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* Nicolás Montiel Flores nunca supo de trabajar en la burocracia, nunca tuvo patrón ni le

gustó lamer las botas para conseguir lo que deseaba. Vivió de la herencia y a su modo la
supo explotar. Entre las incontables propiedades heredadas destaca el rancho de Boxindo,
varias hectáreas, ubicado a un costado de la carretera Atlacomulco-Acambay.

Jorge Toribio

El 8 de noviembre falleció Nicolás Montiel Flores a los 77 años de edad. Hijo de Maximino
Montiel Olmos, fue un viejo cacique de Atlacomulco que controló la política de la zona
entre 1920 y 1945, junto con sus inseparables amigos, parientes consanguíneos, políticos y
socios en el comercio, Javier Vélez, Silviano Díaz Cid, Lucindo Cárdenas, Abraham y
Plutarco Suárez, así como con los familiares de estos últimos, Leopoldo y Rafael Suárez
Ocaña.

Las relaciones políticas de Maximino Montiel Olmos, así como los negocios que trazó al
amparo del poder permitieron que su numerosa familia, 18 hijos, de los cuales vivieron 8 a
edad mayor, tuvieran una vida cómoda y bien relacionada.

Nicolás Montiel Flores nunca supo de trabajar en la burocracia, nunca tuvo patrón ni le
gustó lamer las botas para conseguir lo que deseaba. Vivió de la herencia y a su modo la
supo explotar. Entre las incontables propiedades heredadas destaca el rancho de Boxindo,
varias hectáreas, ubicado a un costado de la carretera Atlacomulco-Acambay.

Nicolás se desposó con Alicia Cordero González, hija de Wistano Cordero y Elvira
González, el primero acérrimo rival de Maximino Montiel y la segunda descendiente
directa de Nicolás González Fabela, tío de Isidro Fabela Alfaro. Doña Alicia Cordero,
además, era tía de Alfredo del Mazo González.

Maximino Montiel Olmos contó siempre con el respaldo de los hermanos Abundio y
Filiberto Gómez Díaz, Carlos Riva Palacio y Wenceslao Labra, gobernadores del Edomex
entre 1920 y fines de la década de los treintas, por eso su fuerza política en Atlacomulco.
Años más tarde, cuando Hank González llegó de maestro rural a aquellas tierras (1945),
Hank se acercó al viejo cacique quien siempre lo respaldó.

Desde entonces hubo gran amistad entre la familia Montiel y la familia Hank, la cual se
afianzó con las relaciones de compadrazgo, Carlos Hank González, entonces director de
Conasupo (1962-69), bautizó a Tulio Montiel Cordero, hijo de Nicolás.

Desde entonces Nicolás siempre apoyó en las buenas y las malas a su famoso compadre,
quien, candidato a gobernador del Edomex (1969), le pidió a Nicolás ayudar a la campaña
política en Atlacomulco.

Pese a estas incuestionables relaciones Nicolás Montiel, con ese carácter terco y testarudo,
jamás fue a pedirle un favor a su amigo y puso parte de su capital para impulsar a su
compadre.
Años después, cuando Carlos Hank Rhon se inscribió candidato a gobernador del Edomex
por el PRI, llamó al amigo de su padre para que éste le ayudase a preparar su campaña
política en aquella zona electoral.

La guerra al interior del PRI fue cruenta, pero también la guerra al interior de la familia
Montiel, pues el entonces gobernador, Arturo Montiel Rojas, había roto con su familia de
sangre en Atlacomuco, entre ellos con su tío Nicolás porque los antepasados del “príncipe”
Arturo eran hijos fuera de matrimonio.

Así, mientras el cacique Maximino Montiel Olmos e hijos eran los fuertes y de recursos, el
padre de Arturo Montiel, Gregorio, estaban a la sombra, se tuvieron que rajar la espalda
para comer. Gregorio Montiel, empleado de la cervecería Corona, era el repartidor del
producto, mientras su hijo Arturo le ayudaba como cargador a bajar las cajas de cerveza. En
términos económicos y políticos estaban en el suelo.

Este resentimiento Montiel Rojas nunca lo pudo superar, se creía inferior y auque lleva la
sangre de esa familia, se sentía menos, peor aún, le enojaba ver a su padre besarle la mano
al tío Maximino, cuando Gregorio lo encontraba.

Pero el tiempo cambió y cuando Arturo se encumbró como gobernador, se vengó, bloqueó
a los hijos y nietos de Maximino.

