DISERTACION
SOBRE
ARCHIVOS,
¥ REGLAS DE 8U COORDINACION ,
utd fara todos Ces yee Ls tenon 0 manyan:
CON UN. APENDICE,
noticia original y curiosa de la estimacion que tuvo el
maravedi y otras monedas que corrieron en Castilla:
POR
@. Feccundo de Poweas Huidebre,
Revisor Io Letras autiquas por 8. MW., Sudividue de ba
Reah Srcadowia Ie bx Sistoria, y Sorébicers do fa Sus-
peocion gonoral De Swuteuccion publica ef Reyuo.
Mapriw: 1830.
Smprentar Yo D. Lisp couarita,
PLAZUELA DE CRLENQUE,c. Noth
Manus et nuntianmus rege, ul vecendeas
we lr hitoriarum frtrumn luorunn, eb
srwenses soroplum wn commentariid.
Esdr. I cap. IV, v. 14 et 15,PROLOGO.
No hay cosa que mas deba de llamar nues-
tra atencion que el cuidado de los Archivos,
como que en ellos se conservan las propieda-.
des y titulos, por los cuales cada uno ha pro-
curado elevarse al grado de distincion 4 que
le. han hecho acreedor sus servicios. Sin ellos
casi nada tendriamos de cierto y seguro, por-:
que olvidada la memoria de las cosas, por mas
que nuestra razon quisiese guardar el equili-
brio de ellas, nos las disputariamos con mas
6.menos fundamentos, y obscurecida la equi-
dad desapareceria la justicia, y vendriamos &
parar en un cahos que por ulumo sumergiria
nuestra existencia. De aqui pues deduciremos
cual es el respeto y veneracion que se mere-
cen aquellos depésitos de nuestras operaciones,
y de tantos y tan diferentes sucesos, como han
ocurrido, desde que el Criador Supremo edi-
ficé esta manswn de los mortales. Es cierto que
el tiempo todo lo consume: se mudan los go-
biernos , las dinastias , los imperios , desapa-
recen poblaciones enteras, y por ultimo desa-[4]
parece todo en lo terreno cuando con la muer-
te dejamos de existir, y pasamos al mundo
eterno de la verdad, en que los justos han de
descansar para siempre. Asi tambien desapa-
recieron los Archivos, y tuvieron, como las de-
mas cosas, la misma alternativa en la anti-
guedad ; pero les sustituyeron otros (t), y mien-
tras vivimos con los hombres , tenemos preci-
sion de conservarnos las relaciones, siendo ellas
las que dan materia al objeto de su cuidado, y
ad que las reservemos y guardemos eon tanta
mas diligencia, cuanto el espiritu humano cono-
ce el grande interés que de ello le resulta. Mas
¢de qué sirve toda esta diligencia? ¢ De qué sir-
ve que en efecto tengamos los Archivos con tan
laudable. fin, sino los tenemos en érden-y sa-
bemos lo que hay en ellos, dénde, y en qué si-
tio se encuentra lo que necesitamos? ¢ De qué
serviria el reino vegetal sin quimicos que die-
, sen aplicacion & los simples de.que.se compone?
Muchos aiios de practica en aquella ocupacion
nos ha hecho ver tan general descuido, y nos
ha movido & trabajar la presente Disertacion,
para que no desmayen sus duetios y poseedo-
(1) Esdras combustam & Caldas in Archivis Templi res-
tituit legem, nempe qui eodem spiritu, quo antea scriptaerat,
Plenius fuit. Div. August. lib. 2. cap. 33:(5)
res, de que por ser ya tan crecidos algunos, y
tan desconcertados otros, no puedan tener re-
medio, y esperanza de verlos ordenados, yen
estado de dar todas las noticias y utilidades de
que son susceptibles.
Y como sean tan pocas las luces que en
esta materia hayamos podido adquirir, tenien-
do que suplir con la esperiencia lo que no he-
mos hallado en autor alguno, creemos hacer-
nos disculpables al Publico, si ya en la forma,
6d en nuestro lenguage, dirigido mas d la sen-
cilla esplicacion de las ideas, que d la hermo-
sura y brillantez del estilo, tiene como no pue-
de menos mucho que disimular.
El plan que nos hemos propuesto ha sido
dar una idea rdpida de los primeros siglos, yx
de la Historia; presentar et origen de la escri-
tura y de los Archivos en general, y luego en
particular de Espana ; las cualidades que de-
ben de concurrir en los Archiveros; y por ulti-
mo las reglas cémodas, faciles y claras de coor-
dinacion , aplicables & todos los Archivos en
general, con las cuales esperamos , que no so-
Jo los que estan dedicados & este género de ocu-
pacion y trabajo, sino todas las demas perso-
nas que los tienen 6 manejan, encontrardn
allanado elcamino parapor st mismos ejecutar
Jas obras que necesiten, supuesto el conocimien-[6]
to de documentos que contengan. Si asi lo lo-
gramos nos daremos el parabien , y nos congra-
tularemos de haber tenido la dulce satisfaccion
de ser en algo utiles a Piblico.INTRODUCCION.
E, todos tiempos la insana filosofia ha trata-
do de combatir 4 la misma claridad del dia, pa-
ra.alucinar y ‘sacar frutos aun de las cosas que
parecian de menos importancia; pero la tra-
dicion y el cuidado de los hombres en trans-
mitirse de padres 4 hijos una clara razon, y los
testimonios en su apoyo, son rivales 4 que nun-
ca pudo superar, ni superara jamas , 4 no lo-
grar la estincion del universo y con ella nue-
vas generaciones creadas 4 su placer , y edu-
cadas con sus doctrinas, y esto 4 su pesar no
puede verificarse. Al crear Dios al hombre 4 su
imagen y semejanza, le did una superioridad
de sentidos y facultades sobre los demas ani-
males, y con ella el de la razon, que le ayuda
4 conocer y distinguir lo bueno de lo malo. La
codicia y el deseo de poseer cooperaron 4 cor-
romper sus virtudes naturales , y de aqui en
parte nuestras desdichas y nuestras incomo-
didades. Los hombres perdieron los diques de
aquella clara razon, perdieron la idea y el co-
nocimiento de la verdadera divinidad, y se
estrellaron en la idolatria. Cada cual queria de-
fender con las leyes que mas acomodaban 48
sus intentos, la oe de sus caprichos, y
usaban de la fuerza so color de religion , tal
cual falsamente la conocian, ulegando sus pre-
ceptos y misterios. En esta obstinacion envia
Dios los castigos 4 su soberbia; pero nada les
aplaca, nada les convence: los vicios y las pa-
siones les dominan, desprecian las profecias,
tienen por apdcrifas las tablas de la ley escri-
ta, y se ve obligado 4 manifestarlas en toda la
redondez del globo, por medio del Mesias pro-
metido, Jésucristo, su unico hijo, que habia de
redimirnos, predicando por si y sus Apésto-
les la verdadera doctrina evangélica, que sub-
siste, y permanecera entre los verdaderos cre-
yentes, justos y santos de la tierra.
‘Aunque esta breve llamada sobre los prime-
ros siglos, parece fuera de propdsito en la ma-
teria, que nos hemos propuesto tratar, no lo
es, en razon de que la maledicencia dirige siem-
pre sus diatribas contra lo que es bueno y ar-
reglado 4 sana ldgica; y la falsa filosofia , sos-
teniendo aquella misma incredulidad, ha ten-
dido y tiende sus miras en persecucion de to-
do escrito, de todo papel, y por clara conse-
cuencia de todo depésito, donde hayan podido
conservarse estos, procurando desacreditartes,
y reducirles 4 la menas posible fe, como que
ellos son las arcas de las verdades ‘incontras-[9]
tables, 4 caya muralla nunca pueden traspasar
sus sofismas, ni por consiguiente anonadar, co-
mo quisieran, aquellos testigos instrumentales
que conservan el derecho de gentes, y son el
alma de toda vida social. Asi que nos sera dis-
pensada esta introduccion para entrar en los
pormenores de nuestro tratado, y manifestar
hasta qué punto llegé la diligencia del hombre,
para precaver 4 la posteridad de los tiros de la
malignidad, y darla luces y camino 4 su defen-
sa, ilustracion y conservacion por medio de la
escritura; y para ello daremos principio hablan-
do aunque concisamente del origen de esta , co-
mo que es la que constituye la materia sobre
que versan los Archivos, valiéndonos para ello
de las opiniones mejor recibidas de los sabios,
CAPITULO PRIMERO.
ORIGEN Y ANTIGUEDAD DE LA ESCRITURA,
§. 1°
De la Geroglifica.
Lis hombres diseminados y divididos en fa-
milias se camunicaban sus pensamientos por
medio dela palabra; pero la necesidad de recor-
dar ciertos hechos, el descubrimiento de al-
a[10]
gunas artes utiles, y las virtudes de los gran-
des héroes, que querian recordar 4 sus descen-
dientes , para modelo y ejemplo, les pusieron en
precision de inventar el arte de trasmitirse las
ideas. En las maderas , en las lapidas y en los
metales trazaron algunos signos de conven-
cion, 6 que representaban emblematicamente
la cosa que querian perpetuar; y asi puede Ila-
marse con propiedad escritura del pensamien-
to, bien diferente de la del sentido, 6 alfabéti-
ca, porque esta se pronuncia, y aquella no tie-
ne necesidad de articulacion.
Con la escritura del pensamiento se significa-
ba una totalidad de cosas, una accion , un su-
ceso con todas sus circunstancias , y algunas
veces, por medio de ciertas variaciones, el jui-
cio que debia formarse de ellas, y se distin-
guia de cinco diferentes modos : uno era ge-
roglifico representativo : si se queria hacer con-
cebir la idea de una montatia’, de un rio, de
un arbol, etc. , se pintaban estos objetos. Otro
geroglifico imitativo: asi que un circulo signi-
ficaba el Sol, el medio circulo la Luna etc. Otro
geroglifico caracteristico ; y asi et Hipopotamo
significaba la impudencia y la crueldad: el cuar-
to era simbdlico y emblemiatico 6 alegérico; de
manera, que el sol anunciaba la divinidad, un
ojo un monarca, un insecto volatil (animal que(rt)
entonces se creia sin boca) representaba una
persona iniciada en los misterios , y obligada al
secreto: ultimamente , el quinto era puramen-
te enigmatico.
§. 2.°
De la alfabética.
La dificultad que resultaba para manifes-
tar multitud de pensamientos intelectuales y
metafisicos , fue causa de la invencion de la es-
critura alfabética, reducida 4 pocos signos de
convencion , por medio de los cuales se daban
4 conocer los conceptos, segun su posicion y
combinacion. Tal fue la marcha gradual del es-
piritu humano en la invencion de la escritura,
_sin que en cuanto al pueblo 4 quien pertene-
ce la primacia, esté todavia definitivamente de-
cidido y aclarado.
Los caldeos, los egipcios, y los samaritanos
6 fenicios , son unicamente entre quienes se dis-
puta la antigiiedad. Varios autores (1), y entre
ellos Plinio, Ciceron, Jamblico, Tertuliano, Plu-
tarco, Diodoro y otros, quieren dar esta glo-
ria al Egipto, atribuyendo la invencion de las
letras al famoso Taaut, pero no declaran ter-
(1) Plinio, Hist, nat. lib. 7. ¢. 56. Cic, lib, 3. De nat,
Deorum. Plut. lib, 20. ¢. 3. Diod. /ib, 2. :(12)
minantemente si estas letras eran geroglificas,
6 epistolograficas. El primero y el ultimo se in-
clinan 4 creer que realmente la invencion se
debe 4 los fenicios, Buxtorff(1), Conringio, Span-
hemio, Meier, Morin, y Bourguet, sabio protes-
tante , se declararon abiertamente por los cal-
deos, haciendo 4 esta lengua como la primor-
dial de donde salen todas las demas; pero sus
argumentos no estan fundados sino en pura
conveniencia y probabilidades, y lo que en-
teramente los destruye es, que no es posible
hacer derivar de ellas las letras griegas, prime-
ras que dicen introducidas en Europa, al paso
que pueden nacer manifiestamente de los feni-
cios, pues no se pueden producir caracteres
caldaicos que no sean posteriores 4 uno 6 dos
millares de aiios 4 los mas antiguos monumen-
tos de los griegos, de que hay noticia.
De consiguiente todo depone esclusivamen-
te en favor de los fenicios. Por la Fenicia no so-
lamente se entendian las ciudades y pueblos de
la costa maritima de la Palestina, sino la Ju-
dea y los paises de los cananeos y de los he-
breos. Herodoto (2) designaba evidentemente
por fenicios 4 los hebreos 6 judios, pues que
1) Buxtorff, Dissert. de Litteris hebraic. §. 2.
2) Herodoto, did. 2, col, 104. y Nasarre, prologo é
Rodriguez , p. 9.[33]
segun él los fenicios se circuncidaban , al paso
que los tirios , los sidonios etc. no estaban en
este uso. Por escritura fenicia, dice, se enten-
dia la samaritana, 6 lo que es lo mismo el an-
tiguo hebreo, diferente del cuadrado 6 caldai-
co, que. es el moderno que los judios adop-
taron despues de: la cautividad de Babilonia,
segun la opinion de San Gerdnimo , San Ire-
neo, y San Clemente de Alejandria (1).
Son muchos los que adjudican la mayor
antigiiedad 4 la escritura samaritana, apoya-
dos en los autores antiguos, y en la analogfa
de sus caracteres con los griegos; circunstan-
cia necesaria para obtener aquella gloria, pues-
to que los ultimos se pierden en la obscuridad
de los tiempos, y sin embargo no fueron ellos
los inventores.
Calmet, Legipont ySchuckford (2) deciden,
que los griegos son: deudores de las letras 4 los
egipcios , segun la doctrina de Vosio ; pero es
solo por la razon de que Cadmo era de origen
egipcio aunque nacido en Fenicia, donde ‘apren-
di las letras que comunicé 4 los griegos; y ha-
(1) Dissert, 2. de proestantia et usu numism. antiq. t. 1.
P79
0) Calmet, Dissert. t. x. p. 24. Legipont, Dissert. Phi-
logico-bibliograph. §. 4. n. g. 10. p. 114. Schuckford, Hist.
mun, lib. 4. p. 222.[14
biéndose dicho que ae se entendian.
los hebreos , se concluye que los griegos deben-
el origen de su escritura-4 los caracteres sa-
maritanos 6 fenicios (1).
Los pelagios (primer pueblo de la Grecia),
sea por la navegacion, 6 por las colonias grie-
gas que pasaron 4 Italia, fueron los primeros
que Levaron su forma de escribir 4 los etrus-
cos ; y asi, despues de ilustrada su literatura, se
vid que de diez y ocho letras de que se compo-
nia su alfabeto, ocho eran exactamente seme-
jantes en todo 4 los caracteres samaritanos, y
seis igualmente, 4 muy corta diferencia; de lo
cual se concluye tambien que los griegos: tra-
jeron 4 Europa sus caracteres , y que estos los
tomaron de los fenicios , segun las investigacio-
nes que han hecho los sabios de primer érden
para aclararnos esta materia, que raya en la
mas remota obscuridad de los tiempos.
Sin embargo pues de estas opiniones, el Es-
celentisimo Sefior Don Juan Bautista de Erro
y Azpiroz (2), hoy Consejero de Estado, quiso
descubrirnos con su natural afluencia este se-
creto, que hasta ahora nadie pudo apurar , de-
clarando por lengua primitiva la euscarana , y
2) Alfabeto de la lengua + primitiva de Espajia, publi-
8 Torio, Arte de escribir, c. 1. p. 18.
cado en 1806.[15]
ptobando con alguna congruencia que de ella
toman.su orfgen las demas conocidas , y de
consiguiente, que el alfabeto celtibérico es el
que debe considerarse de mayor antigiiedad ,
propio y peculiar de los espaiioles, al cual, y 4
la modulacion de sus caracteres , dice, se ajus-
ta, y no 4 otra, la lengua euscara.
Nosotros solo podremos decir , que los ca-
racteres de las medallas que tenemos por celti-
béricas, ni son samaritanos, ni fenicios, ni grie-
gos; y si su lectura se acomoda 4 la lengua
euscara (que no conocemos) desde luego le
seremos deudores de tan feliz como util des-
cubrimiento. No asi convendremos en que los
espafioles fuesen tan estdlidos entonces, como
nos los pintan varios historiadores, puesto que
el hermoso troquel de aquellas medallas en na-
da cede al de los romanos, 4 quienes se atri-
buye.la perfeccion del arte de batir la moneda.
Pero sea de esto lo que quiera (1), los hom-
bres hablaron esta u otra lengua, los hombres
escribieron en estos 6 aquellos caracteres (so-
bre cuyas reflexiones y'disputas dejamos 4 ca-
da uno de sus autores en el lugar que la re-
(t) En esta materia debemos de recomendar la Paleo-
grafia de Terreros , respecto de nuestros Archivos, en
cuanto 4 la division de épocas que hace de nuestra lengua
y escritura,[16]
publica de las letras quiera colocarlos), y ellos
son los que constituyen la materia de los Ar-
chivos , tal cual sea la antigiiedad que nos ha-
ya quedado.
CAPITULO SEGUNDO.
ORIGEN Y ANTIGUEDAD DE LOS ARCHIVOS.
§. 1.2
Nombres que tuvieron.
Bajo del nombre de Archivos se entendian,
asi los titulos originales, como el lugar don-
de se custodiaban; pero la idea mas comun y
ordinaria es de esta ultima significacion.
‘Considerados bajo de este punto de vista
recibieron de los griegos y de los latinos mu-
chas denominaciones diferentes. Los primeros
los llamaron archeyos, cartophilacios ete. y los
ultimos tabularium, chartularium, chartarium,
graphiarium, scrinium, camera, armarium, ar-
chivum etc. En la baja latinidad se did igual-
mente este titulo 4 los depésitos de las cartas
y 4 los tesoros de las reliquias, porque ocu-
paban el mismo lugar.(17)
§. 2.° :
Archivos de los israelitas, griegos, y romanos.
No es facil fijar la época de los primeros
Archivos, por la misma dificultad que ocurre.
de la materia, es decir, de los escritos, que es
lo que les constituye; pero no puede dudarse
que sube 4 la mayor antigiiedad , y que en to-
dos tiempos se merecieron grande respeto y ve-
neracion. Los israelitas (1) jamas osaron profa<
nar el arca del Tabernaculo y del Templo, co-
mo_santuarios de la divinidad donde se depo-
sitaban sus leyes civiles, y los pactos de los ciu-
dadanos. Igualmente en el templo de Delos (2),
de Minerva en Atenas, de Apolon, de Vesta,
y del Capitolio en Roma, conservaron los grie-
gos y romanos (escrupulosos observadores de
su religion ) los tratados de paz, los limites de
los imperios , las alianzas y anales de su re-
publica, los titulos de sus riquezas, y todas las
demas actas que miraban al reposo , tranquili-
dad y fortuna de sus compatriotas. Ademas to-
das las oficinas y tribunales de la administra-
cion y del imperio tenian sus archivos sepa-
1) I. Reg. 10. 25. Esdr. 7. 5.
1) Wencker, Collect. Archiv. p. 5. Mem. a "Acad.
des Inscript. t. 8. p. 260, 3 ;[18
rados, cuyo depésito ae en uno de los tem-
plos de la ciudad.
La revolucion. ocasionada por Cesar en la re
publica ningun cambio originé en esta parte
de la administracion, y los Emperadores roma-
nos (1) se reservaron el derecho de tener en su
palacio los archivos anejos 4 su dignidad, los
cuales se Ilamaban Sacra Scrinia: Para evitar
su confusion .estaban divididos en cuatro es-
pecies de departamentos, que contenian otras
tantas clases de documentos, 4 saber: memo-
riales, cartas, libelos , y disposiciones 6 conce-
siones, 4 los que comunmente se daba el nom-
bre de diplomas.
La religion cristiana de consiguiente tam-
Poco alteré sus usos politicos; cada villa, cada
ciudad continud haciendo en sus depésitos par-
ticulares recoleccion inmensa de documentos de
todas especies; pero las guerras, los incendios,
y mas que todo los estragos de los barbaros, y
Jas injurias del tiempo, les arruinaron, sin que
ningun escrito pueda conservarse de los cua-
tro primeros siglos.
(1) Justin, Nop. 15. c. 5, § 2[19]
§. 3.°
Archivos de Francia.
