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LA CLINICA COMO ACTO CULTURAL Pamela Ortigar' “om la vida animica individual aparece integrade siempre, ofetivamente, el otra, como modelo, objeto ‘asiliar 0 aduersaria, y de este modo la pscologia in- Abividual es al mismo tempo y deste un principio psi- cologia social, en am sentido ampli, pero plenamente justificado” Signund Freud, Pricalogia de las Masas y Andis del Yo. Introduccién Esta ponencia es la tentativa de desarrollar una reflexién interdisci plinaria en torno a la clinica como acto cultural. Reflexién que pretende abordar muy breverente la compleja relacién entre clinica y cultura, 0 dicho de otra forma, interrogar el lugar de la clinica en la cultura En este sentido resulta relevante indagar en los posibles cruces dis- ‘cursivos y detenerse en las consecuencias que surgen para el ambito de la intervencién clinica actual, sea en su praxis, en su método, y en las consi- dderaciones relativas a su objeto de estudio. Con este propésito se interroga Ia investigacién en curso, realizada ‘desde el afio 2001, en el Centro de Investigaciones Clinicas Casa el Parque, _que atiende a nifios entre los 3.2 15 afios, y que contemple la participacién de los padres. En ésta investigaci6n se sistematiza la experiencia de estudio eintervencidn a nivel del diagnéstico, tratamiento y abordajes terapéuticos, de putologias enmarcadas bajo el nombre de Trastornos Generalizados del Desarrollo, desde la perspectiva de la institucién terapeéutica "Bets ponendia es un extracto del Proyecto de Investigacin relizaa en forma conyunta, caf 2003, por a Academia de Humanismo Cristiano y el Ceauo de Investigaciones (Clinicas “Casa el Parque”. Investgador Responsable: Maritza Quevedo, en colaboraciin ‘con Matias Marchant, Daniella Miron, Pamela Ortiar, Diva Gusézser, Monica Monizaga, (Marta Gonzales y Anota Correa. 133 Consideraciones Preliminares eustestonnos severs del desarol, especiient a psconis abren un fecundo campo temitico y clinieo que no se restringe solamente salud mental como disciplinaauténomma, oe La historia de la locura, marca , marca épocas y cambios sociales por lo tanto participa de las wansformacions de los laos e interes ales entre as personas. El enfermo toma diversos lugares en la hist rt a historia, es el demente peli sroso que hay que aia, el lndtico alienado que hay ue proteger y medi ‘ar 0 aquel que encarna con su locura la libertad del gesto ceeativo, Independientemente de cual sea el lugar que ocupa en el imaginario social’, debemos reconocer que la locura introduce malestar en la cultura, (Freud 1926) principalmente pone en tensién a a ciencia ya los discursos aque pretenden formalizarla. : En concordancia con el pensamiento de Foucault -nsamiento de Foucault, la locus pasé de serexida dels cidades del undo, de scruna viaje enrages propia insensateza definirse como un “revelador antropolégico”, a locura aii, como el sintoma neurético ha sido paulatinamente Consideraa como un asunto que implica subj, y por lo tanto ahi um sujeto que suft, que padece. Peso debemos deci, lalocura no es espe. cifca de la adulez,entonces zqué pasa con el io yu locura? do nego se hs sepesentacones en orn a inf haneambi- loa tavés del tempo, asi, cada época a engendrado las propias. __ Tal como plntea Volnovich, en al inicio del siglo XX, el discurso Pricoaalico sobre aunque nuna dl od las epresenaciones dee Infancia. Asi lo que el psicoandlisis postula en ellos es un mundo interno Yun saber sofstcado, iertamente es a partir de Freud, cuando dec: , cuando declara que la neurosis es infant, que la infancia va ha encontrar un nuevo estatuto en el imaginatio Social Lalas evolckn freudina no solamente det en evidencia que nif estésujetoal desco perverso y sexual sino, también postula, que los nios son capaces de elaborar complejas teorias que quedan inscrita en cl inconsciente de los hombres, las llamadas teorias sexuales infantiles. — oot oe eee Sage ae ae tones rie i ate gemma Sietrcopr ci tan Ire ate escent cuyas incias es tanto histérico-social, como politieo-libidinal, = 134 ‘Las significaciones