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Tse pie Oia a oreo reate a Ere? si seen oe Cee GE iapeneem de ce, erence, ear Lamia tn ae ee . LGN el LCF eee pe eon RI Cee tao. tie ae eet ee eerie ane eee teeta okt Le ceare try Ure an ae ana (ghataant re epee ee hon en MPEG uc ener eee ico es e ee a Cc ena ers a i obrson7ot ill 739879109399 Sea ee oS 3m oO ) epenteas | nae): ae an 29pS See cee Ee eee PaiLtt Teves Vincent de Gaulejac Profesor de Sociologia en la Universidad de Paris VII « La neurosis de clase * Trayectoria social y conflictos de identidad Por una sociologia clinica Epilogo: Carta de Annie Ernaux ‘Neuro: Monica Piacen Buenos Del Nuevo Extremo, 2013. 280 pas 23x15 em. ISBN 978-987-609-399-6 fa. Piacentini, Ménica, coord. 1. Lambré, Tomds, © Faditorial Del Nuevo Extremo S.A., 2013 A, J. Carranza 1852 (C1414COV) Buenos Aires, Argentina ISBN: 978-987-609-399-6 octubre de 2013 igiin medio sin permiso del editor. transmitida por Hecho el depésitoque marca la ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina « Para Clément y Damien + Indice - PrOlogo v.eseeeeee 9 Introduccién ... 45 1, Historia e historicidad . 23 Elejemplo de Zahoua 25 Un ejemplo de neurosis de clase 28 El individuo producido por la historia .. 32 De la historia a la historicidad . . 40 El proyecto parental. 7 2. Ubicacidn y desplazamiento .. 5 37 Orden de los ngares y lugar dentro de wn orden « 60 Distancia social, conficosrelacionale y conflictos de identidad 70 El lugar, o el amor separado. «4... ++ B 3. Cambio de clase y conflictos de identidad 87 Los conflictos ligados a la promocién = 90 Las ersis de sucesin en la pequeta burguesta ‘1 102 “La historia empantanada”o las difcutades de cambiar de lugar... 107 Los conflictos ligados a la regresién. m1 4, Neurosis y neurosis de clase... . 123 De la neurosis . 126 Anilisis del caso de Denise Lesur/Annic Ernaux 137 yuema sintético de una neurosis de clase « se aaecee 149) 12 © Vincent de Gaulejac de quienes tienen menos recursos y Ia internalizacion de se: inferioridad en quienes no corsesponden a Ia imagen de éxito que la sociedad propone como ideal. Vemos desarrollarse enfermedades de la excelencia yenfermedades de la exclusién. Por un lado, el estrés; por el otro, la ver- giienza, En ambos casos la interpenetracién entre los fendmenos sociales y sus repercusiones psiquicas es evidente, Cuanto més se desarrollan las sociedades, més fuertes son las tensiones psiquicas. De alli se desprende Ja necesidad de entender las relaciones recursivas entre los contflictos psi- ‘quicos y las contradicciones sociales. Claro esti que los efectos de dichas evoluciones son distintos segin el estado de desarrollo econémico, cultural y social de los paises. En estos iiltimos afios hemos tenido la oportunidad de coordinar grupos de smplicaci6n e investigacién sobre el tema “Novela familiar y trayectoria social” en paises muy diferentes, como Rusia, Grecia, Suiza, Bélgica, Brasil, Uruguay, Chile, Canadé y México. Mas alld de las diferencias culturales o lingiiisticas, en contextos econémicos y sociales muy diver- sos, siempre encontramos los mismos fenémenos. Las contradicciones sociales atraviesan Jas historias familiares y personales. Son un compo- nente fundamental en la génesis de los conflictos psiquicos. Cuando los fendmenos de promocién y de regresion social se desarrollan de manera rapida y significativa, los individuos se ven confrontados con conflictos de identidad que tienen aspectos econémicos, sociales, culturales, fami- liares y psicolégicos. Es conveniente entonces, para entender las distintas facetas de esos conflictos, salir de la segmentacién y de la yuxtaposicion disciplinaria, ‘As{ pues, el aparato psiquico tiene una légica interna de funciona~ {to que le es propia, diferente de la que rige un aparato de produecién nica o un sistema familiar. Son niveles de la realidad que obedecen 4 leyes particulares, auténomas unas con respecto a otras. Pero esa au ¢s relativa. La sociedad y la familia canalizan deseos, imponen jones, proponen ideales colectivos, modelos de identificacién y ores y normas. Todos esos elementos influencian fa psi- ze ¢ inconsciente de sus miembros, Inversamente, los temas familiares {que responden a sus aspiraciones y son acordes con su personalidad. Por cende, la combinacién de esos distintos registros y el an. culaciones es lo que resulta verdaderamente explicativo. ° gla conse \dividuos contribuyen a producir sistemas sociales y de sus arti- La neurosis de