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Karl R. Popper Conjeturas y refutaciones El desarrollo del conocimiento cientifico Edicién revisada y ampliada ediciones PAIDOS Buenos Aires México Titulo original: Conjectures and Refutations. The Growth of Scientific Knowledge Publicado en inglés por Routledge & Kegan Paul, Londres, 1972 (4." edicién) Tradutcion de Néstor Miguez Adaptacién a la cuarta edicion inglesa y traduccién de las secciones nuevas: Rafael Grasa Cubierta de Mario Eskenazi y Pablo Martin L# edicion, 1983 3 reimpresin, 1991 (Quedan rigurosamente probibidas, sn Ia autorizacion eseita de ls propiearios del «Copy- ‘ghts, bajo las sancionesestablecdas ep las leyes, la reproduccian total o parcial de esta obra Por eualguier medio.o procedimiento, eomprendidar ls reprografia el tratamiento ifort Envy a dittbucion de jemplares de cla mediante alquler 0 préstamo pUblices. © Kar) R. Popper 1963, 1965, 1969, 1972 © de todas las ediciones en castellano, Editorial Paidés, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires; © de esta edicién, Ediciones Paidds Ybérica, S.A., Mariano Cubi, 92 - 08021 Barcelona. ISBN: 84-7509-146-6 Depésito legal: B - 23.528/1991 Impreso en Indugraf, 8. A., Badajoz, 145 - 08018 Barcelona Impreso en Espafa - Printed in Spain INDICE Prefacio 13 Agradecimientos 15 Prefacio a la Segunda Edicién 17 Prefacio a la Tercera Edicién 19 IxTRODUCCION Sobre las fuentes del conocimiento y de la ignorancia 23 CONjETURAS La ciencia: conjeturas y refutaciones 57 Apéndice: algunos problemas de la filosofia de ta ciencia 87 La naturaleza de los problemas filosdficos y sus raices en la ciencia 94 Tres concepciones sobre el conocimiento humano 130 La ciencia de Galileo y la nueva traiciin a ella 130 El problema en discusién 133 La primera concepcién: explicacién tiltima por esencias 137 La segunda concepcién: las teorias como instrumentos 142 Critica de la concepcién instrumentalist 146 La tercera conceppcién: conjeturas, verdad y realidad 149 Hacia una teoria racional de la tradicién 156 Retorno a los presocraticos 174 Apéndive: conjeturas historicas y Herdelito acerca del cambio 193 Nota sobre Berkeley como precursor de Mach y Einstein La critica de Kant y la cosmologia 219 1. Kant y la ilustracién 220 La cosmologia newtoniana de Kant 221 La critica y el problema cosmalégico 222 Espacio y tiempo 223 La revolucién copernicana de Kant 225 . La doctrina de ta autonomia 26 10, Sobre el caracter de la ciencia y de la metafisica 229 1. Kant y la ligica de la experiencia 229 2. El problema de la irrefutabilidad de las teorias filosificas 239 ePor qué son aplicables a la realidad los calculos de Ia Iégica y la aritmética? 248 La verdad, la racionalidad y el desarrollo del conocimiento cientifico 264 El desarrollo del conocimiento: teorias y problemas 264 La teoria de la verdad objetiva: ta correspondencia con los hechos 272 Ferdad y contenido: verosimititud versus probabilidad 279 El conocimiento basico y ef desarrollo cientifico 290 . Tres requisitos para ef desarrotto det conocimiento 294 “Apéndice: un enunciado no empirico presumiblemente falso pero formatmente muy probable 303 REFUTACIONES, i. 12. 13. 14, 15. 16, 17. La demarcacién entre la ciencia y la metafisica 309 Introduccion 309 Mis ideas acerca del problema 311 La primera teoria de Carnap sobre la falta de significado 315 Carnap y el lenguaje de la ciencia 322 Testabilidad y significado 332 Probabilidad e induccidn 340 El lenguaje y el problema del cuerpo y la mente 355 |. Introduccion 355 ”. Las cuatro funciones principales del lenguaje 387 Un grupo de tests 387 El argumento de la sndquina 358 La teoria causal del acto de nombrar 360 Interaccién 36 Conclusion 361 Nota sobre el problema del cuerpo y la mente 362 Autorreferencia y significado en el lenguaje comin 367 Qué es la dialéctica? 375 1, Explicacion de la dialéctica 395 2, La dialéctica hegeliana 388 4. La dialéctica después de Hegel 396 Prediccién y profecia en las ciencias sociales 403 La opinion publica y los principios liberales 416 1. El mito de la opinion piiblica 416 2, Los peligros de la opinion publica 419 3. Los principios lherales: un grupo de tesis 419 4. La teoria liberal de ta libre discusion 421 5. Las formas de la opinién publica 422 6. Algunos problemas practicos: la censura y los monopolios de la publicidad 423 7. Lista breve de ilustraciones politicas 423 8 Resumen 423 18, Utopia y violencia 425 19, La historia de nuestro tiempo: una visién optimista 436 20, Humanismo y razon 450 APENDICE Algunas notas técnicas 459 Contenido empirico 459 La probabilidad y la severidad de los tests 463 Mevosimilitud 466 Ejemplos numéricos 473 Lenguajes artificiales versus lenguajes formatizados 475 Nota historica sobre la verosimilitud (1964) 475 Algunas indicaciones adicionales sobre la verosimilitud (1968) 478 Observaciones adicionales sobre los presocréticos, especialmente sobre Parménides (1968) 482 9. Los presocréticos: gunidad 0 novedad? 