La Francia (1) desde el principio.de la Mo-
narquia vid con placer 4 sus Reyes ocuparse en
la coleccion de-cartas y diplomas, y en la am-
pliacion de los Archivos de Palacio donde ha-
bian de custodiarse ; al paso que los anteriores,
4 imitacion de los romanos, y por desgracia de
la Diplomiatica, tenian dos:clases de Archivos,
una ‘ambulante’, viatoria , que les seguia en las
jornadas para ilustracion de sus consejos., que
era la mas esencial; y otra permanente, stataria;
y asi 4la primera fue moralmente imposible li-
brarla de. las funestas.consecuencias-.de su ins-
tabilidad.
. $4 ue}
Archivos de Alemania. et
; eee eee
Los de ‘Alemania (2), formados por Egin-
bard , segun las drdenes: de Carlo-Magno, su-
frieron diferentes revoluciones , y siguieron la
misma suerte que los de Francia por haber si-
do-tambien ambulantes, y de consiguiente ape-
i: Wencker, Collect. Archiv. p. 86.
- (a Eocard. Schein. De Tad, ancly. n. 1g. p. 31.[20]
nas qued6 instrumento Le no solo de los
tiempos anteriores al’emperador Rodolpho, si-
no aun del siglo que le siguié, por lo que el
Cédigo del imperio no contenia ninguna cons-
titucion mas antigua que las de Federico III, 4
escepcion de la Bula de oro de Carlos IV; pero
despues que los Archivos del. imperio comenza-
ron 4 tomar nueva forma, y 4 conservarse con
cuidado, desde fines del siglo XV bajo Maxi-
miliano I, que erigié depdsitos permanentes en
Mayena, Viena y Spira, no ha ocurrido hecha
importante que no se encuentre inscripto y
conservado. en ellos.
g, 5.2
- Archivos eclesidsticos y seculares.
La instabilidad de los Archivos, la incur-
sion de los barbaros, y el poco cuidado de aque-
Nos 4 cuyo cargo estaba su custodia, fueron
otfos tantos ineonvenientes 4 que estuvieron es-
puestos los de los: seculares ; .al paso que Jos de
los eclesidsticos , guardaiies con-mas.diligencia,
y reservados en lo posible..de aquellas manos
devoradoras, obtuvieron siempre la superiori-
dad sobre aquellos, con la reputacion y aur
tenticidad de que gozan hasta, el dia; estando
averiguado., que desde el | principio del cristia-[ar]
nismo se: conservan en algunos puntos. retira-
dos de los lugares santos (1), y por consiguien-
te de las tentativas de sus perseguidores, las
escrituras sagradas, las actas de los martires,:
las letras apostdlicas , y las epistolas respeta-
bles de los famosos confesores los Ignacios , los
Policarpos etc. etc. (2).
Desde mediados del siglo III, en que las igle-
sias comenzaron 4 poseer bienes inmuebles, con-
servaron sus titulos de posesion y establecieron
sus. Archivos.
A principios del IV, cuando el furor de ia
revoluciones se fue apagando, y la Cruz fue
exaltada sobre la corona. de los emperadores,
se engrandecié la Iglesia, los libros y las actas.
se multiplicaron, y se nombraron conservado-
res de los Archivos con titulo de Scrinarii y de
Archivistas. Tal es el origen de los Archivos
eclesiasticos.
. Los de la Iglesia romana 4 mitad del mismo
gozaban ya de toda reputacion, bajo del cui-
dado de San Silvestre, 4. quien le estaba en-
comendado su registro (3).
(1), Erant ergo Archiva Ecclesice Romane, wr quibus as-
servabantur iene Pontsficum , maxims ae has
reticos. Mabill. De re diplom. lib. 1.
a) Ignat. Hpist. ad Philadelph. come 1 op 38. y Bf,
(3) Tillemont, t, 2, p. 406.[22
Al fin del V y ae del VI tenian ‘ex-
traordinaria reputacion por haberse multiplica-
da en ellos considerablemente los titulos, las
actas y los libros, y sé les conservaba con tan
particular escrapulo, que regularmente su guar-
da estaba al cuiidado delos mismos obispos, dan-
do por consiguiente 4 los titulos que en ellos
se hallaban depositados , un grado de autoridad
réspetable y perpétua; y tomdndo tanta pre-
éaucion contra los fraudes de toda éspecie, que
cuando estos depdsitos solo habian tenido hasta
entonces los papeles privados ‘y titulos parti-
culares, al principio del siglo VII y los siguien-
tes se depositaron’en ellos las actas publicaa
mas solemnes y de mayor consideracion.
§. 6°
Archivos mondsticos.
Los mongés desde su origen , 4 ejemplo de
los obispos (1), formaron-‘tambien sus Archivos,
en que depositaron los diplomas de su funda-
cion,, los instrumentes 6 actas de donaciones,
sus privilegios etc., y obtuvieron tal grado de
confianza , que con preferencia se llevaban 4
ellos para su custodia muchas actas publicas.
(a) Eccard, Tab, :antig. p. 31.[23]
Las escritas en papel de Egipto, tan raras co-
mo singulares, solamente se hallaron en los Ar-
chivos de las iglesias y monasterios.
Un numero prodigioso de circunstancias
contribuyé sin duda 4 ilustrar y ampliar los
Archivos monasticos. El vencedor, usando del
derecho de conquista, tenia con estos Archivos
cierto respeto, que no dispensaba 4 los de los
seculares. Los principes los preferian 4 los su-
yos propios, y hacian un aprecio tan particular
que pedian 4 los prelados que sus ultimas vo-
luntades fuesen depositadas en aquellos asilos,
que miraban como inviolables. Todos estos he-
chos y otros immumerables realzan sin duda el
brillo de los Archivos eclesidsticos y monasti-
cos, y les indemnizan de las tentativas de los
filésofos mal intencionados, que conspiran con-
tra su fe y legalidad, y de la de muchos criti-
cos modernos poco- versados en la antigiie-
dad (1).
Los Archivos eclesidsticos, dicen estos, es-
tan Uenos de falsos tttulos que los monges, .so-
bre todo, han sabido forjar. Esta imputacion
calumniosa no ha sido sino efecto del hambre
implacable de los protestantes contra‘ el estado
monastico, y sobre todo del interés que tiene su
(1) Dictionnaire raisoné de Diplomatique, Préface PQ(a4)
nueva secta en desacreditarlos monumentos de
la antigiiedad (1). Oigamos a los jurisconsultos
de mayor crédito y opinion. Los Archivos, di-~
cen, son los depésitos publicos del principe de
la reptblica y del magistrado, donde se conser-
van todos los materiales concernientes al dere-.
cho, 4.los bienes del Estado y de los particu-
lares: son los lugares privilegiados y en todos
tiempos respetados, donde se guardan las actas
y los titulos de los principes y de las ciudades al
euidado de los archivistas: las cartas, diplomas
originales, actas juridicas, memorias del Esta-
do, los anales histéricos, libros de leyes, esta-
tutos, costumbres, privilegios, titulos del dere-
cho y. pretensiones de la republica, los tratados
de alianza y de paz, las transacciones, libros de
genealogias, de empadronamientos , de censo,
de tributos, de imposiciones y de matricula de
los habitantes ; ultimamente los nombres de las
provincias, ciudades, villas y lugares del reino
etc. etc., y cuanto contienen debe de mirarse
como monumentos incorruptibles de la fe pu-
blica (2), que por si mismos prueban aun cuan-
1) Andr, Ruy. t. 2. p. 1.064. Scaliger. Epist. 348.
8 Rulger, Tract. de Comiss. c. 3. n. ult. Nic. Miller,
Tract. de Stat. c. 47. Salg. p. 3. c. 10. n. 280, et seq. Pa-
rej. t. 5. res. 2. n. 27. Gennua, de Seripe. pricat\ L 5.q. 9
per tot. Molin. t. I. col. 309. 7[25]
do se hallen despojados de la signatura del es-
cribano, 6 notario, de los testigos, y otras so-
lemnidades de un instrumento publico , mien-
tras no se pruebe contra ellos. ;Tal es el mé-
rito que dan 4 los Archivos, y tal el que les es
debido por su probabilidad y buena fe, y 4 cuyo
detrimento ciertos criticos modernos (1), mal
que les pese , nunca podran arribar!
CAPITULO TERCERO.
SINOPSIS DE LA HISTORIA PARA FIJAR LA ANTIGUE-
DAD DE LOS ARCHIVOS EN ESPANA.
Hianiendo presentado ya una idea, la mas li-
gera que nos ha sido posible, del origen de la
escritura, y de los Archivos en general, dare-
mos una ojeada sobre ja historia para fijar la
época de los nuestros en ‘particular.
§. 1.°
Pobladores de Espatia y entrada de los car-
tagineses.
Nada puede asegurarse con certeza acerca
de los primeros pobladores de Espaiia, ni de
(1) .Bérganza, Antigiiedades de Espaita, Prélogo.[26]
sus costumbres y gobierno. Unos hacen este ho-
nor 4 Tubal, otros 4 Tarsis y otros discurren
de diverso modo, En el siglo XV antes de Jesu-
cristo, dicen los. historiadores , vinieron 4 esta-
blecerse en ella varias colonias fenicias atraidas
de su buen temperamento y de sus riquezas,
habiéndola hallado ya poblada de unos hom-
bres sencillos con pocas necesidades y por con-
siguiente con pocos deseos, y contentos con los
copiosos frutos que ld naturaleza les daba es-
pontaneamente. Vinieron los rodios, los samios,
los focenses, y los cartagineses, que lograron
no solo introducirse sino dominarla ; pero la
primera guerra punica en el siglo IV antes de
la era cristiana , y las exorbitantes sumas que
exigié la prepotencia romana, les obligé 4 des-
amparar los puestos que ocupaban en la Bética,
hasta que Amilcar y sus hijos Asdrubal y Ani-
bal volvieron 4 reconquistarla.
§. 2.0
De los romanos.
Los saguntinos, los ampuritanos, y demas
pueblos originarios de Grecia, que habitaban
las costas de Cataluiia y Valencia, temiendo el
poder de los cartagineses, y no considerando-
se con fuerzas para resistir , solicitaron la alian-27]
za y proteccion de ied y esta ambiciosa re-
publica, émula de las glorias de Cartago , tomé
4 su cargo la defensa, pero no la hizo, abando-
nando 4 los espaiioles; cuya memoria en el si-
tio de la célebre Sagunto sera siempre gloriosa
en. los fastos de la historia. La noticia de tan
heréica accion conmovié al Senado, ¢é hizo. que
Cartago le diese una satisfaccion; y habiéndo-
se negado 4 ello se promovié la segunda guer-
ra punica, nombrando Roma por general del
ejército de Espafia al consul Publio Cornelio
Scipion:, quien dejé el mando 4 su hermano
Gneo Cornelio, que aportando 4 Ampurias, co-
lonia griega en Cataluiia, con todas sus legio-
nes, allano 4 los tomanos el camino para ganar-
se la amistad de la mayor parte de los catala-
nes; con la cual y la lucha continua, unas veces
vencedores y otras vencidos , se hicieron duerios
de Espaiia, espeliendo 4 los cartagineses 4 los
catorce afios de la toma de la famosa Sagunto,
quiniengos cuarenta y ocho de la fundacion de
Roma, y doscientos cuatro antes del nacimien-
ito de nuestro Redentor Jesucristo.
. Desde este tiempo hasta el afio de quinien-
tos ochenta y dos de Roma, solo pensaron los
romanos en cimentar. y sostener su conquista;
pero como los principes que gobernaban el mun-
do tenian por lo regular el brazo largo y la vista28]
corta, tratando os de estender su domi-
nacion mas alla de lo que alcanzaba aquella,
de que provino que por virtuosos y justos que
fuesen , nunca podian tener noticia cierta de
las cosas como si por si mismos las viesen;
resulté que los gobernadores que Roma en-
viaba 4 Espaiia, solo miraban sus patentes co-
mo una carta blanca para enriquecerse, ponien-
do 4 los pueblos en términos de amotinarse , y
cerrandoles al mismo tiempo el camino para que
sus clamores fuesen escuchados.
Este género de violencia puso 4 Viriato la
corona contra Roma, y correspondiendo 4 la
confianza de los espafioles hubiera para siem-
pre triunfado de ella, si estos en algunas pro-
vincias, en vez de, estarse observando ociosa-
mente los sucesos , hubiesen ayudado 4 los ge-
nerosos esfuerzos de tan valiente guerrero. Pe-
ro quedaron en Numancia otros tantos como
habitantes. Zerror imperii y la tragica catastro-
fe de esta famosa ciudad, despues de quince
meses de asedio , enmudecié profundamente a
Espafia, y toda ella sucumbié al yugo romano,
verificandose aquel oraculo divino , de que los
‘romanos se habian hecho duenos de las minas
de oro y plata espaiolas , y dominarian d.to-
da la nacion por su prudencia y tolerancia.
Habiendo tiranizado Sila 4 la republica ro-[9]
mana y desterrado 4 los parciales de Mario, bus-
cé Sertorio su seguridad en Espafia ; y no solo
la encontré, sino que espatioles y romanos, 4
competencia, se alistaron bajo de sus banderas,
seguros de encontrar en él la restitucion de su
libertad perdida , 4 no haberle matado alevo-
samenite sus dos tenientes generales Antonio y
Perpena. Esta traicion no podia mirarse con in-
diferencia, y los espaioles, que hacian la mayor
parte del ejército, indignados los abandonaren
4 su desgraciada suerte, y caidos en manos de
Pompeyo pagaron con la cabeza su misma in-
famia. Con estas vicisitudes los pueblos espa-
Holes se apresuraron 4 rendir 4 Pompeyo su
obediencia , escepto las ciudades de Osma y
Calahorra, que queriendo seguir el ejemplo de
otras, fueron tomadas por asalto, arrasadas
sus murallas, y sus habitantes pasados 4 cu-
chillo. Estos. fueron los ultimos alientos de la li-
bertad espaiiola por los aiios seiscientos ochen=
ta y une-de Roma y setenta antes.del nacimien-
to de Jesueristo.
Julio César, competidor de Pompeyo, en-
tré en ella con las armas en la mano, despues
de haberse apoderado de Roma y de toda la:
Italia; pero le duré poco, pues un puiial le qui-
té en Roma la vida hallandose en pleno senado.
Muerto Julio Cesar , Octavio su sobrino (4[30]
quien se le did el titulo de augusto) por el afio
de setecientos catorce de Roma y treinta y ocho
antes del nacimiento de Jesucristo, dividid con
Marco Antonio el imperio romano, reservando-
se la Espaiia; y 4 los cuarenta y dos aiios de su
imperio, setecientos cincuenta y dos de la fun-
dacion de Roma, nacio el Redentor del mundo,
en cumplimiento de lo que habian prometido
los santos Profetas, para nueva luz de la tier-
ra, restituyendo la justicia , aleanzando con su
muerte el perdon de los pecados, y edificando
a Dios Padre el templo santo de la Iglesia. En
este tiempo, es decir, desde que Octavio se hi-
zo enteramente duefio de la Espaiia, se did
principio 4 formar nueva época, siendo el afio
I. de Jesucristo el treinta y nueve (1) de la era
del Cesar; y asi en los cémputos de la era res-
pecto de los aiios del nacimiento , se deben
rebajar de aquella treinta y ocho completos pa-
ra reducirla 4 estos.
Sucedié una profunda y larga paz 4.las con-
tinuas guerras que fatigaron 4 Espaiia, desde
que incurrié en la inadvertencia de permitir es-
tablecerse en sus'costas 4 los cartagineses; y
aunque hubo sin embargo algunas inquietudes,
fueron efecto de quejas contra la vejacion de
(1) Kalenda, 6 Cronicon de la Santa Iglesia de Burgos.[31]
los gobernadores, que no llegaron 4 turbar
la serenidad hasta la entrada de los godos.
§. 3.2
De los godos.
~ Verificédse su entrada, segun los historiado-
res, por la debilidad del Emperador Honorio, 4
principios del siglo V, cuatrocientos un afios des-
pues del nacimiento de Jesucristo, permitiéndo-
la por todo su imperio 4 las naciones barbaras
del Norte, los suevos, los alanos, los vandalos
y los godos, que pronto estos la inundaron y
dominaron.
. Dividfase entonces la Espatia en citerior y
ulterior. La citerior comprendia toda la parte
del Norte hasta el Hebro, incluyéndose Vizca-
ya y las Asturias; y la ulterior abrazaba el res-
to, dividido en tres gobiernos, que eran la Bé-
tica, 6 Andalucia, con las dos Castillas ; la Lu-
sitania, 6 Portugal y Galicia, y los reinos de
Aragon, Valencia y Catalufa.
Ataulfo, que dié los fundamentos 4 la mo-
narquia goda, se apoderé de las provincias del
Langiiedoc, Gascufia y Aragon, mientras los
romanos mantenian 4 Castilla la nueva y otras
poblaciones ; pero murid 4 manos de sus subdi-
tos. Electiva la corona, y asesinado tambien en
pocos dias su hijo Sigerico, recayé en Valia, y[3a]
asi siguié por varios sucesores, siendo ya los ro-
manos en el reinado de Eurico el juguete de los.
barbaros, pues en el siguiente de Alarico, en
cuatrocientos ochenta y cuatro, perdieron toda
su reputacion , el 4nimo y conquistas, en la
famosa batalla de Soisons, sefioreandose los go-
dos de toda Espaiia, cuando solo habian entra-
do como auxiliares en ella. Mas cuando acabé
de consolidarse la monarquia goda, fue cn el
reinado de Recaredo, cuya piedad, desterran-
do de. sus dominios el Arrianismo, restituyé en
un todo la religion catélica , haciendo que vol-
viesen 4 sus dominios los obispos catélicos des-
terrados, las rentas 4 las iglesias, y el antiguo
culto 4 los templos: todo lo cual se renové tam-
bien enel reinado de Sisenando, por el concilio
que. mand6 celebrar en Toledo, y de que fue
la primera junta en la iglesia de Santa Leoca-
dia en cinco de diciembre del afio seiscientos
treinta y cuatro, en el cual se dice se publicé el
libro de las leyes godas ; Ilamado vulgarmente
Fuero juzgo, atribuyendo su composicion 4 San
Isidoro, que despues se aumento segun se iban
promulgando aquellas,
§. 4.°
De los sarracenos.
Apenas Ilegé 4 ver Espaiia alguna felicidad[33]
y sosiego bajo la proteccion de tal cual princi-
pe cristiano, cuando la violencia de Rodrigo
con la hermosa Florinda ( por otro nombre la
Caba), hija del conde Don Julian, aiio de sete+
cientos once, fue causa de la inundacion de
los sarracenos, por la venganza que este quiso
tomar de aquella afrenta, que reputaba tan su-
ya como de su hija, y que por ultimo pagé
aquel desapareciendo en las ondas del rio Gua-
dalete. Este fue el ultimo rey godo ; como lo
publica el epitafio sobre su sepulcro, en Viseo
de Portugal, que dice: gut yace Rodrigo, ul-
timo rey de los godos.
g. 5.°
Prineipios de la restauracion de Espana,
Aun no habian hecho descanso los sarra-
cenos en el suelo espaiiol, cuando un Pelayo,
en el afio de setecientos catorce; el famoso rey
Pelayo volvié por la restauracion de la monar-
quia espaiiola, desde las fragosas montaiias de
Asturias y de Vizcaya, empezando por hacerse
dueiio de aquel territorio, de que nunca le pu-
dieron desalojar, y desde donde nacié la conti-
nua persecucion que tuvieron los moros en Es-
pafia hasta su total espulsion, durante los siete[34]
siglos , que despues permanecieron en ella; ha-
ciendo la corona hereditaria , que hasta enton-
ces habia sido electiva, como ya en otro lugar
dejamos dicho.
De consigwente le sucedié Fabila, y por su
corta duracion pasé 4 Hermesinda, ambos sus
hijos; y estando esta casada con Alfonso I, lla-
mado el catdlico, recayé la corona en este en et
aiio de setecientos treinta y nueve, y lo fue en
tal grado, que sin descuidarse en la persecu-
cion de tan terribles enemigos, y en tan creci-
do numero, abolié las vergonzosas leyes de
Witiza, reedificé las iglesias, puso prelados de
virtud y celo en ellas, y restituyé al culto di-
vino su antigua magestad en los templos, vien-
do renovado el semblante de sus estados, y sus
vasallos dispuestos 4 preferir la muerte antes
que sucumbir al yugo mahometano (1).
