Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
1. Tentaciones de Jesús
[…] muchos cristianos, creen en la Biblia y esperan que la ciencia traiga evidencia
para sostener lo dicho por Dios. Es absurdo creer en Dios y dudar que todo cuanto
está escrito es la verdad de Dios.
Muchos quieren creer cuando vean el arca del pacto, cuando encuentren el arca de
Noé completa, cuando encuentren la cruz donde fue Cristo crucificado o cuando
encuentre una biografía de Cristo firmada por Caifás y los sacerdotes y que tenga el
sello del emperador romano y la firma de Pilato dando testimonio de que realmente
Jesús existió como dice la Biblia.
[…] Hoy los estudiosos quieren tener hasta el martillo que
usaba Cristo cuando ayudaba a su padre, quieren tener a la mano, la dirección y el
número del pesebre donde nació, quieren saber los nombres, seguro social de sus
hermanos, quieren saber dónde los judíos guardaron la cruz en la cual fue
crucificado, quieren saber cuanto detalle sea para creer que ciertamente Jesús
existió.
Estos pobres ignorantes no saben, que sería muy difícil que los judíos valorizaran
todas las cosas asociadas a Cristo. Si Jesús hubiera sido aceptado por los judíos de
su tiempo, les aseguro que tendríamos en un museo hoy: la cruz donde fue
sacrificado, los clavos, el manto que le pudieron, el letrero, la corona de espina, el
látigo con el cual fue azotado, la ropa que usaba cuando murió, la lanza que le
cortó el costado.
Les aseguro que si Jesús hubiera sido aceptado ellos hubieran valorizado hasta las
sandalias, hubieran convertido la cosa donde vivía con sus padre en un museo, en
un lugar sagrado como era la costumbre, como hicieron con el pozo de Jacob.
Pero los judíos odiaron a Jesús, no querían ni escuchar su
nombre, así que pienso que en vez de conservar toda la evidencia que los hombres
de ciencia quieren ver para creer, los judíos la desaparecieron.
[…] Lo primero que hicieron los judíos al enterarse de que el cuerpo de Cristo no
estaba en la tumba fue comprar a los guardias para que dijeran que los apóstoles
se habían robado el cuerpo. Ellos se encargaron de escribir documentos que fueron
esparcidos por toda Jerusalén de que el cuerpo del Señor había sido robado, pero
Jesús tenía muchos enemigos entre los fariseos y saduceos, entre las autoridades
religiosas de su tiempo, entre los escribas. Juan mismo dice que se podrían escribir
muchos libros sobre Jesús.
Es un error pensar que por qué se encuentre un documento del tiempo de Cristo
deba ser considerado el contenido del mismo una verdad. Muchas mentiras se
dijeron de Cristo, muchas mentiras se escribieron sobre él. El hecho de que un
escrito se encuentre y que diga que es del tiempo del Señor eso de por sí no es
evidencia de que lo que dice tal escrito es cierto.
Jezabel escribió una carta en la cual le levantó una calumnia a Nabot. El documento
llevaba el sello del rey Acab. Nabot fue asesinado. Ahora, si la Biblia no dijera eso,
que fue una mentira de Jezabel, si ese documento se hubiera encontrado hoy, de
seguro que íbamos a creer las mentiras de Jezabel. No mis hermanos, no podemos
ser ingenuos. Mañana puede aparecer un pergamino escrito por un enemigo de
Jesús levantando calumnias y narrando una mentira y no vamos a creer en ello por
el simple hecho de que se escribió en ese tiempo.
Hoy la arqueología se afana por encontrar evidencia de la existencia de Jesús. El
mundo necesita ver la evidencia, como Tomás necesitaba ver el cuerpo de Cristo y
meter sus manos en sus heridas. Pero esto no se trata de evidencia material, esto
se trata de creer por fe que la Biblia es la palabra de Dios y que todo cuanto en ella
se dice es verdad.
[…] Los científicos deben probar que las Sagradas Escrituras son un fraude, deben
probar que Jesús no existió, no somos nosotros los que tenemos que probar nada.
La verdad no necesita ser probada, sino creída.
