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6 Los arquitectos y el especticulo les hacen mal a los museos? Néstor Gareia Canctini Se los concebia como edificios destinados exhibir los ‘jetoshistéricos o artisticos mis valiosos. Pero dese cl siglo jpasudo esti en duda el valor de la memoria en cada sociedad, dl derecho a poseer los bienes de otras culturas interpretar~ fos y, ante fos inacabables debates sobre que es el arte, muchos cexpecialisas sostienen que no hay definicidn universalmente villa. Ante estas incertidumbres acerca de cémo comunicar ‘radiciones propizs y de otros, zqué podria ser hoy un museo? Es necesario conocer y seguir discutiendo las revsiones de historiadares y museslogos. Pero la condicidn actual de los saseos implica otras diseiplnas: supone una pregunta inter= nacional (aungue los rauseos se llamen nacionales) y uns in- termedial (qué aleance pueden tener esta instituciones en un tempo en el que Ia comunicacién cultural se da preferente- ingate a través de los medios). En las iitimas décadas se ha buseado a especialistas de cargos istintos. Se pide a sociélogos que estudien los pibi os, a arquitectos edlebres que distingan con su mares los edi ficios y se designa con frecyencia a expertos en gestion ‘ipressrial o marketing como directores de museos. Enton~ 132 / Nestor Gagcis Cascant {1.05 ARQUTTECTOS ¥ BL. FSPECTACULO LES HACEN MAL A.LOS MUSEOS? / 133 ces, zedimo valor lo jenen aportando quienes pro ‘Meeropolitano de Nueva York fueron resultado de la eonguis- de fuera de lo museologia clsica? :¥'s suficiente tener la a ye xpoliain de otros pales. Fate proceso o fie jena aa Teyacia de algunos museosnacionales en socedades pei see EI Mysco Nacional de Antropologa de Mesico resus rrsbién de una congust, pero de lo que algunos antropdo Ian llamado el oloniaisno interno, traves dl eu se sop de attimonios de cifras locales, imgersy,y as orceneS et capital Ten una segunda etapa, los muscos se wansformaron en bacion de acalémicos sobre el funcionamieata de mus tuna asistencia constante de pablices, con das o tres exposie resal ao que aleancen cantenares de miles de vistantes? para conseguir esto, no basta la apermara a nuevas diseipl Se requiere de otras figura: las cimaras televisivas el dia dl inauguracién, relaciones fluidas con [a prensa, ser tom ‘como referencia por medios inzernacionsles y que los pat adores vean en est resonancia atractivas pare mantener’ apoyo. jonalismo. Fueron escenario relaciin con los gestores del ra que los Estados teatralizaran la cultura nacional. Esto fpeurid en muchos museos nacionales de historia y antropolo- fa 31 como en museos nacionales de arte, en tanto ritualiza~ fon con tniformidad la exhibicién y el acceso a los objetos pars proponer una leetura compacta de Ia historia nacional Luego algunos museos tuvieron alos artistas como sujetes. En laculminacién de ls vanguardias, en los aos sesenta, yen J primera etapa del posmodemistno, en las setenta y ochent, los Se refirmularon los programas en funciGn de grandes nom bres. Se los visitaba part ver una exposiciin de Picasso, de Tamayo, de Bacon, de Wachol, de Pistoletto. Tammbidn se ere fron nuevos museos con nombres de artistas, no solo para reunir y exhibir sus obras sino para dejar una marca cultural, En este period, el museo se desprende de la obligacion de tepresentar culturas nacionales y pasa a ser una escena exalta- toria de la ereatividad de artistas individuals, sobre todo de los internacionalizados. Aun en los maseos nacionales, se asig- 1e han Una instortA DESCENTRADS Si encaramos, come en este voluimen, no solo los g rmuseos por un lado y' los especializados o locales por sino politicas culturales nacionales y latinoamericanas, uurgente reconsiderar los moilelos tradicionales, sa rel culos ¥ las deseonexi con la eduescisn. También es preciso repensar las tareas de rnurseas eoncehidas como parte del desarrollo moderna, tuna época en que estan reformukindose muchos debates