492 Indices 493 Indice de encabezamientos y citas proemiales 494 Indice de nombres 495 Indice analitico 500 10 LA VERDAD, LA RACIONALIDAD Y EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO CIENTIFICO 1, EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO: TEORIAS Y PROBLEMAS 1 Mr PROPOsITO en esta conferencia es destacar la importancia de un aspecto particular de la ciencia: su necesidad de desarrollarse 0, si gus- this, su necesidad de progreso. No me refiero a la importancia practica 0 social de esta necesidad. Lo que desco examinar es, mas bien, su im- portancia intelectual. Sostengo que el desarrollo continuo es esencial para el caracter racional y empirico del conocimiento cientitico, que sila ciencia cesa de desarrollarse pierde este cardcter. Es la forma de su desarrollo lo que hace a la ciencia racional y empirica; esto ¢s, Ja for- ma en que el cientifico discrimina entre las teorias disponibles y lige Ja mejor, o (en ausencia de una teoria satisfactoria) Ja manera en que ofrece razones para rechazar todas las teorfas disponibles, con lo cual sugiere algunas de las condiciones que debe cumplir una tcoria sa tisfactoria, Se habra observado a través de mi formulacién que, cuando hablo del desarrollo del conocimiento cientifico, lo que tengo in mente no es la acumulacién de observaciones, sino el repetido derrocamiento de teorfas cientificas y su reemplazo por otras mejores o mis satisfactorias, Dicho sea de paso, éste es un procedimiento que puede ser considerado digno de atencién hasta por aquellos que ven el aspecto mis impor- tante del desarrollo de! conocimiento cientifico en nuevos experimentos y nuevas observaciones. Pues el examen critico de nuéstras teorias nos sla conferencia nunca se dio ni se publicé antes, Estaba destinada al Congreso Internacional de Filosofia de la Ciencia realizado en Stanford en agosto de 1960, pero debido a su extension, silo pude presentar en él una pequena parte de la misma, Olra parte de ella constituyd mi Diserlacién Presidencial ante la Sociedad Rritinica de Filosofia de la Ciencia, en la reunién realizada en enero de 1961. Creo que esta conferencia contiene (especialmente en las parles 3 a 5) algunos desarvollos esenciales de las ideas expuesta: en mi Logic of Scientific Discovery. 264 Heva a tratar de testarlas y derrocarlas, lo cual nos conduce, atin mds allé, a experimentos y observaciones en los que nadie habria sofiado sin el estimulo y la guia tanto de nuestras teorias como de nuestras criticas a ellas, Pues, en realidad, planeamos los experimentos y obser- vaciones mas interesantes con el fin de festar nuestras teorfas, espe- cialmente nuestras teorias nuevas. En este articulo, pues, quiero destacar la importancia de este aspecto de la ciencia y resolver algunos de los problemas, tanto viejos como nuevos, vinculados con las nociones de progreso cientifico y de discri minacién entre teorias rivales. Los nuevos problemas que deseo discutir, son, principalmente, los vinculados con las nociones de verdad objetiva y de mayor acercamiento a la verdad, nociones que me parecen de gran utilidad para analizar el desarrollo del conocimiento. Aunque limitaré mi examen al desarrollo del conocimiento cientitico, mis observaciones son también aplicables sin mucho cambio, creo, al desarrollo del conocimiento precientifico, es decir, a la manera general como los hombres, y hasta los animales, adquieren nuevo conocimiento factico acerca del mundo. El método de aprendizaje por el ensayo y el error —de aprender de nuestros errores— parece ser fundamentai- mente el mismo, lo practiquen los animales inferiores o los superiores, los chimpancés o los hombres de ciencia. No estoy interesado solamente en Ja teoria del conocimiento cientifico, sino més bien en la teoria del conocimiento en general. Pero creo que el estudio del desarrollo del conocimiento cientifico es la manera més fructifera de estudiar el des: arrollo del conocimiento en general. Pues puede 'decirse que el desarro- Ho del conocimiento cientifico es el desarrollo del conocimiento hu- mano comtin en sentido amplio (como he sefialado en el prefacio de 1958 a mi Logica de la Investigaciin Cientifica). Pero, ghay algiin peligro de que nuestra necesidad de progreso quede insatisfecha y de que el desarrollo del conocimiento cientifico se inte- rrumpa? En particular, hay algdn peligro de que el avance de la ciencia Megue a un punto final porque la ciencia haya completado su tarea? Creo que no, debido a la infinita magnitud de nuestra ignoran- cia, Entre los peligros reales que pueden acechar al progreso de la ciencia no se cuenta la posibilidad de que sea completada, sino situa- ciones como la falta de imaginacién (que a veces cs una consecuencia de la falta de interés real) 0 wna fe equivocada en