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5.- El imputado.
Se puede definir como aquella persona a quien se le atribuye
participación en un hecho punible. En el artículo 7 del NCPP se garantiza
que, desde las primeras actuaciones en contra del imputado, éste puede
hacer valer todos y cada uno de los derechos y garantías constitucionales
(inciso 1°) y hasta la completa ejecución de la sentencia.
En este sentido, resulta procedente aclarar desde cuando,
materialmente hablando, puede hacer valer sus derechos, esto es, desde
que se realiza cualquier diligencias o gestión, sea investigativa, cautelar o
de cualquier índole, y que se realice ante el Tribunal, el Ministerio Público o
las policías y por la cual se le esté atribuyendo algún grado de
responsabilidad en un hecho punible (inciso 2° del art. 7)
5.1.- Derechos y Garantías del imputado.
En relación a las declaraciones policiales o prejudiciales (art. 186 en
un control policial anterior a la formalización de la investigación el afectado
puedo puede pedir al juez de garantía que se le informe acerca de los
hechos por los cuales se le investiga), como se denominaban en el antiguo
sistema, ellas solo pueden prestar en presencia de su defensor, si éste no
se encuentra se limitan sólo a constatar la identidad del imputado (art. 91).
Se requiere autorización judicial previa (art. 9) para afectar derechos
constitucionales.
En todo caso el imputado tiene derechos y garantías establecidas por
un lado genéricamente (artículo 93, inciso 1°) y también de modo
específico. Así el inciso 2°° del aludido artículo 93 señala que tendrán
especialmente derecho a:
a.- Ser informado del hecho que se le imputa y cuales son sus derechos
constitucionales y legales;
b.- Ser asistido por su abogado desde el inicio de la investigación;
c.- Pedir a los fiscales las diligencias destinadas a desvirtuar las
imputaciones que se le hacen;
d.- Pedir directamente al juez una audiencia para que le escuche su
declaración sobre los hechos que se le imputan (puede ir con o sin su
abogado, art. 98);
e.- Solicitar que se active la investigación y conocer del contenido, salvo
que esté bajo secreto (art. 182);
f. Pedir el sobreseimiento definitivo de la causa y recurrir de la resolución
que la rechace;
g.- Guardar silencia y no declarar bajo juramento (artículos 98 y 326 inciso
3°);
h.- No ser torturado ni sometido a tratos crueles ni inhumanos;
i.- No ser juzgado en ausencia.
Además si el imputado está privado de libertad tiene otros derechos
(art. 94)
a.- Que se le exprese la causa de ello, y que se le exhiba la orden, salvo en
el caso de delito flagrante;
b.- Que se le informe acerca de sus derechos (art. 135; específicamente
los del artículo 93 letras a, b, y g y los del 94 letras f y g);
c.- Ser llevado de inmediato al tribunal que dispuso su detención;
d.- A solicitar que el tribunal le conceda la libertad;
e.- A que, en su presencia un funcionario policial informa al familiar o
persona que indique el detenido su situación, el motivo de ello y el recinto
en que se encuentra;
f.- A entrevistarse privadamente con su abogado (cumpliendo las normas
internas);
g.- Tener las comodidades y expensas compatibles con el recinto y la
seguridad necesaria;
h.- A recibir visitas y comunicarse por cualquier medio, salvo el caso del
artículo 151 (incomunicación, hasta por 10 días).
También está el derecho a recurrir de amparo ante el juez de
garantía (art. 95). Toda persona privada de libertad tiene derecho a que el
juez examine la legalidad de la privación de libertad y las condiciones del
detenido, pudiendo el juez constituirse en el lugar en que se encuentra
privado de libertad (art. 93 d y 94 c).
5.2.- Defensa Técnica del imputado:
El imputado tiene derecho a ser defendido por un letrado desde la
primera actuación del procedimiento que se dirige en su contra (art. 8)
además puede formular sus alegaciones y defensas e intervenir en las
actuaciones judiciales que no les estuvieren prohibidas.
