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ZONAS DE PLANIFICACION PARA ACCIDENTES GRAVES DE TIPO TERMICO (en el Ambito del Real Decreto 1254/99 [Seveso I!]) Uld Direccién General de Proteccion Civil UNIVERSIDAD DE MURCIA indice general Presemtaci6n ...c.sossonsnesnt Prélogo .. Capitulo 1, Introduceién .... 1.1.Los incendios en la industria quimica 1.2, Referencias bibliogréficas ..... Capitulo 2. Tipologia de los incendios. 2.1. Incendios en charco o depésito 2.1.1. Desarrollo del incendio 2.1.2. Factores que influyen en la radiacién térmica .....0 10s de la evaporacién durante el incendio 2.1.2.2. Geometria de la llama 2.1.2.1. Mecanis 2.2. Bolas de £UeZ0 neon 2.2.1, Definiciones de BLEVE y bola de fuego .. 2.2.2. Formacién de la nube de vapor... 2.2.3. Desarrollo de la bola de fuego 2.2.4. Factores que influyen en la radiacién térmica . 2.2.5. Propiedades caracteristicas de las bolas de fuego 2.3. Dardos de fuego 2.3.1. Definicién . 2.3.2. Formacién y desarrollo del dardo de fuego 2.3.3. Factores que influyen en la radiacién térmica 2.4. Incendios flash 2.5. Referencias bibliogréficas .. u B 15 18 19 19 19 2 2 2 23 24 25 26 28 28 29 29 29 30 31 32 8 ZowAS DE LAMIFICACION PARA ACCIDENTES GRAVES DE T#0 TERMACO Capitulo 3. Efectos de la radiacién térmica ... 3.1. Bfectos sobre las personas 3.1.1, Quemaduras de primer grado: Tipologfa y valores umbral 3.1.2, Quemaduras de segundo grado: Tipologia y valores umbral..... 3.1.3. Quemaduras de tercer grado: Tipologfa y valores umbral . 3.1.4, Factores que condicionan la mortalidad por quemaduras de segundo y tercer grado. 3.2. Biectos sobre los materiales 3.2.1. El eoncepto de dosis de radiacién térmica aplicado @ los materiales 3.2.2. Intensidad critica de radiacién . 3.3. Referencias bibliogriticas.. Capitulo 4. Modelos de edlculo de la intensidad y de la dosis de radiacién térmica. 4.1. El modelo de fuente puntual (MFP).... 4.1.1. La potencia total generada en los incendios .. 4.1.1.1. Incendios en charco 0 depésito.. 4.1.1.2. Bolas de fuego.. 4.1.1.3, Dardos de fuego ... 4.1.2, Coeficiente de transmisividad atmosférica 4.2. El modelo de lama sélida (MLLS) 4.2.1, Factores de visiér 4.2.1.1. Incendios en charco 0 depésito.. 4.2.1.2. Bolas de fuego.. 4.2.1.3. Dardos de fuego 4.2.2. La potencia de emisién de la radiacién térmica 4.2.2.1. Incendios en chatco 0 depésito.. 4.2.2.2. Bolas de fuego 4.2.2.3. Datdos de fuego 4.3. Dosis de radiacin térmica . 43.1. Propuesta para determinar las dosis de radiaciOn térmica. 4.4. Referencias bibliogréficas Capitulo 5. Valores Iimite para establecer las zonas de planificacién en los accidentes de tipo térmico .... 5.1. Referencia normativa.... 35 35 36 39 41 42 44 44 45 47 49 49 50 51 52 52 54 56 37 58 62 63 66 67 co 70 70 nD 74 71 9 noice Capitulo 6. Ejemplos de célculo de zonas de planificacién ..... 6.1.1 programa EFFECTS 4 6.1.1. Incendios en chatco... 6.1.2. Bolas de fuego... 6.1.3. Dardos de fuego .... 6.2. Fjemplos de célculo para incendios en charco 6.2.1. Descripeién de los escenarios accidentales ... 6.2.2. Datos de entrada al programa EFFECTS 4 .. 6.2.3. Resultados proporcionados por el programa EFFECTS 4 6.2.4, Tratamiento de los resultados. 6.2.5. Zonas de planificacién .. 6.3.Ejemplos de edleulo para bolas de fuege 6.3.1. Descripcién de los escenarios accidentales 6.3.2. Datos de entrada al programa EFFECTS 4 63.3. Resultados proporcionados por el programa EFFECTS 4 .. 6.3.4. Tratamiento de los resultados. fereeeee 6.3.5. Zonas de planificacién . 6.3.6. Validacién del procedimiento para determinar lad mica para bolas de fuego 6.4. Ejemplos de célculo para dardos de fuego 6.4.1. Descripeién de los escenarios accidentales 6.4.2. Datos de entrada al programa EFFECTS 4 6.4.3. Resultados proporcionados por el programa EFFECTS 4 6.4.4. Tratamiento de los resultados... 6.4.5. Zonas de planificacién .. 6.5.Referencia Capitulo 7. Nomenclatura ... Indice de Tablas .... indice de Figuras Anexo. La funcién PROBIT aplicada a los accidentes de tipo térmico ... L1. Referencias bibliogréficas .... 81 81 82 83 85 86 86 86 87 88 39 90 90 90 OL 92 93 o4 96 96 97 07 98, 99 101 105 107 109 ut Presentacion —— La Direccién General de Proteccién Civil, a través del Ministerio del Interior, tiene asumidas las funciones que, como Autoridad Competente, le corresponden a nivel nacional Y ante la Unién Europea, para la transposicién, aplicaci6n y seguimiento de la Directiva del Consejo 96/82/CE, de 9 de diciembre (Directiva Seveso II), relativa al control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas, La promulgaci6n de esta Directiva supuso respecto a la anterior legislacién —Directiva 82/SO1/CE y sus modificaciones (Directiva Seveso I)~ la incorporacién de nuevos criterios que afectan entre otros a Ia definicién del mbito de aplicacién, a los requisitos que ha de cumplir el industrial titular del establecimiento afectado, como la definicién de la politica de prevencién de accidentes graves, el desarrollo de un sistema de gestién de seguridad que describa los elementos puestos en juego para aplicar dicha politica, la valoraciGn del efecto domin6 entre establecimientos proximos, etc. La transposicién de la Directiva Seveso II a nuestro ordenamiento legal se llevé a cabo mediante el Real Decreto 1254/1999, de 16 de julio, y recientemente, tras un proceso de Consultas en el que han participado las partes implicadas ~autoridades estatales y autonémi- ‘cas, representantes de la industria qufmica, técnicos y personal especializado-, se ha elabo- ado la Directriz Basiea de Proteccién Civil para el Control y Planificacién ante el Riesgo de Accidentes Graves en los que Intervienen Sustancias Peligrosas. Este documento consti- tuye la herramienta técnica para la aplicacién del Real Decreto citado, cuyo objeto primor- dial es la prevencién de los accidentes graves y la limitacién de sus consecuencias para el hombre, el medio ambiente y los bienes. Para alcanzar esta finalidad, se estructura en cl mareo de competencias de las Comunidades AutGnomas el desarrollo de planes de emergen- cia exterior para los establecimientos afectados, debiendo tener en cuenta la ubicacion de dichos establecimientos en sus politicas de asignacién de suelo, realizar labores de inspec- cin, organizar la informacién a la poblacién, etc, Ciertos elementos contemplados en el Real Decteto citado necesitan un desarrollo mas pormenorizado que el recogido en la propia Directriz Basica. La complejidad, exten- sin o justificaci6n de aspectos tales como la tipologia de los accidentes y las magnitudes que definen los fendmenos peligrosos, los andlisis de consecuencias y los indices utiliza- dos para establecer las zonas de planificacién, el efecto domin6, etc., demandan por parte de las administraciones competentes, criterios principalmente técnicos, de carcter homo- géneo. ir ZONAS DE PLAMICACICN PARA ACIDENTES GRAVES DE THO rExNICO Por ello, la Direecién General de Protecci6n Civil ha entendido necesario elaborar gufas de caricter técnico y recomendatorio, dirigidas a establecereriterios que petmitan interpre- tar y desarrollar determinados requisitos de la Directriz Bisica Ta elaboracién de estas guias precisa de informacién actualizada sobre aspectos téeni- 08 y clentificos que, en una actividad de gran complejidad, como es la industria qutmica, donde se incorporan continuamente nuevas tecnologfas y sustancias, requiere de rigor y calidad. Por ello, la Direcci6n General de Proteccién Civil cuenta con la labor asesora del Grupo de Investigacion de Seguridad e Higiene en la Industria del Departamento de Inge- nierfa Quimica de la Universidad de Murcia, Ambas instituciones vienen colaborando en temas relativos a la prevencicn y a la pro- tecci6n frente a los riesgos de accidentes asociados a la industria quimica. Como conse- cuencia de ello, el Grupo de Investigacién ha realizado diversos informes y trabajos entre tos que destaca el programa informético “AIDA” para la ayuda a la interpretacién y apli- cacién del Anexo I del Real Decreto 1254/1999, de libre acceso a través de Internet. Como resultado del interés por ambas partes de establecer las bases de tna cooperacién mas intensa, se inicia una nueva etapa, en Ia que se desarrollardn estudios que faciliten la aplicacién de los nuevos requerimientos que demanda la normativa, a través de esta serie de Gulas Técnicas, elaboradas por expertos de ambas instituciones. Nos sentirfamos