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A.W. Pink
INDICE
Cap. 1
LOS DECRETOS DE DIOS
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien
a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su
propsito (Rom. 8:28) conforme al propsito eterno que realiz en
Cristo Jess, nuestro Seor. (Efe. 3:11).EL decreto de Dios es su
propsito o su determinacin respecto a las cosas futuras. Aqu
hemos usado el singular, como hace la Escritura, porque slo hubo
un acto de su mente infinita acerca del futuro.
Era libre para decretar o dejar de hacerlo, para decretar una cosa
y no otra. Es preciso atribuir esta libertad a Aquel que es supremo,
independiente, y soberano en todas sus acciones.
Cap. 2
LA OMNISCIENCIA DE DIOS
No existe cosa creada que no sea manifiesta en su presencia. Ms
bien, todas estn desnudas y expuestas ante los ojos de aquel a
quien tenemos que dar cuenta. (Heb. 4:13).
Cap. 3
LA PRESCIENCIA DE DIOS
Hay dos cosas, acerca de la presciencia de Dios, que muchos
ignoran: el significado del trmino, y su alcance bblico.
Cap. 4
LA SUPREMACA DE DIOS
Pensabas que de cierto sera yo como t (Sal. 50:21)
En una de sus cartas a Erasmo, Lutero deca: Vuestro concepto
de Dios es demasiado humano. El renombrado erudito
probablemente se ofendi por tal reproche que proceda del hijo de
un minero; sin embargo, lo tena perfectamente merecido.
Como alguien deca, si todos los ciudadanos del cielo y todos los
habitantes de la tierra se unieran en rebelin contra El, no le
ocasionaran inquietud alguna, y ello tendra menos efecto sobre
su trono eterno e invencible. la Escritura misma nos dice que
cuando los prncipes gentiles se unan con Israel apstata para
desafiar a Jehov y su Cristo, l que mora en los cielos se reir
(Sal. 2:4) La supremaca absoluta y universal de Dios est
positivamente declarada en muchos lugares de la Escritura que no
admite duda. Tuya es, oh Jehov, la magnificencia, y el poder, y
la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que estn
en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehov, es el reino,
y la altura sobre todos los que estn por cabeza... Y T seorears
a todos (1Crn. 19:11,12). La supremaca de Dios sobre las obras
de sus manos est descrita de manera vvida en la Escritura. La
materia inanimada y las criaturas irracionales cumplen los
mandatos de su Creador. A su mandato el mar Rojo se dividi, y
sus aguas se levantaron como muros (Exo. 14); la tierra abri su
boca y los rebeldes descendieron vivos al abismo (Nm. 16).
Cuando El lo orden, el sol se detuvo (Jos. 10); y en otra ocasin
volvi diez grados atrs en el reloj de Acaz (Isa. 38:8).