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ueden, de nbiotam: bucion de nevegrafos esto cero, Ci6n, sino voatemas cticas al nos hace 2 red est ulturales similedas osiciones converti- aseestrio- deinter- enalgin “esi He Goloria Ioigonces et ilama= 4ovalde de mente, ne vellegavia 12s. °. as Imaginarios de ta desestabilizaci6n Andrea Giunt= Una parte de e¢ve ensayo foe publicada en Nelly Richard (ed.), BL arte en Gsdlogo y tensida eon Jas trancfornaciones sociales yeulturales del mundo Zencenpordnso, Santiege de Chie, Cologuios Prienel de Cte, 2008. tas notes de este texto ce fneventran en la pag. 57 Laparancia,antes devolverse clinica. esuna salida lacrisis de sentido, Ricardo Pig “inside the museums, infinity goes up on al." No parece casual que Bod Dylan eecriblese su bella y explosiva frase en 1965, cuando empezeban a ser visibles las formas de la indisciplina que se generalizariaen el 68. Yaunquesabenos que nade empiezani termina en un anon enuna fecha precisa. datar nos llevaecon- frontar hechos distantes cuyos paralelismos o resonanciasencuentranalcances simbélicos, Dylan inscribe su fulgor an un momento personal de suviday de su carrera. Se hainterpretado suestrofa como una forma de poner entre paréntesis, las fantasias olos peligrosdele farma.Comenzabaen esesitola iltima granre- ‘bolion, pronto generalizada, contralas instituciones Gel ate. Una gamaextensa de formasdeintervencién fue disehandose at calordelaemergencia, todas moto- rizadas,dedistintas formas, por elimperative éticode revelarlestramnas seoretas dol poder, las estrategias de controly sus genealogias, conel proposito.ditimode colocarto iodo, elarte yelmunds, antela evidencia desu ineficacia. Fue entonces ‘cuando el museo ingres6 en forma generalizada en la postice de los artistas. Frenteal paulatino avance del poder dees nstituciones de normerycontrotarto ‘todo —en el mundodel arte, establecer prestigios, mercados, consagraciones—, penetraron es tremas de eus etructuras para convertirlasen escenariode sus intervenciones, subvertirlas, calocarlas on estado de emergencia, Uno podria, por quéno, sostener que hay uncomplot de los]ustosjel deaquellosque de este Tnodo resisten a quienes conepiran para mantener un ordeny someter@ otros. Los sfos sesenta nos ofrecen.un extreordinario repertoriode respuestas frentea la administracién institucional, que van dasde et juego con a ironfa que habia Inaugurado Duchamp hasta la inversion de su poder paravolver tas obras: no necesariamente las inetituciones— contra el poder del Estedo, el poder de tos ciruitos, la ficcién detintercambio colebratorioy sinconflictos. Elrégimen del arte conceptuel, particularmente cuando recurrea objetos transicionaleso aes ‘ructuras diagraméticas come mecanismos paraalterarlosérdenesestablecidos (tantoen alespaciode lasideascomoen olde as estructuras institucionales que las legitiman), o basa, centralmante, en el pensamiento del complot. Escarber loslimites, escenificarios para ponerios en evidencia; cuando se admite la posi- bilidad de le eficacia, se postulael prapdsito de mocificerlas oempujarlashasts elborde de unabismo. Loe relatos de los afios sesenta lluminan el momento en et que se torne visible undatoque. sibiennoeranuevo, alcanzabatun grado de generalizacion que Ichacia inoludible: las instituciones del arte no eran solo bellae-salas en las que ‘sedisponian las obras, por supuesto, también bellas; eran espaciosenlosquese administraban valores. Los artistas no permanecieron mudos ni inertes frente teeta constatacién. La radical conclencia acerca det poder de as institucionesde organizarlo todo expandiélaimeginacién creadora en una fligrana de estrategies {que fueron desde el juegocon ls dindmicas que gobiernan la arquitecturadesy poder, para controlarlas, hasta el uso de su autorides y prestigio pibtico para Convertiriasen tribunas desde as cveleshacer evidente unestado del mundo. Quisiera postular aqui que noes ajena ala inscripci6n latinoemericana dol pensamiento artistico una forma exagerada, incluso paranoica, de pensarel poder de les instituciones. Como sien eu Logica tédo pudiese revelarse pare ser sas, Acotones y Proveces. 1955-1975 vusadoen funcidnde unobjetivo preciso, contrarioal poder que ellas mismas bus- caninstaurar. Lametocologia del compict, que daria, incluso, lugar auna teor noes casual que Ricardo Piglia escribiese un enseyo sobre el tema— sefunda, cenlahipotesis contrafactual de quelas cosas pueden ser distintas sise anticipa ‘4 l6gice. En tal sentido se vincula & la maxima creatividad, ya que no importa ‘antoverifcar su eficacia como planificery escribir susestrategias. Elnudodela cuesti6n no radica tanto en a intencin detorcerla historia, talcomoesta puede ~anticiparse, sino enlanarraciény en a actuacién delas operaciones nacesaris para transformaria. En estoradica supoética, elconjuntode recursos que activan ‘unimaginario que patencialmente puede cambiar un orden quese prevé, peroque todavia nose ha cumplido. Se