la formacién y la precisién (problema que discutiremos mas adelante, en Ia seccién v) © el autoritarismo en cualquiera de sus numerosas formas, Dado que he usado varias veces la palabra “progres”, al Hegar a este punto deseo asegurarme de que no seré tomado equivocadamente por un creyente en alguna ley historica del progreso. En realidad, ya antes he descargado varios golpes contra la creencia en una ley del progreso ¥, y sostengo que ni siquiera la ciencia esti sujeta a la accién 1 Véase especialmente mi Poverty of Historiciom (&? cd., 1960) y el cap. 16 de este volumen, 265 de nada que se ascmeje a tal ley. La historia de la ciencia, como la de todas las ideas humanas, cs una historia de suefos irresponsables, de obstinacién y de errores, Pero la ciencia ¢s una de las pocas actividades hhumanas — quizds Ia tnica— en la cual Jos errores son criticados sis- tematicamente y muy a menudo, con el tiempo, corregidos. Es por esto por lo que podemos decir que, en la ciencia, a menudo aprende- mos de nuestros errores y por Jo que podemos hablar, con claridad y seusater, de realizar progresos en ella. En Ia mayoria de los ouros cam- pos de la actividad humana hay cambio. pero raramente progreso (a menos que adoptemos una concepcidn muy estrecha de nuestros posi- ples objetives en la vida), pucs casi toda ganancia es compensada, 0 més que compensada, por alguna pérdida. Y en la mayoria de los cam pos ni siquiera sabemos cémo evatuar el cambio. Dentro de la ciencia, en cambio, tenemos un crilerio de progreso: inclusive antes de someter una (eorla a wn test empirico podemos decir si, en caso de que resista ciertos tests especificos, serio no un avance con respecto a otras teorfas con las que estamos familiarizads. Esta es mi primera tesis. Para decitlo de una manera wn poco diferente, sostengo que sabemos cémo tendria que ser una buena teoria cientifica y —aun antes de ser testaila— qué tipo de tcorfa seria atin mejor, siempre que resista ciertos tests cruciales. Y es ese conocimiento (metacientifico) el que permite hablar de progreso en la ciencia y cle eleccién racional entre teorias. ‘Asi, mi primera tesis es que podemos saber con respecto a una teorii, y ain antes de haber sido testada, que, si resiste ciertos tests, serci me- jor que otra. Esta primera tesis implica que poseemos nn criterio para establecer el potencial cardcter satisfactorio relativo, o el caricter po- tencial progresista, dle una teoria, criterio que puede ser aplicado aun antes de que sepamos si, al resistir algunos tests decisivos, esa teoria sera 0 no satisfactoria de hecho. Este criterio de satisfactoriedad potencial relative (que formulé ha- ce algiin tiempo? y que, digamos de paso, nos permite graduar las teorfas de acuerdo con su grado de satisfactoriedad potencial relativa) es sumamente simple ¢ intuitivo, Considera preferible 1a teoria que nos dice mis; 0 sea, la teoria que contiene mayor cantidad de informacién © contenido empiricos; que es Iégicamente mas fuerte; que tiene m: yor poder explicativo y predictiva; y que, por ende, puede ser testada 2 Véase ta discusién sob:e grados de testabilidad, contenido empirico, corrobo- rabilidad y corroboracidn de mi L. $e. D., especialmente sceciones 31 a 46, 82 a 85, nuevo apéndice IX y también la discusién sobre los grados de poder explica: tivo que se encuentra en este apéndice, especialmente la comparacién entre 1a teoria dc Einstein y la de Newton (en la nota 7 de la pag. 401, ed. inglesa). En Jo que sigue, me refcriré a la testabilidad, etc, como al “criterio de progreso! sin entrar en ias distinciones mas detalladas de mi libro citado. 266 mds severamente comparando los hechos predichos con las observacio- nes. En resumen, preferimos una teorfa interesante, audaz ¢ informativa en alto grado a una teorfa trivial. Puede mostrarse que todas esas propiedades que, al parecer, desea- mos en una teorfa equivalen a una sola cosa: al mayor grade de con- tenido empirico o de testabilidad. ur Mi estudio del contenido de una teoria (o de un enunciado cual- quiera) se basé en la idea simple y obvia de que el contenido infor- mativo de la conjuncidn, ab, de dos enunciados cualesquiera « y 5, sera siempre mayor, 0 al menos igual, que el de cualquiera de sus componentes. Sea a el enunciado “el viernes Hovera”, b el enunciado “el sdbado har4 buen tiempo” y ab el enunciado “el viernes Noverd y el sbado har buen tiempo": es obvio, entonces, que el contenido informative de este tiltimo enunciado, la conjuncién ab, sera mayor que ¢l de su componente a y que el de su componente b. También es obvio que Ja probabilidad de ab (0, lo que equivale a lo mismo, la probabilidad de que ab sea verdadera) serd menor que la de cualquiera de sus com- ponentes. $i escribimos Ct (a) para significar “‘el contenido del enunciado a”, y Ct (ab) para significar “el contenido de la conjuncién a y 6”, tenemos Q) Ct (a) 4 Ce (ab) = Ct (b) Esta expresion se contrapone a la ley correspondiente del célculo de probabilidades, @ pi) = p@b) =p donde los signos de desigualdad de (1) estén invertidos, Estas dos le- yes juntas expresan que si aumenta el contenido, disminuye la proba- bilidad, y viceversa; en otras palabras, que el contenido aui con el aumento de la improbabilidad. (Este andlisis concuerda plena- mente, por supuesto, con la idea general de que el contenido légico ce un enunciado es la clase de todos los enunciados ldgicamente implica- dos por él, Podemos decir también que un enunciado a es I6gicamente més fuerte que un enunciado b, si su contenido es mayor que el de b, vale decir, si tiene ms implicaciones que b.) Ese hecho trivial tiene las siguientes consecuencias ineludibles: si des- arrollo del conocimiento significa que operamos con teorias de conte- nido creciente, ello debe significar también que operamos con teorias de probabilidad decreciente (en el sentido del célculo de probabilida- des). Asi, si nuestro objetivo es el avance 0 desarrollo del conocimiento, entonces no puede ser también nuestro objetivo lograr una elevaca probabilidad (en el sentido del célculo de probabilidad) : esos dos objetivos son incompatibles. Llegué a ese resultado trivial, aunque fundamental, hace treinta afios, y lo he estado predicando desde entonces. Sin embargo, el pre- 267 juicio de que una alta probabilidad es algo sumamente deseable se encuentra (an profundamente arraigado que muchos todavia consi- deran “paradéjico” ese resultado trivial? A pesar de este resultado simple, la idea de que un alto grado de probabilidad “(en el sentido del céiculo de probabilidades) es algo sumamente deseable parece tan obvia a mucha gente que no estan dispuestos a considerarla critica- mente. Por eso el Dr. Bruce Brooke-Wavell me ha sugerido que deje de hablar de “probabilidad” en este contexte y base mis argumentos en un “calculo de contenidos” y de “contenido relativo”; en otras pa- labras, que no debo decir que Ja ciencia tiende a la improbabilidad, sino decir simplemente que tiende 2 un maximo de contenido. Ke reflexionado mucho sobre esta sugestién, pero no creo que sea conve- niente: para aclarar realmente la cuestién parece inevitable un choque frontal con el prejuicio probabilistico ampliamente aceptado y pro- fundamente arraigado. Aunque yo basara mi teoria en el cdiculo de contenidos, o de fuerza ldgica, lo cual seria bastante facil, atin seria necesario explicar que el cAlculo de probabilidades, en su aplicaciéa (“logica”) a proposiciones o enunciados, no es més que un céleulo de la debilidad légica o la falta de contenido de estos enunciados (sea de la debilidad légica absoluta 0 de a debilidad légica relativa). Quizds podrfa evitarse un choque frontal si la gente no estuviera tan wnclinada, en general, a suponer acriticamente que ¢l alto grado de probabilidad debe ser un objetivo de la ciencia y que, por lo canto, Ia teorfa de la induccién debe explicarnos cémo alcanzar un alto grado de probabilidad para nuestras teorfas (y se hace necesario, entonces, sefialar que hay algo m4s —una “semejanza con la verdad” [lruthliae- ness] 0 “verosimilitud’— con un calculo totalmente diferente del calculo de probabilidades y con el cual parece haber sido confundido.) Para evitar estos resultados simples se han concebido teorfas mis 0 menos complicadas de todo tipo. Creo haber demostrado que ninguna de ellas tiene éxito. Pero lo més importante es que son totalmeme innecesarias. Simplemente es menester reconocer que la propiedad que apréciamos en las teorfas y a la cual quizés podriamos Hamar “vercsi- militud” 0 “semejanza con Ja verdad” (ver seccién x1, mds adelante) no €s una probabilidad en el sentido del cdlculo de probabilicades, del cual (2) es un teorema ineludible. Debe observarse que el problema que tenemos ante nosotros no ¢s un mero problema verbal. No mé interesa a qué Hamais "probabiligas” ni me interesa si usdis algiin otro nombre para designar esos grados para los cuales es valido el Hamdo “cdlculo de probabilidades”. Per- sonalmente, creo que es mds conveniente reservar el término “pro- babilidid’” para todo lo que pueda satisfacer a las conocidas reglas & Véase, por ejemplo, J. C. Harsanyi, “Popper's improbability Criterion for the Choice of Scientific Hypotheses", Philosophy, 38, 1960, pigs. 392 y sigs. Dicho sea ce paso, no propongo ningun criterio para la eleccién de hipétesis cienvificas; tea eleccién es una conjetura riesgosa. Ademds. Ia cleccién del tedrico es ts hipétesi: mas digna de ulterior discusién critica (mas que de azeptacién) 268 de este calculo (que han formulado Laplace, Keynes, Jeffreys y muchos otros, y para el cual he ideado diversos sistemas axiomaticos formales). Si (y sélo si) aceptamos esta terminologia, entonces no puede haber duda alguna de que la probabilidad absoluta de un