plenamente satisfechos si estas publicaciones cumplen su objetivo, que no es otro que servir de ayuda a los sectores implicados o interesados en el complejo émbito de la seguridad industrial. Octubre, 2002 Juan San Nicolés Santamaria José Ballesta Germén Director General de Proteccién Civil Rector de la Universidad de Murcia Prélogo Entre los accidentes de mayor nivel de peligrosidad que pueden manifestarse en la i dustria quimica destacan los diversos tipos de incendios que pueden surgir como conse- cuencia de fallos téenicos o humanos en la utilizacién 0 produceién masiva de sustancias combustibles. Dichos incendios no s6lo deben considerarse como un accidente aislado, sino que en muchas ocasiones tienen cardcter expansivo, generando el denominado efecto domi- né, cuyas consecuencias pueden ser més graves que las del incendio precursor. En ésta Guia se describe la tipologia de los grandes incendios exteriores en la mencio- nada actividad, los efectos sobre los seres vives y los materiales, definiendo las magnitudes peligrosas que producen daiios, constituidas por la intensidad de radiaci6n térmica y el tiempo de exposicion 0 duracién del incendio, cuya combinaci6n define el concepto de dosis. Se excluye la descripcién y valoracién de otros posibles fenémenos peligrosos, como la forma- cién de productos t6xicos, dado que, en general, la corriente térmica ascendente los aleja del suelo, disminuyendo asf su impacto, salvo la persistencia de condiciones atmosféricas des- favorables que propicien el abatimiento de las emisiones, aspecto que se trataré implicita- mente en otra Guia. ‘Ademés de lo anterior, se exponen los modelos de céleulo internacionalmente més acep- tados para determinar las dosis de radiacién y se hace un estudio completo de los valores limite propuestos para establecer las zonas de planificaci6n en la Directriz Basica de Protec- cién Civil para el Control y Planificacién ante el Riesgo de Accidentes Graves en los que Intervienen Sustancias Peligrosas. Uno de los objetivos bdsicos de esta Guia es exponer una metodologia para evaluar las citadas zonas en los incendios en charco, bolas de fuego y dardos de fuego. A través de diversos ejemplos y a partir de los valores de la intensidad en funcién de la distancia dados por el programa EFFECTS 4, de probada idoneidad para estas situaciones, se indican los criterios para determinar los perfiles de dosis que establecen el alcance de los datos. La continuada evolucion de los conocimientos en este Ambito hace que esta Guta per- manezca abierta a los avances que, con seguridad, se producirén en un futuro préximo. Finalmente, agradecemos a Antonia Garcés y a Sonia Roman su valiosa colaboracién en la elaboracion de esta Guta. Los autores Cory e) ite (oy 1 Introduccién 1.1. LOS INCENDIOS EN LA INDUSTRIA QUIMICA En la industria quimica se elaboran, utilizan 0 trasiegan productos inflamables ~mayoritariamente derivados del petr6leo- que pueden dar origen a diversos tipos de incen- dios. Segin Crawley (1982) la mayor parte de ellos presentan en general una causa comin: La fuga masiva e incontrolada de producto sobre el medio que radea el depésito de almace- namiento 0 equipo. El desarrollo posterior del suceso depende de un amplio ntimero de fac- tores: estado fisico (gas y/o liquido) y caracter‘sticas del producto, velocidad con la que se produce la emisi6n o vertido, posibilidad inmediata o diferida de ignicién, etc., pero en todo ‘caso, y desde el punto de vista de la planificacién ante accidentes graves, la radiacién tér- mica es la manifestacién més peligrosa de los incendios. No obsiante, cabe seflalar que pueden producirse otros fenémenos peligrosos, como la generacién de sustancias t6xicas, ondas de presién, o formacién de proyectiles, estos tlti- mos tipicos de las explosiones, dado que los incendios y las explosiones quimicas presentan caracteristicas similares siendo su principal diferencia la velocidad de liberacién de energia, mucho menor en los incendios que en las explosiones, pero en esta Gufa Técnica sélo se hace referencia al dano provocado por la radiacién térmica. En la tabla 1.1 se recoge la tipologia de los incendios en funcién del estado fisico de los productos y del momento en que se aporta la energfa de activaciGn. TABLA 1.1. Tipos de incendios Denoninacion Eetado falco del producto ignieién Incencio en charco 0 depdsito Liquido: Inmediata o diferida Bola de fuego Gas 0 liguido Tnmediata Dardo de fuen0 z Gas o legit Tamediata 0 dt Tnoencio fash cas Dierisa Resulta ilustrativo comentar algunas estadisticas sobre los incendios acaecidos en m- bitos industriales; en este sentido Planas (1989) recopila datos de diferentes organismos 6 ‘Tovas be MANIRCACION PARA ACCIDENTES GRAVES DE TIO TERMICO Fire Protection Association (Londres); Industrial Risk Insurers (Chicago) indicados en las tablas 1.2 a 1.7. TABLA 1.2. Causas més frecuentes de la génesis de incendios de hidrocarburos ‘Causa del incendio Frecuencia (7%) Derrame y escape de liquido 0 gas inflamable a | Sobrecalentemiento, cuporfcios calientes, etc. 156 Fallos de tuberias y accesorios 14 Averlas electricas m4 Cortes y soldaduras 4 Provosados 49 Owes 287 De estos datos se deduce que las causas mds frecuentes de los incendios implican la fuga de sustancias inflamables, que incluyendo los ocurridos por fallos de tuberfas y acce- sorios alcanzan el 28.6% en total. ‘TABLA 1.3. Localizacién de los incendios Tocalizacién del incendio Frecuencia (A) Edificios de fabricacién 0 procesos cerrados 422 Estructuras al aire tlore 333 Almacenes 67 Otros 178 TABLA 1.4, Origen de grandes incendios en industrias quimicas y petroleras Enclave 0 equipo Frecuencia, (%) ‘Almacenamiento: 42.0 Almacén o lugar abierto 27.0 Tanques: 15.0 / Equipos: 31.0 Tuberias 19.0 Reactor 0 mezclador 5.0 Secadero de vapor 28 Cabinas de pulverizacion y vaporizacion 10 Terres de reftigeracion 1.0 Sin especiticar 25 ‘Accesorios: 16.0 Acoplamientos, collarines, juntas 80 Equipos eléctricos 80 ‘Sin especificar: 11.0 Isrropuccox Se observa que el 73 % de los incendios tiene su origen en depésitos de almacenamien- toy equipos. TABLA L5. Tipos de energias causantes de la ignicién Tipologia Frecuencia, (4) Calor procedente de objetos calientes. 28.4 ‘Arco 0 sobrecarga eléctica 210 Calor procedente de los objetos activados por combustbles 19.0 Calor de origen natural 110 Fuegos ablerios o chispas 104 Procodonte de la accisn de fumar 42 Calor procedente de fuego exterior 28 Explosivos 0 fuegos atiiales 22 tras formas 23 Principalmente intervienen cuatro tipos de fuentes de energf cidad, objetos activados por combustibles y origen natural. TABLA 1.6. Productos involucrados objetos calientes, electri- Producto incendiado inicialmente Frecuencia (%) Segiin el estado fisico Gas 730 Vapor 200 Liquido 250 Solid 290 Desconocide 130 ‘Segiin el tipo de producto Hidrocarbures: 295 Gas 40 Liquidolvapor 230 Solido 25 Otros productos orgénicos: 290 Liquido(vapor 200 Sélido 90 Otros productos: as ‘Solidos celuldsicos 8.0 Hidrégeno 90 Aautre 10 Desconocido 235 Los productos relacionados con el petréleo, sus derivados y otras sustancias orgénicas intervienen en el 60% de los casos. Segiin Garrison (1986), en una revisi6n que abarca un 8 ‘ZoXAS DF PLAMICACION raRa ACCIDENTES GRAVES OE THO TERMICO periodo de treinta afios, los GLP se han visto implicados en el 30% de los accidentes ocu- rridos en industrias quimicas que procesan o almacenan hidrocarburos. TABLA 1.7, Factores que contribuyen a agravar los dafios producidos por un incendio en instalaciones de proceso quimico [Factores Frecuencia (%) ‘Ausencia de sistemas de proteccibn 356 Fallos huranos 155 Presencia de otros lquidos inflam HA Rotura de otis recientes 89 Acumulacion de residuos 89 ‘Sistema de protecciin inadecuado 0 deteriorado 87 Otros 132 De los factores anteriores se destacan la ausencia o inadecuado sistema de proteccién ~més del 40%— y el fallo humano, 1.2. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Crawley, F.K.; (1982). The effects of the ignition of a major fuel spillage. 