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28 COPIAS- Por: GUILLERMO HOYOS VASQUEZ Departamento de Filosofia Universidad Nacional de Colombia “Y aunque se haya establecido en firme un abismo Anaalvable entre la jurisdiccién del concepto natural, en cuanto jurisdiccién de lo sensible, y la del concepto de libertad, como jurisdiccién de lo suprasensible...” (I, Kant, Introduccién a la Critica del_juicio, p. 11, el subrayado es mfo). El titulo de este ensayo sugiere una discusién que lleva eventualmente a privilegiar cierto tipo de filosofia, en este caso, la que se orienta sdlo por la primera parte de la critica de la raz6n pura de Kant, frente a otro tipo, precisamente el que se enmarca en la critica de la raz6n Practica. En términos generales se ha designado est: orientacién como _‘positivismo’. Goncepeién positivista de la filosofia es el pensar que toda la reflexién filoséfica esté «: servicio de la ciencia Positiva, ignorando completamens los asuntos ie la filosofia pr&ctica. Por ello, si se encuentcaciesto equilibrio entre las dos partes de la filosoffa, la que 30 xelaciona m&s con la ciencia y la que orienta la accién, es posible eatablace! itariedad entre ambas. No se trata de privilegiar en la ensefianza una de las dos partes, en deterioro de la otra, sino precisamente de desarrollar Pedagégicamente la especificidad de cada una y la intima relacién entre las dos. entre Ia filosoffa teérica y la préctica ha desembocado 6) ja_as{ llamada ‘crisis de la modernidad’. Al reducir la el desarrollo cientifico tecnolégico desacreditando como ‘ideologia’ el discurso moral n_lo cual el proyecto 5 | U) wodarno“queda—expuesto a la _manipulacian dead: |S) conceperan de cfencia Srécnica te6rica’™. De una concepcién unilateral de ciencia, € Gemeritada la critica, y a la que sélo le quedan como Pye a {f) Bamund Husvert, sxitica de la razén légica. México, UNAM 1962, p. 9 bs El no haber articulado suficientemente la complementariedad Te ut # nodernidad a _mara modernizacién se impulsa unilateralmente (rodty~" dak. 4 Wn ey as justificacién “las anteojeras netédicas"? de 1a _ciencia positiva que restringen su campo de vista, s6lo queda decir que es “ideologia’’- Esto nos lleva a plantear ante teio el sentido de 1a crisis Giencias (1 ari Tuir el sentido propio de cada qho_de los iscursos de la ‘ilosofia, el teérico y el eT unde de 1 vie ee or bactonalid y. o entonces Po ios arcicular en racionalidad comunicativa la complementariedad entre la filosofia practica y la reflexién epistersiégica sobre la ciencia y la tecnologia (4), lo que mite explicitar en la ensefianza de la filosofia la xe-scién entre ética y teorfa de la argumentacién (5)* 1.- ba crisis de la modernidad. Cuando se piensa la modez:idad a partir de los planteamientos de Kant en sus criticas, la de la raz6n teérica, la de la raz6n préccica y la del juicio, se constata que mientras la ci exacta y experimental ha obtenido éxitos indudables, no riede afirmarse lo mismo del desarrollo de las ciencias scctales en relacién con el fortalecimiento moral de la scciedad, en contra de lo previsto por la Ilustracién. iste desequilibr. éxito de las ciencias, la té:rica y la tecnologia y el auraco de la cultura-y Ta mora: es la principal causa de la *crisis dela modernidad’. fero esta crisis no puede jlevar a exagerar de tai forma los peligros de positivizacién de las ciencias sociales y. la. Filosofia, que ‘ vel s6lo xe discurso ret6rico: se dice ze _no_s6la—no—pueden—ser ch ino e_afo: a puesto que su funcién es mas n_‘edifi J: convocar, * Inia, p. 8 > Ver; Jirgen Habermas, La_téenica y la ciencia como ideolesia, Madrid, Tecnos 1980. ‘gn algunos apartes de este trabajo =e he guiado por algunos capitulos del modulo, escrito con Germin Varzas Guillén, para el Programa de Bepecializacién en Teoria, Métodos y Técnicas de Investigacién Social, Bogoté, ASCUN/TCFES 1997; ver también mi trabajo: “Blementos filoséficos para la comprensién de una politica de ciencia y tecnologia® en: Miaién de Ciencia 7 Tecnologia. La _conformaciGn—de comunidades cientificaa en Colonia, Volumen 3, Tomo T, Bogotd, M.E.N., D.NOP., FONADE, 1990, pp.13- Cs Vine yes animar_y exhortar los mavimientos sociales y en general la accién del hombre. Entre un desarrollo positivista de la modernidad, que tratava la filosoffa pr&ctica somo ‘ideologia’, y la insistencia dela posmodernidad en lo ‘no-racional” de las Ciencias sociales de la filosozta, queda como reto para @1 proceso educativo, aceptando la critica al Feduccionismo Ge las ciencias ‘dures’ y asunlencs e]sentido—blando—de Tas ciencias sociales, reconstruir el “discurso filoséfico de la modernidad"®. Con esto el debate entre modernidad y posmodernidad se convierte en e. nuevo escenario para articular las relaciones entre las ciencias empirico anal{ticas y las ciencias sociales y la filosoffa. 1.1. ba crisis de la modernidad es el proceso que culmina en confundir las tareas de la medex yaaidat 4 cepro de ‘modernizacién’—la modernidad ha quedado reducida al despliegue__de __la racionalidad formal"*, es decir, de a racionalidad instrumental y meramente fundional, _ Precisamente esta nodernizacién raganica se ha cstuflado en la modernidad en los imaginarios reguladores <= 1@ mano invisible del mercado o del i Las promesas de libertad, iguaizad solidaridad di Tinetracién no se han cumplido. Todo lo contrario: los Holocaustos, la pobreza absoluza. las discriminaciones de toda_indo! ido e¢: ae de_una_raz6n_ilustrada de_un_progreso pretendidamente humano. La_contradiccién real ge un esfuerzo reflexivo ae eee cas sociaiaa, tel pent ‘acerca de las dindémicas sociales, sel sentido de lo jurtdi y lo politico, de una imagen soral del mundo que todavia gach-por realizar. Esta tarea ve-lexiva se enmarca en el jorizonte de reconstruccién de las ciencias sociales renovadas hoy bajo el nombre gerérico de “ciencias de la discusién"’. S gargen Habermas, El_discurso filosético de Ja madernidad, Madrid, ‘Taurus 1988 “Norbert Lechner, i joa_patios intericres de la democracia. Subjerividad vepantiago de Chile, FLACSC 1338, G1 capitulo "Ese desencento Viemado posmoderno" est& reeditado en: Revista Fora, N* 10, Bogota, septiembre 1989, p. 181 yen una Conferencia en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima gargen Nabernas ("sobre 1a situacién de cas ciencias sociales y clenci. humenas (Geiateawigsenschaften) en Alerania. Una mirada a su evolucién en la postguerra" en: Didlogo Ciensifica, Vol. 4, N° 1/2, Tibingen, Instituto de Colaboracién Cientifica 1995, pp. 11-21) analizaba 1a aituacién de las ciencias sociales y h-aanas alemanas en ¢1 perfodo de Ya en la Dialéctica de la ilustracién de Th. W. Adorno y M. Horkheimer', -obra aparecida inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial-, se afirmaba enfaticamente que los ideales libertarios de la raz6én soderna han terminado por ser negados. ¢Quiere decir esto ze la razén_moderna — condenada__i nie} a mzradecirse? Esta_ es cuestién que se ha asumido tanhisn desde cierta a aia posmoderna: se trata de una salid: sin salida, de una raz6n @n su laberinto, de una emancipac:5n programada que hace de ‘Ta raz6n principio de despotismo. Hoy se presenta la crisis “como disociacién entre los ideales de la modernidad y las politicas de modernizaci6n: trastocado el desarrollo material del mundo, al olvidar s' imensi6n simbélica en un SEC OLE yet SS En este diagnéstico de fin de sig-2 coinciden la mayoria de los filésofos. Para Jean Francois syotard "el desarrollo no es el progreso Esto signif:ca que una comprensién unilateral de la razén moderna, como raz6n instrumental