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Es preocupante ver que, en nuestro pas, lejos de que disminuyan las formas de maltrato, ms
bien se observa, ao con ao, un aumento. El abuso y el maltrato se presentan en los diferentes
escenarios de la vida cotidiana. Se observa en el transporte pblico, por el maltrato e irrespeto
que ejercen muchos conductores de buses y taxis y los usuarios ms jvenes, las psimas
condiciones del entorno, de las unidades de transporte, de las aceras y de las paradas de buses.
Desde la perspectiva de la atencin en los servicios bancarios, pese a que se cuenta con
ventanillas preferenciales, las personas adultas mayores tienen la percepcin de que se les
ofrece un servicio muy lento, situacin que requiere un seguimiento continuo, por parte de
dichas entidades.
No hay duda de que hemos perdido la capacidad del asombro y de sensibilidad ante estas
situaciones que afectan las condiciones de vida de todas las personas, pero con mayor razn las
ms envejecidas.
La mayora de los casos de abuso y maltrato los ofensores son precisamente familiares,
encargados responsables e instituciones, que lejos de procurar cuidados y favorecer la calidad de
vida, desprotegen y aslan a las personas adultas mayores, ubicndolas en grave riesgo de
supervivencia y complicndoles an ms su existencia y producindoles frustracin e
impotencia.
Las cifras de denuncia que reportan el 911 van en un ascenso preocupante, as como los casos
que identifica el Hospital Nacional de Geriatra y Gerontologa, donde se realizan acciones de
intervencin directa y de prevencin, por medio de la educacin y sensibilizacin a familiares y
cuidadores, como parte de las mltiples acciones y prevencin.
Estoy convencido de que la manera de combatir estas situaciones es inculcando, desde el hogar,
principios y valores claros, en relacin con el respeto y dignificacin de las personas adultas
mayores, coadyuvado con programas educativos.
Sin embargo, para lograrlo, se necesita el firme compromiso de las autoridades de educacin
para que trabajemos en un cambio de cultura, una cultura amigable con las personas adultas
mayores, por medio de la implementacin de programas sostenibles para combatir este odioso
flagelo.
En ocasiones tomamos decisiones por los mayores que no nos corresponden y que suponen
una vulneracin de sus derechos. Lo que debe limitar es la capacidad funcional de la persona y
no su edad