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TEORIA GENERAL DE LA OPOSICION III

Por: FERNANDO AUGUSTO RAMIREZ GUERRERO*

Los partidos políticos surgidos después de la revolución francesa y de


las guerras independentistas de los siglos XVIII a XX cumplen el
axioma de Duverger: “En general el desarrollo de los partidos parece estar ligado al
de la democracia, es decir, a la extensión del sufragio popular y de las prerrogativas
parlamentarias” texto precedido por el siguiente análisis histórico: “En 1850,
ningún país del mundo (con excepción de los Estados Unidos) conocía partidos políticos
en el sentido moderno de la palabra: había tendencias de opiniones, clubes populares,
asociaciones de pensamiento, grupos parlamentarios, pero no partidos propiamente
dichos. En 1950, estos funcionan en la mayoría de las naciones civilizadas, esforzándose
En síntesis, la organización partidista es reciente
los demás por imitarlas”.
pero surge al interior de las democracias pluripartidistas y con plena
separación de las ramas del poder público.

Por ello, no es extraño que, en nuestro ámbito, los constituyentes de


1886, proscribieran a los partidos políticos, denominandolos “juntas
políticas populares de carácter permanente”; y pese a los intentos
fallidos de su legalización (acto legislativo 1 de 1979) y al
reconocimiento tácito de su existencia desde el acto legislativo 3 de
1910 y el plebiscito de 1957, tan sólo el constituyente de 1991 vino a
institucionalizarlos, y les dio tutela especial para el pleno ejercicio de la
democracia participativa.

En efecto, el primigenio texto del artículo 107 constitucional de 1991


dispuso: “Se garantiza a todos los nacionales el derecho a fundar, organizar y
desarrollar partidos y movimientos políticos, y la libertad de afiliarse a ellos o de retirarse.
También se garantiza a las organizaciones sociales el derecho a manifestarse y a
Su aprobación estuvo precedida de la
participar en eventos políticos”.
siguiente exposición de motivos: “Constitucionalización de los partidos
políticos. En toda democracia los partidos políticos cumplen con el papel fundamental de
articular las diferentes tendencias sociales en orden a permitir su concurrencia en los
diferentes procesos de orientación del Estado. Dentro de este contexto los partidos
adelantan específicas funciones: formulan de una manera concreta alternativas políticas,
canalizan inquietudes ciudadanas, contribuyen a la pedagogía de la democracia y a la
formación de la opinión pública; todo dentro del propósito de conformarse como opción
para la conducción del Estado. Sin ellos la democracia cedería su lugar a la anarquía, en
la dispersión de ideas y actitudes sería imposible la toma consciente de las decisiones
políticas”

Dentro de esta línea filosófica se hace una ruptura total con el texto
constitucional de 1886, marcadamente totalitario y por ende
antidemocrático, y se abre paso una nueva concepción de la
organización política dentro de los principios y valores del modelo del
Estado Social y Democrático de Derecho, tales como la primacía de la
dignidad humana, la vigencia de la democracia pluralista y
participativa, la preeminencia de la soberanía popular, y la
supremacía del texto constitucional sobre las normas jurídicas de
inferior categoría.

Constitucionalizados los partidos se entroniza el modelo gobierno-


oposición al rodear el constituyente a las organizaciones políticas con
personería jurídica que se declaren en oposición al gobierno, de una
serie de garantías para ejercer libremente la función crítica frente a
éste, plantear y desarrollar alternativas políticas; así como a participar
en las mesas directivas de los cuerpos colegiados, según su
representación en ellos. (Artículo 112 Constitucional). Lo anterior en
armonía con el derecho fundamental de todo ciudadano a ejercer el
control político.

*Constituyente de la Fundación Democracia y Libertad, Abogado


Constitucionalista. fargo1949@gmail.com //
www.fernandoaugustoramirezguerrero.com // www.democraciaylibertad.com

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