1. Chem. F. Symposium Series, 71, The Assessment of Major Hazards Symposium, 125-145, Garrison, W.G.; (1986). One hundred largest losses-A Thirty-year review of property damage losses in the hydrocarbon-chemical industries. Ninth Edition. M é& M Protection Consultant, Chicago. Planas, G.; (1989). La prevencién de incendios y explosiones en las instalaciones industria- les. Ingenieria Quimica, 141-155. Cer Tsyiat) (+) yl Tipologia de los incendios 2.1, INCENDIOS EN CHARCO 0 DEPOSITO. Cuando un combustible liquido arde, lo que realmente se quema es la parte que se evapora desde la superficie del mismo, sobre la que se apoya la base de las llamas; esto es, los vapores emitidos se mezclan con el aire y cuando se sobrepasa el limite inferior de inflamabilidad y se aporta la energfa de activacién necesaria, se produce el incendio. Siesté precedido por una fuga o derrame, el Iiquido se extiende, ocupando una superficie que de~ pende de la existencia de cubeto u obstéculos que impidan su progresién. El incendio tam- bien puede tener lugar inicialmente en el propio contenedor 0 depésito, pero en muchas ocasiones se produce la rotura del equipo produciendo la formacién del charco, Es habitual clasificar el fendmeno descrito como incendio en pared (wall fire) 0 in- cendio en charco (pool fire) ~Joulain, 1996 segtin que la base del incendio sea alargada 0 pueda aproximarse a cfrculos, cuadrados o paralelepipedos con lados no muy diferentes, si bien, como indica Fernéndez Pello (1991), esta clasificacién resulta arbitraria en un buen ntimero de casos -por ello, aqui se generalizan estos accidentes como incendios en charco-. 2.1.1. Desarrollo del incendio El desarrollo del incendio puede presentar diferencias segxin que se produzca en charco -confinado 0 no-, 0 en un depésito, Cada uno de ellos conlleva, en general, las siguientes etapas: Incendio en charco I Btapa: Iniciacién. Por sobrellenado 6 rotura del tanque, de una conexién, de una tuberfa, etc, Las causas pueden ser variadas, por ejemplo, fallo de los sistemas de control, impacto exterior, fisura provocada por fallo de soldadura, fatiga del material, etc. 2" Etapa: Fuga del contenido, Vertido del producto sobre el érea circundante, limitada 0 no por un cubeto o por la topografia del terreno-. La temperatura del Iquido debe 2 ‘ZoNss DE PANICACON PARA ACCIDENTES GRAVES DE TINO TERUAICO mediante los cuales el producto se incorpora a la fase vapor y la velocidad con la que lo hace, distinguiéndose: a) La evaporacién normal del Ifquido debida a su presién de vapor. b) La evaporacién forzada, como consecuencia del calor transferido desde las Hamas a la superficie del liquido. La contribucién de cada uno ellos al total evaporado es funcién de Ia fase en la que se encuentre el incendio. Ast, cuando alcanza su pleno desarrollo la contribucién del segundo mecanismo es determinante, suponiendo en algunos casos el 80% del total del producto evaporado. Sin embargo, en los instantes iniciales, el primer mecanismo tiene un papel importante, sobre todo en incendios de sustancias cuya temperatura de ebullici6n es inferior 4 Ja ambiental, Por ello, se distinguen dos situaciones: a) Si el producto derramado tiene un punto de ebullicién inferior a la temperatura ambiente (gas licuado), se produce una vaporizacién sabita que facilita la forma- cién de la mezcla inflamable combustible-aire. b) Para productos liquidos, el ineendio se puede producir si sus puntos de inflamacién son inferiores a la temperatura ambiente; si son superiores no se produce. 2.1.2.2. Geometria de la llama La geometria de la llama es otro aspecto relevante para estimar la emisién superficial de Ia radiaci6n térmica. Para definicla se recurre a diferentes modelos, siendo el més simple aquel que considera la Jlama concentrada en un punto. Otros modelos se apoyan en una descripcién més realista, a través de geometrias sencillas, tales como cilindros o laminas. De éstas, la cilindrica es la més utilizada, siendo las magnitudes importantes el didmetro igual al del charco o tanque- y Ia altura de la llama -coincidente con la zona visible de la misma-, tal y como se representa en la figura 2.1 Atura dela llama Dimetro del charco FIGURA 2.1. Representacion esquematica de un incendio en charco modelizado con forma cilindrica, “Twovoals ne tos meexpins 2B Para estimar el didmetro del charco se debe tener en cuenta si est confinado 0 no. En aquellos delimitados por cubetos, se dispone de! didmetro real -geometria circular 0 su equivalente ~geometria cuadrada o rectangular-. Sin embargo, si no existe cubeto, el érea total implicada no esté siempre claramente definida, sobre todo si la fuga se produce sobre un terreno sin obstéculos que no permita contener el derrame, si bien se puede utilizar el valor maximo de la superficie que puede cubrir el Iiquido derramado. El didmetro méximo alcanzado por el charco es funcién, ademés del tipo de escenario, del caudal 0 cantidad total fugada y de la Velocidad de evaporacién. En este sentido Mudan (1984) clasifica las posibi- lidades en tres categorias dependientes del caudal y la duracién del derrame: a) Continuos: Cuando el caudal de fuga es aproximadamente constante durante dilata- dos periodos. ) Instantdneos: Si el derrame ocurre en un corto periodo de tiempo. ©) Discontinuos: Si el caudal de fuga varia ostensiblemente con el tiempo. Este tiltimo caso se suele incluir en alguno de los anteriores, aunque, a veces, se plan- tean dificultades para decidir la calificacién. Para derrames continuos el liquido se extender4, ampliando la zona del incendio, has ta que la velocidad de fuga se iguale a la velocidad de evaporacién. Esta condicién permite calcular el didmetro maximo aleanzado. En el caso de derrames instanténeos se alcanza el diémetro maximo répidamente para ir decreciendo con el tiempo, hasta que todo el producto se haya consumido. En general, las expresiones disponibles en la bibliograffa para determinar la extensi6n del derrame proporcionan didmetros méximos que en realidad s6lo se mantienen durante periodos cortos; por ello, a efectos de estimacién del frea afectada, se recurre al uso de valores promedio, con lo cual se consigue una aproximacién mas realista, Un inconveniente de la mayor parte de dichas expresiones es que han sido deducidas para terrenos impermeables y planos. Otro factor a tener en cuenta es la accién que el viento produce sobre la geometria de Jas Hamas, que se materializa en dos efectos: El ensanchamiento de la base del incendio en la direcci6n del viento y la inclinacién de las lames. 2.2. BOLAS DE FUEGO En numerosas instalaciones industriales es comtin el almacenamiento de gases bajo presi6n con el fin de mantenerlos en estado Iiquido, disminuyendo el volumen del contene- dor requerido. a ‘ZoNAS DE PLANIMEACON PARA ACCIDENTES ORAVES DE TIE TERUAICO En estas condiciones existe un riesgo potencial de aceidente debido a un posible escape del contenido provocado por la rotura parcial 0 total de los contenedores ~Prugh (99a y 4) ha recopilado accidentes acaccidos entre los allos 1926 y 1986. Cuando los gases son inflamables, el escape puede ir seguido de su posterior ignicién, produciéndose la bola de fuego. Un caso particular del mismo, especialmente grave, es el denominado BLEVE se- guido de bola de fuego, conceptos que conviene definir, 2.2.1, Definiciones de BLEVE y bola de fuego Estos fendmenos suelen aparecer asociados (Winder y cols, 1992; Melhem y Croce, 1993), si bien cabe resefiar que bola de fuego y BLEVE son fendmenos distintos. Esto que- da reflejado en la definicién inicial para BLEVE propuesta por Wall (1978) -término que utiliz6 para describir el dafio producido por la explosién sufrida por un reactor de una planta quimica debido 2 una sobrepresion- y la ofrecida por la NFPA (1985), utilizada por otros autores —Klete (1977), Lees (1980), Prugh (1991a, 1991b) 0 McDevitt (1992)~: “BLEVE, acrénimo inglés correspondiente a Boiling Liquid Expanding Vapor Explosion, supone la rotura catastréfica de un contenedor que almacena un gas licuado por encima de su punto de ebullicién a la presién atmosférica, produciendo la fuga insianténea y masiva de dicho liquido a la atmésfera. El répido descenso de la presién a que se ve sometido el producto fugado en el momento de la rotura, provoca un flash explosivo de una parte del liquido que forma una nube de vapor -meccia de aire y material fugado-. Si el producto es inflamable y encuentra un punto de ignicién puede producirse la combustién de la mezcla, dando lugar al segundo fendmeno peligroso, esto es, la hola de fuego -fireball-. Este tiltimo fendmeno se puede producir, también, a partir de una nube no confinada de vapor inflamable, sin ser precedido por una BLEVE.” Los productos que han provocado bolas de fuego -incluyendo las BLEVE’s seguidas de bola de fuego~ han sido gencralmente gases licuados almacenados bajo presién, como GLP -propano y butano-, productos de sintesis -etileno, propileno, cloruro de vinilo, etc.