Los Entremeses representan un verdadero contrapunto en la obra cervantina. Cervantes
permuta todo el idealismo gtico y humanitarista de sus otras obras por un realismo brutal y maloliente, a menudo burdo, zafio y prevalleinclanesco. Sin embargo, el aguafuerte de los Entremeses probablemente tenga ms influencia en la esencia de la literatura espaola que todas las dems obras cervantinas, que son sin duda el arranque de las literaturas inglesa, alemana y rusa no la francesa!. Dirase que Cervantes crea la racial y castiza literatura espaola con sus Entremeses. Y en el fondo Cervantes slo es espaol por ellos. De ellos nace nuestra poltica maldita (La eleccin de los alcaldes de Daganzo) y nuestro ms definitivo esperpento y confusin pblica (Retablo de las maravillas). Tontonelo, autor de humos y de embelecos, sigue rigiendo los destinos de Espaa. Pues atontoneleados estamos los espaoles cuando nuestro sonriente Tontonelo de turno quiere llegar a un acuerdo entre la civilizacin de la razn y la cultura de la supersticin. Para qu tantos miles de europeos entregaron generosamente sus vidas a fin de que prevaleciera la razn y el respeto cvico sobre la supersticin e intolerancia religiosas si despus un Tontonelo ignorante cede ante otra supersticin religiosa, que encima no es nuestra, no es judeocristiana, es exterior a la civilizacin y es mucho ms bestial que lo que fue la nuestra? Es que volvemos de nuevo a La cueva de Salamanca, a poner los cuernos a la razn por miedo a la supersticin, a traicionar a la ilustracin occidental por miedo a la barbarie asesina. En ella se hacen discretos/ los moros de la Palanca,/ y el estudiante ms burdo/ ciencias de su pecho arranca./ Y los que estudian en ella,/ ninguna cosa les manca;/ viva, pues, siglos eternos/ La Cueva de Salamanca. Occidente no puede hacer un intercambio a cuenta de sus principios hipostticos (una Administracin pblica no influida por las creencias religiosas particulares, libertad de opinin, respeto cvico, libertad poltica, derecho a la bsqueda de la propia felicidad de acuerdo a los criterios de cada uno, etc.) con la supersticin en todas sus gamas. Nuestros principios son irrenunciables. Por ellos somos lo que somos. El edificio poltico de la Democracia tambin. Como independientes en su mundo que hagan lo que Al quiere. Pero en el nuestro que no nos cambien nuestro modo de vida, the Blessings of Liberty to ourselves and our Posterity, del mismo modo que a ningn invitado se le ocurre cambiar las normas de nuestra casa. La nica integracin posible de un musulmn en Occidente y en Espaa es su sincera conversin a la Democracia. Que pase de nuestras estpidas costumbres occidentales que tan infelices nos hacen, pero que respete e incluso luche por nuestros principios polticos, que le han convertido a l tambin ya en un hombre libre. Seor Zapatero, triste orador de mediocres filateras, no puede haber acuerdo entre la Civilizacin occidental y el mundo del Islam, como no lo puede haber entre la razn y la supersticin. Que no se nos conviertan los moros de Espaa en una turbamulta de trabajos y desasosiegos.
Seminario de Investigación - Conquista Árabe y (Re) Conquista Cristiana de La Península Ibérica. Representaciones de La Guerra y El Enemigo en Las Fuentes Árabes y Latinas - Estévez