Hemos dado 4 nuestros lectores estas lige-
ras lamadas sobre la historia hasta el tiem-
po en que empiezan 4 descubrirse documentos
originales en nuestros Archivos, para que por
s{ mismos puedan conjeturar la imposibilidad
de conservarse anteriores, no precisamente por-
que el tiempo haya podido consumirles, sino
porque las terribles irrupciones, comunmente
(1) Le sucedié Don Fruela, su hijo, en el afio 757.[35]
contrarias 4 la religion cristiana , que siempre
conservaron los espatioles , ya en piblico, ya
privadamente, y la persecucion 4 la Iglesia san-
ta, de que tenemos innumerables mirtires; fue-
ron otros tantos inconvenientes que lo impi-
dieron ; pues habiendo sido siempre el objeto
de aquellas , el de hacerse con nuestros inte-
reses , y mudar nuestros ritos y costumbres,
en nada podian fijar tanto sus miras, como en
arrebatarnos los titulos de las propiedades, pa-
ra lograr la confusion, y ‘los monumentos en
que aquellos estaban esmaltados, privando 4 la
posteridad del conocimiento de sus antepasa-
dos, y formando nuevas ‘leyes acomodadas 4
sus conquistas y usurpaciones. ;Tal es el de-
signio que se proponen siempre los que con
las armas 6 con la sedicion quieren apoderar-
se de los corazones de las hombres! En esta su-
posicion, pues, entraremos 4 dar idea de la an-
tigiedad de los Archivos en Espaiia, y de sus
vicisitudes.[36]
CAPITULO CUARTO.
ORIGEN Y ANTIGUEDAD DE LOS ARCHIVOS EN
ESPANA.
§. 1.°
Archivos piblicos eclesidsticos y seculares.
L. antigiiedad de los Archivos en Espatia sus-
tancialmente parece debe fijarse desde el tiem-
po en que se encuetitran documentos originales
en ellos. El sefior Huerta y Vega en sus Anales
de Galicia (1), y el P. M. Berganza (a), célebre
investigador de la nuestra , nos presentan ya
documentos del tiempo del rey Don Pelayo, y
Don Fruela (arios 736 y 759), que parece se
conservan en los Archivos de Santillana, y San
Millan de ta Cogulla; y esta es la época que
creemos debe de darse a nuestros: Archivos;
pues todo lo que contienen de anterior, tan-
to relativamente 4 libros (3), como 4 cronico-
1) Anales de Galicia. Apend. al t. 2. p. 390.
By Berganza , Antigiiedades, part. 2. Apend. p. 370. y
Merino, Paleografia, p. 82. remitiéndose 4 Garibay , que
no da bien la fecha.
(3) Sin que sea nuestro dnimo comprender en esta re-
gla general los de la Biblioteca escurialense del siglo VI[37]
nes, son copias hechas posteriormente , que
aunque dignas de toda fe yj veneracion, no nos
dan sino idea de que existieron sus originales,
pero que 6 perecieron 4 manos de los barbaros,
6 fueron trasladados 4 sitios lejanos, de que
no hemos vuelto 4 tener noticia. Nosotros por
nuestra parte no podemos conceder otra, y es-
to bajo la fe de autores tan respetables; pues
los mas antiguos que hemos registrado y leido,
son de dos siglos posteriores, es decir, delos arios
de novecientos cincuenta en adelante, en los
Archivos de Ja iglesia colegial de Covarrubias,
y de la santa iglesia de Burgos.
De aqui se infiere , que asi como en todas
partes los archivos eclesiasticos fueron los mas
Trespetados y mejor conservados , sucedié lo
mismo en Espaiia, ya porque, como anterior-
mente hemos manifestado , los Principes con-
quistadores los miraron como asilos inviolables,
6 porque mas diligentes y cuidadosas las perso-
nas, acuyo cargo se hallaban, trataron de ocul-
tarlos 6 trasladarlos 4 sitios donde estuviesen
libres de la rapacidad. No asi los de los secu-
lares , que unas veces siguiendo las mismas cam-
y VII, los cédices Ovetense y Complutense, ni las Biblias
de la santa Iglesia de Toledo del VIII, sobre cuya origi-
nalidad, respetamos !as opiniones de los que la han con-
sultado. :38
patias, y otras eae de sus dueiios, es-
pecialmente si como era regular comandaban
en ellas, quedaron abandonados al furor de la
guerra, de los incendios y otras vicisitudes con-
siguientes 4 ella. Por esta razon los sucesos de
la mayor antigiiedad (1), y la prueba en defen-
sa.de muchos derechos de particulares , y aun
de la misma corona, leyes , estatutos , trata-
dos etc. de aquella edad , deben de buscarse en
los archivos eclesiasticos de los territorios: res-
pectivos, es decir, en los archivos de las cole-
giatas, catedrales y comunidades ; y de ellos
ciertamente es de donde los escritores han to-
mado los materiales para ilustrar la historia, y
los demas puntos concernientes 4 la disciplina,
literatura y artes.
§. 2.°
Archivo de la Mata de Medina.
Los archivos publicos de Espafia no tu-
vieron mejor suerte que los de Francia, Ale-
mania y otras potencias, especialmente los ge-
nerales, 6 que pertenecian al gobierno. Ellos si-
guieron poco mas 6 menos la misma suerte, y
asi es que hasta el siglo XV, en que nuestros
(1) Muratori, p. 96. Histor. diplom.3
Soberanos se vieron eas de las con-
tinuas guerras para arrojar de la Peninsula 4
los sarracenos , que continuamente les molesta-
ban, desde los ultimos puntos que Ilegaron 4
poseer , no pudieron dedicarse 4 este cuidado,
que luego miraron como uno de sus principales
deberes, haciendo que todos los papeles que
pudiesen recogerse de los anteriores reinados,
se depositasen y custodiasen en sitios seguros,
que destinaron al efecto, nombrando sugetos
instruidos, y de conocida confianza, que los
ordenasen con el buen método, aseo y limpieza
que se merecian documentos de tanta utilidad
al Estado.
Los sefiores Reyes Don Juan el II y Don En-
rique IV mandaron recoger algunos en el cas-
tillo de la Mata de Medina, y en. el Alcazar de
Segovia, los cuales hicieron reconocer los sefio-
res Reyes Catdlicos Don Fernando el V y Dofia
Isabel; y en diez y seis de febrero de mil cua-
“ trocientos ochenta y cinco despacharon diferen-
tes Reales Cédulas, para que varias personas en-
tregasen los que tenian de los secretarios y mi-
nistros de los reinados antecedentes, y aun los
protocolos de los escribanos publicos y reales
de sus reinos. El sefior Emperador Carlos V
reitero las mismas ordenes , con tanto mas mo-
tivo, cuanto que por la revolucion de los que se[40]
Namaron comuneros (cuyo furor se convirtié
en quemar cuantos papeles cayeron en sus ma-
nos de la Corona), se habian estraido y escon-
dido muchos , por el celo de los que seguian al
Real servicio; todos los cuales, y los que se re-
cogieron tambien de los conventos de San Beni-
to, San Pablo y Santo Domingo de Valladolid y
Burgos, se mandaron colocar en Ia fortaleza de
Simancas. El sefior Felipe II en mil quinientos
sesenta y uno erigié esta en Archivo publico,
y en mil setecientos diez y ocho, por el sefior
Felipe V , se mandaron trasladar 4 ella todos
los papeles de los Consejos y Secretarias, sien-
do el primer Archivero Don Diego de Ayala, 4
cuya aplicacion y diligencia, y la de sus hijos y
descendientes , se deben sus fundamentos, y los
primeros trabajos.
§. 3.2
De los Consejos y Tribunales superiores.
El Consejo de Castilla, tan antiguo como la
Corona (1), en que se trataban las materias de
justicia , gobierno, estado, gracia y guerra, y
que despues fue dividido en salas diferentes por
Real Cédula del sevior Felipe III. de treinta de
(1) Cantos, Dedicatoria en su Escrutinio de monedas,
§. VOL, p. rx. y sig.[41]
enero de mil seiscientos ocho , erigié tambien
su Archivo y el de la Presidencia, asi como lo
hicieron los demas Consejos , Real Patronato,
Camara, Sala de Alcaldes y demas Chancille-
rfas (1) y Audiencias del reino;.pero ni su anti-
giuiedad ni su arreglo correspondieron a lo sa-
grado de su instituto, sufriendo el publico y
la Corona los incalculables perjuicios que son
consiguientes 4 esta negligencia (2), de que ya
algunos Sefiores Ministros se quejaron, y espe-
cialmente el sefior Presidente Don Francisco de
Contreras, por representacion que hizo 4 la Ma-
gestad del seiior Felipe IV en once de enero de
mil seiscientos veinte y dos.. De esta regla de-
bemos de esceptuar el Archivo general del Con-
sejo de las Ordenes, en Santiago de Uclés (3),
que_aunque en tiempos antiguos: padecié tam-
bien descuido, no fue tanto que en el siglo XIII,
en que era muy corto el namero de sus escritu-
ras, no tuviese ya destinado 4 este fin un arma-
rio en el tesoro de la casa, é incesantemente es-
tuvo despues velando porque se restituyese 4 un
grado de claridad. A este efecto, en mil sete-
1) - Aut. 5d a.
i 1 acordado 80. t. 4. 2.
3) Noticia fave 1 Principio » resos y ultimo estado
del Archivo val de la o1 Pn de Santiago, en 1791,
Imprenta de jancha. Madrid,
6[4a]
cientos veinte y uno, comisioné la Magestad del
sefior Felipe V, como gran Maestre, por su Real
decreto de veinte y seis de febrero de dicho
afio, 4 Don Luis de Salazar y Castro, Comenda-
dor mayor de Zurita, y sugeto muy instruido
en el manejo é inteligencia de instrumeritos an-
tignos, pensionandole con diez y ocho mil rea-
les ademas de sus sueldos; pero aun no Itend los
deseos del Consejo, porque fijando sus miras
en el arreglo solo de los papeles de pruebas de
habito , 4 que le inducia su inclinacion , quedé
en lo demas en el estado que antes tenia. En el
aiio de mil setecientos cuarenta y tres ; 4 con-
secuencia de un informe de Don Bernabé de
Chaves y Porras, de la orden de Santiago , y
Capellan de honor de S. M., se intenté y pro-
movi de nuevo esta obra, que no llegé 4 tener
efecto hasta el afio de mil setecientos noventa,
reinando la Magestad del sefior Don Carlos IV,
décimo administrador perpétuo de la Orden,
siendo Prior de ella el Ilustrisimo sefior Don
Antonio de Tavira , electo obispo de Canaria;
en cuyo tiempo, y corto espacio de aiio y me-
dio, se empezé y concluyé, dejandola en el gra-
do de hermosura y perfeccion que hoy tiene.[43]
$. 4°
De Simancas.
Volviendo, pues, al Archivo de Simancas, se
cree generalmente que en él existe la mayor
antigiiedad del reino, y que como creado y es-
tablecido 4 hombros del Monarca, se halla com-
pletamente ordenado con copiosos indices , y
de manera’ que todo lo que hay en él se en-
cuentra facilmente; pero no es asi, pues 4 pésar
de la grande diligencia de Don Diego de Ayala,
que , como dejamos dicho, le dié la primera
planta, y de sus hijos y descendientes , que
educados en él la siguieron escrupulosa y cui-
dadosamente , 4 pesar de la comision que en
dos de julio de seiscientos veinte y cuatro se
did 4 Don Francisco de Oyos , para la formacion
de ciertos inventarios, y del tino y pericia con
que ultimamente ha dirigido y sigue sus traba-
jos el Doctor Don Tomas Gonzalez, Presbitero
Maestre-escuela de la Santa Iglesia de Plasencia
(hoy Juez auditor de la Rota) por comision de
S. M., cuyos conocimientos y literatura no ne-
cesitan de nuestro elogio por tenerles suficien-
temente acreditados , no pudieron, ni este pue-
de arribar 4 ponerte en.el grado de perfeccion
que requiere tan grandioso como util estable-(44
cimiento; porque asi bai un suntuoso palacio,
un magnifico templo , no puede construirse si-
no con suficiente numero de oficiales y opera-
rios, y los debidos materiales y utiles al inten-
to, asi el Archivo de Simancas, voluminoso por
el crecido numero de papeles de tantas y tan di-
versas clases, aumentado a proporcion de las
remesas que continuamente se le estan hacien-
do , no puede jamas verse concluido- y arregla-
do. por falta de manos. subalternas (1) y medios
que ayuden los trabajos ; sin cuyos. resortes
ninguna empresa de esta naturaleza puede lle-
gar 4 producir las utilidades de que es suscep-
tible, 4 manera de un hermoso edificio , que
por no estar bien distribuido y adornado ni
presta el fruto que aparenta, y causa -pesar en:
lugar de deleite 4 los ojos que le miran con in-
teligencia. Por otra parte no contiene tampoco
la mayor antigiiedad , pues diseminados todavia
multitud de papeles y documentos en. archivos:
y depésitos particulares , especialmente en los
de comunidades y catedrales , donde en su ori-
gen se pusieron 4 beneficio de la’ conservacion,
aunque realmente correspondientes al Estado,.:
carece de ellos esta clave preciosa, siendo aca-:
(t) -Nemo maghas res sine hominum auxilie, atque ad-
Jutorio officere potest.-Cic.45)
so el origen y oo sobre que estan fun-
dados algunos derechos del Trono y de multi-
tud de particulares , y cuya noticia olvidada y
oscurecida, 6 da armas 4 los antagonistas de la
antigiiedad para dudar de la verdad de ciertos
hechos, 6 por lo menos hace en ellos balancear
esta misma verdad con la presuntiva de una
usurpacion que figuran, y que en otro caso
nunca podrian sostener. El viage de Archi-
vos (1) para la Coleccion diplomatica de Espa-
ia, que en mil setecientes noventa y cinco pro-
yecté Don Manuel de Abella, y para el que fue
comisionado por Real cédula de la Magestad del
setior Don Carlos IV, de once de agosto del
mismo , hubiera ocurrido grandiosamente 4 es-
tos inconvenientes; pero las ocurrencias politi-
cas de aquel reinado impidieron sin dada lle-
varle 4 efecto, sin que nos quede la esperanza
de que llegue 4 verificarse , ya por lo vasto del
plan, y porque el erario no puede acudir 4 estas
y.otros gastos que no se consideran como de
primera necesidad, por buenas que sean las in-
tenciones y deseos del actual Monarea que nos
gobierna , y de los dignos ministros 4 cuyo
cargo esta el régimen y direccion de los dife-
rentes ramos del Estado.
(1)__Noticia y plan de un viage para formar la Colec-
cion diplomaitiea > a 1795. Imprenta Real.[46]
Sin embargo, no fue este el primer proyec-
to de semejante obra. Los benedictinos de San
Pedro de Cardefia la intentaron en mil sete-
cientos setenta y siete (1), y hemos visto dife-
rentes cuadernos en su prosecucion, cuando
con motivo de la ultima guerra de la indepen-
dencia se les desposeyé de sus bienes, y pasa-
ron al crédito publico ; y sera ciertamente . las-
timoso que estos trabajos hayan desaparecido,
6.no se hayan devuelto al Monasterio con los
demas libros y papeles de su pertenencia, en-
tre los cuales los divisamos casualmente en la
caja 6 comision de Consolidacion de la ciudad
de Burgos; ‘pues es bien cierto, que fuera de
las. manos de aquella congregacion de varones
de retiro y sabiduria, ningun particular legara
ahacer de ellos el uso que se habian propugs-
to, en competencia de la voluminosa y escogi-
da diplomAtica que en mil seteciéntos cincuen-
ta escribieron los de San Mauro de Francia, y
el respetable Mabillon en mil setecientos nue-
ve, con otros sabios del primer érden, barre-
ras incontrastables de los malos criticos , que
poco antes habian comenzado 4 minar la tran-
quilidad y reposo de todas las clases de aquel
(x) Diseiio del Discurso preliminar para la Coleccion
diplomatica, en 1777. Imprenta de Navas. Burgos.(47]
reino, hasta estallar la espantosa revolucion que
alcanzamosen nuestros dias, y cuyas fatales doc-
trinas sé han propagado por desgracia aun en
lo mas oculto del globo.
§. 5.°
De Sevilla y Barcelona.
Habiendo dicho, en obsequio de la verdad,
cuanto nos ha parecido relativamente al archi-
vo de Simancas, nos creemos dispensados de
hablar del de Barcelona, con respecto 4 la Co-
rona de Aragon, y del de Indias establecido con
posterioridad en la ciudad de Sevilla, pues 4
corta diferencia son aplicables 4 ellos las mis-
mas reflexiones ; y aunque es verdad que 4 es-
te ultimo se le did una nueva forma de claridad
por la diligencia, destreza y conocimientos.con
que ultimamente trabajé en él, por érden de la
superioridad , el sefior Don Juan Agustin Zean
Bermudez, cuya instruccion era general en to-
das materias ; y el primero se coordiné en par-
te por el maestro Fray Manuel Mariano de Ribe-
ra, mercenario, de érden de los diputados de
Catalufia, siguiendo sus archiveros (hasta el que
tiene en el dia Don Préspero Bofarrull ) tan pe-
nosos como titiles y delicados trabajos; los nue-
vos envios de papeles de las secretarias respec-48
tivas, y la falta de Pe inteligentes y en su-
ficiente numero que les ayuden, les tienen pa-
ralizados , sin que por consiguiente en muchos
afios puedan darles corrientes, y con los indi-
ces y noticias que necesitan recopilar para ha-
cerles utiles, y ponerles en estado de manifes-
tar con prontitud y seguridad el torrente de
documentos que encierran , que en este ultimo
(el de Barcelona) dan principio desde el afio de
ochocientos cuarenta y cuatro.
8. 6°
De Covarrubias.
Aun hay otro Archivo publico en Espafia,
de que ya casi nadie se acuerda, y es el que el
mismo sefior Felipe II mando erigir en la villa
de Covarrubias , distante siete leguas de Bur-
gos 4 la parte de sudeste. Este edificio, cons-
truido de nueva planta con tal util objeto, ma-
nifiesta la vigilancia y empeiio de aquel Monar-
ca en la recoleccion y cuidado de cuantos pa-
peles estaban abandonados por consecuencia de
las eontinuas guerras de los reinados anteriores.
Su fabrica es de piedra sillerfa , sus puertas y
ventanas de fierro , y sus techos de béveda, sin
que -conste de madera alguna para preservarle
del fuego. Tiene dos pisos, y sus paredes y di-[49]
visiones estan cubiertas de estanteria de yeso y
ladrillo , en que se halla colocado un nimero
prodigioso de espedientes civiles , criminales y
ejecutivos del Adelantamiento de Castilla. Los
papeles estan divididos en legajos con sus car-
petas, que indican el aiio 4 que corresporden.
Para los de cada piso hay un libro de inventario
estraordinariamente voluminoso, que apenas
los brazos de un hombre son bastante para re-
moverle, y por él se buscan los espedientes que
se necesitan. Al cuidado unicamente de los con-
cejales , cuyos oficios de republica se mudan
anualmente, unas veces en personas instrui-
das , y otras en ineptas, era consiguiente si
no su abandono total , 4 lo menos su desali-
io y poca curia en la buena conservacion; pe-
ro no puede dudarse de que hay en él papeles
de grandisima utilidad, pues prescindiendo de
los juicios que alli se encuentran controverti-
dos y fallados sobre multitud de materias de
importancia , hay muchisimos documentos en
ellos por copias testimoniadas, y aun origina-
les , que tal. vez en otra parte no pueden en-
contrarse, y de consiguiente es Archivo que me-
rece ser consultado, especialmente en aquellos
casos en que se carece de noticia para infini-
dad de pretensiones y defensa de derechos;
considerando que el territorio del Adelanta-
750
miento de Castilla a _ dilatado, y que
entre aquel crecido numero de papeles subsis-
ten muchos de muchas y diferentes clases. Es
creible que en la guerra de la independencia
padeceria estraordinariamente , porque justa-
mente el pueblo de Covarrubias fue uno de
los que sufrieron mayores estragos y persecu-
ciones ; pero el Gobierno sin embargo no debe
de perderle de vista para lo que haya quedado,
tomando, si no lo ha hecho, una noticia exac-
ta de él, y reencargando su cuidado y vigilan-
cia, 6 mand4ndole trasladar 4 Simancas , pues-
to que ya nada se lleva 4 €l de nuevo, ni ha Ile-
vado desde su creacion. :
§. 7.°
De escrituras publicas.