enunciado @ es simplemente el grado de su debilidad légica, o falta de contenido in- formativo, y que la probabilidad relativa de un enunciado a, dado otro enunciado b, es simplemente el grado de debilidad relativa, o falta relativa de nuevo contenido informativo, del enunciado a, supo- niendo que ya poseemos la informacién 6. Asi, si aspiramos a un alto contenido informativo en la ciencia —si el desarrollo del conocimiento significa que sabemos mas, que sabemos ay b,y no solamente a, y que el contenido de nuestras teorias aumenta de este modo—, entonces tenemos que admitir que también aspiramos a una baja probabilidad, en el sentido del cilculo de probabilidades. Y puesto que una baja probabilidad significa una alta probabilidad de ser refutado, se desprende de esto que un alto grado de refutabili- dad, o testabilidad, es uno de los objetivos de la ciencia; en verdad, se trata precisamente del mismo objetivo que el del elevado contenide informativo. El criterio de ta satisfactoriedad potencial es, pues, la testabili- dad 0 improbabilidad: sélo es digna de ser testada una teoria alta- mente testable 0 improbable, y es realmente (y no sélo potencialmen'e) satisfactoria si resiste los tests severos, en particular esos tests (ue podemos sefialar como cruciales para Ja teoria aun antes de que se Jos Heve a cabo. En muchos casos es posible comparar objetivamente la severidad de los tests, Hasta es posible, si hallamos que vale la pena, definir una medida de la severidad de los tests. (Ver los Apéndices a este volumes.) Mediante el mismo método podemos definir el poder explicativ y el grado de corroboracién de una teoria. * wv La tesis de que el criterio propuesto en realidad ha regido el progrevo de la ciencia puede ser ilustrada ficilmente con ayuda de ejemplos histricos. Las teorfas de Kepler y Galileo fueron unificadas y supe- radas por la teorfa de Newton, légicamente mds fuerte y mas testable; algo semejante ocurrié con las teorfas de Fresnel y de Faraday, supe radas por la de Maxwell. Las teorias de Newton y de Maxwell, a su ver, fueron unificadas y superadas por la de Einstein, En todos estos casos a linea que siguié el progreso fue hacia una teoria més informativa, y, por lo tanto, Idgicamente menos probable, hacia una teoria que era més severamente testable porque hacia predicciones aue, en un sentido puramente légico, eran mas facilmente refutables. De una teoria que, de hecho, no esta refutada al someter a prusba 4 Véase especialmente et apéndice IX de mi L. Se, D. 269 ‘a las nuevas, audaces e improbables predicciones que engendrz puede decirse que est corroborada por estos severos tests. A este respecto, puedo recordaros el descubrimiento de Neptuno por Galle, el des cubrimiento de las ondas electromagnéticas por Hertz, las observaciones hechas por Eddington del eclipse de 1919, la interpretacién de Elsasser de los miximos de Davisson como franjas de interferencia de ondas de Broglie y las observaciones de Powell de los primeros mesones de Yukawa, Todos esos descubrimientos representan corroboraciones por zssts severos, por predicciones que eran sumamente improbsbles a la luz del conocimiento anterior (anterior a la teorfa testada y corroborada). También se han’ hecho importantes descubrimientos en e} proceso de testar una teoria, aunque éstos no condujeran a su corroboracién sino a su refutacién, Un caso reciente e importante es el de la refuracion de la paridad. Pero los clisicos experimentos de Lavoisier, que mues- tran la disminucién del volumen de aire mientras una vela arde en un espacio cerrado, 0 que aumenta el peso de las limaduras de hierro en ignicién, no alirman la teoria de Ja combustién que atrihuve ésta al oxigeno, pero refutan la teoria del flogisto. Lavoisier pensd cuidadosamente sus experimentos, pero hasta los Hamados, “descubrimientos debidos al azar” tienen la misma estructura légica. Pues estos “descubrimientos debidos al azar” son, por lo gencral, refutaciones de teorfas defendidas consciente 0 inconscientement + se los hace cuando algunas de nuestras expectativas (hasacas en esas. veo rias) se ven inesperadamente frustradas. Asi, 12 propiedad e-talf-ica del mercurio fue descubierta cuando se encontré accidentalmente que, en presencia de ese elemento, se habia acelerado una veaccién qztmica a la que no se suponia influida por el mercurio. Pero ni tos descu- brimientos de Oersted, ni los de Réntgen, ni los de Becquerel, ni los de Fleming fueron realmente accidentales, aunque tuvieran componentes accidentales: todos ellos buscaban un efecto come €] que cacontearon. Hasta podemos decir que algunos descudrimientos, como cl slescu- brimiento de América por Coldn, corroboran wna teoria (la que fire ma la esfericidad de la tierra) a la par que refuia owa (la teoria acerca del tamajio de la tierra, y con ¢ila, ta teoria acerca del casino mis directo a la India), y que fueron