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Los sonidos del agua


Fernando Gallego Quiroga*
Ensayos y relatos
* gallego888@emcali.net.co
.
17.0 x 23.5 x 1.0 cms. 127 páginas. Primera edición, Junio 2010
Impresora Feriva. Cali. ISBN 978-958-44-6939-7
Edición digital, proporcionada y autorizada por el autor: NTC … Nos Topamos Con …
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Julio 30, 2010
Más detalles del libro y del autor:
"Los sonidos del agua". Fernando Gallego Quiroga. Ensayos y relatos. ,

http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_07_02_archive.html

-
A CLAUDIA
MI ESPOSA,
MI ÁNGEL
.
AGRADECIMIENTOS
.
A la vida que ha sido tan dadivosa conmigo y me ha rodeado de amigos tan
generosos como mis colegas Osberth Orozco y Hugo Durán quienes fueron
pilares fundamentales en la materialización de este proyecto. A Julio César
Londoño quien fue sin duda el motor primo, me alentó a plasmar en el papel
algunas de las aventuras archivadas en las sinapsis de mis neuronas, y de
nuevo a él mismo y a la Biblioteca Departamental , por el magnífico Taller de
Escritura Renata, donde se nos ha enseñado a perder el miedo a escribir,
algunas reglas importantes en esta disciplina y en mi caso a poner comas (para
mí lo más difícil, en este difícil arte) aunque en mi caso los resultados aun
sean pobres. A los compañeros del taller quienes con sus comentarios críticos
sobre lo que íbamos presentando nos fueron puliendo la bastedad de nuestros
primeros pasos, a la caja de compensación familiar Comfenalco por su apoyo
en la logística y a Carlos Castilla, corrector de ortografía y estilo por su
invaluable ayuda.

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CONTENIDO (Éste y paginado corresponden a la versión impresa.
Esta versión digital difiere un poco de la impresa y fue proporcionada por
el autor. )
.
Prólogo, por Julio César Londoño, 11
A manera de introducción. El reino del agua, 13
.
Relatos
.
De apariciones, 22
Contravía, 25
Un cuento de un cuento, 26
El inglés y la mora, 27
El santo prófugo, 30
Juan Carlos Magdalena, 31
La piedra suelta, 33
Una lección de valor, 35
Leche de jarra, 36
Los Tercos, 38
Manganeso, 41
Mauricito, 45
Agudelo Mutambajoy, 46
.
Ensayos
.
Crónica azteca, 50
De la lectura silenciosa, 52
De los mundos microscópicos, 53
De matriarcas, 56

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El arco, 62
El camino rojo, 64
El cuento, una opinión, 68
El panteón, 70 (texto más adelante)
¿Evoluciona el arte?, 72
Horno sapiens neanderthalensis, 74
Un camino diferente hacia aquello, 77
Las queseras del medio, 86
Las religiones proféticas, 88
Paraguay, tres momentos, 91
"Pensar que pensar debía ... ", 97
La reencarnación, 99
Restaurantes vegetarianos, 102
Riego y Quiroga, 103
Sobre las guerras, 105
Tarentos, 107
Algo más sobre el "terrorismo palestina", 108
Un profesor, 111
Una de las afortunadas, 113
Una experiencia diferente, 114
Una isla paradisíaca, 117
Viejitos agradecidos, 120
Europa ingrata, xenófoba y homicida *, 121
--
* Notica de NTC ...: Este ensayo se publicó en el libro El CUADERNO DE RENATA. Diciembre 2009 . Y
aparece el texto completo en la edición impresa y virtual (página 23). Esperamos publicar próximamente otros
textos completos del libro "Los sonidos del agua" o su versión digital íntegra.
------
.

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PRÓLOGO (Páginas 11 y 12)
Julio César Londoño.
.
La vida, se sabe, es una zorra despreciable. Pese a toda la alharaca de los
pastores y los autores de superación y los felices (gremio latoso), la vida es
una trampa: nos la dan sin que la pidamos y nos la arrebatan contra nuestra
voluntad. Además está biológicamente diseñada como una metamorfosis
invertida que convierte la bella mariposa de la mañana en el feo gusano del
atardecer. Difícil imaginar una broma más pesada.
.
Pero tiene buenos momentos, claro, como la contemplación de la belleza -
hablo de la belleza en general y de las mujeres en particular. Mirándolas, uno
entiende la protesta de Kant: "La belleza es una cosa que desespera". La
inteligencia de los otros también nos depara gratos momentos. Una
inteligencia en acción es un espectáculo espléndido. Y no hablo sólo de esos
majestuosos constructos intelectuales que emocionaban a Thomas Mann:
.
La alegría que nos produce contemplar un corpus teórico, el contento que nos
proporciona ver organizado espiritualmente el mundo en una construcción
mental dotada de unidad lógica y apoyada armoniosamente en sí misma: esa
alegría y ese contento son siempre de naturaleza estética; tienen el mismo
origen que el placer, que la satisfacción elevada y, en su último fondo,
siempre serena que nos obsequia la acción del arte, una acción que introduce
orden, que da forma, que hace transparente y abarcable con la mirada la
confusión caótica de la vida.

Tiene razón, don Thomas, ciertos organismos teóricos esféricos (la geometría
griega, la óptica de Newton, la crítica de Borges) son creaciones capaces de
devolvemos la fe en la susodicha zorra.
.
Dicen que Dios hizo al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre.
Entonces podemos suponer que la naturaleza hace personas inteligentes para
que los mortales podamos entender a los genios, para ayudamos a salvar los
abismos que nos separan de sus asombrosos resultados.
5
.
A ratos, la vida ha sido generosa conmigo, tengo que reconocerlo. Me ha
permitido, por ejemplo, conocer a un buen número de personas inteligentes.
He tenido el placer de conocer a varios de estos especímenes, pero el más raro
de todos es Fernando Gallego, un sujeto definitivamente defectuoso. Primero,
su memoria. Dicen que una persona normal puede retener hasta 1/7 de la
información que recibe. Gallego recuerda 8/7: cuando nos habla de un libro de
ensayos, demos por caso, no sólo extracta toda la información relevante
contenida en él, sino que la enriquece con otros datos sacados de su bien
surtida neuroteca o de las especulaciones que el libro o la conversación le
suscita.
.
Su diversidad de intereses linda con la irresponsabilidad: es ingeniero, pintor (
1 ), historiador. Lo apasionan las religiones y la antropología, y habla de tú a
tú con poetas, ajedrecistas, músicos, físicos y matemáticos ... ¡y con detalle!
Conozco muchas personas que manejan la letra gruesa de varias materias.
¡Gallego conoce incluso la letra menuda!
.
Conversar con él es abrumador. Habla rápido y dispara frases, datos y
conceptos a altísimas revoluciones pero siempre con rigor, gracia y síntesis.
No hay cháchara ni vaguedades en sus discursos.
.
Es neurasténico (sus enemigos dicen que es tripolar), se soporta a sí mismo
con mucha dificultad y tiene un rasgo pueril: detesta perder una discusión.
Cuando alguien logra embromarlo en una polémica o pone en duda sus
afirmaciones, revuelca bibliotecas enteras y duerme mal hasta que logra
encontrar el documento que zanje la disputa a su favor, o que le granjee por lo
menos unas "tablas" decorosas.
.
El libro que ahora tiene usted en sus manos es un buen reflejo de su omnívora
curiosidad. A sus temas queridos -ciencias, artes, religiones y humanidades-,
Gallego ha agregado ahora un puñado de memorias de viajes y crónicas de
familia. Algunas son hondamente humanas y otras son tan extraordinarias que
uno podría pensar, si no conociera la rareza de este clan, que son piezas de
ficción.
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A MANERA DE INTRODUCCIÓN
EL REINO DEL AGUA

Nuestro planeta es en comparación con los otros siete - ya Plutón ha


sido degradado - el único donde el agua es abundante, las sondas
encontraron en Marte pero en cantidades mínimas. Se ha estimado
que en cinco de los grandes satélites de los planetas mayores existe
agua. Uno de los satélites de Júpiter, Europa, está cubierto de hielo,
según algunos cálculos pudede tener tres veces la cantidad de agua
que tiene nuestro planeta. Encelado acompañante de Saturno nos ha
dejado ver innumerables géiseres y en nuestra Luna también parece
haber algo del precioso líquido. Lo sorprendente es que en Calisto,
Ganímedes y Titán, los investigadores han considerado que
contienen en promedio treinta veces cada uno, el volumen existente
de agua en la tierra. La fuente de esta información es la revista
National Geographic del mes de abril del dos mil diez.

El origen de nuestra riqueza hídrica tiene a dos hipótesis enfrentadas


aunque pueden coexistir, la primera nos dice que en la gran nube
gaseosa que al compactarse gravitacionalmente dio origen a la
Tierra se encontraban grandes cantidades de hidrógeno y de
oxígeno, al ponerse en contacto en la primigenia atmósfera, y en

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presencia de las muy altas temperaturas y presiones iniciales,
reaccionaron formando el agua; la otra atribuye su existencia a los
cometas que en un comienzo bombardearon la superficie terráquea,
el principal componente de los cometas, hoy lo sabemos, es el hielo.

A falta de otras mejores hipótesis podemos aceptar que las dos


mencionadas podrían explicar el origen de nuestros océanos, mares,
lagos, ríos acuíferos, casquetes polares, glaciares, etc.

Alguna vez, en un temascal, un muchacho pronunció una oración


por el agua, iniciándola con una petición de perdón por los inodoros
hidráulicos, más adelante volvió a dejarnos atónitos al insinuarnos
que el agua tendría que ser considerada como un reino aparte, el
sexto, “El REINO DEL AGUA” recordemos los otro cinco, que ya
no tres, como se nos había enseñado: Mineral, vegetal, animal,
hongo y protixta.

El preciado líquido tiene una serie de propiedades casi todas de


excepción que le hacen único y que en varios casos permiten logros
por decir lo menos, espectaculares, veamos algunos: Uno de los más
llamativos consistente en hacerse menos densa al congelarse,
haciendo que el hielo flote, esta extraña propiedad hace posible la
vida acuática en cuerpos de agua que con los fríos invernales se
congelan, pues al flotar los primeros hielos forman una capa aislante
que impide la congelación total, con la muerte de todos sus

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habitantes. Esta propiedad es única en el agua, todos los demás
líquidos se hacen más densos al congelarse.

Su altísimo calor específico, unas diez veces más alto que el del
hierro, o sea la capacidad de almacenar calor de una sustancia, la
convierte en un potente regulador de los climas en las regiones
donde de no mediar este efecto sería imposible la existencia de
asentamientos humanos, no es sino mirar con cuidado los reportes
del clima en latitudes donde los inviernos son rigurosos y veremos
que en las cercanías de las costas las temperaturas son más amables.

Los países Escandinavos nos muestran un claro ejemplo, pues si


miramos un planisferio veremos zonas con la misma altitud,
completamente despobladas, como ocurre con las zonas centrales de
Groenlandia, Siberia y los territorios centrales del Canadá.

Su excepcional gran peso específico nos permite la generación de


energía, en las centrales hidroeléctricas, con una muy aceptable
eficiencia.

Si observamos con cuidado, notaremos que un recipiente no muy


grande, por ejemplo una copa, puede ser llenada un poco por encima
del borde contenedor, formando una superficie convexa. Este,
aparentemente simple efecto, es de vital importancia en la vida
orgánica del planeta. El agua al tener una tensión superficial
anormalmente alta, forma en recipientes pequeños un menisco

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convexo, contrariamente a todos los demás líquidos y esto es el
motor de la vida orgánica.

Si introducimos un tubo de diámetro bien pequeño, un capilar, en


un recipiente con agua, veremos que el líquido sube por él y esto
hace que tengamos hermosos bosques con árboles de más de cien
metros de altura, pues el tejido leñoso está compuesto por capilares,
permitiendo que la savia ascienda hasta las hojas y en su descenso
nutrir todos los tejidos, sin importar la altura donde se encuentren,
en cierta forma reemplaza al corazón.

Recordemos que la savia ascendente es agua absorbida por las raíces


con sales disueltas y la savia descendente es la que discurre por los
tubos cribosos y lleva sustancias orgánicas producidas por el
metabolismo vegetal en las plantas.

La molécula de agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno y


uno de oxígeno, estos no se organizan de manera simétrica sino que
los hidrógenos, con carga negativa, se sitúan en un lado y el
oxígeno, con carga positiva, en el otro, dándole una gran polaridad,
esta fuerte polaridad hace que el agua sea el disolvente ideal, casi
todas las sustancias existentes son solubles en ella.

Sabemos que la vida se inició en los mares, donde un caldo


primigenio permitió el milagro de la vida, ese caldo que contenía
multitud de sales y minerales fue posible debido a esta maravillosa

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propiedad, sin desconocer que la luna al generar las mareas funge de
agitadora, disminuyendo considerablemente el tiempo empleado en
la disolución de los diferentes compuestos que la conforman, la
sopa, claro.

El agua se congela a cero grados centígrados y se convierte en vapor


a los cien grados, este corto rango de temperaturas entre sus tres
estados permite el increíble ciclo de agua sólida, agua líquida y agua
gaseosa, que son la base de las lluvias, corrientes de agua, ríos y
lagos, glaciares, sin los cuales las civilizaciones no se habrían dado.

Conocemos dos fenómenos que se producen en el agua y que hasta


ahora no sé de alguien que los haya relacionado pero que siento que
deben estarlo, se trata de los devastadores Tsu-namis y el golpe de
ariete. El llamado golpe de ariete se produce en las conducciones de
agua cerradas, como las tuberías, cuando en una de estas que
transporta un cierto caudal se hace el cierre de una válvula rápido,
da la impresión que el líquido se enfureciera, produciendo una
sobre-presión, que de no haberse tenido precauciones rompe la
tubería, o causa daños a la bomba que impulsa el flujo al viajar
aguas arriba la onda de presión, estas sobre-presiones pueden
aumentar muchísimas veces la presión de trabajo.

En los tsunamis al moverse súbitamente dos placas tectónicas


causando un maremoto, el agua parece enfurecerse también,

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produciendo una onda que viajando a velocidades de vértigo, hasta
250 m/s, y que al aproximarse a las costas forma olas enormes que
generalmente producen grandes destrozos, ya en tiempos recientes
los hemos contemplado con total impotencia.

En relación con el agua, debemos mencionar al menos dos ingenios


producidos por la necesidad humana de elevarla, ampliando así su
frontera agrícola, se trata del Shadouf y el ariete hidráulico.

El shadouf fue, muy seguramente, inventado por los antiguos


egipcios, convirtiéndose en la primera bomba hidráulica. Las
periódicas inundaciones del Nilo tenían que ser aprovechadas al
máximo, pues no se trataba de que al empapar las tierras hasta donde
llegaba el nivel de la crecida, los agricultores se quedaran cruzados
de brazos.

Debían también almacenar agua suficiente para regar sus cultivos


por el resto del año, además ampliar el área de cultivos que
demandaba una población creciente, y para ello desarrollaron el
bimbalete, nombre dado por los agricultores españoles al shadouf.

Consiste este en un eje vertical y otro horizontal colocado en el


extremo superior del vertical, como conformando una T, en un
extremo colgaban un contrapeso y en el otro un recipiente que se
llenaría de agua al ser sumergirlo en un estanque, para lo cual con

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solo el peso del bimbaletero se lograba, sin ningún esfuerzo
adicional.

Al soltarlo, el contrapeso elevaba el recipiente ya lleno, luego el


operador vaciaba a una mayor altura el agua en un canal que la
conduciría a otro estaque un poco más elevado y a una cierta
distancia, donde seguramente otro grupo de “shadoufseros”
repetirían la maniobra. Con este ingenio lograban no solo ampliar el
área cultivable sino almacenar toda el agua que necesitarán en el
resto de las estaciones secas, vi una película donde un grupo de unos
100 hombres llenaban un estanque en unas pocas horas, luego se
trasladaban al que acababan de llenar repitiendo la maniobra,
llenando otro un poco más alto y así sucesivamente, con una
eficiencia difícil de imaginar.

El otro ingenio al que me quiero referir es el ariete hidráulico,


imagino que al oír la palabra ariete se le relacione con el
mencionado golpe de ariete, pues si lo están.

La momentánea furia que se produce en el agua en una conducción


por un cierre rápido, ha sido aprovechada para elevar agua sin
consumo de ninguna energía externa, el agua sola se auto-impulsa,
lo único que se precisa es cierta abundancia, pues nuestro ingenio
solo bombea un pequeña parte del caudal utilizado para mover el
ariete.

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Nuestro planeta está superficialmente cubierto por el agua
aproximadamente en un setenta por ciento, de manera que tenemos
agua en cantidades tales que podría hacernos pensar que nunca
vamos a tener problemas de suministro para nuestro consumo, y el
de la vida vegetal tanto natural como agrícola.

Ahí cometemos uno de nuestros más peligrosos errores, el agua de


los océanos y mares es altamente salina y por lo tanto no sirve ni
para riego ni para usos domésticos, los procesos de desalinización
son supremamente costosos haciendo que solo unas pocas
comunidades, muy ricas, puedan darse ese lujo, algunos países
petroleros por ejemplo.

Esta gran masa contiene algo así como el noventa y siete por ciento
del total, los casquetes polares y los glaciares aprisionan buena parte
del agua dulce, llamada así por no contener sal, este volumen
retenido y por lo tanto no utilizable contiene algo así como un dos,
quedando solo un uno por ciento para el sostenimiento de la vida en
la superficie seca del planeta.

Pero tampoco es utilizable este uno por ciento en su totalidad pues


tenemos inmensas cantidades de agua en acuíferos profundos por
fuera de nuestras posibilidades, se le llama agua fósil, hay otro
volumen considerable en la humedad de la tierra y otro en el vapor
que contiene la atmósfera. De unos mil trescientos millones de

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kilómetros cúbicos de agua que posee el planeta, solo unos cinco mil
son aprovechables. Pero la situación se agrava considerablemente
por el hecho de que el pequeño porcentaje restante no está
democráticamente distribuido, los grandes lagos de Norteamérica
contienen aproximadamente un quinto de ese ya casi precario saldo,
el lago Baikal se reserva otro quinto y la cuenca del Amazonas
también retiene otro tanto y como bien sabemos es una zona
bastante despoblada. Tenemos zonas inmensas con cantidades
mínimas de precipitación anual, como buena parte del África,
México, sur oeste de los EEUU, Mongolia, centro de China, etc.

El problema se agrava por el mal uso que le damos al resto que nos
queda, con una actitud que raya en la vesania; nuestra civilización
ha venido utilizando como medio de arrastre de todas las
inmundicias que producimos en nuestras desbordadas ciudades e
industrias, a las corrientes superficiales. Los ríos dadores de vida se
han convertido en su gran mayoría en generadores de
enfermedades, pues al venir altamente contaminados, buena parte de
la humanidad consume agua en estado deplorable, el setenta y dos
por ciento de las enfermedades humanas son causadas por aguas no
potables.

La cuota en vidas que estamos pagando asciende a cinco millones al


año. Si bien es cierto que con las modernas plantas de tratamiento
se podría subsanar este problema, también es cierto que no todas las
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comunidades tienen acceso a estas costosas tecnologías. Podríamos
decir que en general las grandes y medianas ciudades, en su
mayoría, tratan sus aguas de consumo, (no así sus aguas residuales).

Lastimosamente no podemos decir lo mismo de las pequeñas


comunidades y los habitantes del campo, que se ven forzados a
consumir aguas altamente peligrosas. Existe una alternativa para
estos casos y consiste en hervirla, pero con esto lo único que se
logra es trasladar el problema al de los combustibles, generalmente
leña con todos los agravantes que esto conlleva.

Hay otro fenómeno vinculado con el agua y que cuando lo miramos


cuidadosamente nos llena de asombro, pues con todo nuestro
adelanto tecnológico no logramos explicarlo y menos aun replicarlo,
se trata de la fotosíntesis. Para romper una molécula de agua solo
conocemos un método y es la electrólisis.

La cantidad de energía eléctrica necesaria para liberar sus


componentes es mayor que la energía que obtendríamos del
hidrógeno obtenido (un excelente combustible, además de no
contaminante), por lo cual no podemos obtener energía del agua,
esta hubiese sido sería la salvación energética de la humanidad.

Pues bien ante nuestros “ojos” podemos ver en cada instante del día,
cómo en presencia de la clorofila, la luz rompe el enlace oxígeno-
hidrógeno, liberándolos, para ser utilizados por separado, el primero

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como sostenedor de la vida de casi todos los seres vivientes que
respiramos aire (la única excepción son los organismos anaeróbicos)
y el segundo en la elaboración de los compuestos orgánicos que dan
inicio a la nutrición vegetal, al ser combinados con el carbono
obtenido del aire en forma de dióxido de carbono, CO2, éstos a su
vez conforman el soporte alimentario de la vida animal y por ende
de la humana.

Recordemos que los vegetales son los únicos seres autótrofos, los
animales, algunas plantas y los hongos tenemos que alimentarnos
con productos que ya fueron partes de seres vivos, de vegetales, o de
animales que a su vez se alimentaron de vegetales. Con las
excepciones del agua, y el cloruro de sodio o sal común que también
es ingerido en su estado natural, compuestos que coadyuvan a la
alimentación pero que no son nutrientes.

En un encuentro de visiones, realizado en el valle sagrado de los


Incas al que asistí hace ya algunos años, un chamán peruano nos
hablaba del agua y con dolido acento nos incitaba a mejorar el trato
que le estamos dando, piensen que donde no hay agua no hay vida,
ámenla y en el trajín diario cada vez que se la encuentren salúdenla
como a una deidad.

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De los grandes ríos el Amazonas es sin duda el río por antonomasia,
su caudal supera la sumatoria de los caudales de los siete que le
siguen, incluidos El Nilo, Missouri- Mississipi. En longitud es solo
superado por el Nilo.

El caudal medio es de 160.000 M3/seg, alcanzando en sus crecidas


hasta 300.000 M3/seg, su cuenca abarca un área de unos 7.000.000
de kms. cuadrados, su ancho varía desde 11Kms hasta 325 en su
desembocadura.

El lago en movimiento no deja de sorprendernos, cuando el tributo


de aguas de su cuenca se excede un poco, tiene canales naturales que
le permiten al Orinoco darle una mano.

Todo lago es continuamente llenado por algunas corrientes de agua,


y tiene un lugar de rebose por donde se igualan los influentes y los
efluentes, generando un río que en muchos casos han llamado
desaguadero.

El caso más sorprendente lo constituye el lago Titicaca a 3800


metros de altitud y 8200 kilómetros cuadrados de superficie, pues
ocurre que el río desaguador no tributa ni al mar ni a otro río mayor,
lo hace a un lago bien especial, tanto que su misión es la de
evaporar todo este caudal; tiene una longitud de unos 100
kilómetros por 20 de ancho promedio y un tirante de solo 0.50
metros. Se le llama “El POOPO”.

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Después de este efímero recorrido por el país del agua, creo que
darle el mismo tratamiento de mineral, como por ejemplo el que
damos a una cantera no evaporada, o a un arenal de Nubia, es por
decir lo menos que injusto, el agua merece un reino aparte y propio:
EL REINO DEL AGUA.

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RELATOS
APARICIONES

Acababa de cumplir diez y nueve años y viaje en vacaciones a Costa


Rica donde unos parientes. Pronto me relacioné con un grupo de
amigos que me acogió pronta y amistosamente. Uno de ellos, no
recuerdo su nombre, me invitó a pasar un fin de semana en la finca
de su familia, se trataba de una hermosa propiedad con un inmenso
robledal, en medio del cual tenían una confortable cabaña tallada,
por supuesto, en madera de roble.

El sábado en la noche, después de una opípara cena la conversación


de sobremesa tomó un rumbo no muy común, las apariciones,
Alguien preguntó: ¿Alguno de los presentes ha presenciado una
aparición? Silencio, a nadie. Tercié con el siguiente argumento: Con
absoluta seguridad a uno no se le van a aparecer en un estadio lleno,
o en una discoteca o en su oficina, ¿Alguno de ustedes ha estado en
un lugar como para que esto ocurra? Por ejemplo en un cementerio
de noche, en una casa abandonada en una noche oscura y de
tormenta, en un oscuro bosque en noche de luna nueva, silencio de
nuevo, tienes razón argumentó un tercero, entonces porqué no
aprovechamos la oscuridad de esta noche y nos dispersamos en el

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bosque, lo tenemos a la mano. La propuesta no tuvo mucha acogida,
un fuerte viento ululaba ominosamente y se anunciaba una tormenta.
El dueño de casa, me retó, hagámoslo los dos; la propuesta hecha así
tan de sopetón no daba escapatoria, no pude negarme. Más rápido
que ya, me entregó un hermoso abrigo de paño negro, un gorro de
piel y una linterna; salimos entonces en busca del espanto, después
de seguir un sendero una media hora me dijo: separémonos aquí, y
aquí nos vemos en una hora. Comencé a caminar arrepentido de mi
timidez, debí, pensaba haberme inventado una excusa, pero no se me
ocurrió nada verosímil. La hora transcurrió tranquilamente en medio
del estruendo de la tempestad que caía en un valle cercano pero sin
llover aun en el bosque. Regresamos a la cabaña, donde con alguna
curiosidad nos esperaban algunos de los contertulios. Nada, no, no
pasó nada dijimos, es que los espantos y las apariciones se acabaron
con la tele dijo alguien y nos fuimos a dormir.

Hace unos días me encontraba haciendo los ejercicios de


hidroterapia que me había ordenado el traumatólogo. La pileta
estaba localizada en el patio trasero de la clínica de recuperación
física, y como lo hacía a una hora temprana, siempre estuve solo.
Hacía concienzudamente los ejercicios que previamente me había
programado la terapeuta, se trataba de movimientos suaves que se
repetían tediosamente en largas series, para concentrarme bien

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cerraba los ojos y al terminar cada serie los abría y me reubicaba
para la siguiente.

Al terminar una serie, abrí los ojos y allí estaba, sí, tenía que ser un
ser de ultratumba: Una hurí, hermosa mujer, esbelta, elegantemente
trajeada y para peor descalza. Me miró con un dejo de sonrisa y
haciendo un mohín encantador me preguntó ¿y esa agua está muy
fría? Con el acento más seductor que pude rebuscarme le contesté
que estaba deliciosamente tibia, casi que invitándola, ¿y qué le pasó
que hace esos ejercicios? Su modo de preguntar era del todo
angelical, me lastimé una vértebra hace dos meses y apenas estoy
saliendo de eso, respondí con toda la coquetería de que es capaz un
hombre totalmente perturbado, ¿y eso es muy doloroso? Lo dijo con
una expresión de compasión, como si le hubiese dolido a ella
también. ¿Y a usted que la trajo por aquí? Musité, uso unos tacones
de este alto, indicándome con la mano izquierda sobre su índice
derecho extendido, unos quince centímetros y me caí desde allí; pero
es usted bien alta repliqué, si me dijo, pero la vanidad…

En ese momento entró su terapeuta y la hizo sentar e introducir el


pie izquierdo en un tanque, para alguna forma de terapia, encendió
un motorcito para seguramente producir una turbulencia sanadora y
se retiró, Inmediatamente odié el aparatico ese, porque me impidió
seguir conversando con mi “aparición”. De ahí en adelante solo

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intercambiamos sonrisas, hasta que sorpresivamente irrumpió la
señora esa, apagó el motor y se llevó mi ángel.

Debo decir que parecía “la primera luz del día y en lo negro de sus
ojos, la mirada tentadora……Bajo el arco victorioso de las cejas,
era un triunfo la pupila quieta y brava y, cual conchas sonrosadas,
las orejas se escondían bajo un pelo que temblaba como azabache
derretido”.

Solo pude contemplar sus pies por un eterno instante, cuando


amorosa los secaba. Idénticos a sus manos de pianista, delgados,
largos y bien cuidados, sin esmalte igual que sus manos blancas,
“frescos, de purísimo diseño semejaban lotos vivos de alabastro”

De regreso a casa no atinaba a aceptar la realidad, había estado en un


cielo y ya no, eso dolía.

Terminé mis terapias sin volver a verla, aunque seguí llegando con
buena anticipación y me demoraba un poco para ver si de pronto se
repetía el milagro. Perdí la esperanza, que a la vida nos lanza, pero
el último día cuando pasaba por uno de los salones la divisé al
fondo, haciendo ejercicios con una pelota y frente a un espejo, me
daba la espalda. Ralenticé mi paso al máximo, para eternizar el
minuto y se produjo el milagro, alzó la cara y me vio por el espejo.
Su sonrisa fue como un relámpago, iluminando hasta el fondo mi

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alma, su mano se movió como la vela de un bajel, saludando y
despidiéndose.

Ahora si puedo decir que viví una aparición.

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EL INGLES Y LA MORA

La historia que voy a relatar ocurrió hace unos cinco siglos, como
mi memoria es flaca, he olvidado las fuentes de mi relato y los
nombres de los protagonistas, así que decidí llamarlos EL Inglés y
la Mora.

