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Estudiar, aprender
Okay. Hablamos de escudriñar las escrituras, eso esta muy bien. También
hablamos de la capacitación del Mesías, y también vimos como eran las costumbres
en la antigüedad, en las tierras bíblicas.
¿Qué es estudiar?
Hay que ser sabio para utilizar el cerebro. Debemos tener en cuenta que “no todos
los estudios son para todos los cerebros” (Goethe)
Muchos alumnos estudian para negociar en vez de ociar, son esclavos de la tiranía
del dinero. Para los griegos “el ocio”, era la actividad espiritual más pura, dedicada
a la contemplación y al estudio de los más grandes enigmas filosóficos; en cambio
llamaban nec-ocio o negocio (no ocio) a las actividades lucrativas directas que para
ellos eran despreciables.
¿Que es aprender?
1. La de comprensión y fijación.
2. La de retención y evocación.
Existen curvas de olvido que dependen de numerosas variables tales como la edad,
el modo de aprendizaje, el tipo, duración y frecuencia de los “repasos”, la
naturaleza del material aprendido, las circunstancias en que es evocado, etc.
No se aprende para salir del paso, sino para entrar y penetrar cada vez mas, en el
dominio del saber.»(1)
La enseñanza contemporánea
«La enseñanza:
Propósito:
El Profesor:
Deberá Generar:
Clima de confianza
Facilitar los medios necesarios para que los alumnos desplieguen sus
potencialidades
El Aprendizaje
Educación Cristiana:
(3)
Es un fenómeno divino: trabajan Dios y el hombre (Fil. 3:17, 4:9)»
«La Escritura es inspirada por Dios, inerrante en todo lo que contiene, clara,
suficiente, digna de confianza y autoritativa. Es la Palabra de Dios escrita, dada a
nosotros, por gracia, para ser “una lámpara a nuestros pies, y una luz a nuestro
camino” (Salmo 119:105). También es una lámpara para nuestros pies
(6)
educacionales y también una luz para nuestro camino en las escuelas.»
«El educador Reformado Escocés, Jan Waterink, dijo que no podemos definir la
educación Cristiana de la escuela citando un cierto texto, e.g., II Timoteo 3:17:
“Que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra”». (8)
«Sin embargo, debemos ser dirigidos por la Escritura al definirla, especialmente por
aquellos pasajes que explícitamente tratan de la crianza de los niños del pacto. A la
luz de estos pasajes, podemos definir así la educación Cristiana: la Educación
Cristiana es la crianza de los hijos del pacto a la madurez espiritual por parte de
padres creyentes a través de un creyente capaz. Esto se hace, en la escuela
Cristiana, por la instrucción en todos los aspectos de la creación de Dios a la luz de
la revelación de la Sagrada Escritura. Así pues, los niños se desarrollan y crecen, de
manera que sean capaces de vivir todas sus vidas en el mundo como amigos-
siervos de Dios fieles y responsables en Cristo Jesús, en obediencia a la voluntad de
Dios y para la finalidad de la gloria de Dios.»(9)
Jan Waterink da esta definición: «la guianza de seres humanos de tal manera que
ellos con sus talentos sean capaces de servir a Dios apropiadamente, su Creador,
en la sociedad en la que han sido colocados» (11)
Cornelius Jaarsma ofrece esta definición: «La educación Cristiana es la tarea pactal
por la cual un niño es criado a la madurez en la ‘nueva obediencia’. Esta tarea ha
de realizarse según las indicaciones, ordenadas por Dios, con respecto a la
naturaleza del niño» (12)
«Un simple estudio de los evangelios nos mostrará que el ministerio de Jesús fue
preeminentemente el de enseñar. (Mat. 4:23; 5:2, 13:54; Mar. 1:22, 9:31) Fue
llamado “Maestro”. Mientras que Juan el bautista fue un predicador eminente, es
evidente que Jesús fue mirado y reconocido como maestro. Todos los que se
dijeron a nuestro Señor, ya fueron extranjeros, compañeros o críticos, penaban de
él, no como predicador, sino como maestro. De las noventa veces que en el
Evangelio se nos relata de alguien dirigiéndose a Jesús, sesenta veces se lo llama
“rabbi” (maestro) »(18)
Era evidente para quienes lo escuchaban que Jesús no era un rabí o un escriba
común: “Se asombraban de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene
autoridad y no como los escribas” (Mar. 1.22 y par.). Su doctrina se percibía como
“nueva” (Mar. 1:27). Aun algunos de los fariseos y de los herodianos que
procuraban atraparlo en alguna inconsistencia afirmaron que “con verdad enseñas
el camino de Dios” (Mar. 12:14). Leonhard Goppelt notó tres elementos distintivos
en el papel de Jesús como maestro: El llamó a sus seguidores, mientras que los
seguidores de los rabinos elegían a sus maestros; sus seguidores. a diferencia de
los rabinos, no habían de transformarse a su vez en “maestros” o “guías” porque
“vuestro Guía es uno, el Cristo” (Mat. 23:10); y “Maestro” no se tornó el título
usado comúnmente para designar a Jesús entre sus discípulos, a diferencia del
“Maestro de Justicia’ de la comunidad de Qumrán Contestando a la crítica de que no
había tenido estudios rabínicos, Jesús insistió que su doctrina no era suya propia
sino ‘del que me envió” (Juan 7:16). El testigo último del mensaje y de la misión de
Jesús era Dios Padre (Mat. 16:17; Juan 5:32; 8:18).
