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> Siglo veintiuno editores Argentina s. a, tores, s.a. de c.v. [ ast¢ aves, Rotana J RAR gr evade a escrito de Nuevos nayonceon- Teed toes Argentina, 2008, Dap: i Teo) “Traduccion de Nicos Ros ISN o87.1103487 | Teuloorignal a dé xo de Fite © 1972, Ettons Seu © 1975, Siglo XXI Editores, SA. de CY. Portada de CatlosPalleco 1 ediciin argentina: 1.000 eemplares 1 2005, Siglo XXIEaitores Argentina SA, ISHN 987-1105-48-7 Impreso en sua Grafica Argentina Gril. Fructuow Rivers 1066, Capital Federal en el mes de septiembre de 2008 Hecho el depisito que marca In ey 11.798, Finpreso en Argeniin Made in Argentina EL GRADO CERO DE LA ESCRITURA seguide de Nuevos ensayos criticos ‘por Roland Barthes {EXISTE UNA ESCRITURA POETICA? En la época clésica, la prosa y la poesia son mag- nitudes, su diferencia es mensurable; no esta ‘ni més ni menos alejadas que dos cifras distintas, contiguas como ellas, pero distintas por la dife- rencia misma de su eantidad. Si llamo prosa a un discurso minimo, vehiculo més econdmico del pensamiento, y sillamo a, b, ¢, alos atribu- tos particulares del lenguaje, indtiles pero deco- rativos, como el metro, la rima o el ritual de Js imdgenes toda a superficie de as palabras are suacién de Monsieur gexIsTE UNA EscnETURA PoETICN? a7 De donde la Poesia es siempre diferente de la Prosa. Pero no se trata de una diferencia de esencia sino de cantidad. No atenta a la unidad del lenguaje, que es un dogma clisico. Hay una dosificacién diferente de las maneras de hablar segin las ocasiones sociales, aqui prosa o elo~ cuencia, alli poesia 0 preciosismo, todo un ritual mundano de las expresiones, pero siempre un enguaje tinico que refleja las eternas categorias del espiritu, La poesia clisica era sentida como tuna variacién ornamental de la prosa, el fruto de un arte (es decir de una técnica), nunca como un lenguaje diferente o como el producto de una sensibilidad particular. Toda poesia no es entonces més que la ecuacién decorativa, alu- siva o cargada, de una prosa virtual que yace fen esencia y en potencia en cualquier modo de expresarse, "Poética”, en [a época clisica, no designa ninguna extensién, ningun espesor par- ticular del sentimiento, ninguna coherencia, nin- ‘in universo separado, sino sélo la inflexidn de una técnica verbal, la de “expresarse” segiin re- glas mas bellas, por lo tanto mis sociales que Tas de la conversacién, es decir proyectar fuera de un pensamiento interno que sale armado del Espiritu, una palabra socializada por la eviden- cia misma de su convencién, Sabemos que no quedan rastros de esta estruc- 48 EL GRADO CERO DE LA EscnIrURA ura en la poesia moderna, la que parte, no de Baudelaire sino de Rimbaud, salvo que se que. Fan retomar, segiin un modo tradicional modi ficado, los imperativos formales de la poesia cl sica: los poetas instituyen en adelante su palabra como una Naturaleza cerrada, que reine a un, tiempo la funcién y Ia estructura del lenguaje. La Poesta ya no es una Prosa ornamentada 0 amputada de libertades, Es una cualidad irre- ductible y sin herencia. Ya no es atributo, es sustancia, y por consiguiente, puede muy bien renunciar a los signos, pues lleva en sf su natu- raleza y no necesita sefialar afuera su ident los lenguajes poéticos y prosaicos estan suficien- temente separados para poder prescindir de los signos de su alveridad Es mis, lis pretendidas relaciones entre el pen- samiento y el lenguaje se invierten; en el arte clisico, un pensamiento ya formado engendra uuna palabra que lo “expresa” y lo “traduce”. El Pensamiento clisico es sin duracién, la poesia clésica sélo posee la necesaria para su disposicién técnica, Por lo contrario, en la poética moderna, las palabras producen una suerte de continuo formal del que emana poco a poco una densidad intelectual o sentimental imposible sin ellas; ia palabra es entonces el tiempo denso de una ges- tacién mis espiritval, durante la cual el "pen- samiento” es preparado, instalado poco a poco en el azar de las palabras. Esta suerte verbal, de Ia que caer el fruto maduro de una signi- EXISTE UNA EscRITURA PobTICA? 