en torno al nfo sea como pecador, angelito, es- peranza de la humanidad, perverso polimorfo, etc. han acompatiado y 2 la ‘vez reflejado los cambios culturales en donde se engendran y que ninguna de las representaciones tejidas a través del tiempo, ha sido totalmente su- perada Hoy, el discurso médico, que aparentemente es inmune a la influen- cias culturales, también incospora dichas representaciones; es asi como en este contexto nos encontramos bésicamente con el niio loco pensado como el adulto que atin no es, 0 més radicalmente, como el adulto que ‘nunca llegara a ser en términos de productividad. Podemos constatar actualmente, que a nivel de las clasificaciones diagndsticas mas utilizadas, DSM-IV y CIE-10, existe una ausencia del nombre de psicosis en las patologias de la infancia, De esto modo el ntfio psicético no existe, y su locura tiene que espe- ‘rar hasta la adultez para encontrar lugar en el engranaje psiquiétrico, social yy cultural. Ahi el discurso médico resuelve y nombra como Trastornos Generalizados del Desarrollo, diversas patologias graves, sin especificar en su clasificacion Ia psicosis, cuestiOn que tiene consecuencias. Los Trastornos Generalizados del Desarrollo y de la Comunicacién son entidades diagnésticas que abarcan una amplia gama de disturbios de {a infancia Se caracterizan, en términos generales, por la alteracion de la adapta ‘ida social, que se expresa en la dificultad para relacionarse con los otros, en trastornos en el lenguaje y comunicacidn y alteraciones en el compor- tamiento. En algunos cuadtos especificos podemos observar, ademiés, un retraso en el desarrollo psicomotor y la pérdida de funciones previamente adquiridas. [En las eategorias mencionadas se encuentran manifestaciones sinto- iticas tan diversas como el Trastorno Autista, Trastorno Desintegrativo Infantil, Trastorno de Asperger, etc. ‘Ahora bien, ain cuando la entidad diagnéstica de los Trastornos Ge- nesalizados del Desarrollo es reconocida y utilizada en nuestro pais, su diagnéstico es la mayor patte de ls veces tardio, lo cual incide en un pro- ndstico desfavorable en relacién a un diagnéstico precoz. ‘Al no abordarse tempranamente el cuadro clinico, las medidas de tratamiento aplicadas no logran mayores progresos frente a la evolucién sintomatol6gica del trastorno, es decir, no pueden abarcar de modo dife- rencial la amplia gama de alteraciones que abi se presentan, 135 Pensamos que esta dificultad obedece, en parte, a un vacio concep. ‘ual y un déficit a nivel de la investigacién en torno al tratamiento, redun- dando en la escaser de herramientas tebricas y metodoldgicas que permi- tan abordar eficazmente el problema, Consideramos entonces que la dificultad mas relevante, tanto para 4a familia como para el Sistema de Salud Nacional, se presenta a nivel del tratamiento, del diagnéstico, y por lo tanto, a nivel del pronéstico y evolu- cidn de la enfermedad. Lo anterior se ve reflejado en familias y pacientes policonsultantes, cen la tendencia a la eronicidad de los cuadeos, en la fragmentacién del pa. ciente y su patologia ante intervenciones simultineas de diversos especia- listas, sin existi, propiamente hablando, un watamiento multdisciplinacio ¥ coordinado entre los profesionales que participan en las intervenciones terapénticas En consecuencia, los nifios portadores de dichos trastornos son alta- mente vulnerables a quedat excluidos de los sistemas: social, educacional y de salud, asi como de acceder a los bienes de la cultura Es justamente en este contexto que podemos situar la clinica como acto cultural, en la medida que ninguna praxis, asi como, ningtin discurso ‘es neutro ni pasivo, por el contratio, son atravesados en una relacién dia- [éctica por los significaciones que la cultura porta, por lo tanto se vuelve necesario detenerse y analizar dichas significaciones y los efectos que en cl imaginario producen, en el imbito en donde somos convocados, la in- vestigacién clinica. Finalmente debemos agregat que el plan nacional de psiquiatria y salud mental actualizado en el afio 2003, formulado por el ministerio de