Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Muy buenas noches, y gracias a todos de antemano por su presencia en este evento.
Quise iniciar esta intervención invocando la sabiduría de mis ancestros para invitarles a
todos y todas a tomar conciencia de que sólo es posible una sociedad dignificadota de
las mujeres si las mujeres reconocen la acción del Dios de la Vida en sus propias
existencias.
Está comprobado! cuando una mujer ama verdaderamente a Dios, llena de amor, de luz,
de alegría y de esperanza todo a su alrededor. Su familia se convierte en una familia
verdadera, lleva humanidad a sus lugares de estudio y de trabajo; sus sentimientos son
de amor verdadero. Una mujer que vive por el bien de los demás perfectamente cambia,
incluso, el curso de la Historia misma.
Tuve la oportunidad de seguir esta semana los diversos discursos que se dieron acerca
del papel de la mujer en la actual situación mundial, continental, nacional y local que
vivimos, y en honor a la verdad percibí sentimientos de rencor y de odio. No cabe duda
de que es importante devolverle a las damas la honra que se merecen, pero no es sano
hablar de una liberación o emancipación de género invocando la agresión o de la lucha
armada o de la muerte de los inocentes como instrumento. Por eso tenemos una cultura
de violencia, de odio y de rencor, porque como todo depende de la mujer…
Es por ello que nos hemos reunido esta noche, para proponerles a todas las mujeres una
alternativa positiva, una idea mucho mejor. Esa propuesta está enmarcada en la
fundación de familias verdaderas. Cuando una mujer instituye un matrimonio
consagrado por el amor de Dios, ese matrimonio automáticamente va a generar una
familia verdadera, y en consecuencia forjará una sociedad, una nación y un mundo lleno
del amor de Dios.
Está claro que la paz entre las religiones es un requisito necesario para la paz mundial,
las mujeres pueden y deben desempeñar un papel central en la promoción del
entendimiento y la cooperación entre las religiones. Por eso propongo a las mujeres
convertirse en Novias de la Paz. Por ejemplo, se podría organizar, entre otras
actividades interreligiosas lideradas por las damas, una ceremonia en la que las mujeres
representativas de cada credo, en nombre de su religión, ofrezcan el perdón y la
reconciliación a otras mujeres de otra confesión diferente y que ellas cultiven una
amistad llena del amor verdadero.
Los hombres podemos hablar muy bonito pero la ventaja de las mujeres es que ellas
expresan sus sentimientos mucho más fácil y eso nos movería a los líderes religiosos a
trabajar, sin diplomacias hipócritas, en un marco de verdadera amistad mutua y
procurando siempre el bienestar del otro.