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En una tarde lluviosa en Buenos Aires, el autor describe su experiencia estética bajo una luna nueva. Siente una profunda conexión con la naturaleza y su entorno, percibiendo detalles sutiles a través de todos sus sentidos. Comparte este momento íntimo con otra persona y reflexiona sobre la belleza de vivir el presente sin apego al pasado ni planes para el futuro. A través del arte de contar esta historia, busca transmitir las sensaciones vividas y aprender de la impermanencia de todas las cosas.
En una tarde lluviosa en Buenos Aires, el autor describe su experiencia estética bajo una luna nueva. Siente una profunda conexión con la naturaleza y su entorno, percibiendo detalles sutiles a través de todos sus sentidos. Comparte este momento íntimo con otra persona y reflexiona sobre la belleza de vivir el presente sin apego al pasado ni planes para el futuro. A través del arte de contar esta historia, busca transmitir las sensaciones vividas y aprender de la impermanencia de todas las cosas.
En una tarde lluviosa en Buenos Aires, el autor describe su experiencia estética bajo una luna nueva. Siente una profunda conexión con la naturaleza y su entorno, percibiendo detalles sutiles a través de todos sus sentidos. Comparte este momento íntimo con otra persona y reflexiona sobre la belleza de vivir el presente sin apego al pasado ni planes para el futuro. A través del arte de contar esta historia, busca transmitir las sensaciones vividas y aprender de la impermanencia de todas las cosas.
El da estaba nublado, con un tono gris abrazador y fro, activando la circulacin, y la
sangre recorriendo cada extremidad en un intento de mantener la temperatura y el estado de alerta. La percepcin trmica manifestndose en la piel, respondiendo tersa, firme y erizada ante las sensaciones que produca el fro de ese momento. Aunque era invisible ante mis ojos, la Luna estaba muy presente en todo, y lo poda sentir de forma muy clara. Se manifestaba de manera sutil, a travs de cada pensamiento que me diriga a sentir mi propio cuerpo, lo que se manifestaba en l a causa de lo que estaba viviendo all. Realmente senta que todo mi Ser estaba despierto y conectado a travs de los sentidos con todo lo que me rodeaba y con cada cosa que compona la situacin. No senta que algo estuviera pasando desapercibido, por el contrario, poda percibirlo todo. Oscureca Sintiendo todo, percib que el lugar me envolva y mientras me transmita, le transmita yo tambin algo a l. El agua de lluvia se haca presente, la cada, el fluir, todo decantaba cerrando un ciclo natural, marcado por un nuevo comienzo del ciclo lunar. La tierra estaba mojada, desprendiendo de ella misma una suave fragancia a naturaleza, contrastaba con el verde del csped, y me regalaba a travs de su expresin, una nitidez que me enseaba la poca claridad de mi percepcin en otros momentos. La normalidad por sobre todas las cosas era lo que representaba este lugar, lo cotidiano, la familia, la sencillez y el movimiento, no era ms que un simple hogar; una casa. La naturaleza otorgaba una atmsfera de vida, los rboles bailaban armnicos con la msica viento, las flores impartan su belleza a travs de los colores y los contrastes no dejaban de marcar su presencia en las murallas, cuyo blanco radiante era remarcado con la existencia de la oscuridad, que tambin propona un fuerte tono gris marcando que lo claro se posaba sobre lo oscuro. Corran los gatos en la sutilidad felina siendo movidos por el juego, su desplazamiento tan delicado y veloz sobre la tierra mojada, delataba lo despiertos que estaban. De noche los espacios se transformaban, mostraban otra cara, enseaban lo que en ellos reside cuando hay ausencia de luz, eso que genera la Luna Nueva en el cielo. Estructura antigua, arquitectura de las que ya no hay, un lugar construido por el tiempo, que ahora transmite las arrugas de la antigedad que lleva en sus espaldas. Marcas y sombras pintaban el retrato de un da de lluvia, dentro de lo cotidiano, en una casa familiar, viviendo en una gran ciudad, con las complejidades de la contaminacin, de los ruidos y de todo aquello que propone el vivir en este lugar. Palabras del Silencio Aunque superficialmente la soledad no estaba all, dos almas marcaban su presencia en el paisaje. Los observadores comenzaban a observarse, establecindose como conjunto de lo externo y entablando una relacin consigo mismos. Estas dos personas se invitaban a mirarse como espejos ante esa realidad. El cielo estaba de testigo y se demostraba