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Despus de su muerte, haba decidido no escribir acerca de mi relacin con l por pudor y
por no parecer presuntuoso. As que, cuando una noche de febrero de 2008 don Julin Carrn
(a quien Giussani haba llamado desde Espaa para guiar el movimiento de Comunin y
Liberacin) me propuso escribir la biografa de don Giussani, entend que por medio andaba
el Misterio y dije que s. Para ayudarme, Carrn me cont cmo un grupo de amigos,
seminaristas y sacerdotes jvenes de Madrid comenzaron a estudiar la historicidad de los
evangelios: encantados con la experiencia de fe que vivan, tenan inters en conocer ms a
fondo cmo haba comenzado todo. T trata de hacer lo mismo me dijo. Djate llevar
por la curiosidad de saber cmo empez todo con don Giussani. Deja que las cosas te
interpelen, y vers que el camino se abrir por s mismo. Durante cinco aos me ha guiado
una mirada llena de curiosidad acerca de un hombre que ha vivido su vida intensamente.
La grandeza de la figura de Cristo fue una suerte de pensamiento dominante que nunca
abandon. La mayor alegra de la vida del hombre es sentir a Jesucristo vivo y palpitante
en la carne de su propio pensamiento y su propio corazn: esta es la frase que he elegido
para abrir la historia de su vida. Para l, Cristo es la sustancia de todas las cosa s, tanto que
recordar siempre aquel hermoso da en que un maestro suyo le hizo descubrir que la
Belleza que Leopardi busc sin encontrarla se haba ya encarnado.
Una cierta publicidad periodstica le ha pintado como en lucha contra la modernidad. Todo
lo contrario. Don Giussani nunca tuvo miedo del mundo ni de la modernidad. La actitud de
apertura, de sencillez y curiosidad generados por su relacin con Cristo le permiti mirar
todo y a todos sin miedo, porque le sostena la certeza de la fe. Incluso cuando sus juicios se
hacan ms duros, siempre se mostraba conmovido por una profunda compasin por el drama
humano que l mismo haba experimentado.
Despus de veinte aos junto a l, estos cinco aos de trabajo en su biografa me han
confirmado su historia como una relacin continua con la realidad y con la poca que le toc
vivir: don Giussani estaba convencido de que las circunstancias por las que Dios nos hace
pasar son un elemento esencial y no secundario de la vocacin y del testimonio cristianos en
el mundo. Aqu reside una de las aportaciones decisivas de don Giussani a quienes hoy
buscan una respuesta adecuada a los desafos de la vida.
Alberto Savorana