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ELEMENTOS: PARA UNA PEORIA. ~ DE LA INTERPRETACION: DEE RELATO ‘MATIC. i LA. d. GREIMAS En homenaje'a CLAUDE LEVI-STRAUSS 4 LA 'TEORIA SEMANTICA Y.LA MITOLOGIA ‘Los progresos, realizados recientemente en cion ‘nitoldgiensy graciay sobse. Yodo‘ oe Wabsjos ae Cade Lévi- Strauss, constituyen un aj materiales y tos de porte de mat reflexién Epaiderable ara la teorin’ a pan come sabemos, tener gels atin Su de fn ee tos. ie yeaa de ae inventazio, de los procedimfentos ‘Ahora bien, pareciera que la metodologia de ln’ interpretacién ee toe os tay sate de ‘eomplejidad, fuera de los que, a nivel de la estructura implicita, no es més que una inversién de los signos del conteni- do, Existe, pues, una correlacién entre los dos planos antes contenido invertide desputes ‘contenido afirmedo 3. Restringiendo, una vez més, el inventario de relatos, descu- brimos que un gran mimero de ‘ellos (el cuento popular ruso, pero también nuestro mito de referencia) poseen otra propiedad que consiste en implicar una secuencia inicial y una secuencia final situadas en planos de «realidad» mftica diferentes del cuer- po del relato mismo. ‘A esta particularidad de la narracién corresponde una nueva articulaci6n del contenido: a los dos contenidos tépicos —de los cuales uno es afirmado y el otro invertido— se adjuntan otros dos contenidos correlacionados que estén, en principio, entre si en la misma relaci6n de transformacién que los contenidos tépicos. Esta primera definicién de la armazén que no esté en con- tradiccién con la formula general del mito propuesta hace poco por Lévi-Strauss, aun cuando no es enteramente satisfactoria —todavia permite, en el estado actual de nuestros conocimientos, establecer la clasificacién del conjunto de relatos considerado co- mo género— constituye sin embargo un elemento de previsibi- lidad no desdefiable: se puede decir que el primer paso metédico, en el proceso de la descripcién de! mito, es la descomposicién del relato mitico en secuencias, descomposicién a la que debe corresponder, a titulo de hipétesis, una articulacién previsible de los contenidos. IL 3. El mensaje. ‘Semejante concepcién del armazén permite prever que el men- es decir, la significacién particular del mito-ocurrencia tam- bign se sitia en dos isotopias a la vez y da lugar a dos lecturas diferentes, una a nivel discursivo y la otra a nivel estructural. Quizé no sea indtil precisar que por isotopia entendemos un con- a junto redundante de categorias semAnticas que hace posible la lectura uniforme del relato, tal como resulta de las lecturas par- Giales de los enunciados después de la resolucién de gus ambige siendo guiat resoluci6n misma investigacién de la lectura tinica. er 1. La isotopia narrativa esté determinada por una cierta pers- pectiva antropocéntrica que hace que el relato sea concebido co- ™mo una sucesién de acontecimientos cuyos actores son seres ani- mados actuantes o actuados. A este nivel, una primera catego- rizaci6n: individual vs. colectivo permite distinguir un héroe as0- cial que desligéndose de la comunidad, aparece como un agente gracias al cual se produce Ja inverién de la stuacién; que so pro- senta, 10 de modo, como mediador personalizado entre la situacién-antes y la situacién-después. ‘Vemos que esta primera isotopfa lleva, desde el punto de vista lingitistico, al andlisis de los signos: los’ actores y los aconteci- mientos narrativos lexemas (=morfemas, en sentido americano), analizables en semenas (=acepciones 0 de las pala bras) que estén organizadog, mediante relaciones sintécticas, en enunciados unfvocos. 