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interpreta al Arquitecto Paul Kersey. Con la ltima escena de violencia se debe entender que no se hizo
justicia al bautizarla en nuestro idioma. A Kersey lo mova un deseo de morir en duelo con delincuentes,
no el propsito de ser el vigilante annimo en cruzada solitaria contra el crimen que le atribua la prensa.
Me luce que slo cuando interviene para defender a quien estaba siendo asaltado y golpeado por tres
individuos, se puede alegar uso excesivo, no proporcional de la fuerza. Dispar por la espalda a uno que
estaba herido, desarmado y trepando una pared para escapar de lo que mereca. Todos los que hiri o
mat estaban armados e iniciaron la agresin y se abstuvo de disparar a uno rehus el desafo a duelo
letal. Tampoco dispar a lo loco, poniendo a terceros en peligro de muerte, una regla elemental que sigue
todo el que porta armas de manera responsable para la defensa propia.
El New York de Kersey era para los delincuentes el mismo paraso que hoy es Santo Domingo para los
criminales. Restricciones duras y absurdas al porte y tenencia de armas a los civiles convierten a las
personas decentes en un blanco fcil para los delincuentes, especialmente, cuando ellos s saben que la
polica no tiene los atributos de omnipotencia y ubicuidad que slo creen los ingenuos.
La pelcula presenta una reduccin dramtica de la tasa de criminalidad, confirmando el Crimen y Castigo
de Gary Becker cuando se aumenta el riesgo de la actividad delictiva. Una conclusin de sentido comn,
con miles de ejemplos la comprueban en la realidad, que no poda ignorar un guionista sensato. Digna de
volver a ver a quienes ignoran que la autodefensa y la incorporacin seguridad privada en barrios y
residenciales son claves enfrentar el tsunami delincuencial nos azota.