vincula,directamente, al universodelo posible. Sus recursos posticos se basan ena logica, en acoherencia, enlatrama,entaarti- culacién del tiempo, en lainterpretacian del pasadoy enla predicciéndel futuro. Larelacin entre la descripcién anticipada yol resultado —en casodeque nose proponga solocomoun plan sino quedemande su cumnplimiento— suelo ser dos proporcionada, Generalmente es mas interesante elrelatoque larealizacién. Su eficaciano radica en al logro sino en a organizacién de sus presupuestosyen las acciones que e instrumentan paramaterializarios. Unpian.exquisito paractque laverficacin es, endefintiva, accesoria. Elcomplotesel momentoimaginarioen el que se urde a teorfa desestobilizadora; es, también, el momento mas tenazde lavanguardia, el quo recorre la \6gica del poder para alterarla, parainstaurarun ‘contrapader que apelaa una representatividad distinta, hipotéticamente mayor. Elcomplat, sostiene Piglia, involucralailegalidad, el juego con loclandestino, la cconfabulacién, le complicidad, la intriga. Casi siempre envuelve a un grupo. Por ‘es0 toma particular retevancia el complotindividuaten cuanto adquiereun cardo~ tercasi heroico, Elcomplatesel pensamianto de o paralelo, deuna.organizacién equivalente ala del poder que se urde conel propésito de desestructurarlo mas ‘que de tomarlo, Busca amenazar al Estado y, or supuesto, asus instituciones.. ‘Aspira erosionar, incluso, las estratagias defensivas que el Estado administra, para desarticular todo intento de revoluciénenel campodelaculturamediantela ‘concura ola prohibicién, Sial Estado utiliza la censura como accién anticipatoria, el complot cisefa el plan desarticulador de la anatema. Como destaca Piglia, leer entre linees ~acto querealizan tantoel censor comoel conspiradar, los dos {grandes modelos dal lector maderno—es unacto politico que quierepprever todo quello que contracige el orden que se pretende establecer. Elcomplotes una tactica de resistencia frentea distintas articulaciones efectivas del poder. "Con frecuencia, para entender lal6gica destructiva del social, elsujeto privado debe Inferirla existencia de un complot", destaca Piglia.* Toda revolucién tiena unestadiode complat. Es un momentodela guerra yy también dela vanguardia. Supone abstraer, analizar eincorporar'a ogicaque ‘organiza el poder en un momento y en un lugar ospecificos con el propésito de desarticularlo. El complot es traicién, Puede obedecer a ideales con los que se aspire 2 representar a un colectivo o, también, a valores que se asocian con lo ‘mezquino. En terminos més generales, y especificamsente en el campo artistico, ‘el complot presunone la existencia de un valor que se busca subvertir: quiere cambiar los patrones de lo legitimo, de lo aceptado, trastornarlo por ta erosion ‘antes que por una abierta conflagracion. Es un momentode la guerra queeludeia confrontacién directa. Todo complet implica formas de negociacion ydeenmas~ ccaramianto.€l podery el complot para desarmarlo pueden coexistir durante un Cierte tiompo. Cuando os términos de nogociacién antreellosyano son posibles, la confrontacién se wuelve publica y directa. Un complato bien se desarma con el desenmascaramiento de la verdad, con la revelacién del secreto,o bien des~ ‘emboca en el despliogue de la guerra en el campo de batalla, Develada lacons- tame ton so ry piracién, sigue la evaluacién social ~en ol mbito del cultura, acargo de otros @ctoresy ela critica— acercadesus razones, cus|ustiticaciones. suéticay sus, pracedimientos, Accidn yjuicioético no suelen coincidirsinodespues de uncierto. tiempo. La sensacién preliminar que acompana sun actoconspirative —cvando ste rebasa los limites dao admisible— suele ser el desconcierto de una estat Ciertos momentos dela vanguardialatinoamaricana delos afos sesenta ‘exponen a productividad postica del complot cuandoesteinvoluera directamente alas insttuciones legitimadores del arte. Situadasonlacoyuntureletinoamericana de esos acs, marcada pore Revolucion Cubsnay porlasestrategias det segundo momento dela Guerra Frie —es decir, aquellas reguladas desde ol lemia América pore los omaricanos y resctualizsdas por ol discurso de la Alianze para et Progre- 80—, podriamos pensar el paralelo entrees tdcticasdel antiinstitucionalismo de la vanguardia como complot y las estrategias de la Guerre Fria.°La misma légica cconspirativa los llev5, en ciertos momentos, a replicar cus formas de operar las cstrateglas para fortalecer el poder hegeménico fueron contestadas por as ticti- cas pera desestructurarto. La globalizacién pareceria haber aplanado eseuuniverso desentido; [a reflexién actual sobre lainstitucionalidad detarte busca desorbirle vyexponerla, exoandir su propia retorica, més que desorgenizarla, El plan total olita y ambito Dveian ‘ormas “eatwo vuelve sylas {dolor aYork ralos lose donde rela se doles ena violencia quea fines detos sesenta emolvia ala sociedad argentina o chilene.

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