El inglés, un hombre rico y que sabía para que sirve el oro, tenía
una mansión señorial pero sin título, suplía los abolengos con su
caudal, su casa era un concurrido sitio de tertulias a las que asistía la
crema de Londres.

Cuando cumplió treinta y cinco años entró en grandes cavilaciones


sobre el sentido de su vida y la salvación de su alma, en aquel
entonces esto era muy importante, ya había pecado lo suficiente,
luego era tiempo de orar. Así que decidió hacer una peregrinación a
Tierras Santas con lo cual, si regresaba vivo”, se ganaría una
indulgencia plenaria. El viaje era sumamente riesgoso, los piratas,
sobre todo los musulmanes infestaban el mediterráneo.

Gracias al poder de su Dios llegó ileso a Jerusalén, oró, ayunó,


imploró el perdón por sus pecados, e inició el regreso.

Como era de esperarse su bajel fue capturado por piratas moros, -


Allah es grande- que lo llevaron a un comercio de esclavos en tierras

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de lo que hoy es Tunes, allí fue vendido por un buen precio, era
fuerte, culto y sano. Su comprador resultó ser un enviado de un rey
local, encargado de adquirir algunos infelices. Allí inició su
cautiverio que duraría varios e interminables años.

En alguna ocasión en que el soberano pasaba una revisión a sus


esclavos le llamó la atención nuestro inglés y más cuando al pasar
por su lado, este le saludó en un perfecto árabe. A los pocos días lo
hizo presentarse en palacio y trabó conversación con él, iniciándose
así una amistad sincera y productiva para ambos, su situación
mejoró totalmente, fue ganándose la confianza de su dueño y a su
vez comenzó a prestarle invaluables servicios en diferentes
escenarios, dada su clara inteligencia y su vasto saber.

Pronto le pidió que le permitiera organizar una pequeña capilla para


rendir tributo a su Dios, lo cual fue gustosamente concedido. A los
pocos días de estar frecuentando su oratorio, una tarde mientras
piamente oraba sintió a sus espaldas una presencia, efectivamente la
hermosa princesa que siempre veía junto a su padre y que no perdía
ninguna de sus palabras, estaba allí, su vida pendía de un hilo, se
puso muy nervioso pero la frescura de aquel ángel lo tranquilizó.
“Quiero conocer a tu Dios, debe ser muy poderoso para que hayas
hecho lo que hiciste”. Luego de un breve intercambio de palabras
nuestro inglés aceptó seguirse viendo allí por las tardes para iniciar
lo que sería una contundente conversión.
26
Decir que pronto se enamoraron es casi una perogrullada, pero las
razones del corazón no usan coincidir con las de la razón.

Una tarde nuestra protagonista se sintió desfallecer, su amado le


ocultaba algo y no pudo obtener respuesta, ella lo sintió, estaba
segura de que algo grave guardaba el corazón de su amado.

Efectivamente, nuestro hombre no había descuidado en ningún


momento su búsqueda de la libertad, aquel día supo que todo estaba
listo, debía escapar por la noche, en un lugar predeterminado lo
esperaban sus costosos salvadores, le tenían enjaezado un magnífico
corcel y un silencioso guía igualmente bien montado. Al cuidado del
sigilo y la impenetrable oscuridad huyeron a todo galope no
deteniéndose hasta llegar a un a rada donde una goleta lo aguardaba.

Al día siguiente al propagarse la noticia por todo el palacio, nuestra


mora sintió morirse, había sido traicionada, ella lo supo desde el día
anterior. Pero no podía dejar notar su aflicción, tenía que soportarlo
estoicamente. Si, estaba desolada, pero no era persona que
permitiera que los acontecimientos la convirtieran en simple
espectadora, tenía un temple que ya quisieran los mejores aceros.
Dejó pasar unas prudentes lunas, fue guardado secretamente algunas
joyas, hasta que logró comprar generosamente la confianza de un
palafrenero, y una noche oscura como las fauces de un lobo,
escaparon.

27
De cómo llegó a Londres nada se sabe, pero una lluviosa tarde
descendió de un bajel una mujer sola, hermosa, extraña y que no
mostraba ningún temor en tan insólita situación, se hacía entender
por señas, no hablaba una palabra de inglés y no se parecía a las
mujeres inglesas, sus ropas eran también muy diferentes. Llegó a la
ciudad y a los pocos días, seguramente acomodada en alguna
incógnita pensión, comenzó su tarea: salía religiosamente mañanas y
tardes, agotando cada día una calle, mientras con decidido acento iba
pronunciando en alta voz el nombre de su amado. A los pocos días
ya se hablaba en toda la ciudad del extraño personaje y su inusual
locura.

No es pues de extrañar que nuestro hombre se enterara y envió en su


búsqueda un criado de confianza, con orden de llevarla a su
presencia para así salir de dudas, aunque todo coincidía, era
altamente improbable que se tratara de ella.

Cuando se encontraron, ambos quedaron petrificados. Su


enamoramiento sometió todas las preguntas, la llevó inmediatamente
a un convento, mientras preparaba la boda.

Su primer hijo fue alguien espectacular, mostrando desde niño,


características de ambos progenitores, la exótica belleza de su madre
le dejó una figura exquisita, y las virtudes de su padre lo dotaron de
un gran corazón y una talentosa cabeza. La historia no lo ha

28
olvidado a pesar de la inmensa lejanía en el tiempo. Su nombre fue
TOMAS MORO.

29
AGUDELO MUTAMBAJOY

La historia de Agudelo - Si, Agudelo era el nombre - Mutambajoy


no es cuento, sucedió, con otros nombres y otros topónimos, pues he
olvidado los propios y sería penoso tratar de recuperarlos, solo fue
fiel a mi memoria el de nuestro protagonista.

El pequeño Agudelo era el menor de siete hermanos, hijos de un


minifundista de las laderas que rodean la laguna de la C..., vivían,
mejor duraban, en condiciones mínimas, en una chagrita de unas dos
plazas, de las cuales si acaso podían sembrar la mitad, el resto era
pantanoso. Olvidaba mencionar que el feudo de los Mutambajoy
tenía unos cuantos metros de rivera en la laguna. Así entenderemos
porqué nuestro pequeño héroe solo clasificó para acompañar a sus
padres a la gran aventura de cada dos meses,- la salida en lancha al
puerto para comprar algo que no alcanzaría a llamarse mercado -
cuando ya había cumplido los ocho años. Después de aguantar
estoicamente los saludos de los conocidos y otros no tanto, se
dirigieron a la tienda donde se surtirían de sal, azúcar, pastas, arroz,
aceite y con suerte algo más.

Agudelito se quedó pasmado, lelo, pegado al suelo, cuando al entrar


en la tienda se encontró de frente con un almanaque donde se veía
en todo su esplendor un mar tropical, él, para quien el universo era

30
la laguna, fría, tranquila, a veces fiera, grandísima, de aguas verde
olivo casi negras, tan grande que casi no distinguía las casas de la
otra orilla, no lo podía creer. Cuando pudo, preguntó a su padre, no
al suyo, al de él, por aquella maravilla. Los habituales de la tienda
oyeron la inquietud del pequeño y entre todos trataron de explicarle
lo que casi con seguridad no conocían, el mar, y que es también casi
seguro no comprendían muy bien.

Desde ese memorable día el destino de Agudelo Mutambajoy quedó


marcado, definido, porque cuando preguntó y le contestaron que el
mar no estaba muy lejos, que era solo cuestión de dos días en bus
para llegar al puerto de T..., decidió que él tendría que conocerlo en
persona, tendría que ir allí.

Tuvieron que pasar cinco años para que nuestro héroe, hubiese
podido reunir lo que costaban los pasajes, lo logró con un tesón
digno de mejor causa, trabajó arduamente la tierra, haciéndose duro
como un roble.

Llegó al puerto ya casi de noche, e inmediatamente preguntó por el


mar, cuando lo vio por primera vez, a la luz de una luna llena, sintió
que ese era su destino, se acurrucó en algún lugarcito en la playa, se
comió el último trozo de cuy y la última papa del fiambre que
buenamente le pudieron empacar en su casa. Allí mismo se recostó y

31
más que pronto se quedó dormido, con la blanda arena como
colchón y almohada, y el ancho cielo por cobija y techo.

A la madrugada lo despertó la algarabía de los cholos pescadores


que se aprestaban a iniciar su jornada diaria. Viéndolos se acercó a
un pescador que parecía necesitar ayuda, la cual fue inmediatamente
aceptada, el mozo era fuerte y comedido, como decían antes.

Una vez don “Vítor” sintió que estaba en el lugar preciso, comenzó
a lanzar sus redes, contando siempre con la solícita ayuda del mozo,
quién mantenía una concentración total en todo lo que oía, veía
hacer, en el viento, en la carrera de sol, en las nubes, en los colores
del mar, en las gaviotas, en los peces que se iban acumulando en el
fondo del bote. Nada escapaba a su atención, sus ojos escudriñaban
los horizontes, como diciéndoles “Nos vamos a seguir viendo”.

En pocos meses el indiecito de la tierra fría se había hecho popular,


ya era un práctico ayudante, en el poblado se decía que tenía
“instinto”, ya le daban además de la comida y una estera para
dormir, algunos pescados después de cada faena, los que vendía en
la cooperativa. Tenía varios amigos y había aprendido a tomar
cerveza y a jugar fútbol, Nunca se quejó del calor.

El día que cumplió quince años se embarcó por primera vez con su
nuevo patrón, propietario de un balandra de mejor estirpe, vieja pero
32
cumplidora, donde las jornadas podían incluir la noche y en
ocasiones más de un día.

En su tercera salida a bordo del “Albatros”, cuando el sol se veía en


el horizonte se apagó el motor, todos los esfuerzos por encenderlo de
nuevo fueron inútiles, quedando a la deriva y por supuesto sin radio.
La pequeña tripulación estaba formada por don Isaías el propietario,
un marinero medio cholo, medio negro, de fuertes bíceps y mal
genio, quien se hacía llamar Turro y Agudelo Mutambajoy. El
primero en enloquecer fue el Turro, siendo inexorablemente tragado
por el mar. La sed los atenazaba, pero eran lobos de mar y sabían
aguantar. Al quinto día después de un corto sueño, Aguirre se
percató de que estaba solo. Un pequeño chubasco lo proveyó de
alguna cantidad de agua, pero el inclemente sol ya iba tras la tercera
víctima. Al siguiente día se sintió mal, comenzando a vomitar lo
poco que había ingerido, pronto perdió el sentido.

Desde la proa de un atunero que regresaba a su base, un grumete


divisó la balandra donde se moría Agudelo. Al ser llevado a la
enfermería y recibir los primeros auxilios dio muestras de su
fortaleza física, en tres días era un hombre nuevo.

La noticia se regó por toda la región y por supuesto el prestigio del


muchacho creció, había olvidado mencionar que Agudelo era un
excelente cocinero y eso le había ayudado enormemente, los

33
cocineros eran altamente apreciados y si el arroz les “reventaba”,
mas aún.

Habían pasado unas pocas semanas cuando fue llamado a la


pesquera del atunero salvador, querían vincularlo como empleado
regular, el sueño de todos los cholos de la aldea, y orgullo de los que
estaban enganchados. Allí también se hizo ver, era un excelente
marinero, trabajador y como decían “tenía intuición”, siempre que
alguna insinuación suya era tenida en cuenta el éxito coronaba la
faena. Se había convertido en la insignia de la empresa, querido por
todos. Al cumplir sus diez y ocho años los compañeros se los
celebraron con una fiesta que dejó historia.

En las cálidas noches de pesca algunos marineros suelen recostarse


en la red, al doblarse esta para dejarla lista en cubierta, ofrece un
cómodo y fresco lecho para echarse una dormida, a la que se había
acostumbrado Agudelo, era pues frecuente encontrarlo en las más
calurosas noches dormitando allí hasta el inicio de la faena.

La fatal noche de su desaparición se supone que dormía


plácidamente, sin que al lanzar la panga encargada de extender la
red, se percataran de que aún permanecía allí. Su cuerpo no fue
encontrado.

34
EL SANTO PRÓFUGO

Cuentan las tradiciones del Méjico Virreinal (año 1600 o algo


parecido), que un hombre fue condenado a una muerte vil, por
crímenes que quiero imaginar que sí cometió. Antes de ser prendido
huyó, yendo a refugiarse en unas montañas lejanas, despobladas y de
difícil acceso fuera del alcance de la manu militare.

Una vez que se sintió seguro, de que allí no irían a buscarlo,


comenzó a organizar su vida cotidiana, suponemos que llevó
consigo lo que precisaría como algunas herramientas, semillas, etc.
Con el transcurrir de los días fue organizando una precaria vivienda,
alguna huerta y todo aquello que los “robinsones” hacen y que nos
provoca tanta envidia, pero aun así el tiempo era largo y tendría que
pensar en algo en que entretenerse. Un buen día tuvo una idea:
emplearía todo su tiempo en tallarse una casa en una enorme roca
que por allí había. La tarea era descomunal pero el tiempo abundaba
y no había afán, con el correr de los años la casa fue tomando forma.
Como todo lo que tiene comienzo inexorablemente tiene final, la
casa se terminó y posteriormente el hombre agotó la cuenta de sus
días.

Allí comienza el mito, Muchos afirman que no se trató de


un criminal sino de un santo que encontró un lugar solitariamente

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adecuado para su retiro del mundanal ruido. Pero la memoria de los
hombres es flaca y con el correr de los años apareció una tercera
versión. Ni lo uno ni lo otro, para gloria de Dios, se trató de un
criminal que tallando su casa se hizo santo.

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RELATO DE UN CUENTO

Hace tiempo leí, o creí leer, o soñé, o imaginé un cuento cuyo


nombre estaba en francés, creo recordar se intitulaba: “trate de
sensacions”, quizá con una tilde de las que no tiene mi PC. También
recuerdo o he querido suponer que su hacedor era pluma mayor.

He deseado recuperarlo y lo he buscado infructuosamente, en obras


suyas, en sus obras completas, he consultado sus exégetas y nada,
se esfumó como por encanto. No existe, no fue escrito.

Voy a tratar de reconstruirlo -y que me perdone el autor esta


osadía-aunque solo logre una dudosa versión aproximada.

“Se había esculpido una fantástica estatua en el más bello y


translúcido mármol de Carrara por un prodigioso artista que a no
dudarlo aunaba la inspiración, la destreza y el arte de Fidias, Mirón
y Praxiteles, de Miguel Ángel y Rodín. Era la perfección, hubiera
matado a Pigmalión.

Embelesado con ella, quiso el Señor hacer algo: Es el olfato el más


descuidado y menos usado de los sentidos por el hombre, ¿Y que si
se lo concedo a esta maravilla?

Un buen día la estatua despertó, era un olor a rosa, sin matices, ni


partes, un continuo. Al cabo el aroma se esfumó quedando

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perpleja; nota que aun sin el estímulo puede recordar su dicha;
súbitamente le llega el aroma de un jazmín y vuelve a quedar
arrobada, los diferencia, los compara y le gustó más uno, se suceden
otros y sin querer los ordena según el placer dejado.

Advierte que el rosa regresa después del vetíver, luego el jazmín la


ocupa, empieza a entender que su universo no es fijo, cambia, muta,
así descubre el tiempo. Pronto se da cuenta de que sus deliciosas
sensaciones le llegan, que no son ella, ve que no es el todo, que hay
un afuera, está descubriendo el mundo.

En algún momento ansía el aroma de la rosa, y entiende que debe


esperar, que no lo puede obtener de sí. ¿Y qué tal si llegasen juntos
rosa y jazmín?

Así, lentamente, con seguridad, va desarrollando las facultades del


entendimiento y quizá con éstas lleguen las de la voluntad.

Con la sola ayuda de su olfato se va abriendo al universo.

¿Llegará a intuir a su autor material?

¿Inferirá que nació con el aroma de la rosa?”

38
CONTRAVIA

Jimmy conducía su Ferrari a velocidad moderada a pesar de la


bravura de su máquina, avanzaba por la “interstate 92” dirigiéndose
hacia el norte, iba a finiquitar un par de excelentes negocios en la
ciudade M…. había madrugado para alcanzar a regresar el mismo
día, así que la superautopista era para él solo. Sintonizaba en su
radio una emisora de música country y su estado de ánimo era
excelente. Un alto en la música para un informe de carreteras lo
aterrizó, casi sin advertirlo oyó que recomendaban mucho cuidado a
los transitantes por la interstate 92, ya que un loquito distraído
conducía en contravía .

Estas ostentosas autopistas del coloso del norte en muchos tramos


separaban los carriles de cada dirección hasta el punto de no verse el
uno desde el otro, así era el tramo por el que conducía. Con la
advertencia entre sus orejas disminuyó otro poco la velocidad por si
le tocaba encontrarse con el infractor, no fuera que le causaran
algún rayoncito a su flamante auto, motivo de su máximo orgullo y
casi la principal razón de su lineal vivir.

No bien tomó sus precauciones lo vio, se trataba de un Camaro ya


viejo, y que venía también a velocidad moderada, de modo que el
cruce fue sencillo, ¡Que bruto! Pensó para sí. No habían transcurrido

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treinta segundos cuando un segundo auto se le acercaba como un
bólido y también en contravía, “no entiendo, dos imbéciles en línea,
esto ya es demas.., “¿Cómo, otros dos imbéciles y para peor casi lo
sacan de la carretera y además le hicieron señas non sanctas, le
pitaron y le encendieron las luces altas.

Definitivamente hoy todos amanecieron locos, apenas si tuvo tiempo


de orillarse y una seguidilla como de diez vehículos también en
contravía lo dejaron completamente paranoico. ¿Qué pasa, no
entiendo, el país entero había enloquecido?, prosiguió la marcha
lentamente hasta que en la siguiente curva se topó con una patrulla
de policía que evidentemente lo aguardaba.

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JUAN CARLOS MAGDALENA

Una partida de ajedrez

(In memoriam)

Lo conocí cuando cursábamos el segundo año de secundaria en el


colegio de Santa Librada, era simpático, moreno, bajito y buena
persona, tenía fama de buen billarista, jugaba fútbol con depurada
técnica y poco coraje, su padre era un argentino jugador de fútbol y
su madre Lucy Figueroa, una excelente cantante profesional. Me
acerqué a él a través del ajedrez, tenía uno que era la envidia de
todos, bellísimo, aun hoy, cuarenta y ocho años después lo recuerdo.
Se jugaba a las cinco p.m., después de la salida por la tarde, y allí si
puedo dar un testimonio de primera mano: era malo, le ganábamos
casi todos con facilidad, pero era incansable, jugaba todos los días;
perder lo incomodaba quizá un poquitín más que al resto.

Como era proverbialmente mal estudiante solo estuvo en el colegio


dos años y lo perdí de vista. Lo volví a encontrar en la universidad,
iba a iniciar el cuarto año de ingeniería, cuando ingresó a la escuela
de medicina. No llegó a la Universidad como cualquier hijo de
vecino, no, llegó precedido de fama como ajedrecista, campeón
nacional juvenil, campeón departamental, había jugado con cierto
éxito el campeonato mundial de su categoría, y claro, desde ese año
41
fue el campeón de la universidad. En verdad era un magnífico
jugador, estudioso, osado, veloz, buen estratega e invencible en una
final.

Los sábados en la mañana nos reuníamos en el salón del ajedrez los


más aficionados a ese extraño combate donde se “odian dos
colores”, y guerreábamos toda la mañana; allí reinaba con absoluta
solvencia, unas tablas con Juan Carlos lo catapultaban a uno a una
fama que podía durar hasta una semana. Por nuestra antigua amistad
y creo que también por desquitarse de las palizas santalibradunas le
gustaba jugar conmigo, y cuando digo que jugaba conmigo era
literalmente así, me zarandeaba a su gusto.

Un sábado me llegó la luz y en una partida que aun lloro, logré


sacarle las dos torres de ventaja, en esas circunstancias cualquier
caballeroso jugador resigna por respeto con su adversario, pero Juan
Carlos no se andaba con esas finuras y continuó jugando ante mi
total indignación, con dos torres de ventaja me enfrento a cualquier
jugador sin temor. Tampoco voy a aceptar que en ese momento ya el
vislumbraba lo que iba a suceder. Pues ocurrió lo que yo no podía
ni sospechar, recuerdo la displicencia con que continué jugando, y
de pronto la catástrofe, se encontró un jaque perpetuo y me sacó
unas tablas.

Quedé anonadado, pienso que allí murió mi carrera de ajedrecista.

42
Volví a perderlo de vista al graduarme y abandonar la U.

Pasaron algunos años, cuando tuve la grata noticia de su grado


como médico, lo que era un ejemplo de tenacidad único, pues hizo
su carrera en diez años, igual que el bachillerato, pienso que en esa
muy estricta Facultad le aceptaron su ritmo por algunas razones y la
no menos obvia era su solvencia ajedrecística que le dio varios
títulos al Alma Mater en los juegos nacionales ínter universitarios.

Tres años después supe que mi admirado Juan Carlos Magdalena


había sido atropellado por un vehículo, muriendo tristemente, sin
que hubiese fructificado el experimento que planeaba Madre Natura,
al mezclar en una cabeza a tan extraña y revolucionada mente, con
los rigores del saber de un sanador.

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LA PIEDRA SUELTA

Érase que se era un rey muy rico. Corrían los tiempos aquellos
donde se nos confunden mito y realidad, mezclados cual la trama y
la urdimbre de un tapete. Fue el más rico de todos los reyes
inmensamente ricos. Cuentan que este rey poseyó tanta riqueza en
oro, plata y piedras preciosas, que ninguno de los reyes que lo
sucedieron llegó a sobrepasarlo. Queriendo guardar en secreto sus
tesoros mandó a labrar en piedra un aposento, una de cuyas paredes
daba a la fachada del palacio. El alarife, con aviesa intención
discurrió lo siguiente: Aparejó una de las piedras de modo que
pudiera ser retirada por un solo hombre con la ayuda de una pequeña
palanca.

Acabado el aposento, el rey guardó en él sus riquezas.

Néfer, el arquitecto, llevó una vida de una moderada opulencia,


discreto en sus gastos, levantó a su familia cómodamente. Con
mucho sigilo y al amparo de la oscuridad, en cada noche de luna
nueva se introducía en la cámara del tesoro y sisaba un poco. Jamás
se permitió que lo hurtado fuese notorio, así pudo llegar al término
de su vida con la comodidad que le daba su “renta mensual”, los
faltantes en el tesoro real no fueron nunca detectados.

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Cuando sintió que la cuenta de sus días se agotaba, llamó a sus dos
hijos mocetones, y les dijo: Voy a dejarles un secreto que les
permitirá vivir hasta el final con la solvencia que siempre han
conocido, pero… tendrán que jurarme por todos los dioses que harán
exactamente lo que les indique. Una vez hechos los juramentos, les
reveló su secreto haciéndoles hincapié en la absoluta necesidad de
tomar solo lo suficiente, nunca tomar más de la cuenta, si así lo
hicieren serían pillados.

Muerto el padre los muchachos cumplieron cabalmente lo prometido


y durante algunas lunas; en su “ida al banco”, solo tomaban lo que
consideraban suficiente y quizá un poquito más. Pero un día, un día,
perdieron la cordura y sacaron una pingüe cantidad y a la luna
siguiente hicieron lo mismo, y a la siguiente lo mismo.

¡Majestad, hemos detectado un faltante en los tesoros reales!, le dijo


el ministro del tesoro a su rey. Veintiocho días después se repitió la
escena. La guardia había sido doblada, los ojos del palacio estaban
clavados en ese dichoso aposento, ¡era imposible!

Se montaron trampas de las cuales no sería posible soltarse, todos


los pasillos de la cámara del tesoro se convirtieron en trampas
mortales. Al siguiente novilunio los dos mozalbetes partieron a
cumplir una aciaga cita con el destino. No bien estuvieron adentro,
el menor quedó cruelmente atrapado en una de los artificios allí

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instalados. No precisaron de mucho tiempo para saber lo que había
que hacer: El atrapado debía ser decapitado y su hermano escapar
con la cabeza.

“No hijo, no podemos honrar el cadáver de tu hermano solo con su


cabeza, si no me traes el cuerpo yo misma te denuncio al rey”.
Sentenció plena de determinación la madre de los muchachos. El
mayor de los hermanos salió muy pensativo tratando de adivinar la
salida de esta situación.

Esa misma tarde apareció un cuerpo sin cabeza colgado en una plaza
pública, con unos cuantos soldados vestidos de paisanos y
disimulados, dispuestos a echarle mano a quien viniera a mirar el
cadáver con muestras de aflicción.

Cuando ya las sombras se alargan apareció un hombre con una


recua de asnos cargados con odres de vino, algunos de los cuales
estaban chorreando su contenido y no por gotas. Ante esto y viendo
el estado de embriaguez de quien conducía los asnos, los soldados se
acercaron, detuvieron la caravana y a dejar escurrir el vino en sus
bocas; cuando llevaban un tiempo en estas, reaccionó el dueño
invitándolos a beber les abrió un odre y otro y otro hasta que los
dejó completamente borrachos y dormidos, desató el cuerpo, lo
montó en los pollinos y a su casa.

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Cuando le llegaron con este cuento al rey, solo atinó a expresar:
“Mis súbditos son los más listos de los hombres y este es el más listo
de todos. Quiero a ese hombre pero trabajando para mí”. Los
indultos fueron rápidamente consignados por los escribas y
divulgados. Nuestro hombre se presentó en palacio donde fue
amigablemente recibido y con el tiempo llegó a ser nombrado
ministro de tesoro y consejero real.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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LECCION DE VALOR

Hay leyendas que no tienen dueño, en la siguiente solo me


acompaña el dudoso mérito de haberla fijado en letras.

La niña se moría, la crisis en la que había caído parecía inexorable,


solo la salvaría una transfusión de sangre, pero la suya era bien
escasa y ya se habían agotado las posibilidades en otros centros
hospitalarios y bancos de sangre . Su hermanito de siete años tenía
esa sangre, pero ¡era tan niño!, cuando ya era evidente que se le
hacía la transfusión o moría, el médico con autorización de los
padres le habló al niño: la única forma de salvar a tu hermanita es
que le regales un poco de tu sangre. El niño vaciló un instante,
¿pero sí se salva? preguntó. Por supuesto que sí, le contestó el
médico, entonces téngala y le estiró su bracito.

Comenzaron la transfusión, los dos niños estaban conectados, unidos


por manguera y agujas; la sangre corría lentamente desde él hacia
ella. Pasado un tiempo la niña empezó a dar muestras de mejoría,
fue recobrando el color, abrió los ojitos y sonrió.

Todos los allí presentes, padres, médico y enfermeras, se unieron en


una sola expresión de júbilo; el niño miraba a su hermana y llamó al
médico ¿Bueno doctor y cuándo me empiezo a morir yo?

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LECHE DE JARRA

Cumplidos los cinco años, mi estado de salud era tan precario, que
se pensaba que no me criaría, después de una de las tantas pestes que
me asolaron, el médico recomendó un cambio de clima: “doña
Alicia, le dijo a mi madre, lléveselo a temperar, ojala y pueda
tenerlo una temporada en el campo”.

Mis tías abuelas hermanas de mi abuelo materno, vivían en una


finca cerca de Calcedonia, zona cafetera, clima templado y adoraban
a mi madre, así que la cosa salió de bola-bola, me sacaron del kinder
y allá fui a templar en compañía de mi abuelo Miguel, la idea era
que permaneciera en el destierro unos seis meses.

El primer impacto fuerte se dio al día siguiente a mi llegada; como


gran regalo de bienvenida me tenían un “cucarrón mierdero”, así los
llamaban, amarrado a un trozo de hilo, para los niños campesinos
era un juguetazo, volaba mucho más entretenido que las cometas,
era como una cometa con motor, para mí fue una ofensa ¿cómo así
que un cucarrón de regalo para mí? Si les tenía pavor, armé una
pataleta de padre y señor mío, las insulté, les tiré una canastada de
tusas que por ahí había y casi no me calman.

Era una hermosa finca, tenían ganado, caballos, potreros,


sementeras, gallinas, cluecas con pollitos, marranos, frutales,
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bosque, río, peones, mayordomo y una casa que desde el principio
fue mi fascinación: La Elda un pequeño cobertizo, con techo
deslizable para secar el café, propia de todas las fincas cafeteras de
la región.

Allí conocí todo esto, y aunque muchas cosas nos las habían
mencionado en el colegio, era mi primer encuentro con la
naturaleza. Las gallinas ejercían sobre mí un efecto mágico, pues me
encantaban los huevos, así que ver de dónde venían era totalmente
sobrecogedor. El establo, donde se ordeñaban las vacas también me
alelaba, eso de sacarle la leche a esos animalotes me mantenía muy
pensativo y preocupado, las razones eran dos, cuando las vacas se
echan en la tierra, la ubre y las tetas quedaban en contacto con el
suelo, para mí eso era una suciedad, pero lo más preocupante era que
ya había visto que los terneros se metían la lengua en la nariz, en
nuestra familia el hurgarse la nariz se llamaba “colmenear” y era
considerado una cochinada, así que cuando vi que antes de ser
ordeñadas, los benditos y colmeneadores terneros les chupaban
las tetas, decidí que yo no volvería a tomar leche de vaca.