moderaidad: culo ss, popular, arte pablica ex. vangus nacional 3. global, insticueiones localizedas zx. redes En rigor, algunas de estas oposiciones ya eran poco co istas fueron el eje de muchos proyectos museogriticos. ‘con la historia de eada pats, los ccentes en el pasado, pero se vuelven incluso menos operat en una época de mundializacién y reordenamiento digital Ia cultura y la comunicacién, icin Museo, en sus pocas siglos de exist durante la modernidad, estavo ya atravesada por prot internacionales y por accores externos al carnper musel Deste st aacimiento, los museos estuvieron condici por los conquistadores: nacieron para depositar los trofeas Ia colonizacién. FI Museo del Louvre, el Britinico @) rman lugares eentrales 2 los ereadores de ese pats ogrado crasceniler las [ronteras. ‘Mis recientemente, das ncvos aczores externes ingluyen en cl significado y la misién de los museos. Son los empresa- tos y lng arquitectos, quienes, en esta pemiltima reorganiza~ ion del campo museistico, acupan Tugares protagénicos. Las ‘strategias de financiamiento de la cultura, con partiipacion, 134/Nistow Garcts CANCLINT de las empress, consrtieron Ia consgracién del are ineerreain de a historia en accomescomectadas lene txitos comerciales y finan ers Muchos muses se han hecho a partir de fandac ermpresals, Tig ha reformula su voeation en lamando a arguiectosclebres para que contruyeren edi aque eiblematicen la nnovacion Las pincpales now gue ofrecen los mescon dee lo fis ocherta no son ya tfc def expan imperil ne esplandorcrestiva El atractvo clave reside, ms que en el contend, en el eon nent expecticuloarsitctnien del Centro Pompidou Panel eifco del ruseo Guggenbeim de Paul Gehry Bilbao wel maneo ufo de Libeskid en Belin Se mip ron en ores adaes ls intemon de rept eas experi bastante exitosts como atacivas, no solo de musces especie cosysnn de euddes. Desde que se. Bilbo aver © tase Guggenhets, otra urbesdsporan la posibidad de obtene est matea, De het, hubo en los itimos aos una competen cia entre Rio de Janciro y Buenos Aires, luego en Guadaljarg {Meco porge, en los eres lugares, plies empesation guerian que se hier an Gggenin. Lops eal en Tos dos primeros eats y la desinacion ccondmica mexicana acabaron dejando en los planos ess ihusiones. | En la etapa mas proxims, los personajes claves son los cura= _dores. No sustituyen a los exapresarios y los arquitectos, ni a Jos protagonistas anteriores. Tambin sigue habiendo artistas: fro y eontinvian construyéndose edificios-vitrina para mu seos, pero el papel central fue pasando a los curadores. Esta tendencia se inici6 en los afios serenta, cuando la agonia de as vanguardias volvia dificil focalizar las novedades en los cam= hios 0 sorpreses de los artistas. Se multiplicaron entomces as cexposiciones tomiticas sobre el cuerpo o la ciudad en el arte, veces como relectura de épocas lejanas, La originalidad no 108 ARQUTTECTOS ¥ EL ESPECTACULO LES HACEN MAL A LOS MUSEOS? / 135 estaba en la piezas exhibidas, sino en el concepto que reorde- rnaba la leetura de obras y artistas ya conocides. Los museos ‘no proponian tanto gozar las formas como repensar la histo- ria, las migraciones, Ia memoria, los conflictos intercultural, Ia sexwalidad o las utopias. Quienes sobresalen al final de los noventa y al comienzo del siglo XX1 son los curadores, estos profesionales de la concepruslizacidn: Okwui Enwezor, Catherine David, Hans Ulrich Obsis, entre otros. Uno de los cambios suseitadas por este proceso es la mayor intestelacin tentre museos de arte e histori, entre la musealogia y otras, Aisciplinas dedicadas a estudiar le sociedad, la intercultural dad, la ecologia, el pasado y el fururo. También se busca la colaboracién de especialistss en diseBo y espectacularizacion aque den ms visibilidad a las exposiciones y a la institucicn TUNA FPOCA ENTERMEDIAL F INTERCULTURAL Se impone hoy el tratamiento conjunto de museos de arte, historia y antropolog'a. Conviene no marearrigidamente los