No se contentaron todavia nuestros Monar-
cas con aquellas disposiciones generales acerca
de los Archivos: previeron desde luego que las
escrituras piiblicas , pleitos, apeos y otros ins-
trumentos, que pasan -y se otorgan ante los es-
cribanos reales y algunos numerarios, no te-
nian un lugar fijo, estable, y de seguridad,
en perjuicio de todas las clases del Estado , que
tienen tan inmediato interés en éllos, pues que
muertos los poseedores de estos oficios pasaban51
4 sus mugeres y oe por herencia, y és-
tos los vendian 4 personas, pudiesen 6 no ejer-
cerlos, 6 4 falta de comprador los almacenaban
en sotanos & otros sitios escusados de sus ca-
sas, donde por falta de aseo se perdian , que-
dandose los interesados sin medios de defender
sus derechos y propiedades; y para ocurrir 4
estos males se dignaron por sus Reales decre-
tos mandar crear en esta Corte (1), capitales
de provincia, y pueblos de numeroso vecin-
dario, un oficio con titulo de Archivo , donde
permaneciesen en buena custodia los protoco-
los de aquellos escribanos que falleciesen , y
cuyos oficios no tuviesen un paradero fijo, nom-
brando al efecto personas que los desempeiia-
sen, y diesen las copias y testimonios que se
pidiesen. :
Estas tan sabias como benéficas disposicio-
nes no tuvieron en todas partes el debido cum-
plimiento, y de ello se han esperimentado per-
juicios incalculables, desapareciendo las matri-
ces de multitud de documentos de la mayor
consecuencia, que han originado en unos la
pérdida de sus propiedades, pasando 4 manos
que solo las gozan por el titulo de posesion,
(1) Situado en la Carrera de San Francisco, y antes
en fa Plazuela de la Lefia, que regenté Don Diego Rome-
ro y Amaya. : : .[5a]
que Ilaman inconcusa, y en otros la de su ad-
quisicion por un derecho de sangre, que ya el
tiempo ha oscurecido, haciéndoles gemir en la
miseria y en la desgracia (1).
§. 8.°
Del Escelentisimo Ayuntamiento de Madrid,
EI Archivo del Escelentisimo Ayuntamien-
to de Madrid, cuya antigiiedad de documen-
tos alcanza al afio de mil ciento veinte y dos (a),
goza tambien de la prerogativa de Archivo pi-
blico, y nadie hasta ahora ha procurado tanto
su formacion y arregla, por el espacio de mas
de dos siglos, como esta respetable corporacion,
segun lo manifiesta la multitud de espedientes '
promovidos al intento; pero podemos asegurar,
sin arriesgar nuestra proposicion , que nadie lo
ha conseguido menos. Para probar en esto su
(t) ¢Quién ira 4 buscar al Palacio, 6 Casa-Torre de
Saldaiia, cerca de Burgos, que creemos pertenece al ape-
Mido Osorio, los protocolos de escrituras piblicas de Juan
de Romarate de los afios de 1585, 87, 88, 89, 90, 91,
92, 94, 1595 y 1600: de Antonio Velez y Juan Nieto
Arévalo de 1584, 1590 y 1594: de Francisco Lainojosa
de 1619, 20, 22, 23, 24, 25, 26 y 1627; y de Martin -
de Mena de 1627, 28 y 1631? Pues alli se hallan olvida-
dos, y 4 este ejemplo otros innumerables por falta de cum-
plimiento de aquellas Reales disposiciones.
(2) Legajo x. de privilegios, n, 1.[53]
constancia y diligencia produciremos un acuer-
do (1) de quince de febrero de mil seiscientos
trece que dice asi: «Acorddse que los sefiores
«Gregorio de Usategui y Lorenzo Lopez del Cas-
ctillo hagan poner en érden los papeles del
«Archivo, como esta acordado , y los pongan
«segun y de la manera que esta el Archivo de
«Simancas; y porque el trabajo que en esto
«han de tener , ha de ser y es muy grande, y
«porque los papeles estan de manera que cuan-
«do se busca alguno no se halla, por lo cual se
«dejan de hacer muchas cosas, y esta villa
«pierde muchas preeminencias y privilegios que
«tiene, y para la canonizacion de San Isidro se
chan buscado algunos papeles, y por estar tan
«mal puestos y desparramados no se han halla-
«do, se dé 4 cada uno de los dichos Sefiores cin-
«cuenta mil maravedis , los cuales los ‘pague
«Garcia Vazquez, mayordomo de propios, y pa-
cra los dichos papeles hagan hacer los cajones
«necesarios.»
De este acuerdo claramente se deduce, que
en principios del siglo XVII estaba este Archi-
vo desarreglado. Posteriormente se hallaban en
él dos libros de indice de un Archivero llamado
Villasante , uno correspondiente 4 heredades, y
(1) Libro de acuerdos de 1613, p. 274.[54
otro 4 dehesas y prados, oes infructuosos pues
que ya no regian por la nueva forma que des-
pues se did 4 los papeles. Hallabanse tambien
varios cuadernos, que ya se han reducido 4 li-
bro, del estracto de los principales documen-
tos por sus clases, que parece formé el secreta-
tio Don Marcelino de Vergara, y que tampoco
regian por la misma razon. Hallabanse otros en
borrador (ya encuadernados hoy igualmente)
de indice de los libros de acuerdos, trabajo bien
infructuoso de los archiveros Criado y Arella-
no, y del oficial mayor Don Antonio de la Pe-
fia, que aun vive, jubilado; y ultimamente un
libro grande de marquilla titulado Inventario
de los papeles del Archivo, por Don Diego Saenz
Manso, hecho en el aiio de 1776, pero que
en la mayor parte tampoco regia por la dis-
locacion y trastorno de los legajos ; de ma-
nera, que al cabo de tantos gastos, de tan-
to celo de parte del Ayuntamiento y del Con-
sejo , que no pocas veces dicté los planes de
trabajo que deberian seguirse para su coordi-
nacion y arreglo , se encontraba en mil ocho-
cientos diez y ocho en las mayores tinieblas,
como manifiesta un informe del Procurador
Personero de diez y seis de octubre de dicho
afio, que aunque felizmente penetré las dificul-
tades , no llegé 4 ponerse en ejecucion hasta el55
doce de enero de an pene veinte y uno,
en que se vid en la gaceta el siguiente anuncio:
«Hallandose vacante la plaza de Archivero del
«Escelentisimo Ayuntamiento de esta muy he-
erdica Villa, cuya dotacion es de quince mil
«reales anuos, y deseando S. E. que la elecr
«cion recaiga en persona que reuna las circuns-
«tancias que se requieren para el desempeiio de
«esta clase de destinos, ha resuelto se saque 4
«oposicion , que se verificara por los examina-
«dores que al efecto nombre, y 4 presencia de
«una comision del mismo Ayuntamiento. Sera
«objeto del examen el conocimiento de las le-
«tras antiguas, suficiente instruccion en el idio-
«ma latino, y demas cualidades de que deben
«estar adornados los sugetos de una oficina de
«esta naturaleza. Verificada la oposicion, y vis-
«ta la censura de los examinadores en Ayunta-
«miento pleno, é informe de los individuos. de
«su seno, que presenciaran el examen, conce-
«dera la citada plaza al que resulte mas. benemé-
«rito. Los sugetos que se hallen adornados de
«las circunstancias referidas, y quieran hacer
«oposicion , podran presentar sus solicitudes en
«la secretaria de S. E. por término de dos me-
«ses contados desde la publicacion de este anun-
«cio, pues concluido se procedera 4 sefialar dia
«para el acto. Madrid 8 de enero de 18a1.>[ 56}
Esta casualidad de sacarse 4 oposicion nos
hizo pertenecer 4 él por un corto tiempo, du-
rante el cual habiamos ya restituido los traba-
jos al Arhivero Manso, es decir, habiamos pues-
to su inventario servible, y en el ser y estado *
que tenia en el aiio de mil setecientos setenta y
seis: teniamos ciento veinte y ocho volimenes
dispuestos para la nueva obra, y encuader-
nados ya veinte y tantos , relativamente 4 la
copia antigua de cédulas y provisiones Reales,
los de registros de escrituras publicas , los de
minutas y acuerdos mas antiguos, los de in-
ventarios de papeles de lus escribanias de nu-
mero de Madrid, y ultimamente un catalogo al-
fabético de todos los escribanos , que han ejer-
cido en ellas en los tres ultimos siglos, al que el
publico debe..de consultar cuando carezca de
noticia de la escribania donde se hallan los pa-
peles que necesite , con solo saber el nombre y
apellido del escribano; sin que posteriormente
podamos decir de los adelantos en esta obra,
tan util como deseada del Escelentisimo Ayun-
tamiento.
§. 9°
De Monserrate.
En el monasterio de Monserrate de esta
Corte existe tambien un Archivo que no sa-5
bemos si deberemos Pa ue entre el nu-
mero de los Archivos publicos; pero si no lo
es, tiene todas las investiduras de tal , puesto
que sino nos engafiamos disfruta de cierta pen-
sion con este titulo, y se conservan en él mu-
chos y apreciabilisimos papeles originales de
nuestros escritores. Talesson la Cronica de Don
Lucas de Tui (1); la historia de Don Rodrigo.
Sanchez; la Coleccion de privilegios de Monte-
sa, Toledo, Zamora, San Juan, Plasencia, Bur-
gos y otros, por el Conde de Mora; la de co-
dices por Don Gerénimo Zurita; las memorias
de Pellicer, y de Don Juan Lucas Cortés; las
genealogias de Don Luis de Salazar y Castro,
y otros diferentes manuscritos y papeles que
ilustran nuestra historia y son en considerable.
nimero ; pues la Coleccion del Padre Burriel se
halla en la Real Biblioteca; la de diplomas y
documentos antiguos de Don Luis Velazquez,
sesenta y siete volimenes en folio, en la Real
Academia de la Historia, y la de estractos, apun-
tamientos, y copias de Don Juan Bautista Mu-
fioz, cien volimenes, lo ignoramos. ; Ojala que
todo estuviese reunido y ordenado. en un miis-
mo lugar para el buen uso de los literatos! Pe-
(1). Chronicorum B. Isidore, et Historia Roderici Sanctits
letra G. 2. escrito en gético redondo,58
ro creemos de oe ae renovar aqui esta
noticia, para que el publico pueda tenerla pre-
sente, y. usar de ella en los casos que le sea ne-
cesaria (1). ;
CAPITULO V.
ARCHIVOS PARTICULARES.
§. 1.°
Su antigiiedad y prerogativas.
En la. clase de Archivos particulares creemos
deberse comprender los de las ciudades, villas
y lugares del reino , catedrales, colegiatas, igle-.
sias parroquiales, conventos, oficinas, tribuna-
les, asi eclesiasticos como civiles, los de la gran-
deza y titulos, y todos los que no gozan de la
prerogativa de. ser publicos. Esta seria materia
vastisima de tratar individual y minuciosamen-
te en una disertacion , cuyos limites no per-
miten tanta estension, ni nuestros medios y
noticias nos dan materiales para ello ; pero ha-
blando en general ‘diremos , que ellos , espe-
cialmente los de las ciudades y villas, catedra-
(1) Véase sobre esto la que da Doni Agustin Sales en
la censura 4 la traduccion del Legipont , por el Doctor
Don Joaquin Marin.[59]
les, colegiatas, conventos, y los de la grande-
za y titulos, contienen la mayor antigiiedad,
pues aunque algunos dan principio ya en el si-
glo XIII, en otros se remonta al siglo VIII, IX
y X, y sus documentos y diplomas indudable-
mente son de la mayor fe y legitimidad (1).
Nosotros hemos registrado y visto muchos , he-
mos hecho un largo y particular estudio en la
Paleografia y Diplomatica, tanto nacional como
estrangera; hemos andado a caza, digamoslo asi,
de algun titulo falso, mas por curiosidad que
por otra cosa; y aunque hemos hallado varios
que solo son copias, y algunas sin autorizar, po-
demos decir con verdad que 4 nuestras manos
ninguno de aquellos:ha llegado, sin que se nos
acuse de'que no los conocemos, ni sabemos dis-
tinguir , pues nos lisonjeamos de que dificil-
mente se nos podrian ocultar, cuando 4 un gol-
pede vista, y sin necesidad de leerlos, sefiala-
mos la época 4 que corresponden, y sus paises,
4 diferencia solo de medio siglo. Antiguamente
se sacaban cuatro (2), cinco 6 mas copias de
cada documento piblico , que se colocaban en
diferentes puntos, y uno de ellos principalmen-
a Nouveau traité de Diplomatique, tom. Il. p. 464.
(a) Puricell, pag. 4a9.[60]
te era enel Archivo de la Iglesia del distrito. He
aqui porque se multiplicaron estas tanto, y se
encuentran iguales en distintos Archivos; pero
ellas son copias fieles contemporaneas 4 los ori-
‘ginales, y no pueden menos de probar 4 falta
de estos, reconocidas que sean por peritos in-
teligentes en la materia. No negarémos al mis-
mo tiempo que hubo falsarios de documen-
tos , y que contra ellos se previnieron las le-
yes; pero estos solo Ilegaron hasta cierto grado,
es decir, aumentaron , disminuyeron, y si se
quiere suplantaron algunas. cl4usulas 6 firmas,
pero raro 6 ninguno supo forjar todo un diplo-
ma, que no fuese inmediatamente distinguido &
los ojos de un regular anticuario, versado en los
caracteres intrinsecos y estrinsicos de los diplo-
mas, formulas, imprecaciones, datas y otra mul-
titud dereglas y sefiales que este arte facilita alos
que le estudian y conocen. Ademas, las mismas
leyes penales hicieron espurgar los Archivos de
cuanto pudiesen .contener de malicioso, y su-
puesto; y asi es bien cierto, que apenas hoy ha
quedado en ellos nada que pudiera participar
de este contagio, si le hubo. La falta de conoce-
dores (1) hace muchas veces desmerecer , y for-
mar criterio sobre la legitimidad mas clara y
(1) Berganza, tom. I. pag. 124. ». 71.[61]
luminosa de la antigiiedad en esta materia; pe=
ro jamas concluyen con argumentos de convic-
cion , sino con falsas suposiciones que nada sa-
tisfacen , y con las que fascinan 4 la incauta
credulidad. :
Si nos fuera dado esplayarnos en esta ma-
teria, si nos fuera dado presentar 4 los ojos del
mundo la multitud de razones y pruebas que
se nos agolpan , convenceriamos muy pronto de
estas verdades 4 los adversarios de ellas ; pero
los mas grandes sabios nos dispensan de hacer-
lo, y ellos nos garantizan y defienden de los
ataques que pudieran oponernos.
Los Archivos pues son el depésito incorrup-
tible de la fe publica, y de esta prerogativa go-
zan equitativa y simultaneamente los publicos y
los particulares; de manera, que el documen-
to 6 testimonio de él , sacado con citacion con-
traria de un Archivo particular, hace fe en igual
grado que el de un Archivo publico, porque es-
te no se diferencia de aquel en otra cosa que en
ser el uno limitado 4 su dueiio propietario, y el
otro general, en que se hallan interesados di-
versidad de individuos del Estado.
§. 2.°
Archivos de la santa Iglesia de Burgos.
El Archivo de la santa Iglesia Metropolitana[62]
de Burgos, célebre por su antigiiedad , y por el
cuidado y aseo con que le tienen aquellos pre-
bendados, nombrando para su régimen y cus-
todia dos individuos'de su seno que despachan
los negocios que en él ocurren, debe acaso con-
tarse entre los primeros de las santas iglesias de
Espatia. Esta. situado sobre la sala Capitular,
y su pavimento es igual 4 esta, con techo de
boveda, y luces al oriente y norte. Su escalera
es de,piedra que vuela por la pared de la sala
que Haman de Juan Cuchiller, inmediata 4 la
sacristia vieja, y se eleva hasta cerca del embo-
vedado. Tiene dos puertas, una de balaustre de
fierro, y otra en seguida, y casi unida, de cha-
pa claveteada, con la particularidad de que
primero se abre la segunda que la primera, y
esto por la parte interior sabiendo el secreto,
pues. por afuera no hay arbitrio 4 abrirla, por-
que solo tiene la cerradura para un pequefio
cuadro 6 visera por donde entra el brazo para
manejar el secreto; y asi es, que el que no es-
ta instruido de este ni puede encontrarle, ni de
consiguiente abrir aun cuando tenga las Ilaves,
por ignorar el modo de hacer uso de ellas. Al
medio de la puerta de bataustre, y en letras de
relieve de dos pulgadas de elevacion de carac-
ter llamado vulgarmente gético , hay un letre-
ro sabiamente aplicado al objeto que dice: Ca-[63]
merarum secessus sapientia. En la cabecera de
la pieza esta situada una hermosa cajonéria de
nogal igual 4 las que ordinariamente se usan en
las ‘sacristias , en cuyas espaciosas gabetas se
guardan los volimenes hasta el numero de se-
senta y cuatro (1). Desde esta y por los dos cos-
tados sigue la estanterfa, en qué estan coloca- _
dos los libros y registros; los que llaman redon-
dos, porque contienen todas las rentas y sus
repartimientos; los libros de valores y tazmias
de rentas decimales , sujetas al subsidio; los le-
gajos de papeles de contabilidad, y los concer-
nientes 4 la fabrica y obras-pfas de patronato
del Cabildo. La primera coordiuacion de este
Archivo se hizo por los arios de mil quinientos
cuarenta y cuatro, pues de aquel tiempo existe
un {indice general por abecedario riguroso per-
fectamente formado ; pero habiendo dejado los
papeles en legajos, conforme 4 la costumbre ge-
neral , dislocados estos con el tiempo, € inver-
tido el érden , quedé aquel sin efecto, y el Ar-
chivo en una total confusion » Segun ha sucedi-
do 4 la mayor parte de los Archivos, si los que
C-——. o
(1) Uno de ellos es el de la Kalenda 6 Cronicon +y
otro la Carta de dote y arras que dié el Cid Campeador
4 Dojia Jimena. Los demas contienen perfectamente con-
servados los diplomas mas antiguos de aquella santa Igle-
sia Catedral Metropolitana.[64]
los han manejado no han tenido ‘especial cui-
dado de conservarles en un mismo estado, es
decir, conforme ‘al indice que de ellos se for-
mé. A males tan grandes se requerian remedios
eficaces, y el Cabildo en el aio de mil setecien-
tos setenta y cuatro , aventurando todo gasto,
_. traté de ponerle. Busco persona inteligente que
le arreglase de nuevo, y con efecto la hallé en
D. Lorenzo Manuel del Cueto y Latorre, asignan-
dole un buen salario, y 4 cuatro operarios mien-
tras durase la obra; el cual la ejecuté con tal ti-
no y destreza, que en el afio de mil setecientos
setenta y ocho ya se hallaban todos los papeles
encnadernados en trescientos cuarenta y seis
cuerpos, y sus indices rigiendo exactamente, y
sin el, peligro de que en lo futuro pudiese des-
componerse. Puso veinte y cuatro tomos de in-
dice estractado de todos los documentos con
citas de ellos 4 la encuadernacion ; 4 saber, uno
para la letra A, otro para la B, tres para la C,
uno para la D E, otro para la F G, otro pa-
ra laH_ 1 J, otro para la L, tres para la M;
uno para la N O, dos para la P, uno para la Q,
otro para la R, tres para la S , uno para la T,
y tres para la V y Z: 4 cada uno de los cuales
puso tambien al principio su indice abreviado,
y en el primero la reunion de todos; de mane-
ra, que teniendo estos tomos en pieza separada[65]
(como lo estan por cualquiera acontecimiento
del Archivo) por ellos se conserva noticia y re-
gistran todos los papeles, bulas, acuerdos capi-
tulares etc. etc. que son muchos y de la mayor
antigiiedad , pues que empiezan desde el aiio de
nuevecientos setenta y dos, sin necesidad de
acudir 4 los originales mas que en casos pre-
cisos ; y el cabildo obtuvo luego Real provision
del Consejo para que estos nunca saliesen del
Archivo, sino que todo se diese por medio de
copias testimoniadas , y asi exactamente se eje-
cuta. De esta escelente obra resulta tambien la
ventaja de su facil traslacion y colocacion 4
cualquiera otro punto, sin que por ello padez-
ca el menor detrimento, ni’ puedan estropear-
se los papeles, como ordinariamente sucede
cuando estos se hallan en legajos.
§. 3.°
De su Ayuntamiento.