descubrimiensos jos a avar en fa medida en que conuasecian todas las expectativas y ao fueron tests conscientemente emprendidos para poner a prucha a les worfas que refutaban. v Fl énfasis que coloco sobre el cambic en el conocimiento cleniifico, en su desarrollo o en su caracter progresiva puede str comerasiaic, en cierta medida, con el ideal corriente de lz ciencia coms sistema Jetuc- tivo, axiomatizado. Este ideal ha dominado la episte pologfa screpea 270 Aesite Ja cosmologia platonizante de Euclides (pues creo que es esto, realmente, lo que pretendian ser los Elementos de Euclides) haste a de Newton, y aun mds alld, hasta los sistemas de Boscovic, Maxwell, Einstein, Bohr, Schrédinger y Dirac, Es una epistemologia para la cual Ja tarea y el objetivo finales de la actividad cientifica es la construccién de un sistema deductivo axiomatizado. En oposicién a esa concepcién creo que esos admirables sistemas deductivos, en su mayoria, deben ser considerados como escalones mds que como fines, como etapas importantes en nuestro canine hacia un conocimiento cientifico mas rico y més testable. Considerados como medios escalones, ciertamente son indispensa- bles, pues estamos obligados a desarrollar nuestras teorfas en la forma de sistemas deductivos, Esto es inevitable por la fuerza légica, por el mayor contenido informative, que debemos exigir a nuestras tcorfas para mejorarlas y hacerlas mis testables. Lz riquera de sus consecven- cias debe ser desplegada deductivamente; por lo general, no es posible testar una teoria si no es mediante la testacidn, una por uaa, de algunas de sus consecuencias mas remotas, esto es, consecuencits que ne es posible captar inmediatamente en una inspeccidn intuitiva. Pero no es el maravilloso despliegue deductivo del sistema Io que hace racional o empirica a una teorla, sino el hecho de que podsrnos examinarla criticamente, es decir, someterla a intentos de refutacién, inclusive tests observacionales, y el hecho de que, en ciertos casos, uma teoria puede ser capaz de resistir esas criticas y esos tests, entre ellos, tests ante los que fracasaron sus predecesores, y a veces tests mas seve- ros. La racionalidad de la ciencia reside en la eleccién racional de la nueva teorfa, mds que en el desarrollo deductive de Ia teoria. Por consiguiente, hay poco mérito en formalizar y elaborar un sis- tema deductivo no convencional més alli de las exigencias que plantea la tarea de criticar y testar una teorfa, y de compararla criticomente con sus rivales, Aunque esta comparacién critica tiene, sin dud2, algn- nos aspectos menores y convencionales, ¢s en gran parte na convencio- nal, gracias al criterio del progreso, Es este pracedimiento critice el que’ contiene tanto los elementos racionzles como los empfricas de Ia ciencia. Gontiene las elecciones, los rechazos y las decisianes que mues- tran que hemos aprendido de nuestros errores y, con ello, hemor au- mentado nuestro conocimiento cientifico, vt Sin embargo, quizds ni siquiera esta imagen de ia ciencia como pro- cedimiento cuya racionalidad consiste en el hecho de que aprendeios 5 Al adoptar esta idea he sido influite por 1 Dr. J. Agasd, owen en ena discusin sostenida en 1956 me convencié cz que la actitud de considerar los si temas deductivos acabados como un fin es un vestigio de fa larga dominacion ce las ideas newtonianas (y por ende, agregaria yo, de la tradicién plaiénica y cud dea). En la tiltima nota de este capitulo se encontrar una opinién atin ais radi- cal del Dr, Agassi. 2 de nuestros errores— es suficientemente buena. En efecto, aun puede su gerir que la ciencia progresa de teoria en teoria y que consiste en uta sucesién de sistemas deductivos cada vez mejores. Pero lo que yo quiero sugerir realmente es que debemos ver Ja ciencia como progresando dr problemas a problemas, a problemas de cteciente prolundidad. Pues una teoria cientifica —una teotia explicativa— es, en todo caso. un intento por resolver un problema cientifico, es decir, un problem concerniente al descubrimiento de una explicacién o vinculado con e.§ Sin duda, nuestras expectativas y, por consiguiente, nuestras teorias, hasta pueden preceder, histéricamente, a mnestros problemas. Pero la ciencia slo comienza con problemes. Los problemas suryen, espe- cialmente, cuando nos vemos defraudaclos en nuesiras expectativas @ cuando nuestras teorias nos enredan en dificultades, en contradiccio- nes, y éstas pueden surgir dentro de una teorfa o entre dos tearias diferentes 0 como resultado de un conflicto entre nuestras teorias y nuestras observaciones. Ademés, sdlo a wavés de un problema adquiri- mos conciencia de que estamos sosteniendo una teorfa, Es 2! problema el que nos acicatea a aprender, a hacer avanzar nuestro conovimiento, a experimentar y a observar. ‘Asi, la ciencia parte de problemas, y no de observaciones, aunque éstas pueden dar origen a