A la mañana siguiente cuando me ofrecieron la famosa postrera


(leche ordeñada directamente en el vaso quedando muy espumosa),
les advertí que no volvería a tomar eso, y expuse con toda firmeza
mis razones.

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Tronco de problema para Teresa, Matilde y mi abuelo- quienes eran
los responsables de que yo me “repusiera” y se habían
comprometido a mandarme para Cali gordito- pues ¿sin leche que
muchacho se puede criar?

Al día siguiente mi abuelo resolvió el problema de una manera


salomónica: “mi nieto tiene razón dijo en tono solemne cuando
desayunábamos, de hoy en adelante vamos a comprarle leche de
jarra y no me le vuelvan a dar esa sucia leche de vaca”. Así se hizo y
todos felices, el muchachito regresó a casa, después de una
supervacaciones totalmente repuesto y lleno de experiencias nuevas
para lucirse en el colegio.

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MANGANESO

La visita de Saúl uno de mis tíos, en la mañana de un domingo


significaba a no dudarlo algo especial.

Hacía como un año había vendido la vieja volqueta, con la que se


ganaba el sustento para él su mujer y sus siete hijos, ante el peligro
que su vetustez implicaba, ya más de una vez la Divina Providencia
lo había salvado de un accidente serio, y ante la imposibilidad de
una reparación a fondo decidió buscarse el condumio en otra forma.

Desde la construcción de la represa de Anchicayá le habían quedado


unas acciones en una mina de manganeso, sita a unas ocho horas de
duro camino por las montañas de la cuenca del río que dio nombre a
la represa. Los otros accionistas eran más pobres que él, casi todos
analfabetas. Habían luchado durante veinte años contra la Unión
Carbide y otras multinacionales como Varta, fabricantes de pilas,
ansiosos de tragarse el manganeso de estos desheredados de la
fortuna. Habían resistido heroicamente todos los embates legales y
los no tanto, a las triquiñuelas, engatusamientos y toda laya de
ardides para despojarlos.

Todos estaban en la inopia y la mina era su única esperanza.

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“Vea sobrino ya llevo un año enterrado en esas lejanías y tengo todo
listo para iniciar el negocio, tengo listas las primeras dos toneladas
de material y el cable está totalmente tendido, pero se me acabaron
la plata y el crédito en el granero, ya don Gaviria no puede darnos la
comida. Don Gaviria era propietario de un granero en el vecindario
de mi tío, y como buen aventurero se había asociado aportando los
mercados, tanto para la familia como para Saúl y su ayudante.

Nos faltan unos diez mil pesos para la compra de los neumáticos, el
compresor y unos diez jornales de ayudantes; las dos toneladas las
tenemos negociadas en cien mil pesos, así que mi querido sobrino
vine a pedirle cacao”.

Diez mil pesos era una cifra que superaba mis capacidades, pero no
me aterraba, así que le propuse invitar a mis dos mompas, Armando
e Iván, los tres éramos amigos desde la infancia y nos habíamos
graduado de ingenieros; dábamos los primeros pasos como tales.
Armando era ingeniero químico y trabajaba en Croydon, Iván
ingeniero mecánico trabajaba en Cartón de Colombia, entre los tres
podíamos juntar la plata, pero los primeros ahorros se cuidan como a
la vida misma, así que cuando les hice la propuesta estuvieron
inicialmente de acuerdo, pero querían ver con sus propios ojos todo
ese macondiano cuento.

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Para fortuna del proyecto el siguiente fin de semana era puente, el
lunes festivo permitiría disponer de tres días, tiempo mínimo para la
aventura. El sábado a las cuatro de la mañana nos encontramos en la
portada al mar los cinco personajes, para esperar la llegada del bus
que nos pondría a las puertas de la fortuna.

Yo ya había cumplido el ritual de entrada en el mundo de los


adultos de mi familia que consistía en que al cumplir catorce años
Saúl nos llevaba a visitar la mina, era una caminata de unas ocho
horas, buena parte de las cuales era con el agua a la cintura y el
morral en la cabeza. Mis amigos eran verdaderos atletas, jugaban
fútbol un día sí y el otro también, así que no tuvimos problemas.
Llegamos al campamento a eso de las tres de la tarde, mamados y
picados hasta en el alma, pero animosos. Nos tumbamos en nuestros
sacos de dormir a acopiar fuerzas para el día siguiente y nos
dormimos unas reparadoras siestas. Apenas empezaba a oscurecer
nos despertaron para la comida, una suculenta sopa con de todo y
servida en unos platos que nos parecieron sin fondo, pero el apetito
era del mismo tamaño y despachamos nuestras raciones en un
volión. Una charla, o mejor un monólogo de Saúl quien era lejos el
mejor conversador que conocí en mi vida, nos entretuvo hasta que
de nuevo el sueño nos venció.

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Tempranito nos levantamos, un baño en un charco cristalino, fresco
y hermoso precedió a un pantagruélico desayuno que nos tenían
listo.

Y a caminar se dijo, eran unos mil metros en línea (casi) recta, lo


sabíamos por la longitud del cable, pero en esas selvas significaban
una hora de caminada; al llegar a una planada sin vegetación, lo cual
en esos parajes era casi inverosímil- donde si uno se dormía un
poquito largo se despertaba con matas naciéndole en el ombligo -
intuimos que esa era la bendita mina.

Tenían apilados dos montones de un material negruzco que según


nos dijeron era manganeso de una pureza tal que hacía babear a los
místeres de la Unión, como familiarmente los llamaban. El mineral
se hallaba a ras de tierra, no había que excavar, con solo remover
superficialmente se obtenía el preciado elemento.

El ya mencionado cable estaba templado desde un corpulento árbol


hasta otro unos ciento cincuenta metros abajo, en cuya base habían
construido con madera aserrada de allí mismo la primera estación,
se trataba de un sólido tendido de tablas que recogería el material al
caer. La idea era empacar en costales de polietileno el manganeso y
con un ingenioso gancho, enviarlo por el cable; al chocar contra el
segundo árbol, se safaria el gancho, cayendo el manganeso sobre el
entablado.

55
Los mil metros del cable descendían unos doscientos cincuenta
metros de desnivel, hasta la orilla del río, en siete estaciones
idénticas, cada costal viajaba con unos veinte kilos de carga, las dos
toneladas implicaban por lo tanto cien sacos que en unas cuantas
horas quedaban listos para su embarque.

El río salía, después de mil meandros, a la carretera (la vieja) que va


de Cali a Buenaventura y que como buen río de montaña tenía unos
rápidos que tuvieron que ser dinamitados para la segunda parte de la
operación.

Esta consistía en…

Ya con el material a la orilla del riachuelo, se inflaban previamente


los cien neumáticos (de camión), obviamente no de segunda, de
tercera, y a cada uno se le amarraría sólidamente otro costal en el
centro, a manera de babero, donde se le confiaría la esperanzadora
carga. A cada uno se le atarían en forma de cruz dos varas que
sobresalían unos cincuenta centímetros, esto con el fin de que no se
arrimaran demasiado a las orillas donde podrían quedar detenidos.
La idea era irlos soltando en “reatas” de a diez, una vez despachado
todo el embarque Saúl y don Gaviria saldrían, como arrieros del
agua, en sendos neumáticos pastoreando el extraño convoy. Ya se
habían realizado ensayos y todo funcionaba a las mil maravillas. Se
habían soltado cargas, Saúl y el timorato de don Gaviria, que para

56
complicar las cosas no sabía nadar y le tenía pánico al agua, habían
hecho el recorrido, y habían salido salvos a la carretera, tomándose
unas cinco horas en la navegación. Solo faltaba, como habíamos
dicho comprar neumáticos, compresor de gasolina, combustible,
lazos, cortar las doscientas varas, hacer las amarras y…a disfrutar de
unas pingues ganancias con las cuales realizar tantos sueños
acumulados durante los largos veinte años de espera.

Armando e Iván quedaron descrestados con lo que vieron. “Tu tío es


un verraco” me dijeron llenándome de un profundo orgullo; el cable,
las estaciones, el embarcadero, la dinamitada del los rápidos, en fin
todo. Así que el martes en la noche recolectamos el dinero y lo
entregamos al día siguiente; el trato consistía en ir a tercios, uno
para los ingenieros de un lado y dos para Saúl y don Gaviria del
otro.

Esa noche, la del miércoles, en medio de una euforia fácilmente


comprensible, don Gaviria abrió una botella de Scotch que atesoraba
desde hacía varios años a la espera de una ocasión.

Una vez el material estuviera en Cali nos avisarían para participar de


la entrega a los compradores, recibir el dinero y volver a celebrar.

Unos diez días después del celebrado miércoles, estábamos ansiosos


esperando noticias. La llamada acordada se dio, y cuando mi madre
me dijo: “Fer, Saúl al teléfono”, mi corazón se aceleró de la

57
emoción. “Mejor hablamos personalmente”, me dijo sin soltar
prenda, voy para tu casa. Cuando llegó, ya Armando e Iván estaban
conmigo. Pero, nunca falta, el tono de la voz habló anticipadamente
y sabíamos que algo no había funcionado.

Efectivamente, cuando habían soltado la carga y los dos héroes se


habían embarcado en su arriería inverosímil, se desató una de esas
tormentas que se desgranan en las selvas del pacífico colombiano, y
en cuestión de minutos los nautas tuvieron que abandonar el agua y
ver con terror pánico como sus ilusiones quedaban desparramadas a
lo largo de las riberas y en el fondo de la traicionera creciente.

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MAURICITO

La escena no podía ser más bucólica, el viejo Rafa y su mujer


sentados mirando con ojos de ternero a su nietecito Mauricio
jugando con dos gatitos , su hija Yarima recogiendo los platos de la
comida , Alvaro su yerno embelesado con su mayorazgo, y el
culicagado en su salsa todos pendientes de él.

De repente, desde un rincón sale veloz una cucaracha, pero no tuvo


tiempo se escaparse, el gatito café, de un salto la atrapó y sin
preámbulos se la comió. A todos los dejó callados, se había roto el
encanto y el minino fue mirado con repulsión menos por Mauricio.
¿Por qué será, inquirió Rafa, que este bendito animal come
cucarachas y el otro no?

“Es que las cucarachas saben muy feo” dijo en su media lengua el
niño, como tratando de darle la razón al negrito. Silencio sepulcral,
nadie se atrevía a musitar palabra ni a moverse, solo miradas
inquisitivas y aterradas. ¿Y a que saben la cucarachas, Mauricio? se
atrevió Rafa a preguntarle, “pues a mariposa”.

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LOS TERCOS

Desde nuestra entrada a la universidad nos dimos cuenta que la


escuela de arquitectura era un territorio diferente, se vestían
diferente, cargaban una impedimenta completamente inesperada
para médicos, economistas e ingenieros, sus fiestas tenían fama, lo
mismo que todos sus eventos, de ser distintos y geniales, allí todo
parecía de otro planeta.

Por eso cuando empezaron a sonar LOS TERCOS no nos


extrañamos, la cosa era bien exótica, pero proviniendo de allí nos
pareció casi normal.

Alguno de esos personajes sacó a la luz la peregrina idea de que el


hacer música no tenía por qué ser privilegio de quienes tocaban
algún instrumento, o al menos conocían la teoría musical, mucho
menos iban a aceptar que cualquier conjunto musical debía
acoplarse ensayando, no señor, reivindicaban su derecho a hacer
música partiendo de cero, ¡perdón de menos de cero!, porque eran
absolutamente átonos, tiesos, la mayoría tenia oídos de artillero,
pero a su favor jugaba el no conocer lo que malamente llamamos
pena.

60
Todos los viernes después de las jornadas, como a eso de las siete
llegaba cada uno con su instrumento, se reunían en una plazoleta que
delimitaba el territorio de los economistas y el de los alarifes.

La bullaranga empezaba puntualmente a las siete treinta y duraba


hasta las diez, nadie se preocupaba por los ruidos que producían los
otros, así que cada encuentro se convertía, al calor de unos
guarilaques, en un pandemónium, y así se fueron haciendo
conocidos en el ambiente universitario.

Llevaban Los tercos como un año cuando por unanimidad


decidieron elegir un DICTADOR vitalicio, obviamente Mauricio fue
el agraciado. Era ingeniero civil y enseñaba estructuras, querido por
sus alumnos y muy reconocido por los otros profesores, algunos de
los cuales también hacían parte del elenco.

Poco tiempo después se celebraría en Cali un festival Nacional de


Conjuntos Universitarios, y a oídos de los organizadores llegó la
noticia de la existencia en la del Valle de ese extraño engendro. Un
buen día Mauricio fue contactado y se le hizo el ofrecimiento de que
los tercos abrieran el festival, más se demoraron en el ofrecimiento
que él en aceptar.

Al viernes siguiente llegó Mauro como se le conocía, radiante a


contar el cuento, y contra lo que esperaba, los tercos no acogieron la
idea con ningún entusiasmo, pusieron cara como de pánico y de

61
rebeldía, pero nadie se atrevió a objetar las decisiones de su
dictador. A partir de ese día Mauro notó que todos lo eludían y
llegado el viernes se encontró solo, nadie se apareció. Faltaban ya
solo quince días para el evento, cuando llegaron a la universidad los
afiches donde se anunciaban los grupos participantes y en los que
aparecían Los Tercos como el grupo que abriría el festival.

Ya sabía que nadie lo acompañaría, todavía les quedaba un poco de


vergüenza, de la que él carecía, así que se olvidó del asunto. Llegado
el día se refugió en una casita que tenía en las riveras del Pance,*
con su amigo y cuñado Carlos Hernán, quien vivía en Cartago y por
esos días lo visitaba.

*Hermoso Rio que los caleños disfrutan como sus playas.

El evento se iniciaba a las cuatro de la tarde; después de almorzar


los dos amigos se sentaron en un corredor que daba a la carretera y
de donde se veía correr permanentemente al rio más hermoso de
toda la región, aprovechando el momento, Mauro le contó lo de la
presentación.

En esas estaban cuando apareció trotando por la carretera el


personaje más conocido de esos lares a quien llamaban Troilo, por
un bobo que había sido muy popular en una novela que
recientemente había tenido gran audiencia en el Valle del Cauca.
62
Apenas lo vio, a Mauro se le iluminaron los ojos, miró a Carlos
Hernán y le hizo alguna seña que fue captada al instante, lo llamaron
y le preguntaron que si quería tocar con ellos en un teatro lleno de
gente, olvidaba contar que Troilo siempre cargaba una flauta dulce
que algún buen samaritano le había regalado y que no se hacía de
rogar cuando le pedían que tocara. Más se demoraron en proponerle
que él en aceptar.

Cinco minutos después partían los tres mosqueteros en la moto de


Mauro a dar su primer concierto.

Llegaron justo a tiempo, los esperaban ya con algo de impaciencia,


el teatro estaba abarrotado de entusiastas universitarios, los hicieron
pasar pronto al escenario anunciándolos como algo revolucionario.
Salidos al proscenio se hizo un silencio sepulcral, era obvia la
bobera del buen Troilo. Comenzaron con su bulla y el público
desconcertado aplaudió con timidez, un aplauso corto y apagado,
con más muestras de curiosidad que de admiración. La cantinela
seguía y seguía, Troilo embalado no aflojaba su flauta y sus dos
alcahuetas no podían sino acompañarlo. Nadie iba a parar a Troilo,
estaba realizado. Transcurridos quizá unos cinco minutos y el
encanto se rompió, alguien arrojó un papel ensurullado y comenzó la
silbatina, que no paró hasta que se hubieron camuflado entre el
público para participar como oyentes.

63
Instantes después entra a la gradería un muchachón y con voz de
trueno comenzó a imprecar a una muchacha que se escondía entre
los hombros de otro asistente. Los espectadores estupefactos solo
atinaban a mirar el cuadro. El muchachón pronto pasó del dicho al
hecho, y se acercó a la pareja y la emprendió a estrujones contra la
niña, inmediatamente a nuestros héroes se les alborotó el paladín
que llevamos dentro y se lanzaron en defensa de la víctima,
estropeando irremediablemente la teatral entrada del segundo
grupo.

Así mueren Los tercos.

64
ENSAYOS
CRONICA AZTECA

Cuando chico, íbamos al matinée casi siempre para ver películas de


indios y vaqueros, la historia era la misma: Unos indios
semidesnudos, pintarrajeados, gritando como locos y clavándole
flechas a los vaqueritos lindos y buenos, y ellos pobres solo se
podían defender con sus revólveres y sus rifles, mataban indios al
por mayor pero estos no se acababan, ni las balas tampoco.
(Ablandaban fríjoles en una cacerola en diez minutos, lástima que
se llevaron el secreto).

Lo bueno, para nosotros en aquel entonces, era que siempre los


blancos ganaban y el “Tipo” siempre se quedaba con una hermosa
mujer y colorín colorado hasta el domingo siguiente.

Por la misma época en el colegio nos enseñaban una historia


paralela; de la madrastra patria llegaban a estas Américas barcados
de unos angelitos barbados y sucios, pero con cruces que parecían
espadas, arcabuces y espadas cruceiformes, solo con la intención de
salvar las almas de estos infelices, herejes y malvados que también
se la pasaban clavándoles flechas, pero aquí era peor porque esos
despiadados y demoníacos indios las envenenaban previamente.

65
Sufríamos por esos malolientes abuelos. Y como el santo papa
decidió que los nativos no tenían alma, mataban sin
remordimientos ni temores de castigos eternos, entonces en lugar de
salvar almas se dedicaron a liberarlas, apropiarse de todo el oro que
encontraron y a medirse todas las vaginas de estas americanas.

Claro, con el tiempo esas historias fueron escritas por los mismos
hediondos angelitos españoles, chapetones se les llamaba; no
exagero, le tenían más miedo al agua que al mismísimo demonio, y
se inventaron un pocotón de cuentos sobre el baño que veían
practicar aseadamente a la indiada.

Decía que ellos escribieron las crónicas de esas épocas y por


supuesto en ellas los malos del paseo tenían que ser los indios, pues
como casi los acaban por eso tuvieron que traer negros que eran más
resistentes al trabajo y al látigo –se inventaron historias acerca de
las maldades de los indios para justificar sus genocidios: q

ue tenían unas plantas que los ponían en contacto con el diablo,


(Ayahuasca, peyote, Hua-Chuma etc), que andaban ellos y sus
mujeres veringos por ahí, que no iban a misa, y se burlaban de la
Santísima trinidad.

A los Aztecas de Méjico les ha tocado cargar con la peor fama: que
eran caníbales, que sacrificios humanos, que tenían esclavizadas a

66
todas las otras tribus, que cultos satánicos, en fin una colección de
perversidades.

Siempre me sorprendió que nadie se atreviera a escribir crónicas de


esos tiempos desde la otra orilla, ahora por lo menos don William
Ospina lo está haciendo, pero con más poesía que ira y más como
aedo que historiador.

Don Antonio Velasco Piña, historiador mejicano y contemporáneo


nuestro está haciéndolo y ¡En qué forma! una prosa limpia,
investigaciones serias, un amor por aquellos duros pobladores tan
maltratados por chapetones y la historia, y una valentía a toda
prueba.

“Tlacaelel, el Azteca entre los Aztecas” es un bello ejemplo. Este


hermoso libro. ¡Que visión tan distinta, que nobleza de personaje,
que sabiduría!, nos muestra otra realidad, nada que ver con las
perradas del obispo Diego de Landa, calumniador de oficio y
destructor de los hermosos y sabios códices, asador de indios e
indias y destructor de todo, un verdadero Panclasta. Pensemos no
más que solo se conservaron tres códices y están presos en museos
europeos. Plenos de sabiduría y de una belleza que compiten de
igual a igual con los hermosos libros iluminados casi siempre por
los laboriosos monjes Irlandeses medievales.

67
Tenidos como tesoros de la humanidad, estos códices nos asombran
cuando de vez en cuando vemos alguna reproducción, ha aparecido
un cuarto y se conserva en el museo de antropología de Méjico, pero
se le tiene como medio apócrifo.

Lo de los sacrificios humanos, que no nos venga a escandalizar,


pues todas las civilizaciones de la antigüedad los practicaron al
detal, en la edad media en el asador de la inquisición y nosotros al
por mayor.

Si leemos las crónicas de don Antonio veremos que allí los


sacrificios humanos tuvieron otro significado y se practicaron solo
para salvar vidas ya que las guerras eran obligatorias, los dioses
siempre se las endilgaron a los hombres y no hemos hecho más que
obedecer, claro que los blancos le cogimos el gustico y nos hemos
solazado durante siglos, pero en aquellos tiempos era cuestión de
supervivencia de la tribu, se hacían en una forma menos cruel, para
eso inventaron las “Guerras Floridas”, donde se enfrentaban pero
para capturar nobles a quienes ofrendar a los dioses, previa
preparación y con el convencimiento de las víctimas propiciatorias
de que muriendo con valor honraban a sus hermanos de tribu y a sus
dioses.

Entiendo que no nos agrade como de a mucho que la historia vaya


cambiando de lado, porque nuestros abuelos tienen toda la culpa en

68
esta sórdida historia, no los abuelos de los españoles de la península;
los que si se vinieron a salvar almas, a robar oro y violar indias
fueron los gallegos, garcías, londoños, péreces, etc. de por aquí.
Podría servirnos de consuelo que la pureza de sangre por estas
tierras no se dio, por que los chapetones trajeron pocas mujeres y
todos llevamos engarzadas unas sangres nativas que ni la ceniza ni
el jabón podrán lavar, agréguese a esto que las negritas también
hicieron su aporte de hematíes, que seguirán nadando por nuestras
venas per secula seculorum, amen.

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EL ARCO

Hace ya varias decenas de miles de años que el homo sapiens


moderno ante la dureza de las pieles de las grandes bestias, tuvo que
ingeniárselas para potenciar sus armas arrojadizas, los venablos
impulsados solo por su, a no dudar, fortísimo brazo, no penetraban
en la piel de los mamuts, probablemente tampoco la de los
rinocerontes lanudos y podría ser que tampoco la de los ciervos
gigantes.

Sin embargo la necesidad, madre de la industria, de piezas de caza


grandes, seguramente lo llevó a las lanzaderas, que duplicaban la
palanca que arrojaba las jabalinas, mediante un simple e ingenioso
dispositivo. Pero aun las condiciones eran precarias lo que causaba
frecuentes accidentes. Los abuelos neandertalenses, siempre tan
conservadores, nunca llegaron a usar armas arrojadizas, por eso sus
osamentas fósiles muestran esa enorme cantidad de fracturas.

Finalmente algún Edison prehistórico, descubrió que una rama


flexible atada con una cuerda por sus dos extremos, podría liberar la
energía necesaria para arrojar una lanza pequeña con tal impulso que
le permitiría permanecer más alejado de tan peligrosas víctimas y
con un poder de penetración no conocido hasta entonces. La dieta
mejoró considerablemente y su seguridad aumentó. Había nacido el

70
arco- el registro más antiguo que se tiene es de diez y siete mil años
y fue encontrado en Alemania- que lo acompañaría hasta hace unos
pocos siglos como arma y hoy como un artefacto para competencias.

Con el inicio de la agresión entre semejantes, que ya no lo


abandonará jamás, el arco, que posteriormente sería conocido como
“arco corto” empezó su carrera evolutiva hasta lograr su
optimización, consolidándose como un arma letal e indispensable en
sus infaltables guerras.

Inicialmente se le concedió poca alcurnia, era de cobardes no


enfrentar al enemigo cuerpo a cuerpo, pero, de todos modos ejército
que se respetara tenía su batallón de arqueros.

Estos arcos ya optimizados tenían un alcance de unos trescientos


metros, y un buen arquero disparaba sin dificultad un verdadero
chorro de flechas, hasta doce por minuto.

Finalizadas las cruzadas se popularizó una nueva arma, debemos


aquí hacer justicia con los chinos que por aquellas calendas ya hacía
más de un milenio, habían construido las primeras ballestas, y la
habían desarrollado hasta niveles que no alcanzaron los europeos.
De esta nueva arma se llegó a pensar significaría el final de la
civilización, los dardos lanzados por una ballesta penetraban las
cotas, sería el final, tendría que tratarse de una jugada del demonio.

71
Las ballestas tenían un alcance de unos cuatrocientos metros, pero
tenían su pero, eran lentas en su operación, no podían competir con
el arco en la cantidad de dardos arrojados en un cierto tiempo, cuatro
por minuto. Desde su aparición los ejércitos contaron con batallones
de arqueros y batallones de ballesteros.

Las huestes del invicto Alejandro de Macedonia, “el Grande”, cuyos


ingenieros fueron piezas fundamentales en su arrolladora e
invencible marcha por los países de oriente, también la
desarrollaron, o la heredaron de los chinos, pero volvió a perderse
de la memoria de los generales.

Algún tiempo después los ingleses, engendradores de casi todos los


males del planeta, aparecieron con batallones muy entrenados y con
soldados de una especial corpulencia, que lograban tensar con
agilidad los que se llamarían “arcos largos”, estos tenían el alcance
de las ballestas y la agilidad de los arcos cortos. Tenían eso si que
ser permanentes, me refiero a estos contingentes de matones, pues
reclutar gigantones y entrenarlos no era fácil y eso solo lo lograron
hijos de la pérfida Albión.

Inglaterra no volvió a perder ninguna guerra hasta la irrupción de las


armas de fuego.

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EL CAMINO ROJO

Relato recibido de Alce Negro, un poderoso anciano Lakota.

Apreciado primo, veo que poco a poco te vas interesando por cosas
afines a este hermoso camino, se que hasta el nombre te coge por
sorpresa, así que para que te ubiques bien te voy a contar, con un
más o menos, esta fascinante historia, Tal vez no sea la persona más
apropiada pero voy a tratar de exprimir bien mi ya flaca memoria
para entregarte un juguito aceptable.

“Hace unos cuatro mil años - según otras fuentes solo dos mil
quinientos, pero creo que la historia queda más imponente con ser
cuatro mil - en lo que hoy es buena parte del territorio de Norte-
América, las innumerables tribus habían entrado en una espiral
guerrera que amenazaba con acabar con todos, esto venía de muy
atrás cuando los cambios climáticos causaban mortandades entre las
presas de caza, trayendo hambre y desolación a los pueblos que se
habían repartido estos enormes territorios. Así que se veían
compelidos a ir por la comida de los vecinos. Aprendieron a odiarse
como árabes y judíos.

73
Un buen día andaban de caza dos indios lakotas, (tendremos que
usar la inapropiada palabra indio a falta de otra mejor) cuando
vieron a lo lejos una hermosa mujer, alta, hierática, vestida toda de
blanco, que venía en dirección a ellos. Vamos por ella le propuso
uno al otro guiñándole el ojo, este se negó porque la mujer lo tenía
como hipnotizado, le producía como un terror sacro. El primero
replicó que él no iba a perder esta ocasión. Cuando se le aproximó se
produjo un viento fuerte y un gran remolino de polvo los envolvió,
el amigo miraba perplejo la extraña escena. Cuando hubo amainado
el viento y desapareció el remolino, la mujer le hizo señas de que
acercara, el agresor estaba tirado en el suelo y ya había hinchado sus
pulmones por última vez.

Ve a tu pueblo y cuéntales lo que has visto, diles que voy para donde
ellos y que deberán hacer lo siguiente. Con mucho detalle y sin
prisas le fue explicando cómo debían aprestarse para su llegada y
que preparativos deberían alistar.

El hombre partió presa del pánico que le inspiraba la mirada de la


mujer, no bien había dado unos cuantos pasos la voz imperiosa de la
mujer le dijo: Diles también que soy la Mujer Bisonte Blanco y que
vengo a traerles la paz. Tres días después del incidente la mujer
llegó al poblado, toda la tribu la esperaba con gran expectativa.
Habían construido meticulosamente las estructuras requeridas, tal y
como se le había indicado al cazador. Sin pronunciar palabra se
74
dirigió a las construcciones para examinarlas, una vez terminada la
inspección, una espléndida sonrisa les indicó a pobladores que
habían interpretado cabalmente sus deseos.

Con lo que les voy a enseñar, si lo hacen de corazón van a resolver


para siempre sus disputas, además es un camino de sabiduría.