El de su ilustrisimo Ayuntamiento, cuyos
papeles dan principio en el atio de mil setenta
y seis, por un privilegio del Rey Don Alfonso
el VI, concediendo 4 aquella ciudad el fuero de
poblacion (1), con varias villas y términos, su-
(1) En 1561 era en sus once colaciones de 4.380 ve
inos. Escribié la historia de esta ciudad el P. Venero,
e 9[66]
frié las mismas averfas que todos los: de los
demas pueblos del reino, pues gobernados siem-
pre por concejales, unos cuidadosos, y otros
abandonados, se dejaron perder en todos tiem-
pos, y estraer muchos documentos, ya por ha-
berse quedado olvidados‘en sus casas, a donde
los llevaban para elseguimiento de algunos plei-
tos en defensa de sus derechos, 6 ya quedan-
dose en estos mismos cuando los presentaban
en los tribunales. El ayuntamiento de la ciudad
de Burgos, siendo Corregidor Andrés de Caiias,
por los afios de mil quinientos ochenta y nue-
ve, traté de coordinarle para atajar aquel des-
orden, y tener noticia de sus privilegios y pa-
peles, y con efecto. hizo formar un: libro de re-
copilacion de todos , compuesto de doscientas.
sesenta y tres paginas utiles, el cual estaba di-
vidido en veinte clases, 4 saber: Libertades, Or-
denamientos, Gobernacion, Archivo, Juzgado de
fieles, Huelgas, y Hospital del ‘Rey, Arcos, y
Castanares, Mira-flores, Miranda de Ebro, Pan-
corvo, Lara y Barbadillo , Murié, Mazuela, Pam-
pliega, Ormaza, Cortes y sus Capitulos, Privi-
legios (1), Hacienda , Palazuelos, Juarros y la,
i
y otra inedita en: dos tomnos en folio el P. Prieto, de la
orden de la Merced. : q
(2) Véase por una nota al fin la série eronoldgica
de los que tenia Burgos, y de algunos ordenamientos de
los sefiores Reyes.6:
Mata ; pero ocurrié 7 a en todos los demas
Archivos, como dejamos dicho respecto del Ca-
bildo, yy pronto quedo este libro dando solo ra-
zon de los papéles, mas sin saber en qué sitio
se hallaban. A mediados del siglo pasado sacri-
ficé de nuevo sus intereses haciendo una nueva
coordinacion , y formando otro libro; pero co-
moel mal no se corté en su origen, volvié a criar
raices, y estas produjeron el mismo fruto; es de-
cir, que involucrados de nuevo los papeles, de
nuevo el nuevo libro quedé sin los efectos que
debia de producir ; y aunque en mil ochocien-
tos diez y ocho volvié 4 tratar de su remedio,
como este no fue tampoco radical, no causé el
fin que el Ayuntamiento deseaba; y hé aqui 4,
Burgos, y con ella todas las corporaciones mu-
nicipales, haciendo gastos duplicados en sus Ar-
chivos, sin poder llegar nunca 4 verles en esta-
do de érden, de permanencia y de seguridad.
Por otra parte los Secretarios de log Ayunta-
mientos han aumentado en gran parte estos ma-
les, pues no habiendo cuidado cada aiio de po-
ner indice alfabético 4 los libras de actas capi-
tulares, se encuentran los Ayuntamientos con
tantos libros cuantos aiios llevan trascurridos (1),
(x) Los del Ayuntamiento de Burgos comienzan des-
de el afio de 1361, yen el de 1578 habia ya 107 li-
bros de acuerdo. : :[68]
sin que puedan buscar en ellos cosa ninguna,
sin antecedentes, y lo mismo que si el Ayunta-
miento empezase de nuevo en todos los nego-
cios del comun 4 quien representa: no asi los ca~
bildos catedrales, que, mas prevenidos, y mas
cautos, registran alfabéticamente todos sus acuer-
dos para no discreparse de las sendas de sus an-
tepasados en el sosten de sus prerogativas , y
buen método de gobierno.
§. 4.°
De la grandeza y titulos.
Los Archivos de la grandeza y titulos de
Espagia merecen tambien un lugar preeminen-
te en la antigiiedad; y dariamos noticia indivi-
dual de ella, y de los diplomas en que se fun-
dan su elevacion, sus prerogativas y derechos, si
no hubiéramos tropezado con el inconveniente
de encarecerla tanto sus duefios, sospechosos
de otros fines , como sucede generalmente en
todos-los Archivos (1), queriendo antes que el
polvo y la polilla los consuma , que dejar .a la
posteridad las luminosas noticias que de ellos
podrian sacarse, Su coordinacion en lo general,
: :
{1) Nasarre, Prologo 4 la Biblioteca universal de Paleo-
grafia de Don Cristéval Rodriguez,[69]
sea cual fuese, esta bastantemente sostenida por
sugetos inteligentes destinados 4 solo este obje-
to; y no nos escederiamos en decir, que estos
merecian no solo mas recompensa de sus traba-
jos, sino otras consideraciones de que son bien
dignos , porque ¢ quién .sostiene sus casas?
¢quién pone en claro la defensa de sus dere-
chos? ;quién en fin mas que el Archivero es el
que sabe todas las vicisitudes de ella, y el
que vive para dar noticia desde sus primeros
progenitores ? No han faltado algunos que han
sabido dar aprecio 4 esta clase tan beneméerita
como instruida ; pero los mas la olvidan, y solo
en la necesidad es cuando conocen y se acuer-
dan de su mérito y utilidad.
g. 52
De los monasterios.
Los de los monasterios son sin disputa los.
que encierran mayor antigiiedad, y entre ellos.
se comprenden los de las colegiatas, que en sz
origen, especialmente las mas antiguas, fueron
erigidas comunidades monasticas, 6 cuasi mo-
nasticas; y asi es que, segun dejamos manifes-
tado, en ellos se encuentran titulos y docu-
. mentos desde el siglo VIII. Han padecido tam-,
bien en tiempos la estraccion y pérdida de al-,[70
gunos, ya por ae los religiosos 4 quie-
nes estaban encomendados, y ya por no haber-
se devuelto cuando se han sacado para sus jus-
tificaciones. y pretensiones en los tribunales.
Ojala que este mal no hubiese sido tan general
en todos! Su coordinacion ha tenido:continya~
mente variaciones, segun la mas 6 menos .inte-
ligencia de aquellos; pero se advierte poca des-
treza y poco método en sus:targas, aunque con-
tinuamente Henos de ‘apuntamientos y Ilama-
das, que no pocas veces conducen 4 la confu-
sion. Los mas antiguos deberan ser los de.Sa+
hagun, Ojia, Silos, San Pedro de. Cardeiia ; Ar-
lanza , San Millan de la Cogulla, Santo Toribio
de Liévana, y otros de la religion :benedictina,
y los de las érdenes de San Bernardo y San
Gerénimo. Los de San Basilio de esta Corte
le han coordinado en el aio de mil ochocientos
veinte y ocho, y podemos decir, que su estilo
deberia de ser modelo para todos los demas
monasterios: y conventos del reino de uno y
otro sexo. -
§. 6°
De los de algunas oficinas.
-Al entrar 4 hablar de los de algunas ofici-
nas, tenemos que buscarnos tantos émulos,
cuantos son sus Archiveros; pero no por este(71)
temor dejarémos de decir la verdad, puesto que
4 nadie se oculta , y que todos se lamentan de
semejante mal. Si de propdsito se hubiese tra+
tado de una dislocacion y desordenamiento de
papeles de los Archivos. de ellas, tal vez-no
hubiera podido lograrse tan completo como
el que tienen, sea por las convulsiones politicas
de los ultimos tienrpos, 6 por otras cualesquie-
ra causas. Asi-es, que aunque los oficiales de las
mesas, 6 respectivos negociados, sean exactos
y celosos en .el cumplimiento de sus obligacio+
nes, deseando el-acierto y no contradecir unas
con otras resoluciones en sus espedientes, co+
mo cuando piden antecedentes al Archivo, no
se les pasan’ porque sus Archiveros no saben
donde existen, se ven en la precision, por evi-
tar retraso, de ponerlos al despacho sin.estar
suficientemente instruidos; de que resulta, que
no pudiendo los gefes retener en la memoria el
pormenor de tanto negocio; resuelvén segun lo
que aparece, y no/pocas veces contra lo que an-
teriormente tienen determinado en casos idén-
ticos ; dando lugar 4 quejas y nuevos recur-
sos , que no pueden menos de llamar su aten-
cion, y sustraerles el tiempo que necesitan para
acudir 4 otros asuntos interesantes del servicio.
Esto procede de dos causas muy notables,
que son: la primera de no tener un buen oficial[72]
registrante, que anote la entrada y estado de
los espedientes, y su paradero, con arte, inte-
ligencia y ahorro de tiempo; y la segunda de
no poner en los Archivos hombres que mani-
fiesten saberles manejar, antes de confidrseles;
porque dando este cargo, como ordinariamente
sucede, 4 quien nada entiende de Archivos, ni
los ha visto, 6 4 un oficial, acaso el menos idé-
neo , como si aquel departamento fuese el mas
despreciable, gqué ha de suceder sino tenerle
inservible , y como si no existiese , privando 4 la
marcha de los negocios nada menos que de la
recoleccion y compilaciou de todos los trabajos
dela dependencia, y del norte casi de todas sus
operaciones? EI arte de los Archivos tiene, co-
mo todos los demas, sus principios y reglas, ain
las cuales no pueden desempeiiarse ; ni, es bas-
tante aquella instruccion que ordinariamente se
necesita para los demas empleos, pues prescin-~
diendo de la parte intelectual, el destino de Ar-
chivero tiene cierto mecanismo que es necesa-
rio saber y haberle practicado ; bien seguro de
que sin ello, ni puede tenerse el érden y aseo
debido, y los papeles se escaparan de las ma-
nos (1). En una palabra, es un arte que el que
(1) _ El que ha de ser buen Archivero, necesita invertir un
aio solo para aprender el manejo material de papeles , com
poner -y atar los legajos, escribir letra maldeada, y ejecur[73]
haya.de desempeiiarle necesita saber sus reglas,
y haberlas ejecutado , como lo haremos ver mas
adelante en los dos siguientes y ultimos capitu-
los. De este desérden sin embargo, haciendo la
debida justicia, creemos deber esceptuar los
Archivos de la Inspeccion general de Milicias,
el de la Direccion de Rentas, el de los sefiores
Alcaldes de Casa y Corte, Real Patrimonio,
Pésitos, y alguno de las Secretarias del Despa-
cho, que aunque mirados en grande nos han
parecido en un regular érden y arreglo; ni es
nuestro Animo en esta.parte comprender 4 otros
que se hallen en igual caso y de que nosotros
no podemos tener noticia.
CAPITULO SESTO.
ARCHIVEROS.
§. 1°
Su estimacion entre los griegos y romanos.
E cargo de. Archivero, que generalmente se
entiende por aquel 4 quien se halla confiado el
tar otras labores que se hacen con ciertos principios y re-
las , y que faltando d ellas todo queda informe y desalifia-
lo ; y no sabiéndolas el Archivero, mal podrd engeijarlas 4
éus subalternos si los tuviese. . ls
1o[74
cuidado de los Archivos, ’ a4 se conferia en tiem-
po de los griegos sino a los sugetos de cali-
dad, capacidad y fidelidad estraordinarias; y la
dignidad de Maestro dé Archivos (1) llegé 4 ser
tan considerada, y de tanta estimacion entre
sus Emperadores , que dispensindoles todo gé-
wero de distinciones, no hubo honores en el es-
tado de que no les considerasen acreedores , y
tratasen de hacerles participantes (2).
Este titulo despues en tiempo de los roma-
nos se confundié con el de escribanos , y fue
gradualmente decayendo; pero no por eso dejé
nunca de‘gozar de un lugar distinguido y apre-
ciable en la sociedad, colocandole en:el primer
rango de los funcionarios publicos bajo de di-
ferentes titulos y denomiuaciones, Scrinarit, es-
pecialmente en la Iglesia Romana, que siempre
le sostuvo por el especial cuidado con que traté
de conservar sus derechos y preeminencias des-
de la mas remota antigiiedad.
Las alteraciones de los tiempos, y de los
gobiernos, hacen variar todas las cosas; y asola-
dos los pueblos, destrozados todos los depdsitos,
yentre ellos los de los papeles, sin atender mas
que 4 los desastres y rigores de la guerra, des-
(#) En la antigiiedad lo mismo que canciller 6 can-
celario. Berganza, tom. I. p. 213. n. 89.
(2) Tob, Eceard, Se | De tab, anti, p- 34.95
aparecié todo lo que Lae relacion 4 la econo-
mia y al manejo particular de los bienes y ri-
quezas, porque unos muertos, y otros espatria-
dos, variaron las fortunas, y no hubo ni mas
derechos, ni mas diplomas para defenderles,
que la espada y el broquel, sin que en muchos
siglos hubiese mas estable que lo que cada uno
en sus peregrinaciones Hevaba y podia con-
servar.
Sosegada la Espaiia, restablecidas las leyes,
y respetadas las autoridades, volvié cada uno
4 fundar y cimentar sus fortunas. Volvieron 4
obtener por herencia y adquisicion de compra,
y de consiguiente , multiplicandose los papeles
ya enel siglo XVI, fue preciso tratar de su con-
servacion y coordinacion, y hé aqui necesarios
otra vez los Archiveros, tanto mas apreciables,
cuanto mas el tiempo iba haciendo aumentar-
se aquellos. :
Con efecto, apenas 4 mediados de aquel si-
glo hubo corporacion ni particular que no re-
dujese 4 érden sus titulos de propiedad, y en
el siglo XVIII volvieron los mas 4 renovar sus
obras, dislocadas y descompuestas otra vez por
las razones que atras dejamos indicadas, hasta
el tiempo presente, en que comenzando 4 ado-
lecer del mismo mal, es preciso atender 4 su re-
medio, arbitrando para ello medios y reglas de6
perfeccion y aan pero como no bastan
‘estas si no hay sugetos que las sepan aplicar con
fruto y utilidad, 6 lo que es lo mismo, si no hay
Archiveros que reunan las cualidades que son
necesarias para ello, pasarémos 4 manifestar
cuales son las que, indispensablemente se re-
quieren en estos si han de Ilenar debidamen-
te el hueco de sus obligaciones y deberes.
§. 2.°
Instruccion y cualidades que necesitan.
_La coordinacion de‘un Archivo material-
mente es muy sencilla, asi como la de una bi-
blioteca , porque una y otra se dan la mano;
pero la parte intelectual y sustancial requie-
re conocimientos poco comunes , pues asi: co-
mo para esta necesita el bibliotecario mayor,
6 gefe, estar instruido en el conocimiento de
diferentes lenguas, y tener alguna idea de las
materias de que tratan las obras que se conser-
van, y han de ajfiadir 4 los indices por su pos-
terior entrada; asi el Archivero tiene precision
de conocer por lo menos para los Archiyos de
Espajia la lengua latina (1), respecto de las mu-
(t) Terreros , Paleografia p. 109. Merino, prologo.
Y asi un estudiante al concluir los estudios que ordinaria-
mente necesita para emprender cualquiera carrera de laschas bulas que se ie 7 ellos, y algo de la
italiana, de la portuguesa, de la catalana y va~
lenciana, y aun de la francesa, pues que de to-
das hay documentos en los Archivos: ademas,
debe de ser maestro en el conocimiento de. to-
do género de caracteres antiguos y formulas de
que usaban en sus escritos, pues es claro que
sin estos. auxilios no podra descifrarlos ni en-
tenderlos, como sucederia 4 un _bibliotecario
que no entendiese el griego, el hebreo, el ale-
man, italiano etc., para dar colocacion 4 las
obras escritas en estos idiomas, y anotarlas 4
los indices en sus respectivas materias.
En el afio de mil ochocientos veinte y
ocho salié una obrita, titulada: rchivo. cro-
nolégico topogrdfico , por Don Froilan Croche
y Zuniga , publicada en la Gaceta de veinte y
nueve de noviembre del mismo, en la cual se
dan algunas reglas de coordinacion , que aun-
que no Ilenan nuestros deseos, son sin embar-
go dignas de aprecio, y podra el que guste se-
guirlas, si las considerase mejor que las que
nosotros, mas generales, propondremos; pero
no podemos alcanzar por que entra sentando en
letras, estd en la critica ocasion de dedicarse 4 la de Archi-
vero, asistiendo 4 un Archivo, cuanto mas antique Jy copi
So sea, que tenga buen maestro, y usando de la Paleogra-
fia del P. Merino coma libro elemental, sin que estole pri-
ve de seguir al mismo tiempo otro estudio. ;[78]
ella (1), gue el Archivero es acaso el que nece-
-sita, menos libros de los que viven leyendo y es-
ertbiendo , y que por eso son muy pocas las
obras de esta olvidada, pero interesante facul-
tad. Merino y Terreros , dice, escribieron con
acierto en la materia, y estas dos obras son pre-
cisas , y tambien las suficientes para un anti-
cuario. El mayor favor que en esta parte pode-
mos hacer al sefior Croche y Zufiga es dispen-
sarle de que no haya visto mas Archivo que el
de la casa de Trasmonte , cuya antigiiedad no
pasa del siglo XV, y que el oficio, profesion, o
Mamese facultad de Archivero, no la haya to-
mado por principios, sino de pura aficion y cu-
viosidad; pues de otra manera no hubiera po-
dido incurrir en semejante.equivocacion (2),
contra el sentir de todos los sabios estrangeros
y nacionales; ni en vano los Montfaucones, Ma-
billones, Nassarres, Walteres y Gruteros, Car-
pentienes, Bayeres, Velazquez, Benedictinos de
San Mauro y otros, ademas de los dos que ci-
ta, habian sacrificado sus vigilias en honor
1) Archivo cronoldgico topogrdfico, p. 1." y 2."
'2) «Celle del’antiquaire, quin’est autre qu'une bonne
ecritique, est le flambeau des sciences les plus propres & faire
«le bonheur de la vie présente et de la vie future. Elle in-
«flue sur la morale, sur la politique, sur les belles lettres,
«surle droit civil et canonique, et sur la théologie méme.»
Nouveau traité de Diplomatique, tom. I, p. 303.[79]
de la ciencia anticuaria , de la diplomatica, y de
los Archivos. Estos autores, pues, y otros mu-
chos (1), son los que componen Ia libreria de un
Archivero, y que necesita incesantemente leer
y repasar si ha de saber algo, para no incurrir
en las nulidades 4 que de lo contrario se halla
espuesto ; con mas la viva voz de un maestro
que haya sabido dirigirle, y buena practica, co-
mo sucede en todas las demas artes y ciencias,
puesto que 4 esta no‘se la puede privar de la
prerogativa de serlo, y acaso en un grado. su-
perior 4 las demas, pues que ella nos manifies-
ta el camino por donde vinieron las otras (2), y
sus progresos, de la mano misma de sus auto-
res originales , y hace permanente y estable la
antigiiedad en toda su estension , para reglar
por ella nuestra vida y nuestras costumbres. Y
4 la verdad, gqué cosa puede haber ni de mas
necesidad ni mas apreciable en un depésito nu-
meroso de papeles , en un Archivo publico 6
particular, que un buen gefe, un buen Archi-
vero, que no solo pone al pronto de manifies-
to aquellos originales de la fe publica, sino que
. (1) Entre ellos L'art de vérifier les dates, que es de su-
ma importancia, y la Clave de ferias por Murillo, Curia
eclesidstica por Ortiz Salcedo, ete. etc.
(a) Dictionnaire raisonné de Diplomatique. Préface, p. 42,
Lexic, Diplam. pars I. Abella, p. 34. y. sig. :[80]
lee , descifra, y trasmite en claro y al alcance
de todos, lo que ya el tiempo y el olvido ha-
bian puesto 4 una distancia que no podiamos
alcanzar ?
El Archivero, pues, necesita ser bastante ge-
neral en el saber, y en nada podria lucir un hom-
bre tanto su instruccion, por dilatada que fue-
se, como en este ramo en que se agolpan diver-
sidad de asuntos, y el fruto de los entendi-
mientos mas sublimes. |Cama@rarum secessus
Sapientia ; pero no residen en él tantas virtu+
des! ;Como ha de haber quien se dedique 4
tan util como penoso estudio , si no sabemos
apreciarle ? ;Cémo ha de haber maestros sin es-
timulo (1)? ¢Quién se ha de aplicar 4 él para
vivir sumido en el olvido y en la obscuridad ?
