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Principio principiando;
principiar quiero,
por ver si principiando
principiar puedo.
In diebus illis1, digo, cuando yo era muchacho, oa con frecuencia a las viejas exclamar, pon-
derando el mrito y precio de una alhaja2:
Esto vale tanto como el alacrn3 de fray Gmez!
Tengo una chica, remate4 de lo bueno, flor de la gracia y espumita de la sal, con unos ojos ms
pcaros y trapisondistas5 que un par de escribanos:
II
21 estaba . . . vena: estaba dispuesto para hacer algo, tena ganas.
22 majadera: necedad, tontera.
23 antojo: deseo caprichoso.
24 paja picada: una cosa insignificante.
25 Chuquisaca: antiguo nombre de la ciudad de Sucre (Bolivia).
Estaba una maana fray Gmez en su celda entregado a la meditacin, cuando dieron a la
puerta unos discretos golpecitos, y una voz de quejumbroso timbre dijo:
Deo gratias ... Alabado sea el Seor!
Por siempre jams, amn. Entre, hermanitocontest fray Gmez.
Y penetr en la humildsima celda un individuo algo desharrapado, vera efigie26 del hombre a
quien acongojan pobrezas, pero en cuyo rostro se dejaba adivinar la proverbial honradez del
castellano viejo.
Todo el mobiliario de la celda se compona de cuatro sillones de vaqueta, una mesa mugrien-
ta, y una tarima sin colchn, sbanas ni abrigo, y con una piedra por cabezal o almohada.
Tome asiento, hermano, y dgame sin rodeos lo que por ac le trae dijo fray Gmez.
Es el caso, padre, que yo soy hombre de bien a carta cabal27...
Se le conoce y que persevere deseo, que as merecer en esta vida terrena la paz de la con-
ciencia, y en la otra la bienaventuranza.
Y es el caso que soy buhonero28, que vivo cargado de familia y que mi comercio no cunde
por falta de medios, que no por holgazanera y escasez de industria en m.
Me alegro, hermano, que a quien honradamente trabaja Dios le acude.
Pero es el caso, padre, que hasta ahora Dios se me hace el sordo, y en acorrerme29 tarda...
No desespere, hermano; no desespere.
Pues es el caso, que a muchas puertas he llegado en demanda de habilitacin por quinientos
duros30 , y todas las he encontrado con cerrojo y cerrojillo. Y es el caso que anoche, en mis cavila-
ciones, yo mismo me dije a m mismo:
Ea! Jeromo, buen nimo y vete a pedirle el dinero a fray Gmez, que si l lo quiere, mendi-
cante y pobre como es, medio encontrar para sacarte del apuro. Y es el caso que aqu estoy
porque he venido, y a su paternidad le pido y ruego que me preste esa puchuela31 por seis meses,
seguro que no ser por mi quien se diga:
Y vieja, pelleja,
aqu dio fin la conseja35.
(publicado en 1889)