Te han quitado la
promesa de ser
viento
Imaginarios del ser,
de la ciudad y
del tiempo en Rockdrigo
Abilio Vergara Figueroa
Ricardo Pérez Rovira
México, 2010
ml
Ediciones
NavarraLa ciudad de Rockdrigo,
capital de mil formas
Te han quitado la promesa de ser viento,/ te han quebrado las entrafias
yel silencio/ ha volado como un ave sin aliento.
ROCKDRIGO, “VIEIA CIUDAD DE HIERRO”
[...] un hormiguero no tiene tanto animal.
‘Chuava Fines, “SABxD0 Distrito FEDERAL”
Durante mucho tiempo vivid la vida del rocanrolero, desde abajo.
‘Andaba buscando chamba por todas partes, un buen rato se Ia paso
tocando en las calles y en los autobuses y en el metro, (...), entonces
todo eso lo hizo nutrirse, en verdad, de pueblo... le encanté Ia cludad de
México, eso es evidente, el cotorreo en México, le fascind.
José Acustin
Con todo, se descubrié y lo descubrié la ciudad.
Genoveva Guzman
Y a veces quisiera que tragara esto. Como esta distancia poder volar,
gno?, sobre la ciudad, probablemente. ¢Qué encuentras? Un momento
de mucha soledad, de mucho desamor, de mucha tristeza.
Nina GALINDO
Las masas modernas son aglomeraciones de solitarios.
Octavio Paz
(Oh valle sin altura madre, donde todo duerme horrible mediatinta,
sin rios frescos, sin entradas de amor. Oh voces y cludades que pasan
cabalgando en un dedo tendido que senala a calva Unidad. Mientras
pasan, de mucho en mucho, gananes de gran costado sabio, detrés de
las tres tardas dimensiones.
Hoy Maftana Ayer.
César Vautelo, “TRILCE”La ciupa DE ROCKDRIGO, CAPITAL DE MIL FORMA
De esta forma la técnica de la vida metropolitana es sencillamente
‘nimaginable sin una integracién puntualisima de toda actividad y
relacién mutua al interior de un horario estable e impersonal.
Grorc Siumet
La ciudad, su desarrollo
Es en la cancién “Estacién del Metro Balderas” donde se relata de manera di-
recta la experiencia del asombro provinciano hacia la ciudad. De alguna manera
es una experiencia autobiografica, aunque en la interpretacién que realiza en
el Café de los Artesanos pretende circunscribirla a la experiencia indigena en la
Ciudad de México, y relatar que es “una pareja de serreros” el objeto de su
historia, cuando la muchacha se pierde y convierte al inmigrante en el “primer
terrorista del metro”,
Freddy Armstrong retrata bien una de las formas en que este tamaulipeco se
vinculd con la ciudad de México: “Rodrigo andaba entonces en la glorieta del me-
tro, en Chapultepec. Abria su estuche, lo Purgabas, le echabas unas monedas para
que la gente que pasara también creyera que te estaban echando y te echaban.
Ya final de cuentas era una buena manera de pasartela bien y era una escuela
fenomenal’:' Esta combinacién de “taloneo” y “simulacién” fueron los medios que
encontré Rockdrigo para conocer, entender y sobrevivir en esta macrépolis.
“Talonear”, en el caso de Rockdrigo, no sélo se realiza en la soledad de la
interpretacién callejera para ganarse unos pesos sino, fundamentalmente, cono-
ciendo gente, grupos, “experiencias-experimentadas”, como lo ditia en su can-
cién “Estacién del Metro Balderas”, y como bien lo describe Francisco Barrios
de Botellita de Jerez: “Coincidimos en muchas cosas. Coincidiamos en eso, en el
sentido del humor, en el cotorreo, en el desmadre. Y coincidiamos también en los lu-
gares. De pronto nos ibamos encontrando en tocadas, te digo, de barrio, tocadas
como de colonos, tocadas como de la banda que estaba organizando su numerito.
La necesidad de rocanrolear, de decir..." A pesar de su carcter “hurafo y rece~
loso” y de su humor a veces rispido, logré conectarse animicamente con la gente
Y supo rodearse de los j6venes mas creativos del rock de su época,
Por otro lado, la ciudad que construye la poética musical de Rockdrigo,
puede ser leida a partir de emplazar tres situaciones: 1) su condicién de inmi-
|__ Entrevista en No tuvo tiempo. La hurbanistoria de Rockdrigo, 2005.
+ ‘bide.
* José Luis Pluma lo describe asi: “Empezamos a platicar acerca de él y de sus cosas. Me habia
dicho que era de Tampico, que no confiaba mucho en la gente, pareceria un poco receloso™ f'n
No tuvo tlempo. La hurbanistoria de Rockdrigo, 2005. Antonio Malacara también dice: “Se sentia
tan solo, que cuando lograba coneciarse animicamente con alguien, no queria soltarlo, no que-
ria irse. Sentia un espacio de vida dentro de una ‘suerte de hueco enorme” (ibid.). Su hermana
Genoveva lo corrobora
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