1) El primer ritual y que sería la base de los otros seis se llamaría


Inipi o Temascal, no recuerdo bien cuál fue el término
empleado, aun hoy se practica y se le llama de ambos modos.
Consistía en un cobertizo circular armado con diez y ocho
varas de sauce, cada una de las cuales formaba un arco de
círculo, enterrada por sus dos extremos, podríamos pensar en
un igloo. Sobre esta empaladura se colocaban pieles de
bisonte, dejándola totalmente cubierta. En el centro se abría un
hoyo circular de unos tres pies de diámetro y uno de
profundidad, se dejaba una pequeña entrada cubierta con otro
cuero y al frente como a unos quince pies se preparaba una
gran hoguera, en medio de los troncos se iban colocando
piedras de más o menos medio pie de diámetro, veintiocho en
total, los participantes debían entrar postrados contra la tierra
dado el tamaño de la puerta y sentarse en círculos concéntricos
si el número de participantes lo exigía. Quien fuera a dirigir la
ceremonia se sentaba a la derecha de la puerta y quien se
encargaría de ir manipulando el fuego y entrando las piedras
75
ya al rojo vivo, se denominaría el hombre fuego, se suponía
que era uno de los más beneficiados con las bendiciones
recibidas. Las “abuelas” (nombre dado a las piedras al rojo)
entraban en tandas de a siete, y se las iba recibiendo con
alborozo, una vez completadas las siete, se procedía a irles
rociando agua preparada con plantas claramente indicadas,
produciendo cantidades de vapor que elevaban
considerablemente la temperatura, más o menos un sauna, la
operación se repetía cuatro veces, llamando a cada tanda, una
Puerta. A medida que iba transcurriendo la ceremonia, la
chanupa (pipa de la paz) pasaba de mano en mano y de boca en
boca, rezos, cantos y silencios se alternaban. Como decía esta
era la preparación de purificación previa cada una de las
demás. Las otras seis eran:
2) Descenso de la Pipa Sagrada. (Esta se realizaba en un Tipi,
otra estructura)
3) La búsqueda de visión.
4) La danza del sol.
5) El parentesco (hermanación, esta se realizaba en otra de las
estructuras).
6) Preparación de las muchachas para los deberes de mujer.
7) El lanzamiento de la pelota.

76
Deberían ir invitando a sus vecinos y practicar con cada uno estos
rituales, y éstos a su vez irían ampliando el círculo de los que se
irían hermanando. Con el tiempo reinó una hermosa y duradera paz
entre las tribus, dando un ejemplo de un respeto total por los
acuerdos, como pocas veces se ha dado en la humanidad.

Esta enseñanza se conservó a través de los siglos y hoy, cuando de


las otrora magníficas y piadosas tribus solo quedan unos pocos
fuertes y dignos sobrevivientes, se está renovando, ha tomado
nuevos bríos difundiéndose por toda América, y practicada por
muchos hombres y mujeres de todas las razas, mezclándose con
tradiciones similares de los pueblos de Suramérica en lo que se ha
dado en llamar: Encuentros del Cóndor y el Águila.

Las plantas de poder o sagradas han sido introducidas en estos


rituales, así en México generalmente es el Peyote quien las
acompaña, en el ámbito amazónico la Ayahuasca y en los Andes la
Hua-Chuma, también llamada San Pedro, (según un simpático Taita
que conocimos en el Perú, porque abre las puertas del cielo, y en
verdad no exageraba). En los encuentros Águila-Cóndor se han
estado encontrando estas deidades.

Si de verdad te animas primo, tendré un gran placer en conectarte


con esta renovadora tradición, yo solo la practico tangencialmente,
es muy enérgica para mis ya cansados huesos, pero puedo participar

77
con unas amables condescendencias que me han otorgado sus
hierofantes. Unos de los momentos más felices de mi vida, han sido
sin duda sudando en un temascal, experimentando sensaciones que
no hubiera creído soportar; o en un Tipi en la ceremonia de los
cuatro tabacos que creo se corresponde con el descenso de la Pipa
Sagrada.

78
EL CUENTO, UNA OPINION

Desde tiempos inmemoriales una de las actividades más gratas a los


hombres fue seguramente reunirse alrededor del fuego en noches
insomnes a rememorar las historias de sus héroes, las aventuras de
sus clanes, sus reuniones, sus migraciones, sus cacerías, en fin
toda clase de entretenidos relatos que irían conformando el acerbo
de lo que más tarde llamaríamos historia. Muchos, la mayoría,
debieron perderse con el duro trasiego del tiempo. De la época de las
cavernas no nos queda ningún relato, no olvidemos que ya se trataba
de Homo Sapiens Moderno y tuvieron una continuidad de decenas
de milenios. Pero no debe quedarnos la menor duda de que
intercambiaron entre clanes animosos e entretenidos relatos, que
algunos o algunas “cavernícolas” guardaban fielmente en sus, a no
dudarlo, potentes memorias.

Ya en nuestros tiempos históricos tenemos y gracias a la escritura,


de la cual se dijo que sería la muerte de la memoria de los hombres,
colecciones de relatos que atravesando fronteras nos han llegado
desde países lejanos, adaptándose a su paso, a los usos y maneras
de por donde iban pasando. Así tenemos Las mil y una noches, quizá
provenientes de la milenaria India; los cuentos de Calila y Dimna de
la misteriosa Persia. En nuestra tradición occidental los Cuentos de

79
Canterbury de Chaucer y los relatos de Boccaccio en el Decamerón
son las primeras muestras de este género “EL CUENTO”.

Los cuentos, como su nombre lo indica son relatos para ser


contados, se les comerciaba oralmente y así fue que durante varios
milenios, tal vez decenas, hasta el advenimiento de las radio-
novelas sobretodo hasta las telebobelas, cuando estas tradiciones
fueron condenadas a muerte.

Han salido al paso los “cuenteros” horrible nombre que se auto


asignaron personas, casi siempre relacionados con el teatro, tratando
de revivirlas, pero considero que aunque laudable, fue tardía su
presencia, ya que los veneros que las nutrían desaparecieron, al
menos eso creo, porque por ejemplo los famosos cuentos de Pedro
Rimales, de Cosiaca,( casi siempre escatológicos), los del Patojo, los
del Tío Conejo, los cuentos de espantos y otros que se me escapan,
campearon por todas nuestras geografías desde Argentina hasta
México, ya nadie los recuerda. Los mayorcitos de nosotros que
tuvimos la suerte de ver “La posada de la sexta felicidad”.
Recordamos gratamente aquellas escenas donde un muchacho por
las noche les alegraba el rato a los abandonados de la fortuna, en los
refugios proveídos por el gobierno chino para sus noches invernales,
contándoles cuentos.

80
En el siglo XIX un señor de nombre cantarino, (Ed) Garalán y de
apellido de Poesía incompleta y otros doctos comenzaron a escribir
un género nuevo y lo llamaron CUENTO, eran relatos casi siempre
complejos, no para el vulgo y luego redactaron unas normas que se
debían acatar hasta que , como bien dijo Julio Cesar Londoño,
llegaba un geniecillo y las irrespetaba con tal maestría que
terminaban siendo aceptadas por los críticos, el asunto se fue
enredando y dentro de este género se fueron asilando otras formas
que no encontraban acomodo en ninguna otra. Llama la atención que
se llame cuento a los cortos, como “soñó con un dragón y cuando
despertó allí estaba”, o “soñó que era una mariposa y cuando
despertó no sabía si era un hombre que había soñado ser mariposa o
una mariposa soñando ser un hombre”. No voy a nadar contra la
corriente y acepto que los puede haber geniales, pero vaya y
cuéntelos a un auditorio que se ha reunido para oír cuentos y lo
menos que le pasa es que se queden perplejos, o que lo silben.
Propondría darles un nombre propio como Ku-Hai.

Cuando examinábamos un cuento de nuestro admirado Orlando


Cajamarca, dije que como cuentos eran malos, el alboroto que se
formo, no me dejó terminar mi aserto, quería decir que como sketchs
de cine o como una escena de una obra de teatro, los encuentro
formidables, nunca un cuento.

81
Encuentro que la relación entre el cuento milenario y el docto, es la
misma que hay entre los jardines y los libros de jardinería. El docto
no solo se impuso como un importante género sino que se apropió
del nombre del tradicional y hoy estamos seguros, al menos en el
taller y otros círculos, que cuento es el docto, el moderno, el libro de
jardinería; los jardines: antiguallas.

82
EL MAGNO HACEDOR

UN CAMINO DIFERENTE HACIA AQUELLO

Cursábamos tercer año en la Universidad, la cátedra de biología nos


la dictaba un excelente profesor al que ya todos profesábamos
especial afecto. Una tarde en el laboratorio al reproducir un
experimento, nos dijo con emocionado acento: con esta
demostración y los hallazgos de Watson y Crick podemos afirmar
que no necesitamos de ningún Dios para explicarlo todo, ergo no
existe Dios. Salimos por los corredores de la facultad de medicina
todos silenciosos y pensativos, el laboratorio que usábamos era de
ellos, la mafia de las batas blancas, los médicos.

No se para los otros que significó aquella tarde, pero para mí fue
trascendental, hacia un tiempo que necesitaba ese impulso. Aquel
ojo omnipresente y esa contabilidad minuciosa, que se nos llevaba,
empezaban a tallar duro, sobre todo cuando nuestra vida sexual
comenzaba, si, ya sé que para estos tiempos aquello es chistoso, a
los veinte años los cachifos de hoy ya practican todos los capítulos
del Kama-Sutra. Nos tallaba porque pecado y sexo eran sinónimos.
Al fin libres, ya nada perturbaría nuestros inocentes y escasos
polvos. Habiéndolo confirmado el Dr. Patiño ¿Qué duda quedaba?

83
Recuerdo que por aquellas calendas los izquierdosos de la U.
Todos ateos y presumidos, a las preguntas ¿Y la materia , de donde
viene, quien la hizo? ¿Cúanto hace, etc.? Alzando
impertinentemente los hombros respondían: siempre ha estado allí.

Esa respuesta siempre me pareció la más idiota de las respuestas


idiotas, pero no había otra, de allí nuestras dudas. Siento que era
ofensiva para el sentido común, era salirse por la tangente, mientras
que no les daban esa misma opción a los creyentes.

Tarabitando entre el ojo omnipresente y la omnipotente materia


quedaba ese precioso territorio de la duda. En mi casa paterna, por
obra y gracia de mi madre siempre rondaban algunos libros de “La
Yoga”* y ella para que no los rechazáramos contundentemente nos
decía que se trataba

de simples pero maravillosos ejercicios físicos y respiraciones


rítmicas,

todo esto muy saludable. Una aburrida tarde caí en uno de ellos:
desde ese día el ojo y la contabilidad empezaron a erosionar la sólida
materia.

Para esa época, ya huérfano del alma mater, había incursionado en la


lectura de los doctos libros de Isaac Asimov, Paul Davies, Carl
Sagan y otros. El Big-Bang retumbaba en mis oídos, y la materia
empezaba a desmoronarse, aunque los quarks no habían sido
84
invitados todavía, los neutrones, último refugio de la solidez de la
materia amenazaban, con implosionar y dejarnos sin asideros
materiales.

Ya pues empezábamos a sospechar que la materialidad era otra


entelequia, solo faltaban unas briznas, y las descompusimos primero
en los trinos quarks y luego en las flacas cuerdas, (por el momento
ahí vamos). El universo material tenía un comienzo, había sido
creado. ¿Que decían ahora los materialistas? Estaban felices: la
materia se había hecho sola y de la nada, perfecto, el Big-Bang lo
resolvía todo.

El punto es el cero geométrico, o sea que de la nada, un punto, una


portentosa explosión había parido nuestro universo. Los
materialistas no se atrevían a preguntar ¿Quién motivó esa
explosión, cual fue el disparador, cómo lo hizo, porqué uno solo y
no múltiples?

*En este punto vale la pena aclarar que mi familia no era católica,
éramos herejes rosacruces.

nada, las leyes de Hubble así lo muestran, (que no demuestran).

Esas mismas preguntas, habían sido esgrimidas cual punzantes


estiletes contra los creyentes en dioses únicos o trinos, ¿Y a Dios

85
quien lo creó? ¿Qué hacia Dios antes de la creación? ¿Quien le dio
tales poderes?, ¿Por qué uno solo, de donde esa exclusividad? Ante
estas tremendas preguntas el intelecto humano tenía que contestar
como lo hacían los materialistas: Siempre estuvo allí.

Tablas por el momento. Son barreras formidables para nuestro


diminuto intelecto, los dos bandos, si dan muestras de sensatez
deberían aceptarlas, pero...

La Fe, virtud que me ha sido esquiva desde mi uso de razón, pero no


a todos, ha dado muestras de no ser un cuento de beatas ¿Cúantos no
se han dejado asar vivos por su FE? Es tan antigua como el hombre
mismo, se ha dispersado por la ancha y espaciosa tierra, habla
prácticamente todos los idiomas y dialectos que en el orbe han sido.
Me declaro impedido para terciar en contra o a favor suyo, pero no
puedo ignorarla.

Uno de los motores del progreso humano ha sido el ASOMBRO,


capacidad que estamos perdiendo ante la avalancha de pequeñas
buhonerías pasajeras como los autos, los celulares, los
computadores y muchas, muchas otras, además la estulticia
generalizada de las masas del siglo pasado y de este.

Pero si nos tomamos el trabajo de penetrar aunque sea someramente


en los hallazgos que para privilegio nuestro nos han legado aquellos
pioneros, que desde hace un par de siglos se han dedicado a

86
fisgonearlo todo: Átomos, Células, Tejidos, ADN, Gérmenes,
micro-organismos, Naturaleza, Planetas, Galaxias, Antimateria y
unas miríadas más de etcéteras. La perfecta inter-relación de todos
estos portentos, la misteriosa y violadora de leyes físicas: el Agua, el
Purificador fuego, el vivificante Aire, la amorosa Pacha-Mama, la
aglomeradora Gravedad, la todo-ocupante Luz, la dulcificadora
Música, la evolución de las especies, el largo trajinar del hombre a
través de sus erectos antepasados. Las no menos prodigiosas obras
del hombre, las Catedrales Góticas, el Quijote, los perfectos versos
de Shakespeare, las artes marciales, las ecuaciones diferenciales,
(me cansé), etc.etc. El asombro nos hace tambalear.

Esta ruta que me gusta llamar del ASOMBRO, nos puede hacer
regresar, a los recalcitrantes como yo, a la idea de un Gran Hacedor.
Wakan Tanka le llamaron los místicos pobladores de Norte-
América, el Gran Espíritu del Universo, Allah exclaman plenos de
fervor los seguidores del Profeta un cuarto de la humanidad. El gran
Arquitecto del Universo, los sabios y simpáticos masones, Amón los
enigmáticos egipcios; Yahvé, Dios, Dieu, God y con otros miles de
nombres, todos los pueblos lo invocan.

Nosotros los engreídos occidentales, habitantes de los últimos siglos


les hemos replicado que era solo su ignorancia la que veía en el
potente relámpago, en los poderosos vientos, en la mar océana, en
las aterradores furias volcánicas, en la portentosa reproducción de
87
las especies, en los para ellos inmutables cielos, dioses. Para
nosotros ese mágico y exacto mecanismo de relojería, el Universo,
eran solo pelotitas chocando impulsadas por precisas leyes físicas.
Aun ignoramos olímpicamente la naturaleza de estas leyes, la luz ha
hecho decir a un investigador que lunes, miércoles y viernes cree en
la teoría ondulatoria, martes, jueves y sábado, en la corpuscular y el
domingo iría a misa. La acción a distancia nos reta todos los días, el
magnetismo y la electricidad solo producen conceptos que se
definen en interminables círculos viciosos. Y creemos que estas
ciencias son más explícitas que los dioses, eso sí es presunción.

Casi tan simplista como la respuesta de que la materia siempre


estuvo allí ha resultado la teoría del Big-Bang, diosecillo de los
ateos. Prefiero pensar en un Ser que aunque no sea contenible en
nuestra mente si podemos intuirlo como un primer motor y para
soslayar precisiones innecesarias denominarlo como muchos
orientales “Aquello”. Este al menos nos produce la sensación de
esperanza, se pierde esa sensación de soledad y abandono que nos
penetra al desconocerlo.

El Big-Bang: tampoco es una verdad absoluta, cuantas teorías han


caído ante nuevas y transitorias verdades. Hay dos encuentros
recientes de los astrofísicos que podrían dejarla coja o bien
estrujada: 1) Las fuerzas que aceleran la estampida de las galaxias.
Estas ya no corren plácidamente a través de los espacios siderales,
88
ahora son acuciadas a apurarse cada vez más. Una aceleración si
puede hacer algo que la sola velocidad ignora, cambiar la dirección
del movimiento. No quiero ni mencionar las consecuencias que
podría tener esto en la postulación de la convergencia retrógrada del
actual modelo hacia un único punto.2) La aparición espontánea de
átomos de hidrógeno en lo que llamamos vacio interestelar. Las
leyes de la conservación de la materia y la energía saldrán
maltrechas. Y el dios Big-bang no saldrá muy bien librado, ¡que
frágil es!

Tengo un amigo que dice creer en un Dios, que ese Dios es el


universo material conocido, más la sinergia que se produce por su
unicidad, y asi despacha de un soplido cuestión tan ardua, pero si
analizamos este diosecillo veremos que deleznable es: Primero la
materia auto existente, luego esta produce la sinergia y entre los dos
crean el dios de mi amigo. Si vamos a encarar la existencia de ese
portentoso Dios no podemos comenzar con ese pobre diablo,
prefiero volver a cerrar los ojos y negar todo.

Con “Aquello”, el Big-bang, cobra sentido, la mayoría de los libros


sagrados dicen algo como “En el principio fue el verbo” Me encanta
la idea de que el primer impulso, el generador del la creación fue
una potente vibración salida de Aquello, podría ser el impulso que
da origen a la explosión de la nada, vibraciones así generadas
mezclándose, interfiriéndose, resonando, girando, generan este
89
universo material. El Generador se la juega creando la materia bruta,
de pelotitas de hidrógeno hasta galaxias de vértigo, de planetas que
van generando condiciones para la vida orgánica, desde el caldo
primigenio, hasta el homo sapiens sapiens, la joya de la creación,
aunque por el momento lo que resplandece de esa joya sea el horror,
pero es el único puente de regreso hacia el Gran Hacedor. Ese
regreso no puede ser gratuito, debe ser motivado por esa minúscula
gota de consciencia, el que sin posibilidades de no encontrar la ruta
de regreso, deberá arduamente descifrar el enigma. El hombre es el
puente entre la materia y Dios, pero deberá construir él solo ese
puente de regreso: El Alma .

En alguna lectura de un sabio y viejo Sufi encontré algo


sorprendente, como dejado allí por si alguien lo encontraba: Dios es
eso que los hombres llaman vacio, nada. Sabemos que la materia en
su, para nosotros, aparente infinitud, es una infinitamente enrarecida
neblina, son diminutas briznas flotando en la esa si infinitamente,
pero en grado superlativo, enorme nada. Uno de los atributos que la
mente humana atribuye a Aquello es omnipresencia, todos los
creyentes aceptan tener a su Dios en su interior, con lo del viejo sufi,
esto se vuelve casi obvio, flotamos en él. Penetra nuestros átomos,
virtuales océanos de vacío, de nada, con infinitesimales trazas de
materia, los neutrones como tales o como protones. Colma los para
nosotros infinitos espacios interestelares e intergalácticos, donde

90
igualmente flotan infinitesimales cantidades de materia: Las
galaxias. La relación de volúmenes entre una estrella y el vacio que
le corresponde es de 1.26 por diez a la diez y ocho a uno, y eso
haciendo cálculos muy conservadores.

Voy a transcribir algo muy curioso de la ciencia, que visto a la luz


de lo dicho por el viejo Sufi puede no ser tan agobiantemente
extraño:

La paradoja de Bell Ross

Einstein pensó durante toda su vida que debían existir variables


locales ocultas que explicaran racionalmente la aparente paradoja. Y
sin embargo...

"Ninguna variable local oculta puede explicar las correlaciones


que se dan en la paradoja EPR, lo que deja abierta la
posibilidad, aun cuando las separen años luz, de que las
partículas permanezcan conectadas por un nivel subcuántico no
local que nadie conoce". (John S. Bell, 1965)

El físico John S. Bell demostró que lo que Einstein y sus colegas


tomaron como paradoja podía demostrarse científicamente.

EL TEOREMA DE BELL

91
El Teorema de Bell prueba la conexión-correlación entre sistemas
no relacionados causalmente. Bell aduce que mientras la separación
en el tiempo o en el espacio son "reales" en ciertos contextos, dicha
separación es "irreal" o carece de importancia en la mecánica
cuántica.

Imagínese una fuente que emite dos corrientes de fotones (o rayos


de luz, para entenderlo mejor), fotones que son interceptados por dos
instrumentos: A y B

Estos instrumentos pueden estar todo lo lejos que se quiera entre sí,
incluso hallarse emplazados en puntos opuestos del universo. Por
simple aplicación de leyes aceptadas de la mecánica cuántica, Bell
demuestra que cualquier propiedad de las partículas que se mida en
el instrumento A, provocará, simultáneamente, una medición
matemáticamente complementaria en el instrumento B. Lo
asombroso del caso viene cuando nos damos cuenta de que eso
significa que cada fotón sabe la medición a la que está siendo
sometido el otro fotón, y lo sabe instantáneamente.

92
Bell prueba que este tipo de relación no-local debe darse tanto en
separaciones espaciales como en separaciones temporales. Todo
parece indicar que "cierta energía" es la causante de esta correlación
simultánea de conocimiento, pero en física no se conoce una energía
que pueda moverse tan rápidamente. Einstein, ya en 1935, se topó
con este efecto misterioso derivado de la mecánica cuántica, y lo
tildó de "fantasmal" (spooky), ya que ampararía fenómenos
paranormales hasta entonces desdeñados por la ciencia, como la
telepatía. Einstein concluyó que debía haber algo radicalmente
erróneo en la mecánica cuántica para permitir llegar a semejantes
conclusiones”.

Antes de encarar la cuestión del alma miremos un poco la santa


trinidad de los no creyentes: Materia – tiempo – evolución. Para los
no creyentes la cuestión es clara: la materia se produce en el Big
Bang luego no es sino que le agreguemos como un componente,
cantidades ingentes de tiempo y los chorros de pelotitas producidas
en el Big Bang se van aglomerando por una causa que aparece por
ahí sin ser invitada, la gravedad, llega de repente y a formar estrellas
y galaxias. Le aplicamos al experimento, dirigido por nadie, otras
cantidades enormes de tiempo y ya tenemos planetas con todas las
condiciones necesarias para la vida orgánica, el agua es invitada,
entonces llega en cometas o quien sabe cómo, pero llega e inunda, es
un gran disolvente por pura casualidad, entonces con el bamboleo

93
que producen las mareas, y éstas a su vez impulsadas por la luna
comienza a disolver todo lo que se le atraviesa, se va formando el
caldo primigenio donde nadie sabe por qué se comienzan a agrupar
moléculas y forman aminoácidos , moléculas gigantes y luego las
primeras vedettes: ADN y ARN, desde allí ya es un algoritmo
sencillísimo, dicen ellos, se llega a las primeras células vivas y con
otra dosis gigantesca de tiempo, Oh maravilla aterrizan, mejor
amarizan las especies vivas, desde allí la historia nos es
perfectamente conocida, Darwin nos la explicó fuera de toda duda.
Tratemos ahora de que nos expliquen de donde salió ese taumaturgo
portentoso: el tiempo.

Nada, silencio, ahí está, apareció por cuenta propia, pero si el


tiempo es lo más extraño de todos los portentos en que vivimos, ¿de
donde sale?, ¿como se inició?, nada, silencio de nuevo, lo
importante es que allí está y nadie lo puede ignorar.

Llegamos llenos de dudas a la parte más fantástica de este cuento, la


evolución de las especies, ojos que ven estrellas sin ninguna
necesidad, plantas que comen insectos sin ningún apremio, son
deportistas, practican la cinegética por el placer de la caza, especies
que van aterrizando paulatinamente sin que nadie abra la boca para
decir ¿de dónde?¿cómo?, Silencio. Los cambios innegables que
sufren después de su aparición cumplen su función, se van

94
adaptando al medio con tal perfección que se produce el hombre, la
joya de la evolución.

Que historia más mal contada, las necesidades se van supliendo


porque sí, Gravedad, electricidad, magnetismo, radiaciones
cósmicas, calor, luz, radiaciones U.V. Los agentes ejecutores van
llegando así no más, solitos, vienen a colaborar sin ser invitados y
sin explicar su origen, solo llegan.

Llegan luces de mundos absurdamente lejanos y resulta que traen,


sin alguna necesidad, información que solo mentes adiestradas
pueden recoger, veamos: Se capta la luz de una estrella, aun siendo
invisible al ojo humano, se la lleva al espectroscopio y oh maravilla ,
empieza a cantar: Vengo de una estrella de tantos millones de años
de nacida, su masa es tantas veces la de vuestro sol, su composición
química es esta, se aleja de vosotros a tal velocidad, etc. ¿Será que
desde el lejano Big Bang ya estaba todo esto planeado? Si sí, por
quien, si no, ¿como aparece luego? Silencio.

El abuelo que ya casi es hombre retoza plácidamente en las


frondosas copas de los árboles, solo le basta estirar el brazo y allí la
comida, salta a otro árbol y allí la hembra dispuesta, se hace
ovachón, pero otra vez la precisa y atenta casualidad acude, se
incendian los bosques y tiene que adaptarse a las praderas, aprende
la ingesta de proteína animal y se ve forzado a caminar erecto, luego

95
la proteína fácil lo dota con un nuevo regalo, otro lóbulo cerebral lo
distancia aun más de las demás especies, ya es nosotros, ¿fácilito
no?

Nos vamos inventando palabras al mismo ritmo que desvelamos


nuevos prodigios, claro creemos que al darles un nombre ya
sabemos de su condición, inventamos: evolución, entropía, caos,
radiación de fondo, masa oscura, energía oscura, agujeros negros,
gravitones, fermiones, neutrinos, etc. etc. Y con esas herramientas
replanteamos los asertos vigentes; ya re-maquillados, marchamos de
nuevo al baile de graduación. Ya todo está explicado.

EL ALMA

Démosle la palabra a los creyentes.

La creación llega programada, en todos los detalles, hasta el homo


sapiens sapiens. Nadie jugaría un solitario que siempre salga, en el
hombre se da por primera vez la posibilidad de que las cosas no
salgan, allí está la justificación del juego, el hombre tiene la opción
de no marchar con la sinfonía universal, aparentemente lo estamos
haciendo y a qué ritmo, marchamos hacia el caos total y seguimos
jugando parqués.

Pero todos los detalles han sido meticulosamente previstos por ese
portentoso Hacedor, En todo el orbe hay y ha habido desde que el
hombre es el hombre; grupos humanos que han notado que hay
96
incongruencias que podemos detectar con un poco de atención,
incongruencias que parecería hubiesen sido dejadas casi al
descubierto para que inexorablemente las encontráramos, digamos
pistas. Al ir conociéndolas, experimentándolas hemos ido
aprendiendo. Son como escapes de una prisión, solo aprovechables
para quienes se han atrevido a buscarlos.

Si alguno de nosotros se tomase el trabajo de anotar en una libretita,


durante todo el día y durante unos cuantos días, lo que estamos
pensando, por ejemplo pidiéndole al celular que cada media hora
nos avise y allí en el acto anotamos lo que pensábamos, cuando
hagamos el balance de toda esta información nos vamos a encontrar
que casi todo el tiempo lo hemos usado en tratar de ver el futuro y lo
que vamos a hacer , o recordando el pasado, refocilándonos con los
momentos gratos, corrigiendo las cosas de las que nos
avergonzamos, tratando de enmendar errores , buscando
explicaciones a nuestros actos etc. Nada que valga la pena, solo de
vez en cuando usamos este portentoso computador con que fuimos
dotados, para algo útil como cuidados alimentarios , de salud ,
diligencias, relaciones, pero este uso es mínimo. Mantenemos
tensiones absolutamente innecesarias todo el tiempo de nuestra
vigilia, no más miremos el entrecejo de las demás personas, siempre
arrugado, en tensión, démonos el chance de observarnos en
cualquier momento y encontraremos cantidades de músculos tensos

97
sin ninguna necesidad. Vivimos inmersos en temores inventados por
nosotros mismos, ¿Quién no se hace terrorismo en las noches en que
se nos niega el dulce sueño? Estamos arrojando al basurero nuestras
más sutiles energías, en cantidades alarmantes y esto lo puede ver
quien quiera ver.

Todo esto consume cantidades de energía, nada se produce sin una


fuente de impulso, todas estas energías así desperdiciadas podrían
ser direccionadas a algún lugar, no sé donde, pero no se tirarían por
un inexistente rebose. En la primera fábrica de harina de pescado
ecuatoriana se botaba al mar un aceite que resultaba del secamiento
del pescado, cuando un técnico peruano vió esto les dijo que
invirtieran las cosas, voten la harina y comercialicen el aceite, y
mejorarán los ingresos.”

Será que si redirigimos estos sobrantes del proceso de reingeniería


que hemos iniciado estaremos construyendo el puente a la fuente,
estas energías bien utilizadas ¿no serán las que nos construyan un
alma? y esta podría ser el puente con nuestro creador.

¿Que tal que el computador nos empezara súbitamente a hablar,


diciéndonos que ha entendido todo el cuento y nos pida ayuda para
su perfeccionamiento interior?

98
EL PANTEÓN

Durante su imperio Adriano quiso restaurar los monumentos


Augustales, uno de los cuales será el motivo de estas letras, se trata
del Panteón, que como bien lo indica su nombre era un homenaje a
todos los dioses.

