Sie sind auf Seite 1von 10
= a i A Poole Sb) sam Teoria db Estado US, é 226, Umiolad Lr ©. Thaverso EL TOTALITARISMO HISTORIA DE UN DEBATE i jcORIGUEZ DE CIENCIAS oo Libros del Roj &, ee eudeba |. De La “GUERRA TOTAL.” AL TOTALITARISMO La idea de toralitarismo tiene sus origenes en el contexto his- t6rico creado por la cesura de la Gran Guesta, que durante su transcurso ~bien antes del ascenso de Mussolini y Hitler al po- der, habia sido ya desctipta como una “guerra total"! Conflicto de la era democritica y de la sociedad de masas, sta haba absorbido tocios los recursos materiales, movilizado to- das las fuerzas econdémico-sociales, remodelado las mentalidades y la cultura de los paises del Viejo Mundo, Nacida como tna cli sica guetra interestatal en la cual se habrfan debido aplicar, ob- viamente, las reglas del derecho internacional (jus in bello), reco- nociendo, asf, en el enemigo un justus hastis, se transformé poco a poco, por la entidad y la dindmica de-tas fuerzas movilizadas, en luna giganvesca masacte que patecia realizar aquello que Kant ha- bfa ya prefigurado como una “guerra de exterminio” (bellum intemecinum).? Hizo entonces su ingreso criunfal en la escena 4. La expresién sera canonizaca por Exch Ludendort: Der totale Krieg, Monchen, |Ludendorf Veiag, 1996, Para una reconstruccién del concept de “guerra ‘otal cl, Hans-Uirich Weber: “Absoluter’ und “‘otaler’ Krlag, Von Clausewitz zu Ludendod,en Poiifsahe Vierojahreeschvif Jg, 10, 1969, op, 220-48, '. Para una reconstruccién del procaso ce “racionalizacién y humanizacién ce fa guerra, es deci, dela posiblidad do cu limitacion jurdiea”, vease sobre ode la ‘evéera parte de Car Schmit: (1960) Der Nomos der Erle in Volkerrech des Jus Publicum Europaeum, Dunicker & Huriblt, Bari, 7974 Byno Thavenso de la historia la guerra moderna, capa de transformar los campos ide batalla extendidos por centenares de kilémetros ein enormes ce- mmenterios, Con trincheras, tanques, aviones, potentes cafiones y ‘armas quitnicas, la “guerra total” inauguraba Ta era de las masacres tecnolégicas y exhibfa el horror de fa muette anénima de las masas. Fatetizada por los futuristas italianos, idealizada como catarsis cexistencial por los “revolucionatios conservadores” alemanes; lue- go celebrada por los fascistas como cuna de una comunidad oa- cional regenerada, la Gran Guerra seré el origen det primer geno- cidio del siglo XX, el de los armenios, y anunciaré fas masacres del segundo conflicto mundial. Auschwits habria sido difieilmen- te conecbible sin el precedente histérico de esta matanze planifi- cadu a escala continental La Primera Guerra Mundial fue, en- tonces, una experiencia fundante: forj6 un nuevo ethos guertero en el cual los antiguos ideales de herofsmo y de caballeria se com- binaban con la tecnologfa moderna, el nihilismo se racionalizaba, el combate se transformabe en destruccién met6dica del enemigo la pérdida de incontables vidas humanas podia ser prevista, sino de hecho planificada, como un célculo estratégico.’ Esta guetra mar- 06 el inicio de una barbatieacién de la politica que modificarta pto- fandamente el imaginario de toda una generacién.t Durante los afios sucesivos, esta cltima serd denominada 1a “generacién del 14”, la énération du feu o la Fronsgeneration? la de los escritores pacifistes 6.C. Antonlo Gili: officins dala quarra. La Grande Guerra e le rastorriazion! ciel monde mentala, Taino, Bola Boringhir, 1991, p.206. 