2. La segunda is se sitia, por el contrario, estructura del contenido postulada sobre el plano’ discursive, A las secuencias narrativas corresponden contenidos cuyas relacio- nes reciptocas son tedricamente conocidas. E] problema que se plantea a la descripcién es el de la equivalencia a establecer entre los lexemas y los enunciados constitutivos de las secuencias na- rrativas y las articulaciones estructurales de los contenidos que les corresponden y es a la resolucién de este problema que nos abocaremos. Bastard decir por el momento que una tal transpo- sicién. supone un andlisis en semas (=rasgos pertinentes de la significacién) que es lo tinico que puiede permitir la puesta entre paréntesis de las propiedades antropomérficas de los lexemas-ac- tores y de los lexemas-acontecimientos. En cuanto a los desem- pefios del héroe, que ocupan el lugar central en la economia de la narracién, no pueden sino corresponder a las operaciones lingilis- eas de ‘ranslormacion que explican las inversiones. de los on- los. Una tal concepcién del mensaje que seria legible sobre di isotopias distintas, la primera de las cuales no seria sino la ma nifestacién discursiva de la segunda, no es quizé mAs que una formulacién te6rica. Puede no corresponder sino a una sul de relatos (los cuentos populares, por ejemplo), en tanto que otras subclases (los mitos) estarian caracterizadas por la trabaz6n, dentro de una tnica narracién, de las secuencias situadas ya so- bre una, va sobre otra de las isotopfas. Esto nos parece secun- dari en la medida en que: a) la distincién que acabamos de establecer enriquece nuestro conocimiento del modelo narrativo € incluso puede servir de criterio a la clasificacién de los relatos, 42 vel de Ia ~ 2) y tambign en la medida, en que separa netamente dos proce. dimientos de descripcién distintos y complementarios que con- tribuyen asi a la elaboracién de las técnicas de interpretacion. IL 4. El eédigo. La reflexién mitol6gica de Lévi-Strauss, desde su primer estu- dio sobre eLa estructura del Mito: hasta las Mitoldgicas de hoy, esté marcada por el desplazamiento del interés que primero re- cay sobre la detnicion de la estructura, del mito-rlato ¥ ahora com problemética descripcién verso mito- {ggieo, concentrado primero sobre las propiedades formales de la estructura acrénica y que actualmente enfoca la posibilidad. de tuna descripcién comparativa que seria a la vez general e histérica. Esta introduccién del comparatismo contiene aportes metodol6- gicos importantes que nos corresponde explicitar. IL. 4, 1. La definieién de las unidades narrativas. La utilizacién, por via de comparaciGn, de los datos que puede proporcionar el universo mitolégico no es, a primera vista, sino aan ee er capectias pacde tama dos for un cierto . est iva, le r mas diferentes: 1) se puede tratar de elucidar la lectura de un mito-ocurrencia \dolo con otros mitos 0, de manera ge- neral, los cortes sintagméticos del relato con otros cortes sintag- miticos; 2) se puede correlacionar un determinado elemento na- rrativo con otros elementos comparables. a El correlacionar dos elementos narrativos no idénticos perte- necientes a dos relatos diferentes lleva a reconocer la existencia de una disyuncién paradigmatica que, operando dentro de una categoria seméntica dada, obliga a considerar el segundo clemen- to narrativo como la transformacién del primero, Sin embargo —y esto es lo més importante— se comprueba que la transformacién de uno de los elementos tiene como consecuencia el provocar transformaciones en cadena a lo largo de toda la secuencia con- siderada. Esta comprobacién, a su vez, implica las siguientes eonsecuencias teéricas: 1, permite afimar la existoncia de relaciones necesarias entre Jos elementos cuyas conversiones son concomi 7 . 2. permite delimitar los sintagmas narrativos del relato mitico, definitles a la vez por sus elementos constitutivos y por su en- cadenamiento necesario; z a '8. por timo, permite definir log elementos nazrativos mismos ya no s6lo por su correlacion paradigmética, es decir, en el fon- do, por el procedimiento de la conmutacién, propuesto no hace 43 mucho por Lévi-Strauss, sino también por su emplazamiento y su funcién dentro de la unidad sintagmatica de que forman par- te. La doble definicién del elemento narrativo corresponde, como vemos, a la aproximacién convergente, praguense o danesa de Ja definicién del fonema. Intitil es insistir sobre la importancia de esta definicién formal de las unidades narrativas cuya extrapolacién y aplicacién a otros universos seménticos no pueden dejar de imponerse. En el esta- dio actual, ella no sino consolidar nuestras tentativas de delimitacion y de definicién de tales unidades a partir de los andlisis de V. Propp. No Budiendo proceder aqui a verificaciones exhaustivas, diremos