Es básicamente una enorme cúpula de un poco más de cuarenta y


tres metros de diámetro, (43.4 metros) la más grande jamás
construida por métodos tradicionales, supera la de San Pedro en
Roma, y solo La de la Basilica de Santa María dei Fiore construida
mil años después, se le aproximó, La cúpula, como el arco y la
bóveda son estructuras autoportantes, lo cual significa que una vez
levantadas, al igual que nosotros, se soportan a sí mismas. Los
portentosos griegos solo se toparon tangencialmente con estas
maravillas en los dinteles de algunas puertas y ventanas, así vemos
sus precisos templos como bosques de columnas y luces muy
reducidas.

Para construir un arco, una bóveda o una cúpula, se tiene que armar
una formaleta sobre la cual se apoyará durante su construcción.
Imaginemos una media-esfera de cuarenta y tres metros de diámetro,
construida en madera y capaz de soportar el peso de unos cuantos
miles de toneladas de argamasa, concreto y piedra pómez* y nos

99
encontramos ante un problema técnico igual o superior al de la
misma cúpula.

Los descendientes de Rómulo y Remo, que no se arredraban ante


nada,

* Los romanos conocieron el cemento, no por haberlo fabricado sino


por haberlo encontrado como cenizas volcánicas y lo llamaron
Puzolanas, nunca lo combinaron con el hierro como lo hacemos
actualmente.

resolvieron este problema con mucho ingenio (ingeniería viene de


ingenio): Construyeron en tierra una verdadera colina con las

dimensiones y forma interiores que tendría la cúpula, pero a medida


que la fueron levantando, con el apisonado de la tierra fueron
dejando algunas monedas, de modo que al terminar la que sería la
gran formaleta, habían enterrado una considerable suma en metálico.

Una vez concluida la enorme semiesfera, armaron la cúpula y


después del tiempo de fraguado invitaron al pueblo Romano a
llevarse la tierra a sus casas.

Construida más o menos entre los años 118 y 128 D.C. Todavía hoy
nos deja pasmados ante su magnificencia y el desafío al ultraje de
los siglos.

100
EUROPA INGRATA, XENÓFOBA y HOMICIDA

El primer exterminio sistemático de una población, la primera


expropiación de un territorio, la primera rapiña al alimento de un
conglomerado humano fue perpetrado por nuestros antepasados, los
mal llamados Cromañones, (homo sapiens moderno) en lo que hoy
llamamos Europa y sus víctimas fueron nuestros pacifistas abuelos
los Neandertales (homo sapiens neardentalensis). La humanidad
había tomado dos rumbos paralelos, y que con el tiempo se fueron
diferenciando. Los hombres del neandertal se afincaron en la mayor
península asiática y durante más de doscientos mil años supieron
enfrentar los terribles fríos de una era especialmente fría, el último
periodo glacial. Se organizaron en clanes y con infinita paciencia
fueron aprendiendo todo lo necesario para asegurar su
supervivencia. La otra rama, saliendo también de la misma sala-
cuna, África, se fue regando por todo el resto del orbe, llegando
tempranamente a poblar Asia, Australia y un poco más tardíamente
a América. La diversidad ambiental los fue diferenciando, los que
después llamaríamos Neandertales eran bajos de estatura, robustos,
musculosos y conservadores. Los cromañones, más altos y esbeltos,
hábiles en la fabricación de armas y en sus técnicas de cacería.

101
Llegaron hace unos cuarenta mil años a la mencionada península. El
saqueo y exterminio les tomó más de diez, quizá veinte mil años,
pero fue exhaustivo, no quedó ninguno, quienes alguna vez
aseguraron que quizá los vascos serían el último reducto Neandertal,
todavía no conocían las magias del genoma humano.

Quizá este genocidio esté representado en el mito de Caín y Abel,


pero lo único seguro es que quedó impreso en el alma de los
cromañones, le cogieron gustico al saqueo, a la sangre y a la guerra.

Dejemos a estos nuestros abuelos, me refiero a quienes nos legaron


nuestro componente genético de hombres blancos (ojala y fuera
bien poco) y trasladémonos a tiempos históricos.

El Imperio Romano, el sanguinario Imperio de la Pax Romana.


Chuzando técnicamente barrigas se apoderó de toda la cuenca del
Mediterráneo, de las Galias, de las islas británicas y de buena parte
de lo que hoy es Europa. Un millón de muertos, un millón de
prisioneros convertidos en esclavos y ochocientas ciudades galas
destruidas es un solo ejemplo de lo que orgullosamente pueden
incluir en su hoja de vida estos europeos de hace dos mil años. En la
última retaliación contra la díscola provincia de Judea, según el
historiador Josefo, no les tembló la mano para dejar dos millones de
judíos con el corazón aquietado. En el exterminio de los
Cartagineses, no dejaron piedra sobre piedra, salaron todo el

102
territorio alrededor de la ciudad en varios estadios a la redonda y ni
quien contara el cuento.

La sangrienta historia de Europa continuará sin interrupciones , Si


bien es cierto que sufrieron las invasiones de los llamados “bárbaros
“ (los griegos llamaron así a todos los pueblos que no hablaban el
griego, se trató de un nombre onomatopéyico), pero casi siempre
estas fueron escalonadas, primero las hordas asiáticas caían sobre
los pueblos germánicos, estos se replegaban invadiendo a los Galos ,
estos continuaban descendiendo y los últimos en sufrir las
consecuencias fueron los pueblos mediterráneos. No se tiene
información verosímil sobre estas inmensas matanzas ni modo de
cuantificarlas. Pero la sangre humana continuaba fertilizando todo el
suelo europeo.

Hagamos otro salto en el tiempo y ubiquémonos en el año mil cien.


Europa cansada de derramar su propia sangre se dejó convencer por
un papa ladino y asesino y se lanzó contra los pueblos del profeta,
los musulmanes y so pretexto de reconquistar para la cristiandad los
lugares santos, regaron con sangre cristiana, judía y
mayoritariamente musulmana el oriente medio. Me refiero a las
cruzadas. De allí salieron con el rabo entre las patas, pero no
escarmentaron.

103
Una vez regresados los matones francos a su tierra fueron
acicateados por otro papa asesino y su furia se concentró en la más
rica y próspera región de la Europa cristiana. Los pobladores de la
región del sur oriente francés, los llamados Albigenses o Cátaros
fueros sistemática e implacablemente expropiados y exterminados
por estos nuevos soldados de Cristo, acusados de herejía. Se le llamó
la cruzada contra la herejía Catara. Cuando cayó la primera
fortaleza, Miguel de Montfort, preguntó al obispo, ¿Cómo puedo
diferenciar a los cristianos de los herejes, la respuesta fue lapidaria:
“Mátelos a todos que allá arriba el Señor sabrá distinguir.

Más tarde aparece el Santo Oficio, que compitió en la quema de


pobres infelices con los protestantes, durante varios siglos, Algunos
historiadores calculan que los santos padres de la Iglesia Católica
torturaron y achicharraron en hogueras unos cinco millones de
personas en doscientos años. Entre ellos figuraron personajes de
gran valía como Bruno, a quien después de siete años de torturas lo
quemaron en una plaza en Roma. Miguel Servet, quien postulara la
circulación de la sangre antes que nadie, también fue salvado de
fuego eterno por el acariciante fuego de la inquisición.

La noche de san Bartolomé es otro lindo ejemplo de celo y piedad


religiosos, una noche arriados por quien sabe quien, en todo caso
usaba faldones negros, las turbas católicas salieron plenas de fervor

104
místico a linchar protestantes, llamados Hugonotes, en toda Francia,
se calcula en diez mil los demonios protestantes destripados.

Las guerras de entretención de la nobleza europea no pararon de


derramar sangre plebeya en toda su geografía hasta nuestros días.
Los campesinos europeos tuvieron que sufrir todos los oprobios de
esa nobleza salvaje, sus hijas tenían que ofrendar sus encantos, en su
primera noche a su señor, que no dudó en cobrar el derecho de
pernada o Jus prima noctis. Sus hijos tuvieron que poner el pecho en
las infinitas guerras que sus amados señores se inventaron. Tuvieron
que alimentar el desenfreno “Gourmandesco” de la nobleza, Las
nobles patas de sus briosos caballos estaban autorizadas para
pisotear los cultivos campesinos en caso de que una presa de caza
cometiera la imprudencia de meterse por allí.

Llegará pronto la conquista de las ricas Américas, con la cruz y la


espada los esbirros europeos se encargaron en unos pocos siglos de
acabar con las brillantes civilizaciones americanas, humillaron como
pocas veces se había visto a estos pobladores aprovechándose de su
inmensa superioridad bélica: Caballos, perros entrenados, corazas de
hierro, armas de fuego, brutalidad sin límites, tácticas y estrategias
guerreras, enfrentadas a macanas y flechas, lograron con total
facilidad sojuzgar estos pueblos.

105
Tenemos excelentes crónicas de los hermanos Pizarro en el Perú,
Gonzalo y Hernando cuyas iras aun resuenan en el valle sagrado de
los incas. Cuando fueron astutamente empujados hacia las selvas
amazónicas en busca del país de la canela, llevaron dos mil perros y
al acabárseles la comida para estos los alimentaron con indios
picados en presencia de los demás, se habían hecho acompañar de
un contingente enorme de éstos.

Luego, el saqueo del oro y la plata que enriquecieron a la corrupta


Europa y al fondo del los mares, miles de bergantines, carabelas,
naos, cargadas con toneladas de metales preciosos, duermen hoy en
el silencio de las profundidades marinas. Pero la gran mayoría de
estas riquezas que expolió España solo sirvieron para alcahuetear la
zanganería de los nobles españoles y de otros de sangres no tan
azules. La España de nobles, soldados, taberneros, frailes,
alcahuetas, putas y mendigos, haraganeó durante siglos recostada en
el saqueo de las Américas. Así, casi toda esta riqueza fue a parar a
las arcas de otros bandidos menos ignaros, franceses, ingleses,
holandeses, italianos, fueron quedándose con estos tesoros,
construyendo con esplendidez la Europa que hoy, ya reconstruida,
nos llena de asombro ante la magnificencia de sus palacios, iglesias,
monumentos , ciudades.

Los Guanches primitivos habitantes de las islas Canarias,


antiguamente llamadas las Afortunadas, fueron eliminados por
106
hábiles cazadores de hombres, en el año 1500, llegaron los
españoles, y en pocos años de ellos solo quedó el relato.

La cacería de seres humanos, como si se tratara de animales


configuró un gran negocio que enriqueció a portugueses, ingleses,
holandeses, quienes organizaron el comercio de esclavos a gran
escala, trayéndolos a América para reemplazar las diezmadas
poblaciones de indios que no resistieron el infernal trabajo en las
minas y en los campos. Para que los capturados no viajaran de balde,
institucionalizaron la caza de elefantes y el marfil fue transportado a
hombros de éstos hasta el puerto de embarque, conocido hasta hoy
como “Costa de Marfil”.

Si a los negros de Norte América le fueran cancelados los salarios


no pagados por los ingleses, hoy gringos, por supuesto que
indexados, todo el rico país del norte sería de ellos.

Igual ocurrió en el valiente Paraguay, donde los reverendos padres


jesuitas esclavizaron en la forma más absoluta jamás conocida a los
guaraníes, no les dejaron ni el reducto de su propia conciencia
porque hasta allí llegaron con la confesión. Obligaron a trabajar
gratuitamente a hombres, mujeres y niños durante ciento sesenta
años, en granjas y obras públicas. Fueron privados hasta de su
iniciativa personal, los jóvenes eran asignados a dedo para aprender
los oficios en que trabajarían por el resto de sus vidas, las parejas las

107
escogían los santos padres como si se tratara de granjas para la
reproducción humana. Estas misiones terminaron cuando sus
reverencias fueron expulsados de todo el territorio del imperio
español.

Una vez seguros y al amparo de sus armamentos, naves y toda la


parafernalia bélica, se lanzaron a la conquista y pillaje de todo el
orbe. Se apoderaron de todos los continentes organizando un
sistemático saqueo de los recursos de las que llamaron sus colonias.
La rica India fue convertida en un país paupérrimo en dos siglos de
dominación, África fue expoliada por una pandilla de países
europeos que compitieron por quedarse con todos sus ricos
territorios. A Italia que se quedó a la zaga, sin colonias en el
continente negro, la conciencia de este retraso los acicateó, y el
prepotente Duce en el siglo pasado lanzó sus tanques y bombarderos
contra Libia primero, desmoronando ejércitos armados de alfanjes y
escopetas de fisto, luego ebrio por este triunfo fue por Etiopía donde
la historia se repetiría. El pueblo italiano lloró de alegría cuando
Benito Mussolini anunció en la plaza pública que primero Libia y
luego Etiopia eran italianas.

Los europeos modernos solo fueron francos vencedores en batallas


contra pueblos que no tenían armamentos similares, siempre fueron
héroes guerreando contra ejércitos armados de flechas, macanas,
lanzas, boomerangs, arcabuces. Cuando fueron atacados por un
108
ejército armado de igual a igual, fueron aplastados
ignominiosamente, todo un continente por un solo país y solo la
oportuna ayuda de los Estados Unidos, permitió que hoy no hablen
todos alemán. También resultaron flojos y torpes para estos oficios
guerreros.

Como si todo esto fuera poco, la gran carnicería humana de los


europeos apenas comenzaba. Las dos guerras mundiales, llevadas a
cabo en menos de cincuenta años, fueron sin duda el ejemplo de
barbarie más grande que el mundo presenció, sesenta millones de
muertos y un poco más del doble de heridos, casi todos los países
arrasados, las muestras de crueldad más salvajes jamás presenciadas,
las armas de destrucción masiva más mortíferas, todo fue válido.
Cuando el Fuhrer solicitó verdugos voluntarios para accionar las
palancas que limpiarían el orbe de judíos, los alemanes acudieron
masivamente, quedándose la gran mayoría con sus ganas sin ser
saciadas, no hubo ni palancas ni botones que oprimir para todos.
Los países que no intervinieron como suiza en la segunda, solo lo
hicieron de fachada.

Suiza fue el banco de Alemania, el proveedor de minerales


estratégicos y el ladrón del oro de los judíos. Si hubiese sido
verdaderamente neutral quizá la contabilidad de muertos en esa
conflagración se abría disminuido en diez millones.

109
España, que le mamó gallo al Führer, se enzarzó en una contienda
civil, donde la crueldad fue el tono común, matando vilmente
personajes de gran valía como Garcia Lorca y Miguel Hernandez,
con un saldo de un millón de muertos, un tirano asesino que
mangoneó el país a sus anchas por más de cuarenta años y un país
partido en dos, donde se odiaban a muerte los dos bandos que
necesariamente tendrían que compartir la misma tierra: vencedores y
vencidos. Quedando sumida nuestra madrasta patria en un atraso no
solo económico sino intelectual, ético, moral, social etc. hasta tal
punto que todavía en los años setentas se decía en Europa que África
empezaba en los Pirineos.

Infamias como la de los belgas en el Congo, donde cuando fueron


obligados a retirarse dejaron una situación cocinada por ellos y que
ha causado más de un millón de muertos entre las dos etnias
principales de la Ruanda de hoy; se han repetido en todo el orbe,
Francia casi acaba con las encantadoras islas del Pacífico sur, donde
cometió toda clase de tropelías contra sus inocentes y alegres
pobladores.

Las vergüenzas de este perverso arrabal del planeta no terminan ahí.


La xenofobia los carcome, aunque necesitan mano de obra para
oficios que, ellos tan lindos, se niegan a realizar, le hacen imposible
la vida a quienes empujados por la miseria de sus países, tratan de
meterse en sus predios en busca de un mendrugo. La Italia del poco
110
ético Berlusconi, ya tiene aprobadas penas carcelarias para esos
parias que se atreven a profanar su territorio. al igual que España y
seguramente pronto todos tendrán en sus constituciones leyes
parecidas.

No terminan aun sus Hazañas, al final del siglo pasado nos tocó
presenciar limpiezas étnicas en todo el territorio de los Balcanes, un
genocidio tras otro a la vista de “la muda, de la absorta caravana” y
sin que se inmutaran las Naciones Unidas, en algunos casos con su
beneplácito como cuando fueron musulmanes quienes fueron
“limpiados”.

Inglaterra y Francia se repartieron todos los territorios del mundo


Árabe al finalizar la primera guerra y la caída del Imperio Turco, y
no precisamente por filantropía; ya sabían del inmenso potencial
petrolero e instauraron dinastías corruptas que les entregaron a
precios irrisorios su casi único recurso durante décadas, el petróleo.
Armando conflictos que todavía no tienen trazas de resolverse, como
la creación del estado Judío en tierras Palestinas, con los únicos
argumentos de que el Señor se las había entregado dos mil
quinientos años atrás y los bombarderos y sus tanques

Los europeos modernos solo fueron francos vencedores en batallas


contra pueblos que no tenían armamentos similares, siempre fueron
héroes guerreando contra ejércitos armados de flechas, macanas,

111
lanzas, boomerangs, arcabuces. Cuando fueron atacados por un
ejército armado de igual a igual, fueron aplastados
ignominiosamente, todo un continente por un solo país y solo la
oportuna ayuda de los Estados Unidos, permitió que hoy no hablen
todos alemán. También resultaron flojos y torpes para estos oficios
guerreros.

Son tan cínicos e ingratos que se olvidaron, por ejemplo España, de


que toda Latino-América abrió sus puertas a los que huyeron de la
matanza franquista, los apoyó y consiguió trabajos para que se
asentaran con dignidad y ni que hablar de la inquina que todos, tal
vez con la excepción de la pérfida Inglaterra, contra los Estados
Unidos sin cuyo concurso muy probablemente Europa hoy se
llamaría Bundesrepublic Deustchland.

No he pretendido ser exhaustivo en este recorrido por la ruta de sus


infamias, el inventario total ocuparía miles de páginas, solo he
querido hacer un rápido paneo de la historia del continente que se
precia de ser el único reducto de la civilización. De quienes miran
con desprecio a los países que ellos mismos se encargaron de
depauperar, de los países que les suministran sus recursos naturales
a cambio de espejitos y abalorios. Claro respetando la sacrosantas
leyes de la oferta y la demanda.

112
¿EVOLUCIONA EL ARTE?

Hace unos días, en la estupenda charla que ante un selecto auditorio


sostuvieron William Ospina y Julio Cesar Londoño en ciudad de
Guatemala, el primero afirmó que el arte no evoluciona, para
corroborar su aserto dijo que no podíamos afirmar que los poetas
contemporáneos fuesen mejores que los griegos, el argumento me
pareció contundente pero la veloz réplica de Julio me dejó sin
aliento, dijo que siempre nos tenemos que apoyar en lo ya hecho, y
así avanzamos y que no podemos caer en errores que ya hemos
aprendido a corregir, por ejemplo que en determinado canto de la
Ilíada, Homero hace una lista asaz prolija de los regalos (sobornos)
que Agamenón ofrece a Aquiles, el de alígeros pies, para que
retorne a la liza, para solo unas páginas más adelante y ante un
auditorio diferente repetir la lista, error que hoy no se perdonaría.

Reflexionando sobre el asunto caí en cuenta de algo que Julio pasó


por alto, en aquellas calendas y durante muchos siglos los inmortales
versos se conservaron y trasmitieron de manera oral, solo fueron
transcriptos mucho más tarde. El auditorio era diferente, por lo cual
era mandatorio repetir la dichosa lista.

Miremos en la arquitectura que ha ocurrido: remontémonos a los


finales del primer milenio, cuando el Románico se imponía en toda

113
Europa, de dimensiones pequeñas, cortas luces , alturas
proporcionales y gruesísimos muros. Súbitamente a finales del siglo
X irrumpe el Gótico, que es como la antítesis del románico, de
dimensiones jamás ante soñadas, agujas hasta de ciento cincuenta
metros de altura, bóvedas de cincuenta metros, luces mucho más
amplias, muros delgados que parecen desafiar la gravedad,
ventanales enormes que desafían el cálculo estructural moderno,
fábricas donde la piedra nos habla.

No podríamos ni siquiera insinuar que el uno devino del otro, el


cambio fue súbito y total, si observamos la cronología de estos
hechos nos encontramos con algo que a no dudarlo nos deja
inquietudes, este estilo revolucionario nos llega justo después de las
primeras cruzadas, ¿fueron sus cánones traídos por los caballeros
Templarios?

En la música tenemos también ejemplos de que el arte nos presenta


sus colosales producciones impulsado por los maestros que van
apareciendo aleatoriamente.

Del bellísimo Canto Llano pasamos a los maestros del Renacimiento


y del Barroco y de este al Clásico y luego al Romanticismo y
después al Impresionismo, sin que podamos decir que un estilo sea
superior a otro. La música contemporánea, siglos XX y XXI no se

114
podrá comparar jamás con la de siglos anteriores, podríamos decir
sin temor a equivocarnos que en artes el siglo pasado fue mediocre.

En cuanto a la pintura el análisis es un poco más difícil, pues con


toda la alharaca del Renacimiento, siempre creímos que allí
realmente los pintores despertaron del sueño medieval en el que por
siglos estuvieron sumidos sus antecesores. Conozco algunos autores
analistas del arte pictórico medieval que afirman lo contrario, la
rigidez de las reglas del juego al que se sometieron los maestros pre-
renacentistas los obligaba a buscar la perfección con poquísimos
elementos y sin poder innovar, es más dicen estos estudiosos que en
todas estas obras van encriptadas enseñanzas esotéricas, algo que
hoy en día nos haría reír.

Midiendo con nuestros cánones podemos preguntarnos ¿si habrán


superado los post-renacentistas a los Rafaeles Leonardos y toda esa
pléyade de estrellas? Dejemos pasar el tiempo y miremos la pintura
del siglo XX, ¿se atrevería alguien a decir que superó a alguno de
sus antecesores?

Tras este somero análisis creo advertir que el arte no sigue ninguna
secuencia lógica, es aleatorio, pega saltos cuando aparece un
maestro, no se va nutriendo, como lo han hecho la física o la
astronomía, la medicina o la matemática, de lo hecho pacientemente
por generaciones de acuciosos obreros del arte.

115
Este asalto lo ganó el Culebrero mayor, como bellamente llamó don
Julio a don William.

116
HOMO SAPIENS NEANDERTHALENSE

Una vez dado el tremendo salto del Homo Erectus al Sapiens, quien
sería el nuevo amo del planeta, este se fue regando por todo el orbe,
tomándose su tiempo. Muchos grupos fracasaron y desaparecieron
en su intento de encontrar hábitats más gratos, pero otros muchos
lograron hazañas comparables con el viaje a la luna, o los viajes de
conquista de los polos, llegaron hasta lo que hoy llamamos Nueva
Guinea y Australia, colonizaron buena parte de Asia y
posteriormente llevaron a cabo el poblamiento de América (vamos a
suponer que la hipotesis del paso por el estrecho de Bering de Asia
hacia América es cierto). En estos incontables siglos de
peregrinaciones, se nos dice, estas poblaciones fueron
diferenciándose de conformidad con los medios ambientes que
fueron encontrando, a unos se les pusieron oblicuos y entrecerrados
los ojos, para protección de la intensa irradiación en parajes
cubiertos de nieve, otros blanquearon su piel para adaptarse a climas
muy fríos, a otros en cambio su piel concentró melanina con fines
opuestos pero análogos. Hubo otro grupo que se fue transformando
más drásticamente, quizá el frio inclemente de lo que hoy llamamos
Europa, propició tales mutaciones, su talla se redujo, su cerebro
creció un poco. Se robustecieron, sus músculos se potenciaron y se
tornaron vellosos, en pocas palabras su cuerpo se preparó para
117
resistir temperaturas muy bajas. A este grupo hemos dado en
llamarlo Neanderthales, lo que solo significa que los primeros
hallazgos se dieron en el valle del Tal, (Nean der tal) Alemania.

Durante unos doscientos mil años se fueron adaptando a sus difíciles


condiciones ambientales, aprendieron a cazar piezas mayores y a
conservar sus carnes enterrándolas en el permafrost, sus técnicas de
caza no evolucionaron gran cosa, por ejemplo no conocieron las
armas arrojadizas, lo cual les significó tener que enfrentar cuerpo a
cuerpo grades bestias como los mamuts, las osamentas de estos
proto-abuelos encontradas muestran gran cantidad de fracturas óseas
sanadas.

Su dieta se enriqueció con la recolección de innumerables especies


vegetales, y aprendieron a manejar una farmacopea vegetal bastante
amplia. Realizaron ceremonias fúnebres, lo que muestra que ya
tenían ideas sobre los mundos de ultratumba. Por el análisis de sus
osamentas hemos sabido que aunque tenían desarrolladas sus
cuerdas vocales, quizá su lenguaje fuese un poco pobre, pero un
lenguaje al fin. Sus vidas fueron breves, un promedio de treinta años
fue su esperanza de vida, eran duros tiempos.

Vivian en clanes no muy numerosos, ocupando las cavernas que


generosamente les brindaba la madre naturaleza. Fueron muy
conservadores con sus saberes y quizá este fue uno de los factores

118
que los llevaron a su extinción, esto quedó registrado en sus armas y
herramientas que permanecieron casi sin cambio hasta el final.

La idea que tenemos casi todos del hombre de las cavernas es la de


unos tipos sucios, pelucones, llenos de pulgas y piojos, vestidos con
unos cueros malolientes, que se comunicaban con gruñidos, y muy
pendencieros. Creo que es hora de cambiar este prototipo. Hace
cuarenta mil años estos hombres sabios (homo sapiens) ya eran
idénticos a nosotros; por fuerza tendrían que haber aprendido que
era conveniente cierto grado de aseo, la coquetería ya había hecho
peinar a las aes y los oes, no dudo de que las trenzas serían de rigor,
lo mismo que las colas; la curtida de los cueros de sus presas se fue
refinando y en esos milenios seguramente habían logrado suaves
resultados, que con la ayuda de las agujas (los cromañones),
cuchillos filosos, y los tendones de sus presas, les permitieron ir
mejorando tanto en calidad como en estética sus vestimentas.
Conocieron la embriaguez al fermentárseles algunos jugos vegetales,
las primeras “fumas” de la humanidad. Los llamados cavernícolas
como ya hemos mencionado eran de dos clases, los Neandertales y
posteriormente los Cromañones, salvo pequeñas diferencias tenían
estilos de vida similares.

Hace unos treinta mil años los cromañones empezaron a decorar (?)
sus cavernas con representaciones de animales, casi siempre sus
presas de caza, lo que también podría hacernos pensar en rituales
119
propiciatorios para asegurar sus presas. Las cuevas de Altamira,
Lascaux y muchas otras nos dejan ver unas representaciones
estupendas de mamuts, ciervos, caballos, bisontes, uros y otros más.
Lo cual nos muestra también la buena selección de sus materiales, se
han mantenido por cuatrocientos siglos, cuando muchos frescos
renacentistas están casi borrados, La Última Cena de Leonardo por
ejemplo.

Se considera que uno de los principales factores de la extinción de


los neandertales fue su poca variabilidad genética, al reproducirse
casi siempre dentro de su clan o algunos clanes vecinos.

Pero indudablemente concurrieron otros muchos factores que no


podemos pasar por alto: es probable que al igual que en América los
llegantes trajeran enfermedades con ellos, para las cuales no se
tenían defensas. Los Cromañones irrumpieron hace unos cuarenta y
cinco mil años en los territorios ocupados por los hombres del Nean.

Algunos paleo-antropólogos piensan que pudieron ser absorbidos


genéticamente, tendríamos en nosotros su herencia genética,
lastimosamente el estudio del genoma humano no concuerda con
esta linda hipótesis.

Los más hábiles, mejor armados y maliciosos cromañones los fueron


desplazando de sus cotos de caza y de sus cavernas.

120
Conocidos los cromañones (nosotros), es altamente probable que las
matanzas y eventualmente la ingesta de sus cuerpos, no hayan sido
eventuales. Se han encontrado osamentas de neandertales con rastros
de los cuchillos con los que se retira la carne de las piezas de caza,
húmeros y fémures reventados lo cual hace presumir el consumo de
médula ósea.

Debido a su conservadurismo no se fueron adaptando a los últimos


cambios climáticos y cuando arreció el frio aproximadamente hace
unos treinta mil años, sus ropas no los protegieron adecuadamente,
los cromañones en cambio ya conocían la aguja de coser, pudiendo
así adecuar sus trajes haciéndolos más abrigadores. Los últimos
reductos neandertalenses están localizados en el sur de España,
seguramente emigraron hacia allí en busca de climas más amables,
la última fogata que quizá encendieron fue en lo que conocemos
como Gibraltar y ocurrió hace unos veintiocho mil años.