7. Ck. Omer Bartav: "The European Imagination inthe Age of Total War, Marc i ‘Our idst. The Holocaust, industrial Kiting and Feprosentation, Now York, Oxford University Pross, 1996, pp. 33-50. €. Este proceco fue anafzado, conreleranciaa Alemania, por George L Mosoo: Fao ‘Soler, Reshaping the Momory ofthe Werld Wars, New Yotk, Oxford University Press, 4980, capt.io 8 ("The Erulaization of German Poti”), pp. 159-8 1, Ct Robert Wahl: The Generation of 1914, Cambridge, Harvard University ress, 4979; Detlev J. Paukert, Die Weirvarer Republik. Krisenjahre der kiessichen Moderne, FrankfuriM, Subwkamp, 1987, pp. 26-20. Eric Maria Remarque, Emilio Lussu y Henri Batbusse, Ke a bién lade Adolf Hitler, Benito Mussolini y Louis Ferdinand Cte, Este trauma dejard una huella duradera en el paisa mental de ls sociedades europeas y la guetra se con frecuencia erigida como metéfora del siglo XX. Los afios entre 1914 y 1945 se caracteriza- rin por le crisis del jus publicum europaewm —el derecho interescatal ‘que se habfa impuesto gradualmente entre el siglo XVI y el XIX-! después desembocada en una suerte de guerra moderna de los 30 Adios destinada a enterrar el antiguo orden continental." Europa dlevino entonces teatto de una serie de tevoluciones y contrante- voluciones en cadena, cuyas etapas decisivas fueron el nacimien- to de la URSS y, seguidamente, Ia formacién de los regimenes fascistas. Uno de los rasgos domninantes del periodo de entreguerras fue la oposicidn ideolégica y militar entre comunismo y fascismo, culminada en la Guerra Civil Espafiola. La Segunda Guerra Mun- dial se transformé asi en una “gucrta civil mundial” (Weldbitgerlsieg), un conflicto titénico del cual Emst Jiinger ha dejado una definicién casi paradigmdtica: “funa guerra) absoluta a un nivel que Clausewitz no podia concebir, ni siquiera después de las experiencias de 1812: una guerra entre Estados, entre pueblos, entre conciudadanos y entre religiones, Ilevada al extremo de un exterminio zoolégico"." Seguird la era de la Guerra Frfa, en la que 10. Fue probablemonteEret Jonge rero on usar eta expos, en un Pantje osu datoce quertacon ertadal TO conoemtra ce 2 (oar 194 Fad ano, Longanoa, 1670) Véasalrospecte Dan Dia: Das Javhundot Yersohon Miner, ttatand, 0.24 Sabre ol concapt do“guar cl uropea", vane fos estidls ya else de Roman Sein, ovolon und Wetburgerieg. Suen aur Ouverture nach 1788 Bern, Duncr& Hab 108, Para una presntaion del dbale mis roc, Cade Pavan "a es sere una guerra clvile europea”, en Gabriele Ranzato (comp. re fraticide. Le guerre clvil in etd contemporanea, Torino, Bol ier, Gaeta toque oo ero bl Boge, 11. Méatesbre todo sna. Mayr: The Prone ete OF Regine. rot Ino ret War to Yor, Pastor ok 08 Wy de avon a Darkon? Th Fina olan story, Net Yo, Panto Book, 1988, 12.8 dingo Dir go (la da 28 fro Go T04, 1 1 Teaverso el conflicto oponta ya el bloque de los paises cormunistas al del “mauindo libre”, y concluiré con la derrova del sistema soviético. ‘La idea de totalitarismo toma forma y se desarrolla en este contexto de guerras, abiertas o “frias", en el cual el espfritu de cruzada no abandona jamés a los adversarios, aun cuando fas farmas callan, Pertenece a un siglo durante el cual los.conflictos y las hostilidades, por encima de fos intereses geopoliticos y de las reivindicaciones tertitoriales que los subyacen, parecen vebiculizar una oposicién irreconciliable de valores e idenlo- gas, Todo el siglo XX ~més alld de ou primera fase, realmente catastréfica~ tiene los rastros de un verdadero Glaubenslrieg, en fl cual estdin en juego creencias, valores, visiones del mundo. Entre dos Sarajevo -1914 y 1991-, los conflictos nacionales son, si no ciertamente puestos entre paréntesis, al menos subordina~ ddos'a esta logica que impele a los adversarios a defender una idea de civilizaci6n contra otra. En tal contexto, las guerras re gionales, coloniales o de liberacién nacional ~desde