perfiles de esta insituciones, sino mas hien atendera sus pro- blemétieas eompartidas ya los contagios o las contaminacio- hes entre objetos etnogrificas, obras de arte y especticulo; enzze lo local, lo nacional y fo global James Clifiard es uno de los autores que mejor angumenta le necesidad de abarcar conjuntamente lo artistco, lo histrico y To eaogrifico, pensar mis en las zonas de contacto”, “los Togates de tensiones y de legtimacién” coincidentes. Relaca que, cuando visits en Vancouver cuatro museos supuestamente istintes, observ qu “todos mezclan los dscursos del arte; la ccaltura, ia politica y la histori", "cada uno a su manera". Los vio como “variaciones en torna a un campo de representacién anificada [...] Cada museo evoca interpretaciones a a ver glo- bales y locales en las eategorias de interpretacin ‘arte’, ‘culea sa, ‘polfica’ “historia” (Clifford, 1992: 85) FE CED CARIN De esos castro mass, ds eran ules Kwak Meum ye Centro Cultural Ut, to mise dey dei Meo ce tno dels Ua Je Calas) lors l Me Rap Colanbis ise). Drennan primers ques a ns illces loses nmuroc en wads ssi ttctos los” tos lm pan son poy xsopotta® Cn, 19540, Persona npetog aswel deca option, Clio you anpulgn oh van que 2 mucho uses Insc. 0 acon ene Inoran ss pices con ln de presen “je aoa dere del naners que no pean su epetendad cites rl revarlo que suede can cos mise cts vale ‘exponen ens lols (Meer 20 0s) poe inentan taser lo loser scons coamepieg en meloccén cn aves oan lary ean Lael nacional nots arma come nla eps ls sil Pero zo ore el reg de deen una reais Sin intense lv dfrenco? Sn querer inplereat borealis ote y ceca a staan compared ea tralonl yo mederno, como shiz bj gaa ps moderna, nezetanes Cabra ana mets perpen ee Cala Ouse sc, pars expan bes oom cote, avast un eempi eke de ean Sclie l Msco du ust Bly en Pre! Ta insin ina on sn fe 2006 dene un debi teres orn ln proone enovar oe eos de Sslecin ction y voraiom te bjs de ol se Europea con lanes cte sles cae calles y ayy bc eta ran en nro mune Ades ae despues de suspen Mages Re fun ais is exter ie ple lense erm hn Pa oad on ues Kate Ede 2310) _L.08 ARQUTTRCTOS VEL. FSPECTACULO LES HACTN MAL A LOS MUSES? / 137, ‘du Quai Branly gener6 estudies y debates entre antropslogos, museSgralos, artistas, arquitectos y politicos de la cultura de nuches paises. Asi, puso en evidencia las complejas relaciones centre disciplinas ¢ instituciones diversas involueradas en la actualidad en la ereccin y justficacién de los museos. EL presidente francés Jacques Chirac tomé la decisién de ‘eunir ls eoleeciones del Museo Nacional de Artes de Alrica y Oceania y del Departamento de Antropologia del Museo del ‘Hombre en un nuevo edificio eneargado a Jean Nouvel. Se trataba de superar la concepeién intelectual y la politica ana- ‘erinica de esos antiguas maseos y de proslucir otro, eon fuer- te repercusién internacional, que retomara el protagonismo culcural franeés de tiempos pasads. FI proyecto presidencial encamendié al principal arquitecto francés y alos musedgratos ls tarea de “celebrar la universal dad del género humnano”. Las paredes de vidrio del editicio, que reflean el jardin que lo rodea, concebido por Gilles Clé- ment, “filtran la luz natural ~dice la guia~ para dar ala galer‘a Ja atmésfera interior de una yruta”. Salvo las intervenciones en la fachada sur y los techos de “ocho artistas aborigenes aus- tralianos”, los nombres del arquitecto y el disefiador del jas din, aborigenes franceses, dlestcan esta nacionalidad. ‘También Jo hace el haber emplazado el museo con vista al Sena y junto 2] Grand Palais, el monumento a los Invalides y pegado a esa sportacidn francesa ala iconografia universal que es laTorre Eifel FF interior offece un arplio espacio continuo donde se cexhiben més de 3.500 obras de Atria, Asia, Oceania y las Américas. Varios documentos del museo sostienen que la asencia de muros divisorios iende a favorecer *comunicacio- res" © “intereambios entre Jas civilizaciones”. Fl