y funcional, deforma la raz6n mista al reducirla sélo a entendimiento; en esto consisze la hipertrofia de la ciencia, la técnica y la tecnoizgia en desmedro de otras dimensiones de la raz6én: las pes:dilidades de crftiza, la ética y la estética. La_crisis de la modernidad = te tanto Giferenciacién de la raz6n, es zecir en la amenaza de su Gnidad, sino mis bien en el reduc-ionismo, que ha permitido tntenderla unilateralmente y pensar que desde una de sus “Funcio: Tad so de lo fragmentad is. : ste ha sido e. intento de proyectos como ‘> 4 la postguerra. Allf llama a estas cienc:as “ciencias de 1a discusién" y al reconocer que ya no son las de un pasedo giorioso, aclara lo que para otros es crisis, como una “normalidad consciente de sf misma" resultado de un proceso de apertura incorticional ‘a 1a cominicacién internacional” sin renunclar a lo propio. Esto le permite aficmar que: "En caso de que realmente se hubiera zroducido una pérdida de nivel, resultarsa compensada con el aunento de pluralismo en los planteamientos" (pag. 18). Vistas as as cosas, es posible criticar a quienes todavia no han captado el sign:!icado de las ciencias sociales y de la Filosofia en este fin de sici=: “tos politicos en cuestiones educativas transforman répidamente ess diagnésticos de crisis en un intento por convertir en despreciables « las ‘clencias de 1a discusién'* (p. 13). “Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica del iluminiana, Suenos Aires, Sur 1969. *snyotard por la Radio: Violencia y desarrollo" e1 siencia y _tecnolesfa, vol. 1, u* contcrr 1994, p. 96. Integracign. Bogota, COLCIENCIAS, CONACYT, S yw ae el de la uni: de_la_ciencia 4 del qexcado. ba sociedad unidimensional, la de la productividad y__el ___ consumo, todavia pretende. sin disimular su triunfalismo, mostrar resultados; pero estos siempre seran ambigios. Al dejar de ser critica, la modamidad_se—vuelve discurso positivo, cultura a‘irmativa, con todas las Sonsecuendias desastrosas ene! proceso educativo, cuande Gete-ssie se Orienta al @xitoy ca eficrencia. ' nye Por todo _lo anterior pensamos ge el proyecto filos6fico de tev la wodernidad debe continuarse como teorfa critica de_la l eacicdad, teniendo en cuenta gle de la esencia y sentido © mismo dela modernidad es ser critica, como lo afirma el Gutcz de las tres Criticas: “‘uestra época es, de modo Gapecial, 1a de la critica. Tod: ha de someterse a ella**. para Kant, la critica constituy: lo moderno; su resultado, la cultura, tiene funcién socia! en la modernidad. La crisis de la modernidad es precisamente por falta de cultura critica. Si se demoniza la critica _y se sacraliza el \# consenso facilista, se pasa al coqobierno de los cortesanos y_de los aduladores, con lo cus. no queda _de la modernidad YT giguiera la piel, porque ex el pragnatisno fsata las utopias se prohiben Oe 1.2, [la_eritica a la modernidei, no puede_sex sin embargo sto es nostalgia de una_cultse—prencderna.—propia—de—un +e tradieionalism ne aa uitrenta, Se propone pues una y Eo 1tt~ teorfa critica de la sociedad que sepa _reconocer la | (¢,-\U Tmportancia—de la_madernizacisa para superar dogmatismos tradicionales y asul i_sent. a ci 2 con Y la técnica; s6lo asi podré: ser _reconcilias ideales libertarios de la cultuza. Es importante pues sefialas que le rftica a la unilateralidad del desarrollisro no significa volver atrés. Marx y Freud mostraron que dicho regreso no sélo es imposible; tampoco es deseasle. Esto deberfan tenerlo presente los fundamentalismos ecolegistas, culturalistas o religiosos de toda especie, que no raras veces quisieran volver a tomarse la escuela. Ala crisis de a modeznidad__han__respondido los C7 Gonservadores tradicionalistas constatando que arena crisis hee Titadiow wy, Kant, Critica de la razén cota. Madrid, Alfaguare 297) nota k (V. @. de Pedro Ribas). wi a Lriezefuie desestabiliza_las costumbres valores; Se aconseja pues, (f=, volver a las tradiciones a para protegernos de los efectos __inevitables de. qodermizacién, En el otro extremo las _corrientes neoliberales modernizantes a ull! a celebran el triunfo de la razon instrumental, como @-3> que afortunadamente ya estaba previsto en la cultura mccemna: el triunfo definitivo deta economia de mercado, la productividad y la eficacia. oer y Universidad Javeriana 1988, on 1.3.- La erftica a la modernidad desde la posmodernidad es. CRO sin duda la mds fecunda; sélo si se comprende el alcance de Nese dicho planteanlento, se puede -sconstruir el sentido de s+ critica que dio a luz a la mode:sidad. Hay que reconocer la pear? verdad de la posmodernidad para encontrar sus limites y asf hae comprender mejor la tarea de replentear el proyecto moderno. @) La _evolucién de la discusién torno_a la crisis de la modernidad desde los _afios es _notoria. Tanto los neoconservadores_c + i mn postioderna_sefialaban el xrégime- ie] terror _de_las_teorias (Cidejadnos jugar ci superacién de la modernidad, comunidad y exigiendo el derechc = la dé ferencia en términos de reconocimiento del ctro cers interiocutor vlido. Como ‘Foucault, aciertan asi con Ja ‘lecha en el corazén del presente’: el critico radical alsanza con su diagnéstico a dar en el centro del malestar de -a cultura moderna. En efecto, el sentido de cc---imienti preciso’ de la modernidad puede __terminar 55> empobrecer cultural y simbOlicamente el mundo de la v:iz. Esto se ha hecho posible gracias_a_la_aplicacién_el_é:scurso_del_nétodo_y 2° FF presupuesto fundamental la. ‘przezisio mundi’ a_precisién del mundo. En un texto con intenziones criticas semejantes a Jas de los posmodernes, Rastarsclogia, de Wolfgang Janke!, del que voy a citar en parte cextualmente, se critica la légica del mundo preciso porzie puede terminar en su colonizacién. Lo positivo de 12 precisién exige en nombre del método que se inmole en arz: de la claridad absoluta lo dudoso y lo confuso. Lo primerc zue se censura son por tanto “og. F. Lyotard, citado por A. We: , Iux_dialektik von Moderne und Postmoderne. Frankfurt a.M., Suhrkanp :905, p. 54- cf, J. Habermas, “Mit dem Pfeil ins Herz der Gegenwart” en: Die neue Unbersichtlichkeit. Frankfurt a.M., rkamp 1985, pp. 126 os. BM yolfgeng Janke, Postontolesta. (Trid. de Guillermo Hoyos), Bogot4, robre todo pp. 45 58 SANK ARUN estructura matematica. / los conceptos tradicicnales de la metafisica y las _imigenes _poéticas de lo _mitico SE ta mm metédicamente progresiva de la ‘imagen del mundo’, del mundo como disponibilidad, hace superficiales todos los dems conceptos. El cosmos desacré est ante nosotros preciso, explicable en.-su.—srigen, .expresable en su Pero no olvidemos que con este sentido de ilustracién en nombre de la ciencia, también se asocia ya en la tradicién un sentido restrictivo de presisién. En efecto: “Jinguam, manus, naturalia praecidere, quiere decir cortarle a_alauien Ta_lenqua, las manos, Ios gen: a"". Precisién puede ser mugilaci6n ¥ entonces ¢no desizgura de pronto la cada vez mas descomunal ilustracién del =ndo el habitar humano er el mundo? gNo cortan inclusive las precieiones de una creencia dogmética en la ciencia y la <éenica 6rganos vitales de nuestra existencia? gNo se va es:rechando quizé el universo, cuanto con mayor precieién lo reconocemos, hasta volverse un mundo residual, que no es el m=io del hombre?"