la de China hasta la de Corea y la de Vietnam~ serdn casi siempre reabsorbidas por este enfrentamiento entre dos bloques ideolé: gicamente definidos. Eran necesarios conceptos nuevos para cap- turar el espititu de una época de este tipo: totalitarismo” seré el nds afortunado de los neologismos. Su difusisn reflejaba fa sen- sacién dominante de vivir en un paisaje rocoso, rodeado de mnonolitos imponentes, detestado 0 admirado por los habitantes del lugar, segtin los casos, pero monolizos tan inestables que a cada momento peligran en colisionar y amenazan asf con aplas- tar las casas del valle. “Tres experiencias histGricas nacidas de la Primera Guerra Mun- dial estén en el origen de este concepto: el fuscismo italiano (1922- 1945), el nacionalsocialismo alemén (1933-1945) y el estalinis mo ruso (entre los afios '20 y los "50). Més allt de sus diferencias sustanciales que atafien, como veremos més adelante, a las res- peetivas formaciones, ideologias y bases sociales, estos tres regf- tan caracteristicas inéditas Cuyas afinidades deman- imninales suscitan, menes present dan un acercamiento comparativo y cuyos Exitos ct LTOTALTANSNO. HisroMA DOUN setae nuevos interrogantes acerca de la relacion que se establece, SUSI Sout sakes edt cles tusene Estado, AL menos un aspecto es undniimementeachnitido por to. dos los observadores: el totaltarismo es la anttess del Eatedo de derecho, Por cierto, se pdefa observar que, en el seno den An uo Régimen “persistente” hasta 1914 en las instituciones, en h mentalidades y en las practicas sociales de ls elites dominantes de la mayor parte de los patses de Europa, el liberalismo “teal. mente existente”, con su simbiosis entre burguesta y aristocracia, su limitacién més 0 menos diéstica del suftagio y la exclusicn de las clases trabajadloras,estaha bien lejos de identificatse con Ia democracit. Dicho esto, es evidente que las caracteristicas funda mentales del liberalismo clisico -la separacién de los podetes, el Pluralismo pottico, ls instituciones representativas, ls ae tias constitucionales de las libertades esenciales del individu (de expresién, de culto, de residencia, ete.) son completamente ne ss pot los totaitarismos: gradualmente destaanteladas en lt lia, entre 1922 y 1926; inmnediatamente suprimidas en Aleia eit 1933; abolidas en Rusia, en el curso de una guerta civil sng nati, obra de una dictadura evolucionatia que rapidamente con. fluiré ea un régimen de partido tinico. ett Los fascismos y el bolehevismo detivan, con modalidades di versas, de una extendida crisis del orden enropeo. El estalinisino se consolidé aprovechando el seflujo de la oleada revolucionatia que habfa atravesado Europa despaés de 1917. Se apoys sabre el eaqueleto de una dictacur sovietica nacida durante la guerra ci vil, cuando el poder se habia militarizado,y se reafirm cuand la movilizaciGn de las masas y la democracia plebiscitaria se extin- guieron, dejando solos los aparatos centrales. A pesar de que el Poder soviético transformé una dictadura revolucionaria en. un sistema totalitario, este tltimo no tom la oma de una restara- cif el estalinismo no mizaba hacia el pasado, sino que queria edificar una sociedad completamente nueva. A través de purgas sangrientas, eliminé a casi todos los divigentes boicheviques de 1917, pero se injerté en el proceso abierto por la revolucié Emo Twexs0 snisma (por esto Trotsky To defini como una suerte de “Termidor maso"),2 Con respecto a los fascismos, éstos se delinean sobre la a pesar de su ret6rica subversiva, como fenéme- escena europea, hos tipicamente contrarrevolucionarios. Se dlstinguen ~no obs- reece de la contrarrevolucin clisica, aguellateorizada por