0 fieacién, supone entonces un tiempo poético que ya no. el de una "fabricacion’, sino el de una aventura posible, el encuentro de un signo y de una intencidn. La Poesia moderna se opone al arte clisico por una diferencia que capta toda Ia estructura del lenguaje y que'no deja entre esas dos poesias otro punto comin que el de una misma intencién sociolégica. La economia del lenguaje clésico (Prosa y Poe- sia) es relacional, es decir que las palabras son Jomés abstractas posible en provecho de las rela~ ciones. Ninguna palabra es densa por si misma, fs apenas el signo de una cosa y, mucho ms, la via de un vinculo. Lejos de sumergirse en una realidad interna consustancial a su designio, se extiende, apenas proferida, hacia otras palabras, formando tuna cadena superficial de intenciones. Una ojeada sobre el lenguaje matemstico per- mitici comprender quiz4 Ja naturaleza relacio- rnal de la prosa y de la poesia clisica: sabemos que en Ia escritura matematica no solamente cada cantidad esti. provista de un signo, sino también que fas relaciones que ligan esas can- tidades estin transcriptas asimismo por medio de una marca opecacional, de igualdad o de di- ferencia; podemos decir que todo el movimiento del continuo matemitico proviene de una lee- ura explicita de esas relaciones. El lenguaje cla- sico esta animado por un movimiento andlogo, aunque evidentemente menos riguroso: sus “pa- 50 FL GRADO CERO DE LA EscmITURA labras", neutralizadas, ausentadas por la apela- cin severa a una tradiciOn que absorbe su fres- cura, huyen del accidente sonoro o seméntico que concentraria en un punto el sabor del len- Buaje y detendria el movimiento intelectual en Provecho de una mal distribuida voluptuosidad. Lo continuo clisico es una sucesidn de elementos de igual densidad, sometido a una misma pre- sion emotiva a los cuales se les quita toda ten- dencia hacia una significacién individual y como inventada, El léxico poético es un léxico de uso, no de invencién: las imagenes son particulares corporativamente, no aisladamente, por costum- bre, no por creacién. La funcién del poeta cla- sico no ¢s la de encontrar palabras nuevas, més densas o mds deslumbrantes, es la de ordenar un protocolo antiguo, perfeccionar la simetria o la concisién de una relacién, llevar o reducir el ensamiento al limite exacto de un metro, Los “concerti” clésicos son “concetti” de relaciones, no de palabras; es un arte de Ia expresién, no de la invencién; aqui las palabras no reprodu- en, como mis tarde —por una especie de altura violenta e inesperada— la profundidad y la sin- gularidad de una experiencia; estan tratadas en la superficie, segin las exigencias de una econo- mia elegante y decorativa. Nos fascinamos ante la formulacién que las retine, no ante su poder 0 su belleza propios. Sin duda la palabra clisica no alcanza la perfeccién funcional de la red matemética: las wUISTE UNA EscRITURA POETICA? 3 relaciones no estin manifestadas por signos ¢s- ce sino slo por acidents de forma o de isposicién. La retraccién de las palabras, su sieesién sealiss Ta natueters foncional del discurso cisco; utiizadas en un limitado ni- mero de relaciones siempre semejantes, las pa- Tabras clisieas se encaminan hacia un algebra la figuea retorica, el clisé, son los instrumentos wicca de una relacién; perdieron su densidad cen provecho de un estado mas solidario del dis- ; operan a modo de valencias quimicas, dibujando un Area verbal llena de conexiones simétricas, de estrellas y de nudos de las que surgen, sin tener nunca el descanso de un asom- bro, nuevas intenciones de significacién. Las parcelas del discurso clisico apenas entregan su sentido, se transforman en vehiculos o en anuin- ios, llevando siempre més lejos un sentido que no quiere depositarse en el fondo de una pala- bra, sino expandirse al modo de un gesto total de inteleccién, es decir de comunicacién. De ahi que la distorsién a la que Hugo intenté someter el alejandrino, el més relacional de todos Tos meteos, contenga ya el