Son los científicos los que deben probar que no existe un Tercer Cielo, son los
científicos quienes tienen que decir de dónde salieron los elementos de la "gran
explosión" que dio origen al Universo, son los científicos los que deben probar por
qué las jirafas, las ballenas, los elefantes de enorme tamaño no desaparecieron
como ellos afirman sobre los dinosaurios, son ellos los que deben probar cómo se
puso en movimiento los cuerpos cuando todos estaban en reposo. Hay muchas
cosas que los científicos deben probar antes de pedir evidencia de la existencia de
Dios, de la existencia de Cristo, de la verdad de la Biblia.
Jesús no necesita ser probado, su existencia es real, no sólo existió hace dos mil
años, sino que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre en el Tercer Cielo
esperando el momento de presentarse, entonces será muy tarde para creer en
él.» (1)
«El relato de las tentaciones nos abre una ventana hacia los momentos en que
Jesús experimentó la prueba, y nos revela que la perseverancia demostrada en
ellos responde a la actitud filial.
«En la versión popular de la Biblia que usamos, este párrafo lleva el título “Jesús es
puesto a prueba”. Antes se acostumbraba llamar a este texto: Las tentaciones de
Jesús.
(3)
Después de 40 días de ayuno en el desierto, Jesús tiene hambre
La predicación de Juan Bautista en el Jordán prepara la Buena
Noticia. Juan reprende a los Fariseos, aconseja al pueblo y
anuncia el advenimiento del Mesías.Jesús viene de Galilea, es
bautizado por Juan y se retira al desierto, donde ayuna
cuarenta días y es tentado por Satanás. Vuelve después a la
región del Jordán, donde recibe nuevos testimonios del
Bautista y llama a sus primeros discípulos.
«El martirio de Jesús se consuma en la Cruz, pero se inicia desde que despierta al
uso de la razón, y en cierto modo antes, desde que empieza a ser perseguido de
niño y ha de huir a Egipto. Meditemos, pues, ahora en la pasión de Cristo,
contemplándola ya en el curso de su vida pública. Este curso de la vida de Cristo ha
sido reconstruido por los escrituristas en sus Sinopsis, y aquí nos atendremos a sus
líneas generales más seguras...
En este mismo comienzo del ministerio de Jesús sitúan los evangelios, y también
los escrituristas, su encuentro en el Jordán con Juan Bautista, medio año mayor
que él. Juan, por inspiración del cielo (Jn 1:31-34), enseguida de bautizar a Jesús,
lo señala y presenta diciendo: "éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo" (1:29).
Juan sí sabe lo que está diciendo iluminado por el Espíritu Santo. Está diciendo que
"éste es el verdadero Cordero pascual, y es en la sangre de su sacrificio personal
donde el mundo pecador va a encontrar por fin el perdón".
Desde entonces los sacerdotes del Templo lo odian, lo odian a muerte. Y los judíos,
llenos al mismo tiempo de espanto y de indignación, le arguyen: "¿qué señal nos
das para proceder así?"... Jesús les asegura que si destruyen su cuerpo, en tres
días lo levantará de nuevo (2:18- 22). Y aunque muchos en esos días creyeron en
Jesús, él "no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos" (2:23-24).
Desde luego, este primer encuentro, o mejor encontronazo, de Jesús con el centro
religioso de Israel no augura para Él grandes triunfos y prosperidades. La casta
sacerdotal es muy poderosa tanto en el Sanedrín como ante el pueblo. Denunciarla
públicamente es convertirla en feroz enemigo, y esto significa colocarse en grave
peligro de muerte... ¿No hubiera podido proceder Jesús más suavemente, con una
gradualidad más prudente?... Por supuesto. Pero no lo quiso.
En aquellos mismos días, Jesús anuncia: "como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario
que el Hijo del hombre sea levantado" (3:14). En efecto, el Padre ama al mundo y
le entrega al Hijo como salvador (3:16). Por eso se condenan a sí mismos los que
se niegan a creer en Él y lo rechazan. Y es que "la luz vino al mundo y los hombres
amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas" (3:18-19).»(4)
2. El Señor Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser
tentado
Manuel de Tuya, O. P, comenta que «este relato es “uno de los mas enigmáticos de
Mateo vincula este pasaje al bautismo de Cristo por la fórmula de “entonces,” que
indica un simple cambio de escena.
Esto, sometido en todo a la acción del Espíritu Santo, va “al desierto.” El Espíritu “lo
lleva a la parte alta” (άνήχθη), lo “empuja” (έκβάλλει) (Mar), lo “llevaba” (Luc), en
imperfecto, indicando una acción constante.