simplemente, a titulo de hipétesis, que se Puede reconocer tres tipos caracterizados de sintagmas narratives: 1) Jos sintagmas de desempefio (pruebas); 2) los sintagmas contractuales (establecimientoos y rupturas de contratos) ; 3) los sintagmas cionales (partidas y retornos). Vemos que Ja definicién de los elementos de los sinta narrativos no depende del conocimiento del contexto, sino de la metodologia general, del establecimiento de las unidades lingiifs- ticas y que las unidades asf definidas lo son en funcién del modelo * narrativo, es decir, del armazén, Il. 4, 2. Delimitaciones y reconversiones. El conocimiento teérico de Jas unidades narrativas puede, en consecuencia, ser explotado a nivel de los procedimientos de des- cripcién. Asi, el comparar dos secuencias cualesquiera, una de las cuales es la secuencia a interpretar y la otra la secuencia trans- formada, puede tener dos fines diferentes: 1. Si Ia secuencia a interpretar parece situarse sobre la iso- topia presunta del conjunto del relato, la comparacién permitiré determinar, dentro de la secuencia dada, los Iimites de los sin- tagmas narrativos que contiene. No obstante, hay que prevenir contra la concepcién segiin la cual los sintagmas narrativos correspendientes a las secuencias del texto, serian continuos y amalgamados: por el contrario, su manifestaci6n adopta a menudo la forma de los_ significantes discontinuos de manera tal que el releto analizado y descrito como una serie de sintagmas narrativos deja de ser sincr6nico e isomérfico en relacién al texto tal como se presenta en estado brato. i la secuencia a interpretar parece invertida en relacién con la isotopia presupuesta, la comparaci6n al confirmar la hipétesis permitiré proceder a la reconversidn del sintagma narrativo reco- nocido y al restablecimiento de la isotopia general. ‘Utilizando el término de reconversi6n, propuesto por Hjelmslev “4 en su Langage, deseamos introducir una nueva precisi ¢ ddistinguir lao verdaderas transformaciones, es decir, las in nes de los contenidos correspondientes ya a las exigencias del ‘modelo narrativo, ya a las mutaciones intermiticas, de las mani- festaciones anti-enunciado de los contenidos invertidos y cuya reconversiGn, necesaria al restablecimiento de la isotopia, no cam- bia en nada’el status estructural del mito. Anotemos aqui, al pasar, que el procedimiento de reconver- sién que acabamos de considerar plantea el problema te6rico més general de la existencia de dos modos narrativos distintos, que 0 podrian designar como el modo del engafio y el modo veridico, Aunque apoyandose en una categoria gramatical fundamental, Ja de ser vs. parecer que constituye, como sabemos, la primera articulacién seméntica de las proposiciones atributivas, el juego del engafio y de la verdad provoca la trabazén narrativa’ bien conocida en el psicoandlisis, que constituye a menudo una de lat principales dificultades de la lectura porque crea, en el interior del relato, niveles jerdrquicos de engafio estilistico cuyo mimero se mantiene en principio indefinido. IL 4. 3. Contexto y diccionario. La explotacién de los informes proporcionados por el contexto mitolégico parece, en consecuencia, situarse a nivel de los ele- mentos narrativos que se manifiestan en el discurso en forma jae] leseemae) Pero) iby [ca dieing air }ias] catectee|sices |soemales que necesariamente comportan, sus caracteristicas sustancia- Jes. Las primeras son: 1) ya propiedades gramaticales que hacen au Js ere sean, por en 0 bien actantes o bien predi- cados; 2) ya propiedades narrativas que derivan de la definicién funcional del rol que asumen tanto dentro del sintagma narra. tivo como en el relato considerado en su conjunto. Asi los ac- tantes pueden ser Sujetos-héroes u Objetos-valores, Fuentes o Destinatarios, Oponentes-traidores 0 Ayudantes-fuerzas benéficas. La estructura actancial del modelo narrativo forma parte del ar- ‘mazén y los juegos de distribuciones de cimulos y ‘disyunciones de los roles forman parte del oficio del descriptor con anterio- ridad a la utilizacién del cédigc Estas precisiones s6lo son introducidas para establecer una neta separacién entre la explotacién del contexto y la explotacién de los conocimientos