salud, no considera dentro de sus prioridades el abordaje de esta temitica como un problema de salud piblica y por lo tanto de relevancia social y culearal Un Modelo de Intervencién: La Institucién Terapéutica Definimos como una “Institucién ‘Terapéutica” aquella que se e2- sacteriza por un funcionamiento y estructura que considera los siguientes Principios fundamentales: Alternancia, Articulacién y Sintess, 136 4 [a Alternancia reiere a discursos que producen diferencias, la diver- sificacién de los modos de expresion, la diversidad de los espacios y por lo tao ln crexion de dives ics sociles . a Articulacidn promueve la ligazén entre las diferentes instancias de Ia institucién, asi como también sus diferencias. Articular, debemos recordar significa; unir por las articulaciones, formar cadenas, ligar, Es justamente lo que se pretende hacer y la sintesis es la ocasién privilegiada ello. Pr Simei nics, qu implica el andiss del trabajo de cada tlle, quest bien presentan diferencias en ladinamica y discursos que promueven, nin- {guno funciona aislado. Retomar en ia discusi6n la dinémica de cada nino cen los diversos espacios, poner en cuestin las intervenciones terapéuticas, articula y tiende a formar una red. ; ones In ivesugacen cies, en context de intact rapéutica, es la tentativa de leer los efectos que la estructura institucional propone, es decir ¢s la tentativa de leer en esa zed, el lugar que cada niio Y terapeuta ocupa en ella, las relaciones, operaciones y discursos que ge- era La institucidn se ha propuesto como un espacio de acogida, donde se favorece la permaneneia, la creacién de redes sociales y finalmente la egeacin del nifio a su medio, ree insiucin terapéutc, a difecocia de as instnuciones tradicio- rales esti permanentemente abierta al extetior y establece una mediacion, ‘una estructura puente,justamente para favorecer Ia integracién del nifio al medio social y cultural ; Partimos de la base que el nifio con trastornos severos, principal- mente psicdtico y autista,esté fuera del discurso, en el sentido del discurso social, que hace inscripcién en la cultura. Orientados en los supuestos teéricos del psicoanilisis, afirmamos que el significante pierde su efecto simbélico. Asi podemos comprender la psicosis y el autismo como una, cuestidn de lenguaje y lazo social ; Siendo asi, pensamos qu: los diversos talleres terapéuticos brindan, Ja posibilidad de formar una ted discursiva en donde los nifios puedan. ingertatse y participar, encontrar, en esta “méquina de lenguaje” un gesto, ‘una palabta, una historia, un dibujo, un movimiento, un sonido que los intexpele. 137 Creemos que a través de los talleres os nifios pueden consteuir lazos sociales, acercarse a los modos de produccién cultural a tavés de con. tenidos ideativos, imaginativos y de libre expresidn, en donde la vor, la ‘musica la escritura puedan intervenir el cuerpo, habitindolo, fundindolo de subjetivided. La Institucién Terapéutica: Estructura Puente entre Pacientes con Trastornos Severos y Sistemas de EducaciénPublicos y Privados El objetivo fundamental, de las diversas intervenciones terapéuticas, es favorecer la incosporacién de los nidios portadores de los denominadox Teastornos Generalizados del Desarrollo los sistemas educacionales pui- blicos y privados. Consideramos que estos niiios generalmente estin preservados en sus funciones cognitivas -funciones que lamentablemente sufren de un, serio deterioro ante la falta de un diagnéstico precoz y tratamiento siste- ‘mitico y oportuno-, y que pueden ser sujetos de escolarizacién formal ‘Sin embargo, para que se puedan sostener en los colegios es nece- sario establecer redes instirucionales, en donde terapeutas y educadores uedan abordar en conjunto, desde sus respectivas formaciones, la com. Plejidad de los teastornos presentados por estos nifios. Creemos que la insttucién terapéutica, por sus modos de funciona- tmicnto y estructura puede hacer puente con los diversos sistemas, especial mente con el educacional, En este sentido apostamos mis a la integracién

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