Joseph, tle Maistre y Louis de Bonald, por el hecho de presentarse como una “revolucién contra Ja revolucién”. En ottos términos, su ho- vente trascendia el ttadicionalismo: aun conservando las viejas fundaba un régimen histéricamente nuevo elites sacio-econdmicas, into obrero, absorbfa con él fas insti- que, destruyendo el movimies uciones democtiticas y el Estado liberal. ‘ s unidlad del totalitarismo se perfila entonces s6lo en negat- como la antitesis del liberalismo. Desde un punto de vista Ireorico, sin exnbargo, esta categoria se escinde en dos entidades iireductiblemente diversas y antagénicas, el comunismo y el fas- cismo, qué se nutren sin mds de sus oposiciones. Seria necesatio hablar de totaltavismos, en plural, seftalando ast los oxigenes en un, process hhstérico bieéflo, marcado por el enfientarnienco dese Plftico entre la revoluci6n y la contrazrevolucidéns" un proceso Trscripto en el contexto de una “guerra civil europea” donde el vevntleto se instaura y se profundiza, en la longue durée? entre los reafmenes nacidos de la primera (el estainismo) y aquellos naci dos de la segunda (los fascismos)- 19, Ct.Leén Trotsky, (1995) Stato oporao,Termidoro @bonapartssno™ en Brno Sean comp.) Lane dsinsra lant sociale GaURSS Mise no, Felsina, 1975, pp. 224-42 we Fat ammo g. Mayer: Dynamics of Caunterrvoluon in Europe, 1870-1950, A Deanne Mamowark Now York, Harpot & Fo, 1871, p. 9. Este probleme ser retomado més adelante (cap. x) ve Mas que Braudel, queria sin embargo refermea Reinhard Kosolack Ye 15. Ma ce jon de “Tevolucon”y“contarrevoluian enlaacepeton ample de process yo slo de event (cl "Hsorsohe Keron des nee Pact vor aboenlfs”,on Vergangene Zukunt, Zur Seman gesotschaticher Zeon Frank, Subrkamp, 1979) \ | i \ J \ Ec TorAuansvo, Histoma beuN DeNATE Los totalitarismas fascistas son hijos de la nen Ia sociedad de masas, urbana & en ma lizacién de las masas", de fa cual la Primera Guerra Muntelue-tin poderoio aceleradot! Necesitan de las masa que someten y recutan en el mismo momento en que las movilizan. En las antipodas de las muchedumbre’ #volucionarias que poseen una dindmica propia tvlaican un ol desjetohistnea as mchedumbves de ro les Georges Lefebvre, Ledn Trotsky y Elias Canetti han sido formila- bles retratistas las mass totalitarias desempetien una funcién co- reogtéfica, omamental” bien ilustada por las imagenes de los desfiles fascistas y nazis filmados por el Istituto Luce o por Leni Riefenstal Losmitos (del Volkala‘romanidad) y lossfebolos (dede lacsvistica al fasco litorio) de los que se nutren los totalitarismos fascistas se szaducen en una iugia maema con fuerte connotacin estes I ‘catedral de uz" de Nuremberg y as “reuniones oceénicas” de Roma son la imagen fl de aquella, La masa no debe solamente reaesiony, sino también consituise en comunidad, fundise en un cuerpo co- lectivo ~el pueblo, la nacién, la raza cimentado por lafe, encarnado en un jefe, animado por el entusiasmo y permanentemente moviliza- do, Con sus promesas excatolégics ss eonosy suites, el ttai- tars ve presenta corro una “eligi lea” que die la sci dad civil y transforma el pueblo en una comunidad de files. Bt indi- viduo os triturado, absorbido y anulado por ef Fstado, que se erige como una unidad compacta,en la cual las singularidades se disuel- ven y los hombres se hacen masa." Sus jefes tienen un carécter fe ete ae esa and Mass Movernents in Germany fromm the Ne ao cms Raich, New York, Howard Fertig, 1975. : Pee eee eae ition und Gewalt des Faschismus, dnchen, Hanser, 1991. 