0 Bewertungen0% fanden dieses Dokument nützlich (0 Abstimmungen)
616 Ansichten1 Seite
Un indígena le contó a un niño que los árboles ceibos no siempre tuvieron flores rojas, sino que un día amanecieron con flores rojas por un milagro: una joven se había pasado una hoja de ceibo por los labios toda la noche mientras esperaba a su novio, tiñendo mágicamente las flores de los ceibos de rojo.
Un indígena le contó a un niño que los árboles ceibos no siempre tuvieron flores rojas, sino que un día amanecieron con flores rojas por un milagro: una joven se había pasado una hoja de ceibo por los labios toda la noche mientras esperaba a su novio, tiñendo mágicamente las flores de los ceibos de rojo.
Un indígena le contó a un niño que los árboles ceibos no siempre tuvieron flores rojas, sino que un día amanecieron con flores rojas por un milagro: una joven se había pasado una hoja de ceibo por los labios toda la noche mientras esperaba a su novio, tiñendo mágicamente las flores de los ceibos de rojo.