*. De hecho parece que en nombre #¢ la ciencia y la técnica y casi como consumacién de la ils:racién hemos conquistado la tierra. Desde hace mucho 0 nos acostumbramos a aprovechar fvidamente sus recursos: “el agua de la fuente, la lluvia de las nubes, el scz1o de los vientos, el ardor del sol, el rayo de la luz’. zo que en el lenguaje de los poetas se tuvo por don, se ha :ransformado para nosotros en lo disponible para los cult:v2s de la técnica moderna. cNuestra raza taimada enczenzra siempre caminos més complicados y métodos mAs vizientos para transformar las fuerzas celestes en energfa’”. Bl mundo de la vida empobrecido y enrarecido, for-s:izado y preciso, carente de simbolismos, puede ser entonces definitivamente colonizado, como cuando imperios m&s f:ertes toman posesién del territorio abandonado por tric: primitivas. Es as{ como para el positiv:smo todo es maquinaria: el corazen—una—homba maravillos:, el hombre una _m4quina, e1 Gniverso y su origen se deja: explicar mecanicamente, Ta” f¥storia universal recorre su curso calculable y dirigible no habré ademas del cto calculado poéticamente la tierra, al correspondan Tas ‘ones de lo mitico y lo Inia, p. 29. ce. Ibid. “Ibid. p. 48 * Tid, p. 49 ee i a et es Ls ss Me elicits = Ww wu ww estético? No serd necesaric fomentar estas dimensiones simbélicas, para que la tierra no se convierta en mero depésito de energfz, el hombre, ingeniero habilidoso, solo en constructor de m4quinas, que gradualmente se escapan de su control, el pensar en futurologia que calcula oportunidades de supervivencia de nuestra raza astuta, ingrata y sin paz? Se_xequiere pues una superacién_de 1a _modernided ue) (24200, reconozca las intenciones criticas de los posmodecnos para |eunto. no volver a la raz6n despética, ahora en nombre del _consenso - y_legitimada por las mayorias; se busca mis bien aquel tipo aby de razén que se debata entre consensoe y disensos, en lo~ os racional y lo razonable, sensible a las diferencias de toda indole, en especial a_las que constxtuyen el protofendmeno de las ciencias sociales y hacen que el multiculturalismo en Sugar de problema se convierta en riqueza cultural y humana. SE ——EEEe— EOI rTETEOEOEEOEASEHEEEOAJE TETOTEAOA rr 1.4.- Por eso podemos hablar con toda propiedad de (Mectiv modexnidad y teorfa critica. La esencia misma de le ‘ ~~" moderridad es ser cultura critica / abierta. Esto indica que “7 ' Bicuentro entre ics ideales de la modernidad-y sus_criticos, dado que no se trata de discursos incon- ex. mensurables, as{ algunos hayan gierido utzlizarlos en estos términos. El presupuesto de dicho encuentro es la posibili- dad de seguir realizando ‘as ideas de la traicién ilustrada, no porque todavia quedara algo de: proyecto moderno por ser llevado a ‘final feliz’ para dar comienzo a la posthistoria, sino porque precisamente de la ‘agenda’ misma de la modernidad es ser siempre abierta y autocritica, de su vocacién es autosuperarse en las generaciones que se forman en ella. La_tarea de esta renoveda teorfa critica de la sociedad es Cf cuestionar las tradiciones dogmiticas que se sostienen en la ‘ religién, la razon_misma, o Ia politica, cuando amenaza con volverse autoritaria_o nacionalista. La critica entendida ast, es ella misma motor de la ciencia, y a la vez eje de reflexién para una recuperacién del sentido originario de solidaridad y para una reccntex:ualizaci6én del hombre en la sociedad civil. Desde esta _pexspectiva, la educacién puede revertir el proceso de colonizacién del mundo de la vida abrir el camino hacia una reconstruccién social de la realidad, en la que la ciencia y la técnica vuelvan a estar al servicio del hombre. UU) ee So by Hance = = Ewen ey “ qhid., p. si. Kirn a Oe as dos partes de la filosofia. Quizé el que mejor plantea el problema de las relaciones entre teorfa y practica en la modernidad es Kant en la - Introduccién a la Critica de. juicio#. De suyo podria 2 decirse que toda la crftica kantiana en sus __tres . movimientos noes otra cosaqm is au ma_solucién - a ias relaciones entye —uar=ral y libertad, sutre Conocimiento en general acciin. Teniendo_en cuenta esta distincién ‘Ta razén practica tiene que ver con la produccién de objetos de acuerdo con una concepcién de esos = “objetos -por ejemplo, la concepeién de un Fégimen . constitucionai justo tomado como el objetivo del empenc politico- mientras la razé: teérica se ocupa del e conocimiento de objeros dados** i Asi peopane Kane el problema de las dos partes de la a filosofia: “Bien esté que, come suele nacersa de oxdinario, 4 se divida la Filosofia eu teérica y préctica, teniendo en L4 Guenta_qué contiene prince is i i : las cosas por medio ce conceptcs...Pero sélo hay dos clases de conceptos que admitan otros + de posibilidad de sus ohjecos: los conceptus de ia faturaleza y el concepto de la Tibi i J Es necesario recorrer sucintarente el caminc indicado por e Kant para asomarse ai abisme encre filosofia teérica y filosofia préctica, y s6lo entonces, sin confundir los 4mbitos de una y otra, articular su complementariedad: la ~ hombre“. Mientras la razén tsézica se ocupa del conoci- “} miento de los objetoe Gado: practica tiene gis ver con Ta produccién de condiciones s:ciales reales de acuerdo con Gna concepeién y una idea de d::has realidades: por ejemplo, cuando se propone la constituc:én de un pueblo, un sistema ds-enséfianza, un cambio social, una obra de arte”. En_esta complementariedad se apoya el cptimismo de Ta férnidad con regpecto a la capacidad cientizico-| ara resolver 108 problemas relacionados con el undo de la experiencia, y & problemas relacionados con ¢* “=r i lk te ba Now apoyomos en la traduccién de 2354 Rovira Armeng>i, Buenos Air Losada 1961. Se puede ver también “a mis reciente de Pablo oyarzin, Caracas, Monte avila 1992 John Rawls, Political Lineraliss, New York, Columbia University Press 1993, p. 93 *T, Kant, Critica del_juicia, p. 1: ® gata es la tesis defendida por Kact en la Introduccién a la Critica del _juicia en su empefio por encont-ar el “enlace que une en un todo las dos partes de la filosofia” (p. 17) ce. J. Rawls, op. cits, p. 117 ww uw ee Ww ATW Tete Mee aad 10 la __competencia discursiva, erftica moral paca la émancipacién de la persona y la conformacién de la sociedad: Sin ignerar que el mismo Kant no sacapa a la crftica de_los josmodernos, al ser considerado de la misma estirpe de Hegel “falso profeta’™™, los términos en que propone el debate ‘razon pura versus razén prdctica’ son el inicio de solucién al conflicto de fondo entre conscamiento Gientifico y accién moral. Kant cae en cGescrédito precisamente por haber creado una nueva disciplina: la teor{a critica del conocimiento, 1a A cual en la modernidad se ka convertido en wi nuevo metarreiato: “cuando la filesofia se atribuye un conocimiento antes del conocimienco, establece un cerreno propio entre ella misma y las c:encias, en el cual ejerce sus funciones de dominacién’™. Pero el propésito de Kant sigue vigente: criticar el abuso vingehee See ant spanesceare. tanta ania _netafisica, Cpe We como en la ciencia misma. La critica de la metafisica ebre el camino a mia. =e abe ae Taro ‘al discurso practico. En el concepto de una _raz6n diferenciada en si misma, se ntcre la modemidad. Esca se cavacteriza,—por un Jado, sor la renuncia i las Tnterpretaciones metafisicas del mundo recibidas ce la dts fradicion, y por obra lade por ia confianza_en una oO Zacionslidad—procedimental, mediante —Ta cual _obtienen Vm4ce-. Yalidez nuestras concesciones, justificadas ya sea en el Cov(/en, campo del conocimiento objetivo o en el de la reflexion floral, Si-es posible renunciar <1 fundamentalismo de Ta teorfa del conocimiento, gracias a un cambio de paradigma, de una filosofia de la conciencia a una teorfa de la accién comunicativa, vale entonces la pena apostarie de nuevo al proyecto filos6fico de la modernidad **. Raw naka En_la filosatta de Kant se refiejan las caracter{sticas mis esenciales de la época moderna, ante todo la necesidad de un @je unificador, en el momento que la modernidad se_reconoce gomo_ruptura_con un pasado auzoritario y doomatico. De las ruinas de la metafisica, surge el sujeto moderno, que pretende sustituir el discurss de 1a metafisica. Rero, gpuede la autcconciencia (atoconocimiento, _autodetermi- nacién, autoconstituciGn) ser fuente universal “de (Tek significados, de verdad, correscién_y autenticidad? @y¥ no| |” ‘sélo fundanentar ciencia, moral y arte, sino estabilizar una) jw‘ * 4g, Habermas, Conciencia moral v acciGn comunicativa. Barcelona Peninsula 1985, pp. 11-29. * Tpid., p. 12. “ Tig, p. 4. ee Bed tke =I roo be ta ty br td tt oe Ww 7. 