7 ‘Miguel Abensour: De la compacité, Architecture et 5 ea Socetere a herne eerie u pessererrrereeerrrteeeeeeeat ano Teverso d Iebeyo: no san més conservadores aristocraticos asten- chr ont ego nero par multitudes (en'la estela de una tradicién que va de Maistre a ‘Nieosche), sno demagogos ue, como Hits han tomo concien- cia del propio talento de agitadores en las manifestaciones de plaza, durante la crisis subsiguiente a la Primera Guerra Mundial, 0, en ‘cambio, que, como Mussolini, piovienen de la izquierda, en la eval experimentaron Jos movirnientos de masa, Hombre de aparato re- frectatio en contacto con fas mld San coma vemos no ccomesponde en absoluro a este “tipo ideal” de lider totalita Hl totalitarismo pertenece entonces # la modemidad. Es un producto perverso de Ia era demoerstiea, matcada por el ingreso ee las masas en la vida politica, en el seno de sociedades que han ‘abandonado las antiguas jerarqufas de casta y de tango. Por un ado, slo puede afirmarse destruyendo la democracia en el plano politico, jurdico e institucional; por otro, sin embargo, despliegs tin dispositivo de reclutamiento y de activacisn de las masas que implica mecesariamente el advenimiento de las saciedades demo- ndicas, en el sentido en que las definfa Tocqueville.” Bl autor de De la démocatie en Amérique habia previsto el nacimiento de un conformismo demacratico susceptible de eclipsar, sin suprimirla, a sociedad de los individuos, pero esta profecta no podia superar Jas barreras de su tiempo. Quien nos indica To que falta en el pronéstico de Tocqueville para interpretar ef totaltarismo-es, un Jans Kon desde 1505, Nas dtades moderns so ov weer eosiomnrttoor (oonmurtandFactOlzalocie. ACanparabe ond ona and Diltoranps. Essays In Coteporary HY, Cambie, ‘Harvard University Press, 1941, p. 183). Debe subrayarca carte Cana cna Tooqule, saetode, do Cla |fot rio de ns emo pitinnace al deoronarinto dal od rate ago dees eogo;emana de = camo bajo ot revel Wa que, ein nabiondo record mbivcari pa eeltn emoo te icaTosvle ha atornadiencoded cel siglo XIX Seria vano-nogat st (Funds pout ee anata ola thuroaverato, Pas, Gamal 1978; BL ToALTARWO, HISTORIA Deny CERNE siglo después, otto gran pensador politico liberal-conservador, En su anslisis del Gerone de Xenofonte, Leo Strauss escribe que “la tirania de hoy, a diferencia de aquella clisice, dispone de la ‘tec- nologia’ y de la ‘ciencia’”.® fistos son los atributos que le permiti- ran transformarse en un aparato de coercién y de exterminio. Los toralitarismos -el estalinismo como el nazismo~ tien- den a suprimir las fronceras entre el Estado y la sociedad. Dicho de otro modo, postulan la absorciGn de la sociedad civil, hasta su aniquilamiento, en el Bstado. Este dltimo deroge la dicoto- mia clésica entre Leviatén y Behemoth: conserva la potencia de un orden absoluto que somete a su voluntad la multitud de sus sibditos, pero esta cara esconde un reino de caos y de destruc- cidn, un dominio negador del principio mismo de ta polis. Este encarna, entonces, 1a paradoja de un Estado omnipotente que desemboca en un no-Estado:* en titima instancia, el totalitatis- ‘mo no es mas que la liquidacién de lo politico en cuanto lugar de la alteridad, la anulaci6n del conflicto, det pluralismo que atra- vviesa el cuerpo social sin el cual ninguna libertad seria concebi- ble, El terror, una violencia de Bstado cuyas victimas se cuentan por millones, revela ef totalitarismo como una sintesis mons- truosa de Leviatiin y de Behemoth, de ilegalidad y de potencia El terror totalitario ignora y pisotea el derecho, pero presupone el monopolio estatal de la fuerza, que despliega segtin métodos y procedimientos concernientes a la racionalidad de los Estados modernas. Llegado a este punto, es posible formular una hipste- sis: el concepto de totalitarismo es pertinente por