Los Archiveros al paso que tienen obliga-
cion de saber, tienen tambien un derecho 4
servir los Archivos, sea que se les pruebe y
examine antes de conferirseles, 6 sea que se
les provea por oposicion de concurso, como
materia que lo requiere (a). De este modo se
lograria que hubiese buenos traductores de le-
tras antiguas, pues con tal aliciente aspirando
muchos 4 sus colocaciones por este medio, se
(1) No habiendo colocaciones no puede haber discipu-
los ; y no habiendo discfpulos, sobran los maestros, °
(2) Pualeografia de Don Joaquin Tos, p.7.[81]
dedicarian a entenderlas y descifrarlas,.y no
nos. espondriamos 4 que dentro de poco tiem-
po nos veamos sin quien sea capaz de leer y
conocer un papel antiguo, ni de inteligentes ya
para enseiiarlo. El Archivo, dicen algunos ,: de
la secretarfa A, el-de la‘oficina B, que no con>
tiene mas que la antigiiedad’, por ejemplo, dé
un siglo, porque los papeles anteriores se tras-
ladaron, al de Simancas, rio necesitan de hom
bres de esta instrucvion. Esto ‘es lo mismo. qué
decir, que en tiempo de paz un.soldado regué
la¥mente esperto podria ser general.-; Claro es+
tal y ¢qué distincion, qué mérito: dabamos en-+
ténees'4 aquel digno individuo de la milicia, que
habia: arrosttado’ tantas. veces:‘su'-vida en.las
camparias, despues de un pénoso:estudio en lq
tactica; en‘ las matematicas, planos y geogran
fia:, ceuando svlo le buscabamos en los -peligros
yen da necesidad? Pues. del mismo:modo, asi
como para.un Archivo tenebroso, de grande
antigiiedad, y muy desconcertado, se busca y de-
seaun. sugeto instruido que le allane y: ponga
en claro ,. descifrando y dando la. inteligencia
de todos sus diplomas y-documentos(t); asi tam-
bien este mismo sugeto debe de tener épscas,
derdescanso y de. apresio ¢ en otros. Archivos cla-
“(1) “Jo, Lud, Waltheriy, Leseiet Diplomatic, pars. I...
11[83]
ros, en que no tenga otro trabajo que el de dis-
poner la coordinacion y sostenerla; porque el
que esta 4 los dafios, parece que deberia de es-
tar 4 las utilidades , evitando por este medio
males tan incalculables como los que se esperi-
mentan por no poner en ellos hombres inteligen-
tes que antes de entrar den pruebas de serlo.
Y pues-en un Discurso diploma-paleografi-
¢o, que ya:en otro tiempo publicamos (1), y se
hallara en la Real Biblioteca, y venal donde es-
ta disertacion, dimos el programa de las ma-
terias y puntos en que deberian de ejercitar los
candidatos, tanto para Revisores de letras anti-
guas, como para las oposiciones de Archivos,
4 €l nos remitimos-en esta parte, quedando dis-
pensados de repetirle, como que en nada debe
de variarse; y ‘estamos ‘bien seguros , de que
poniéndole ‘en practica- para’ los Archivos del
reino , ‘sin: necesidad de aumentar ni variar
por ahora sus’ dotaciones, se lograra tener bue+
nos Archiveros en todas partes, en. todas las
oficinas (2) y'en todos los tribunales, y no sus-
piraremos la pérdida de tantos.derechos, y la
ee
(1) Este Discurso le consideramos tambien muy ttil para
los que se hallan dedicados 4 los Archivos,
(a) Los empleados en ellas, y aun en los mismos Ar-
chivos, no estan en aptitud de ascender 4 Jas plazas de Ar-
chiveros, no probando primero conocimientos diploma-
paleograficos, y de coordinacion.[83]
rectitud en los juicios, y deterininaciones gu-
bernativas, por hallarse obscurecidos los titu-
los y espedientes en que se funden aquellos.
CAPITULO SEPTIMO.
REGLAS DE COORDINACION.
§. 1.°
Necesidad de ellas en los Archivos.
Antes de dar principio 4 proponer nuestras
reglas de coordinacion, creemos deber instruir
4 nuestros lectores de lo que el sehor Legipont
dice en su disertacion (1), sobre el modo de
poner en érden un Archivo. Hé aqui sus pala-
bras: «y asi, importando sobre manera 4 los ve-
«nideros, aquellos que 4 lo menos mantienen
«algun afecto de piedad 6 gratitud , seguir el
«loable cuidado y solicitud de los mayores, y
«conocer y aprender quienes y cuales fuesen
«aquellos, por cuyotrabajo, sudores , beneficios
«y favores hoy viven felices los mismos; juzgamos
«que seria delito, sitanto monton de instrumen-
«tos, y antiguos documentos, y tan preciosa y
«venerable alhaja quedasemenospreciada, 6 diva-
«gase confusamente con incierto, asiento. ¢Pues
(1) Legipont, Disert. II. p. ag... .. [84]
wpara qué las: haciendas, para’ qué las tiquezas
«si no'usas de-ellas? ¢ ¥ para qué los. privilegios
«y:documentos, si cuando importe los ignoras,
«6 no los puedes hacer presente al que los pi-
«de? En mi juicio,. prosigue, no sintid mal el
«que dijo, que semejantes monumentos , si es-
«tan escondidos, son riquezas pobres, como ig-
«noradas; que son gracias dadas en vano, co-
«mo despreciadas;. que son initiles riquezas, co-
«mo sin uso; en una palabra, que son privile-
“¢gios que carecen de los privilegios , como pa-
‘«bulos de las polillas, lirones y earcomas. Mas
«cuando se -cuidan con ‘atencion , 6 se ponen
‘ken buen érden, entonces pero lucen y ar
at 4 todos.» *
- Ciertamente que en pocas lineas este sabio
‘y' venerable. aleman nos da un aviso del cuir
‘dado’ y ‘arreglo’ con que debemos-de' tener los
Archivos: Prosigue luego dando reglas del mo+
ido de coordinar ; las cuales.en nuestro concep-
to son las que se han adoptado. y seguido has-
‘ta aqui, 64lo menos no hemos visto otras, .ni
otro autor alguno que haya tratado de esta mar
‘teria; pero como la esperiencia y el tiempo nos
‘han dado 4 conocer, que aun no han bastado
‘estas para afianzar la utilidad y seguridad de.se-
mejantes coordinaciones , como ya en varias par-
tes dejamos notado., propondremos las que 485]
nosotros nos ee al intento, se-
gun las clases, tal cual sean susceptibles de ellas;
dando principio por los.de las oficinas, que son
los que rigorosamente necesitan mas pronto re-
medio. . .
§. 2.°
Del registro. i
En todas las oficinas y secretarfas debe de
haber (y creemos que en las mas le tengan) un
oficial esperto .y de probidad, con ‘titulo de
oficial del registro, y parte (1), cuya obligacion
es llevar el de cuantas solicitudes entran dia-
riamente. Este registro fue desde la mayor an-
tigitedad de diferentes maneras ; pero ya.esta
averiguado, que el mejor es un libro en. folio,
en el-cual y en cada -una de sus Ilanas, con dos
margenes, se registran solo dos solicitudes. (2),
una al principio, y otra al medio, poniendo en
Ja margen izqnierda el pueblo, 6 apellido, ‘si es
de particular ; -y 4 la ‘derecha el del oficial
de. la .mesa que le ha de despachar, de este
anodo:
7 (1) Donde no le hay, leva cada oficial privadamente sp
istro;y como por él no se puede hacer carga al Are
chivero,, resulta la molestia de tener que inventariar los.es-
pedientes cuando se pasan 4 este, teniendo que esperar.4
-que haya alguna porcion de ellos , cuando del otro modo
pueden archivarse segun se concluyen. i
(3). Pueden ponerse tambien mas , segun 4 juicio pre
dente se infiera el blaneo que necesiten. + “I£86]
ANO DE 1830.
ENERO 2.
Cuenca. El Corregidor 27 de diciembre Sr.: NV.
de ag sobre tal cosa=5 de ene-
ro 4 informe de=fecha érden
7 =1.5. Nuevos informes al=fe-
cha drden 16 etc. etc. Todas sus
vicisitudes hasta el resuelto por
la negativa 6 afirmativa , 6 lo
que sea, y por ultimo la nota
de Archivado en tal dia (1).
Debe de tener al principio su indice alfabé-
tico , donde por cada letra-se llamen los citados
registros, y puede llevarse tambien anotando
solo la solicitud, y el archivado.: Es tan. util.es-
te libro que no solo da puntual noticia de todos
los espedientes y sus progresos., sino que sir-
ve para dar el parte al publico con toda exacti-
(1)_ Sid esto se afiadiese ademas la cita de donde queda-
ba colocado el espediente , casi no habia necesidad de mas
indice;y hé aqui por qué el registro es una dependencia 6 sec
cion del Archivo , pero en tal grado que al Archivero na-
da le quedaria que hacer, sino poner la cubierta con su si-
nopsis 6 estracto los espedientes, y darles la colocacion y
numeracion doble. El uso de dividir estos registros en las
letras del abecedario es perjudicial porque se falta 4 lo
incipal , que es Ievar el érden de entrada @e los espe-
lientes. : : 7 :8
tud, -y, ademas para ae cargo al Archivo de
todo''lo ingresado en él. Desde el dia en que se
dice archivado, y que con efecto lo queda, cor-
re de cuenta del Archivero responder de él; y
desde aquel mismo empieza 4 colocarle en sus
libros cronoldgico y alfabético , del modo que
se dira.
§. 3.°
De la clasificacion.
El Archivero de una oficina 6 secretaria
debera de clasificar en grande sus espedientes,
es decir, en las menos divisiones posibles, se-
gun los puntos capitales que se versen en ella,
haciendo otras tantas secciones, que es mejor
que nombrar continuamente los mismos pun-
tos; y en una se incorporaran y abrazaran las
cosas estraordinarias 6 indiferentes , 4 que no
pueda darse titulo conocido y seguro, desti+
nando otra para solo las Reales érdenes gene-
rales , circulares y avisos de su recibo, pues las
particulares quedan unidas al espediente que
las motiva , y ltevando ademas libro copiador
cronolégico de las primeras.
§. 4°
Del estracto.
Cada espediente le colocara dentro de su88
éubierta de papel, a He pondra el pueblo
4 la izquierda, y 4 la derecha la fecha del dia ett
que se archiva (1), que es la que para aquel ac-
to rige , y en seguida hard un ligero estracto 6
sinopsis del contenido, ‘para copiarle en el libro
e “iridice cronolégico clasificado ; como diré-
mos, poniendo 4 la parte superior la seccion, et
legajo y el numero de este modo: S. 1." L. 1.°
n.° 1.°, y lo mismo progresivamente , y en el
mismo sitio, en el espediente original, que
quiere decir, numeracion doble. :
vd aeEEE
’
ae
§- bo Ee Lt
Dél indice cronoldgico. }
-°"Forimara, pues, dicho libro con titulo de
indice cronoldgico clasificado; y repartiendo ent
él ‘aquellas-secciones, de trecho en trecho, 4 30
6 4o'hojas cada una, segun le dicte su prui
dencia, encabezara estas asi: seccion r.* tal -y
tal puntos. =Seccion 2.*taletc.,'y las reunira ent
Ta primera foja del mismo modo, Ilamando los
folios ,--y ‘luego ,‘ en ‘las siguientes, haré: ur
(2) Nétese que esta regla es esclusiva para los Archi-
vos de oficinas, cuyos espedientes hayan entrado por re-
gistro , porque fuera’ de ‘este ‘caso’ sé ha de tomar la pri-
ra fecha, como se.dice adelante, en el § de reglas esencia-
es yopupeletabe | er De Esindice alfabético donde pondra en sus letras los
titulos, puntos 6 materias de que se componga
-cada una de aquellas , citando tambien el folio
donde se encuentran, pues que alli ha de se-
guir poniendo la serie de todos los espedientes
de aquel ramo, con distincion ‘de aiios y fechas,
empezando siempre del mas antiguo, y prosi-
‘guiendo asi sucesivamente ; las fechas 4 la mar-
gen izquierda, porque la derecha ha de conte-
_ neren tres.casillas 1.* el n.° de la seccion, 2.2
el del legajo, y 3.* el del espediente , del modo
siguiente: . ;
SECCION 1°
Tal, tal y tal puntos.
Afio de 1830."
1°] 1%
Elcorregidor de Cuenca so-|=~
bre que se le concedaetc, | 1
E! Alcaldede Morenilla, s0-
bre que se le exonere ete. | 1."| 1.°| 2.°
Se ofrece por ejemplo un espediente en la
mesa, y pasan al Archivero una solicitud que
repite nueyamente el Corregidor de Cuenca con
una papeleta rubricada del oficial que dice 4n-
tecedentes. El Archivero toma el indice alfabéti-
co (de que se hablaré), busca la voz Cuenca:
el Corregidor, y segun la cita que este le da to- ;
ia
Enero 2,
10.|
ama.el legajo, ‘saca el ee ee y
‘en su lugar deja la cubierta y aquella papeleta,
«que sirve de resguardo. Si supongamis, se ofre-
ce un antecedente que no saben de quien es,
pero que le hay poco mas:6 menos de tal tiem-
po; para:este caso es el indice cronoldgico cla-
sificado ; pues es claro, que leyendo. los espe-
-dientes de aquella época que citan, ha de pare-
-cer si le hay. Cuando-vuelve dicho espediente,
‘como que tiene aquellas sefiales, él mismo indi-
«ca. donde se ha de colocar, sin que pueda Ile-
varse 4 otra parte, ni haya que registrar de nue-
vo los libros, ni consultar otra cosa alguna , de-
volviendo al oficial aquella papeleta, que
le sirve indistintamente para otra saca cuales-
quiera (1).
i Sucedé.que algunas veces creen los oficiales
que estan tal 6 tal espedientes en el Archivo, y
no es asi, ni lo han pasado aun. Entonces se
acude al-libro de registro’; que inmeédiatamente
saca de la duda, y no pueden exigir de! Archi-
vero lo que aun no le han entregado. ‘
(1) El Archivero tendré siempre particular cuidado. dé
no dar con titulo alguno espediente- ni dqcuménto sin,regy
uardo; y esto aun cuando Ileve libro de salida , como le
ay en algunos Archivos; no siendo' responsable tampocod
4 fo que puedan desglosar cuando log sequen ,. y :anden
por las mesas; ni dard copias ni informes sin especial de-
creto del duciio, 6 mandato judicial. 7 a
‘[gr]:
a oe
Del alfabético.
El libro: indice alfabético es: igual aunque
de menos. volamen, como se’ deja conocer , que:
el cronoldgico; pues él ha de contener las mis-
mas citas y por el mismo estilo; solo que
debe de estar dividido entre las letras del abe-
cedario, con sus registros que sobresalgan de
las hojas'y:oontengan. aquellas para su mejor y
facil manejo , ‘debiéndose de usar para él del
papel que'se vende rayado, por lo que’ interesa
la. limpieza‘. é igualdad;.‘para. que no moleste 4.
la vista, como-que regularmente solo ocupa un
renglen cada espediente..
§. 7-°.
De los legajos y carpetas.
En cuanto 4 los legajos se deberan de
hacer todos iguales, es decir , del mismo bulto
y que presenten por los lomos.el frente’ de una
tercia (1), atados de un-mismo modo, y coloca-
-_——$§_
(1) Entiéndese respecto de los espedientes 4 lo corto,
que regularmente se usan en las oficinas , porque los de en
folio guardan otra proporcion ; y si hay de una y otra
clase, los ultimos se colocan tendidos de canto para que
presenten el mismo frente, y guarden uniformidad.. :2
dos derechos como ie Hae > ¥ no tendidos
uno sobre otro segun generalmente se han acos-
tumbrado poner, con la debida separacion para
poderles sacar con comodidad y sin estropear-
se. Sus carpetas solo contendran el estableci-
miento 4 que pertenecen, y debajo la seccion y
el legajo , de este modo: SECC. 1.2=LEG. 1.°;
de manera, que ‘si se trasladasen 4 otra parte,
nunca puedan envolverse ni cambiarse con nin-
gun otro, ni dudar a donde han pertenecido, ni
buscarse por ellas papel ninguno sin los indi-
ces; pues la costumbre de ponerlas de otra ma-
hera es sumamente perjudicial por muchos mo-
tivos, prescindiendo de que no pueden llevar
igualdad. los legajos; y la hermosura y buen
aspecto, sobre la buena coordinacion, es una
de las habilidades que brillan en los Archivos,
y les dan un merito y realce estraordinarios.
§. 8.°
De la numeracion.
Respecto dela numeracion de los espedien-
tes podra seguirse sin interrupcion en todos
los legajos de cada seccion (1) ; 6 empezando
() Por supuesto que las secciones unas 4 otras se
van haciendo lugar. en la estanteria,93]
en cada uno por el 8 primero. Este mé-
todo no hace aquella tan dilatada; pero el otro
facilita saber al golpe la totalidad de espedien-
tes de cada una, y por consiguiente los de todo
el Archivo, por numeroso y grande que sea.
§. g.°
Reglas esenciales, y papeletas.
Quisiéramos dejarnos entender bien de nues-
tros lectores; pero hay cosas, y esta es una de
ellas, que vistas se toma al momento idea de lo
que-son y de su mecanismo, y leida su esplica-
cion ,, por clara que sea, suele confundir. Por
nuestra parte no podemos reducirnos 4 menos
palabras ni-presentar esta operacion con mas
sencillez. Ella ‘contiene las cuatro reglas esen-
ciales de un Archivo, que son drden , cronolo-
gta, clasificacion y simetria. Orden, porque le
guardan los puntos 6 secciones en que esta di-
vidida: cronologia, porque todos sus espedientes
marchan respectiva y progresivamente del mag
antiguo al mas moderno: clasificacion, porque
no admiten mezcla unos con otros; y simetria,
Porque ni en el aspecto ni en el bulto de cada
legajo, ni en sus distancias habra diferencia.
Este método le podemos manifestar practica-
mente en la oficina de Archivo de la Inspec-cion general de instruccion publica, 4 la que.
por ahora tenemos el honor de pertenecer; ase-
gurando a los que le sigan y pongan en ejecu-
cion , que prontamente por él verdn arregla-
dos. sus Archivos, y sefioreandose en ellos , al
modo que lo hace un regente de botica, hasta
que llega la receta, y'‘tomando velozmente sus
botes y drogas, 1a despacha y vuelve 4 quedar
tranquilo y sosegado. Al contrario, bien se deja
conocer ‘lo desagradable que sera 4 an Archive-
ro, el-que.teniendo un espediente en sui Archi!
vo, y pidiéndosele, despues de haberse mortifi-'
cado’ en. su busca, no le puede entregar por rio!
saber.donde para, causando’ al interesado in-'
caleulables perjuicios. : :
Restandonos solo advertir, que si se tratase:
de. coordinar desde su origen el Archivo con ar-
reglo 4 este sistema , haciéndole que rija en to-
do él; en tal caso debe de dedicarse el Archive- .
ro con la mayor aplicacion al estracto 6 sinopsis
de sus espedientes uno por uno, por el estilo
arriba referido, poniéndoles su primera.fecha y:
dandoles 41a punta superior dela izquierda una ‘
numeracion interina de lapiz (1); y, separando-
les por centenas, pondra otras tantas papele-.
(1). Dicese de lapiz porque es mas facil de borrar,.co-_
mo gue no es mas que para aquella primera operacion de
clasificar.£95)
‘tas (1), €m8.9'6 16.9 de pliego, cuaritos sean aque-
‘Hos , con la misma numeracion, la misma fecha,
'¥ lo esencial':de: aquel'estracto. Entonces con
ellas, cual si estuviera jugando un solitario en
da baraja, manejara ‘todo el Archivo, le distribui-
74 y clasificard 4.su placer por secciones ,.mate-
ias, fechas etc. etc. , y separados los: manojos
de papeletas, tal cual los ha clasificado., encar-
petados y atados para que no puedan cambiar-
ae ni deshacerse, tomara uno ,. y lamando los
espedientes por aquella numeracion provisional,
y-estrayéndolos de las centenas, iran tomando el
érden de las papeletas, y asi proseguira con los
demas manojos hasta tener él Archivo en igual
estado que estas. Puesto ya en este caso.los.di-
vidiré en legajos iguales y en simetria , segun
arriba indicamos, y haciendo otros tantos ma-
nojos de papeletas cuantos sean aquellos , los
dar, y 4 estas, la numeracion cierta que han de
seguir, asi como la seccion y el legajo; y hé
aqui el Archivo coordinado. Pasaré 4 la mesa los
manpjos de papeletas en la nueva forma que han
témado;, ‘es decir, un manojo para eada legajo,
ydes, 6 tres, 5 los que-sean , de cada seccion;
(a)+ Adviértese:que-estas son solo para-ejecutar las opes
raciones,: pues concluidas quedan: sin uso alguno , coma
que %e las reeinplaza cow los libros qué se han formado
MIBMA TS: ey Meg' [96]
y como en ellas esta todo reunido, la fecha, el
estracto y las citas, las copiara en el libro cro-
nolégico clasificado del modo que atras espre-
samos , y ya tiene este formado , y rigiendo
exactamente. Vuelve pues 4 jugar otro solitario
con las papeletas reduciéndolas 4 érden alfabé-
tico, y se hallara con tantos: manojos cuantos
son las letras del abecedario, y pasadas estas al
indice, que dijimos de este titulo, se encontra+
ra con: los dos libros rigiendo del mismo modo,
el uno para buscar por fechas y ver la‘sustancia
de los-espedientes, y el otro por apellidos, pue-
blos, -objetos etc: ete., pues por todos estos
conceptos deben de ponerse en él , como que
por cualesquiera de ellos podran pedirse.