que conciemen al modelo narrativo, El con- texto se presenta en forma de contenidos tncorporados investi), independientes del relato mismo y que el modelo narrativo toma @ su cargo, a posteriori. Estos contenidos incorporados son ya, al mismo tiempo, contenidos constituidos: asi como un novelista constituye poco a poco, al proseguir su relato, a sus personajes a partir de un nombre propio itrariamente elegido, asi la fa- 45 cuya justificacién debe ser buscada a nivel de las exigencias Sioa noe or erido al diccionario que seguiremos considerando, el pre- sente ejemplo se opone al que hemos estudiado en 1) ® a) en el primer caso, la denominacién no cambia en tanto que el contenido cambia; b) en el segundo caso, la denominacién cambia y el contenido ién, pero Parcialmente. Lo que explica estos cambios es, por consiguiente, el anélisis sémico de los contenidos y no el anilisis situado a nivel de los lexemas. El diccionario, para ser completo, deberia pues poder indicar las series de denominaciones equivalentes, clas mismas resultados de las transformaciones reconocidas a nivel del cédigo. De aqui resulta que el diccionario, cuya necesidad para la inter pretacién automatica de los mitos imperiosa, no puede Constituirse mas que en funcién de fos progresos alcanzados en nuestro conocimiento del armazén del universo mitolégico articu- lado en cédigos particulares: un articulo de diccionario sélo ten- dré cierta consistencia el dia en que sea sélidamente encuadrado Por un conjunto de categorias semAnticas elaboradas gracias a otros, componentes de la teoria interpretativa de los mitos. IL 4. 5. Cédigo y manifestacién. Nuestros esfuerzos para precisar las condiciones en las que un diccionario mitol6gico seria posible y rentable nos permiten cap- tar mejor lo que hay que entender, en la perspectiva de Lévi- Strauss, por cédigo y, més particularmente, por cédigo alimen- tario. El oédigo es una estructura formal: 1) constituida por un pequefio niimero de categorias sémicas, 2) cuya combinatoria es susceptible de explicar, en formas de sememas, l conjunto de contenidos incorporados que forman parte de la dimensién ele gida del universo mitol6gico. Asi, a titulo de ejemplo, el obdigo alimentario podria ser presentado parcalmente, en forma de Un don enue o exeido oT). rate podride Cal nina animal ogetat ‘Gaguar) (cervo) (buitre) (tortaga) Si se considera que cada recorrido, de arriba a abajo, explica una combinacién sémica constitutiva de un semema y que cada semema representa un contenido incorporado en tanto s6lo puede recuperario si el traidor es, primero, reconocido.y, luego, castigado, La parte t&- pica del relato que deriva de esto sera el castigo del hijo-traidor, ordenado por el padre convertido en impotente (en el sentido no natural). MII. 4. 2. Expedicién al nido de las almas. ‘cPersuadido de su infortunio y deseouo de vengaree, mands a su hijo al “nido” de ine aimas, con el encargo de que le tsign ln gran maraca de danso_(bapo) que o> dein. EL joven conmulta a su shock, crta Ie tevela el peligo moral gue la ein: ‘rese trae. aparejedo: le recomiends obtener la ayuda del pujaro meee pemundo ef hires, compete del paint ln [a ord acutcn de ‘las, expere en Ta ovila mientras que el pdjaro mowea, vuel prestamente, corte al'cordliio el gue coclg Is marace: el astnimento exe al sgun ¥ Teena: “ijol™ EI ruido Tima Ia atencion de lee alma, que tran fechas. Pero el pijaro moss va fan de prim que llega Taso a ls ora con a robo, DEI padre manda shore al hijo que le train la maraca pequeia de las aiman, y se rn i, con. los mismos detalles. pero etta ver el animal eptoptila, sp, una’ paloma). Ena tercer ex: fo butter, sonajes ruldoms hechas con’ perufas Ge cattetu (Dicotylee torguatue) ensartadas ea un cordin que se lleva enmullsdo « Jos tobillos. Es eyudado por el gran saltamonter (Acriium eritatum, E. By vol, 1. TBO), cuyo vuelo et mis lento que el de Tor péjaron, de manera que las fechas 1B aleansan” varias voces, pero sin matatioy e I. Contrato ‘Orden [Padre] vs. Aceptacién [Hijo] TL. Prueba eaifcadora Prueba hipotixica {Abuels: Hijo) (consulta) Consecuencia: recepcida. del ayadante (3- ayudantes) Tye ‘Partida. (Hijo) + Desplasamiento horizontal répido (Hijo + ayudantes) IV. Prueba: principal 82 Conecencin,Sguiagn del carencin. Bij) (bo, de fs omamentos) Goabete Svea (iar Expstur scutes) 0 sine) . bie. Conga m jlazamiento horizontal répido + Retorno (Hijo) del contrato Comentario. 