cuanto inten ta superar una aporfa de Ia sociologta y de la ciencia politica que, desde Thomas Hobbes hasta Norbert Elias, via Max Weber, hha interpretado siempre el proceso de canalisacién escatal de la 20, Leo Strauss: On Tyranny, Glencoe, Fee Press, 1963. Este paseje pertenece a {a ntrodvecion, 21, Cf. Franz Neumann: Behemoth, Structure and Practice of National-Soctalism, Now York, Harpor & Row, 1942 (rad, ftaliana, Bahamoth. Stuttura @ pratica det nazionalsocialsm, Milano, Bruna Mondaceri, 2000, p. 3), Ano Trav violencia como un factor de civilizacin, casi inevitablemente ligedo a un fortalecimiento y # una extensién del derecho.” EL totalitarismo reproduce todas Ins caracteristicas esenciales‘de la racionalidad instrumental que modela la técnica, la administra~ cidn, le economfa y In cultura del mundo occidental, pero cul- mina en la negacién de aquello que Weber definfa como el “do- * mminio legal” (legale Herrschafe). En otras palabras, designa el ad- venimiento del Estado criminal. Anes que revelar la irrupcidn, cen la escena de la historia de un itracionalismo regresivo opues- to a los paradigmas de la civilizecién, el totalitarismo despliega tuna contrarracionalidad que recoge sus elementos constitutivos de la modemidad occidental y revela de modo trigico todas sus des destructivas. eae ejecutivo sin vinculos, una mitologta racial de pre- tendido cientificiamo, un universo concentracionatio y el recurso sistemtico de ptécticas exterminadoras hacen del nazismo un ré- gimen que reivindica y exhibe su carfcter moderno. Su trayecto- ria parece evocar una tetralogta: la fabrica y la administracién racionalizadas, la organizacién fordista del trabajo, los dispositi- ‘vos coercitivos y el espacio cerrado de detencidin que se perfilan cen el curso del siglo XIX, la antropologia racial y la eugenesia de inspitacién social-darwinista. Triunfa, en este conjunto, un largo proceso de negacién de la idea de humanidad encaminado por el egal taal gat emai i a ee 4a, 5# 128, 1991, pp 26-09, Este aspect ets parayarnerto subrayade en ‘Tiaverso: L'Histoire déchinée. Exsél sur Auschwitz et les intellectuels, Paris, Editions Fo at eee ns ame Ba ee cores eeeeat settee an an f I I 5 Ex roratmanswo. Hisronia ee eae contrailuminismo. Debe notarse que sélo los primeros tres elemen- tos de esta vetcalogia estén presentes, en formas menos madura, en elestalinismo; el cuarto esté ausente. Bien mirada, la Kolyma: evoca, més que a una administracién weberiana o una fébrica fordista, tuna forma antigua de despotismo esclavista y de desorden eslavo. Margarete"Bilbet-Neumann, una de las pocas que:tuvo el triste Privilegio de conocer tanto el gulag estalinista como los lager na- 2is, escribié que, a fines de 1944, “el campo de Ravensbrtick a la deriva asumfa gradualmente el aspecto de Karaganda’. Las ideologias totalitatias estén. en las antipodas la una de la otra: los fascismos proélamaban abiertamente su voluntad de dar vuelta la pagina de las Luces; el estalinismo queria, en cambio, ‘mostratse como el heredero legitimo de la Revolucién Francesa y de Ia idea de Progieso. Sin embargo, ambos convergian en un mis- mo trabajo préctico de destruccidin de lo politico como lugar de confrontacién de ta pluralidad y de la diversidad humanas. Los fascismos oponfan el mito a la raz6in, la comunidad al individuo, a autoridad a la libertad, la fuerza all derecho, la rara.a la humani- dad, la nacién al cosmopolitismo; pero su antihumanismo, su re chazo de las Luces, su apologfa de la desigualdad no estaban diti- sgidos al pasado. Habfan abanclonado el pesimismo de los reacci narios, su culto a la tradicién y el rechazo a la sociedad industrial, con