§. 10.
De la encuadernacion y reglas de coordinar
con ella.
Las reglas que acabamos de dar para la co-
ordinacion.de los Archivos de oficinas, son gene-
rales y aplicables 4 todos los demas, con solo la
diferencia de que asi como estos ni pueden ni
deben encuadernarse, porque diariamente.se ne-
cesitan sacar espedientes para las mesas, y cons-
tan de minutas , pliegos, y diferentes clases de
papeles y documentos, asi los otros,. especial-(97)
mente los:que corresponden 4 particulares y
corporaciones, reclaman imperiosamente esta
necesidad, si han de quedar sus obras perma-
nentes y en uso facil 4las diferentes manos que
ordinariamente les manejan.
El sefior Croche y Zuaiga (1), cuya obra de~
jamos anteriormente citada, reprueba altamente,
la encuadernacion en los Archivos; pero esto
nace de que 6 no tendria noticia del decreto-de-
la Magestad del sefior Felipe V de _veinte 'de-
noviembre de mil setecientos y tres, que prohi-
be se-saquen documentos originales de los Ar-
ehivos, mandando que todo se dé por copias
legalizadas y comprobadas, 6 de que la coordi-
nacion cronolégico-topografica , que se propo-
ne, parte de muy diferentes principios que la
nuestra, cronoldgico-alfabética , mas: natural,
menos complicada, y por consiguiente suma-
mente facil de ejecutar cada uno por s{ mismo,
sino hubiese de tropezar en la inteligencia: de
documentos antiguos, y sus caracteres; que es
le mismo que decir, que estractados estos , todo
el mundo esta en aptitud de-hacerse su coordi-
nacion sin temor de equivocarse, de qué se dila-
cere, ni de que sus futuros poseedores tengan na-
da que discarrir para proseguirla.
141) Archivo cronolégico-topografico, p. 35.
138
EI sefior Croche ee se empeiia en.
que el Archivero esté sentado, y nosotros en
que continuamente esté de pie cuando registra.
EI sefior Croche y Zuifiga da la cronologia y
topografia en los legajos, y nosotros nos con-
tentamos con darles la primera, dejando la se-
gunda, y sus clases, para el libro cronoldgieo
clasificado, donde la vista se recrea atendiendo.
4 lo que es util, y no 4 la multitud de papeles
restantes que suele contener un legajo. Por otra’
parte., el seiior Croche y Zufiga deja todos
los’ legajos abiertos para aumentar los docu-
mentos sucesivos, y nosotros los: dejamos cer-
rados, sin que nada pueda aiiadirseles, ni’ va~
tiar su forma y tamaiio, al paso que abierto el
libro en todas aquellas para seguir sus anotacio-
nes, y llevarlas al alfabético; unico y. hermoso:
medio que nos dié el arte y.la naturaleza para
buscar y compendiar los sucesos sin’ el menor
trabajo ni molestia. Ultimamente, el sedior Cro-
che y Zuiiiga, cuyos discursos respetamos en:
varios puntos de su obra , hace diferentes iadi-'
ces que caminan al par de los legajos, y noso-
tros solo hacemos uno que ponémos muy distante
. de ellos; y que teniéndole continuamente en nues-
tra papelera, le aprendemos con el uso, casi:
de memoria , y en un accidente imprevisto del
Archivo le llevamos 4 salvo prontamente, y con[99] :
él todas las noticias para recobrar nuevos docu-
mentog de lac matricesy-de manera, que en to-
dos estos puntos somos de opinion opuesta, y
el pablico sabio es el que podra juzgar de lo
mejor, y elegir lo que le parezca.
Pero sea que se encuaderne la coordina-
cion , 6 que quede suelta en legajos, pues esto
es indiferente al Archivero, puesto que la utili-
dad en la perpetuidad de la obra solo re-
dunda en beneficio del duefio, repetirémos,
que las reglas dadas para los Archivos de las
oficinas son generales y aplicables 4 los de-
mas,'y sus operaciones se ejecutan del mismo
modo; pues asi como para estas se hace la cla-
sificacion , o division segun los puntos capita-
les que se versan en ellas, asi en los demas se
hace por mayorazgos, dominios, campos, facul-
tades y materias de: que aquellos se compo-
nen, sustituyendo en lugar de la voz legajo, vo-
himen, y en vez de mimero, folio ; pero sin ol-
vidarnos de observar rigorosamente la crouolo-
gia y clasificaeion en el libro de este titulo.
Comprobarémos nuestra proposicion.del mo-
do siguiente, con el Archivo de un particular
en estado de total desdrden, y que conitiene
papeles de diferentes mayorazgos.
Estractarémos todos sus documentos segun
nos vayan viniendo 4 la mano, .numerandoles[00]
provisionalmente con lapicero en la punta su-
perior izquierda, y formando otras tantas pa-
peletas en 8.° dé pliego (4 las que se pondra
igual mimero , fecha, y sustancia del estracto,
que dira elapellido 6 mayorazgo 4 que pertene-
ce), iremos separando aquellos por centenas, es
decir , desde el numero 1.° al 100, desde el 10
hasta el 200, y asi las demas, 6 en menos ni-
meros si los espedientes fuesen abultados.
Con este camulo de papeletas, igual ¢ idén-
ticas al de documentos, nos pondrémos sobre
la mesa, y entresacandolas por mayorazgos, nos
daran tantos manojos cuantos sean estos (1).
Tomarémos uno, le daremos el érden cronolé-
gico, y llamando luego por el nimero de la
primera papeleta y. siguientes sus respectivos
documentos, que irémos sustrayendo de aque-
las centenas, nos halarémos con todos los de
aquel mayorazgo puestos ya en érden cronolé-
gico; y haciendo la misma operacion con los de-
mas, nos daran ek mismo resultado.
El duefio quiere encuadernarlos para su se-
guridad, pués el total de documentos de cada
mayorazgo le dividirémos en vohimenes 6 cuer-
pos de 4oo fojas, poco mas 6 menos cada uno,
y harémos tantos manojos de papeletas , cuan-
fi (1) Tgual een se hard , si se quieren ademas clasi-
icar por materias. ‘(101)
“tos.sean los cuerpos que hemos formado, nu-
merando de nuevo los estractos 4 su principio
con.1a pluma, de modo que guarden orden pro-
gresivo, tanto en esto como en sus fechas.
Encuadernados ya, se les pondra la rotula-
ta vol. 1.° del Archivo del mayorazgo de tal.
a.° etc. (1) hasta otra mayorazgo , que se hara
la misma operacion. :
(1) Con la diferencia, de que si los papeles se han se-
parado por materias, en cada una de ellas muere la nume-
racion para seguirla con lo que se aumente en lo sucesi-
‘vo, y en tal caso se usa de las letras del abecedario ; v. g.
para la primera materia: Vol. 1.° A del Archivo del mayo-
tazgo tal. Vol. 2.° etc, Para la segunda: Vol. 1.° B. Vol. 2.°
@c., y.asi las demas; pero este sistema es mas para los Ar-
chivos voluminosos, pues en los pequefios se encuentra la
dificultad de que algunas materias no dan para un libro 6
volimen, y si se reunen varias, resulta el inconveniente de
no poderlas proseguir con los nuevos papeles que relati-
vamente 4 ellas entren en el Archivo, Esto sin em-
barge se remedia por un apéndice; pero es pegote-en las
Archivos que no nos gusta, pudiéndole evitar con hacer
solo Ia clasificacion en el indice, 6 no encuadernar, pues
con éste objeta-se presentan jos dos sistemas para que ca-
da ‘uno pueda elegir el que mas le acomodase , recomen-
dando aun en este caso una encuadernacion figurada, es
decir, los forros eon sus cartones, y dentro los documen-
tos sin coser, en cuyo caso no llevaran foliatura sino so-
Jo numeracion, distinguiendo cada uno de estos tambien
por letras v. g. Vol. 1.° 4 del Archivo del mayorazgo, tab
n° 1.° A n.* 2 etc. hasta otra materia que seguira n.° 1,
B. n° 2.° etc.; pero volvemos 4 repetir que asi ni se evi-
ta el mal de que se estravien los documentos, ni de que la
coordinacion 4 poco tiempo se encuentre dislocada, si no
son diestras las manos que la manejen, como la esperien-
¢ia.Gene acreditado.[102]
- En este estado los volumenes les daremos la
foliatura, poniendo en la primera-foja en blan-
co lo mismo que dice fuera, los afios que com-
prende, materias de que trata (si se ha clasifi-
cado por ellas), y el namero de hojas de que se
compone, y tomando los manojitos de papele-
tas de cada volamen, sefialarémos en.cada una
el namero de este, y el folio donde esta su res-
pectivo documento, con el desu estracto, de
esta manera; V. tal fol. ‘tal BE. tal, siendo cla-
ro por consecuencia , que todos los documen-
tos que entren ya posteriormente; son para
nuevos libros 6 volamenes , sin necesidad de
desencuadernar los otros, como sienta‘el seiior
Croche. ; cau
En seguida nos dedicarémos 4 formar el in-
dice cronoldgico clasificado, y volviendo 4 las
papeletas, las separarémos por dominios, pue-
blos, campos, facpltades ‘etc. etc., dando a ca-
da manojo que nos resulte el érden cronolégi-
co, y encabezando el indice por estas mismas
clases, y 4 ciertas distancias (6 lo que es me-
jor escribiéndolo antes de reducirlo 4 libro)
pondremos 4 cada una la série cronoldgica, y
por consiguiente topografica de sus documen-
tos, con las citas de donde se encuentran, que
seran el afio 4 la margen izquierda, en el cen-
tro, al empezar la partida , el numero del.es-[103]
tracto, y ala derecha, anotindolo arriba , el
volamen y el folio, dejando suficiente papel
blanco 4 cada clase para aumentarla-los de-
mas documentos que ocurran en lo futuro.
Vamos al indice alfabético: tomarémos de
nuevo las papeletas, las reduciremos 4 este, y re-
sultaran tantos manojos , como letras tiene el abe-
cedario , y formandole al principio del otro, 6
por separado, producira las mismas citas con
mayor multiplicidad , por términos, por pue-
blos, por clases de documentos segun la cu-
ria, por apellidos etc. etc., pues esto no con-
siste sino en dar-mas 6 menos vueltas 4 las pa-
peletas; y si 4 estas, cuando se pone el indice
cronoldgico, se las afiade aquel folio, le citaran
igualmente ademas de el del volamen.
Hay tambien otro medio que en nuestro
concepto es-preferible , y es hacer la copia se-
guida cronoldgicamente de todos los estractos,
con las citas que arriba .queédan indicadas, y
luego formar un indice alfabético material 6 cla-
sificado (1); pues por este medio, al mismo
(1) Asi como el indice cronolégico clasificado no es
otra cosa que dar 4 cada clase 6 materia el érden de sus
fechas desde la mas antigua 4 la mas moderna, asi el al-
fabético tambien clasificado es dar 4 aquellas todos los do-
cumentos que haya concernientes'4 las mismas , sea que se
las denomine por sus propias.acepciones., 6 por los nom-
bres con que d derecho y Ja curia los distingue , pues ba-{104]
tiempo que aquella presenta. mucha claridad
por la no interrumpida serie de afios, en cu-
yo. circulo han ocurrido todos los sucesos y vi-
cisitudes'de las haciendas, pleitos etc., es mas
facilde proseguir, porque no hay mas que ir au-
mentando 4 dicha copia ( 6 llamese inventario
general) , y pasar al indice los nuevos docu-
mentos sucesivos ; al cual en este caso se le de-
java papel blanco 4 cada letra, y alguna distan-
cia 4 cada clase, y se hara con registros como
dijimos hablando del de las oficinas ( Véase 4
Legipont, Disertac. II, p. 300 , que sustancial-
mente. es de esta misma opinion); y aun para
estas aconsejariamos que se siguiese, no habien-
do una precision de la material colocacion de es-
pedientes por separado en secciones '6 ramos,
pues sobre evitar las equivocaciones que pueden
padecerse en dicha separacion, es mucho mas
sencillo el érden cronoldégico, dejando para el
alfabético material 6 clasificado todas las dis-
tinciones que se quieran hacer, yduplicando Jas
citas en varias partes 6 letras, para que por to-
das se encuentre.
jo de uno y otro concepto deben’ de clasificarse Para que
por cualesqniera de ellos:se encuentre. :[105]
§. um.
Sus utilidades.
La encuadernacion, numeracion, y foliatu-
ra de un Archivo, especialmente de corpora-
cion, con nada es comparable por la perpetui-
dad de la obra, su-mejor registro, su conser-
vacion (1), su traslacion y colocacion a cuales-
quiera punto, su economia en ello, su mayor
fe, su dificil estraccion 6 pérdida de documen-
tos, y ultimamente su hermosura, uniformidad,
limpieza y facil prosecucion; contra lo que so-
lo se ofrece el obstaculo de no poder presentar
documentos originales separadamente ; pero es-
to mismo es una ventaja , es conforme al citado
Real decreto y Reales drdenes posteriores , se
ofrece muy pocas veces, y aun en tal caso debe
de ser preferible el llevar el volimen donde se
encuentren , pues con este objeto se hacen de
tamaiio regular ; sin miedo de que facilmente
pueda estraviarse en los oficios de la curia, por-
que siempre estan indicando su duefio, ni de
su registro porque no guardat-ilacion las mate-
vias, ni contienen indice particular; y es me-
(x). Las Bulas se conservan tambien mejor plegadas al
tamaiio del libro, y lo mismo los planos 6 estados.
14[106]
jor por ultimo acudir de nuevo 4 las matrices,
en su caso, que soltar de la mano aisladamen-
te papeles que pueden decir tanto interés 4 su
duetio; debiéndose de advertir , que la encua-
dernacion en pergamino, que es la mejor para
este objeto, solo cuesta quince a diez y seis rea-
les el volumen, y se hace generalmente sin sa-
car los papeles del Archivo.
Empero como habra muchos que se decidi-
ran por dejar sus Archivos sueltos para presen-
tar documentos originales cuando les ocurra, y
no gastar en copias, en tal caso en nada hay
que variar las reglas dadas para los de las ofici-
nas, ni en las que hemos propuesto para la en-
cuadernacion , pues son unas mismas, é€ idénti-
cas en su ejecucion, y solo hay la diferencia en
el modo de sefialar los cuerpos y documentos;
habiéndose dirigido nuestra digresion en esta
parte solo al objeto de probarlo asi, y de pre-
sentar una y otra para que cada uno siga la que
mejor le acomode, balanceando las utilidades, 6
consultando con personas de inteligencia antes
de emprender sus obras ; pues volvemos 4 decir,
que este es interés de los duefios y no de los
Archiveros, para que aquellas tengan perma-
nencia y no puedan ser trastornadas, como ha
sucedido, y la esperiencia nos tiene acreditado.[107]
§. 12.°
Indices de libros de acuerdo.
Y por cuanto el daiio de que los libros de
actas de los Ayuntamientos y otras corporacio-
nes esten sin indices , es incalculable, puesto
que contienen tantas disposiciones gubernati-
vas y econdmicas, Reales érdenes, pragmati-
cas , y otros documentos, de que solo en ellos
suele quedar noticia , deberan de ocupar una
clase 6 seccion en el Archivo muy distinguida,
poniéndoles dichos indices. Esto se hace con la
mayor facilidad escribiendo en la 1.* Mana en
medios pliegos unas cédulas de los epigrafes, 6
sustancia de los acuerdos, y el folio donde se ha-
Ilan; las cuales cortadas, y reducidasa las letras
del abecedario, resultaran, como es consiguien-
te, para cada una un manojito, y se escribi-
ran por su érden alfabético al principio de di-
chos libros. Si despues estos mismos indices
se reunen 4 uno, aparecera el general de todos,
si se quiere, 6 se levaran al otro que se haya
formado, porque las cosas cuanto mas reduci-
das 4 la unidad , son mas perfectas (1).
(1) Deesta misma manera deben hacer tambien los es-
cribanos sus indices en los protocolos 6 registros.[108]
§. 13.
Cubiertas de los legajos y modo de atarlos.
_Nada nos detendremos en hablar de! modo de
formar los estractos 6 sinopsis, porque la mis-
ma voz indica bastante 4 lo que debe de redu-
cirse ; ni de los estantes y local (1), pues en es-
ta parte, si se consulta al sefior Croche y Zuni-
ga (p. 27 y 58), se hallara cuanto puede apete-
cerse; asi como en orden 4 cubiertas de los le-
gajos, que con efecto conviene que sean de tas
blilla, y como las figura , aunque equivalen de
carton fuerte de 4 cuatro, que no pandea y ar-
rima mejor 4 los papeles, pero iguales 4 estos,
y atados con cordon en cruz, que es mas breve
y seguro para las oficinas, y mas facil de renovar
cuando se ofrezca. Los ingleses les atan con seis
cordones , ‘agujereando las tablas , y enlazando
estos; pero no crean por ello que son mas lin+
ces, Sus papeles danzan y se estropean, y los
nuestros seguros se prensan y permanecen in-
tactos sin que se nos enreden los dedos , y
con ellos los mismos papeles.
2 Cada uno cuida de que este sea el mas 4 propésito
le menos riesgo por el interés que tiene en ello, y de que
los estantes sean d la medida y clase de coordinacion, pues
mucho se equivocaria el que prefiriese el primer gasto al
segundo. .[109]
§. 14.
De los informes.
En cuanto 4 los informes se cuidara de es-
tenderlos poniendo por introduccion el asunto
de que se mande informar, y siguiendo crono-
Iégicamente cuanto resulte de los documentos
en aquella materia , con citas al margen del aiio
y sitio donde se encuentran por si hubiese ne-
cesidad de consultarles.
Con lo cual creemos haber desempeiiado el
sistema de coordinacion, hasta el punto de cla-
ridad de que es susceptible, prescribiendo re-
glas de comodidad y facilidad, que por bien
que acaso ninguno las ignore, hasta ahora tam-
poco nadie las ha publicado , y por pequefias
que en s{ parezcan las cosas, suelen presentar-
se en la ejecucion demasiado grandes.
El Archivo de la Inspeccion general de ins-
truccion publica del Reino, cuyo establecimiento
debe su cuna al Rey N.S. Don Fernando VII
(que Dios guarde), y al impulso que fehzmente
le ha dado el Excmo. Sr. Ministra de Gracia
y Justicia Don Francisco Tadeo de Calomarde,[110]
estd dividido en 19 secciones, que contienen, -
hasta este dia 20 de abril de 1830, el niimero de
espedientes, & saber:
I. Inspeccion, susoficinas, obrasete. 180
Il. Universidades y Colegios
Ill. Cursantes y sus grados........ 5559
IV. Juntas inspectoras de capital.. 394
V. Escuelas de primera ensenanza. 730
VI. Cdtedras y Preceptores....... a16
VII. Acadénuas y Colegiosdehum. 193
VIII. Zitulos de Maestros........ +. 1950
IX. Jd. de Maestras.... 295
X. Id. de Preceptores.. » 313
XI. Jd. de Catedrdticos.......... 171
XII. Reales érdenes y circulares.... 03
Total de espedientes..... 10.982
—
Contiene ademas los anteriores desde el atio
de 1825, en que se forméd la primera Junta, to-
dos en el mayor érden y claridad para buscar-
se cuando se necesitan , y son poco mas 6 me-
nos en otro tanto numero.(11)
NOTA CRONOLOGICA
DE LOS PRIVILEGIOS QUE TENIA BURGOS, SUS CRE-
CIDAS , Y PRELADOS BIENHECHORES DE SU SAN=
TA IGLESIA.