un problema, especialmente si son inesperu- das, vale decir, si chocan con nuestras axpectativas o nucstras reartas La tarea consciente que se yergue ante el cientifico és siempre ls. soiu- cién de un problema a través de Ja construccién de una tearfs; por ejemplo, explicando observaciones inesperadas ¢ inexplicadss, Hero toda nueva teoria realmente valiosa plantea nuevos problemas, proble- mas de reconciliacién, problemas de cémo realizar tests observacionales nuevos y en los que anteriormente no se pensaba. Y es fecunda prin- cipalmente a través de los nuevos problemas que plantea, Podemos decir entonces que la contribucién mis perdurable al des arrollo del conocimiento cientifico que puede hacer una nueva teoria consiste en los nuevos problemas que plantea, lo que nos Hevs nucva- mente a la concepcién de la-ciencia y del deserrolle del conacimiento como partiendo de problemas y terminando siempre con ellos, proble- mas de creciente profundidad y de creciente fertilidad en la sugestin de nuevos problemas. 2 LA TEORIA DE LA VERDAD OB, CON LOS HECHOS vu Hasta ahora hemes hablado de Ja ciencia, y de su progreso y de su criterio de progreso sin haber mencionade siquiera Ia verdad. Auncjue © Comparense este parrafo y los dos siguientes con mi Poverty of historiciom, seocién 28, pigs, 121 y sigs., y los caps. I y 16 de este volumen, bas pueden contribuir mucho a aclarar la idea de progreso en la ciencia. x Al contemplar el progreso del conocimiento cientifico, muchos se han visto inducidos a afirmar que, aunque no sepamos cudn lejos 0 cudin cerca estamos de Ja verdad, tenemos }a posibilidad de acercarnos cada vez mds a la verdad y a menudo lo hacemos. Yo mismo he hecho nes semejantes en el pasado, aunque siempre con ocultos remordimicntos, No se trata de que yo crea que debamos ser exce- sivamente exigentes con respecto 2 lo que decimos: en la medida en que hablemos lo mas claramente que podamos, pero no preterdamos que nuestras afirmaciones sean mas claras de lo que son. y en la medida en que no tratemos de derivar eonsecuencias aparentemente exactas a partir de premisas dudosas 0 vagas, no hay ningtin peligro en la vagnedad ocasional 0 en expresar de vez en cuando nuestras sensaciones y nuestras impresiones intuitivas generales acerca de las cosas. Pero cuando yo escribia 0 decia que Ia ciencia se aproximaiys cada ver mas a Ja verdad o que era una mancra de aproximarse 3 Ia verdad, sentia que, en realidad, debia escribir ~Verdad” con una ‘V" maytiscula, para dejar bien en claro de que se trataba de una nocion vaga y metalisica en alto grado, « diferencia de tx “verdad” de Tarski que podemos escribir —con conciencia limpia— de la ma nera ordinaria, es decir, con mimiscula. 7 Sélo hace muy poco que me puse a reflexionar acerca de si ia idea de verdad aqui implicada era, en realidad, tan_peligrosamente vaga y metafisica, a fin de cuentas. Hallé casi inmediatamente gue no lo es, y que la aplicacién a ella de Ja idex fundamental de Tarski no presenta ninguna dificultad particular. Pues no hay razén alguna por la cual ao debamos decir que wma teoria corresponde a los hechos mejor que otra. Ustos pasos iniciales simples aclaran todo: no hay, realmente, ninguna barrera entre lo que parecia ser a primera vista la Verdad con wna “V" maydscula la verdad en el sentido de Tarski. Pero; gpodemos hablar de una correspondencia mejor? gay grades de verdad? {No es peligrosamente engaiioso hablar como si la veread. de ‘Tarski estuviera ubicada en alguna parte, en una especie de es pacio métrico 0, al menos, topoldgiro, de modo que podamos de- ~sensatamente— de dos teorfas —unz primera teorla f, y una teor‘a posterior ty— que /, ha superado a !, 0 que ha progresado més alid de t,, al aproximarse mas a la verdad que 1,7 No creo que esta manera de habiar séa engait creo simplemente que no podemos presciadir « a. Pov e! centrario, esta ides de one Quine express recelos similarer cuanto c: weiliar da ice, acereamicnto # 1a verded, Vente WV. Quine, Ward wit Obj, Mame Fark, Tish pig, 23 fexiste ed. castellana, Palabra y objeto, Harcelona, Laior, 1968] 283 mejor 0 peor aproximacién a la verdad, Pues no hay duda alguna de que podemos decir, y a menudo decimos, de una teoria f, que co rresponde mejor a los hechos o que, en la medida de nuestro cons iento, parece corresponder mejor a los hechos, que otra teoria f Daré una lista un poco asistematica de seis tipos de casos en Jos cuales podemos decir de una tcorfa /, que ha sido superada por ova 1, en el sentido de que esta iiltima —en la medida de nuestro cono- cimiento— parece corresponder a los hecho: mejor que f., en uno uw otro sentido, (1) t hace afirmaciones mas precises que t,, y estas afirmaciones mais precisas soportan la prueba de tests mas precisos. (2) f, toma en cuenta y explica mis hechos que t, (que incluind, por ejemplo, el casa anterior de que, a igualdad