el fin de adoptar la tecnologia y la modemnidad, ‘Querfan regenerar la nacién, refundar la comunidad sobre ba- ses nuevas, transformar el Estado en una méquina de guerra y de Conquista, Del pensamiento conservaclor, habfan heredado la criti- ca.a las Luces, los principios de orden, jerarquia y autoridad, pero ahf reinsertaban una nueva visi6n del mundo en la que, filtrados- pot el darwinismo social, el imperialismo y el racismo, conflufan en un proyecto politico dindmico, “creativo”, que no dudaha, dé ser necesario, en hacer uso de una tet6rica “revolucionaria”. Su 25. Margarete Buber- Neumann: ls Gelangene boi Stalin und Hil, Herford, Viclag Busse & Sawald, 1986, co Byno Taamso initolbgfa era reenifieada y revisitada en el cundso de lt sociedad industrial, para crear aquello que Goebbels Hamaba un “romanti- ciamo de acero" (stdhlemde Romandik).* Aun apelando a sitologtes igeemsnicas ancestrales el “Reich milenario® se perfil, en los es tritos.de Hitler y Rosenberg, como un laboratorio de biologi s0- cial y racial que comensacé a tomar forma, durante la guetta, era: tias a.un sistema concentracionatio y genocida (desde la operatién, "T4 a las cdmaras de gas de Auschwitz). Y hasta la “tomanidacl” que el fasismo italiano quesfa restaurar no tenia nacla de arcaico cuan- do exaltaba, en la literatura fueurista, el ideal de la “sofiada metalizacién del cuerpo humano” y buscaba realizar, a. través de tuna guerra purificadora, “el dominio del hombre sobre la mfquina subyugada”™ (un stefio que se vache 7 1935, en Btiopfa, en las radas con armas quiticas). sre catirianobaba nacido de wna eoluién que poyetaa a Rusia hacia cl futuro y podfa tranquilamente prescindir de los tin- tes afcaicos del nazismo. Su relacién con la modemnidad era distin- te, Teologizaba las Laces siguiendo un procedimiento bien descripto por George Orwell, que consistia en fasificar los valores proctmar dos: un Estado que se decfa democrético pero que se patecta ms hiien a aquello que el pensamiento politico clésico habia definido como despotismo; que se queria ateo pero practicaba el eulto so- leenne de sus jefes, momificéndolos como fconos sactos; que PrO- lamba una lucha implacable contra el oscurantismo religioso pero ‘ezhumaba rituales de persecucién, condena y castigo del todo dig- nos de Ia InguisiciOn; que promulgaba la constitucién “mds libre del rmundo” cuando centenares de millares de hombres y mujeres eran fusiladas 0 enviados, de la manera mas arbitraria, « fos eampos cute caxpoct etey Hart Reactionary Moderism,Techlony, Foe eee nal and to Third Poth Now York, Casridge UnWerly Prose 1994 i * je cltacio en Walter Benjamin: 27. De un maniiesto de Marinelt para la guerra de Etiopta Foe rar aZofatecconertnyecon pxouceibu, Myninalenen ‘Ausgowshto Schriton 1, FankturiM, Suhsamp, TORT, p: 168 EL TorauTARIN, Histona oes bana de concentracién siberianos. La modernidad del estalinismo no se revela solamente en su fetichismo por la clencia, del cual las teo- rfas dé Lyssenko son la manifestacién més caticaturesca, sino sobre todo en sus proyectos de planificacién autoritaria y de ingenicria social, que inspiraban medidas de industrializaciin y de coleetivi- zacién forza de la economia, de deportacidn en masa de indivi- duos y grupos sociales o étnicos, que desembocarfan a veces en la carestia generalizada 6 en gigantescas masacres. Aquf es necesaria una precisién. Aun siendo un elemento cons- titutivo de los regimenes totalitarios, la violencia no es, sin embargo, una caraoterstica de su exclusividad. La historia del siglo XX oftece varios ejemplos de genocidios ~desde el exterminio de los armenios enel lmperio Otomano (1515) hastael de los tutsien