vsitante puede experimentar la fluidez comanieativa al recorrer el rouseo, ver trajes, méscarss, armas, piraguas e instrumentos musicales colocados en vitrinas, sin que la estructura sea ev dente. Tada est ambientado con mapas, imigenes fijas y ani~ 138 Neston Gagcla Cascais: rmadas, asf como msices ¥ dispositivas eseénicos multimedia {que sugieren contexcos multiculturaes. La circalacion seduce al hacernos pasar por tineles y cue= vas, desfladeros ascuros en los que destacan las vitrinas 0 los Aescansos mas huminados donde se exhiben las piezas. Junto a estas no hay contextualizacidny solo textos que introducen a. las salas y unos pocos vi dianas de los pueblos representadas. La escasez de explicacion nes, y sobre todo la penumbra general, en ver.de comunicar Tos significados dle las piezas y los desentendimientos 0 con= flictos histérioos entre eulturs, propone una estetizacion uni- forme, Las obras africanas, asiticas y amerieanas, y las de distintas regiones de cada continente, quedan integeadas en tun mstno discurso que easi munca incluye fechas ni ubicaci6n | histérica y socal. El relato pretende no ser etnocéntrico des- jerarquizando las relaciones entre culturas, Pero ~comno semi 16 James Clifford- la descolonizacién requiere algo mis que ntiemnocentrismo: “no es cnestién simplemente de compren- der, de establecer diflogos entre cultura (..). Para descoloni zar se debe entrar en contacto con compaticros, realizar saproxiucciones,alian7as politieas con esos poeblos primeros” “(Clifford, x. en Latour, 2007: 263), Las eédulas destacan la “elegancia”, la “riqueza inventiva”, Ia estiizacin y excepcionalidad de las piezas. Pero como estos ‘conceptos se aplican en forma indiferenciada a culeuras diver- sas, y fs tension entre monumentalidad y miniaturizacion se reas geogrifices, sin gue cambios de con- cepeidn museogritiea retomen el modo propio de cada socic: dail al eseenografiae sus obras, es Sieil sentir ineertidumiore acerca del continente en donde estamos. Clifford sorprendio ‘una conversacién entre dos visitantes que se buscaban a través reléfono mévil ~2Dénde estis? Creo que estoy en Amériea. smarea en todas las La contextualizacién, ausente en In exbibicién, puede 2108 ARQUUTTPCCTOS Y FE, PSPECTACULO ES HACEN MAL. 1.05 MUSEOS? £139 hhallarse en la guia del museo. Como ocarre en muchos otros, solo una minoria de los visitantes va leyendo la guia en papel ‘9 escuchando las audlioguias. La luz baja vuelve dificil saber ‘qué dicen las pocas eédulas de sala y desalienta buscar infor rmacién que no da la puesta en escena, EL libro-gufa dice que las piezas elegidas “reflejan las geandes etapas francesas de recoleccién”, “los objetos provenientes de expediciones” Donde resider las novedades cel Museo dir Quai Branly? Por supuesto, en el edifcio y también en la mediateca con 250,000 documentos y 3.000 titulos de revisas, sas de texto y cine, debates y comnferencias, ibreria y salas Ge lectura con Seecién para nifios y de consulta de archives: un sistema anexo que ofrece, con visién contemporines, un acceso multiple a saberes especializadios. Pero la exposicidn, su dea mas vsita- da, presents una lectura estetizante, con una pretension uni versalizadora condicionada por la historia colonial francesa, y decidiendo, desde esa posicién, cudles son obras maestrss. La a aiende a la historia de los continentes, “pero también a Ia historia de los coleccionistas” (Clifford, ct. en Latour, 2007: 153) ya las preferencias inoorporadas a li mirada europea por artistas fascinados ante las formas afficanas © emericanas, ‘camo Picasso y Gauguin. En el ibeo Le dialogue des cultures, que edit los debates inau- qurales asi como en varias revista dedicadas a analizare] Museo du Quai Branly, leemos reflesiones de punta sobre lo que hoy requiere una institucién metropoltana interesada en exbibir y correlacionar calturas diferentes. Las deficiencias mis senaladas al museo en estas publicaciones apuntan a que contiene