1. Encontramos en esta secuencia un cierto niimero de carac- teristicas estructurales de Ia narracién bien conocidas: a) el ca- récter a menudo implicito de la prueba calificadora que sélo se manifiesta por la consecuencia, b) la inversién sintagmética que regulta del cardcter engafiador de la prueba en que el vuelo, se- guido de la persecuci6n, sustituye a la lucha abierta, c) el sincretis- mo de las funciones que constituye la persecucién, analizable en lu- cha-+desplazamiento répido, d) la triplicacién’ de la secuéncia cuya significacién slo puede descubrirse por un anilisis sémico de los ayudantes (0 de los objetos del deseo). 2. En relacién con la economia general, la secuencia trans- cripta debe corresponder a la calificacién del’ héroe. UL. 4. 3. Expedicién al nido de los guacamayos. ‘ funciona como prueba calificadora; y ésta, a su ver, aparece, siguiendo la transcripcién, como un relato autOnomo 4 ane i Joa calificadora y una prueba principal. De gus cots ons an lone oO setts jerdrquicos diferentes: un sintagma narrativo, segéin el n en ‘a s¢ sitde su lectura, es, pues, susceptible de varias inte- pretaciones sucesivas. | pas teristica del modelo narrativo: la. pruel aberrdor gue “xin no habiamos encontrado, también aparece en esta secuencia. IIL, 4. 4. El retorno del héroe. su» cn i Sn, ae coaha seni rasa doar ae i Pertenerientew su abuce, Sige la hoelas, pero, temiende, mostrar Copia e Tagarto cuya conc inte jurant ‘tiempo & Be nee cor del anterior Al fn ve desde 8 anit ORS As is te te re ia a Sabb ht mvt cad samp ere et ie ath See es eet ae seeee pa ©) Meters "Bie Desplasamiento horizontal [Hijo) (« partir del gar de 1a Prac) somo (Bio) (oo conjunciin por el hecho de la autenca det |, amino ad quew) Rear redundant el + Deplmaniato (i) Broce pet i de Ta aye, Hil (cnios dl bustn) eee Sg Nenbechr Abs Reece SN re (Mtl ening x no sso) Reverend ices Pad Te) Oe Te eat Comentario. yrimer lugar el wo aaa Pama Kea She ore i itiva corresponde aqui, en primer término, el re Lea ea eal positive y, Juego, la liquidacién de la carencia en sus dos formas, negativa y positiva. 55 2, Sefialaremos, como procedimiento caracteristico, la demos- tracién por el absurdo de la imposibilidad de restablecer el con- trato, debida a la ausencia de la fuente a quien deberia ser re- mitido el objeto buscado, lo cual requiere una nueva biisqueda de una nueva fuente (abuela). Destacaremos, como caracteristica de este mito particular, el hecho de que sitta el contenido invertido (es decir, segiin lo que nosotros sabemos a este nivel de anilisis, Ia ausencia del fuego) no en el tiempo mitico de antes, sino en la cotidianeidad de y la presenta como una extincién accidental de los fuegos. En tales casos, la descripcién debe operar Ja reconversién de lo co- tidiano en mitico: vemos que el procedimiento mismo se define, a primera vista, como una conversién estilistica. IIL. 4, 5. La venganza. i i ) Beka WMT Acpinden fe) Pane Ta and 1. Dini Foe (Pabe; Hombre) + Dephtanioto toriontal Pai Heats (disyuneién de los fuegos de la aldes) aa : 1 Pe ee Sstteatls dt eadaie my eneindor (Hermanos Mea 4; Brin "be iafomes (Mea) Vento del cabery: ecuador sma) Sonne natin A rca assumes Sade) eS feta i) Caton 3 ee ian la 1y. Pa posal nda Pare: i) ae cans sntn ol a card a tf atin ion Execs Selamat fot] Gayton deb coment) Cena Sata Sate dea F 38 if THitea Comentario. _1. Toda la secuencia se desenvuelve segiin el modo del exi- gafio. Sdlo que, contrariamente a lo que pasa en otras partes, el 56 engafio no se presenta aqui: a) ni como la conversién del con- tenido de la secuencia, tal como ella se manifiesta en la expe- dicién al nido de las almas, donde el elemento narrativo inver- tido, causa de las otras transformaciones, es el objeto de la ca- rencia (agua vs. adornos); b) ni como la inversiOn del sintagma narrativo, caracterizada por la inversién de las funciones donde, por ejemplo, el vuelo seguido de persecucién sittia sintagméti- camente a la consecuencia antes de la prueba misma, sino como ‘una inversién en la distribucién de los roles entre los actantes previsibles, Asi, el padre se comporta como el organizador de la taceria, cuando de hecho es el hijo quien la organiza; el padre se considera como cazador, mientras que en realidad ‘es la vic- tima marcada de antemano; el héroe, verdadero cazador, se dis- fraza por el contrario de victima-ciervo. Insistimos en este es- quema, bastante frecuente, porque permite esperar, en un futuro, una tipologia del engaiio. 