Ruanda (1994) perpetrados por Estados que no ingresan en esta categorta, No todas fas formas de fascisnio o de estalinismo son asimilables al roxalitaris mo. Este concepto se utiliza raramente para definis la Espasia fran- quista o el Portugal de Salazar. La tepresion feanguista, ducante la Guersa Civil Espatiola, fue particularmente feroz yextendida, pero la ideologfa del régimen, fundada sobre el catolicismo y el mito de la Espafia eterna, era demasiado tradicionalista y su base social, en la que tenfan un rol fundamental el clero y la gran propiedad laefundis- ta, demasiado conservadora para construir un proyecto totalitatio. BI franquismo aparece, entonces, frente al fascismo italiano y sobre todo al nazismo, como la variante autoritaria y violenta (en patticular en sus orfgenes) de una dictadura militar elésica, sin ideologta oficial (por fuera del catolicismo y del nacionalismo), sin pretensiones revolucionatias ni aspiraciones milenaristas."* Lo mismo vale para 28. Ct. Juan J. Linz: “Totalitarian and Authoritarian Regimes", en Fred | Greenstein, Nelson W. Polsby (eds), Handbook of Potical Science, leading (Mass.), Addison-Wesley, 5, 1975, pp. 175-441. Sobre discusin suscitada fen Espana por las tesis de Linz, of. Javier Tussel: La dletgdura de Franco, Madrid, Alianza, 1988, pp. 86-106. Por su parte, Plere Milza ha datinido ol franquismo como una forma de “totalitrismo parcial” (Les fascismes, Paris, Edition du Seuil, 1991, pp. 399-404), Baap Tso muchos regimenes estalinistas. La Repiblica Democrética Alemana y la Checoslovaquia de la posguetra compartfan con el réyimen s0- vistico la ideologta, ¢l carfcter represivo y autoritario, sin todavia leanzar, ni siquiera de lejos, su carter criminal. Como veremos 7 ha: més adelante, slo un grosero falseamiento de la realidad puede ter induc algunos observadores 2 comparat Baten (Ia prision Il. De Flow & Beruin: politica de la RDA) con Buchenwald o Kolyma. (OeteMeENES Ge. Coen El adjetivo “totalitario” aparece en un principio, a partir de 1923, en los escritos de los antifascistas italianos de orientacién. tanto liberal (Giovanni Amendola) como socialista (Lelio Basso) o catélica (Luigi Sturzo). Aspiraba a denunciar la politi- ca del fascismo italiano apenas ascendido al poder, ya en vias de transformarse en régimen.” ‘Amendola hablaba sin mas de un “sistema totalitatio", pero, ob- no designaba todavia un nuevo tipo de doxni- nio fundado en el terror indicaba més bien una versi6n moderna del absolutismo, el intento de edificar un “Estado-Leviatén” del siglo XX. El término més usedo por los demécratas para definir el fascismo era otto: tiranfa, Bsta constatacién podria, ademds,sextenderse mas allé de las fronteras icaltanas. Durante la primera mitad de los afios °20, el eérmino “totalitarismo” no figura en los escritos de los 29, Giovanni Amendola: “Cavour ¢ Pansoja’, en dlaro H Mondo del 28 de junio t {de 1923; Prometan Fllodemo (Ll Basso): "antstao", en Lavivoluzionefboralo det 2 gennaio 1925; Luigl Sturzo: lalla @ fascismo, Bologna, Zanichell, 1965, ! pp. 118-4 (texto publicado por primera vez en inglés, Hay and Fescism, London, f Faver & Gwier, 1926), Sobre os ortgenes de! concopio la referencia obligada, i sigue siondo Jens Petersen: "La nascita del concettodi‘Statotoalitaro' in Ita- | lia", on Anna detstituto storicoitalo-gormanico of Trent, vol.) 1975, pp. 14% | (68; véase también Giovanni Ruocco y Luca Scoccimarra: ‘I concatto total i tarismo 0 ta rioerea storiea", on Storica, N° 6, 1996, pp. 119-59; y Bruno i Bongiovanni, “Revisionism e totaltarsmo. Storie a significa, en Teoria poltica, { Vol. 13, N® 1, 1997, pp. 28-54, t i mR a

Das könnte Ihnen auch gefallen