7 Cet ee ows SE Pore que Kame Slooate ge oll Cn frodr eteal aA nn : Ge tne sone ce eS formacién culturdl, social e histérica como se ‘lo propone la modernidad?_Y hoy en dia, zse puede todavia esperar de esta subjetividad que sea critica de una modernidad que GFIsis? 7Cémo puede, inspirada en el espiritu de Ta modernidad, constituir una figura ideal, que no s6lo no imite las diversas formacicnes ¢:2 han fracasado en estos 200 afios, s: struya el proyecto moderno gracias @ su fuetZa emancipadora? Precisamente por lo que Kant (sre 1a modernidad/en sus diversas formas, se puede—recurei= 4 i para comprenderia en Bu sentido de proyecto inacabadc, qe no se agota en una @poca determinada. Esto nos sesala a partir de a posibilidad de una critica del pesitivismo cientifico, para determinar la ciencia positiva coro idénea pera .0s la raz6n practica. En la Critica de la raz6n pure se_reflexiona sobre la ciencia moderna, para mostrar cuéles son las condiciones de sibilidad del conoci wo, su_sentido de validez Y_sus limites, Reconocidos dizios limites, es posible analizar el sentido de la razé= pr&ctica, en la cual se constituye la imagen moral del v=ndo”. Bi eje de la critica kantiana es el paso del conociniento obistivo, en el marco de una imagen cientifica de! universo con base en 1a experiencia en el mundo, hacia las _posibilidades de _un ‘saber’ mAs alla de la experienc:a empirica, de un discurso Sobre el ser humano en el marc: de una imagen moral del mundo, libre de la metafisica tradicional. Este paso “mundo, libre de la metafisica szadiciona™. Gon base en dos conceptos censrales de la modernidad: causalidad y libertad, conoc:niento teérico y accién pedctics, Si se resuelve la aparente contradiccion que se ‘presenta al hablar en el miszz mundo de determinisme y emancipacién, se puede aborda: tema de la libertad, la moral y la ética, como ideas, ndadoras del sentido de la politica y el derecho, la s edad civil y el Estado moderno. Kant sefiala desde el primer comento el objetivo dela critica filos6fica, como una critica a la metafisica: “La raz6n humana tiene el destino sizgular, en uno de sus campos de conocimiento, de hallarse ac:sada por cuestiones que no puede rechazar por ser planteadas por la misma naturaleza de la xazén, pero a las que csqpoco puede responder por sobrepasar todas sus facultades. (...) Bs as{ como incurre Ver ; Hilary Putnam, Las mil caras del_realiamo, Barcelona, Paidos 1994 (en especial la Conferencia 1:1: "ba igualdad y nuestra imagen moral del mundo”, pp. 93 53.) ee WN Lone er. 12 en oscuridades y contradicciones. Y, aunque puede deducir que éstas se deben necesariamente a errores ocultos en algén lugar, no es capaz de detectarlos, ya que los principios que utiliza no reconocen contrastacién empfrica alguna por sobrepasar los lf{mites de toda experiencia. El campo de batalla de estas inacababies disputas se Llama metafisica."* zl conocimiento moderno s6éle 3° logra clarificar la situacién czeada por esta ‘inclinacién natural de la razén a la metafisica’, como el intento del hombre de dar razén de todo tc gue se le presenta en la historia, en la vida y en el sundo. Ante todo hay que explicar| qué implica poder conocer con base en la experiencia cotidiana. El_ccnczimiento objetivo de las ciencias se constituve qracias «una _experienci=, gobre el sentido del conocer ex general, se pregunta_si, Baumido el valor de la ciencia soderna, queda _algGn dmbito para la —metaffsica’, o si por el contrario ésta_eo conciencia falsa. 4 avanzar seguro si se 2Qué significarfa entonces esa vuricsa Sinclinacisu natural de_la razén_a la _metafisica’? Hastérica y culturaimente el hombre ha preguntado i cosmologia), por la libertad humana como fuente de Fesponsabilidad (moral), por 1a naturaleza dei alma (psicslogia racional), por Dics 0 el absoluto (teologsa). Hoy eW-dia Siguen vigentes algnas de esas preguntas, dado— que la ciencia, la técnica y :a tecnologia no concuerdan siempre con nuestros ditimos :seales de vide, tienen sus~ limites: en el horizonte de: desarrollo tecnolégico @2 hombre se_asoma_a situaciones de no retorno; el mismo sentido de solidaridad con respecto a yeneraciones venideras, bier. pudiera ser considerado como vestigio metaffeico. Pero sobre todo, los asuntos relacionados con la sociedad como un todo, no alcarzan a ser resueltos sélo en términos meramente cient ificos. Por ello, el calificar de una vez la inclinacién natural _de bn a razén a la metarisica de neiencia talsa’e ilusién, / cts T apelando ala ciencia o a fuxiamentalismos que siempre S™ y+ aboyan precisanente ex Ta “ineziniciGn nate toda discusién racional, Lo daico posible es la critica, la beeran Gaal; al preguntar por la ‘verdad’ de la metafisica, *T. Kant, Critica de la razén pura, A VI, VIII, (V. e+) Pe 7+ oy ue 4 u uw tf te Ga Ls wos 13 reconoce su significado para el hombre: lo que 61 no puede conocer, si puede pensarlo con relacién al sentido de _la vida y de su actuar en ¢] mundc. Por tanto: cMetaffsica después de Kant? zn qué sentido, con qué categorias, con qué alcance?*”’. Para Kant la inclinacién a la metafisica se encuertra en lo imcondicionado de lo condicionadc, alli donde no liege la experiencia sensible, y a donde pretende llegar la razén especulativa. ¢Corresponde el discurso de la metafisica a algo objetivo oes pura ilusién? Le que se piensa més aTié de lo que se puede conocer, @qué significado tiene para la ciencia misma, para el hombre, para su concepcién de ia vida y de la historia? gun posible discirso de ia metafisica solo puede ser en la regién de la creencia religiosa o_exicte un 4mbito de lo razonable m&s als de lo mie nos da la Yacionalidad calculadora de la ciencia y la tecnologia? La respuesta ya la encontramos en el mismo Kant, pare quien @l uso practico de la razén pueds cumplir las funciones de este discurso a la vez critic. y crientador de las acciones humanas: “Nos queda ain por intenzar, uespués d2 haber sido negado aa raz6n especulativs -odo Avance en el terreno suprasensible, si no se encuentr> datos en su conocimiento practico para determinar aquél concepto racional y trascendente de lo incondicionade y sobrepasar, de ese modo, segin el deseo de la metafis:za, los limites de toda experiencia posible con muestr> conocimiento @ priori, aunque s6lo desde un punto de vista prdctico. Con este procedimiento la raz6n especulat:va siempre nos ha dejado, al menos, sitio para tal ampliac-sn, aunque tuviera que ser vacio. Tenemos, pues. liherza: para llenarlo. Estamos incluso invitados por la razén 2 hacerlo, si podemos, cén sus datos praécticos”.” El_uso prdctico de la raz6n se a:zanza por una via negativa, ja de la critica: ésta ‘nos advierte que jamds nos aventuremos a traspasar los l{mizes de la experiencia con la zazén especulativa”. Pezo la utilidad negativa de la critica ‘se convierte inmedi a itivo: “Ello se ve claro cuando se _reconace que. razén