de otros elementos, las afismaciones de t, son mas precisas) (3), describe, o'explica, los hechos con mayor detalle que t (4) & ha resistido tests en los que t, ba fracasado, () t ha sugerido nuevos tests experimentales. en los que ne se habia pensado antes de que #, fuera concebida (y no sugerides por ¢, quizds ni siquiera aplicables a ¢,); y , ha resistido Ja prueba de e503 tests, (6) t, ha umificado o conectado dive mento desvinculados entre si. Si reflexionamos acerca de est lista, veremos aue los contetidios de ti teorfas t, y ty desempefian en ellas un importante papel. (Se recordaré que el contenido iégico de un enunciaco o una teoria a es Ia de todos los enunciados que se desprenden Jégicamente de a, mientras que he definido el contenido empirico de a come la clase de todos Jos enunciados basicos que contradicen a v.)* En nuestra lista de seis casos, el contenido empirico de ta worfa (, es mayor que ef de ¢,. Lo anterior nos sugiere la posibilidad de combinar las ideas de ver- dad y de contenido y-fundirlas en una sola: ia idea del grado de me- jor (0 peor) correspondencia con Ja verdad o de mayor (> menor) Semejanza o similitud con la verdad: 0, para war un srmino y2 mencionada antes (en contraposicién con Ja prababilidad), ta idea de (gracios de) verosimilitud. Cabe destacar que la ‘idea de que todo enunciatio o teoria no io es verdadero o falso, sino que, independientemente de sv valor de verdad, tiene un grado determinado de veresimilitud, no da origen a ninguna ldgica polivalente; es decir, . wn sistema ligico cow de dos valores de verdad, verdadero y falso; aunque algunas de ias cosas que buscan los defensores de iu ligice polivaleate parece s problemas hasta ese mo- 16 Esta definicién se jastitica Logicamente por el tecrema de que, ex. Ia mesfida ow que concieine a ta “parte empirica” det contenity lWgico, In compacuci¢n de conte nidos empiricos y contenidos iégicos siempre da ios emismon resultedos; vse jus tifica intuitivamente por la consideracién ve que wn enuntiads a dice taco ua acerca del mando de ti experiencia cuas.o avés experiencias posibles exciuye ( prohibe). Acerca de los eranciades bfsices vr n los ds volumen. 284 ceptibles de ser alcanzadas por la coria de la verosimilitud (y las teorias relacionadas con ésta a las que se alude en la seccién 8 de los Apéndices de este volumen) . xt Una vez que vi el problema, no me Mevé mucho tiempo llegar a este punto. Pero, cosa bastante extraiia, me Ievé mucho tiempo Le. gar a él y pasar a una definicién de la verosimilitud muy simple, en términos de verdad y contenido. (Podemos usar ef contenido logico © el contenido empirico, y obtener asi dos ideas de la verosimilitud estrechamente relacionadas, las cuales, sin embargo, se funden en una sola si s6lo consideramos teorias empiricas, 0 aspectos empiricos de las_teorias.) Examinemos el contenido de un emunciado a; vale decir, la chase de todas las consecuencias légicas de a. Sia es verdadera, esa cl slo con: dos verdaderos, purque |i verdad se Qarsmie siempre de una premisa a todas sus conclusiones. Pero sia es Eziso. entonces su contenido constaré siempre de conclusiones verdaderas y conclusiones falsas. (Ejemplo: “Los domingos siempre ilueve" es Iso, pero la conclusién de que el domingo pasado Hovid puede ser verdadera.) Asi, sea un enunciado verdadero 0 falso, duede haber mds verdad o menos verdad en lo que dice, segiin que st contenido cons: de un ninucro mayor 0 menor de cnuaciados verdaderos Llamemos a la clase de las consecuencias logicas de a el “contenido de verdad” de a (durante largo tiempo se ha usado intuitivaments un término alemén, “Wahrheitsgchalt” que recuerda la frase “hay algo de verdad en lo que usted dice” y Gel cual puede deciese que es una traduccion “contenido de verdad”, [“truthcontent”, en ingles); y la- memos a Ia clase de las consecuencias falsas de a (pero sdlo a elias) el “contenido de falsedad” de a. (“ablando estricamente, ef “cout nido de falsedad” no es un “contenido”, porque no contiene » na de Jas conclusiones verdaderas de los counciactos falsos que son sus elementos, pero es posible —ver los Apéndices~ celinir su medida ce yuda de dos contenidos.) Estos é'minos son precisamnente tan obje- tives como los mismos términos “verdadero”, “falso" y “contenide Ahora podemos decir: Suponiendo gue sean comparables los comemdos de verdad v fos contenidos de falsedad de dos teorias i, y ty. podemos decir que ty més semejante a la verdad 9 corresponds mejor a ‘os hecho ge sty solo si (a) el contenido de verdad, pero ro el conten t, €s mayor que el de ts (b) el contenido de fulsedad de t,, pero no su contends de verdad, es mayor que el de ty. i operamos ahora con la suposicion (uizdy fieiicia) de que €l com tenido y cl contenido de verdad de una teria soa en primp oe de-enunc u ie jalseded, ie Fei

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