conocida como posexilio y que


se describe en el mensaje de los libros proféticos de Hageo, Zacarías y los capítulos
56–66 de Isaías, como también en la historia que se encuentra en los libros de
Esdras [página 373] y Nehemías. Aunque es muy difícil establecer con exactitud el
período del ministerio de Malaquías y de la redacción del libro, la mayoría de los
biblistas lo colocan en los años que van del tiempo cuando se terminó de edificar el
segundo templo (515 a. de J.C.), hasta poco antes de las reformas de Esdras y
Nehemías (aprox. 465 a. de J.C.); más concretamente se le coloca entre los años
465 a 460 a. de J.C. Algunos eruditos le hacen a Malaquías un contemporáneo de
Nehemías.

Si aceptamos la fecha aproximada de 460 a. de J.C., Malaquías se convierte en una


fuente histórica importante; porque sería el único documento de la época que nos
describe la vida de la comunidad judía después del ministerio de Hageo y Zacarías y
antes de las reformas de Esdras y Nehemías.

EL MENSAJE DEL LIBRO

El profeta proclama su mensaje a una comunidad frustrada y desesperanzada. Las


expectaciones levantadas por los profetas Hageo y Zacarías no se habían cumplido.
El futuro se veía muy nebuloso, y el presente era terrible.

Todo esto se había traducido en abulia e indiferencia. Y el culto era, según el


profeta, el mejor lugar donde evaluar la calidad de vida de la comunidad judía en
esos años. Malaquías bien hubiese parafraseado el conocido refrán así: “Dime qué
clase de culto celebras y yo te diré quién eres”.

La comunidad judía de esa época creyó que la manera de cubrir su miseria y de


olvidarse de ella era a través de la indiferencia y burla barata a las cosas de Dios.
Todo se hacía con mediocridad y descuido.

Imperaba la corrupción desde el sacerdocio hasta el último miembro de la


comunidad.

El mensaje del libro está arraigado en la enseñanza del Pentateuco, en la


“instrucción del Señor” (torah Yahvé); más específicamente, en el libro de
Deuteronomio.

Además de asuntos de estilo (ver Mal. 2:2, 3 y 3:7), varios temas clave de
Malaquías muestran su cercanía a la teología del Deuteronomio.

• El tema con el que abre el libro de Malaquías (1:2), el amor de Dios, se


encuentra en varios textos del Deuteronomio (p. ej., Deut. 7:7, 8; 23:5).
• La relación entre padre e hijo de Malaquías 1:6; 2:10; 3:17 se encuentra en
Deuteronomio 1:31; 32:5, 6.
• El tema del nombre de Dios, de Malaquías 1:6, 11, 14; 2:2, 5; 3:16; 4:1, se
encuentra en varias partes del Deuteronomio (p. ej., 12:5, 21; 14:24;
26:2).
8

• El reconocimiento de la unicidad de Dios y el llamado a una fidelidad


absoluta a él (Mal. 2:15) se basan especialmente en Deuteronomio 6:4, 5.
• El tema de las ofrendas de sacrificio (Mal. 1:8, 13, 14) se encuentra en
Deuteronomio 15:21 y 17:1.
• El asunto sobre los diezmos (Mal. 3:7–10) se encuentra en Deuteronomio
18:1–8. El tema del pecado de abominación (burla, sacrilegio; ver Mal.
2:11) se encuentra en Deuteronomio 14:3; 17:1, 4 y 23:17, 18.
• Además, la enseñanza contra la idolatría (Mal. 2:11) y la injusticia (Mal.
3:5) son centrales en la enseñanza del Deuteronomio (p. ej., Deut. 10:12–
22).

El argumento general del libro de Malaquías se resume en tres temas centrales:

• a. Una denuncia de la maldad del pueblo y de sus líderes;


• b. una vindicación del carácter moral de Dios y de su amor; y
• c. un mensaje de esperanza al remanente fiel y piadoso.