pura tiene un uso pr&ctico (el moral) absolutamen:2 necesario, uso _en el que Kank An “e7 ella _se ve inevitabletente obizgada a ir mds alla de los limites de la sensibilidad.”” » Cf. 3. Habermas, “Metafisica desriés de Kant” en: J. Habermas, Pengamiente postmetatisica, Madrid, Tasrus 1990. Y Kant, op. cit., BXXT (V. e., pp. 22-23). Ypid., BMATV-KKY (V. e., Bp. 24-25 Ls 14 Bl sentido de la utilidad negativa y positiva con respecto a la problematica de la libertad es lo que m4s interesa a las ciencias de la discusién. De la libertad no se puede dar raz6n en el intecior del conocimiento cientifico, lo que no significa que no haya libertad. $i bien no puedo conccer al . hombre como libre por medio de la observacién, de manere . semejante a como conozco sus inelinacion@& —o gus saracteristicas fisicas. af puedepengarlo como libre, capaz por tanto de asumir su _responsab:*idad i.de dar razones y_motivos para su accién.” | ita Lt De _esta forma la critica de 12 metafisica conduce a la constitucién de la imacen mora: del io. ReET@xio sobre las posibilidades de la razén, que en cuanto entendimiento ha constituido las ciencias, se busca lo que corresponde a la voluntad, también ella un momento de la raz6n. Se reconoce la verdad del conociniento cientifico, para descubrir sus limites, en los cuales se ubica la - actividad de la raz6n practica. Yio se trata por tanto de un 7 discurso practico a expensas ds: conocimiento cientitico, | sino de una concepcién de la tad en complementariedad con el discurso de las cienciss. La _raz6n_pr&e.2ca_no es desdefia la ciencia as{ como tampeco la razén pura considera : que_pera el howbre no cengs sentid» pensar aquello que Tio puede conocer con base sSlo en la experiencia. uw wei 1 La 4 4 La _utilidad de la critica no es slo negativa al_reconocer fp (,'Ae que no se puede ir ms alla de la experiencia en eT conocimiento cientifico. La_presensién de conocer por el] ®€-@ camino de Ia ciencia la liberted y la moral es el proyecto| C@@:NUe del positivismo cientffico en el 4rea dd: jas_ciencias ~~ conocido también come ° jenier: ial lal’ con aplicaciones en el estructural-funcionalismo y el a behaviorismo, Este paradigma p-erde su objeto mismo a) &® comprender mal el sentido de libertad y por tanto de accién invitar a construir el Ambito propio de la libertad: en el origen de la responsabilidad moral, como lo mostrara Kant en - la Eundamentaci6n para la meta‘‘sica de las costumbres y en su Critica de la razén préctica, Lo 4 ‘ Mas que la reflexién kantiana sobre las condiciones de posibilidad de la ciencia moderna, nos interesa aqui la diferencia que 61 establece entre el concepto de causalidad y 1a idea de libertad. El lugar donde _se_tematica—esta wut * ver : Ibid., B XXVII-XXIX (V.e., pp. 26-27). a : | TN 60 Robern. CAR Frrmrens Atte a eee HH it OF RI I bes iim ta) Lk i Brod; Neer a bruhenrea. te mri tlyper problem4tica es conocido como el paso de la analitica a la dialéctica trascendental en la . Se rata de una critica de la ilusién, que a partir del andlisis del conoci i fa conducir de Tuevo a la metafisica. En efecto, ya el conocimiento mismo me indica que es posible superar de alguna manera la experiencia: el uso de las _categorias para conocer la realidad a través de ios fenémenos alecciona_a_la_raz6n_para intentar ir m&s alla de la experiencia especulativamente, es “decir, conocer de alguna manera 12 que name da_la_ciencia. En este cruce de caminos se juega la suerte de un conocimiento que sin ser metafisi: en el sentido dogt.dtico tradicional, s{ pueda dar razén de “la inelinaci6n natural de la raz6n a la metafisica”. A este llama Kant dialéctica: “Hay, pues, una natural e inevitable dialéctica de la raz6én pura, no una dialéctica en la que se enreda un ignorante por falta de conocimiento o que haya inventado artificialmente algin sofista para confundir a la gente sensata. Se trata, més bien, de una dialéctica que inhiere de forma inevitable en la raz6n humana y que, ni siquiera después de descubierto su espejismo, dejaré sus pretensiones de engafio ni sus constantes incitaciones a los extravios moment4neos, los cuales requieren una continua correceién"* Apr ct eeyersy ; . i ; eens fecrifect cl? tos fevers, eo, ja _labor_de_la_razén como tacultad de los concspios ha oi80 ) Us, inicialmente la de sintetizar los fenémenos, con oval se . ha _logrado obtener canacimientos importantes ahora la razon. Flwrefal como facultad de los principics tiende a sintetizar la/Ce-—~= | maltiplicidad de leyes del _entendimiento en ditimos hiveyote Principios: con ello busca 10 incondicionado “de To Gondicionado. £] espejismo consis=e en que la raz6n tiende a Fuze. sus logros con los del entendimiento y exige para| (41/ lo je piensa un tipo de stividad semejante al que obtiene el conocimiento cient{f-co. Precisamente en esta ilusién de la razén radi reduccionismo del _positivismo cientifico, $i_pensamos en _el_sent ie: ilosofia : He eines os Gonsiderar aladificio dela ciencia cono (> ~ algo construido precisamente con base en la capacidad| (2, sintetizadora del entendimiento = partir de los fenémenos de a Ta experiencia. "En la base de este edificio se desi 3 diversidad incesantemente enrigu:cida de Ja ©: ciaen ‘_cumbre, fu 1 alcance del entendimiento, sospechamos, cual _una flecha que se afila en -as nubes, la unidad » Ehid., B 354-355 (V. €., Pp. 300). eres OM CE OL ETE Ol Bart) en ae. i Poor tts su « ce lew Md te ee teste, Ly te es La It uw 16 @ incondicionada"™. Kant distingue entre los conceptos del entendimiento, como el de causalidad, y las_ideas de la razén, como la de libertad, Con base en estas ideas la razén pretende elevarse cada vez més alto en su interés de comprensién del mundo y del ser. Se busca por tanto una solucién de la dialéctica de suerte que no nos lleve a la ilusién, sino que, al comprender la dialéctica como necesaria y el peligro del espejismo como posible, se pueda llegar a la ccxclusi6n critica: las ideas de la raz6én no tienen realii i pero cumplen una SS SS eae Pere El suieto, a putoconciancin (an pritcipie. 45 gia spataciama aoe tanto lugar de la libertad. Pe=_otro lado, el mundo como Fo totalidad, es correlato de ese vo, y en él como horizonte infinito se desarrolla toda actividad de la persona. Esto lleva a la famosa antinomia eptre causalidad y libertad formilada de la siguiente manera: “Tesis: la causalidad| Anmic “Begin leyes de Ia naturaleza no +3 la unica de la que pueden pel derivar los fenémenos todos dei mundo; para explicar éstos : nos hace falta otra causalidad pzr libertad”. “Antitesis: No : Iibertad. Todo cuanto sucede en el mundo se docarrs) exclusivamente segun leyes de la saciraleza”™ La_ant inomi en claro la azarente contradiccién entre #.y7on ja_raz6n, que_en la tesis fermla Ja necesidad de la \)¢ libertad absoluta para poder eyp-icar todo lo que ocurre en > el_mundo, y el entendimiento, para el que, de acuerdo conia © antitesis, no hay explicacién posible fuera del principio de ‘>v%'¢ causalidad. Esto @s expresado de manera radical por el mismo” Te Kant en el an4lisis de la antincria: “S6lo en la naturaleza aan be, debe ues, buscar Ia interderend el je los sucesos, ta libertad (indepande=sia) respecto de isa ieyes A7UNSY de esta naturaleza nos libera de ce i. pees, pero también del hilo conductor que tcdas ellas representan. En efecto, no podemos decir que, en lugar de las leyes de Ia- naturaleza, intervengan en la causalidad de la marcha del mundo leyes de la libertad, ya que si ésta estuviera determinada segiin leyes, ya no serfa libertad. No seria, a su vez, m4s que naturaleza. Por consiquiente, naturaleza y libertad trascendental se dissinguen como legalidad y ausencia de legalidad. La prime>! impone a dificultad de remontarse cada vez m&s lejos en busca del origen de los acontecimientos én Ia serie causal, ya que la * Joseph Marechal, §.J., Ei punto de cartida de la metafiaica, It La gxitica de Kant, Madrid, Gredos 1958, =. 