—, y, en menor medida, el gas natural. Cope aiiedicaueila cauidad.de duviaitcinvalisntdadr aranrbude devcegs énsisenon de la magnitud de la evaporacidn inicial de producto fugado. Segiin Johnson y Pritchard (1990) sc puede estimar la cantidad implicada en el flash inicial a partir de datos telaciona- dos con las condiciones de la fuga y la propiedades termodinamicas de 1a sustancia fugada, fijando el limite del 35%, por encima del cual la totalidad de la masa participa enla bola de fuego, no produciéndose incendio en charco. Un criterio similar ha sido utilizado anterior- mente por Hasegawa y Sato (1977), quienes observan experimentalmente que cuando el flash inicial es igual o superior al 36% del total, el incendio desarrollado es una bola de fuego, mientras que si el flash es inferior al 20% se produce un incendio en charco. En el intervalo comprendido entre ambos valores, pueden producirse los dos tipos de incendios. “Tirovoata De Los mvcexDI9s 25 2.2.2, Formacién de la nube de vapor La formaeién y evolucién de 1a nube de vapor o gas inflamable es decisiva en la gene- raci6n y desarrollo posterior de la bola de fuego. El mecanismo de formacién de la nube de gas inflamable ha sido descrito mediante dos modelos. El primero, propuesto por Hardee y Lee (1975), esta basado en la conservacion de la cantidad de movimiento inicial de la fuga y el segundo, propuesto por Maurer (1977), esti condicionado por un proceso de difusién turbulenta, El primer modelo parte de la hip6tesis siguiente: Rotura de un contenedor que almace~ na un gas licuado a temperatura por encima de su punto de ebullicién; evaporacién sibita que conlleva la expansi6n répida de una mezcla de vapor y liquido en forma de aerosol; mezcla con el aire circundante en ausencia de focos de ignicién. Se supone la formacién inicial de una nube hemisférica, situada a nivel del suelo. Aplicando el principio de conser- vacién de la cantidad de movimiento se obtienen relaciones para el tamafio de la nube en funcidn del tiempo y para el caudal de descarga. Asimismo, determinan el tiempo transcu- rrido desde la fuga para que la concentracién media de la nube se encuentre por debajo del limite inferior de inflamabilidad, obteniendo valores muy pequefios ~pocos segundos-. El modelo de Maurer (1977) describe mejor el proceso de mezcla en la nube. Se trata de un tratamiento teérico en el que inicialmente se parte de un micleo central de concentra- cin homogénea rodeado por una regiGn donde 1a concentracion desciende con la distancia siguiendo un modelo gaussiano. Este nicleo se rompe en diferentes fragmentos que se des- plazan répidamente, expandiendo la nube y por tanto aumentando su volumen. Esta expan- si6n provoca la entrada de aire y la aparicin de zonas heterogéneas formadas por combus- Lible puro, mezelas combustible/aire y aire sin mezclar, cuyos volmenes y concentraciones varfan continuamente con el tiempo. Este modelo permite el cflculo de la distribucién de concentraciones con el tiempo y el radio de la nube que atin no se ha diluido, a través de coeficientes de difusién obtenidos experimentalmente. El tiempo para que la concentracién media de la nube se site por debajo del limite inferior de inflamabilidad, calculado mediante este modelo, es igualmente muy pequefio, ‘aunque algo superior al que se obtiene aplicando la metodologia de Hardee y Lee (1975); asf, para una masa de 1000 kg de propano, los tiempos obtenidos son 2.5 y 1.6 segundos, respectivamente. En consecuencia, se deduce que para que se produzca una bola de fuego, la fuente de igniciGn debe encontrarse cerca del punto donde se genera la fuga, lo cual es una justifica- cién mas de la asociaci6n entre BLEVE’s y bolas de fuego. 6 ‘ZoNAS DE PLANIFICACION BMRA ACCIDENTES GRAVES DE-TINO TERMICO 2.2.3. Desarrollo de la bola de fuego Una vez iniciada 1a combustién de la nube de vapor, Ia evolucién en tos primeros momentos y su desarrollo posterior dependen de varios factores, entre los que cabe sefialar: a) Cantidad de movimiento inicial, funciéa, a su vez, de la velocidad impuesta por el Flash inicial. b) Efectos de la elevacién, ¢) Enfriamiento por radiacién, Las etapas implicadas en el desarrollo de 1a bola de fuego, han sido descritas por High (1968) y por Crawley (1982). Ambos autores distinguen tres fases principales: 1" Etapa: Fase de crecimiento. Que, a su vez, se puede subdividir en dos subetapas. En la primera, en la cual se alcanza aproximadamente la mitad del diémetto maximo, Ja temperatura de Ja llama llega a 1300 °C y se produce la vaporizacién y reca- entamiento de la nube. El proceso de mezcla aire-combustible durante este pe- riodo es ripido y esté potenciado por la turbulencia debida a la alta velocidad del flash (McQuaid, 1975). En la segunda, se alcanza el didmetro maximo y la tem- peratura de la llama desciende hasta aproximadamente 1100 °C, debido a efectos provocados por los humos y otros productos parcialmente quemados. Se estima que la duracién de esta fase representa el 12% del tiempo toial de duracién de la bola y coincide aproximadamente con el perfodo en el que la bola permanece sin apenas despegar del suelo, 2° Etapa: Fase de incendio estable. Es la de mayor duraci6n; en ella se mantiene aproxima- damente constantes el didmetro de la bola de fuego y su temperatura. Se observa una serie de vértices en la superficie —cuya geometrfa es aproximada- mente esférica~ y comicnza a elevarse sobre el suelo, adquiriendo forma de hon- go. La aireacién a través de la superficie es més efectiva que la obscrvada para 10s incendios en charco, 1o cual permite justificar que los valores de la potencia emisiva espeeffica sean mayores que en estos tiltimos, debido a la mayor rapidez del proceso y Ia elevada eficacia de la combusti6n, sin formacién de inquemados y hollines, A su vez, segtin High (1968), el proceso de elevacién conlleva un aporte suplementario de aire por la parte inferior, que arrastra hacia la bola el combus- tible que se encuentra a nivel de suelo, lo cual genera un vastago incandescente y la forma tipica de hongo figura 2. TiroLocia ne Los mvcENDIOs n ‘e, beset v aura. ALAN st FIGURA 22, Evolucién de la geomerria de la bola de fuego durante su desarrollo (High, 1968). 3° Etapa: ‘Asi pues, la. geometrfa evoluciona desde una semiesfera a la tipica forma de hon- g0 —finalmente un toroide-, pasando por la forma esférica cuando las fuerzas ascensionales comienzan a ser predominantes. Fase de extincidn, La llama se hace més tenue observandose pequefios destellos provocados por acumulaciones de combustible que arden sin producir humos. En cl caso particular de las bolas de fuego asociadas a la generacién previa de una BLEVE, el desarrollo de este accidente en la mayoria de las situaciones puede describirse a través de las siguientes etapas: Etapa: 2° Etapa: Iniciacién. Se supone la generaci6n de un incendio exterior. La radiacién y convecci6n térmicas 0 el contacto directo de la Hama inciden sobre el depésito 0 ‘equipo considerado calentando el producto y, por consiguiente, aumentando la presion de vapor de éste. En las paredes se forman burbujas de vapor ~nucleacion— que se desprenden y se incorporan a la fase gas. Fuga, El aumento de presi6n y el debilitamiento del material por la clevada tem- peratura exterior supera la resistencia mecdnica del contenedor provocando su rotura brusca, Este efecto es mis intenso en la zona del contenedor en contacto con la fase gaseosa, debido al menor coeficiente de transferencia de calor, propi- ciando un incremento mayor de la temperatura del material Generacién de la bola de fuego. El producto fuga de forma bifésica, produciendo ademas un intenso flash que rompe la masa Ifquida proyectindola a gran veloci- dad. El incendio exterior inflama la zona de la nube con concentraciones dentro del intervalo de inflamabilidad, iniciando la formacién de la bola de fuego, cuya descripcién se ha comentado anteriormente, que depende, segin Chen y cols (7998), del volumen de Menado del contenedor, de la naturaleza del producto involucrado y de la temperatura y presién en el interior del rec 28 ZOWAS DE RAMIPCACION PABA ACCIPENTES GRAVES DE THRO TEaMACO Conviene indicar que la secuencia descrita no es la tinica que origina BLEVE’s y bolas de fuego. Asi, Moorhouse y Pritchard (1982) basindose en observaciones experimentales sefalan que aunque las bolas de fuego se deben en la mayor parte de los casos a fugas ripi- das de producto en contenedores presurizados, también se han producido en tanques atmos- féricos sometidos a un incendio, al manifestarse el fenémeno denominado boilover (Garo, Vantelon y Ferndndez-Pello, 1996), que como se indico anteriormente, provoca la proyec- ci6n sibita y violenta de! liquido inflamable debido a la yaporizaci6n repentina de agua u otros Ifquidos de elevadas presiones de vapor contenidos en el fondo del tanque. 