2. La lectura de la secuencia, imposible sin la utilizacién del eédigo puede, no obstante, ser facilitada por la formulacién de hipétesis, ya ‘sea comparéndola con las secuencias precentes, ya sea tratando de determinar, mediante el registro de las redun- dancias, la isotopia propia de la peculiar secuencia estudiada. a) El retomno del héroe fue seguido, como recordamos, de la liquidacién negativa de le carencia en forma de dos efectos com- plementarios: afirmacién del agua malhechora y denegacién del Fuego bienhechor. La liquidacién positiva de la carencia apareci6 como la afirmacién del fuego bienhechor: es légico suponer que la secuencia estudiada en este momento se consagre a la manifes- tacién del término complementario, es decir, a la denegacién del agua malhechora. La hip6tesis a retener serd pues la identificacion entre disyuncién del padre=denegacién del agua malhechora lo que permite suponer la correlacién entre el padre y el agua malhechora. b) La busqueda de las redundancias, que permite establecer la isotopia propia de la secuencia particular considerada, deja suponer un eje vegetal (el héroe y su hermano menor se trans- forman en vegetarianos; el arma punitiva del traidor es de origen vegetal). Si esto es asi, a este eje se opone légicamente un eje animal que debe ser aquel donde se encuentra situado el an- tagonista quien, en efecto, se define positivamente, en tanto que cazador, como el consumidor del alimento animal. Si, ademés, observamos que se trata por ambas partes de consumidores de alimentos crudos (esto es obvio para los caso del ciervo y el mea, pero conviene también al padre, quien se encuentra separado del fuego de los hogares), la figura del padre parece entrar en co- rrelacién con lo crudo’animal (hipétesis que, como veremos, s6lo se verificaré parcialmente). 87 Ill. 4. 6 Le secuencia final. ila victimal e devorada en el acto por Jan eaplritus buiogoé que ton peces: cant ills. Del mmcabro festin 2 quedan cn cl fondo del agu mie que huevor devear- ‘dow, yea puimones flotando como plantar acuitcas cuyas hojes ~dicen— per ‘pueblo, el hémoe se venga también de las exposes de su padre (une au propia madre)» I. Disyuncion "Partide (Pastidas Hijo] + Desplasamsiento horizontal répido (Padre; Hijo] ‘Llegada al lugar de la prueba [Padrel (inmersién = conjunciéa con el agus) IE, Prueba negation “Combate + Victoria (Pirsias; Padre] (abeorcién de la parte camal = de lo ‘qrudo animal) IV, Disyuncién definition ‘Partida descensional + Transformacién en expiritu scuético (1) (hueson) Partida aocensional + Tranafonaacéa en planta acustica. Comentario, Si hemos analizado en dos pruebas distintas el combate del traidor ‘con los espiitus canfbales, es: a) para separar mejor las dos secuencias divergentes de la prueba, pero también, b) para establecer un cierto paralelismo estructural con las secuen- cias precedentes. III. 5. Los actantes y las relaciones contractuales. La transcripcién que acabamos de hacer nos ha permit captar el encadenamiento de las funciones constitutivas de los sintagmas narrativos. Pero, al mismo tiempo, hemos descuidado el segundo aspecto de esta normalizacién: la transcripcién de los actantes, que provisoriamente hemos dejado en forma de ac- tores del relato, subdividiendo asi el procedimiento propuesto en dos etapas sucesivas. Esta codificacién de los actantes, si bien es poco provechosa para los sintagmas-pruebas, cuyo status es simple y cuya estruc- tura es redundante, reviste toda su importancia cuando se tra- ta de las unidades’contractuales sobre las que recae el rol de la organizacién del conjunto del relato. Las funciones que las de- finen constituyen un juego de aceptaciones y rechazos de obli- gaciones