gris ante la situacin. Dejaba caer su llanto frente a la mirada de la luna, se senta un tanto triste, algo as como un vaco angustiante debido a la tonalidad que regalaba el clima en esa instancia. Un violn manifestaba su meloda desde una casa vecina, que sin mucha complejidad de secuencias se integraba a la totalidad de ese espacio. El sol estaba del otro lado del mundo y en este mundo se reconocan muchas cosas. Toallas, prendas, y la reposadera que tantos momentos haba sostenido en este hogar. El charco en la tierra reflejaba el cielo gris, permitindole mirarse a s mismo, con el agua llenndose del cielo al mismo tiempo. Desde la sinceridad misma, las emociones empezaron a plasmarse en palabras. La expresin y la creatividad surgieron de la misma forma que surgi esta experiencia. El sentimiento corporal nunca estuvo ausente, y el cambio en la mente de alguna manera tambin se haca notar. La transmisin de los observadores hacia lo externo parte de lo interno, las palabras en silencio, la sequedad de la lluvia, lo triste de la alegra. Pareca que en algn punto todo se planteaba de una forma formal. La diversidad de puntos de vista que se pueden conseguir pedan que no se consiga nada y que se disfrute el aqu y ahora. Ir hacia algn lado para estos amantes no era una posibilidad, y como efecto de una causa, esto provocaba la total presencia fsica y mental. No haba lugar al que dirigirse, no haba planes a futuro, slo haba presente. Y aunque ahora hable en tiempo pasado, sigo sintiendo como todo esto dej un gran aprendizaje, que no puede ser retirado bajo ningn aspecto, ese estar aqu y ahora ya no puede irse. Dentro de la in-permanencia, es lo nico que logra importancia. Ya sea que tenga que sentir el cuerpo a travs de las sensaciones, o que tenga que observar mis pensamientos, hay algo que siempre permanece, y eso es el cambio. Tal como las nubes transformaban el agua en lluvia, nada es esttico, ms bien, es todo un movimiento expresivo de la naturaleza del cual soy parte, y todo lo que est vivo tambin lo es. En el intento de explicar lo vivido, voy comprendiendo que aunque lo exprese ya no hay forma de repetirlo. Esto mismo parte del aprendizaje. Que no hay forma de repetir las cosas, por ende apegarse no tiene sentido. Y por esto aprecio lo que me hace sentir el arte de esta historia narrada y no voy en busca de algo que ya viv, sino ms bien disfruto la vivencia que estoy teniendo ahora. Percibir, sentir, y procesar, la experiencia del ahora es lo que me lleva a que surja la creatividad, y as, gracias a que surge, puedo transmitirme por medio de lo que expreso, teniendo un contacto directo con lo que estoy sintiendo. Adems de sentir todo esto, tambin espero que lo externo lo pueda sentir, a donde sea que llegue. Cada sentido logra captar de una forma distinta las frecuencias diversas que componen una escena. Lo visual, de los contrastes que se hacan notar, recordndonos que no existe la luz sin ausencia de ella para contornear su brillo y resaltarlo. Lo auditivo, compuesto tanto de la expresin verbal con la que se plasma concretamente lo sentido, como de aquellos sonidos que sin ser palabras, te guan acoplndose a las sensaciones ocultas del presente. Lo tctil recordndonos un lmite corporal, una condensacin de energas que no son ms que la misma que compone a todos los seres, y que por medio de este sentido podemos llegar a conectarnos entre s, compartindonos y transmitindonos ese calor propio de un metabolismo vivo. El olfato, un sentido que percibe aquello ms sutil, y en este caso la sutilidad que brindaba el aroma de las flores que entornaban todo eso que aconteca en ese preciso lugar. El sentido de la mente, tan poderoso al querer completar por s mismo lo que no percibe de la realidad, con lo que la mente alberga en lo individual y colectivo, pensamientos positivos haciendo a la atraccin de acciones positivas, y las acciones negativas son generadas primeramente por un pensamiento lleno de negatividad, en s, la mente es como el cerebro invisible y el cerebro es como la mente visible. La conexin mente-cuerpo presente, en la que el cuerpo manifiesta lo que la mente guarda, y la mente piensa lo que el cuerpo siente. Por esto, segn lo que puedo razonar, el sentido de la mente es como un motor que impulsa a travs del pensamiento a que todo el funcionamiento del resto de los sentidos dependa de l, por el simple hecho que desde la mente podemos ordenarlos, tomando el control de ellos y encontrando una forma ms til para estas herramientas, que son las puertas sensoriales.