Su total extinción plantea uno de esos enigmas que ha despertado


mayor curiosidad. No tenemos una clave cierta y como hemos visto
se tejen toda clase de conjeturas pero ninguna concluyente. En el
momento de mayor expansión ocuparon un hábitat bastante extenso,
La península Ibérica, el sur de las islas Británicas, Francia, Italia, los
Balcanes y Grecia, Anatolia y el Oriente medio, rodearon el mar
Caspio y llegaron hasta parte de Siberia. Algunos investigadores
calculan que en el momento de su mayor expansión llegaron a ser
121
unos quince mil individuos. Quisiéramos pensar que fueron muchos
más.

122
LAS QUESERAS DEL MEDIO

En ciertas ocasiones he preguntado a algunos de mis amigos por


“Las Queseras del Medio”. Solo unos pocos han respondido
vagamente que se trata de una batalla de las de la independencia de
Venezuela. Este emocionante episodio de nuestras gestas libertarias
se nos está convirtiendo en nieblas difusas.

Para que algunos de mis amigos y sus amigos y los de éstos y otros,
ojala muchos, refresquen sus memorias voy a hacerles un breve
relato:

El doce de abril de 1819 se encontraban las dos fuerzas beligerantes


frente a frente, los Chapetones a un lado del río Arauca y los
Patriotas en el otro, como sabemos los ríos llaneros colombo-
venezolanos son verdaderos lagos en movimiento, así que ninguno
de los dos bandos se atrevía a cruzar el imponente río.

Habían trascurrido algunos días, cuando una tarde Páez le dice al


General Bolívar: “Esté atento mi General a lo que va a presenciar”.
Páez selecciona 154 llaneros, los mejores jinetes que el ojo humano
haya presenciado, entre ellos Juan José Rondón, quien volverá a
aparecer en los anales de la historia más adelante. Se alejan en
dirección aguas abajo hasta perderse de vista; la tarde empieza a
perder luminosidad. Al poco rato se sienten movimientos en la tropa
123
hispana. En el horizonte aparecen los llaneros, raudos como el
viento. Nadie entiende nada. Son solo unos pocos ¿Qué pretenden
ante un ejército de más de ocho mil soldados bien pertrechados? Los
realistas no salen de su asombro; cuando las huestes patriotas están a
una distancia un poco mayor que el alcance de las armas, se detienen
y comienzan a injuriar al ejército español. Pronto un escuadrón
bastante mayor sale en dirección de los lanceros, justo antes de
tener que enfrentarlos Páez ordena la retirada, y parten alígeros por
entre los matorrales, lo que acicatea a los realistas que se disponen a
dar un escarmiento a esos desarrapados. Súbitamente se oye como
un trueno la voz de Páez “Vuelvan caras” (algunos historiadores
prefieren que Páez hubiera dicho: Volverse carajo), los llaneros dan
media vuelta y acometen con tal brío que los desconcertados
chapetones no aciertan a defenderse y van cayendo como moscas,
solo unos pocos escapan. Los 154 héroes vuelven de nuevo hacia el
ejército español lo encaran y lo injurian de nuevo, se repite el
libreto, solo que esta vez salen muchos más que en la primera
persecución de la tropilla (algunos cronistas estiman que fueron mil
hombres), ya casi oscurece y los españoles pasan trabajos con el
terreno desconocido y la penumbra, cuando ya les pisan los talones
se oye de nuevo el trueno “Vuelvan caras”. La matazón se repite y
el desconcierto español es total. Los patriotas, ya casi en oscuridad
total se colocan en las mismas posiciones anteriores, gritan como

124
algarivos y sorpresivamente cargan contra el grueso del ejército
español, causando gran mortandad. Al amparo de la oscuridad
escapan y regresan río abajo hasta encontrar el vado por el cual
habían cruzado. Tornan sonrientes a su campamento, donde son
recibidos con honores. Solo tres valientes no retornaron.

Decir que las Queseras del medio fue una batalla me parece
impropio, fue un alarde de valor y baquianía.

125
LAS RELIGIONES PROFETICAS

Llamadas así no por que hagan predicciones sobre el futuro,


llamadas profecías- el más común de los significados de la palabra
profeta es: poseedor del don de la profecía- sino por haber sido
fundadas por un Gran Profeta y en esta oportunidad recordemos otra
acepción de Profeta: hombre que habla en nombre y por inspiración
de Dios.

Se considera que pueden ser llamadas así seis grandes religiones:

La más antigua, el Hinduismo, forma ulterior y más moderna de la


antigua religión Brahmánica, donde los dioses entregan al hombre la
sabiduría, contenida en los Vedas sus libros sagrados. Rama es uno
de sus primeros avatares, uno de sus más importantes Profetas.

Ya tenía el hombre la sabiduría, pero era duro, no conocía la


compasión, esta sería enseñada a la raza de los hombres por Budha
Gautama, primer gran Profeta de la que sería la religión Budhista.

El hombre desconocía la pureza y Zaratustra (o Zoroastro) fue


enviado por el arcángel Gabriel a enseñárnosla, el Zoroastrismo
(también llamado Mazdeísmo) tiene su libro sagrado con las
enseñanzas de su profeta, El Avesta, mal conocido como El Zend-
Avesta. Llamaron a Dios Ahura-Mazda, bautizaron a los arcángeles,

126
nos aterrorizaron con el infierno y los demonios, nos alegraron con
los ángeles y el cielo, y nos pusieron a pensar en el Juicio Final.

Los descendientes de Adán fuimos siempre indisciplinados, no


conocíamos la majestuosidad de la Ley, Moisés nos la trajo del
monte Sinaí: Las tablas de la Ley. La Torá (el Pentateuco) es su
primer monumento y la religión de los judíos, El Judaísmo, la ha
cuidado con celo extremo a través de los milenios, guardando el
pacto que hicieran con su temido Yahvé.

El dulce Jesús vino a enseñarnos el auto-sacrificio,


demostrándonoslo con el suyo propio. Y generando un verdadero
Tsunami civilizador: EL Cristianismo.

Solo hay un Dios y es Allah, nos dice el tratante de camellos,


reclutado también por el arcángel Gabriel, para dar inicio a una
civilización que asombró al mundo: Mahoma , quién oyó la voz de
Dios y de Gabriel por veintitrés años, y sin escribir una letra nos
legó el hermoso y poderoso Corán. La Illaha Il Allah: Nada es sino
Dios, solo Dios es, nos repite incansablemente El Islam.

Todas estas Religiones (de Re volver a, y Ligare, ligar, atar) tienen


en común que sus vidas no se cuentan por lustros ni aun por siglos,
todas son o fueron milenarias y han abarcado enormes poblaciones,
desbordando las fronteras políticas.

127
El Hinduismo quedó casi circunscrito a la india, pero no olvidemos
que esta es un verdadero continente y sus libros sabios, los Vedas,
ostentan una venerable edad de varios milenios, quizá cinco.

El Budhismo habiendo nacido en la India conquistó el corazón de


casi todos nuestros hermanos amarillos y es hoy un venerable y
vigoroso anciano de dos mil quinientos años, que no cesa de
advertirnos los peligros de los apegos y el camino del no
sufrimiento.

La pureza Zoroastriana acendró toda el Asia menor por más de mil


quinientos años, con una enseñanza esencialmente dualista, el
principio bueno Ormuz y el malo Ariman.

Solo nuestros hermanos judíos fueron parcos en sus conquistas


territoriales, pero su enorme influencia en el mundo actual,
compensa con creces su diminuta geografía.

El mensaje ordenante, de amarnos los unos a los otros, se


desparramó por todas las Europas, la misteriosa y sometida oriental
de los mujiks y la belicosa occidental de los cruzados, se regó por el
sur del continente negro, se tomó a sangre y fuego las Américas y de
carambola llegó a la gran isla, Australia. Llevamos dos mil años
discutiendo las dos naturalezas de nuestro Dulce Maestro.

El Islam, refinado, culto y tolerante, pero implacable en su guerra


santa, se desbordó desde la arenosa Arabia, por el oeste a casi toda
128
la cuenca del otrora Mare Nostrum, y por el este hasta las bajas
tierras del hoy llamado Bangladesh.

Habiendo producido uno de los más deslumbrantes momentos


estelares de la humanidad, la España Musulmana, donde sentaron
sus reales durante más de setecientos años.

Podemos calcular la edad del Islam en unos mil cuatrocientos años.

Decíamos que las religiones proféticas son o fueron milenarias, el


fueron cobija solo a una, que fue eliminada, casi borrada de la faz de
la tierra y lo fue por otra, un enorme fratricidio, que no quedó
impune.

Es bueno recordar que los ejércitos del Islam, las huestes de Omar
arrasaron, aniquilaron y casi que borraron de la faz de la tierra a la
religión de Zoroastro, la religión de la pureza y la más antigua de las
religiones monoteístas, salvándose en unos pocos que huyeron a la
India, los Parsis, quienes hasta el día de hoy profesan su religión.

Para ese entonces los hijos del Profeta se habían quebrado en


Sunitas y Chiítas; a estos correspondió sojuzgar territorios
principalmente Persas, quedando impregnados de esa proto-religión,
quedaron Zoroastrizados, tal y como ocurrió con los judíos que
regresaron de su cautiverio en la Babilonia Zoroastriana con una
religión bien distinta de la que llevaron (a su regreso trajeron:
Ángeles, demonios, Satanás, cielo, infierno, resurrección, juicio
129
final), de ahí que la guerra a muerte entre Sunitas y Chiítas ya no fue
puramente dinástica, se torno además doctrinaria y eso entre
fanáticos no se perdona, ni se transa. Y esa fue la revancha del
Zoroastrismo.

Tenemos que de las seis, cuatro son claramente monoteístas, la


religión de Budha no menciona ningún Dios (existe una facción
minoritaria que si lo hace) pero sin declararse atea. La antiquísima
religión de los hindúes, presenta un panteón asaz prolífico, pero al
igual que los politeístas egipcios, sobre todos esos diosecillos prima
una tríada: Brahma, Vishnú y Shiva sospechosamente similar al
Dios trino de los cristianos y a la trinidad egipcia Isis-Osiris-Horus.

130
LOS MUNDOS MICROSCÓPICOS

Lo que voy a compartir con ustedes, no es un tema agradable, hace


más de un año lo tengo guardado entre pecho y espalda, creo que
dada su importancia amerita vencer mi resistencia.

La ingeniería que en suerte estudié nos ofreció el conocimiento de


algunas materias poco usuales en carreras técnicas, me refiero a la
microbiología y la parasitología, siempre consideré una fortuna
haber podido mirar con cierta profundidad estos extraños y
sobrecogedores mundos.

Desde hace unos meses me he estado encontrando , cuando “sapeo”


en mi tele, un individuo de luenga cabellera y ojos saltones, quien
trata en sus programas precisamente de estos dos temas, (parásitos y
micro-organismos) en todas las ocasiones me ha dejado perplejo,
pero vi un programa que no me lo puedo guardar dadas las
implicaciones que en nuestra vida cotidiana tiene.

La Escherichia Coli en nuestras casas

Esta bacteria de la familia de las enterobacteriáceas, vive en el


intestino del hombre y los animales superiores, su presencia en los
alimentos y aguas indica contaminación fecal. En el programa de

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marras hizo un muestreo por algunos puntos clave de una residencia
en busca del E. Coli.

Como es lógico comenzó por el inodoro, tenía un kit completo para


ir rastreando el “animalito”, advirtiéndonos que donde quiera que lo
encontrara indicaba contaminación fecal, además de encontrarlo
tenía la forma de hacer un conteo de éstos, así que entre mayor fuese
el número, mayor sería el grado de contaminación. Comenzó
haciendo un frote con un algodón en el biscocho, objeto en forma de
O localizado debajo de la tapa, precisamente donde nos sentamos.
Evidentemente encontró que allí estaba aunque en cantidades no
alarmantes. Luego repitió la operación en el anverso del mismo,
como era de esperarse allí la situación si era alarmante, se debe al
salpique de gotitas; cada vez que levantamos el dichoso biscocho,
tocamos un poco esta cara y contaminamos nuestras manos,
recordemos que además de contaminarlas con el E. Coli, las estamos
contaminando con materia fecal, como no siempre nos aseamos bien
nuestras manos, salimos del baño portando tan desagradable carga.

Luego continuó su búsqueda en la cocina, comenzando por el


fregadero y ¡oh sorpresa!, estaba altamente contaminado, luego los
mesones e igual, ¿Cómo podía ser esto? Pues de las manos pasaba a
la esponjilla y de esta al fregadero y a los mesones, en su
investigación encontró que los mesones menos contaminados eran
precisamente los más sucios, aquellos que no se aseaban,
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generalmente en casas de estudiantes y solteros, claro nunca
fregaban los mesones. Cabe advertir que una investigación como
esta, hecha para una prestigiosa cadena como la Nat-Geo, no se
limita a una muestra, se hace con muchas muestras, para evitar
resultados erróneos.

De la cocina pasó al sitio más crítico, la lavadora, resulta que al


lavar la ropa se juntas varias clases de prendas, por ejemplo medias,
camisetas, pañuelos, camisas, calzoncillos y cucos entre otras.

Los calzoncillos y los cucos vienen cargados de E. Coli y su


compañero infaltable, las heces humanas, pues esa es una de sus
funciones (la de los cucos y calzoncillos). Allí se produce un
proceso democrático, la materia fecal se distribuye uniformemente
en toda la ropa. Midiendo fielmente la cantidad contenida en la ropa
y la que inconscientemente vamos ingiriendo con el paso de las
horas, por contacto con nuestras prendas, encontró que nos
comemos, así literalmente, un cuarto de gramo de heces al día, “es
bien poco dijo alguien” si pero hay dos consideraciones que bien
vale la pena hacer: No es solo de la nuestra, es un muestra bien
balanceada de la de todos los habitantes de la casa, y si
multiplicamos por trescientos sesenta y cinco días tendremos que
estamos ingiriendo (comiendo) unos noventa gramos al año.

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Nada agradable saber lo que nos estamos comiendo sin sospecharlo,
entonces ¿cómo proceder?

Se me ocurren algunas medidas a tomar ojala inmediatamente:

 No lavar los calzoncillos y cucos en la lavadora.

 Volvernos puntillosos con el aseo de nuestras manos cada vez


que usemos el eufemísticamente llamado wáter

 Mantener una solución de cloro a la mano y a diario asear con


ella los puntos citados del inodoro.

 Si aun en nuestra casa tenemos muchacha del servicio,


concientizarla hasta el cansancio de la importancia de la
observancia de éstas medidas.

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DE MATRIARCAS

Hace unos días recibí un correo de una amiga, donde citaba una
serie de ejemplos del carácter marcadamente “machista” de nuestro
hablar, perro, zorro , público, lobo y muchos otro sustantivos que al
ser adjetivizados, dan al macho cualidades admirables mientras que
a la hembra la deshonran, perra loba etc. Quise responderle
inmediatamente aceptando sus asertos y a la vez ofreciendo todas las
disculpas que un ser civilizado puede dar por todas las atrocidades
que los varones hemos cometido contra las féminas desde…..no lo
sabemos exactamente, pero podemos recordar que los inteligentes
griegos las confinaron a los gineceos, y salvo las hetairas, eran
completamente ignorantes y no participaban en sus decisiones, los
hindúes las quemaban vivas, la abominable “sutee” donde las
concubinas y esposas eran quemadas a la muerte del varón. Los
musulmanes de casi toda el África negra las mutilan para impedirles
el placer, arrancándoles desde niñas su adorable clítoris, y en nuestra
“civilizada y avanzada” cultura más de la mitad son ultrajadas por
sus compañeros, ya sean esposos, amantes, o dueños que todavía los
hay, mencionemos como fueron asadas masivamente por los curas
durante la infamante inquisición, los protestantes aún no responden
por la quema de brujas, los poco amistosos suizos estuvieron al
borde de quitarles el derecho al voto en tiempos muy recientes. La
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relación no pretende ser exhaustiva, solo demostrativa. Pero no
siempre fue así.

Remontémonos a los tiempos en que empezamos a erguirnos


dejando atrás la útil y sensual cola y nuestros cerebros comenzaron a
crecer explosivamente dejando atrás, muy a la zaga, a nuestros más
inmediatos parientes, los simios, podemos datar a nuestra primigenia
madre, Lucy como viviendo hace unos tres millones de años
Éramos pequeños, lentos, sin potentes garras ni poderosos colmillos,
la única ventaja era la decisiva inteligencia, las condiciones fueron
muy duras, los cambiantes climas los hacían moverse continuamente
en busca de la vivificante agua y de las presas de caza, a menudo su
precaria existencia estaba amenazada por la sed y el hambre.

Durante aquellos cientos de millares de siglos, toda la angustia por


la supervivencia estuvo paliada por….las mujeres, tuvieron tres roles
que les dieron una contundente supremacía sobre los machos.

Fueron las sanadoras, acumulando durante milenios un saber


farmacopeico, que solo fue superado por las más modernas
medicinas. (Si es que lo superamos)

La participación masculina en la procreación fue salvadoramente


ignorada por los varones, quienes se rendían ante el portento de las
hembras, al asegurar la continuidad del grupo.

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Y lo más decisivo para su larga preponderancia fue sin duda su sexto
sentido, la intuición para resolver situaciones dramáticas, ¿donde
podrían encontrar agua cuando agonizaban de sed?, ¿dónde
encontrar presas o frutos cuando el hambre los atenazaba? Parece
que en cada grupo se destacaba alguna por sus cualidades intuitivas
que muy seguramente provinieron de su conexión con las diosas
madres. Construyeron los primeros altares (los círculos de piedra)
donde entraban en trances que les permitieron entrar en contacto
salvador con esas primeras deidades. Así las matriarcas marcaron el
paso de nuestros proto-abuelos; mientras los machos iban de caza,
las hembras, los adolescentes y los niños se dedicaron a la
recolección de vegetales, frutas, granos, raíces, verduras silvestres,
etc. contribuyendo a la alimentación del grupo en forma, muchas
veces, más exitosamente que los cazadores. Ya en tiempos del los
abuelos neandertalenses, la gastronomía contaba hasta con
doscientas especies vegetales (hoy no sobrepasamos la docena, haga
cuenta usted de con cuantos vegetales completamos nuestra dieta).

Pero finalmente este orden fue alterado completamente, algunos


paleo-antropólogos ubican este cambio en el advenimiento del
neolítico, cuando las poblaciones se habían hecho tan numerosas
que, la caza y la recolección fueron insuficientes, los territorios se
convirtieron en fuentes de conflictos al traslaparse agresivamente.
Así nos fuimos haciendo sedentarios al amparo de la naciente

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agricultura. Los asentamientos siempre fueron vecinos de alguna
fuente hídrica.

Este nuevo orden, que inexorablemente se fue imponiendo, fue


llamado también “la maldición del neolítico” la salida del paraíso.
Para ilustrar este aserto, voy a citar brevemente un autor, Franz
Xaver Faust etnólogo alemán de fuertes vínculos con Colombia.

Existen muchos enfoques en las reflexiones sobre el gran cambio


entre el paleolítico y el neolítico. Pocos ponen la suerte de las
personas en el centro de la observación. Comparemos la calidad de
vida de unos y otros.

“La cacería y la pesca son un alto reto a los saberes, los


conocimientos y la capacidad de relacionarlos con las experiencias
actuales. Son actitudes que exigen la máxima atención de los
sentidos que deben estar conectados directamente con la reacción
en un arco de reflejos. Cacería y pesca son de por si meditaciones
que entrenan tanto al cuerpo como al espíritu, en eso reside ya
mucha satisfacción. Si la cacería y la pesca son exitosas la
satisfacción es completa e inmediata. Algo muy parecido se dice de
la recolección, son por eso muy entretenidos y no permiten el
aburrimiento.

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La vida de los paleolíticos fue entonces marcada por exigencias de
saberes, conocimientos, capacidad de relacionar estados físicos,
reflejos, atención de los sentidos y capacidad de improvisar en
situaciones inesperadas. Esas fueron exigencias cotidianas.

Fuera de los periodos de máxima escasez nos enseña la vida de


cazadores y recolectores actuales, que siempre queda mucho tiempo
para conversar, jugar, música, arte y el juego erótico. En
comparación con la vida de los cazadores y recolectores la vida de
los cultivadores exige relativamente pocos conocimientos y una
mínima atención de los sentidos; la rutina reemplaza la sorpresa e
improvisación.

La satisfacción se postergó a un lejano día de cosecha, solo ciertos


movimientos se entrenan en continua repetición, además queda muy
poco tiempo para conversar, jugar, música, arte y lo erótico. El
hombre se originó como cazador, pescador y recolector, por eso
este estilo de vida nos da satisfacción, placer y entretenimiento.
Mientras tanto para la vida de agricultores nos sobran muchas
capacidades físicas y sobretodo intelectuales, pero nos tocó
adaptarnos a la rutina, el aburrimiento y el monólogo interno. La
satisfacción inmediata o cercana se aleja por meses, algo que causa
frustración. En la falta de placer por una cotidianidad entretenida,
retante e interesante, en el monólogo interno por el aburrimiento en

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la rutina y la frustración por falta de éxito inmediato, están las
raíces de la maldición neolítica.

Comparemos un día en la vida de un habitante del paleolítico con la


de uno del neolítico: El paleolítico se despierta por el frío de la
madrugada al lado de la fogata casi apagada. Le pone un trozo de
leña. Su mujer le prepara el alimento de restos de su recolección del
día anterior y restos del animal que ayer ha cazado. Mientras tanto
el observa el estado del tiempo; sus experiencias y las enseñanzas
de los mayores, le permiten conclusiones sobre donde van a estar
los animales. Toma su lanzadera, unas lanzas y tal vez un
bumerang, sale a su expedición en compañía de su pequeño grupo;
su atención fija en todo lo que se mueve pero también en lo inmóvil
porque no quiere pisar una espina o un alacrán; camina con
máxima cautela sin causar ruido, después de horas llegan a un
pequeño charco sin causar ruido. Se paran en un lugar desde
donde divisa todo el charco. Permanecen inmóviles, sus ojos y oídos
registran todo, pasa el tiempo hasta que se muestra algún animal.
Todos sus cuerpos y sus sentidos están en máxima atención. El
animal esta ahora muy cerca. Durante todo este tiempo tenían las
lanzaderas cargadas con una lanza, arriesgan el tiro, apuntan bien,
pero el animal herido alcanza a huir. En su fuga pasó el animal por
matorrales, bosques y hasta atravesó terrenos de pura roca. El
conocimiento y los sentidos despiertos no los dejan perder las

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huellas. Por fin se encuentran al animal y logran acercarse a él y lo
matan con otras de sus lanzas.

Ahora están en terreno desconocido pero se orientan sin problemas.


Al atardecer llegan llenos de satisfacción y orgullo a sus refugios.
Fue un día satisfactorio también para las recolectoras, han
encontrado frutos, granos y raíces muy sabrosas que ya han
preparado. Se parte el animal y le dan a cada uno del pequeño
grupo la presa que les corresponde, El grupo se reúne a la luz de la
fogata. El cazador relata las peripecias de su excursión. Unos
coquetean, otros cantan.

Las mujeres planean la excursión de recolección del próximo día,


los hombres la pesca colectiva en el río cercano. Los niños ya se
acuestan, el cazador se retira a tocar la flauta, una mujer se le
acerca para premiarlo por su éxito consintiéndolo con sexo.

Comparemos este día con otro de un pueblo de cultivadores


neolíticos. En una casa de bahareque con techo de paja se despierta
la mujer con los primeros cantos de los pájaros. Se levanta para
moler trigo y cernir la harina, prepara tortillas para el desayuno.
Con la primera luz del día se levanta el hombre, desayunan juntos.
Después toda la familia se va al cultivo, la mujer carga al niño
menor, el hombre y los hijos mayores empiezan a cortar el trigo, los
niños más pequeños y las mujeres amontonan el trigo y lo llevan a

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una choza cerca de la casa. Antes del medio día la mujer se retira
para preparar el almuerzo. El trabajo dura hasta el principio de la
noche. Comen y cansados se acuestan.

En ese día no cosecharon sino una mínima parte del trigo. Aun falta
trillar, abonar, arar, sembrar y muchas faenas más.

Los grupos han perdido su movilidad. La defensa del territorio se ha


convertido en algo absolutamente esencial. La necesidad absoluta
de defender a toda costa el territorio tuvo muchas consecuencias.
Una de ellas fue el cambio de la prevalencia en matrilocalidad a
patrilocalidad. En las sociedades matrilocales los cónyuges de las
hermanas de la mujer no fueron una compañía confiable en el
combate, mientras en los propios hermanos si se podía confiar, y
eso exige patrilocalidad. La mayoría de los pueblos se convirtieron
en comunidades patrilocales cuando empezaron a depender del
cultivo. Por el alto prestigio del guerrero cayó la estima de la
mujer. La mujer entró al rol reducido de la productora madre,- se
necesitaban muchos hijos- y trabajadora. Los machos ya han
descubierto su participación en la procreación, el alimento y el
agua ya no dependen de la intuición femenina, se ha iniciado el
terrible predominio de los machos, se acaba la armonía”.

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Hemos visto el gran cambio donde todos fuimos perdedores, debido
a la presión demográfica. Desde ese entonces los varones toman
todo el control, podemos ubicar este cambio cronológicamente hace
unos diez mil años, Las guerras comienzan, la desarmonización
causada tendrá consecuencias lamentables. Llegará la edad del
bronce, seguida de la del hierro. Los hindúes llaman a este periodo
el Kali- Yuga, tiempo de destrucción y muertes, los mayas la última
Cuenta Larga, y los peruanos el último Pachacutec.

Afortunadamente y como decían nuestros abuelos “no hay mal que


dure cien años”. Las profecías, el deterioro ambiental, la miseria
generalizada, la corrupción, los armamentos nucleares, y todos los
demonios que parecen tener patente de corso, muestran un
convergencia hacia un cambio radical, donde necesariamente las dos
energías primigenias, masculinidad y feminidad retomarán su sano
equilibrio, restituyendo la dignidad de la mujer, permitiéndole
asumir sus propios roles, entonces, solo entonces, los idiomas no
serán machistas, y la humanidad tendrá obligatoriamente que
cambiar radicalmente de rumbo, so pena de extinguirnos.

Quiero presentar una última conclusión, El matrilocalismo duró


decenas de miles de siglos, su contraparte solo lleva unos cien.

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PARAGUAY, TRES MOMENTOS

PRIMER ACTO:

EL IMPERIO JESUÍTICO.

El padre general de los Jesuitas, Claudio Acquaviva, funda la


provincia jesuítica del Paraguay en 1604, pero solo inicia su vida en
1607. Abarcaba territorios de Argentina, Uruguay, Bolivia, norte
de Chile, el sur del Brasil y todo el Paraguay. La sede provincial
quedaba en la ciudad de Córdoba, Argentina.

Desaparece en 1768 a raíz de la expulsión de los jesuitas de todo el


imperio Español. Tuvo por lo tanto una duración de 161 años.

Fue tal el grado de dominación por parte de los padres, que se ha


dado en llamarle El imperio Jesuítico, (Leopoldo Lugones).

Nunca antes se había dado un caso de avasallamiento tan absoluto


por parte de una casta dominante sobre un pueblo vencido en
desigual guerra.

Las tribus que conformarían este singular experimento fueron las


que habían sido más golpeadas por el régimen anterior, era tal el
grado del maltrato, que aceptaron dócilmente el nuevo amo con la

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esperanza de mejorar un poco sus precarias condiciones de vida.
Fueron muchas las tribus esclavizadas, pero dadas sus similitudes
podemos englobarlas como Guaraníes.

Fue una utopía (no hay tal lugar), pero con dos calidades de
habitantes, los Padres por un lado, eran ni más ni menos que
semidioses, Dios y el superior de la comunidad estaban casi en el
mismo nivel; por el otro los indios, quizá un poco más que animales.
Un régimen socialista-esclavista, donde la vida de un pueblo fue tan
regulada por sus benefactores (verdugos), como nunca antes se
hubiese visto.

Los pueblos fueron construidos con un mismo modelo, un damero


con ligeras variaciones obligadas por las topografías, una plaza
central de ciento veinticinco metros de lado, con la iglesia, el
convento y el cementerio en uno de los costados, los otros tres con
casas de piedra , un poco más ornadas que el resto; todas se
componían de un solo espacio, con una ventana hacia fuera y una
sólida puerta, el piso era de tierra apisonada, el techo de tejas rojas
y a dos aguas, se cocinaba afuera, las calles no tenían veredas; los
costados de la plaza trazaban las cuatro calles que con casas a lado y
lado conformaban cada poblado. Estaban bien abastecidas de agua y
la red de caminos entre los poblados era buena. Las poblaciones casi
nunca sobrepasaban los cuatro mil habitantes.

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A los cinco años los niños pasaban a manos de la autoridad bajo el
patronato de alcaldes especiales que vigilaban su trabajo diario,
siendo sometidos a un estricto régimen disciplinario. No bien rompía
el alba los infantes pasaban a la iglesia para oficios religiosos, de
donde eran llevados al trabajo de campos y talleres hasta las tres de
la tarde. Luego otra tanda de rezos, conducidos luego bajo la
vigilancia de los capataces, a sus casas; así rompieron la relación de
paternidad, pues los padres casi no se veían con sus hijos. Cuando
llegaba el momento de tomar un oficio este era escogido por los
santos padres. Igual ocurría con los matrimonios, los padres
conformaban las parejas sin la más mínima participación de los
contrayentes, produciendo de este modo verdaderos apareamientos.