253. rant, op, cit. B 373 (V. e., p. 407) ee Gu 47 causalidad es siempre condicionada en tales acontecimientos; pero, in, _promé=e una unida @xperiencia, una unidad completa y conforme a eyes. Por el contrario, si bien el espejismo cz la libertad promete un reposo al entendimiento que esc.irifia la cadena causal, icionada que comiienza a a su propia ceguera, el es el permite una” operar por si misma, rompe, hilo conductor de las reglas, experiencia perfectamente cohere Shr —— La antinomia consiste por tantc en la imposibilidad de pensar la libertad de la volunzti y la causalidad de la naturaleza desde un mismo punto de vista. Si con respecto a los fenémenos del mundo se pretenis descubrir causalidad que los explique y libertad que ‘:: determine, o se esté hablando de una libertad que no es més que causalidad, o se pierde el sentido estricto de czisalidad. De nuevo: 0 se opta por la legalidad de la cienciz, la que permite explicar todo, asi exija un gran esfuerz: al entendimiento, o se elige la ilegalidad, la fantas-szorfa de la libertad, en cuyos imaginarios podrian refus::rse quienes rechazan el ‘ausas de los fenémenos y un sentido de libertad rigor de la investigacién de las acciones en el mundo, para post: no demostrado. tanto la tesis como la contradecirse, Si Yentes de consideracién yse al mundo como se nos ‘antitesis pueden tener sentido, Be refieren a dos paradigmas : del_mundo: 1a rer ia _Eenoménicamente y la tesis :. mundo como lo pensamos | (como cosa en si). Con esto sé mestra que los dos puntos~de~ vista, la imagen empirica y la inegen moral del mundo, no s contradicen, La antinomia az6n, asi exprese 108" puntos de vista tradicionales de. zacionalismo (tesis) y de! empiriamo (antitesis), no es exzerior a la raz6n. De esta orma la apertura a Ia idea de -ibertad qué nos ofrece la ‘no contradiccién’ al resolverse :a antinomia, manifiesta el carfcter problemético de las ideas de la razén: el ser humano esté a la vez someticc a la causalidad de la naturaleza y es libre y resz:nsable en su insociable sociabilidad. con respecto a esta problematiciiad del hombre, abierta por jas antinomias de la vrazér, se presentan intereses encentrados desde la tesis y ¢esde la antitesis. En la primera est4n representados los :ntereses del racionalismo, 4 yhid. B 475 (V. e., pp. 408-409) tout a a el 18 heredados de la metafisica (interés practico, seguridad, popularidad), y en la segunda los del empirismo (rigor, experiencia, ilustracién), m4s en consonancia con la ciencia moderna. Lo importante al relacionar los diversos intereses que estén en juego en las antinomias de la razén, es sacar la conclusién critica en ambas direcciones para que ni el racionalismc ni el empirismo se instalen en actitudes dogm&ticas, como ocurre hoy en el campo de la educacién. Las eriticas al positivismo desde posiciones anticientificas a ultranza no son m4s razonables que el mismo positivismo que pretenden destruir desde su fundamentalismo. Ante esta solicitacién dogmética por parte zanto de la tesis, como de la ant{itesis, no se puede adoptar el escepticismo radical de los posmodernos, como si no tuviera sentido indagar por la verdad. Por ello se propone como actitud filoséfica xazonable la del escéptico que s:n rechazar ni la tesis ni la antitesis critica a ambas en sus pretensiones de exclusividad y busca la manera e reconciliarlas. De esta forma se reconoce la skepsis cco punto de partida de la critica. Esta consistiré en buscar dos puntos de vista para considerar desde cada uno de elizs e! significado tante de la tesis como de la ant{tesis. 2s necesario reconover la verdad de cada una de ellas para buscar sus limites respectivos. En la frontera de :ada una se constituye el sentido de la otra. En actitud observadora y te6rica se me dan los fenémenos en el mundo para ser explicados sistem4ticamente con base en pretensiones de verdad y cbjetividad. gn actitud Participativa se me da el mundc de la vida como proyecto para ser conformado de acuerdc con ideas de equidad y reciprocidad gracias a la accién suténoma del hombre Una_vez reconocida la diferencia entre razén pura y raz6n prdctica, es necesario sefialar cémo se desarrolla ésta Gltima, lo cual _a la vez nos mostrar el camino para encontrar la complementariedad 8_en_la_idone: ie la naturaleza y sus leyes para Ios fines libertarios del hombre. Aqui tampoco podemos seguir en detalle la argumentacién de la filosofia préctica = Fampocd 8 ce yacc necesario, dado que Io que nos interesa es destacar cémo la, ~~~! superacién del positivismo solo es posible si se piensan la en moralii ede Tas ciencias sociales 7° sintets rh ae Ke ay bey Ae potest t ~ PS. trey venti & ¢ ptgue na, De Hr Bs ie pon owe 19 “Paan 2] por ello, antes de intentar un andlisis del_significado de dodo pale es de parcida entre raz6n pura y wactica, que en la fenomexologia _se_Col ex ot ta Woe ‘mundo_de_18_Vi6e, ida Su coTSnLscls FOr et eit ina , Ya técnica y la tecnologia es el =riunfo del ‘positivismo cient ifico’. ae eel wodernidad’ entré teorfa y practiza, ahora_ya no_en el {aterior dala razén misma, sine en Ta interacciGn—so_* sl se de la vida y en la edueacién, nos —permitiré fe Ta nacuraleza y sus leyes para 3.- ba colonizacién del mundo de 1a vida. ba discusién entre posmodernidad y modernidad con respecte bi Gentido de las ciencias y la filosofia nos obligé & ‘yolver a Kant’. Naturalmente que 20 buscébamos repetir e) camino del neckantismo al plantear desde un punto de vista puramente metodolégico los dos tizos clAsicos de ciencias: vas de la naturaleza y las del esziritu. Nuestro zecurso & Kant fue m4s bien para retomar sentido de lo Sociai—sn seiacién cone problema de la i:sertad y de la_écica ba. vagga en si’ descubierta por Kant como base de su reflexion sobre la moral, es como una Tcantera’ de la que extraen sus temas las clencias de la discusifn En el momento que se pierde el sentido de Ta libertad y de 1a ética, las ciencias Pitiales se vuelven puramente descriptivas y carecen de 1a fuerza transformadora que tuviercr. en sus inicios. p_un momento: de_erisis de_18 c:ltura ae oer eee te eiwind Husserl, el fundador de =a fenomenologfa, _ PEEP! SGuivar-s las cosas mismas’ en es sentido de un retornar ot Seas darse los objetos en +e: mundo de_la vida’. es 67 Foy que tenatizar unas ciencias sociales que se resisten & Ray Me Gienciaa, pero que tampoco deben serlo segin ¢) paradigna de las ciencias positivas. En efecto, 1a crisis de partsulcura consiste precisamente 2n que las ciencias han ‘iyidado eu génesie en el actuar del honbre en su mundo de co’ yida. gate olvido de la subjecividad, dadora de sentido y garente. de objeciynad; ton 9 también en ciencias; —exige de los crit zos del positivismo \ tematizacién radical, en la vafz, del_sentido “de “ta Sepertencia Humana y de la intersceién soc Paes gn la discusién contemporénea sobre las ciencias de ia siecusion cada vez adquiére m&s :nportancia esta referenci2 fl mundo de la vida. Como la fenomenclogia pretende més grande que amenaza a Europa es el cansancio. Luchemos contra este peligrode tos” Peligros como ‘buenos europeos’..."