porvenir de toda la poesia moderna, puesto que se trata de anonadar tuna intencién de relaciones para sustituirla por una explosién de palabras. En efecto, la poesia moderna, ya que ¢s necesario oponerla a la po clisica ya toda prosa, destruye la naturaleza esponténeamente funcional del lenguaje y sélo deja subsistir los fundamentos lexicales, Con- 32 RL GRADO CHRO. DE LA esCRITUN serva de las relaciones s6lo el movimiento, su miisica, no su verdad, La Palabra estalla debajo de unt line derelict vacinie grosses es desprovista de su finalidad, se hace prosodia, ya no es mas que una inflexién que dura para Presentr Is slabs, Lat reacione nein ae primidas totalmente, son cotos cerrados, parodia de relaciones y esa nada es necesaria pues la den- sidad de la Palabra debe elevarse fuera de un encantamiento vacio, como un ruido y un signo sin fondo, como un “furor y un misterio”. En el lenguaje clisico, as relaciones arrastran Ia palabra y Ja llevan inmediatamente hacia un sentido siempre proyectado; en la poesia mo- derna, las relaciones sélo son extensiones de la palabra, la Palabra es “morada”, estd implanta- dda como origen en la prosodia de las funciones, comprendidas pero ausentes. Aqui las relaciones fascinan, la Palabra alimenta y colma, como el siibito develamiento de una verdad: decir que exta verdad es de orden podtico, es sélo decir que 4a Palabra poética nunca puede ser falsa porque és total; brilla con una infinita libertad y se apresta a irradiar hacia miles de relaciones in- ciertas y_posibles. Abolidas las relaciones fijas h palabra aslo sene un proyecto verti 5 como tn bloque, un pilar que se hunde en una totalidad de sentido, de reflejos y de remanen. cias: es signo erguido. La palabra poética es aqui un acto sin pasado inmediato, un acto sin entor- ros, y que sélo propane la sombra espesa de los denise usa Escarruns Polnicn? 3 reflejos de toda clase que estin vinculados con cla. Asi, bajo cada Palabra de la poesia moderna yace una suerte de geotogia existencial en la que fe reine el contenido total del Sustantivo, y no ‘su contenido electivo como en la prosa o en.ts poesia clisica. La Palabra ya no esta encaminada de antemano en la intercidn general de un dis- ‘curso socializado; el consumidor de poesia, pri- vado de la guia de las relaciones selectivas, des~ emboca en la Palabra, frontalmente, y la recibe ‘como una cantidad absoluta acompafiada de to- dos sus posibles. La Palabra es aqui enciclopé- dica; contiene simultineamente todas las acep- ciones entre las que un discurso relacional hubie- ra impuesto una eleccién. Realiza, pues, un es- tado posible sélo en el diccionario o en Is poesia, donde el sustantivo puede vivir privado de su articulo', Hevado a una suerte de estado cero, geivido a la vez de todas las especificaciones pasadas y futuras. Aqui la palabra tiene una forma genérica, es una categoria, Cada palabra poética es asi un objeto inesperado, caja de Pan- dora de la que salen todas las categorias de! len- iguaje; es producido y consumido con particular curiosidad, especie de gula sagrada, Esta Hambre de la Palabra, comin a toda la poesia moderna, hace de la palabra poética una palabra terrible ¢ inhumana. Instituye un discurso lleno de agu- eros y de luces, leno de ausencias y de signos 1 Ba francés cl sustantive nunes puede darse sislado de so ariculo. (Neel 7) 54 FEL GRADO CERO DE 1A necmTTURA superalimenticios, sin previsién y sin permanen- cia de intencién y por ello, tan opuesto a la fun ibn social del lenguaje, que la simple apelacién a una palabra discontinua abre la via a todas las sobrenaturalezas. En efecto, qué significa la economia racional del lenguaje clisico sino que la Naturaleza est Mena, es posible, sin frutos y sin sombras, ente- ramente sometida a'las astucias de la palabra, El enguaje clisico siempre se reduce a un conte- nido persuasivo, postula el didlogo, instituye un universo en el que los hombres no estin solos, donde las palabras nunca tienen el peso terrible de las cosas, donde la palabra es siempre encuen- tro con el otro. El lenguaje clisico