El trabajo forzado y obligatorio para todos sin obtener para ellos sus
frutos, lo convirtió en algo aborrecible, las mujeres, fuera de hilar y
trabajar la tierra nada sabían, siendo rarísima la que supiera cosiera.
Los Padres ejercían la justicia, pudiendo aplicar hasta la pena de
muerte, sin embargo el látigo era el preferido de sus santidades,
teniendo el agraciado con una azotaina, que ir de rodillas a besar la
mano de su verdugo en señal de agradecimiento por haber sido
corregido. La precaria vestimenta era tan elemental que no hubo
necesidad de costureras, todos andaban descalzos, los padres fueron
los modistos de esta infamia. Asimismo las comidas fueron
reguladas, uniformizadas, dosificadas, calculadas para lindar con el

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hambre. (¿Adivinen por quiénes? ) con solo pensar en los efectos de
la cristiana confesión en estos pobres infelices, a quienes ni siquiera
les quedó el reducto de su propia conciencia, pues hasta allí llegó el
inquisitorial control, se da uno cuenta de las situación de indefensión
de los guaraníes.

El imperio llegó a tener ciento cincuenta mil indios, todos trabajando


para la compañía durante ciento sesenta y un años, si tomamos un
promedio de cien mil indios durante solo cien años y hacemos el
computo de salarios con un cuarto del mínimo que actualmente rige
en Colombia, sin prestaciones ni parafiscales ni nada de nada,
tendríamos que la Compañía adeuda, sobre todo a los Guaraníes del
Paraguay, la enormidad de $7.2 X 10 a la 17, o sean
$720.000.000.000.000.000, más o menos unos 360 millones de
millones de dólares. (Similares cuentas se pueden hacer sobre la
deuda de los blancos con los negros de Norteamérica, solo que a
una escala mucho mayor.)

SEGUNDO ACTO:

EL DOCTOR FRANCIA

Su Excelencia, José Gaspar Tomás Rodríguez Francia, nace en una


fecha tan incierta como él mismo, pudo haber sido entre 1756 y
1766, hijo de un contrabandista de tabaco, discípulo de los
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franciscanos en su pueblo natal y destinado a la iglesia, se graduó en
teología y derecho canónico en la ciudad de Rosario, dada su
naturaleza nerviosa y su proterva esquivez, vive en solitario, no se
relaciona con nadie, pero eso sí, su naturaleza asaz violenta no deja
de manifestarse desde un comienzo, a tal punto que por alguna
nimiedad ataca a un compañero con un cortaplumas que
previamente a afilado para tal fin, atenta contra uno de sus
profesores fallando en el intento, y a otro de sus compañeros que se
le ha comido unos duraznos, a punta de pistola le hace tragar los
carozos.

A la muerte de su padre, a quien despreció desde su juventud,


abandona la teología y se hace abogado. Hábil en el uso de la intriga
pronto llega a hacerse alcalde de Asunción convenciendo a sus
habitantes por su inflexibilidad, luego llega al congreso y
ladinamente escala un Consulado, dignidad compartida con un
ignaro domador de caballos a quien pronto saca de circulación,
haciéndose nombrar “Dictador Perpetuo”, en el año de 1817. Se
hacía llamar Francia para presumir de sus ancestros galos.

Temeroso de la introducción de ideas contrarias a las suyas rompe


relaciones con Brasil, Buenos Aires y con todas las provincias
limítrofes, y aislando de esta manera al Paraguay de todo el resto
del continente.

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Enfermizamente desconfiado crea una policía secreta para detectar
conspiraciones, bajo cuya férula empiezan a caer sospechosos, que
tras una pasada por la cámara del tormento, donde el látigo oficiado
por dos corpulentos matarifes, lograba confesiones que satisficieran
la voluntad del tirano. Los fusilamientos se vuelven cosa de cada
día, y él, que ha aprendido a disfrutar del dolor ajeno no falta a
ninguna, no se sabe cuántos infelices cayeron víctimas de sus
temores porque destruía con sus propias manos las órdenes que
horas antes había emitido. Fue tan celoso de la economía que solo
permitía tres cartuchos por cada ejecución.

En 1822 el famoso médico, botánico y explorador científico,


compañero de aventuras y exploraciones de Alexander von
Humboldt, Aimé Bompland quien se hallaba en el país, fue acusado
de conspiración y detenido por nueve años, Bolívar y el mismo
Humboldt abogaron por su libertad.

Cuando sale a la calle rodeado de su guardia pretoriana, las


personas prefieren esconderse en sus casas; algunos perros
callejeros que osan ladrar al cortejo son muertos a garrotazos.
Receloso de las conspiraciones ordena a su guardia disparar contra
quien se atreva a mirar su palacio.

Es el paradigma de la maldad y el terror, encarcela por causas


insignificantes, adobando el encierro con hambre y sed.

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En sus delirios de grandeza decide parecerse a Napoleón usando
prendas similares a las usadas por este, medias de seda y un
sombrero, caricatura del usado por el Corzo. Encarcela a sus
familiares y a una hermana intenta fusilarla por haberse reconciliado
con su marido.

Muere miserablemente, solo y desatendido, por el temor de los que


le rodean de entrar en su habitación sin su consentimiento, una
liberadora apoplejía lo deja mudo, así que no pudo pedir su auxilio,
cuando por fin sus soldados se atreven a entrar lo encuentran frío,
como lo fue su terrible mirada, era el día 20 de septiembre de 1840,
los paraguayos tuvieron que sufrirlo hasta sus ochenta años.

A su favor hay que decir que fue el principal bastión en la


independencia, no solo de España sino de Buenos Aires, su
meticulosidad, energía y honradez le dieron el impulso que un país
naciente necesita, que el aislamiento de sus vecinos fue una medida
necesaria dada la calidad de los gobiernos vecinos y que impulsó el
progreso en todo sentido, dejando el país listo para el segundo gran
empuje que le daría Carlos Antonio López y que estaba rematando
su hijo Francisco Solano López, colocando al Paraguay en posición
cimera entre todas las nuevas naciones de la América no anglo-
franco parlante, cuando se le vino encima la cuádruple pandilla.

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TERCER ACTO:

FRANCISCO SOLANO LOPEZ Y LA GUERRA DE LA TRIPLE


INFAMIA ( ALIANZA)

Francisco Solano López nace el 14 de julio de 1826 y en 1862


sucede a su padre Carlos Antonio en la presidencia del Paraguay,
quien había sido electo por el congreso por tres períodos
consecutivos, desde 1844 a 1862. El Mariscal recibe un país digno,
sin deudas, con carreteras, telégrafos, industrias, astilleros,
hospitales y el primer ferrocarril de Suramérica, un ejército bien
entrenado y bien dotado, una población entusiasta, buen sistema
educacional bilingüe, país digno de ser envidiado y esa fue su
perdición. La Pérfida Albión, léase Inglaterra, no podía soportar
tanta independencia, ni que sus omnipresentes productos tuvieran
competencia.

El imperio Brasileño ambicionaba tierras paraguayas, y Mitre desde


argentina sentía igual. Solo la república oriental del Uruguay carecía
de apetitos guaraníes, y tenía un tratado de mutua defensa con la
única república bien organizada, rica, y pujante de toda América
latina por aquellas calendas.

La gran infamia, el enorme e impune fratricidio se trama bajo la


celestina presión británica sobre esos gobiernúsculos, títeres
151
ambiciosos y envidiosos, que no dudaron en confabularse por la
partija del hermoso y rico Paraguay. El crimen, se consuma forzando
militarmente también al Uruguay a unirse a la pandilla agresora,
reticencia que fue cobrada en la repartición del botín: no le tocaron
despojos y tuvo que quedarse enano, el más chico de Sudamérica.

Los valientes paraguayos se defendieron como tales, su presidente-


uno de los mejores gobernantes que país americano haya tenido- cae
patrióticamente, exclamando ¡Muero con mi país!, en la batalla de
Cerro Corá, donde se enfrentaron en proporción de uno a doce, con
las huestes de la triple gavilla. Su disciplinado y aguerrido ejército
hizo morder el polvo muchas veces a los agresores, pero la gran
diferencia numérica y los fondo$ ingleses vencieron la férrea
voluntad Paraguaya. La nación pierde un tercio de su territorio, seis
séptimos de sus varones y cuatro quintos del total de la población,
queda destruido, arrasado física y moralmente, y como si fuera poco
debe endeudarse para pagar las “indemnizaciones de guerra”.

Es bueno hacer constar que a los argentinos les fueron dando reatos
de conciencia y hubo protestas y finalmente se quedaron solo como
observadores esperando que Brasil-Uruguay se acabaran de tragar a
la dignísima víctima. Pero a la hora del reparto contestaron a lista.

Habíamos dicho “y como si fuera poco”, pero las desgracias del


Paraguay no habían terminado, cincuenta años después tuvo que

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encarar la guerra de nuevo, esta vez con Bolivia. El río Paraguay
significaba para los dos países una salida navegable al mar, cuestión
vital - Bolivia acababa de perder su costa Pacífica con Chile- y la
sospecha de yacimientos petrolíferos en esos yermos, con el acicate
de compañías petroleras aspirantes a las concesiones, fueron motivo
bélico y las dos naciones más pobres de Sudamérica se fueron a la
guerra y acabaron depauperándose de tal modo que aun hoy no se
recuperan. Entre ambos perdieron cien mil hombres.

Cuando la Compañía de Jesús fue expulsada y muere su imperio, ya


había nacido el tirano Rodríguez Francia y cuando éste muere solo
faltan cuatro años para que asuma el poder Carlos Antonio López, y
veinticuatro para la segunda calamidad, “La guerra de la triple
alianza.”

153
PENSAR QUE PENSAR DEBÍA...

¿Te acuerdas del la canción de Serrat?

Si pienso que estoy pensando, también tendría que afirmar que


pienso que estoy pensando que estoy pensando, y luego: que pienso
que estoy pensando que estoy pensando que estoy pensando y como
en una serie numérica, sin poder detenerme: que estoy pensando
que… etcétera, etcétera, y todos los etcéteras que quieras agregarle.
Pensemos que hace unos veinticinco siglos, un ateniense desde el
ágora pregona que todos los atenienses siempre mienten. Este
hipotético hecho no nos perturba, pero nuestro amado lenguaje no lo
tolera, lo hace tener retortijones. Si el aserto del griego es cierto, el
estaría diciendo la verdad, y como buen ateniense tendría que
mentir. Si su afirmación fuese falsa, estaría mintiendo, y por lo
tanto los griegos no mentirían, aunque sabemos que siempre lo
hacen. Creo saber que al menos la segunda es una paradoja.
También los matemáticos las sufren, hace unos ochenta años, un
excéntrico, medio loco y genial matemático Checo demostró por
medio de las mismas matemáticas, que éstas, en medio de todo su
esplendor, de toda su precisión, siempre producirán algunos
resultados locos.

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Sabemos que los sentidos, como algunos atenienses, nos dicen
mentirillas, cuantas veces un objeto para nosotros invisible,
simplemente es que va más veloz que nuestra capacidad de
percibirlo: una bala (disparada por supuesto). Y cuantas veces no
arriesgaríamos hasta nuestra propia cabeza afirmando que algún
objeto está quieto, como la luna, la manecilla que marca las horas en
un reloj, y ¿qué tal cuando vamos al cine? allí viendo series de
imágenes fijas nuestro ojo las pone en movimiento.

Cuando afirmamos que la rosa es roja, estamos a ciento ochenta


grados de la verdad (si es que esta existe), la rosa es del color que
produce la combinación de todos los otros colores del espectro. El
único color que no es la rosa roja, es el rojo, esa bendita frecuencia
de radiación electromagnética fue rechazada por la flor, enviándola a
nuestros ojos, quedándose con el resto, ergo?

No podemos confiar plenamente en nuestros sentidos, ni en nuestro


lenguaje, ni en las matemáticas, ni en nuestra lógica, (un electrón
puede pasar por dos sitios simultáneamente o pasar de un lugar a
otro sin hacerlo por los puntos intermedios, efecto túnel) desafiando
altaneramente nuestra aristotélica lógica ¿Cual debe ser entonces el
criterio de nuestro conocimiento del mundo exterior? ¿Será que nos
es imposible, con los medios de que disponemos, los sentidos,
mente, conciencia (a propósito que es eso?), llegar a conocer lo
externo a nosotros?
155
Ahora sabemos que la información que recibimos algunas veces
viene trucada, ¿Cómo saber cuándo?

¿Será que siempre estamos siendo engañados? ¿O solo en algunas


ocasiones?

156
LA RE-ENCARNACIÓN

Mucho se habla de la re-encarnación, todos creemos saber cómo es


eso, la concepción más generalizada es más o menos así: Al morir
nuestra alma va a algún lugar parecido a una sala de espera, mientras
es remitida nuevamente a un cuerpo para iniciar una nueva vida en
un tiempo posterior al de nuestra muerte.

Al ir transcurriendo esta nueva vida no recuerda absolutamente nada


de esa vida anterior, pero por efectos de una ley que la mayoría
llama la ley del karma, que es como una contabilidad que a cada uno
de nosotros nos es llevada por quien sabe quien, cada acción mala,
pecado, causa un número de puntos rojos, digamos y cada acción
meritoria da puntos blancos, El balance final, de rojos versus
blancos, da la pauta para la siguiente ronda.

Al pobre infeliz cuyo saldo sea bien rojo, se le mete mano dura,
enviándolo a una vida colmada de penurias cuya intensidad aumenta
en proporción al des-balance rojo-blanco. Las tablas calificadoras
van decreciendo a medida que el balance va mejorando en favor de
los blancos, hasta que nos adentramos en la región ya
completamente blanca y dentro de esta se asciende hasta que nos
encontramos con esas almas superiores que se están dando el

157
retoque final, para que esta se su última encarnación. Han,
finalmente logrado detener la rueda de la fortuna.

En oriente existen muchos creyentes en la metempsicosis, que


consiste en la reencarnación algunas veces en animales, por ejemplo
un alma que deba el oro y el moro, podría tener una vida como perro
y no precisamente faldero.

Los creyentes de esta última posibilidad son pocos y acá en


occidente nunca he oído tal.

Analicemos algunas implicaciones que esta teoría tendría:

La primera, y que hace que muchas mentes dotadas de gran


sensatez adopten esta idea, es que tiene mucho más sentido el ir
arreglando las cuentas en vidas sucesivas y no que por una
embarradita de penúltima hora, en una sola vida, nos manden al
asadero eterno, tarjeta roja. Con este esquema las desigualdades se
explican claramente, cada uno va cosechando lo que va sembrando.

Esta concepción de la reencarnación, también tiene su talón de


Aquiles bien notorio.

Si no recuerdo, mejor, si no sé cuál fue la falta, ¿cómo puedo


decentemente aceptar el castigo?, ¿de que me puede servir un
correctivo que no me indica que es lo que debo cambiar, corregir?

158
¿Qué tal un padre que después de un mes de cometida una falta por
su hijo, le da una muenda sin siquiera decirle por qué?

Tiene otro enemigo, pero que hábilmente es soslayado por sus


defensores y es que ¿de dónde han salido tantas almas últimamente,
digamos en los últimos cincuenta años?, responden ladinamente que
el universo es virtualmente infinito, con infinitud de mundos y de
almas. Lo curioso es ¿porque esta predilección por este arrabal
planetario con tantos y tan graves problemas? Simplemente les dio (
a quienes?) Por enviar más almas para acá ¿???

Pero el cuestionamiento más serio viene de otro lado, la caridad y la


compasión.

A mis vecinos les ha nacido un hijo con síndrome de Dawn, todos


sus conocidos los mirarán tratando de adivinar qué clase de
monstruo están criando, pues para castigo tan cruel la falta debió ser
gravísima: Entonces lo lógico es no tenerle compasión a esa familia
ni al niño, habría más bien que coadyuvar a que paguen su deuda
pronto y bien paga, haciendo lo que esté a nuestro alcance, para
hacerlos más infelices.

! Qué triste sería un mundo donde la caridad fuera pecado!

Existe otra versión menos conocida y quizás aun más interesante,


esta la ofrece Piotr D.Ouspenski en su libro Tertium Organum y es
más o menos así: los únicos que reencarnan son los maestros, los
159
seres que en vida han logrado la perfección, los iluminados, algunos
entre cuyos más grandes ejemplos podemos citar a Budha, Cristo y
Mahoma, pero sin olvidar que en esta larga peregrinación son
muchos quienes han encontrado El Sendero y han querido
permanecer ayudando a otros a lograrlo.

Nosotros los que permanecemos dormidos, quienes no logremos en


vida hacernos a la Luz, al morir iniciamos de nuevo la misma vida;
nacimiento y muerte son uno y el mismo punto, volveremos a repetir
cada instante de nuestras vidas sin recordar que ya habíamos pasado
por allí. Podríamos pensar que se formarían círculos eternos girando
sobre el mismo eje a perpetuidad, pero si observamos
cuidadosamente en todas las manifestaciones de la vida vemos que
se asciende o se desciende, nada permanece. Se puede especular un
poco sobre que ocurre con los que no encuentren el Sendero, los que
no inicien su ascenso, porque si en un mundo hay seres que
ascienden, podríamos pensar que otros descenderán, pero eso es
harina de otro costal.

Cuando algunos agraciados logran recordar aspectos de su vida


pasada, es por su cercanía a la Luz. Estos recién iluminados inician
un tránsito (léase reencarnación) por las vidas de los maestros,
adquieren sus experiencias y continúan su peregrinaje a través de
otras vidas iluminadas de mayor jerarquía, sería algo como seguir la
senda de los maestros. ¿Hacia a donde? ¿Hasta cuándo?
160
Una hermosa oración Sufi, dice textualmente:

Hacia el uno,

La perfección del amor, armonía y belleza,

El único Ser.

Unidos a todas las almas iluminadas

Que forman el cuerpo del maestro,

El Espíritu guía.

161
RESTAURANTES VEGETARIANOS

Cada tanto, digamos cada siglo, me da algo parecido al


remordimiento por comer carnes rojas, cerdo y res, y decido ir a un
restaurante vegetariano. Como estos espasmos de conciencia ocurren
tan espaciadamente, cada que me dan generalmente hay uno cerca
de la casa y cometo la misma trastada.

El sitio casi siempre tiene una presentación austera, las mesitas


apiñadas y con un mantelito que da grima, un vaso con las
servilletas, que indefectiblemente son cuartos de una servilleta
normal; entro y me siento a esperar, casi siempre son atendidos por
mujeres, nunca me ha atendido una muchacha simpática, agradable a
la vista, con cara alegre, no, siempre es una veterana mal encarada y
que ya ha renunciado a disimularse el bigote. Se te acerca con cara
de pocos amigos y cuando se entera de que vas a almorzar, se saca
del bolsillo una cartica casi que escrita a mano, donde el menú del
día infaltablemente incluye una crema, puede ser de cualquier
verdura, espinaca, brócoli, zanahoria, repollo o cualquier otra; en el
principio nunca falta el arroz integral, una nutritiva forma de tirarse
el delicioso arroz para gente normal, algo que tira como a engrudo.
Nunca falta una cosa informe de color pardo que imita la carne, ya
sea de soya, lentejas, gluten o cualquier otro desafortunado ensayo,

162
no entiendo ese complejo, pero no falla, siempre te dan algo que te
haga suspirar por la carnita y que como ya lo podrán suponer no
sabe a nada, vayan y verán.

Olvidaba mencionar que la bendita crema siempre sabe igual, no


importa de que sea, sabe a nada , pero simple, no vaya a pedir ají
porque lo expulsan ipso facto, mi madre decía: “La comida mala con
ají resbala”, pero allí no te dan este chance. La ensalada que uno
esperaría sea lo de reivindicarse con uno es otro fiasco, se la tiran
porque se la tiran, sus salsas para condimentarlas siguen la tónica del
establecimiento.

Finalmente te pasan un ultra mini postre, generalmente un queso


hecho de soya en melao de panela, por supuesto que el postre sabe a
melao de panela, y luego el jugo, necesariamente es de tomate de
árbol o de arracacha o zapallo, pero eso si simple, odian el azúcar.

El costo de este atrevimiento es siempre por lo menos el doble de lo


que cobran los comederos análogos pero pecaminosos. No vuelvo a
estos sitios en mi vida. Lo prometo hasta la próxima vez.

163
RIEGO Y QUIROGA

Quizá por llevar el apellido Quiroga, cuando en el colegio oí por


primera vez sobre el amotinamiento de estos dos oficiales del otrora
ejército más poderoso del mundo, el español, se me quedó gravado
el incidente. Recurrentemente lo repasaba y no entendía por qué no
se les había hecho un reconocimiento de gratitud en ningún país
hispanoamericano, España se disponía a dar un duro escarmiento a
las provincias ingratas que aprovechando la invasión gala y el haber
salido corriendo como una gallina el Rey, se habían insubordinado
y luego independizado. Se había reunido un experimentado ejército
de unos veinte mil hombres bien pertrechados. Poco antes de la
fecha acordada para la partida, Antonio Quiroga y Rafael Riego,
comandantes de la expedición se declararon en rebeldía contra el
absolutismo de Fernando VII, abortando la expedición.

En el colegio la versión que se nos había dado era la de que se


trataba de un par de oficiales pacifistas y enemigos de venir a
masacrar a los criollos. De ahí mi extrañeza por el desconocimiento
casi total de su noble acción, que de no haberse dado, el daño que
dicha reconquista causaría en estos nuevos países presagiaba todo un
desastre.

164
Investigando un poco me encuentro con otra realidad; el más
importante de los dos era Riego, un oportunista con aires de
grandeza quien se había consagrado masón siendo muy fiel a su
logia. Las logias masónicas se habían originado en Inglaterra y allí
estaban las principales cabezas, que se aprovecharon de la
ingenuidad de este hombre, quien haciendo hincapié en los
principios revolucionarios y poniendo en duda la autoridad real,
propicia el llamado levantamiento de Cabezas de San Juan, 1 de
enero de 1820. Quiso derrocar al monarca, lo cual le fue duramente
cobrado más tarde siendo condenado a la horca y posterior
descuartizamiento, (este no se llevó a cabo). De modo que más que
cualquier otro motivo lo de Riego y Quiroga fue traición a la patria.

Era claro que la Pérfida Albión necesitaba del comercio con estas
naciones en ciernes y por eso actuaron en ese sentido. No fue pues
un acto de filantropía el de Riego y Quiroga, más bien fue su
ambición lo que nos salvó, sumémosle a esto el terrible desgano de
la soldadesca de venir a ser muertos por el clima y flechas
envenenadas en estas lejanías. Además ya se rumoraba en los
campamentos que la flota adquirida a los rusos para el transporte,
estaba en pésimo estado, las maderas estaban podridas, un ministro
había hecho lo que hoy es el pan de cada día, un negociado.
Podemos decir que se trató de uno de esos momentos en que la
gravedad histórica actúa abiertamente a favor de un fin noble.

165
TARENTOS

Cuando partió el ejército Espartano para invadir a uno de sus


vecinos, sus comandantes no podían imaginar el rumbo que
tomaría su acción. El sitio se prolongaba mucho más allá de sus
cálculos más pesimistas, los sitiados se defendían con todo el ardor
que puede dar el saber la suerte de los vencidos.

Cuando se completaron cinco años, a alguien se le ocurrió que en un


futuro cercano en la invencible Esparta iba a quedar un vacío, como
sabemos el ejército lo componían todos los ciudadanos, luego los
niños que naturalmente iban naciendo esta vez faltarían, pues las
matronas no se atreverían a suplir a sus esposos con los odiados
ilotas.

La observación era bien seria y el cerco seguía inexpugnable. Se


reunió de urgencia el máximo consejo de oficiales y se determinó,
escoger cien mozalbetes entre los más apuestos y fuertes y
encomendarles la “penosa” tarea de regresar, y con toda la
minuciosidad que el caso reclamaba, deberían tratar de preñar a
todas las esposas de soldados y oficiales.

Los muchachones no se hicieron de rogar y prestos regresaron y


cumplieron meticulosamente con el encargo.

166
Mientras en la ciudad se cumplían estos menesteres, el ejército
apretaba infructuosamente el cerco. Pasaron inexorablemente los
meses hasta que se decidió regresar un poco con el rabo entre las
piernas. La plaza no cayó.

La vida retomó su ritmo y pronto se reiniciaron los nacimientos del


modo normal. Dos generaciones crecían y se entrenaban para la
guerra, pasatiempo favorito y único de los duros espartanos.

Cuando los nuevos adolescentes se aproximaban a su mayoría de


edad, los menores decidieron impugnar la legitimidad de “los otros”,
lo cual era legalmente cierto, no podrían ser ciudadanos pues su
nacimiento no cumplía con los requisitos exigidos y tampoco
podrían heredar.

Ante disyuntiva tan difícil, alguien (ese personaje al que siempre se


le ocurren las ideas salvadoras) propuso fundar otra ciudad y
poblarla con “los otros”. Esta era una práctica común en las ciudades
Griegas (la de crear sucursales, por supuesto).

Así nace la que hoy conocemos como la ciudad y puerto de Tarento,


situada en las costas italianas del mar Jónico.

167
UN PROFESOR

Don Miguel Camacho Peréa, profesor de preceptiva literaria en el


colegio de Santa Librada hacia finales de los años cincuentas y
comienzos de los sesentas, no era el prototipo del profesor querido
por sus alumnos, creo recordar que nunca se aprendió el nombre de
alumno alguno. Poco amigo de los demás profesores caminaba con
la cabeza gacha, decían que buscando monedas, creo más bien que
para no saludar a nadie. De ahí la inmensa sorpresa cuando al
regresar de las vacaciones año sesenta, nos encontramos con la
estrafalaria noticia de que era el nuevo rector de ese increíble
colegio.

Los alumnos de tercer año nos lo encontrábamos en esa incierta


materia que era como la continuación de la cátedra de castellano que
acabábamos de cursar y dictada por uno del los profesores más
malgeniados del orbe y uno de los mejores (casi todo los profes eran
los mejores), Mango-viche se le llamaba, imagino que por su
agrura, así que uno se disponía a atravesar otra de esas materias
pesadas e insufribles que comportaba el pensum. Pero la sorpresa
fue mayúscula, desde el primer día nos dimos cuenta que íbamos a
tener una hermosa aventura, aquel ser huraño cargaba injustamente

168
un sobrenombre que no indicaba, como casi siempre ocurría, sus
cualidades, Cabecelata era su poco amigable cognomento.

Al encarar ese difícil grupo de mocosos insolentes y buenos


estudiantes desde la tarima Don Miguel se transformaba, pasaba del
plano de los mortales al de los héroes. No alcanzo a recordar como
iniciaba el curso, solo recuerdo que en cada clase nos dejaba
anonadados por la emoción, le gustaba irnos descubriendo poco a
poca las bellezas de nuestro hermoso lenguaje, su técnica consistía
en leernos algún trozo, poema, discurso, al hacerlo le iba poniendo
tal emoción que era imposible no contagiarse, los escogía con toda
su sapiencia. Por esa tarima desfilaron los preciosos discursos del
hidalgo de la mancha: Dichosa edad y siglos dichosos…;Apenas
había el rubicundo Apolo esparcido por la faz de la ancha y
espaciosa tierra…; o Mis arreos son las armas, mi descanso el
pelear…; las lágrimas que de nuestros aun tiernos corazones, nos
hicieron brotar las palabras del infortunado Efraín, Era yo niño aun
cuando me alejaron de la casa paterna…, o las grandilocuencias del
inmortal Homero: Canta oh diosa la cólera del pélida Aquileo…, o
Háblame musa, de aquel varón de multiforme ingenio...; El maestro
Carranza cantó no pocas veces por su boca; no faltó a las citas
ninguno de los grandes. Poco a poco nos iba inoculando el virus de
la emoción estética. Las aventuras de Arturo Cova, aquel quien antes
de apasionarse por mujer alguna jugó su corazón al azar y se lo ganó

169
la violencia, nos incitaba a la aventura. La catedral de Colonia nos
maravilló con su flecha palpitando desde lo azul, e incitando a
emprender otra cruzada… ; Palemón el Estilita, sucesor del viejo
Antonio nos llenaba de envidia con su encantadora pecadora y
nuestros primeros enfrentamientos con nosotros mismos
seguramente provinieron de aquellas lamentaciones Barbajacobianas
: Y hay días en que somos tan sórdidos tan sórdidos…

Hoy ya desaparecido el ilustre miembro de la academia local de


historia, quien supo sembrar tanta belleza y quien nos inició en el
maravilloso arte de la lectura a tantos, se va perdiendo en un injusto
olvido. Cuando pienso en la materia prima que año tras año se le
confiaba en esos claustros, un grupo de muchachos díscolos , buenos
estudiantes casi todos, futbolistas todos, disciplinados solo por la
férrea vicerrectoría del admirable y autodidacta profesor Alvaro
Zamorano (conocido como Morocho), ajenos a cualquier
manifestación del espíritu, buenos en matemáticas, descreídos y
apenas un poco mejores que regulares en casi todas las
humanidades, no puedo menos que sentir una profunda admiración
por ese verdadero Maestro que lograba año tras año la proeza de
ablandar esos corazones en ciernes. Verdadero educador en el más
noble de los significados de esa palabra que ha sido hoy mancillada
por hordas de indignos enseñadores, ganapanes del oficio.