2.2.4. Factores que influyen en la radiaci6n térmica Los factores que influyen en la magnitud de la radiacién térmica generada por las bolas de fuego son los mismos que los descritos para los incendios en charco 0 depésito, es decir, aquellos relacionados con las propiedades del combustible implicado ~entalpia de combi tin, temperatura de ebullicién, etc.-, las caracteristicas de la llama ~potencia emisiva espe cffica, geomeiria~ y los procesos quimicos que tienen lugar en la combustion -sin apenas formacién de humos debido a la mejor aireacién del sistema-. No hay diferencias con los incendios en charco en relacién a los parimetros que condicionan la radiaci6n recibida ~dependientes del receptor y de las condiciones atmosféricas~. Asf pues, la naturaleza de las sustancias y las caracterfsticas geométricas de la llama juegan un papel esencial en la inten- sidad de la radiaci6n térmica que llega al objeto expuesto. Para la estimacién de la radiaciGn térmica generada se recurre a distintos modelos, los cuales consideran la bola de fuego bien como un punto donde se concentra la llama, 0 como tuna esfera que se mueve desde el suelo y cuyo volumen aumenta durante la elevacién, sien- do los parémetros més importantes el didmetro maximo, el tiempo de duracién y la potencia emisiva especifica, que se analizan mas adelante, 2.2.5. Propiedades caracteristicas de las bolas de fuego Las caracterfsticas primarias de las bolas de fuego son el didmetro, el tiempo de duracion y Ja altura méxima aleanzada. A través de diferentes estudios, ha quedado establecido lo siguiente: a) Los valores de las caracteristicas citadas son cuasi independientes de la naturaleza de la sustancia implicada en el incendio, dependiendo fundamentalmente de la can- tidad involucrada. b) Se ha encontrado relaciones de tipo potencial entre dichas magnitudes y la masa que participa en la combustién, ©) Elcrecimiento del diémetro es muy répido, y, como se ha indicado anteriormente, en los primeros momentos alcanza su valor maximo, produciéndose entonces el des- pegue del suclo, manteniéndose la bola elevada hasta la finalizacién del suceso. ‘Trocoata de 10s NceNDIOS » 4) El tiempo de duracién de la bola es pequefio; incluso para grandes cantidades de sustancia, no suele ser superior a un minuto. En la bibliografia se presentan discre- pancias en cuanto a su definici6n. Asi, Hardee y Lee (1977) lo establecen, aproxi- madamente, en cl doble del tiempo de despegue; Gayle y Brandsford (1965) lo es- tipulan como el perfodo de visibilidad; Roberts (1982), como el perfodo durante el cual la bola se comporta como una fuente de radiacién efectiva y Fay y Lewis (1977 y 1979) como el tiempo de combustién completa. ©) Laaltura maxima se define normalmente como la separacién méxima alcanzada desde el suelo hasta el centro de la bola. Se ha observado experimentalmente que una bola de fuego se eleva continuamente hasta el momento de su extincién. En general, se admite que la altura oscila entre 0.75 y 1.5 veces el didmetro maximo —High (1968), Hasegawa y Sato (1978), Center for Chemical Proccess and Safety (1989), Johnson y Pritchard (1990)-. 2.3, DARDOS DE FUEGO. 2.3.1. Definicién Un dardo de fuego se puede definir como: “La ignicién de una fuga continua de gases 0 vapores inflamables contenido en tuberias 0 en recipientes sobrepresionados”. As{ pues, el escape no es debido a una rotura catastréfica del contenedor —que daria lugar en la mayo- ria de las casos a una bola de fuego-, sino que se produce a través de un orificio pequeio respecto al tamaiio del contenedor, o por escape de una tuberfa, generéndose una salida tur- bulenta del combustible en forma de chorro. En a iniciaci6n de la combustién tiene una gran importancia la velocidad de salida del pro- ducto. Wohl! y cols (1949) tras estudiar el proceso de mezcla después de la fuga y el comporta- miento de la combustién, han Hegado a la conclusi6n de la existencia de una velocidad mfnima de salida del combustible para la formacién del dardo de fuego, denominada velocidad erttica. 2.3.2. Formacién y desarrollo del dardo de fuego Se puede suponer las siguientes fases de desarrollo: I Etapa: Iniciacién: Fisura 0 rotura pequefa de un contenedor o tuberfa de interconexién que almacena o transporta un combustible bajo presiGn. Las causas de dicha ro- tura pueden ser variadas -impacto exterior, fallos en soldaduras, bridas 0 valvu- las, fatiga del material, et Etapa: Fuga: En general, al tratarse en la mayor parte de los casos de gases licuados, almacenados bajo presin, se supone que la fuga se produce inicialmente en fase x» ZONAS DEPLANIFICACION PARA ACEIDENTES GRAVES DE THO TERMACO Ifquida produciéndose un flash que depende de las condiciones termodindmicas del fluido. Més tarde, dependiendo de la posicién del orificio y de las caracteris- ticas del fluido, la fuga puede producirse en estado vapor. El régimen de la fuga suele ser muy turbulento, lo que facilita la incorporacién de aire y el proceso de mezcla con éste. 3* Etapa: Ignicién: Segéin sea el escenario accidental, la evolucién del proceso difiere: Si inmediatamente a la fuga se encuentra un punto de ignici6n se produce el dardo de fuego; por el contrario, si no hay un foco de ignicién préximo, se origina una nube constituida por el flash inicial y, en su caso, por la evaporacién desde el charco, que evoluciona en funcién de las caracteristicas orograficas y meteorol6- gicas. Si en su recorrido, la nube encuentra un foco de ignicién y deflagra (incen- dio flash), el frente de llama retrocede hacia el origen del chorro y si éste persiste se genera el dardo de fuego. 2.3.3, Factores que influyen en la radiacién térmica Al igual que ocurre con los dos incendios anteriores, la radiacién térmica generada por un dardo de fuego depende de numerosos factores, relacionados fundamentalmente con las, propiedades del combustible fugado -entalpfa de combustién, temperatura de ebullicién... las caracterfsticas de la llama ~potencia emisiva y geometrfa-, los procesos quimicos impli cados en la combustién —formacién de humos, entre otros-, asf como las caracteristicas de Ja fuga -velocidad de salida del gas- y las condiciones ambientales -presencia de viento-. En el caso de incidencia directa del dardo sobre los elementos préximos, los efectos son considerablemente superiores a los debidos a la radiacién. En cuanto a la geometria de Ja Hama, la figura 2.3 representa esquemiticamente un dardo de fuego. Longitud de ta lama FIGURA 2.3. Representacién esquemdiica de un dardo de fuego. TROLOGIA DE Los NCENDIOS 3 Los dardos son modelizados de diferentes formas segun la metodologfa de calculo para laestimacién de la intensidad de radiacién térmica. Asf, para las més sencillas, se considera {a llama concentrada en un punto, mientras que aquellas que requieren una descripcién més ajustada a la realidad lo configuran como un tronco de cono o un cilindro, De éstas, la geo- metria c6nica ~truncada— es la més utilizada, siendo las magnitudes més importantes para establecer la radiacién térmica, la longitud, las anchuras de las bases y el dngulo de orien- tacién del dardo con respecto al suelo -o a la vertical~. Con relacién a las condiciones de la fuga, interesa tener en cuenta la distancia de despegue —lift off-y la velocidad de salida del chorro. La primera se define como la longi- ud medida desde el orificio de salida hasta donde se inicia la llama ~figura 2.3-. Esta sepa- racién es debida a que la turbulencia de salida del gas impide la combustién estable, En este sentido, Kent (1968) ha evaluado dicho aspecto, Hegando a la conclusién que cuando la descarga es inferior a 0.2 Mach, la distancia de despegue es pricticamente nula, iniciéndose el dardo en el mismo orificio. En cuanto a la velocidad de salida, se ha constatado que el incremento de su valor provoca un descenso en la fraccién de energia radiante y, por consi- guiente, en los niveles de radiacién recibida (TNO, 1997). ‘Otro aspecto fundamental en la evaluaci6n de la radiaci6n térmica es la presencia de viento, ya que su influencia en la geometria del dardo es mucho mayor que en los incendios en charco y en las bolas de fuego. 