El desierto aparece en la literatura judía y oriental como lugar donde moraba: los
malos espíritus, y en especial los demonios (Mat. 12:43; Luc 11:24; cf. Is 13:21;
Tob 8:3; Bar 4:35). Pero tiene también otro sentido mesiánico, además de lugar de
penitencia y aislamiento. Las comunidades de esenios y Qumrán son un claro
ejemplo de ello.
El tiempo que establecen los evangelistas para esta tentación es de cuarenta días y
cuarenta noches, cifra de ambiente bíblico. Así, el diluvio (Gen 7:12); la estancia de
Moisés en el Sinaí (Ex 24:18); los años de Israel en el desierto (Núm 14:33-34);
años de una generación. Tiene también un carácter penal. Vosté piensa que el
número cuarenta es a causa de los ayunos de los judíos, que comían por las
noches, como es costumbre de los musulmanes en el mes del Ramadán. Sin
embargo, la dependencia de los pasajes citados del A.T. explica la formulación
literaria del continuo ayuno de Cristo. Fue durante este período cuando se dice que
Cristo experimentó tentaciones. La construcción gramatical de Marcos-Lucas es
ambigua. Mateo las sintetiza al final del ayuno. Mateo y Lucas recogerán tres.»(7)
«Uno de los momentos más gloriosos que nos narran las Sagradas Escrituras es el
encuentro de Jesús con Satanás en el desierto. Ese encuentro debió ser en la
madrugada de la última noche en la cual Jesús terminaba de su ayuno. Durante 40
días y 40 noches había estado mi Señor orando y ayunando. Había transcurrido 960
horas. Había transcurrido 57.600 minutos o 3.456.000 segundos.
María, madre del Señor, y Jesus como bebe recién nacido
Es interesante que la suma de los dígitos de las horas nos dé 15 (960). Pues es a la
hora 15 que muere Jesús, las tres de la tarde. Esa hora marca el año 6000. Lo que
nos indica que el sacrifico de Cristo cubriría 6000 años en el calendario de Dios.
Además la suma de los dígitos de los minutos y la suma de los dígitos de los
segundos nos da dieciocho, que es la suma del número de la bestia (6+6+6=18).
Lo que nos lleva a corroborar lo establecido en Génesis 3:15. (La lucha entre Jesús
y la simiente de la serpiente). Ciertamente allí en el desierto esa lucha daba
comienzo. Satanás se enfrentaba cara a cara con Jesús en aquella noche solitaria
en aquel lugar.
Era el encuentro de luz y las tinieblas. El desierto era el mundo, un mundo que se
había apartado de Dios, que estaba bajo el dominio de Satanás, Jesús había
reconocido esto, cuando más tarde identificaría al diablo como el príncipe de este
mundo.
Satanás no estaba allí por mera casualidad, Satanás pudo enviar a uno de sus
ángeles caído, a un demonio, pero no lo hizo. El iría allí al lugar en el cual Jesús
oraba y ayunaba. Satanás sabía que se jugaba su destino, sabía que aquél hombre
era el Hijo de Dios, la simiente prometida que lo destruiría. Satanás tenía que hacer
todo lo necesario para tentar a Jesús, para evitar que completara el plan de
salvación para la raza humana. Satanás sabía que mientras Jesús estuviera con
vida, todos los reinos de la tierra eran suyos. Todavía podía subir al cielo para
acusar a los hombres. Jesús también lo sabía, sabía que Satanás tenía poder sobre
este mundo, pues todavía su sacrificio no había culminado.
Así que este momento en el desierto es muy importante, pues será la primera
derrota que sufrirá Satanás. Allí está con su cara de "lechuga", con sus piedras en
las manos, con su actitud de compasión y de caridad, allí estaba disfrazado de
ángel de luz, allí estaba falseando la verdad, falseando la Palabra de Dios.
Jesús había recibido el bautismo en las aguas y había sido ungido por Dios, Jesús
Hay muchas cosas interesantes que aprender en este evento bíblico. Este suceso no
se da en el aire. Aquí se encuentran las dos fuerzas que han determinado la vida de
la raza humana en este planeta. Está el príncipe de las tinieblas, el Querubín
Protector que se rebeló contra Dios y logró que una tercera parte de los ángeles le
siguieran.
“Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto
serás, y para siempre dejará de ser.” (Ez. 28:19)
Así que no estamos ante una criatura con rabo y cuerno, monstruosas como nos la
pintan en las películas, sino ante un ser hermoso, sabio, astuto, engañador.
Allí está Satanás vestido de oveja, vestido de ángel de luz, la madrugada del último
día de ayuno del Señor. Allí está con sus piedras, allí está listo para el encuentro.
Satanás se había preparado bien. Había repasado su estilo, que tanto le daba
resultado con los humanos, la pregunta retórica, allí estaba listo, había estudiado la
Biblia y prefirió el salmo 91. Leyó el salmo y escogió la parte que le convenía. Así
que esperaba la victoria ante Jesús, esperaba derrotarlo, estaba dispuesto a todo,
estaba dispuesto a darle todas las riquezas del mundo, sus reinos, su poder.
Satanás sabía que tenía una buena oferta, que Jesús estaba débil, con hambre,
sediento. Satanás estaba seguro que había escogido el mejor momento, Satanás
sabía que Jesús no podía responder como Dios, sino como hombre. Así que estaba
listo para todo. Estaba listo para la batalla y estaba confiado que podría derrotar al
Maestro.
Allí estaba el Hijo de Dios, el Cordero de Dios. Allí estaba mi Jesús, lo había dejado
todo por el amor a la raza humana. Lo tenía todo al lado de su Padre en el Tercer
Cielo. Tenía su trono y tenía su ejército de ángeles que lo seguían por todas partes.
Jesús sabía que esta criatura iría a tentarlo y que iría muy bien
preparada. Sabía por dónde le iba a atacar, sabía las preguntas que Satanás le
haría. Por eso estudió el libro de Deuteronomio. Memorizó sus versículos. Jesús no
iba a caer en la trampa en la que cayó la mujer. No le daría explicaciones, ni
respuesta. Sólo le recordaría las Sagradas Escrituras.
El Señor sabía muy bien que la tentación llegaría después de su bautismo y de ser
ungido por Dios. Así que entró en oración y en ayuno y estudió la Biblia.
Ecce Homo, obra de Antonio Ciseri donde puede verse a Poncio Pilato presentando
a un azotado Jesús de Nazareth ante el pueblo de Jerusalén.
Satanás se siente confiado. Sabe la condición física y mental de Jesús, debe estar
muy cansado, su pensamiento no será tan ágil. Ha preparado su guía de preguntas.
Ha delineado un plan de tres partes. Sabe por dónde atacar primero y tienen su
oferta final » (8)
La Biblia de Gutenberg.
Aunque es una persona divina, aquí Jesús no actúa según el nivel de su divinidad,
sino como hombre. De eso trata toda la tentación en el desierto. Se le permite de
nuevo a Satanás que resista a Dios en el hombre e intente deshacer los propósitos
divinos para éste, a quien Dios ha creado a su misma imagen. También el hombre,
en la persona del Dios encarnado, recibe una segunda oportunidad de enfrentarse y
resistir a esa tentación. Esta vez, el segundo hombre obedecerá a Dios y vencerá
en la guerra contra el pecado y Satanás. No habrá de fracasar como le sucedió al
primer hombre en su encuentro con el maligno.
Jesús debe ser considerado aquí como el postrer Adán y el segundo hombre, en
contraste con el primero de ambos (I Cor.15.45–47). Adán, el hombre
representativo, fue tentado por el diablo y desobedeció. Jesús, como nuevo
representante de la raza, postrer Adán y segundo hombre, debe enfrentarse a la
misma tentación, procedente de la misma fuente, y deshacer la tragedia que
constituyó la caída de Adán; pero sería más difícil que para el primer hombre.
El Sermón del Monte
[…] Kenneth Wuest señala que la expresión «ser tentado» en Marcos 1.13 es un
participio presente que indica acción continua:
b.En segundo lugar está el “enfoque cristológico, que destaca el carácter obediente
del Hijo de Dios”
d.Y por último está “la opción salvífico-histórica, según la cual Jesús obedece los
mandamientos de Dios que Israel había desobedecido en su peregrinación por el
desierto, demostrando ser el verdadero representante del pueblo hebreo”. Blomberg
dice acerca de esto: “Ninguna de las tres interpretaciones excluye necesariamente a
las demás”. Estoy de acuerdo con él. Diría que todas ellas vienen al caso.»(9)