La posición de Malaquías al final de los libros proféticos es significativa. Por un lado,


Malaquías viene a ser una especie de resumen de lo que sus predecesores
proclamaron: el llamado al arrepentimiento; la enseñanza de una vida moral de
acuerdo a la voluntad de Dios; el significado e importancia del culto y [página 374]
los ritos; la celebración apropiada de los sacrificios y las ceremonias; la resistencia
a una actitud escéptica hacia Dios y su manera de actuar con su pueblo; las ideas
apocalípticas; la esperanza mesiánica.

Por otro lado, viene a ser una puerta hacia el mensaje del NT. Malaquías termina
anunciando la llegada del precursor del Mesías (4:5, 6). Así el AT y el NT se
conectan para hablar de la unidad del mensaje redentor de Dios (Mat. 17:10–13;
11:7–19). Malaquías muestra también la unión de su mensaje con el del NT al
afirmar que los gentiles (los no judíos) honran el nombre de Dios y están más
dispuestos que los mismos judíos a vivir la verdadera religión (Mal. 2:11–14). [6]

La Iglesia Católica Romana dice que Malaquías profetizó que un día todas las
naciones ofrecerían sacrificios. La Biblia católica dice:

• Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es


grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi
nombre incienso y ofrenda limpia.... —Malaquías 1:11

La Iglesia Católica Romana enseña que la Eucaristía es el cumplimiento de


la profecía de Malaquías [1350, 2643]. La misa

... es ciertamente aquella oblación pura, que no puede mancharse por


indignidad o malicia alguna de los oferentes, que el Señor predijo por
Malaquías había de ofrecerse en todo lugar, pura, a su nombre, que había de
ser grande entre las naciones. —Concilio de Trento34

Tanto la traducción como la interpretación catolicorromana de Malaquías 1:11 son


cuestionables. El versículo no usa la palabra hebrea común para sacrificio. En realidad,
9

la palabra hebrea traducida «sacrificio» en la Biblia católica aparece sólo en Malaquías


1:11 en todas las Escrituras.

Al igual que muchas palabras raras, su traducción es incierta. Se sabe que la palabra
se deriva de una raíz que significa «hacer que se levante en humo».35

Los traductores de sobresalientes Biblias no católicas entienden que la palabra se


refiere a incienso: «...y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso...» (Mal.
1:11).

La Septuaginta, una antigua traducción al griego de las Escrituras hebreas, también


traduce la palabra como «incienso».

Además, la «ofrenda limpia» a que se refiere Malaquías no es necesariamente un


sacrificio por el pecado. En otras partes del Antiguo Testamento, la palabra traducida
«ofrenda» se refiere a una ofrenda de cera un acto voluntario de gratitud, no un
sacrificio que expía el pecado (I 6:14-23).

Finalmente, Malaquías habla de un tiempo cuando «el nombre [del Señor


será] ... grande entre las naciones» (Mal. 1:11).

Ciertamente, ese no es el caso en la actualidad. Hoy en día, el nombre de Cristo es


objeto del escarnio y el ridículo. El contexto de la profecía* Malaquías establece
claramente que se está refiriendo a sucesos todavía futuros que acontecerán después
de la Segunda Venida de Cristo, en la próxima dispensación

Dicho sea de paso, la descripción anterior de la Iglesia Católica respecto a la misa


como «oblación pura que no puede mancharse por indignidad o malicia alguna de los
oferentes»36 expresa otra de sus creencias erróneas.

La Iglesia Católica enseña que el sacrificio de la misa es sagrado y aceptable a Dios


sin tener en cuenta la condición espiritual del sacerdote que la ofrece [1128].37

En otras palabras, si un sacerdote ordenado adecuadamente ofrece la misa, el


sacrificio es santo al Señor aun si el sacerdote que la ofrece está personalmente
practicando el más vil de los pecados. La Biblia, por otra parte, enseña que:

• «el sacrificio de los impíos es abominación a Jehová...» (Pr. 15:8).


[7]

Didaché C.9s (KLAUSER, 23ss; Ruiz Bueno, 86ss)

Pero que nadie coma ni beba de vuestra Eucaristía sin estar bautizado en el nombre
de Jesús; pues de esto dijo el Señor: “no deis lo santo a los perros”.[8]

Didaché C.14 (KLAUSER, 28s; Ruiz Bueno, 91)

En los domingos del Señor, reuníos y partid el pan, y haced gracias, confesando
antes vuestros pecados, para que vuestro sacrificio sea puro. El que tenga algún
disgusto con su amigo, no asista a vuestra reunión hasta haberse reconciliado, a fin
de que no se contamine vuestro sacrificio. Pues esto es lo que dijo el Señor: “en
todo lugar ofrézcanseme sacrificio limpio, porque soy yo Rey grande, dice
el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones.” [9]
10

Estas dos ultimas reflexiones de la didache si están respaldadas por las escrituras.

Que sentido tiene participar del recordatorio de la muerte de Cristo para alguien
que no ha sido bautizado? Recordemos que el nuevo nacimiento introduce al nuevo
creyente en la Iglesia invisible, pero es el bautismo el rito de inicio a la vida
cristiana de la iglesia, a la comunión con la iglesia visible.

Si bien el bautismo no salva, pero si indica un paso de obediencia del cristiano. Si


no se ha bautizado, debe hacerlo. Es un mandato del Señor, el hacer discípulos y
bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Sin duda, la Cena del Señor tiene un profundo significado simbólico, y aunque los
sacramentos estipulados por el Señor en ordenanzas (Bautismo y Cena del Señor)
no transmiten gracia, al contrario de lo que enseña el catolicismo, no por eso deben
ser realizados de cualquier manera. Sin duda, las cosas del Señor son santas

• “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante


de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os
despedacen”. Mateo 7:6.

Muchas veces hemos entendido ciertas verdades espirituales y se las contamos a


otros sin importarnos si son “perros”, “ovejas” o “lobos”. Sólo nos interesa nuestro
entusiasmo al respecto. También sabe suceder que cuando hablamos con otros de
las cosas santas (las verdades) y las perlas (las experiencias), debemos de
observar el principio fundamental de tomar a otros en cuenta.

Debemos determinar si ellos pueden recibir o no lo que les queremos compartir.


También es importante percibir cuánto pueden recibir de estas verdades.

En otras palabras, al hablar a otros con respecto a las cosas espirituales, no hables
conforme a tus sentimientos ni a tus deseos, más bien, háblales conforme a la
capacidad que ellos tienen para recibir lo que quieres decir.

Muchas veces vamos a hablarles a otros acerca de la iglesia o acerca de ciertas


cosas espirituales que hemos experimentado. Pero sólo nos interesa contarles cómo
nos sentimos nosotros mismos, y no nos ocupamos por lo que sentían los demás.

Desgraciadamente, varias veces los demás eran perros o cerdos, los que son
incapaces de recibir lo que les decían. En vez de recibirlo, se vuelven en contra de
los que compartían, pisotearon las perlas y trataron de morder a los hermanos.

Bautizarse o tomar la Cena del Señor es un privilegio que el Señor les da a sus
hijos. Que puede valor un inconverso acerca de la muerte del Salvador? Que
segunda venida puede alentar esta persona si no ha entendido su primer venida y
si no ha comprendido la obra del Calvario.

a. El Señor no solamente celebró la Santa Cena con sus discípulos y les dio a comer
y beber, sino también mandó que sus discípulos celebraran esta cena. Él mismo
dice en las palabras de institución: “Haz esto en memoria de
mí.” Debemos hacer lo que él ha hecho. Debemos tomar pan y vino,
bendecirlos, distribuirlos, y darles a todos a comer y beber. Y hoy también por
virtud de su palabra nos da lo que él en ese tiempo prometió, bajo y con el pan
bendecido, su verdadero cuerpo, y bajo y con el vino bendecido, su verdadera
sangre. Así el Señor con estas palabras nos manda que en la iglesia, entre
los cristianos, se debe celebrar este sacramento así. — Y deben seguir
11

haciéndolo todo el tiempo. En 1 Corintios 11:26 nos dice el apóstol que en la Santa
Cena debemos proclamar la muerte del Señor hasta que venga. La Santa Cena
debe celebrarse hasta el día final cuando el Señor venga en su gloria. — Cristo
dice: “Haz esto.” Debemos hacer lo que él ha hecho. Solamente cuando se
celebra conforme a la institución de Cristo, cuando se hace como el Señor
la ha instituido, es nuestra Santa Cena realmente la cena del Señor. — Y
debemos hacerlo en memoria de él. Quiere decir, como el apóstol lo explica en 1
Corintios 11:26: “Debemos proclamar la muerte del Señor.” En la Santa Cena
debemos pensar en el Señor, especialmente en su sufrimiento y muerte, y alabarlo
y darle las gracias por esto y proclamar y confesar esta muerte delante del mundo
entero.

b. El Señor instituyó y estableció su sacramento para nosotros los


cristianos como un precioso medio de fortalecernos. Por tanto los cristianos
debemos utilizarlo. Recibimos solamente una vez en la vida el santo bautismo,
pero debemos comer y beber con frecuencia la Santa Cena. El Señor dice: “Haz
esto, todas las veces.” Se nota que él quiere que celebremos su Santa Cena, no
solamente raras veces, sino con frecuencia. Es cierto que él no ha establecido
el tiempo cuando ni con qué frecuencia tenemos que ir a la Santa Cena en un año.
Y así nosotros tampoco debemos fijar un tiempo, ni dar
ningún mandamiento acerca de la frecuencia con la cual los cristianos tienen que
ir a la Santa Cena. No debemos forzar a nadie a participar en el sacramento. Pero
los cristianos deben forzarse a sí mismos a ir frecuentemente al sacramento.
— ¿Qué debe motivarnos para que recibamos con frecuencia este
sacramento? En primer lugar tenemos el mandato del Señor, que debemos
recibirla con frecuencia. En obediencia a nuestro Señor Jesucristo y para
complacerlo debemos acudir con frecuencia para así recordar su muerte y
agradecérsela. El que no va a la Santa Cena por mucho tiempo desprecia al Señor y
su sacramento, y hay que temer que no sea un cristiano. Pero el Señor no
solamente nos ha mandado ir al sacramento, sino también ha agregado una
gloriosa promesa. El nos promete que en el sacramento nos da el perdón de los
pecados, la vida y la salvación, como vamos a ver en adelante. Especialmente esta
promesa debe motivarnos a acudir frecuente y diligentemente al sacramento. —
Tenemos gran necesidad del perdón de los pecados. Diariamente y en cada hora
pecamos mucho y merecemos solamente el castigo. Esta miseria del pecado que
pesa sobre nuestro cuello debe impulsarnos a ir con frecuencia al sacramento.
Somos trabajados y cargados, y especialmente en la Santa Cena el Señor nos llama
a sí mismo para darnos vida. Mateo 11:28. Los cristianos lo han experimentado
repetidas veces. Aquí tenemos un hermoso ejemplo en la primera congregación
cristiana en Jerusalén. Hechos 2:42. Entre más diligentemente utilicemos con
corazones creyentes este sacramento, tanto más beneficio y bendición tendremos
de él. Ahora nuestro catecismo sigue hablando del beneficio del sacramento.[]

Termino este punto explicando acerca del contenido de la Didaché, para


que podamos comprender un poco mas acerca de este importante y
antiguo manuscrito eclesiástico. [11]

• El texto, compuesto de 16 capítulos, puede dividirse en cuatro secciones:


• Enseñanzas morales, recogidas en los capítulos 1 a 6.
• Competencias litúrgicas sobre el bautizo, el ayuno y la eucaristía, recogidas
en los capítulos 7 a 10.
• Prescripciones disciplinarias sobre los predicadores itinerantes, las
asambleas de los domingos y la elección de obispos y diáconos, recogidas en
los capítulos 11 a 15.
• Una preparación para la segunda venida del Señor, recogida en el capítulo
16 y último.
12

Descubrimiento

Filoteos Bryennios.