Aiios.
1076. Privilegio del Emperador Don Alfon-
so VI, concediendo 4 Burgos el fuero de
poblacion con varias villas y términos.
Del mismo, para quela villa de Lara no
pague homicidio.
1108. De la Reina Dofia Urraca, librando 4
Burgos del fuero de los judios.
1124. Del Rey Don Alfonso VII, confirmando
el fuero de Don Alfonso VI.
1138. Del mismo, concediendo 4 Burgos todo
lo del barrio de San Juan, y sus hacien-
das, pagando el diezmo al Monasterio.
1157. Del mismo, librando 4 Burgos de ho-
micidio,
1167. Del Rey Don Fernando II, para que los
moros no tengan mas Alcalde que el ordi-
nario de la ciudad.
1168. De Don Alfonso VIII, haciendo dona-
cion 4 Burgos del pueblo de Muiié.
Del mismo , haciendo libre 4 Burgos de
todo tributo.[112]
1196. Del mismo, sobre el territorio de los
Torquemadas y Sandovales.
1230. De Don Fernando III, concediendo mer-
cado franco 4 Burgos, en Ja puente de San
Pablo, para lo que viniese por la ribera de
Arlanzon , Torquemada y Palenzuela.
1231. Del mismo, haciendo constituciones so-
bre el modo de suceder en los bienes de
los menores.
1232. Del mismo, para prendar en los gana-
dos de dia y de noche.
1252. Ordenamientos de Don Alfonso X , en
las Cortes de Sevilla.
1256. Del mismo, para que no pechen los ca-
balleros armados de Burgos.
Del mismo para que nadie en Burgos sea
preso sino por su propia deuda conocida.
1258, Ordenamientos del mismo en las Cor-
tes de Valladolid.
1263. Del mismo, sobre dudas de los Alcaldes
de Burgos en razon de juicios.
1271. Del mismo, para que solo pague Burgos
el servicio del tiempo prometido.
1274. Del mismo, para que no pague pedido
‘ni monedas.
1277. Del mismo, para queen Lara, Barbadi-
lo, Villafranca, Bembibre , y Villadiego,
solo entre el Merino de Burgos.(113]
1284. DeDon Sancho IV, sobre las carnicer fas,
escepto los cuatro bancos de la Iglesia.
1285. Del mismo, en punto 4 los derechos de
Lara, Barbadillo y otros pueblos, con que
debian de acudir 4 Burgos.
1288. Del mismo, concediendogracias é indulto
@ todas las ciudades y varios particulares.
1289. Del mismo, en punto al modo de divi-
dir una casa de dos propietarios.
1ag5. Peticiones delos procuradores de las ciu-
dades en las Cortes de Valladolid.
Privilegio de Don Fernando IV , de lo
acordado al -reino en dichas Cortes.
Del mismo, para que Burgos pueda po-
ner cuatro Alcaldes.ordinarios cada aiio.
1298. Del. mismo en las Cortes de ‘Valladolid,
creando Alcaldes y Escribanos de Casa y
Corte, y otros puntos.
1299. Del mismo, cediendo 4 Burgos 3000
maravedises en Lara y Barbadillo , por
haber ganado 4 Villafranca.
1300. Del mismo, para que los zapateros no
labren cueros de caballos ni de mulas, sal-
vo los vaineros.6 silleros.
1304. Del mismo, para que los servicios de
Lara y Barbadillo sean para el Rey, y no
lo tome otro ningun cogedor.
1305. Delmismo, sobrela compra de Pampliega.
1(114]
Del mismo, confirmando 4 Burgos ‘sus
fueros y libertades.
1312. Del mismo, sobre la cerca de Lara, y
que haya mercado franco undiaa la semana.
1315. Del mismo; confirmando y ampliando
el del afio 1277.
1332. De Don Alfonso XI, para que los doce
jurados de las colaciones de Burgos en-
tiendan en las rentas y pesquisas.
Del mismo, declarando 4 Mufié, con
su castillo y aldeas, por término de Burgos.
1333. Del mismo, aprobando la venta del lugar
de Mazuela , en favor de Burgos,
1335. Del mismo, remitiendo y perdonando a
Burgos de toda-caluiia y fiadurias.
1337.. Del mismo, confirmando varias orde-
nanzas. contra-los que firieren. con armas
en Concejo, y declarando la edad de 20
aiios para los meuores.
Del mismo, para que ningun Merino de
fuera entre en las aldeas de Burgos.
1339. Del mismo, eximiendo del pago de tri-
butos 4 los vecinos de Burgos, por las mer-
cadurias 4 Flandes y Mompeller.
Del mismo , para una feria anual en
Burgos de 15 dias, desde el de San Juan.
1345. Del mismo, para que no pague sino
martiniega é infurcion,[115]
1355. Del mismo, para que Lara no tenga ho-
micidio en los de San Pedro de Cardejia.
1371. De Don Enrique II, declarandoa Miran-
da por villa de Burgos.
Pleito-homenage de dicha villa 4 Bur-
gos.
1382. De Don Juan 1, eximiendo 4 los vecinos
de Burgos de todo tributo, do quier que
vayan.
Del mismo, confirmacion de otro de
Don Alfonso XI, creando 16 Regidores, el
Escribano mayor, dos Alcaldes y 38 Escri-
banos; y confirmando las ordenanzas. -
1388. Del mismo, para que los regatones no
puedan comprar en cinco leguas al contor-
no de Burgos. .
1389. Del mismo, para quelos I Escribanos sean
examinados en su obispado.
1392. De Don Enrique III, en las Cortes de
Burgos, sobre el Portazgo de Pancorbo.
Del mismo, confirmando 4 Burgos sus
privilegios, y exenciones.
1395. Del mismo , sobre el sefialado servicio
que hizo Burgos en la puente del Duque
de Alencastre.
Del mismo, para que no reciba ningun.
oficio, sin ser primero vacante.
Del mismo, para que los Alcaldes no se:(116]
levanten del juzgado, desde la campana
de tercia, hasta Misa mayor.
1399. Del mismo, para que de los seis Alcal-
des juzguen dos en cada cuatro meses.
Del mismo, para que dos de los ocho AL-
caldes de las provincias que hay en la Cor-
te, ademas delos oidores, sean de Burgos.
1403: ‘Del mismo , librando en las alcabalas
cuatro mil maravedises al Lector de Cano-
nes en Burgos.
Del mismo, en punto 4 los mil marcos
de plata que dié Burgos en servicio.
1406. Del mismo, para que el alcalde , ni Al-
guacil de la Reina, no tengan jurisdiccion
en Burgos.
1407. De Don Juan el II, para que no haya
guardas 4 las puertas de Burgos, por dere-
chos ni aduanas.
1422. Del mismo, para que Burgos y Toledo,
sean libres de tributos.
Del mismo, para que los mercaderes de
Burgos no paguen . portazgo en Palen-
zuela,
1454. De Don Enrique IV, confirmando 4
Burgos sus privilegios y exenciones.
1475. Gastos de Burgos en et cerco contra los
Zunigas.
1499. De Don Fernando V, y Doiia Isabel, enIr
las Cortes de ae , declarando 4-Bur-
gos primera en el lugar, hablar, votar, y
jurar en Cortes.
1500. Provision Real firmada por el Conde de
Cabra Don Diego Fernandez de Cérdoba,
para que el Merino de Muiié se nombre.
cada afio , y no sea vecino del pueblo,
con obligacion de presentarse 4 jurar ante
el regimiento de Burgos. :
Crecidas.
1527. «Sea memoria, que jueves dia del sefior
«San Anton, que se contaron siete de ene-
«ro de mil quinientos veinte y siete, ha-
«biendo llovido mucho aquella semana an-
«tes , crecieron en tal manera todos los
«rios de esta ciudad, que iban todos los
«ojos de las puentes cubiertos, y dela de
«Santa Marfa, se llevé un arco con parte
«de los pilares y mucha gente que estaba
«encima 4 mirar, y el arco:y cubo de la
«puerta de las Carretas, y la puente de
«San Juan. Los rios de Vaillo crecieron de
«modo que iban las puentes de Limoa y
«Michilote cubiertas, y todo lo llano de la
«ciudad hecho un mar. El arroyo de Car-
«deiia crecié tanto que sacaron muchas
«monjas de Santa Dorotea, ¢ San Pedro
” ade Saelices.:Hizo mucho datio dentro de1582.
(118]
«la ciudad, y fuera muchas cArcabas, y
«hoyos muy grandes. Fueron generales en
«el reino, y de mucho daiio.
«Sea memoria, que el dia dela Asumpcion
«del afio de mil quinientos ochenta y dos,
«crecieron los rios de esta ciudad de Bur-
«gos tanto, que casi iban Ilenos hasta lo
«alto de los arcos de la puente de Santa
«Maria, y se lleno todo lo bajo de la ciu-
«dad y se llevé cuatro arcos hacia la parte
«de Vega en que habia tres pilares. Hizo
«grandisimas concavidades en muchas par-
«tes, y mucho datio en Vega en los edifi-
«cios y haciendas, y se ahogaron muchas
cbestias porque crecié por la noche y no
«se. pudieron remediar. Mandése reedifi-
«car con licencia del Consejo Real, Rema-
«tdése en ocho mil y cuatrocientos duca-
«dos. Sacéronse por repartimiento veinte
' aleguas a la redonda Ia mitad , y la otra
amitad se sacaron de sisa. En lugar de los
«cuatro arcos se hicieron tres con dos pi-
«lares por dar lugar al pasage del agua, y
«comenzaron la obra por agosto de mil
«quinientos ochenta y seis. Hubo gran tra-
«bajo en agotar el agua por los cimientos
«de los dos pilares, porque se mandaron
« ahondar ocho pies, y no fue posible ahon-[19]
«darse tanto, porque no se pudo vencer el
«agua, porque cuanto mas se ahondaba,
«tanto mas agua remanecia. Tarda1onse
«en esto tres-meses, y se hubo de edificar
«siete pies sobre cascajo movible. Pénese
«esta memoria, porque si acaeciese, lo que
«Dios no quiera, caya otra vez la puente,
«se tenga advertencia, que para el edificio
«de los pilares se han de echar todos los rios
«de Vaillo que vayan 4 las Tenerias por
«dentro de la ciudad, y la agua de este
«rio echalla 4 la parte de las Huelgas
«cuanto mas arriba se pudiese camino de
«Miraflores, porque de esta manera no ha-
«bra tantos manantiales ; y comenzarlo 4
«mediado de julio. »
Prelados bienhechores que tuvo la Santa Iglesia
de Burgos. -
Esta Santa Iglesia Metropolitana , en
mil ochocientos diez y siete, contaba cua-
renta y dos Obisposy veinte y siete Arzo-
bispos, entre ellos cinco Cardenales y cin-
co Papas, que fueron Gregorio XI, Cle-
mente VII, Adriano VI, Alejandro VI y
‘: Paulo V. Entre sus muchas Bulas y privile-
gios con que la honraron, son singulares[120]
dos de Clemente VII, para que los Pre-
bendados que se hallen en universidad 6
estudio general, cumplan el rezo con solo
el oficio parvo de Nuestra Sefiora, aunque
esten siete aiios, y para anteponer 6 pos-
poner el rezo; y otra de Alejandro VI, so-
brejurisdiccion, que comunmente se llama
Alejandrina. Los que mas se distinguieron
_-. enella por-su caridad , son los siguientes:
1075. Don Simon, ultimo Obispo de Oca yI
de Burgos , que trajo consigo los huesos
de sus predecesores , y se guardan en la
capilla de la Magdalena y San Enrique ala
mano derecha del altar. Trajo tambien la
imagen de Oca, que se conserva en’ el re-
licario, 6 capilla llamada de las reliquias.
1082. Don Gomez, II Obispo, en cuyo tiempo
se declaré por Bula de Urbano II, que la
Iglesia de Burgos estuviese inmediatamen-
te sujeta 4 la Sede Apostdlica, y dejase de
ser sufraganea de la de Tarragona.
1214. Don Mauricio, XIV Obispo, puso la pri-
mera piedra de su gran fabrica el dia vein-
te de julio. de mil doscientos veinte y dos,
4 presencia del Rey San Fernando.
1308. DonGonzalo de la Hinojosa, XXIII Obis-
po, trajo dela ciudad de Colonia el cuer-
po de Santa Victoria.{1a1]
1320. Don Garcfa, XXIV Obispo, dejé la ca-
sa con la heredad é iglesia de Tormes,
para mayor aumento del culto.
1392. Don Juan Villacreces , XXXI Obispo,
dejé muchos préstamos y rentas con el
mismo objeto.
1415. Don Pablo Sta. Maria, XXXIV Obispo,
fundé los conventos de San Pablo -y San
Juan de Ortega, y fue escritor: doctfsimo.
:1436. Don-Alonso de Cartagena, XXXV Obis-
po, edificé y doté la capilla de la Visita-
cion , é hizo una de las torres principales
de la fachada.
1456. "Don Luis Osorio y Acuiia, XXXVIObis-
po, edificd y doté la capilla de la Concep-
-. eion, did 4 la Iglesia mucha plata, y la
- . imagen de‘Nuestra Sefiora tambien de pla-
ta, que esta en el altar mayor. Hizo la
otra torre principal , y mandé cerrar de
antepechos los corredores interiores. Fué
el ultimo Obispo que nombré el Cabildo.
1496. Don Fray Pascual dela Fuente, XXXVII
Obispo, hijo de los Dominicos de San Pa-
‘:blo de aquella ciudad , hizo el coro mayor
colocindole donde hoy esta.
1514. Don Juan Rodriguez Fonseca, XXXVIII
Obispo, hizo la puerta de la Pellejeria.
1516., Don Ifigo Lopez de Mode XL Obis-
1[122]
po, fundé el Colegio de San Nicolas , do-
tandole con rentas, que ya no cobra.
1550. Don Francisco de Mendoza, Cardenal,
XLII Obispo, dejé varios préstamos, y
fund6 seis medias raciones, y una entera
para los Sochantres.
1568. Don Francisco Pacheco de Toledo, Car-
denal, XLII Obispo y I Arzobispo. A su
instancia se erigié la Iglesia de Burgos en
Metropolitana , dandola por sufraganeas
las de Pamplona y Calahorra. En su tiem-
po, once aiios despues del Concilio de
Trento, por el de mil quinientos setenta y
cinco (1), se formaron los estatutos que
gobiernan en ella, y la sinodal del Arzobis-
pado, tan edificante 4 todo su clero. Pos-
teriormente se la dieron tambien por su-
fraganeas las iglesias de Palencia, Santan-
der y Tudela de Navarra.
1579. Don Cristéval Vela, II Arzobispo, con-
tribuy6 con once mil ducados para la cons-
truccion del altar mayor. Es de admirable
arquitectura, y esta compuesto delas cinco
6rdenes: costé cincuenta y un mil duca-
1) Cuatro antes (1571) florecia el gran poeta latino
Fel Dando Ruiz de Villegas, natural de Burgos, que escri-
bid entre otras cosas el triunfo de la batalla ‘de Lepanto,
y sus obras se imprimieron en Venecia en 1734,[193]
dos. Le hicieron Rodrigo y Martin de la
Aya, y le doraron Juan de Urbina, natural
de Madrid, y Gregorio Martinez , de Va-
Nadolid.
1600. Don Antonio Zapata, Cardenal, III Ar-
zobispo, aiiadié é hizo la testera del coro,
dié cinco mil quinientos ducados para po-
ner la reja que le cierra, con muchos or-
namentos de gran mérito y valor.
1632. Don Fernando de Andrade , VII Arzo-
bispo, hizo los dos Srganos en él aiio de
mil seiscientos treinta y seis.
+641... Don Francisco Manso de Zuiiiga dié diez
y seis mil ducados para hacer los costados
del coro, y diez mil para tres medallas de
las cinco del Tras-sagrario, Misterios, Cru-
cificacion, y Descendimiento.
1665. Don Enrique de Peralta y Cardenas , XII
Arzobispo , edificé la capilla de San Enri-
que, y did treinta y.dos mil ducados para
los pedestales de jaspe, pilares y rejas
colaterales de la capilla mayor, y. las dos
medallas restantes del Tras-sagrario, Ora-
cion del Huerto, y Ascension.
1705. Don Manuel de Navarrete Ladron de
Guevara, XVI Arzobispo, hizo las rejas y
pulpitos de bronce, que estan en el cruce-
ro. Compuso la capilla de Santa Catalina,[126]
(hoy Sacristia vieja), poniendo en ella los
retratos de los Ilustrisimos Obisposy Arzo-
bispos, ¢ hizo tambien la hermosa cajone-
rfa que contiene, donde se guardan los ter-
nos y otras alhajas de adorno dela Iglesia.
1728. Don Manuel de Samaniego y Jaca, XVIII
Arzobispo , hizo la capilla de Santa Tecla,
que costé noventa mil ducados dejando su
patronato al Cabildo.
1751. Don Juan Francisco Guillen , XXI Ar-
‘obispo , dejé ocho mil ducados-para la
construccion de la Sacristia nueva.
1758.. Don Onesimo de Salamanca y Zaldi-
var, XXII Arzobispo , .dejé el:terno encar-
nado de tela de oro, que costé cincuenta
y siete mil reales.
1764. Don José Javier Rodriguez de..Arella-
’ no, XXIV Arzobispo, ‘did ‘las anforas de
plata en que se consagran los Santos Oleos,
* que costaron siete mil ducados; embaldo-
s6 él pavimento de la Iglesia; doré la cus-
todia que se llevaba en la procesion del
Corpus ; doté y funds las festividades del
Patrocinio de San José y sus Desposorios;
escribié siete tomos de pastorales y cua-
tro de avisos de Santa Teresa ; incorporé
el Seminario 4 la Universidad de Vallado-
lid; hizo el Monasterio de Monjas de San{rad}
Jods , antes-Shnta Polomia, el Colegio de
Ninas de Safdaiia , y otras:variasiobras y
- -cavidades.. .* \ i
m7 Don Juan Antonio ae los Tueros, XXV
-Arzebispo, hizo: una. casa: de correccion
«de maugeres en: el: barrio de San: Pedro;
pero por: falta :de’ rentas no. puede servir
&-4os, saludables objetos que se propuso
el fundador:.
¥a. se ha :visto que de.los cinco Carde-
“s .. dendles , los tres fueron Don Francisco de
‘Mendoza, Don Francisco Pacheco: de To-
edo; y'Don Antonio Zapata, y los dos
-vestantes de quienes ino se hace mencion
anteriormente, ‘asi como de otros varios
“' Prelados, fueron Don Fray Juan Alvarez
de Toledo, XLI Obispo, y Don Francisco
de Borja, LVI Obispo y XIV Arzabispo.
Muchos han hablado. de la ‘hermosa fa-
brica de esta santa Iglesia , que segura-
mente puede tenerse por una maravilla,
tanto en lo interior, como esterior de
ella, segun se puede ver en los disetios
que publied en-el tomo veinte y seis de su
Espana sagrada el P. M Fr. Enrique Flo-
rez;, pero ninguno sino Bosarte en su Via-
' ge‘artistico noté unos letreros que farman
’' Jos balaustres de los antépechos de su cor-[196]
nisa y nacimiento de las. pirémides de la
fachada principal , en que leyé, aunque
con equivocacion, Tota pulcra-es.... et
macula non. Los balaustres del antepecho
de la cornisa son letras géticas que di-
cen: Pulcra es et decora. Al nacimiento de
una de las piramides: Ecce agnus Det; y
alde la otra, Pax vobis. En la coronacion
6 remate hay tambien otro antepecho que
las circunda, y en cada angulo se contie-
- me enigual clase deletra la palabra en ci-
fra, Jesus,en launa, y enla otra Santa Ma-
ria, que coincide con la que.esta 4'les cos-
tados de la reja de entrada de:la capilla
de la Visitacion que fundé Don. Alonso de
Cartagena, XXXV Obispo, el cual se lla-
mé tambien Santa Maria, como hijo de su
antecesor Don Pablo.
. De dichas inscripciones , y. otras, in-
clusa la que habia en el castillo de Bur-
gos, que el viagero Don Antonio Ponz
trae tambien equivocada en el tomo XII,
p. 21 de su Viage de Espaiia, dandola ciento
diez afios y tres dias de mayor antigiie-
dad, escribimos' un cuaderno en.el afio
de 1807, que conservamos aun sin publicar,
por haber impedido su prosecacion la en-
» teada de los, franceses en el. aio, siguiente.