* Se onstruir el sentido originario del mundo de ia vida pare ol oebee Bera ie oa Sida etiaorae pe uae del ‘objetivismo’ que empobrece y occulta las maltiples Gompetencias—del hombre Por ess 41 ya no ve “en la ciencia y en la nueva cultura formada por ella, como el hombre ‘moderno’ de la Ilustracién, la autoobjetivacién de la raz6én humana ni la funcién universal da por la humanidad para hacer posible una vida verdac famente satisfactoria, una vida individual y social basada la razén practica". Esta situacién lleva a que el miunds de la vida se nos vuelva incomprensible, a que nos perda-os en 61: “preguntamos en val or su ‘finalidad’, por su sentido, otrora tan indudable porque era reconcz:do por en! nto ¥ voluntad™”, La situacién para el fenomen61 a partir de una critica ccn base en investigaciones cuidadosas del desarrollo de ls ciencia y la técnica: "Ya e no nos basta la alegrfa de crear una técnica teérica, de Gescubrir teoriae can tas que sander Taceeee Caneas ooses itiles jnar la admiracién jel mundo -puesto que no vivida con radical responsabi-:dad propia _y, por ende, Eampoco podemos separar la prop: responsabilidad cientifica de_la totalidad de responsabilicades de la vida humana en general debemos colocarnos por encima de toda esa vida y de~toda esa tradicién cultural y buscar nosotros mismos, individualmente y en comunidad, por medio de reflexiones radicales, las posibilidades y =ecesidades dltimas a partir de las cuales podamos tomar pos:zién acerca de lo que existe efectivamente, juzg&ndolo, valsrfndolo, actuando sobre ello". tiene una solucién ética, ™ sua filesofia en la crisis de la Smanidad europea", op, cits, p- 472. * Edmund Husserl, Légica formal y léciza trascendental, Ensayo de una gxitica de la raz6n légica. México, OOM 1962, p. 9. Inia. oly a Ui jad 23 La critica al positiviemo destaca__como _causi da\ Suerte. , @l olvido del mundo de la vida c seta ubjetividad: la racionalidad se ha reatringido a las| tees wmeras ciencias de hechos", as cuales "producen meros hombres de hechos La reduccion ée la fatalidad_(fatum)_a_ soecicidad (factun) el encegueci=ento, por 1a. *prosperity" a la Siencia_ylatecnalogia,—c:erza_el_horizonte, en el que pueden tener significacién cz:tural—tos—valores -y .las Qlopuestas Sociales y polfticas senovadoras. Bato lleva a les muevas —generactores—al ¥echazo: “En nuestra penuria Vital -ofmos- esta ciencia no tiexe nada que decirnos" (Hua VI, 3-4). Por esto, para la fenonenologia, lo mismo que para la teorfa critica de la socieda: la_soluci6n a la crisis combenza_por-ums_renovacion del_seatide moral _de_la_sociedat Crte con base en la educacién. St _ ‘area primordial es una A SSoonstruccron del mndo de ia vida, tema de 1a | roy of fenomenclogia™, para. de: a “songeruccion sodial de 1a realiéss’”. (Tew ‘Al tematizar el mundo de la vida, éste se nos da ft ta ntencionalmente como horizonte se horizontes, en el que foo aparecen tanbién los diversos sbietos ei i ¥ % se cnciad subjetivas; es un munds en perspectivas, ei _mundo anil ia lela doxa, de la opini6n, de experiencia prerreflexiva, pravia a todo juicioa-teda-sbieiivacise: oS a ooda universa! le sentido toda sitvacién remite a otra, toda Spinson puede “Ser relativizada por otra: como _en_el florizontegeografico mismo, _el Ta jntencionalidad permite iz dete=n determinado como cEnenté determinable. ?= el mundo todos los objetos Son-susceptibles de ser deter-:nados cada vez con mayor riqueza, y de nuevo cada objez> remite en su horizonte exterior a nuevos objetos, secsjantes o diversos, mis 0 menos determinados, ete Ante este descubrimiento del m=co de la vida como mundo de la opinién, cabria sin embargo preguntarse, cémo_se_puede sostener la _concepci6s 2nomend: eiencia Sotrictay gif fos encontramos en el mismo campo de skepsis, 68 decir, en nas mismos, donde tiene pleno senti w expresién segtin la cual ‘el hombre es la medida de todas las—cosas. Pero asf e210 la opinion puede ser el origen del escepticismc y por santo de la antifilosoffa, & ef. Guillermo Hoyos Vasquez, "El sindo de 1a vida como tena de la fenomenologia” en: Univexaitas Philessanica, aflo 10, no. 20, Universidad Gaveriana, Bogota, junio 199%, pp. 137-147 we. Berger, P- y luckmenn, Th., La conatmuceién social dela xealidad. Buenos Aires, Anorrortu 1373. “ore ‘ y : ‘ oo Midi por Barco are] 25 Uden diferencia entre la representacién del mundo y el mundo real y emerge la nueva pregunta por la verdad; por consiguiente no por la verdad cotidiana, vinculada a la tradicién, sino por una verdad unitaria, universalmente valida para todos los que no estén deslumbrados por la tradici6én, una verdad en si". rimiento de la__filosofia reconocimiento de la relatividas de ca ltura, de _cac a del mundo; —de-cada perspectiva. La cultura griega es en este sentido fundadora,—ya—que ella misma se descubre como perspectiva necesaria del “undo, pero precisamente como perspectiva : en su relatividac zeconoce la relatividad de toda perspectiva con respecto 2: mundo real y a la verdad. La cultura filos6fica_abre ¢1 mundo como hori universal, in-Finrto, histérice, al__reconocer _que toda Cultura eS perspectiva, por tanto relativa, y ésta es su sstoricidad historicidad Podriamos preguntarnos por la motivacién para llegar a relativizar de forma tan radica_ el propio mundo de la vida, las tradiciones, la cultura. ics griegos vieron que era posible un dar raz6n, un respexsabilizarse (logon didonai) de una forma de vida determinad, a partir de un andlisis de otras formas de vida posibles. Naturalmente que una vida dedicada a la busqueda de la verdad, es decir, una vida en la actitud de apertura a las miltiples perspectivas del mundo, es la que merece vivirse y ser asumida responsablemente. Esta actitud ante la vida funda en cierta forma una nueva humanidad una nueva relacién de convivencia comunitaria corresrondiente, que lleva a la educacién, a la colaboraci6n a =ravés de la critica. ” te reqreso al origen de la £:! sofia como reflex; ‘el mundo de la vida y al inicic de las teorfas cientificas a Tsentidos de objetos, de naturaleza, sociedad y persona, sirve To 8610 para Clarizicar— eI problema deja ‘positivizacion de las ciencias, sino sobre todo__para ner el sentido del quenacer de Ja raz6n en Tas diversas formas de saber. Perc esto es precisamente lo que se ha vuelto a ala filosofia y a las ciencias. se dice que la promesa de emancipacién, insita desde lcs origenes y renovada por la Tlustraci6én, se ha convertido en ilusién. © B, Husserl, “La filosofia en la sik., p. 155. is de 1a humanidad europea", op. ie et L nie 26 Husserl aclara que est4 de acuerdo con estas criticas a la modernidad: “También yo estoy convencido de que la crisis eGropea radica en una aberraciZn del racionalismo. Mas esto no_autoriza a creer que 1a racionalidad como tal es perjudicial”. Reconocida la critica, es necesaria Una oqia de la raz6n, dato que ella eS la “llamada a dirigir el desenvolviniento de la humanida: cia la _madurez... a-raz6n es un titulo amplio” “. Esto permite interpretar que “La razén del fracaso de una cultura racional no se halla emperc en la esencia del mismo xacionalismo, sino (inicamente 2x su ‘enajenamiento’, en su absorcién dentro del ‘naturalisio’ y el ‘cbjetivismo’*. Con esto ya podemos enunc:ar los pasos del método fenomenolégico: a) Hay que liberar al sujeto cs la positivizacién por parte de las ciencias sociales, en essecial de la psicologia, para reconstruir asi sus relaciones xrigi ias_en el mundo de ia vide b) oco la lologia prete: wuperar un espacio para la subjetividad y el mina de la vida a expenaas del pensamiento cientifica. Busca s{ reubicar las ciencias como wroducto de la actividad del sombre, precisamente para Feceflenién sobre elfas-gene todo el sentido que aneritan "en la