2.4, INCENDIOS FLASH Este accidente hace referencia a la combustién de nubes de vapor no confinadas que esid caracterizada por la gran rapidez de! frente de llama. La secuencia tipica de este evento puede describirse de la forma siguiente: I" Etapa: Fuga: El producto fugado debe ser un gas combustible -licuado o no~ que irrumpe como tal o se genera como consecuencia de la répida vaporizacién desde un char- co. 2* Etapa: Dispersién: El gas es arrastrado y dispersado por el aire. Generalmente, el pro- ducto tiene una temperatura inicial inferior a la ambiental -como consecuencia de la expansién cuasi adiabitica de Ia fuga~ y on la mayoria de los caso su masa molecular es superior a la del aire. Ambas caracterfsticas originan una nube den- sa que avanza reptando por las zonas mas bajas del terreno, condicionando la dispersién, que se produce de forma mAs lenta que la de los gases ligeros o neu- ‘tos. 3*Etapa: Ignicién: Si la nube encuentra un punto de ignicién se produce la combustién de a region de la nube donde la concentraci6n esté comprendida entre los limites de inflamabilidad. Si la ignicién se produce cerca de la fuga y el volumen fugado es 3 ‘ZONAS DEPLANEFICACION RA ACCIDENTES GRAVES DE TRO THRMICO importante puede producirse una bola de fuego, en la que interviene toda la masa fugada que se halla por encima del limite inferior de inflamabilidad, Debido a la clevada velocidad del frente de Hama se originan ondas de presién cuyos efectos se hacen sentir a mayores distancias que la radiacién térmica, denomindndose como “explosién de nube de vapor no confinada” -EVNC-. La transiciGn entre el incendio y la explosién -que depende en gran medida de la masa de vapor de la sustancia inflamable implicada—es dificil de precisar. En cualquier caso, s6lo se suelen considerar los efectos de la radiaci6n térmica dentro de la nube, ya que el tiempo de duracién de la combustin es muy pequeiio aunque la intensidad es elevada. Finalmente, cabe indicar que si el incendio flash tiene lugar en el interior de un dep6- sito 0 recinto confinado se puede producir una explosién, que puede ser detonante, por lo que los fendmenos peligrosos de mayor significacién son mecénicos ~ondas de presién ¢ impulso mecénico asf como la formacién de proyectiles-, denomindndose a este evento explosién confinada 0, en su caso, de depésito o contenedor. 2.5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Center for Chemical Process and Safety (AIChE) and Technology, Inc.; (1989). Guidelines for chemical process quantitative risk analysis, pp 126, 142, 159, 161, 169. (Citado por Prugh, 1994). Chen, H.; Lin, M.; Chao, F.; (1998). Thermal response model and thermal risk analysis for LPG Storage. J. Chin. Inst. Chem. Engrs., 29(1), 45-52. Crawley, F.K.; (1982). The effects of the ignition of a major fuel spillage. 1. Chem. E. ‘Symposium Series, 71, The Assessment of Major Hazards Symposium, 125-145. Fay, J.A.; Lewis, D.H; (1977). 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El mismo valor de intensidad fue anteriormente propuesto por Robertson (1976) como limite para causar ddolot sin aparicién de ampollas ~quemaduras de primer grado-, si bien no establece el tiem po de exposicién. Por otra parte, Mudan (1984) indica que la exposiciOn prolongada a una radiacién de 1.7 kW/m? no produce sensacién de dolor, casi coincidente con lo publicado por Bagster y Piiblado (1989) y el Center for Chemical Process Safety (1989) que la sitian en 1.6 kW/m’. Esto es, dicho valor puede considerarse como el limite inferior de aplicabilidad de la ecua- cign 2.3, de manera que para valores inferiores a 1.7 kW/m? el tiempo de exposicién no tiene influencia en el nivel de daiio. Si se tiene en cuenta que la radiacién méxima que reeibe una persona en un dia de Verano soleado alcanza el valor de 1 kW/mé, la propuesta de Mudan (1984) puede parecer excesiva, dado que, como es sabido, una exposici6n prolongada bajo dichas condiciones puede producir dfs considerables. Sin embargo, a efectos de planifieacin ante incendios, tl valor aportado por Mudan puede considerarse adecuado, daclo que, en general, 1a pobla- cin esté protegida por la ropa y, ademés, alcanzaré algGn enclave protegido en un tiempo no muy alto (segundos 0 minutos), rscros ox LA RADIACION TEmNICS, 0 3.1.2. Quemaduras de segundo grado: tipologia y valores umbral externa de 0,05 a 0.1 mm de espesor-, provocando la aparicién de ampollas, presentando el resto un aspecto himedo y enrojecido, siendo necesario el tratamiento médico para recupe- rar la zona dafada. Se puede encontrar un valor de la dosis umbral que provoca la formacién de ampollas en seres humanos a partir de los datos experimentales obtenidos por Stoll y Green (1952) y Metha y cols (1973), recogidos en la figura 3.3. Itesidad de radiacitn, kWin? Tiempo deexpostion,s FIGURA 3.3. Datos experimentales obtenidos por Stoll y Green (1952) y Metha y cols (1973) y recta de ‘juste para quemaduras de seguado grado. La eouacién analitica ajustada es la siguiente: Dy =1'"t, 250 (kwim?)"s G6) siendo D, la dosis de radiaci6n para quemaduras de segundo grado, (kW/m:)"*s, donde puede ‘observarse que esta ecuacién adopta la misma forma que la 3.1. Bagster y Pitblado (1989) proponen como dosis umbral 1a equivalente a recibir una intensidad de radiaci6n de 4.7 kW/m? durante 30 s. El valor resultante, 236 (kW/m?)'s, se aproxima al anterior. Lihou y Maund (1982), ajustan los datos publicados por Stoll y Chianta (1971), experimentando con piel de cerdo, obteniendo la siguiente relacién: 40 ZOxAS DE MLANIFICACON PARA ACCIDENTES GRAVES DE TPO TERMECO 50 pa @7) ‘que puede transformarse en una ecuacién andloga a la 3.6, esto es D, = 24 t,= 239 (kW / m?)s G8) proporcionado también un valor numérico préximo a los anteriores, si bien se observa una ligera variacién del exponente de la intensidad de radiaci6n térmica. TNO (1989) propone igualmente una ecuacién para el cilculo de la dosis para quema- duras de segundo grado baséndose en la metodologia PROBIT, obteniendo: P=-43.14+3.01861n(071,) 9) a partir de la cual se obtiene el valor de dosis siguiente: P+43.14) =11,= 3.10) Beat ox sae) fe donde, de nuevo, la dosis sera funcién del PROBIT y por tanto del porcentaje de poblacisn afectada, En la figura 3.4 se representan las ecuaciones 3.6 y 3.10, estimando para esta il- tima el 1, 10 y 50 % de poblacién afectada. NS Er Slo nat aft -16 \ ES Be Ho Ret =e | Sin abate “50 20 d Tiempo de exposiin. + FIGURA 3.4. Represemacién de las ecuaciones 3.6 y 3.10, para valores umbral de quemaduras de segundo grado, [EFEcTOS DE LA RADIACIN THRMICA 41 En este caso se observa una menor concordancia de las ecuaciones 3.6 y 3.10 (1% de poblacién afectada), con relacién a la obtenida para quemaduras de primer grado ~ecuaciones 3.3 y 3.5 (1% de poblacién afectada)-. Una posible raz6n de esta desviacion puede deberse al método wtilizado por TNO para obtener la ecuaci6n 3.10, consistente en la interpolaci6n teérica entre las fanciones PROBIT correspondientes a quemaduras de primer grado y el umbral inferior de letalidad. En definitiva, la ecuacién 3.6 se estima més adecuada para la determinacién del valor del umbral de quemaduras de segundo grado, dado que se ha obtenido a partir de datos experimentales con humanos, y resulta concordante con los enconirados por diversos auto- res, antes citados. 3.1.3. Quemaduras de tercer grado: tipologia y valores umbral Las quemaduras de tercer grado se extienden a la dermis ~capa intema de la piel de 1 22 mm de espesor- donde se alojan terminaciones nerviosas y rafces capilares, provocando Ja insensibilidad de la parte afectada que presenta aspecto seco, de diversa coloracién -tanto mas oscura cuanto mayor sea el nivel de dafo-. Esta zona es vulnerable a los agentes palégenos que pueden dar lugar a infecciones, por lo que requiere atenciGn médica urgente yy en muchos casos los dafios son irreversibles, pudiendo provocar la muerte. En este caso no se dispone de telaciones suficientemente contrastadas para establecer Ia dosis umbral. TINO (1989) evalia la probabilidad de muerte por quemaduras de este tipo ‘mediante la funci6n PROBIT siguiente: P =-36.38+2.56In(I“"r,) G.I) a partir de la cual puede obtenerse la dosis umbral para este nivel de dafio: raat Dy = 1°"1,= xP ( 356 (3.12) donde D,, es la dosis de radiacién térmica para quemaduras de tercer grado, (kW/m?)