Citada por los Padres Apostólicos en su obras y por Eusebio de Cesarea en su


Historia Eclesiástica,1 la Didaké estuvo perdida durante siglos hasta que fue
descubierta en 18732 por el griego Filoteos Bryennios,3 4 metropolitano ortodoxo
de Nicomedia. El texto fue encontrado en un códice griego del siglo XI5 cuya editio
princeps fue publicada en 1883.6 Dicho códice se conoce hoy como el Codex
Hierosolymitanus7 y contiene, asimismo, la versión completa de las epístolas de
Clemente de Roma.

Después de la publicación inicial de Bryennios, Oscar von Gebhardt identificó la


primera parte del Didaké traducida en un manuscrito latín en la Abadía de Melk, en
Austria. Posteriormente, algunos estudiosos han considerado que el texto es un
testimonio independiente de la tradición de las "Dos vías".

El Dr. J. Schlecht encontró en 1900 otra traducción en latín de los capítulos uno al
cinco, con un título más largo, omitiendo el término "doce", y con la rúbrica De
doctrina Apostolorum. Hay aún más traducciones (de Etiopía, por ejemplo) que
fueron descubiertas tras la publicación original de Bryennios.

Conclusión

Lutero a su regreso a wittenberg en la primera de siete predicaciones que hiciera,


desde el pulpito dijo:

“La misa es una cosa mala Dios se opone a ella. Debería abolirse, y yo desearía
que en su lugar se estableciese en todas partes la santa cena del evangelio. Pero
no apartéis de ella a nadie por la fuerza. Debemos dejar el asunto en manos de
Dios”.

En la didache, no vemos una explicación de la doctrina. Solo algunas pautas


litúrgicas generales que sin duda intentaban poner un poco de orden al desorden
que reinaba en esa temprana época.
13

Respetemos nosotros las ordenanzas del Señor, y hagámoslas respetar, y cumplir


con la santidad y la reverencia que corresponden a un Dios santo como el nuestro,
para que estas practicas no pierdan el sentido que deben tener y traigamos juicio
de Dios sobre nuestras vidas.

No demos la Cena del Señor a los inconversos y tampoco bauticemos a los que no
han conocido verdaderamente a Jesucristo como Señor y Salvador

Notas

• [-1]
http://www.mscperu.org/biblioteca/0eucaristia/eucarist_sintesis/eucar_sint_
06_textosantig.htm
• [0] http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=149&c=all
• [1] http://es.wikipedia.org/wiki/Didaché
• [2] http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php/20508-La-Didach%E9-
%BFDoctrina-de-los-Ap%F3stoles
• [3] Ibíd.
• [4] http://www.conoze.com/doc.php?doc=2986
• [5] http://apolmundo.blogspot.com/2008/08/la-transubstanciacin-y-la-
iglesia.html
• [6] COMENTARIO BÍBLICO MUNDO HISPANO TOMO 13 OSEAS—
MALAQUÍAS, pag. 371-376, Editores Generales Daniel Carro Juan Carlos
Cevallos José Tomás Poe Rubén O. Zorzoli Editores Especiales Ayudas
Prácticas: James Giles Artículos Generales: Jorge E. Díaz Apartado Postal
4256, El Paso, TX 79914 EE. UU. de A., www.editorialmh.com Comentario
Bíblico Mundo Hispano, tomo 13, © Copyright 2003, Editorial Mundo
Hispano, 7000 Alabama St., El Paso, Texas 79904. Estados Unidos de
América. Todos los derechos reservados.
• [7] James G. McCarthy, El evangelio según Roma, pag. 131-132,ed.
Portavoz
• [8] http://www.apologeticacatolica.org/Eucaristia/EucaristN02.htm
• [9] http://www.apologeticacatolica.org/Eucaristia/EucaristN02.htm
• [10] http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/santacena1.htm
• [11] http://es.wikipedia.org/wiki/Didaché

Das könnte Ihnen auch gefallen