El abogado tiene derecho a requerir del funcionario encargado de un
lugar de detención o prisión la confirmación de encontrarse privada de
libertad una persona en ese u oro establecimiento de la misma comuna
(art. 96);
El imputado tiene derecho a designar libremente a su defensor (art.
102) y este defensor tiene todos los derechos y facultades que otorgue la
ley al imputado para su defensa (art. 104);
La ausencia del Defensor trae como consecuencia la nulidad de las
actuaciones, salvo en los casos del art. 286 (art. 103)
Si el Defensor renuncia, no queda inmediatamente liberado de sus
obligaciones, pues debe realizar todos los actos inmediatos y urgentes que
impidan la indefensión del imputado (art. 106). En todo caso el imputado
puede designar siempre un defensor particular distinto del Defensor
Público, y el nuevo defensor podrá representarlo válidamente desde que
acepte el mandato y fije domicilio (art. 107).
La autodefensa se encuentra consagrada en los artículos 102 inciso
4° y artículo 8.
6.- La Defensa.
Se encuentra entregada primero al letrado de su confianza, y luego, a
falta del anterior, a la Defensoría Penal Pública (Ley 19.718 y art.8, 93,102-
107 del NCPP). Es uno de los derechos fundamentales de los imputados y
que es un refuerzo a la situación que en el antiguo sistema penal tenían los
inculpados y procesados, toda vez que en ese sistema, la aludida defensa
no se realizaba de la forma en que debía efectuarse, pues se limitaba casi
exclusivamente a las peticiones de libertad y la contestación de la
acusación en los casos que el acusado no se designaba su abogado
particular y se recurría al de turno.
Sin embargo, este derecho no se encuentra solo regulado
legalmente, sino que tiene un reconocimiento constitucional; así vemos que
la Constitución de 1980, artículo 19 N° 3 inciso 2°, reconoce el derecho a la
defensa jurídica, la que en el caso del NCPP la amplía a la autodefensa,
inclusive.
Además se establece la Defensoría Penal Pública; la que se
encuentra a cargo del Defensor Penal Nacional; para ser designado en
este cargo se requiere ser ciudadano con derecho a sufragio, con a lo
menos 10 años en posesión del título de abogado y no estar incapacitado
ni inhabilitado para ejercer cualquier cargo en la administración pública. A
este lo subroga el Defensor Regional que designe, y si no, al más antiguo.
La Defensoría Penal Pública actúa por sí, es decir ejerciendo ella
misma la defensa de los imputados a través de sus defensores locales, en
un símil de lo que es la Corporación de Asistencia Judicial Gratuita, o bien,
y esta es la mayor novedad del sistema de Defensa, a través de privados,
quienes licitan la “cartera” de defensas a la Defensoría, o bien actúan a
través de convenios directos. Para la licitación de estas carteras de
defensas penales existe un Consejo de Licitaciones de la Defensa Penal
Pública, que va a proponer al Defensor Nacional los montos para las
licitaciones nacionales y regionales, va a aprobar las bases de las
propuestas, y va a hacer los llamados a licitación, entre otras facultades.
Además existirá un jurado regional, integrado, por un representante del
Ministerio de Justicia (cualquiera menos el SEREMI), un representante
académico de la región; y un representante de los Colegios profesionales
de la Región.
El NCPP señalaba que el imputado, desde la primera actuación tiene
derecho a ser defendido por un letrado (art. 8 inc. 1º). Por otro lado, y
como ya se señaló, en el artículo 93 letra b) se garantiza este mismo
derecho dentro los derechos y garantías del imputado.
El derecho parte por reconocer la facultad de designar un Defensor
de su exclusiva confianza, y si no lo hiciere o no lo tuviere, el ministerio
público deberá solicitar que se le designe un defensor pernal público.