Así, mientras Montiel impulsaba a su sobrino lejano, Enrique Peña Nieto, Nicolás Montiel
Flores apoyaba a su amigo Carlos Hank Rhon.

Hank no pudo ser el candidato del PRI a gobernador, se retiró de la contienda porque
Montiel, para encubrir los excesos de su administración y dar continuidad a una parte del
Grupo Atlacomulo, puso todo su peso para impulsar a su consanguíneo.

En Atlacomulco mientras todos respaldaban al candidato del gobernador Montiel, Peña


Nieto, Nicolás Montiel era el único en hacerle la vida imposible al gobernador, se impuso y
junto con sus hijos se la jugó al apoyar de manera incondicional a su partidario Hank.

Esto hizo que Nicolás Montiel, pese a ser un miembro distinguido de la zona y de tener
acercamiento con su pariente Gregorio Montiel, se convirtiera en la oveja negra de la
familia y de la comarca industrial.

Poco tiempo después aparecieron los candidatos del PRI a la presidencia de México.
Regresó con más ahínco la guerra entre el clan Montiel.

De nueva cuenta Nicolás Montiel Flores y sus dos hijos, Tulio y Mauricio Montiel Cordero,
fueron llamados por Carlos Hank Rhon para que en el noroeste del Edomex se encargaran
de preparar el camino a Madrazo Pintado, compadre de Jorge Hank Rhon, amigo y socio de
esa familia desde la década de los sesentas. Carlos Hank Rhon sabía que en esa área eran
los únicos, junto con René Montiel Peña, hijo de Maximino Montiel Flores, hermano de
Nicolás, con quienes contaba.

Fue entonces cuando Madrazo Pintado tuvo un roce mayor con la familia Montiel de
Atlcomulco, quien a su vez envió a uno de sus grandes aliados, el tabasqueño Alfonso
Izquierdo Bustamente, entonces presidente nacional de la fundación Carlos Alberto
Madrazo Becerra, quien a su vez nombró a Ivonne Montiel González -hija de René Montiel
Peña-, tesorera de la fundación en el Edomex.

Izquierdo Bustamente es hoy diputado federal por Tabasco, enlace entre los Montiel y la
familia Hank y Madrazo.

Alfonso Izquierdo delegó todo su apoyo y confianza en Nicolás Montiel Flores para dirigir
la fundación Carlos Alberto Madrazo Becerra en el noroeste del Edomex San Felipe del
Progreso, Temascalcingo, El Oro, Jocotitlán, Acambay y Atlacomuloco, y teniendo como
centro de operaciones la cabecera de Atlacomulco, Nicolás montó la oficina en sus predios.

Las paredes de sus terrenos, las de sus amigos y compadres fueron pintadas con propaganda
de Roberto Madrazo Pintado. De nueva cuenta fue la única familia del tronco de los
Montiel en Atlacomulco que enfrentó a su propia familia, ahora al apoyar al amigo de su
amigo Hank Rhon. El gobernador lo mandó llamar para aplacarlo, pero Nicolás lo dejó con
la palabra en la boca.

Al final de cuentas ni Montiel Rojas ni Madrazo Pintado se pusieron la banda presidencial.


Nicolás Montiel Flores, hombre terco y testarudo pero con grandes contactos políticos
nacionale,s fue odiado, temido y amado, apodado El Padrino de la zona, alcanzaría su
máximo nivel político de haber resultado Madrazo Pintado presidente y controlaría parte de
los destinos de la política del Edomex discretamente, según la estrategia planeada.

Nicolás dejó de existir víctima de un cáncer de próstata que no atendió a tiempo, el cual se
le complicó con una enfermedad que acarreaba años atrás, diabetes.

A su funeral y pese a ver sido feroz adversario de su paisanos y familiares, asistió la vieja y
nueva guardia del famoso Grupo Atlacomulco. Presentaron sus condolencias la familia
Hank Rhon, la familia Madrazo y Arturo Izquierdo Bustamante. Llegó al sepelio Arturo
Peña del Mazo -tío de Enrique Peña-, quien encabeza la fundación cultural Isidro Fabela-,
Gregorio Montiel, padre de Arturo Montiel, Arturo y Omar Martínez Legorreta, la familia
del Mazo, el actual diputado local por Atlacomulco y uno de los fuertes para suceder a Peña
Nieto, Héctor Velasco; el alcalde del lugar Rogelio Caballero Meraz, así como los
descendientes directos de los amigos y compadres del viejo cacique Maximino Montiel
Olmos, entre ellos los hijos de Javier Vélez, anclados como socios de Maseca.

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