170
Su paso por la rectoría también fue glorioso. La hermosa
construcción del colegio acusaba por ese entonces el ultraje de los
años, amenazando convertirse en ruinas, y él, providencial,
consiguió nadie sabe cómo, fondos suficientes para reconstruirlo, no
solo cambiando sus destartalados techos, enluciendo sus ajados
muros, renovando los baños, sino dotándolo de un moderno (en su
tiempo lo fue) gimnasio y de una preciosa moderna piscina.

No contento con esto y a sabiendas que muchos alumnos llegaban


por la mañana con sus estómagos vacios o semi, cambió la acema
con panela que tradicionalmente se distribuía en las mañanas antes
del recreo, por un vaso de avena y una acema mucho más suculenta
que la anterior y por la tarde nos reforzaba la casi siempre pobre
dieta de muchos con un banano. Piénsese en lo que eso costaría,
éramos mil alumnos.

Con don Miguel en la rectoría el colegio entonó su canto del cisne.

171
UNA DE LAS AFORTUNADAS

El archipiélago de las islas canarias se conoció en la antigüedad


como las Islas Afortunadas, sus primitivos habitantes fueron los
guanches, quienes vivían en cuevas, vestían pieles de cabra y no
conocieron el uso de los metales. Así que a los rudos españoles no
les costó ningún trabajo apoderarse del archipiélago aniquilando casi
totalmente a sus nativos por allá en el siglo XV.

Vamos a referirnos a la segunda más pequeña de ellas, La Gomera,


de unos trescientos setenta y cinco kilómetros cuadrados de
extensión y con algo más de veinte mil habitantes en la actualidad.

Por tradición y sin ningún registro que sirva de referencia verosímil


sobre su origen, sus habitantes poseen un lenguaje adicional, no
hablado y que nos va a sorprender. Se pueden comunicar con el
silvo, se enseña en las escuelas tratando de no ir a perderlo, es un
verdadero lenguaje, no unos simples gorjeos de largo alcance, con
objetivos de alarmas, llamados urgentes o algo así, no, se trata de
que pueden comunicarse con sus potentes silbidos, a grandes
distancias enviando mensajes completos, se meten el dedo índice en
la boca y comienzan a emitir una serie se silbidos en los cuales va
perfectamente cifrado un lenguaje completo.

172
En un programa de Nat- Geo, vi a unos reporteros probando estos
asertos; se situaban dos grupos a unos ciento cincuenta metros de
distancia entre si y uno de los reporters le decía, tapándose la boca y
eliminando así la posibilidad de lectura de los labios, a uno de los
gomeros que les pidiera a los otros que hicieran una serie de cosas
como arrancar una florecitas que se veían en el piso y se las
colocaran en los labios, el gomero se metió el dedo a la boca,
moduló unos silbidos e inmediatamente los del otro grupo hicieron
lo pedido, luego se invirtieron los papeles, los de allá les pidieron a
los de acá que se acostaran y simularan dormitar, apenas oídos los
silvidos procedieron a acostarse y cerrar los ojos. Dijeron los
gomeros que otrora se hicieron inconquistables, pues con su
comunicación mágica pudieron escabullirse cada vez que piratas e
invasores llegaban por ellos.

En ninguna otra de las islas del archipiélago se conoce este idioma.

173
UNA EXPERIENCIA DIFERENTE

Corría el año de 1975 cuando conocí a Federico, argentino, flaco,


alto, barbigotudo, de voz grave y hermosamente timbrada. Una vez
en confianza me habló de la Ayahuasca, venía de convivir con los
Hermaos du vegetal (supongamos que así se escribe) había estado
seis meses compartiendo todo con ellos, incluido el ritual semanal
de sanación, base del cual es la Ayahuasca.

Solo tenía palabras de admiración y respeto por las plantas que


conforman el santo remedio, como los nativos de toda la selva
amazónica lo llaman, también telepatina en algunos lugares de la
selva, porque con ella ves pero ese ver es totalmente distinto al ver
de nosotros, ese es un ver poderoso, que más tarde aprendimos a
llamar Pinta, estado de consciencia inducido por la planta, en el
cual adquieres una movilidad no explicable dentro de nuestras
coordenadas de tiempo y espacio y otras percepciones diferentes
conocidas por los taitas, nombre este que literalmente significa
padre, alguien así como los hombres – medicina (medicine men),
también llamados chamanes, solo que esta palabra tiene origen
siberiano.

Veinticinco años después Héctor, un primo venezolano que hacía su


año sabático en la Universidad del Valle, me llamó emocionado:

174
Oiga primo mañana en la noche unos taitas del piedemonte
amazónico, del Putumayo, van a dar una charla sobre el Yajé –
nombre que se le da en casi todo el territorio amazónico colombiano
a la Ayahuasca (bejuco del alma), también se le conoce como Caapi
- y es bien cerca de tu casa, en el restaurante Siri…, ¿Vamos?.

A las siete en punto estábamos los cuatro bien acomodados en una


mesita, tomándonos un café y esperando la llegada de los taitas.
Héctor y su amiga, Claudia mi mujer y yo estábamos muy intrigados
pues ya les había contado acerca de lo que le había oído hablar a
Federico.

Primero se presentó un señor de unos treinta años, buena fabla y


buena pinta, quien después de presentar a don Paulino Mojomboy y
a sus hijos Germán y Alfredo, les cedió la palabra. Básicamente eran
muy torpes con ella, pero en sus ojos se adivinaba que
verdaderamente sabían que lo que traían era muy valioso, nada que
ver con curanderos y gente de esa laya, los ojitos de taita Paulino no
solo reflejaban sabiduría sino bondad. “Como hay tan poco que
hablar del remedio, mejor los invitamos a una toma que vamos a
ofrecer, los interesados pueden ponerse de acuerdo con don
William” , así se llamaba el introductor.

El viernes en la noche nos reunimos en una casa situada sobre la


carretera al mar, en un clima casi frio, unas cuarenta personas, casi

175
todos neófitos en el asunto y por lo tanto bastante atortolados, pero
decididos a probar.

“Lo primero que van a sentir es la chuma, es un mareo parecido a


una borrachera suave, luego algunos van a tener vómito y diarrea,
casi nunca más de una descarga, no se asusten que eso hace parte del
ritual, quédense quietitos y sientan no más” nos advirtió don
Paulino.

Efectivamente, la toma se hacía en una totuma, después de una larga


tanda de rezos y cantos como en una salmodia casi ininteligible, el
taita oficiaba con todos sus ornamentos y debo confesar que lo veía
imponente con su corona de plumas, quedando así consagrado el
remedio. De uno en uno, primero los hombres luego las mujeres, lo
íbamos tomando pero debo advertir que ese brebaje es lo mas
horripilante que he probado en mi vida, color achocolatado, ácido,
espeso, el solo olor provoca náuseas, una argentina que tomó decía
que qué cuentos de horripilante, que era ¡espantoso!

Todo lo mencionado nos fue llegando, solo que después de las


descargas, la chuma desapareció como por encanto, la sensación
posterior y que nos duró hasta bien entrada la mañana, fue una de las
más hermosas experiencias de toda mi vida, apreciación que fue
compartida por casi todos los experimentadores, una placidez
beatífica, un encuentro tan real como íntimo conmigo mismo, un

176
contacto directo con la naturaleza y una sensación hermandad y paz
total nos envolvió a todos.

Para el regreso William se vino en nuestro carro, de esa charla


carretera surgió algo que a no dudarlo jugó un papel importante en
nuestras vidas. Le ofrecimos nuestra casa emplazada en los
hermosos farallones de Cali para hacer futuras tomas y acordamos
subir el siguiente jueves. La visita sirvió para que don Paulino diera
su aprobación y durante los ocho años siguientes, cada dos meses
llegaban los Mojomboy y se hacían tomas el viernes y el sábado y si
el lunes era festivo el domingo también. La ceremonia se iniciaba a
eso de las diez de la noche.

En todo este tiempo no ocurrió nada desagradable, que a alguien le


pasara algo, algún patatús, un accidente, nada, eso si algunas
situaciones graciosas no faltaron, caballeros que lloraban toda la
noche pidiéndole perdón a su mamacita, predicadores en potencia,
miedos que don Paulino o sus hijos sabían bien como controlar.

La experiencia que paso a relatar le ocurrió a mi mujer; desde la


primera toma nos quedó claro que sus tomas serian diferentes y
efectivamente así fue.

Como a la tercera, estando a mi lado, de repente sintió como un


remolino de luz y sin mediar nada se sintió elevada por encima de la
casa, desde allí divisaba toda la región, pronto sintió el deseo de

177
elevarse más e inmediatamente estaba tan alta que veía el planeta
como una bola pequeña y azul, se asustó tanto que inmediatamente
se sintió de nuevo en casa.

Para la toma siguiente estaba más preparada y autosugestionada para


no sentir miedos, efectivamente el remolino regresó elevándola por
encima de la montaña donde estábamos, allí sintió una presencia,
aunque sin ver a nadie, ganó confianza y sin dudarlo pidió, o deseó,
ver a su hermana Daira quien vive hace unos años en Nueva York.
Instantáneamente se vio en el apartamento y pudo conversar con
ella, le hizo una limpieza como había visto hacer a los taitas y luego
le pregunto si Jorgito, un primo, era bautizado, Daira lo sabía porque
hacía unas semanas Jorjito, de visita en N.Y. estuvo a punto de
morir de una meningitis, y Daira llamó un cura vecino y lo
bautizaron. Nosotros no teníamos idea de esto, Claudita preguntó
porque tenía la intención de hacerle una sanación y pensaba que de
no estar bautizado no podría, el taita Paulino era ultra católico.

Apenas dicho esto se sintió de nuevo a mi lado contándome sobre su


impresionante experiencia. Como a las nueve de la mañana contesté
el teléfono y era Daira desde N. Y. Estaba asustada, me dijo:

Fer no entiendo que pasó anoche pero hice cosas inusitadas sin
saber porqué y sentía a Claudita muy, muy cerca, por ejemplo me

178
bañé a media noche, prendí inciensos asperjé aguardiente con la
boca. ¿Tenés idea de esto?

Pues claro que sí, le respondí, dime ¿Jorgito Richardson está


bautizado? Sentí que se tragó la lengua.

¿Porqué me preguntas eso? ¿Qué relación puede tener?

Contéstame por favor y luego te explico. Si está bautizado, lo


bautizamos aquí en el apartamento hace unos meses. Bueno eso le
da sentido a todo, dije, resulta que Claudita estuvo en tu apartamento
anoche y le conté el resto. Un mes más tarde íbamos por Daira al
aeropuerto, venía a tomar yajé.

179
UNA ISLA PARADISÍACA

Un día antes de mi cuadragésimo primer cumpleaños, recibí una


llamada de un amigo profesor de la universidad libre, facultad de
derecho. Al día siguiente saldrían con otro profesor y un nutrido
grupo de estudiantes para la isla GORGONA, se trataba de un paseo
disfrazado de práctica académica, en ese entonces la isla era una
penitenciaría de alta seguridad. Un alumno había tenido un
inconveniente y sobraba un cupo.

Como a las seis de la tarde llegamos a Buenaventura, en el puente


del Piñal nos esperaba un barco maderero cargado hasta el tope, así
que no debíamos esperar muchas comodidades. Solo recuerdo que
inclinado por la borda vomité casi todo el trayecto.

Al amanecer pudimos verla en la distancia, se trata de una isla


cercana al litoral caucano a unos treinta kilómetros de la costa, de
unos veinticinco kilómetros cuadrados de extensión, rica en aguas,
flora y fauna. Fue bautizada con este nombre por el furibundo
Francisco Pizarro, dada la abundancia de serpientes que encontró
allí, las Gorgonas eran unos monstruos mitológicos que en lugar de
cabellos tenían sierpes.

A las nueve estábamos con nuestros morrales en un muelle


pequeño, esperando la orden de seguir, el sol brillaba como con
180
ganas de castigarnos y solo hasta las once vimos venir un grupo de
guardianes en dirección a nosotros, nos hicieron formar y tras una
caminata de media hora llegamos a unas barracas semi-
abandonadas. Los hombres entren en el salón de la derecha y se
desvisten, las mujeres en el de la izquierda. Los morrales quedaron
en un patio central y por exigencia nuestra, a la vista. Evidentemente
no éramos bien recibidos.

“Al coronel (se trataba del Alcaide) no le gustan las visitas” nos
advirtió uno de los guardianes, quizá el de cara menos amargada.
Aunque nuestro viaje tenía el aval del ministerio de justicia y una
carta del rector pidiendo se nos facilitara nuestra estada, de nada
sirvieron.

Comimos en los caspetes que algunos internos de confianza tenían


en la playa y luego fuimos reunidos en un patio central que tenía el
cuartel, o mejor ese grupo de construcciones desvencijadas que
formaban un claustro alrededor de un patio enmalezado donde
vivían los no reclusos, incluido un amable sacerdote joven y
servicial. “Les queda absolutamente prohibido deambular por
cualquier parte, solo podrán movilizarse en compañía de un guardián
y que debe ser solicitado de antemano, si no quieren meterse en
problemas no vayan a incumplir estas reglas, al Coronel no le gusta
la desobediencia”, nos espetó otro guardia con cara de pocos
amigos. Todavía no le habíamos visto la cara a la fiera esa.
181
Luego nos mostraron las habitaciones donde íbamos a pernoctar tres
noches; cuando a la luz de una providencial vela pudimos ver los
cuartos, nos quedamos perplejos, no había ni un periódico como
mobiliario, a dormir en el suelo pelado.

Organícense y después de comer en los caspetes por supuesto, mi


Coronel los esperará para darles la bienvenida, nos dijo
maliciosamente el mismo guardián.

“Este no es un lugar de diversión, así que quienes vinieron en ese


plan olvídenlo, este es un lugar de castigo. Sobre esas cosas que
trajeron quiero que sepan que a los reclusos no se les regala ropa
vieja, ellos también tienen su orgullo, así que eso se lo vuelven a
llevar, en cuanto a los libros los revisaremos cuidadosamente para
determinar cuáles pueden ser leídos por ellos sin que nos causen
problemas ni se les haga daño, una vez más recuerden que este es un
lugar muy distinto. ¿Entendido?.” Esa fue la amable bienvenida que
nos brindó el Coronel. Salimos del salón cariacontecidos, fue lo
único que le oímos y la única vez que le vimos, su aspecto fiero e
intimidante nos dejó un pésimo sabor, sentimos compasión por los
infelices que estaban bajo su bota.

La visita al penal se produjo al día siguiente, nos acompañaron


algunos guardianes y el sacerdote. Se trataba de una construcción
lóbrega como todas las de su clase, enrejada por todas partes,

182
adentro nos encontramos con los internos que nos miraron con ojos
tristes que reflejaban voluntades doblegadas, nos pidieron que les
dejáramos cualquier cosa que pudiéramos, cualquier ropa que harta
falta les hacía, nos ofrecieron algunas artesanías que malamente
elaboraban dada las pocas herramientas de que disponían.

A un costado había un patio de cemento donde se veían cuatro


boquetes circulares, hacia los cuales nos encaminó Julian, el
sacerdote, al arrimarnos vimos algo tan sin sentido que volteamos a
mirarlo casi todos al mismo tiempo, se trataba de unos conos
invertidos de unos dos metros de diámetro y unos tres de
profundidad, las paredes recubiertas de concreto hasta el fondo.
“Este es el lugar de castigo más temido y el más usado. El interno
que iba a ser penalizado por alguna falta, era empujado dentro del
cono, caía adentro y ahí empezaba su tortura que duraba hasta
setenta y dos horas, al sol, al agua, noche y día. El infeliz castigado
no encontraba acomodo para sus pies, así que no lograba una
posición medianamente cómoda, durante el encierro se le privaba de
agua y comida. Salían enloquecidos de este tormento inquisitorio.

Además del personal de guardianes vimos una tropilla de jóvenes


uniformados, todos de una edad cercana a los diez y ocho años,
“estos muchachos están pagando el servicio militar”, nos explicó el
sacerdote. Al repararlos observamos que no portaban ninguna arma

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así fuese defensiva, en cambio todos llevaban en la mano una vara
como de una yarda de longitud, delgada, flexible e intimidante.

“El problema más grave que debo encarar en mi trabajo es la


ferocidad de éstos jóvenes, saben que tienen licencia, mejor, patente
de corso, para usar las varas con los reclusos y se van volviendo
como fieras, los azotan por cualquier insignificancia o sin ella.

Parecería que así calman su depresiones, aburrimientos, tristezas,


iras, todo, saben que los guardianes siempre se harán los de la vista
gorda y que el Coronel disfruta cuando los guardianes le cuentan;
solo he conseguido que algunos pocos amainen sus furias, con la
mayoría es inútil todo intento”.

Del paseo es bien poco lo que podría relatar, nos impidieron hasta
donde les fue posible que disfrutáramos de esa naturaleza casi
intacta, siempre un guardián importunándonos, pero hay algo que no
quiero dejar en el tintero: uno de los más aseados y bien organizados
caspetes era atendido por un mocetón de unos veintidós años, bien
parecido, mediana estatura, muy musculoso y con una tristeza
tatuada en sus ojos que no pasaba desapercibida ni al más
despistado, parecía siempre alegre, servicial, acomedido, como se
decía antes, sonriente, pero sus ojos lo delataban. Un día antes del
regreso, cuando ya se rendía el sol, estábamos los dos profesores,
algunos alumnos y yo sentados, tomándonos un café y conversando

184
con Jhon Jairo, así se llamaba, ¿Qué es lo que más añoras de la vida?
le soltó a quemarropa uno de los profesores, se quedó tieso, hierático
nos miró a todos uno por uno y antes de que una furtiva lo delatara
nos dijo: “les voy a contar porque estoy aquí, como todo físico-
culturista a medida que se me engrosaban los músculos crecía mi
prepotencia y en una noche de rumba me enfurecí de tal modo que
por una nadería maté a un amigo de un desafortunado golpe”. Un
silencio sepulcral nos arropó a todos, nadie se atrevía a musitar una
sílaba. ¿Tienes algún deseo, que podamos satisfacerte? preguntó el
otro profe, como tratando de airear el ambiente, de romper el hielo.
Sí, tengo uno-contestó inmediatamente sin pensarlo-, lo tenía bien
guardado en su corazón; pero dudo que puedan complacerme: me
muero por comerme unas cucas con leche.

Sé que la leche se la quedamos debiendo, pero cucas debió recibir


un buen surtido, casi todos le enviamos unas cuantas.

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VIEJITOS AGRADECIDOS

En varias oportunidades habíamos discutido con algunos amigos


sobre cómo había podido llegar algún laboratorio farmacéutico, en
sus investigaciones a un producto como el sildenafil.

Nos parecía altamente improbable que sus investigadores se


hubieran lanzado en busca de este elixir de la vida, no nos podíamos
imaginar cómo pudieron lograr el agradecimiento infinito de tantos
veteranos y de otros no tanto. Me estoy refiriendo al VIAGRA.

Con ese enigma entre pecho y espalda decidí indagar a un viejo


amigo, médico de profesión, quien sonriente me dijo: “te voy a
contar una historia, pero no pongo mi mano en el fuego por su
veracidad, pero es la más plausible de todas las hipótesis que se
oyen.”

“Un laboratorio había adoptado un hospital geriátrico, al cual


financiaba, a cambio de poder hacer algunos ensayos en vivo con
los viejitos. En la búsqueda de un mejor vaso-dilatador que los ya
conocidos, lanzó sus sabuesos en esta dirección. Cuando creyeron
tenerlo y después de meticulosas pruebas en ratas y chimpancés,
decidieron probarlo en humanos y para eso nada mejor que sus
conejillos de indias. Se comenzó pues a dosificarlo entre los
ancianos durante un tiempo, con resultados nulos, definitivamente
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en los humanos no funcionaba, decretaron después de un prudencial
tiempo sus investigadores, suspenderlo.

No bien fue retirado, se oyó un clamor estentóreo en todo el


hospital: No por favor no nos quiten esa droga; era tan firme la
posición de los veteranos y las veteranas que las directivas no
pudieron ignorarlo. Así que decidieron continuar pero bajo una
estricta observación.

Una vez reiniciado el suministro volvió la alegría desbordante al


hospital, esto no era normal, por lo regular los viejitos son
achacosos, malhumorados y se quejan permanentemente, pero ahora
volvía a ser diferente, solo sonrisas, todos y todas muy animosos.

No tuvieron que observarlos mucho tiempo hasta descubrir la clave


del enigma, en las noches se observaba gran circulación de unas
habitaciones a las otras, y observando con más atención estos cruces
siempre eran intergenéricos, el hospital era una orgia permanente.

Se había descubierto el salvador VIAGRA.

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VACA LADRONA NO OLVIDA EL PORTILLO

La guerra de los patriotas cubanos contra la colonialista España tenía


ya agotados a los contrincantes, aunque las huestes de Martí tenían
una clara ventaja.

Corría el año de 1898 y los gringos, siempre tan previsivos,


enviaron un acorazado, El Maine, a fondearse en la habana, por si
los norteamericanos allí residentes llegasen a precisar ayuda. Tenía
una tripulación de 360 hombres entre oficiales y marines. A los
pocos días y cuando la oficialidad no se encontraba a bordo, una
fuerte explosión, abrió un gran boquete hundiendo el acorazado con
la marinería a bordo. Una rápida investigación practicada por los
oficiales determinó que se trató de un acto de sabotaje perpetrado
por los españoles. Con este pretexto los Estados Unidos le
declararon la guerra a España, pelea de toche con guayaba madura,
apoderándose de la isla, ya antes habían mostrado su interés
ofreciendo US $ 130.000.000 a España.

El capitán del Maine Charles D Sigsbee, poco antes de su muerte


expresó: Nunca he manifestado mi opinión sobre quien destruyó el
Maine y jamás lo manifestaré.

En el año de 1912 arrastraron los restos a aguas profundas y listo, ya


no se podría realizar ninguna otra investigación al respecto. Pero
188
ocurre que ya en tiempos modernos la tecnología pudo llegar al
barco y se descubrió que los “colgajos” del gran boquete estaban
doblados hacia afuera, dejando en absoluta evidencia que se había
tratado de un acto de una pernicia inimaginable, habían sido ellos
mismos los causantes de la explosión, habían sacrificado a
doscientos sesenta marines para justificar su posterior canallada.

Con lo de las torres gemelas han vuelto a mostrar su estilo, se trató


de lo mismo, pero a una escala mucho mayor. Hemos visto
suficiente material fotográfico y audio visual sobre el ataque del
avión de pasajeros al Pentágono y no cabe la menor duda de que allí
no impactó ningún avión, hace unos días nos circuló un correo muy
claro, se trató con toda certeza de un “misilaso” a una parte del
edificio que llevaba algún tiempo en remodelaciones, no estaba esa
parte en servicio, el número de muertos así lo demuestra, además de
tantas otras evidencias, por ejemplo: las alas no impactaron contra
los muros, claro porque los misiles no tienen tales . Al quedar en
claro esto, es obvio que alguna patraña escondían en lo de las torres.
Ya había circulado un libro de cuyo nombre no quiero acordarme,
donde exponía su autor esta misma hipótesis, ahora circula un video
de hora y media de duración donde se muestra claramente que estas
fueron voladas igual que el Maine, para justificar posteriores
villanías que ya hemos visto. Es tan grande el acervo probatorio
recopilado por los autores que no quedan dudas al respecto, hay

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algunas tan evidentes como que se tardaron en caer lo mismo que
tardaría un cuerpo sólido en caer en caída libre desde esa altura, una
diez segundos y la otra ocho lo cual es imposible con el cuento que
le echaron al mundo, una losa cayendo sobre la siguiente y
colapsándola con su peso y así sucesivamente, si así hubiese
ocurrido se habrían tardado un poco más de un minuto; la
fragmentación en partículas diminutas de todo lo que había adentro,
papeles, muebles, cadáveres etc. no se explica por el solo colapso, y
en muchas grabaciones y fotos se ve material fragmentado saliendo
como si adentro se hubieran producido explosiones, los calculistas
aseguran que un avión por grande que fuese aun con carga máxima
no hubiera colapsado las estructuras; el cuento de que las altas
temperaturas debilitaron los aceros también es mentiroso , se habría
necesitado como dos veces la temperatura producida por gasolina
ardiendo en esas condiciones.

Las torres fueron derribadas como se hace con las estructuras


que se necesita eliminar.

Los “chorriones” de acero derretido encontrados en los sótanos


demuestran el uso de explosivos que si producen tales temperaturas.
La re-aseguración unas semanas antes, por parte de los que luego
usufructuarían las pólizas, es otra muestra de lo que aquí tratamos de
mostrar. El edificio número siete del mismo complejo se derrumbó
pocos minutos después sin haber recibido ningún impacto, en esta
190
torre de unos cuarenta pisos, también se muestra lo maligno del
asunto, allí se guardaba todo lo concerniente a las investigaciones de
algunos de los macro fraudes como el de la compañía Emron y
otras.

Las torres se habían convertido en un elefante blanco, se tenían


grandes áreas desocupadas, tenían serios problema con
recubrimientos perniciosos que se habían empleado en la protección
de los aceros a la vista, y que tendrían que remover, tarea casi
imposible de realizar.

++++++

Texto en las solapas:

FERNANDO GALLEGO QUIROGA


Modelo cuarenta y seis e ingeniero sanitario egresado
de la Universidad del Valle en el año de mil
novecientos setenta. Heredero de una tradición de
lectores quizá iniciada por mi abuelo materno a quien
encontrábamos por las tardes en el patio de su casa
sentado en un taburete recostado a la pared, leyendo,
siempre en sus ratos libres ... leyendo. Mi madre en
las tardes, antes de irnos a dormir, nos leía a los
cuatro hermanos y recuerdo de esos tiempos los
personajes de Julio Verne y sus emocionantes
aventuras. Creo que ese fue el germen de mi afición a
la lectura, por supuesto que empecé con la novela de
la que pronto me alejé al aficionarme a los libros de
divulgación científica, situación en la que Isaac Asimov jugó un papel preponderante. Carl
Sagan, Paul Davies y Georges Gamov, entre otros, ampliaron mi horizonte hasta los
inconmensurablemente lejanos quasars y las casi inmateriales supercuerdas. BiII Durant y
un periplo hippiesco de dos años por Europa, me ataron al conocimiento de la historia. Por
los comienzos de los años setenta un personaje formidable, argentino de nacimiento,
Federico de nombre y González de apellido, a su paso por Cali me regaló las filosofías
orientales. El budismo zen, el taoísmo, el vedanta y la yoga, el sufismo y la cábala, el tarot

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y la alquimia, entraron para no volver a salir de mi disco duro. Es por lo tanto muy probable
que este libro sea el producto de la destilación de todos estos variopintos ingredientes.
E-mail: gallego888@emcali.net.co .

+++++

TEXTO EN LA CONTRACARÁTULA.
( ... ) A ratos, la vida ha sido generosa conmigo, tengo que reconocerlo. Me ha permitido,
por ejemplo, conocer a un buen número de personas inteligentes. He tenido el placer de
conocer a varios de estos especímenes, pero el más raro de todos es Fernando Gallego, un
sujeto definitivamente defectuoso. Primero, su memoria. Dicen que una persona normal
puede retener hasta 1/7 de la información que recibe. Gallego recuerda 8/7: cuando nos
habla de un libro de ensayos, demos por caso, no sólo extracta toda la información
relevante contenida en él, sino que la enriquece con otros datos sacados de su bien surtida
neuroteca o de las especulaciones que el libro o la conversación le suscita.
"Su diversidad de intereses linda con la irresponsabilidad: es ingeniero, pintor, historiador.
Lo apasionan las religiones y la antropología, y habla de tú a tú con poetas, ajedrecistas,
músicos, físicos y matemáticos ... ¡y con detalle! Conozco muchas personas que manejan la
letra gruesa de varias materias. ¡Gallego conoce incluso la letra menuda!
"( ... ) El libro que ahora tiene usted en sus manos es un buen reflejo de su omnívora
curiosidad. A sus temas queridos -ciencias, artes, religiones y humanidades-, Gallego ha
agregado ahora un puñado de memorias de viajes y crónicas de familia. Algunas son
hondamente humanas y otras son tan extraordinarias que uno podría pensar, si no conociera
la rareza de este clan, que son piezas de ficción".
Tomado del Prólogo, Julio César Londoño
+++++++
VERSIÓN DIGITAL: Contenido y distribución de textos proporcionados
y autorizados por el autor. Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con …
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Julio 30,
2010

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