6.1.- Derechos y facultades del Defensor:
a.- Su presencia es un trámite esencial, así si no se encuentra presente
cuando la ley lo exige, se sanciona con la nulidad de la actuación (art. 103),
salvo en los casos del art. 286 (en el juicio oral, en que es un requisito de
validez, y su ausencia constituye un abandono de la defensa y se deberá
nombrar un Defensor Penal Público);
b.- Ejercer todos los derechos y facultades del imputado, salvo que
expresamente se reservare algunos al imputado personalmente (art. 104);
c.- Se puede ejercer la defensa de varios imputados en un mismo proceso
por un defensor común, siendo requisito indispensable que las defensas no
sean incompatibles entre sí (art. 105);
d.- Si el imputado tiene un Defensor Penal Público, puede designar otro en
cualquier momento, pero esta sustitución no produce efectos hasta que el
nuevo defensor acepte el mandato y fije domicilio (art. 106).
6.2.- La Defensa Técnica. La defensa puede intervenir:
a.- Desde que se inicia el procedimiento, pudiendo efectuar las objeciones
y planteamientos que estime pertinentes;
b.- Cuando se encuentra el imputado privado de libertad;
c.- Si no pide su intervención el imputado, lo debe hacer el Ministerio
Público y si éste no lo hiciere, corresponderá al Juez de Garantía.
d.- Puede intervenir, incluso antes de la primera audiencia;
e.- La ley permite también la autodefensa (art. 8 inc. 2º).
Situaciones en que se exige la intervención del letrado:
a.- Es requisito de validez para la audiencia en que se resuelve la prisión
preventiva (art. 142 inc. 3º);
b.- En la audiencia en que se formaliza la investigación (art. 231);
c.- En la audiencia en que se ventile la solicitud de suspensión condicional
del procedimiento (art. 237 inc. 3º);
d.- En la audiencia de preparación del juicio oral (art. 269);
e.- Durante el juicio oral (art. 286).
7.- La Víctima.
¿Quién se considera como la víctima?, El NCPP es claro en señalar
que es el ofendido por el delito. Ahora, como en el caso del homicidio, por
ejemplo el ofendido no puede ejercer el derecho, el mismo código se
encarga de precisar a quien más engloba este concepto (art. 108),
señalando que quedan comprendidos dentro del concepto de víctima,
además del ofendido personalmente, las siguientes personas:
a.- El cónyuge y sus hijos;
b.- Los ascendientes;
c.- El conviviente;
d.- Los hermanos; y
e.- El adoptado o adoptante.
También el código aclara que este orden es un orden de prelación
excluyente, por lo que si actúa alguno de los pertenecientes a una
categoría, se excluye a los de las categorías siguientes.
En cuanto a los derechos de la víctima, estos son los siguientes (art.
109):
a.- Solicitar medidas de protección ante eventuales amenazadas y
hostigamientos. El art. 6 de este código señala además que el Ministerio
Público está obligado a dar protección a la víctima y además señala que la
policía y demás auxiliares deberán darle un trato acorde a tal condición.
b.- Presentar querella. Solo la víctima, su representante legal o heredero
testamentario pueden interponer la querella (art. 111);
c.- Ejercer contra el imputado las eventuales acciones civiles. El art. 189 de
este código se refiere a las tercerías o reclamaciones, las que se tramitan
ante el juez de garantía y que persiguen la restitución de los objetos
incautados al imputado (se debe dejar constancia mediante fotografías u
otros medios de estos objetos devueltos);
d.- Ser oída por el fiscal antes de que este pida o se resuelva la suspensión
temporal o definitiva u otra resolución que ponga término a la causa. El art.
237 se refiere a la suspensión condicional del procedimiento, del que
ahondaremos después en forma específica;
e.- Ser oída por el tribunal antes de que se resuelva el sobreseimiento
temporal o definitivo u otra resolución que ponga término a la causa.
Cuando el fiscal de la causa decida solicitar el sobreseimiento o se vaya a
comunicar la decisión sobre este tema, debe comunicarlo al Juez de
Garantía, quien citará a una audiencia a todos los intervinientes para este
efecto (art. 249);
f.- Impugnar el sobreseimiento temporal o definitivo o la sentencia
absolutoria, incluso si no intervino en la causa. Es una decisión apelable
(art. 253).