entre las partes contratantes y provocan, a cada mo- mento, nuevas distribuciones y redistribuciones de roles. Asi, 58 vel de estas distribuciones de roles se puede esperar able a nivel ests die a primets vin de la rater macion del hijo-traidor en héroe y la transformacién del padre- victima en traidor. A ido el sistema simple de abreviaturas para consignar a los actantes del relato: F (Fuente] ‘va. D (Destinatario) 8 (ufete hoe) vs, O (Objeto-valor) A (Ayudante) vs, T (Opositor-traidor) podrin presentar, en forma condensada, las principales obli- gecones contractuales y las distribuciones corrclativas de los roles en la parte tépica de la narracién. Seouenciae Funciones Partida ol nido de las Castigo del traidor ‘amas Orden Contrato aceptado ‘eeptacion y pastida Parlide ol nido de los puacemeyor 7 ce pe fei cengatiador Contesto suspendido \Consecvencis| Retorna del héroe A hee cata mie? ae Bisqueda de la fuente Nuevo contrato ‘Retarno 7 don De - snigncataenin (Rema ahah vane Cwip 8 tly mt / ote bie = swe namtetnaite (any pain Eistose +2 La redundancia que marca la ruptura del contrato (contra- to suspendido — contrato rechazado —> contrato roto) eee queda de la nueva fuente impiden ver netamente la simetria del relato debida al paralelismo de las redistribuciones de los roles entte padre e hijo. Se las puede resumir de la siguiente forma: Coniaio- Dobe Contrato- Actorsr aatign tranaforacion asin Padre T [p+ @+T p+s | ¥F[D+@+T Hijo Fi ret [7 [p+@+T im ete Comentario, 1. Basta reconocer que existen dos formas distintas de con- trato: a) el contrato voluntario que entrafia una misién de sal- vacién y b) el contrato involuntario, del que deriva una misién de rescate, y ver en la venganza esta segunda forma de obliga- cién contractual, para darse cuenta de que existe una articulacién, contractual del modelo narrativo en su conjunto. La parte tépica del mito aparece entonces como Ja ejecucién del contrato primi- tivo, derivada de la secuencia inicial; la secuencia final, por su parte, se encuentra ligada de la misma forma al cuerpo del relato. De alli que podamos formular una nueva correspondencia entre la manifestacién narrativa y la estructura del contenido que asi se manifiesta: a las correlaciones entre contenidos no-isotdpic del mito, a nivel de eu estructura, corresponden las relaciones contractuales, a nivel de la narracién. 2. El pasaje de un contrato al otro se efectiia gracias a una doble transformacién, es decir, gracias a la sustitueion paradig- matica de los términos sémicos que operan dentro de ambas ca- tegorias a la vez: 1) el padre se vuelve traidor y el hijo alcanza 60 la calificacion plena del héroe plano (S22T); 2) como el traidor no puede ser fuente (incompatibilidad estructural que ya hemos observado al analizar un puede ser con- siderada, después de su reconversién, segtin la cqui ivalencia entre biisqueda de los huesosS= busqueda del agua, como manifestando la isotopia del agua (y del fuego), la secuencia «expedicién al lo de los guacamayos» abandona la mi aparente de Ja biis- queda de oramentos y sdlo se ocupa de problemas de régimen alimenticio, animal y vegetal. El retorno del héroe, por su parte, esta marcado por el don del fuego (y del sgua), pero la socuenr cia evenganza> que sigue es casi ilegible: apenas’si se puede des- cubrir en ella, gracias a las formulaciones deductivas, la preocu- pecién de, dstnguir In limentacion vegetariana de la carnivora. parte tOpica de la narracién se presenta, pues, asf: itado de este srticulo no nos permite desarroliar la teorin ue ln primera tranaformacicn ea en realidad, la de A los Ee P T {yo de S =e T) como hemes indicado pare simplificar s eL Dos isotopias, reveladoras de la existencia de dos codificacio- nes diferentes del relato, aparecen asf con claridad. La interpre- tacién del mito tendré por fin, en este estadio, que establecer la equivalencia entre los dos eédigos y reducir el conjunto del relato a una isotopfa tnica. Ella plantea a quien la describe el proble- ma de la eleccién estratégica, a saber: icudl es la isotopia ft damental, a la que puede traducirse la segunda isotopfa, consi- derada aparente? Dos ordenes de consideraciones arguyen en favor de la elec- cién del