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Por último, la tercera forma en la que un objeto puede acumular más calor está
vinculada con la absorción de radiación. Cuando los objetos absorben luz (radiación
electromagnética), por ejemplo los objetos oscuros, expuestos al sol, transforman
la energía de esa radiación en calor.
• Secuencia didáctica
Una vez que hayan establecido que algunos materiales mantienen por un tiempo
prolongado la baja temperatura de algunas cosas (o de los alimentos), propóngales
a sus alumnos que averigüen cuáles serán los mejores materiales para ese
propósito. Con este objetivo pueden, mediante un termómetro, indagar la
propiedad de los distintos materiales para conducir el calor. El termómetro mide la
temperatura, es decir que indica una medida del estado térmico de un sistema.
Cuando un mismo sistema pasa de un estado térmico a otro intercambia calor. De
este modo, cuanto mayor sea la diferencia de temperatura entre los estados de un
sistema, mayor será la cantidad de calor intercambiada. Como conclusión de esta
experiencia, los alumnos accederán al concepto de que: todo material que presente
una mayor variación de temperatura será un mejor conductor del calor.
• Una vez que el termómetro esté frío, sugiérales a sus alumnos que lo retiren
del agua y que lo mantengan en el aire, mientras controlan el tiempo.
Cuando hayan transcurrido 30 segundos, solicíteles que registren otra vez la
temperatura.
Si desea trabajar las otras dos formas de conducción del calor, puede mostrar a los
chicos algún ejemplo de la dilatación de los gases por efecto del calor y los
movimientos de aire que esto origina (convección). Por otro lado, el ejemplo de
cómo se aprovecha la luz solar para calentar agua le permitirá trabajar el
mecanismo de calentamiento por radiación.
Contenidos conceptuales
• Dilatación.
• Termómetro.
• Calor y temperatura.
• Flujo de calor.
• Cambios de estado.
Contenidos procedimentales
• Observación y registro del flujo de calor.
El trabajo con las ideas previas de los alumnos permite detectar la profundidad con
que deben ser tratados los aspectos asociados al tema. En particular, la exploración
de las diferentes formas de propagación del calor permite comenzar a asociar el
calor con la noción de energía.
Materiales necesarios
• Una vela.
Procedimiento
• Colocar en uno de los extremos de cada varilla una gota de cera de vela
fundida.
• Introducir cada una de las varillas en el recipiente, dejando fuera del mismo
el extremo cubierto con cera, como se ve en la figura 1.
Figura 1.
Resultados y conclusiones
Al recibir el calor, algunas varillas lo conducirán hacia los respectivos extremos que
se hallan fuera del recipiente, a diferente velocidad, de acuerdo con su material; en
algunas varillas, la cera de vela endurecida volverá a fundirse.
Armados de cierta paciencia, también puede realizarse una observación del vuelo
de algunas aves que ascienden sin aletear, arrastradas por las corrientes
convectivas.
Así como las aves emplean la convección para subir sin gastar energía, diversos
tipos de aeronaves, como los planeadores y los parapentes, usan el mismo recurso
para mantenerse en el aire sin emplear un motor.
Materiales necesarios
• Dos termómetros.
• Pinceles y herramientas.
Procedimiento
• Pintar las superficies exteriores de las latas, una de blanco y otra de negro.
• Una vez secas, tapar ambas latas mediante el corcho con el termómetro y
colocarlas al sol, tratando de que queden en condiciones semejantes.
Figura 2.
Resultados
Para resolver este problema debe tenerse en cuenta el comportamiento del aire
frente a la conducción del calor, una cuestión presentada en la Propuesta.
b. El oso polar es, como se sabe, de color blanco. ¿Representa esto una
ventaja para él en términos del mejor aprovechamiento del calor corporal?
Para responder, los alumnos deben considerar la discusión anterior en relación con
la capacidad del hielo para conducir el calor.
Figura 3.
Hace unos ciento cincuenta años, un impresor australiano advirtió que, al limpiar
con éter los tipos de su imprenta, éstos se enfriaban. De este descubrimiento a la
concreción de una heladera a éter pasó poco tiempo. Más tarde se encontraron
líquidos más apropiados para cumplir esa función, pero el principio no varió.
Figura 4. Figura 5.