**s. Hardee y Lee (1973), partiendo del modelo de Bader (1971) para el célculo de la inten- sidad de radiaci6n térmica generada por una bola de fuego, indican que valores de radiacin de aproximadamente 114 kW/m? puede provocar quemaduras de tercer grado en pocos se- gundos. 2 ‘ZoNAS DE PLANEFICACION TARA ACCIDENTES GRAVES DE THRO TERNIOD 3.14. Factores que condicionan la mortalidad por quemaduras de segundo y tercer grado Cuando se producen quemaduras de segundo y tercer grado existe una cierta probabi- lidad de mortalidad que depende de la superficie cutfnea dafiada y de la edad. La tabla 3.1 pone de manifiesto esta relacién para una poblaciGn desprovista de ropa, TABLA 3.1, Relacién de mortalidad en funcién de la edad y del porcentaje de érea quemada (Bull, 1971) Brrcros pr ts aaDIACiON rERACA a La situaci6n habitual, sobre todo en dmbitos industriales, es que la poblaci6n al ir ves- tida encuentre una importante proteccién frente a la radiaci6n térmica, siempre que la ropa no aleance los limites de ignicién. La tabla 3.2 recoge la distribucién, en porcentaje, de la piel segtin las distintas partes del cuerpo. ‘TABLA 3.2. Distribucidn en porcentaje de la piel por zonas para personas con edad superior a 15 afios (Brandwonden, 1979) Parte del cuerpo Porcentaje de piel sobre Ia totalidad Cabeza 7 Cuello, 2 Tronco (torso) | B “Troneo (espalda) 1B Ghiiteos 3 Genitales 1 Brazos 8 ‘Antebrazos © “Manos is Muslos 19 Pantocrilas 4 Pies 7 [> Zora desnuda 20 Las partes sombreadas de la tabla 3.2 suelen encontrarse desnudas. En la tabla 3.1 pue- de obtencrs¢ la probabilidad de mortalidad para la poblaci6n afectada por este porcentaje de piel quemada —ver tramo correspondiente a 18-22% de area quemada-, observandose una reduccién significativa de la mortalidad respecto a poblaciones desprovistas de ropa. Si se produce la ignicién de la ropa, se considera que la mortalidad es pricticamente segura. Segtin TNO (1989) la dosis de radiacién limite -definida como D=Pt- para que se produzca la ignicién est comprendida entre 2.5-10' y 4.5 10* (kW/m?)'s. Este intervalo depende de las caracteristicas y espesor de los tejidos utilizados. Si no se produce la ignicién de In vestimenta TNO estima para una distribucién de poblacién similar a la holandesa- que slo el 14% de los individuos afectados suftirén quema- duras de segundo y tercer grado con resultado de muerte. Por ello, para cuantificar el ntimero de fallecimientos en poblaciones vestidas, ZNO propone el siguiente procedimiento: 1. Conocida la dosis, calcular la funcién PROBIT para mortalidad mediante la ecua~ cin 3.11 -vélida para poblaciones desnudas—, 2. Con el valor de PROBIT asf calculado, determinar el porcentaje de mortalidad — tabla Ll, anexo L. [EFECTDS DE LA RADIACION TERMICA 7 Partiendo de datos experimentales obtenidos por Buetmer (1951b) —representados en la figura 3.1~ se puede establecer un valor umbral a partir del cual comienza la sensacién de dolor y se produce este tipo de quemaduras, La correlacién entre el tiempo de exposicién, en segundos, y la radiacién incidente, en kW/m’, obtenida mediante el ajuste de los datos de la figura 3.1 es la siguiente: t= G35/)'” G2) que puede ser modificada mediante: D, = 1, = 115 (kWim'y?s 3) donde D, es la dosis de radiacién para quemaduras de primer grado, (kW/m?)*"s, que res- ponde a la definicién de dosis indicada por la ecuaci6n 3.1. Mediante las funciones PROBIT (Finney, 1971) -anexo I- se ha estimado el efecto de la radiaci6n térmica sobre personas debido a explosiones nucleares (Eisenberg, 1975). En el caso de incendios de hidrocarburos, la radiacién térmica tiene una longitud de onda mayor que la generada en las explosiones nucleares, de manera que la energia térmica que se trans- mile es mayor que la puesta en juego en las radiaciones nucleares. En este sentido, TNO (1989) modifica las expresiones iniciales de Eisenberg (1975), para tener en cuenta lo ante rior, utilizando datos experimentales de Stoll y Chianta (1969), proponiendo la ecuacién siguiente: P =-39.83+3.0186In(, ) GA) donde P es la funcién PROBIT. A partir de la ecuacién 3.4 puede obtenerse la expresién de la dosis P+ 3983 = exp £7283 3.5) if eal eee GS) La figura 3.2 compara las ecuaciones 3.3, obtenida a partir de los datos de Buettner, y la 3.5, propuesta por TNO (1989) para el 1, 10 y 50% de poblacién afectada (la relacién entre el PROBIT y el porcentaje de poblacién afectada se indica en el anexo 1). La proximidad de las Ifneas correspondientes a las ecuaciones 3.3 y 3.5 (para el 1% de afectados) puede considerase aceptable, de manera que la primera puede representar un valor ‘umbral conservador ~minimo- para la génesis de quemaduras de primer grado en personas expuestas a incendios de hidrocarburos. Este limite es corroborado por Bagster y Pithlado (1989) que constatan la aparicién de 4 ZONAS CE MLANIFICACION PARA ACCIDENTES GRAVES DE TO TERNICD 3. Multiplicar el valor del porcentaje de mortalidad por 0.14 para determinar el por- centaje real de fallecimientos, como consecuencia de la proteccién proporcionada por la ropa Obsérvese que el 14 % corresponde, segiin la tabla 3.2, al drea de la piel que general- mente estard expnesta ~cabeza, cuello y manos-. 3.2. EFECTOS SOBRE LOS MATERIALES La radiacién térmica puede afectar a edificaciones y equipos de proceso cereanos al origen del accidente, El estudio de estos efectos debe concentrarse sobre aquellos compo- nentes esenciales de estas construcciones; en este sentido TNO (1989) considera los siguientes materiales criticos: a) Madera. b) Materiales sintéticos, ©) Vidrio. 4) Acero. considerando dos niveles de dafto: ‘Nivel 1, que supone la ignicién de los mismos, asf como la rotura de vidrios o fallos de elementos estructurales de edificios. ivel 2, de menor importancia, en los cuales se produce decoloraciones serias en la super- ficie del material, desprendimiento de pinturas y deformaciones apreciables de ele- mentos estructurales de edificios, sin que se produzca el colapso. 3.2.1. El concepto de dosis de radiacion térmica aplicado a los materiales La estimacién de valores umbral a partir de los cuales se producen dafios en materiales presenta una gran complejidad, dada la diversidad de parametros y circunstancias que afec- tan al fenémeno -tales como el tipo de material constructivo del contenedor, espesor, gco- metria, contacto 0 no con la llama, contenido del recipiente, revestimientos, aislamiento, condiciones de almacenamiento, etc.~, lo que justifica la escasa bibliografia publicada sobre este tema. Por otra parte, estos aspectos estén directamente relacionados con la manifesta- cién del denominado “efecto dominé” que tiene lugar cuando un accidente “primario” pro- voca oiro “secundario”, cuyas consecuencias pueden ser més importantes que las ocasiona- das por el precursor. Segiin Robertson (1976) pueden producirse incendios secundarios en edificaciones cuando éstas se hallen sometidas a flujos de radiaci6n superiores a 12.6 kW/m* y en plantas [Brecros De LA RADIACIGN TERMOCA 4s de proceso y tanques de almacenamiento de productos inflamables cuando la radiacién sea superior a 37.8 kW/m?. El valor limite para edificaciones es inferior al de plantas de proceso debido a la generacién de mayores emisiones de vapores inflamables en los elementos es- tructurales de madera, papel, plisticos, recubrimientos, etc. El segundo limite se fundamen- taen estudios sobre distribucién de tanques de almacenamiento de productos inflamables, donde se establece que, por razones de seguridad ante el incendio de un tangue, cualquier otro contiguo no debe recibir una radiacién superior al valor indicado. Bl citado autor esta- blece un limite de tiempo en toro a 20 minutos para que se produzca la ignicién del ele- mento vulnerable, proximo al considerado por Lihou y Maund (1982) -17 minutos, quienes proponen la utilizacién de la siguiente ecuaci6n para la génesis de incendios secundarios en edificaciones: Stat = 12.6-10° (kw/mn’)s (3.13) ¥y para equipos de proceso y tanques de almacenamiento: fora = 37.8-10° (kW/m?)s @.14) Sin embargo, ante la variedad de circunstancias que pueden tomar parte en estos fend- ‘menos, la utilizaci6n de las ecuaciones 3.13 y 3.14 debe tomarse con muchas reservas. 