en el que ya habas alcanzado tu definicin mejor. Ah, mi amiga, que t no quieras creer las preguntas de esa estrella recin cortada, que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del bao,
cuando en una misma agua discursiva se baan el inmvil paisaje y los animales ms finos: antlopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados parecen entre sueos, sin ansias levantar los ms extensos cabellos y el agua ms recordada. Ah, mi amiga, si en el puro mrmol de los adioses hubieras dejado la estatua que nos poda acompaar, pues el viento, el viento gracioso, se extiende como un gato para dejarse definir.