es portador de euforia porque es un lenguaje inmediatamen- te social. No hay género, escrito clisico, que no suponga un consumo colectivo y como hablado; el arte literario clasico es un objeto que cireula entre personas reunidas por Ia clase a la que per~ fenecen, es un producto concebido para la tras- misién oral, para un consumo regulado segiin las contingencias mundanas: es esencialmente un lenguaje hablado, a pesar de su severa codifi- eacién. Por el contrario vimos que la poesta moderna destruia las relaciones del lenguaje y Hevaba el discurso a fijaciones de palabras. Esto implica lun trastrocamiento en el conocimiento de la ‘Naturaleza. La discontinuidad del nuevo len- Busje poético instituye una Naturaleza inte. i, egcniTuna PokriCn? 5s rrumpida que sdlo se see por eee 2 smo momento en que la supresién de las eee, oscurece los lazos del a el ob- jeto toma un lugar privilegiado en el. isu: la poesia moderna ¢s una poesia objetiv i Naturaleza se transforma en un discontinuo de objetos solitarios y terribles porque sélo tienen lazos virtuales; nadie elige para ellos un sence privilgiado o un empleo 0 un servicio, nadie Ie impone una jerarquia, nadie ls reduce ala significacién de'un comportamiento mental o de una intencién, es decir, finalmente, de una ternura. El estallido de la palabra poética ins- tituye entonces un objeto absoluto; la Natura~ Teza se hace sucesién de ie i objeto se yergue de golpe, Ileno de sus posibles: no puede sino Salonar ‘un mundo no colmado y por ello, terrible. Esas palabras-objetos sin lazos, Bdornadas con toda la violencia de su estallido, cuya vibracién puramente mecdnica alcanza cu- amente a la palabra siguiente pero se des- vanece en seguida, esas palabras poéticas exclu- yen a los hombres: no hay humanismo poético de la modernidad: este discurso erguido es ey discurso leno de terror, es decir que pone al hombre en unién, no con los otros hombres, sino con las imagenes mis inhumanas de la Na- turaleza; el cielo, el infierno, lo sagrado, da in- fancia, la locura, la materia pura, etcétera. fee putante puede dficlmente hablar de escritura pottica, pues se trata de un len- 56 EL GRANO CERO PE LA ESeNFTURA guaje cuya violenta autonomia destruye todo alcance ético. El gesto oral apunta aqui a modi- ficar a la Naturaleza, es una demiurgia; no es una actitud de la conciencia, sino un acto de coercién. Tal es por lo menos el lenguaje de los poetas modernos que van hasta el final de sus intenciones y asumen la Poesia no como un cjercicio espiritual, un estado de animo o una toma de posicién, sino como el esplendor y la frescura de un lenguaje softado. Para estos poe- tas e5 tan vano hablar de escritura como de sen= timiento poético. La poesia moderna, en su ab- soluto, en un Char por ejemplo, esti mis alld de ese tono difuso, de esa aura preciosa, que son, ellos, una escritura y lo que se !lama normal. mente el sentimiento poético. No hay objecién en hablar de una escritura poética con respecto de los clasicos y de sus epigonos, o aun de la prosa a Ia manera de las Nourritures Terrestres, donde la Poesia es verdaderamente una cierta ética del lenguaje. La escritura, aqui como alli, absorbe el estilo, y es posible imaginar que para Jos hombres det siglo xv1t no era facil establecer una diferencia inmediata, y sobre todo de orden, poético, entre Racine y Pradon, como tampoco 8 ficil para un lector moderno juzgar a los poetas contemporineos que utilizan la misma escritura poética, uniforme e indecisa, porque para ellos la poesta es un clima, es decir, esen- cialmente una convencién del lenguaje, Pero cuando el lenguaje postico pone radicalmente gENISTE Uns ESORITURA POFTICA? 37 en cuestién a la Naturaleza por el solo efecto de su estructura, sin recurrir al contenido del dlacursoy sin detenerse en el deeanso de una ideologia, ya no hay escritura, sélo hay estilos a ravi de los cuales hombre se vuelve por completo y afronta el mundo objetivo sin pasar por ninguna de las figuras de la Historia o de la sociabilidad.

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