3.2.2. Intensidad critica de radiacién Dada la dificultad para establecer y utilizar valores umbral de dosis de radiacin, 7NO (1989) propone el concepto de intensidad critica de radiacién para estimar el nivel de daiio sobre materiales. Partiendo de! concepto de dosis es evidente que cuanto mayor sea la intensidad de radiacién térmica recibida, menor debe ser el tiempo de exposicin necesario para producir la ignicién del material. Sin embargo, en el extremo opuesto, por debajo de un determinado valor de intensidad, se puede observar que no se produce la ignicién aunque el tiempo de exposicién sea muy elevado. Este valor define la intensidad crftica de radiacién ‘para materiales, concepto que supone el umbral inferior a partir del cual se aplica el concep- to de dosis. Como se puede apreciar en la representacién genérica de la figura 3.5, la intensidad exftica de radiacién necesaria para producir la ignici6n presenta un valor cuasi asint6tico a medida que aumenta el tiempo de exposiciGn. TNO (1989) propone valores de intensidad critica de radiaci6n térmica orientativos para ‘stimar dafios de nivel 1 y 2 para materiales comunes de construccién —tabla 3.3-. 46 ZoNAS DE PLANIIEACION PARA ACCDENTES GRAVES DE THO TERMICO Intensidad radiamte ‘Tiempo de exposicion Figura 3.5. Representacién genérica de la intensidad critica de radiacton para materiales. ‘TABLA 33. Intensidades criticas de radiacién y temperaturas de ignicién para diferentes materiales (TNO, 1989) Dafios de Daiios de nivel 2 Material Teg» Kim? Io kW? | TK Madera 15 683, 2 373 Sintético 15 2 373 Vidrio 4 303 z - [Acero 100 73, 25 473 Otros autores -Romano y cols (1885) recogen diferentes valores de intensidad critica © maxima tolerables para varios materiales, indicados en la tabla 3.4. BFECTOS De LA RADIACION TERNOCA a TABLA 3.4. Intensidades de radiacién maxima tolerable para diferentes materiales (Romano y cols, 1985) Material ‘Maxima radiaciOn tolerable, kW/m ‘Cemento @ ‘Cemento precomprimido 40 Hormigén. 200 ‘Acero a Madera 10 Vidrio 30-300 Pared de ladrillos 400 Puede observarse las diserepancias con los valores de TNO, si bien los autores antes citados no indican el nivel de dao considerado. 3.3. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Bader, D.B.; Donaldson, A.B.; Hardee, H.C.; (1971). Liquid-propellant rocket abort fire model. Jounal of Spacecraft and Rockets, 8(12), 1216-1219. Bagster, D.F; Pitblado, R.M.; (1989). Thermal hazards in the process industry. Chemical Engineering Progress, 7, 69-75. Brandwonden; (1979). Philips-Duphar Nederland B.V., Amsterdam. (Citado por TNO, 1989). Buettner, K.; (1951a). Effects of extreme heat and cold on human skin. I. Analysis of temperature changes caused by different kinds of heat application. 3. Appl. Physicl., 3, 691-702. Buettner, K.; (1951b). Effects of extreme heat and cold on human skin. I. Surface temperature, pain and heat conductivity in experiments with radiation heat. J. Appl. Physiol., 3, 703-713. Bull, JP; (1971). Revised analysis of mortality due 10 burns. Medical Research Council Industrial Injuries and Burns Unit, Birmingham Accident Hospital, Birmingham, The Lancet, 1133-1134. (Citado por TNO, 1989). Center for Chemical Proccess and Safety (AIChE) and Technology, Inc.; (1989). Guidelines for chemical process quantitative risk analysis. pp 126, 142, 159, 161, 169. (Citado por Prugh, 1994). Eisenberg, N.A.: Lynch, C.J.; Breeding, R.J.; (1975). Vulnerability Model: A simulation system Jor assessing damage resulting form marine spills (VMI). US Coast Guard, Office of Research and Development, Report n°. CGD-137-75, NTISAD-015-245. (Citado por TNO, 1989) Finney, D.L.; (1971). Probit analysis. Cambridge University Press, London, (Citado por TNO, 1989), Hardee, H.C.; Lee, D.O.; (1973). Thermal hazard from propane Fireballs, Transportation planning and technology, 2, 121-128. Hardee, H.C; Lee, D.O. (1977). A simple conduction model for skin burns resulting from exposure to chemical fireballs. Fite Research, 1, 199-205. Capitulo rai Modelos de calculo de la intensidad y de la dosis de radiacién térmica La estimacién de Ia imensidad de 1a radiaci6n térmica recibida por elementos vulnera- bles situados en los alrededores de los incendios requiere el conocimiento de numerosas variables, tales como la geometria del incendio, el calor generado por la combusti6n, la frac- cién que es emitida en forma de radiacidn, la posible formacién de humos, la radiacion absorbida por la atmésfera, la posicién del objeto, etc. Para los distintos tipos de ineendios, se han desarrollado varios modelos de célculo siendo los més citados los que se indican en la tabla 4.1, ‘TABLA 4.1. Modelos semiempiricos para estimar la radiacidn térmica generada en incendios de productos inflamables Modelos puntuales Fuente Puntual (MEP) Fuente Multiple (MFPM) Modelos de superficie emisora Llama sétida (MLIS) Radiador Equivalente (MRE) Radiador Equivalente Aproximado (MREA) De todos ellos, los més utilizados son el de fuente puntual (MFP), que es el de mayor sencille7, y el de Hama sGlida (MLIS), més riguroso al adaptarse mejor a la realidad del fenémeno. Ambos modelos se deseriben a continuacién. Una ver determinada la intensidad térmica sobre cualquier receptor, se puede abordar eleleulo de la dosis de radiacién, cuyas relaciones causa-efecto se han tratado en el capi- tulo anterior. Al final de este capitulo se procede al desarrollo de las expresiones generales dela dosis de radiacién sobre los seres humanos, teniendo en cuenta los distintos tiempos de duracién de los incendios, lo que obliga a considerar hipétesis diferentes en cuanto al esta- blecimiento de los tiempos de exposicién. 4.1, EL MODELO DE FUENTE PUNTUAL (MEP) Los supuestos en que se basa la aplicacién de este modelo son los siguientes: 48 ‘ZeRAS DE MANIMCACION PARA ACCIDENTES GRAVES DE TIPO TERMICD Lihou, D.A.; Maund, J.K,; (1982). Thermal radiation hazard from fireball. 1. Chem. E. Symposium Series, 71, The Assessment of Major Hazards Symposium, 191-224. Metha, A.K.; Wong, F; Williams, G.C.; (1973). Measurement of flammability and burn potential of fabrics. Summary Report to NSF-Grant #GI-31881, Fuels Research Laboratory, Massachussetts Institute of Technology, Cambridge, Massachussetts. (Ci- tado por Mudan, 1984). Mudan, K.S.; (1984). Thermal radiation hazards from hydrocarbon pool fires. Prog. 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The Hague, The Netherlands. 50 ‘ZoNAS DE PLANEFICACION PARA ACEIDENTES GRAVES DE PO TERMICO 1. El proceso de combusti6n se concentra en un punto, desde donde se emite toda la cenergfa radiante. 2. Para cada sustancia la energia radiada es una fraccién de la energfa total producida en el proceso de combustién. 3. La propagacién de la radiaci6n sigue una geometrfa esférica, teniendo como origen cl punto donde se supone concentrado el incendio. Segtin esto, la intensidad de radiaci6n que incide sobre un receptor es directamente proporcional a la potencia emisiva e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre el receptor y el punto que concentra el proceso de combustiGn, expresada mediante: ole 4.) 4m donde I: Intensidad de radiacién incidente, W/m?. W,; Potencia emitida en forma de radiacién, W. Distancia desde el centro del incendio al objeto expuesto a la radiacién, m. La potencia radiante se estima como una fracci6n, 7, de la potencia total, W, segtin: W, =n¥ (4.2) calculéndose W de forma distinta segtin el tipo de incendio. Algunos autores introducen en la ecuacién 4.1 el coeficiente de transmisividad atmos- férica, T, (Mudan, 1984), tanto menor cuanto mayor sea la capacidad de absorcién de la radiacién por parte de la atmésfera, quedando la expresién de Ia intensidad radiante de la forma: uy @3) re? que es 1a que se utiliza en adelante. ‘A continuacién se describen las metodologias de célculo de la potencia calorffica gene~ rada en los incendios y de la transmisividad atmosférica. La fraccién de energia radiante, 7, se deseribe en el apartado 4.2.2 por ser un pardmetro utilizado también en el modelo de lama sélida. 4.1.1. La potencia total generada en los incendios La estimacién de la poteneia total generada en un incendio depende de la tipologia del mismo.

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