Una norma importante es la obligación que se establece para el
Ministerio Público de informar los resultados al cónyuge o a los hijos o a
cualquiera de los señalados en el artículo 108, cuando ninguno ha
intervenido en la investigación (art. 110).
2.- La Instrucción.
Como ya señalábamos es la etapa de investigación del nuevo
proceso penal, análoga a lo que es la etapa del sumario en el
procedimiento penal antiguo y que tiene el carácter estrictamente
preparatoria para el juicio oral.
2.1.- La persecución penal pública.
Los delitos de acción pública se investigan de conformidad con las
normas del Título I del Libro Segundo del Nuevo Código Procesal Penal
(artículos 166 al 258).
Cada vez que el Ministerio Público tome conocimiento de un hecho
que revista los caracteres de delito de acción pública deberá iniciar la
investigación, salvo en los casos previstos en la ley. Si se trata de delitos
de acción pública que requieren previamente de denuncia a instancia
particular, no podrá actuar, salvo para realizar aquellos actos urgentes y
necesarios para impedir o interrumpir la comisión del delito (art. 166).
Los delitos de acción pública instancia particular se encuentran en el
artículo 54 y son los siguientes:
i.- Lesiones del art. 399 y 494 N° 5 del Código Penal;
ii.- Violación de domicilio;
iii.- Violación de secretos del artículo 231 y 247 inciso 2° del CP;
iv.- Amenazas (art. 296 y 297 del CP)
v.- Los previstos en la Ley N° 19.039 sobre privilegios industriales y
protección de derecho de propiedad industrial;
vi.- Comunicación fraudulenta de secretos de la fábrica en que el imputado
hubiere estado o estuviere empleado; y
vi.- Los que otras leyes señalen en forma expresa.
En estos casos se entiende que si no está o no puede ejercer sus
derechos el ofendido, puede actuar cualquiera de los señalados en el
artículo 108. Además si éstos pudieran estar implicados en el hechos,
podrá actuar el Ministerio Público de oficio.
Casos en que no se investiga. Existen situaciones que constituyen la
excepción a la regla general señalada precedentemente, es decir, que
permiten no investigar un hecho denunciado, no obstante tener éste las
características de un delito de acción pública; ello puede ser por vía del
archivo provisional y del ejercicio del a facultad de no iniciar la
investigación:
i.- Archivo Provisional (art. 167); se puede cuando se cumplen los
siguientes requisitos;
- No ha intervenido el Juez de Garantía;
- No hay antecedentes suficientes que permitan desarrollar actividades
conducentes a esclarecer el hecho;
- Si el delito merece pena aflictiva, se requiere además la aprobación del
Fiscal Regional.
Sin perjuicio de ello, la víctima tiene derecho a solicitar al Ministerio
Público la reapertura de la investigación y a reclamar ante las autoridades
de éste la denegación de dicha solicitud.
ii.- Facultad de no iniciar investigación (art. 168); también se aplica en
cuanto no tuviere intervención el Juez de Garantía, en ese caso el
Ministerio Público puede abstenerse de investigar si; los hechos
denunciados no fueren constitutivos de delito o cuando de los
antecedentes que se tengan se pueda establecer que se encuentra
extinguida la responsabilidad penal del imputado. Debe ser por decisión
fundada y aprobada por el Juez de Garantía.
En estos dos casos la víctima puede provocar la intervención del
Juez de Garantía deduciendo la respectiva querella y si el juez las admite a
tramitación, el Ministerio Público debe seguir con la investigación (art. 169).
Otra situación que puede producirse y afectar el inicio de la
investigación, es que existan cuestiones prejudiciales civiles, esto es, que
para la investigación penal sea necesario previamente la resolución de una
cuestión civil. En este caso se debe suspender el procedimiento hasta que
se resuelva el tema civil por sentencia firme. Ello no impide, en todo caso
que se resuelvan los temas urgentes y necesarios, además si se trata de
un delito de acción pública, el Ministerio Público deberá promover la
iniciación de la causa civil e instar a su pronta conclusión (art. 171).
La investigación. Se inicia de oficio por el Ministerio Público, por
denuncia o por querella (art. 172).
La denuncia la puede realizar cualquier persona que tenga
conocimiento de la comisión de un ilícito penal ante el Ministerio Público.
También puede ser ante Carabineros, Policía de Investigaciones, cualquier
tribunal con competencia criminal y Gendarmería respecto de los delitos
cometidos dentro de los recintos carcelarios (art. 173).
La denuncia puede formularse por cualquier medio y en ella debe
señalarse la identificación del denunciante y su domicilio, un relato de los
hechos indicando, en lo posible, datos de quienes lo cometieron y de
quienes lo presenciaron. Si la denuncia es verbal se levantará un registro
que lo firmará el denunciante junto al funcionario que la recibe (art. 174). El
que denuncia no tiene más responsabilidades que las que tenga por el
hecho de denunciar, ni tampoco tiene derechos en la investigación, salvo el
caso de que sea la víctima (art. 178).
Están obligados a denunciar (art. 175):
a.- Los miembros de Carabineros, Investigaciones y Gendarmería.
También los de las Fuerzas Armadas por hechos que conozcan en el
ejercicio de sus funciones;
b.- Los fiscales y demás empleados públicos por los que conozcan en el
ejercicio de sus funciones y los que notaren en la conducta ministerial de
sus subalternos;
c.- Los jefes de puertos, aeropuertos, estaciones de trenes o buses u otros
medios de transporte de pasajeros o carga y los conductores de los
mismos por los que se cometieren en el transporte o en los recintos;
d.- Los Jefes de recintos hospitalarios, clínicas particulares y en general los
profesionales de medicina, odontología, química farmacia y relacionadas y
los auxiliares de ellas; y
e.- Los directores, inspectores y profesores de establecimientos
educacionales por los delitos ocurridos en ellos o que afecten a sus
alumnos.
Esta denuncia deben realizarla dentro del plazo de 24 horas dese
que tomaron conocimiento de ella o desde que arriben a puerto o
aeropuerto (art. 176). Se incurrirá en la sanción penal del art. 494 del
Código Punitivo (o de la ley especial si es el caso) si no se hace la
denuncia (art. 177).
Otro aspecto regulado por el NCPP es el de la autodenuncia (art.
179) por la cual el que es imputado por otro de haber cometido un delito,
puede concurrir al Ministerio Público para que se investigue dicha
imputación, y si se negare, se puede recurrir a los superiores.
3.- La Acusación.
La acusación deberá contener en forma clara y precisa (art. 259):
i.- La individualización de él o los acusados y su defensor;
ii.- Relación circunstanciada de él o los hechos atribuidos y de su
calificación jurídica;
iii.- Relación circunstanciada de las modificatorias de responsabilidad penal
que concurrieren, aún subsidiariamente de la petición principal;
iv.- Participación que se le atribuye al acusado;
v.- Expresión de los preceptos legales aplicables;
vi.- Señalamiento de los medios de prueba que el Ministerio Público hará
valer en juicio;
vii.- Pena solicitada; y
viii.- Cuando corresponda, la solicitud de que se proceda en procedimiento
abreviado.
a.- Audiencia de Preparación del Juicio Oral (artículos 260 al 280).
Una vez presentada la acusación, el Juez de Garantía, dentro del
plazo de 24 horas citará a la audiencia de preparación del juicio oral, la que
tendrá lugar no antes de 25 ni después de 35 días, entregándole al
acusado una copia de la acusación (art. 260).
Hasta 15 días antes de la audiencia de preparación del juicio oral el
querellante puede (art. 261):
i.- Adherirse a la acusación o plantear acusación particular;
ii.- Señalar vicios formales del escrito de acusación, requiriendo su
corrección;
iii.- Ofrecer prueba; y
iv.- Deducir demanda civil, cuando proceda.