La ilustración del siglo XVIII dio luz a la idea moderna de Jesús concebido
primariamente como maestro ético. Tal punto de vista no se distinguía totalmente
de la idea del Romanticismo, que entendía a Jesús como genio religioso. Según
estas perspectivas, el carácter único de Jesús radicaba en la calidad de su
enseñanza más que en el valor salvífico de su muerte o en la identidad de su
persona. Se pensaba que la doctrina de Jesús podía separarse considerablemente
de las afirmaciones ortodoxas acerca de la persona de Jesucristo y de su muerte
expiatoria o salvífica. Del mismo modo, la distancia o la diferencia entre Jesús y los
otros seres humanos solamente era una diferencia de grado, no de género.
Para los deístas, Jesús era un expositor más de las verdades eternas, intemporales,
universales; cuanto mucho era un maestro de la religión natural como su capacidad
de ser correlacionada con otros títulos tales como “Mesías”, “Palabra”, “Hijo de
Dios” y “Siervo de Señor”. Entre sus desventajas se encuentran su incapacidad de
comunicar la centralidad de la muerte salvífica de Jesús, la realidad de su
intercesión presente celestial o su preexistencia. 10 El concepto de un profeta
último y grande asumió un papel importante en el Islam, y este hecho mismo quizá
haya servido para evitar que dominara la profetología como aspecto de la
enseñanza cristiana relativa a Jesucristo.
A pesar de su identificación con la tradición profética, Jesús siempre fue, por usar la
expresión que él aplicó a Juan el Bautista, “más que un profeta” (Mat. 11:9 y par.).
Era el Verbo “hecho carne”. La persona de Jesús y la obra de Jesús, ya sean de
talante revelador o redentor, deben entenderse en conjunto. Como Hijo de Dios
mesiánico Jesús anunció que el reino de Dios estaba cerca, enseñó y vivió entre o
ante sus discípulos. Mientras enseñaba, su rostro estaba dirigido hacia Jerusalén y
la cruz. Los relatos acerca de la Pasión ocupan un porcentaje importante de los
Evangelios canónicos. Al redimimos por medio de su muerte y de su resurrección
ha revelado la naturaleza y la voluntad de Dios. Las categorías de “Maestro” y
“Profeta”, por tanto, deben suplementarse con otros aspectos de las doctrinas de la
persona y de la obra de Jesucristo y relacionarse con ellos.» (19)
Un rabí moderno
Sin ningún lugar a dudas, el Señor es el ejemplo para todos nosotros en todo (I Pe.
1:21; Jn. 13:15)
«Jesús tuvo que enseñar, pues los hombres vivían en tinieblas, tenía que animar a
los desanimados, sanar a los que estaban enfermos y sufrían, liberar a los
oprimidos, puesto que los hombres eran pecadores. Salvo el evento del ministerio
de Juan el Bautista, el resto de las etapas son muy similares a la de muchos siervos
de Dios hoy en día.» (20)
Sinopsis:
Jesus of Nazareth
Jesús de Nazareth nació en Belén de Judea, entre los años 745 y 749 de la
fundación de Roma. Durante treinta años vivió en Nazareth, bajo el reinado de
Tiberio, se hace bautizar por Juan el Bautista y comienza su vida pública,
estructurada en torno a la enseñanza de la doctrina, la realización de milagros y
prodigios, y la reunión de discípulos, entre los que escogió a los doce apóstoles.
Notas: