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5 Hermentutica, verdad y praxis La nueva conciencia teolgica no carece de oposicién en América latina. Severas objeciones le han sido planteadas tam- bid desde fuera del continente, «Nuestro lenguaje e¢ tan nue- vo, que a algunos les parece una distorsién del evangelion, ha dicho J. L, Segundo. La nueva teologla latinoamericana es pro- fandamente polémice pero no sislacionists. Sus voceros tienen clara conciencia de los problemas que esta nueva manera de ha- cer teologla plantea y estdn dispuestos a considerarlos. Pero rehsan sujetarse a la teologia académica nordatléntica como a luna especie de norma wormans ante la cual debe responder t0- do te6logo. ¥ rechazardn igualmemte un debate teolégico que proceda abstractamente, desvinculado de Ia situacién total en ue tiene lugar, En los capftulos restantes exploraremos slgu- nas de las cuestiones planteadas en el debate teoldgico que co- ‘mienza a desarrllarse através del abismo que separa a ls ricos ylos pobres, Sdio trataremos de ubicar los problemas y sugerit algunas Iineas de abordaje. Obviamente, nuestro aproche corres- onde « nuestra ubicacién y perspectiva Jatinoamericanas. Con todo, no desesperamos de poder sugetir algunas corresponden- cias con antiguas y fundamentales cuestiones y motivos teol6g La ideologizacién» del evangelio es tal ver la acusacién ands freeuentemente lancada contra la teologia de la iberacién. m Reflesion erica En un acerba critica de la teologia de ISAL, el evangélico pe- nano Pedro Arana conelaye Eq la ideslogia de ISAL, Dios se uaduce como revolscién, El pueblo de Dior, como hucses revluconaian El peopésito de Dios come humasizacda. Y la palabra de Dios como Los ex tos evolucontros, A nadie cpa que todo oto es humane ‘oo mars, fants de Ios cistianos slemanes> y wa monszwoee scctodacin a ls esogis mat cs frecuemenente conjure fara soictutet le teogis de ls Hbeacgn El problema cx ‘Sic, pct no ae ttn de spanesdesfortedae aregadar Fermuaciones de sclgoe de emia, de enfants series tn busta de tvctndad cockrdlosino dela Cao sm de ‘tena de njspetcin y de a exrocum den relia de Cita lope aevaion se junio, I ooops on csi Sl tame pes da pean de un slo fee ea erg, oye sorta poste de ners eget tear Bl texto de a Esettor 9 In tadén es foro sabre Tes de Pronso di clogs el teslogn que bx exo pres, de ee proseimienta ests conden sn remedio no Sept cox ove que. eo de ou props elo No bey Tedeoién para esa tcologa porsue hu amordarao la plabra Ei enns tacts y eed Were ane dante que is eric no cree ttalmente da wuller Me parece, cn clonio,que nongun blo Into: tmveacan de a era no ba Yom tn cuenta sue {ecae pig y por ende no he dencrolado sn ls aoc nde oS, Att cc lei wel ser, La modal fen Cochabemba, Bolivia, en diciembre 1971. Pero es interesante adver A Pome intrest cg a, cag or aoe Iideon Cl, Ordener de ls cealon 9 responsabilidad soi Re Padi (cay en Fe cisions y Ltinoemérca boy, Buenos Aires 1974, 1-184 ¥ mls ain Lz liberals, una serie de Booger pa exis bine eproducida ca Pasos 33 (1973) Hermenéutis, verdad press um defensas freme a é. Pero anes de plancearos esa urea parece necesario asegurarse de que el problema sea pucsto en tétninos Correos. A mi ver, son no corresponden,primordalmente a Sel cpive —Sopprenin entre” a rico —praxs y obediencia—. O, patn set mis precios, « relacién y la unidad de ambos. . =~ "ee a ol bla median na breye and ‘a* Un joven grofesor de telopa puertorriquerio bie bus algunos dls et la eel por tarone poltas ~partcipeden en una demostracién contra experimentacion militar norteune. ana en tertorio poeroriquetio En las_convecaciones on sus comptes de prison, treba de cxplcates le ele Gn entre st fe y su partcipaién en un acto politico, Uno de ‘sus compajieros no-cristiano, relata, pronto lo interrumpié: «Es- cucha, tu fe no tene nada gue ver Con esto, porque ti puedes jnsifcar por ella to paricpacion en una action sevoluconaa Yl gee met peso ela or Ie oma fey cn Fescconara y reprenvan. ¢Como ‘responder n esa objectn? Hay dos posblesrespustas que deberlamos de’ entrada excl. ta pines ser: ooo so ay ac ono, ssio-e8 fo qu el ersvanismo signifcn pers min. No ex nec. fario dewenerse macho tobte estas respuesta. caramente 08 lknwan a las arenas movediaa del subjetvismo y del voluntarie: mo en las que todo contenido histrico objetivo, sca dl erie tianismo’o de la scuaién presente se hunden’ iremediable ‘Dor esta razén, muchos se inclinatian por una segunda ret poestt: «Hay na verdad ctstane absolute, prinepios ct tianos ciernamente vidos, texpuetdadosyatevoradgn en las Escritura y/o en fos proninciamientor de fa iglesia, ¥ adem, hay aplceciones apreximativas, més 0 meno® imperfecta, de 9 verdad>, Esta empcsa expresa Jo gue podramos ‘mat felaci cisica enue Ia verdad y i ac: En esta peropectva, ie verdad pertenece un eaivero de verdad, completo en sf miso, que puede set mis0 menor fiment Teproducido © 2 la historia fue narra por el profesor Luis N. Rives agi de erto Rico'en unt reamign tlie em Bucno® Aites eo 971 m4 Reflesén erties copiado en proposciones de esa teorla a une situacion hstGrien particular, La verdad es poet preenistente a au electividad histricae independiente de Ella Su valde 0 legitimidad ha de ser comprobada en relacién Sete acielo abstracto de verdad>, totalmente apate de su his- toric, Er exia concepcin de la verdad la que ha hecho crisis en ta teologa lainoamericana, Caando Assmann habla del rechazo de stoda lopla que n0 sea Jogi de Ia prait> * 0 Gutirez ex cribe tobre ala ruptura epistemolopce no ac limitan «aft tmar que rode verdad debe set aplicada, ni siguiera que bay thon rOlacién entre la verdad y su aplicacion, Dien, en realidad, age no bey una verdad fuera de los eventos Hsticos en los ules los sees humanos actéan como agentes. No hay, por 10 {amto, conocimiento apette de Ia sci6n, dl proceso’ de tans: formicién del mundo mediante la paticipacion en la historia ‘Tan pronto se formule esta posiion, se planteardn varias ob- jecionen: 1) que la verdad iblica es reducida a accién ica a herejiaclisica de diversas formas de humanismo—, 2) que ia dimensién everticaly de la fe es reabsorbida eu la ehorizon- taln, 3) aye sta es, en realidad, sdlo ln teorla marisa de Ta verdad 9 Gel conociiento “Antes de lear tales conclusiones deberfamos planter al * menos dos preguntas tespecto del punto de vista eclésco>, La Primera tiene que ver'con el concepto biblico de verdad. A ie fin basta mencionar ness convergentes de in- estgacin..intepretaclon,biblics, or. mis que debimos precisaro‘matizar algunas de sus formulaciones més absolutas, wean poets dudas dela exacttud de laconclsion de ls mds esacados erudios vetetotestamentatios (Wright, von Rad, Fchredt ete) de que para el antiguo testamento In palabra de ‘Dice no'comiste en una comunicacion conceptual sino en un 1, Assmann, Teologla desde la pravis de a liberacém,Salarpanca 3 5 Gutdree, Press de liberacin y fe critians, Lima 1973, 16 Hermontatcs, verdad 9 prose ns vento ceativo, ea un promunclamiento que se historia y ren Nstora. Su verdad no reside en 80 corespondenci con une idea sino en su eficacia para evar cabo Te promesa de Dios ‘© pare complit su juicio. Consiguientemente, 10 que se exige desma noe tna inferencin én sino una partipacgn obe- dente —por Ia acién o por el suftimiento- en l justia y le misercordia activas de Yahve. La fe es siempre una obs dincia conereta ‘ve se apoya en la promean de Dios ¥ 8 vin diene misma de onder: Rbrahin ofrecer iio io, Moisés entra «las ages del mat Rojo. No hay posi dade aleanear previamente 0 de poseer de antemane aga clave teorética. No hay un «nombre de Dios» para conjurat 0 interreiar— apare de I presencia misma de Dios en so po der (es decir, en sus actos poderosos). Por ello la fede Taree 20 se presenta como ina giosis, kino como tn camino, ‘una forge papiclr ge oar, le sccomae detto fue del pueblo eleido, de ordenar la vida en todos sus aspectos, de feet avsctninos (fxm de aca) de Dos con Teel ste context, tan clarameate expresido, por eemplo, en los sans i propa de Joie stmbolo del «caminos para refertse a 30 prop persona: mismo motivo, por oire Parte respanece eo a iteratra paula en as seciones pare nies. La fe es un actminare o sconducitses, Ex biew cone ldo que aun cl concep de conocimientoy el seatido del vet by sconocer» tienen en ls Biba este concenido activo 9 pat patria. Eta forma de concebir la verdad encueniza.una expla confirmacién en el énfasis juaneo en «hacer la verdad»..La pa- Inbr de Dice (noes) es una palabra enchmada, una cares Samana gue plata asda ee on El conc mento. de ese logos es Cmmanign)partcinacién en esa hey {vider que se he tornado acesibe en medio del viejo smundom Eun ctuevo nacimientor, No puede ser lcanado pediante ome ni expt di tn or go we no comprenden mi lengnae (lala? Ex posase no pueden ecu. Sharm palabra (logos (a8, 43). Ex necestio ar disp to 2 eniar actvamente en esta reli, en ext vide: 00 €1 ue bace Ia palabra concert la doctrine. Les epltolasjuaneas ne Rellenion etice claboran el mismo tema vinculando «l conodimiento de Dies pret am yhermus De dence mos qu STihsmite partie en so vida concteta mediante el ejersco tezivo del amor, No se trata de una minimizacién de la revela- tis itescn en Jesucristo; por el contrario, éta es para el fur una pruche decisive, Peto este fevelacgn no es uh cono- Sint nab no una een coe nex Este mismo ponto podsia elaborarse mucho més amplia mente con respecto a ottos bloques de materi] bfice. Parece evidente que a concepcin clic no puede redamar une base lca para su conespio de verdad o pera la distincién entre tun conccimieato terico de In verdad 9 Te aplieasién practice dein misma, Un conocimiento correto depende de und accion coreca, © ind be, congimin ve deel oh el hace. 2 ial obrar es patina, Por oirs parte, tambien podemos ‘preguntarnos a esta citincién de la concepion clisia x feno Trenoldgicamente sostenible. ¢Exise, de hecho, un conocimien to teénco previo a au aplicacin? Parecerfa que el andlsis so SFoldgico ya Escriara nos dan el mismo veredct: no hay tal onotimicnto nesta. La socilogia del conoeimiento documenta plamente clihecho de que siempre pensimos (y teriamos) spur de un contexto especfeo de arcén ¥ de rlaiones, a sober. ponir de una pres parcelar. Lo que Baltmann ba SSereido tan convincentemente respecto de wha pre-comren- Tad se ton intemprete aporta la hermenéutica de un texto, ‘he er profundity coeretizdo, no en el formal ands dere extencia sno en conions nce de panes Sue pertenewen a un certo tiempo, pelo y cise sot due Green cm determines cuss de ci incluso de Stcign ristiana y que len os texow y low iveritctan deseo de ees condiciones y a partir de alls. 1 aes ot 7. a pli en in eee ot ete Toe eee iver cheenee wets s {Stance Tor5, Cétombidn ef bio dal Bibs exc esatl out ihe estate Rs ec Hermenéatca, vera y praxis ar estas observaciones, que el andlisis fenomenolégico con- fiema, son correcta, ¢ deivan cettasconsceuencas de decsiva inmporzancia para la euestiGn hermenéatica, Indcamos 4 cont muaeién algufos puntos que merecen més ampia consideracioa, Toda interprecacion de textos que se nos presente (ya, sea como exégesis 0 como intexpretacién dea o sistemitics) debe Ser examinada zespecto ala peas de la eval se origina. Fs en este sentido que los insramentos-tabotades por dos de los ‘moviermos maestros del «arte de a ospech> —Matx y Feead— son de la mayor importancia. Coneretamente, no podemos acep- tar las interpretaciones que nos vienen del’ «mundo Zico» sin soph, ypregucarps or ello, qué dnc de rari, apoyan y Tegiimizan. Por ejemplo, gpor qué ban permane i oelos ur es inretes bes, bay sees mente, los motives y respnanclas politico de la vida de Jexis? ¢se tra de un lamentable descudo por parte de estan exepetas © de la expresién —por cierto mayormente inconciente y pot Jo tanto mucho mds eligrosa— dela distincién ideolpet i bezal de planos y niveles que relepa Ia religién al dmbito de la subjevidad y dee prenldad Invi En andogs ves, J. L. Segundo ubica {a clave para entender Ia imagen cotriente ie un Dios intemporal e impersonal, no alo cn ls ifluencias especilativas flosdicas que pariciparon en su ereacién sino en una concepeién dicotomizada de In vida humana sein ual el hombre trabaja y produce en un fimbito exter, po biico y material a fn de wemerger a una zona identfcada como igual on la cul poce wale tedden maida No es entonces perfeceamente comprensibie que Dio¥ sea ak tnilado a este ambito, como so esters de accién y so garante y «que por consiguiente se To disociey distance del mundo exter- io ¥ material y de la historia abjetiva del ensndo °? Cuando Freod y Marx denuncian tal dios como una proyeccin idcolS fea mediante la cual disftsamos nuestra incapaidad. para resolver nuestra realidad humana, materiale histérea, no hcen tas para une putificacén de nues 8 Nuespg ides de Dios, Buenos Altes 1970, especialmente los ex plus Ty TE, " ns Reflexion eitice ta hermengutica teolégica, De esta manera se abren las puer tas a una reconcepcidn de la herencia teolégica. ‘Mas importante atin es la cuestin de la verificabilidad del cristianismo en su foncién histérica. EL problema de la verif- cabilidad no puede ser eludido; el cristianismo debié confron- tarlo desde sus mismos origenes. A partir del siglo 0 de nues- ita ets, trat6 de zesolverio mediante Ia @pologeica, como problema de la racionalidad de la fe ctistiana. Los sistemas teo- ldgicos se transformaron siguiendo los cambios de los sistemas filoséficos que en una determinada época ofrecian el marco de referencia para la explicacién de la realidad dltima. Resultaba crucial demostrar que 1a fe cristiana «tenfa sentido» en térmi- nos de tales marcos interptetativos. Tres hechos, al menos, nos ‘bligan oy a abandonat este tipo de verieacién, Por una parte, tl ocaso de fa metafisica toma mayormente irelevante toda re. ferencia a una trans-realidad del mundo humano ¢ histérico. ‘No podemos hallar ya en tal trans-mundo un correlato vide de nuestro lenguaje teolégico. En segundo lugar, poscemos ahora los instrumentos que nos permiten aguilatar'y analizar el impacto histtico de Ia fe cris tana. Desde que las ciencias sociosnalitcas han desveledo la Gipdmica hisérien concreta del cristianismo (es decir, la rela cin entre protestantismo y capitalsmg, la relacién entre auamaia social y el cfécimiento de las-sectas, etc.) y desde que el and- Iie sutra aos permite capone es fancones dogs del lengusje teligioso, ya no podemos medir la groclamacion y el gstnenio de a iglesia dmpemente en minor del conte nido conceptual de st doctsina,desconociendo como eespurias» © sincidentales» algunas asf llamadas «consecuencias> de tal octtina. El signfieado del crstanismo no uede abstrarse de impacto pre Beno par mal Las palabras mmutiean res cual fuere a intenciéa las pronuncis— fn relsin 1 un cédigo histricamente delinido y' este cédigo| no ha sido creado sélo mediante ideas sino en la experiencia| total de un pueblo y una época es —experiencia que; incluye © incorpora, a su vez, el impacto histérico de la fe cris-| tiana—- Finalmente, el mismo testimonio bfblico no nos permite Tefugiatnos tun frmamento conceptual. Sus referencias cs Hermenéatica, verdad y press us ‘én siempre ligadas al tiempo y al espacio, Habla de hechos que tvieron, tienen o tendrin lugar en la historia, en el mando de Jos hombres, que pueden ser fechados con referencia a Fara6a, Nabucodonosor y César Augusto. Dios mismo es, por cierto, cl actor principal de esos hechos. Pero no se trata de deducit la aéciOa de Dios de alain proyecto o idea previamente deter minable, El cardcter de Dios se da a conocer, pot el contratio, en es0s mismos hechos, que no citecen, por supuesto, de unt “epalabran; de un «logos», pero euyo logos se veiica en el ate yes inseparable de él El eriterio de verificabilidad histériea y Ia extica del con- cepto «clisico» de verdad demandan, a su ver, mevas formas ‘© instrumentos hermenéuticos, Ya no basta Ia l6gica formal que permita establecer por deducciGn las consecuencias de unas ver dades conceptuales. Se hace necesatio analizar una praxis his- tien que se precede cristiano, Fst andi rity incl rrimero de operaciones. desconocidas para la teologia clisica La praxis histérica desborda ef imbito de lo subjetivo ¥ pri vado, Si se trata de actos, y no meramente de ideas, sentimien- {os 0 intenciones, nos sumergimos de inmediato en el Ambito de Ia politica, entendido ahora en el sentido més lato de lo ‘rtblico y social. Billy Graham, la Iglesia Reformada de Africa {el Sur, Martin Luther King 0 «Cristianos por el Socielismo> ‘bo se nos prescatan primordialmente como sistemas de ideas © de posiciones eeolbgicas sino como agentes histéricos que ope- ran en determinada direcci6n y con cieros efectos que es po sible aguilatar y verficar. El campo de investigacién es la s0- ciedad entera en la cus] operan estos agentes; los hechos econé- ‘micos, culturales y politicos son tan significativos para el cono- cimiento de estas praxis como la exégesis de sus pronuncia- ‘mientos y publicaciones. Su crstianismo debe set verificado con respecto a cuestiones tales como ef zpartbed, el imperialismo, Jn integracién, la auto-determinacién y otras magnitudes socio: politica, Es abvio que tal andisis comporta el uso del instrumental de la ciencia socio-poitia. Un reciente estudio del pentecostalis- ‘mo chileno, por ejemplo, investiga los mecanismos de autorided ¥ control que operan en estas comunidades en relacién con os

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