Estas actuaciones del querellante deberán ser notificadas al acusado
antes de 10 fijados para la audiencia de preparación del juicio oral (art.
262).
El acusado, a su vez, por escrito en la víspera de la audiencia o
verbalmente en la misma, puede (art. 263):
i.- Señalar vicios formales del escrito de acusación, requiriendo su
corrección;
ii.- Deducir excepciones de previo y especial pronunciamiento (- Art. 264 -:
Incompetencia del Tribunal; Litis Pendencia; Cosa Juzgada, Falta de
autorización para proceder criminalmente cuando la Ley o la Constitución
lo exijan; y extinción de la responsabilidad penal. En todo caso, si la Cosa
Juzgada y la Extinción de la Responsabilidad Penal no se alegan aquí,
pueden ser planteadas en el juicio oral – art. 265- ); y
iii.- Exponer sus argumentos de defensa y señalar sus medios probatorios.
b.- Desarrollo de la audiencia de preparación del juicio oral:
i.- Es Oral y la dirige el Juez de Garantía (Oralidad e inmediación, art. 266);
ii.- Al Inicio el Juez hace una exposición resumida de las presentaciones de
los intervinientes (art. 267);
iii.- Si el imputado no ha ejercido sus facultades (art. 263), puede hacerlo
en ese momento oralmente (art. 268);
iv.- Es requisito de validez de la audiencia la presencia del Defensor y del
Fiscal, y su ausencia debe ser subsanada de inmediato, sin perjuicio de las
sanciones que puedan proceder de conformidad al artículo 287 (art. 269);
v.- Es la oportunidad para corregir los vicios formales del procedimiento; y
si no pueden ser subsanados en el momento, se suspenderá la audiencia
hasta por 5 días. Si transcurrido este plazo no se han subsanado, el Juez
de Garantía sobreseerá definitivamente la causa, salvo que hubiere
querellante particular, el que podrá continuar con la causa (en todo caso el
no subsanar estos vicios constituye una grave infracción de los deberes del
fiscal) (art. 270);
vi.- Se resuelven las excepciones de previo y especial pronunciamiento; se
abre debate, se aportan antecedentes y se resuelve. Esta resolución es
apelable, pero si retrata de la Cosa Juzgada o la Extinción de la
Responsabilidad Penal, podrá dejarla para el Juicio Oral, siendo esta
resolución inapelable (art. 271);
vii.- Se debate acerca de las pruebas ofrecidas (art. 272);
viii.- Se llama conciliación respecto de las acciones civiles (art. 273);
ix.- Se pueden unir o separar acusaciones, pudiendo decretarse autos de
apertura separados, si se estima más conveniente (art. 274);
x.- Los intervinientes pueden acordar no probar ciertos hechos y darlos por
acreditados (art. 275);
xi.- El Juez de Garantía examinará las pruebas y su procedencia en el
juicio oral, pudiendo excluir las que estime impertinentes (art. 276);
xii.- Auto de Apertura del Juicio Oral (art.277): La Audiencia de preparación
del Juicio Oral concluye con esta resolución, la que debe indicar:
- El tribunal competente para conocer el juicio oral;
- La o las acusaciones que serán objeto del juicio y las correcciones
formales que se hubieren realizado en ellas;
- La demanda civil;
- Los hechos que se dieron por acreditados de conformidad al art. 275;
- Las pruebas que se rendirán en el juicio oral;
- Individualización de quienes deben ser citados al juicio oral.
Este es el momento para solicitar prueba testimonial anticipada,
conforma al art. 191 (art. 280).
Frente a esta resolución, solo procede el recurso de Apelación, en
ambos efectos, por parte de Ministerio Público, cuando se excluyen
pruebas (inciso 2° del art. 277).
Si al término de la audiencia el Juez de Garantía comprobare que el
imputado no ofreció oportunamente pruebas por causas que no le son
imputables, podrá suspender la audiencia hasta por 10 días (art. 278).