modernidad>“La-cteneia Gs la naturaleza matematica es una técnica maravillosa que permite efectuar inducciones de una capacidad productora, de una probabilidad, precisién, calculabilidad, que antes 2: siquiera podrfan ser sospechadas. Como creacién, ella es un triunfo del espfritu humano. Pero por lo que hace a la racionalidad de sus métodos y teorfas, es de tode punto relativa. Presupone ya una disposicién fundamental previa que en s{ misma carece por completo de una racionzlidad efectiva. Al haberse olvidado, en la tem&tica cienzifica, del mundo circundante intuitivo, del factor meramerte subjetivo, se ha dejado también olvidado el sujeto smo actuante, y el hombre de ciencia no se convierte en te-a de reflexién. (Con ello la rvacionalidad de las ciencias sxactas permanece, desde este punto de vista, en la misma 1; que la racionalidad de las pirémides egipcias)""*. “ Ibid, p. 159. “ Thial, pp. 171-172 “ Ibid. p. 167. j 27 ec) uperado el auténti i de la si ttividad en el mundo y en la historia, es posible reconstruir la génesis de las ciencias en la perspectividad del mundo de la vida. @) Bsto lleva a una rebabiliracisn radical de la doxa, al mostrar céma_e] mundo y todo sa=e: sobre é1 se constituye ep mis _vivencias intencionales: se “rata por tanto de ‘salvar los _fenémenos', aque del_alma_humana_en cuyas fracasaron, cada uno a su te, el_racionalismo y_ el, empirismo: "Me sea cénodo o ne, se parézca monstruoso (or i ono, ést2 es el hecho primordial que Sete cnfcentan al hecha Gusts puedo perder d= winta Game Filésofo. Para infantes en f:osofia éste puede ser el Sscuro pasaje en que merodean +25 fantasmas del solipsismo, © aun del psicologismo, del relativismo. El verdadero fil6ésofo preferiré, en lugar ce huir ante ellos, iluminar ese oscuro paraje”"”. e) En este nivel de las vivenc:2s, de la experiencia en el mundo de 1a vida, de la opini6n se constituye el sentido del mundo y de los objetos en é1. zsza constitucién de sentido, primera funcién de la intenciz-alidad, es previa a toda tematizacién del mundo, tanto 4e la naturaleza misma, como del mundo social y subjetivo. f) S6lo_un sentido constituide puede pretender verdad. Es necesario distinguir en el 7étodo fenomenolégico la aimensin de Ia _constitucion ¢= sentido —(sinnkonstitution) enel_fluir i§_inzencionales como conciencia de_algo, de a pretensié: de valer (Seinageltung) verdaderamente, de ser lo que s@ da intencionalmente. g) El descubrimiento mAs revol-cionario de la fenomenologia de la razén es que la_‘verdac’ es una idea regulativa en sentido kantiano. No se trata ries de una verdad que pudiera corresponder al ‘punto iss 7 es rdad iva a una subjetiv: sus experiencias en el mundo d “ida: "eQué tal si, tanto la yelatividad de la verdad y de su evidencia como la verdad absoluta, ideal, infinita, por encima de esa relatividad, fueran legitimas y se implicaren reciprocamente? El mercader tiene su verdad mercantil; ino es en relacién a su situacién, una buena verdad, =a mejor que pueda servirle? ° musserl, E., Légica, op cit., p. 142. zx Aen epee test is 1 a J J ( 28 gAcaso es una verdad aparente perque el cientifico, juzgando con otra relatividad distinta, wn otros objetivos e ideas, busca otras verdades con las qe podemos hacer muchas més cosas, aunque no podamos hat precisamente lo que se necesita en el mercado?... Filosofar anticipada y superficialmente sobre esta cuesti6n es una equivocacién fundamental; da lugar al falso ttivismo escéptico y al no menos falso absolutismo légico: cada una de estas doctrinas es el espantajo de la otra, las dos se destruyen y reviven alternativamente, como en el tes=ro de guifiol" ( facvecn ) h) La_respuesta _al_falso _=siativismo i absolutismo légico_es_el_ res: de _un_sujeto concreto, Zontextualizado en _su_m zi xespongable de aus actos”, capaz de justificarlos ::n razones y motivos. (Yosimvann=) in_embar 8: nts, a saber, si el la vida como tema de la filosoffa, puede desplegarse al quedar reducido a correlato de una conz.encia monolégica. De hecho, _tzascencenes z consecuencia del descubrimien' la_perspectividad del mundo anula, si las diversas Perspectivas son sélo para une conciencia; el Horizonte de sentido y de contextualizacié; en_el que se nutren las pretensiones de validez, queda jucido a una sola perspec- tiva en el —womenEO que es horizente de un sujeto trascendental. Asi la comunics-.5n que Husserl afiora como de la filosofia y al mismo de la educacién de una , se hace imposible desde exién para que en diélogo tiempo como fundamento de comunidad en la actitud filos que se privilegie el yo de la = consigo mismo critique, clar: y discierna las diversas perspectivas y los diversos moizs de vida. Mejor dicho: el mundo _de la vida abierto por 1: ‘enomenalogia queda_de nue: cerrado subjetiva-reflexiv. en toda filosofia d conciencia. Esto hace necesario el cambio ie paradigma de la filosofia fing de la coneiencia monolég alogal, yy ese desarrolla en lac mundo de la_viday accién_c-municat. tal lo ha Aluow ropuesto _recienti @ Jorgen Habermas. A. de Ww transicién hacia el siguiente spartado_seflalenos desde la Mate~ fenomenologia misma los pl i es de esta ;—— pegpusatat &) Uhid., pp. 287-288, CL ef. Guillermo Moyos, _Intsniionalicit als __verantwartung. z Den Geachichtateleologie und Teleologie sx Intentionalitit bei Husserl, Haag, Martinus Mijhoft 1976 ectaaeee 1 oo ea 23 a) El mundo de la vida es horizonte universal de sentido y de contextualizacién y fuente inagotable de validacién de las pretensiones propuestas ea la comunicacién. Por ello podemos pensar la tematica del mundo de la vida como el ‘eje’ que permite el cambio ce paradigma, de suerte que el andlisis fenomenolégico no se haga desde un sujeto, sino desde muchos. b) Los participantes en la cominicacién se refieren a objetos, situaciones o interzretaciones del mundo de la vida: ellos son las perspectivas reales e hist6ricas que no sélo abren el mundo en su dimexsién objetiva cultural, sino también en la moral social y ex la estética subjetiva. c) Puesto que cada particizante tiene una perspectiva diferente, es de la esencia tel didlogo el que cada uno pretenda tener raz6n, pero a 1a vez esté dispuesto a poner entre paréntesis su pretersién, para abrirla a la contrastacién pragmética ccn las dem4s perspectivas posibles. La ‘epoché’ fenome=slégica ya no conduce a la conciencia de mis vivencizs, sino a las posibles pretensiones de validez, prop:as de los actos de habla en actitud comunicativa. a) De esta forma, la teleologfa de la raz6n, tendiente a la evidencia, pasa a dinamizar el proceso mismo de entendimien- to entre quienes participan 22 la comunicacién, ya que a sta le es inherente el telos is ia comprensién. e) La complementariedad entre mundo de la vida y accién comunicativa exige almente también la autorresponsabilidad, que #sser) relacionaba con la intencionalidad y la evizencia. Autorresponsabilidad significa abrir efectivamente <1 mundo de la vida, asumiendo la perspectividad y el derecho a la diferencia y a la erftica, actuante en la acciéz comunicativa misma: ésta es autonormativa. 4.- Complementariedad entre ética y ciencia en la razén comunicativa. La crisis de la modernidad pez causa de la positivizacién de las ciencias ha significado 1: colonizacién del mundo de la vida. La propuesta de solucié= a esta crisis cristaliza como renovacién de los planteamier:os de la modernidad, buscando reconstruir la génesis de las ciencias en la razén comunicativa, Replantear as{ el proyecto filos6fico de la modernidad no s6lo es.posizie, sino que, lejos de ser

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