moterial cetnogrifico sin adecuada contextualizacion, Como sells Phi- lippe Deseala, objeciones patecidas merecen los museas de are ‘que no se interrogan sobre el encuadre histético social de las obras que exponen. Se amparan en la indefinicin posteocham= piana sobre qué objetos son 0 no artisticos,y vacilan entre lo que Ja trdicion o has vanguardias consagran como tal, fo que el mer cco valoriza ociertas culturas exatan de sirmsas, El impacto de! malticuraralismo en las politices mnuseol6e gicas, en museos emnograficos y de arte, ha llevado a pensar ‘que Tos riesgos del universalismo eurocénsrico podefan evitars se reconociendo diversos puntos de vista al excenificar log bbjetos¢ interpretarios. A menudo se consideran leitinas lag perspectivas de cada coleccivo local, étnico, religioso 0 de .género. Especialmente en los Estados Unidos, airma Deseo lo, pero no salo ali, aprecian esos movimientos de los aetores como reapropiacién de su destino por los olvidados de la hiss toria y como manifestacidn interesante de la etnogénesis cone temporinea. Los muscos comunitaris rara ver problematizan el rigor cientifico de la autorsepresentacién, su percialidad a) sus olvides. Descola bromea diciendo que podria defenderse e] Maseo dv Quai Branly como un tipo de museo comunitas Flo, no porque explicte las eastumbres de los franceses coma lo hace el Museo de Ares y Tradiciones Populares del Bois de Boulogne-, sino porgue “es sintomitico de una ciertavisiim uuniversalstay enciclopedista de las eulturas del undo earacs terfstiea de la tradiciin francesa” (Descola, 2007: 144). Pste antropélogo analiza cualidades plisticas de objetos antiguos, no fabricades eon intencion artistiea, ue suscitan fa admiraci6n contemporinea: sostiene que quiz’ la belleza tiene modos de renovarse en distintas formas de ordenar los con= tastes entre colores y el equilibrio, Pero también saber ue las emociones que nos provocan esos abjetos son, a veces, resultado de malentendidos y paradojes. Es posible que correspondencias secretas entre formas lejanas y actuales de ‘dentiticarseo distinguirse de los vecinos, de reforzar la domi= ido conmucvan hoy al visitante ocasional de un museo. La fascinacidn podria cre= cer si interrogamos su historia, entendemos como se recargan de sentido en contextos diferentes y sie] nuseo -de antropom logia, de historia o de arce- brindara conocimientes no conte nidos en el objeto, sino en el trayecto de sus apropiaciones. nacigin masculina o sujetarse a lo descono Las apropizciones son movimientos de poder. Un antece= rm £3 HACEN MAL. A106 MUEOS? f 19) 41.05 ARQUITECTOS ¥ EL ESPECTACUIO LE dente del Museo du Quai Branly fue el encargo hecho por hirac a su amigo, el galersta Jacques Kerchache, de crear un departarmento de “artes primeras” en el Louvre. Al examin ‘Leentenar de “obras maestras”seleccionadas por Kerchache, ‘Maurice Godelier hallé que 83 estaban ligadas al poder: de jefesafticanos, de dioses, de espirius. La belleza por a cual el falersta las habia elegido se vinculata a esta dimensidn etno- tifica que era cl sentido del poder, ef l2z0 entre los seres Jrumanos y el mundo invisible con las Fuerzas de la nacuralezs. arte De ahi coneluye que los limites entre la etnogratia san borrosos (Latour, 2007) “UNA Vision CONTAPUNTISTICA DEL MUNDO” Qué significa para los museos esta frase de Edward Said? Puede sefalar una voescisa intercultural eontempor‘nea, en la cual podrian encontrar sentido el papel de los arquitectos, los curadresy los profesionales de la espeetacularizacion pro- venientes de distntas latimades, Visa del ier del Manco du Qi Bay, Pari © 200, lace hn rly pt Nea Brel Se, Fron EERSTE GRC nate: Sedalia Maurice, Q00Rikli métondophosontg aay ibaa bra Be didi splindsgueanenteneiralesce toes Cal a que cB AMEN die ‘issue DARI ena enlhavatnpLeanpcle) 42007 sikeutilaqueldcelenleoreniiindes entreyuaisarmctnonetnaandi MosdslcQeria heDcheianio de los 2006)

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