c6digo alimentario: 1, La transcripcién formal permite comprobar la diferencia de niveles en que se sittian los contenidos a analizar en las dos isotopias: si consideramos que estos contenidos se manifiestan en el mensaje narrativo en forma candnica de secuencias de prue- bas y, por consiguiente, de objetos. buscados, veremos que, en el primer caso, los objetos son presentados en forma de lexemas (agua, fuego) y, en el segundo caso, en forma de combinaciones de semas (crudo, cocido, podrido, fresco, ete.). Se puede decir que el andlisis del contenido que ha alcanzado el nivel sémico es mis profundo que el que sc sitiia a nivel de los signos: es, pues, el nivel de anilisis sémico el que debe ser retenido como fundamental. 2. La economia general del modelo narrativo prevé, en el de arrolio del relato, la sucesién de tres tipos de pruebas prucbe caificadora ‘enido de las almasy | ni prueba slrificadora ‘evenganzay Parece evidente que es la prueba principal In encargada de tratar el contenido t6pico del mito: su isotopia tiene, pues, gran- des posiblidades do hacer manifesto el contenido @ nivel fan- tal. Pero, en definitiva, es la convergencia de ambos érdenes de consideraciones, lo que constituye el elemento decisivo de la elec- cién estratégica. Vamos, por consiguiente, a comenzar la expli cacién y la integracién del eédigo a partir de ese lugar privile- giado que es Ia secuencia que corresponde a la prueba principal. IV. 2. El objeto buscado. Sin preocuparnos més de la unidad contractual que introduce la prueba principal del relato, no tenemos que analizar sino la secuencia misma, dividida en dos segmentos gracias a la disyun- cién espacial y que se articulan cada uno en forma de pruebas que notifican el fracaso 0 el éxito de un cierto modo de alimen- tacién: 62 egal up w= [= i ite la hipétesis segtin la cual las cuatro prucbas asi distebuldae lo son manifestaciones marrativas de las, transfor- fiaciones estructurales, se dir que los dos. fracasos deben ser Considerados como denegaciones, y los dos éxitos, como afirma- ciones de ciettos modos alimentafios. | "f° I xégimen alimenticio techazado en primer lugar, es el consumo de alimento crudo animal; se lo niega porque es canib al codigo, pero también el contexto discursivo, nos informan que 41 heros,’ transformado en «amo del agua> gracias a la prueba ‘alificadore, es en realidad un lagarto, miniaturizacién terrestre Gel cocodrilo, y, en efecto, es en forma de lagarto que se presenta ‘a su regreso ante la abuela. Se puede decir que el canibalismo es fa manifestacién narrativa de la conjuncién de las identidades y que la muerte y la putrefaccién que de ella resulta es, de hecho, ia muerte, la desaparicion del sentido. = 2. El régimen alimenticio, afirmado a contiuacién, es el con- sumo de alimento cocido animal. El héroe muerto se transforma Gr alimento que se define como lo crudo animal podrido. Los fuitres comedores de caddveres, al consumir solamente la parte ceruda y podrida> del héroe (los lagartos restantes y las nalgas ), ln asiva la disyunciOn podrido vs. fresco y ala denegacion de lo crudo podrido. Esta operacién, que recer eanibal a primera vista, no lo es en realidad, pues los itres son, en el mundo invertido anterior, los amos del fuego. Sin entrar en los detalles del contexto que el lector de Lévi- Strauss ya conoce y, en particular, sin insistir demasiado en su fol de hechiceros, capaces de operar la purificacién por el. fuego ¥ la resurreccién’ de los muertos, se puede decir que su victoria 3s la vietoria de los consumidores de alimento cocido y, por, con- siguiente, la afirmacién del consumo de lo cocido animal podrido. Le transformacién que corresponde a esta prucba es la situacién del término crudo por el término cocido dentro de la categoria émica crudo vs. cocido. _ — sero es indiil sefialar, en esta ocasidn, el fendmeno estilistico frecuente de connotacién redundante. Asi, la disyuncién arriba Ye abajo que corresponde al episodio en que el héroe es deposi- lado al pie de la montatia, se encuentra en otzos relatos de Jos ror6, Estos eran antes guacamayos que, cuant fi Bore a se arrojaron’ a la hoguera ardiente, transforman-

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