clase * 13 Hay reciprocidad de las influencias cuando los elementos se articu. lan entre sien una complementariedad dialéctica, que Georges Gurvitch* definia como “contrarios que se completan en el seno de un conjunto, por un doble movimiento que consiste en crecer ¢ intensificarse, a veces en la misma direccion y a veces en direcciones opuestas, gracias al juego de las compensaciones”, El fortalecimiento mutuo entre los conflictos yinculados a un cambio de clase, o de cultura, y los conflictos psico- sexuales es lo que produce Ia neurosis de clase. Muchos individuos en situaciones similares no se vuelven neurdticos, porque esos dos registros ‘en lugar de fortalecerse, se compensan. De este modo, contlictos de or- den sexual y conflictos de orden social pueden, o bien entrar en corres: pondencia y fortalecerse mutuamente, o bien compensarse y aniquilarse En el primer caso, se producira una neurosis. En el segundo, el sujeto habra sabido encontrar las mediaciones para su conflicto, jugando sobre distintos registros. ‘La neurosis de clase es el producto de contradicciones que operan sobre tres registros (sexual, social, familiar) que se refuerzan mutua- mente para producit una “estructura cerrada”, es decir, un sistema que se cierra sobre s{ mismo y absorbe los elementos anteriores para autorre- producirse. Esas contradicciones, de origenes heterogéneos, se van trans- formando a medida que se unen entre si dentro de un sistema neurstico. En definitiva, es el sujeto neurético quien produce Ia neurosis de la cual | mismo es producto: se convierte en productor de aquello que lo produ- joa. El enfoque clinico permite entender mejor las raices de todo ello, brindéndole, a su vez, los medios para liberarse Para captar la dindmica compleja de los procesos que rigen las re- laciones entre la psiquis y lo social, la sociologia clinica es un proceder sociopsicolégico ~que apunta a entender de qué manera las transfor- ‘maciones sociales condicionan las actitudes y comportamientos de los individuos~y al mismo tiempo psicosociol6gico ~que trata de analizar la manera en que un sujeto interviene en tanto actor, inventa pricticas para afrontar esos conflictos y manejar las situaciones sociales. Se trata, pues, de construir un espacio entre preocupaciones te6- ricas y preocupaciones existenciales. La hipétesis central de este libro considera al individuo como producto de una historia de la que intenta ot sociologie, Pais, rion, 1962. 14 © Vincent de Gaulejac convertirse en sujeto. Esta perspectiva es cercana a los trabajos de Cor- nelius Castoriadis, cuando escribe: .. un sujeto se sittia como origen, ciectamente parcial, de su historia pasada, y también como queriendo tun historia futura, queriendo ser coautor de esa historia”.* Un libro cobra pleno sentido cuando favorece ese trabajo de apro- piacién de su existencia, dando al lector una mejor comprensién de si mismo y del mando en el que vive. Vincent de Gaulejac, junio de 1999 5 ‘Cornelius Castoriadis, “U'ftat du sujet aujourd’hi®, Topique, 38, noviembre re i + Topique, 38, noviemb + Introduccién + Laneurosis de clase define las principales caracteristicas de los contflictos psicol6gicos vinculados al desclasamiento social. La evolucién de las sociedades modernas hace que cada vez més individuos cambien de lugar en la sociedad. La movilidad cultural y la movilidad social contribuyen a desarrollar el fenémeno de la individua- lizacidn: el individuo se define menos por referencia a un grupo social! Gtnico/familiar que le confiere un lugar dentro de un orden estable, que ‘con relacién a si mismo, en referencia a categorias desocializadas (su per~ sonalidad, su cuenta en el banco, su signo zodiacal, su fisico, et.) dentro de un orden cambiante. Este fenmeno tiene varias consecuencias. Las sociedades tradicionales, jerarquizadas segiin una estructura social bien instalada y relativamente fija, dentro de la cual cada indi- ‘viduo ocupa un lugar determinado, son sustituidas por una sociedad ‘multipolar, constituida alrededor de redes intrincadas segtin un orden cambiante, que Hleva a los individuos a cambiar de lugar en distintas redes, La multipertenencia es, por otra parte, una estrategia necesaria para aleanzar posiciones de poder, tanto en el ambito econdmico como en el politico o intelectual. Dentro de las organizaciones, este movimien to reticular también modifica las estrategias de poder y los desafios de carrera, El gobierno patronal se ve sustituido por el modelo de gestion y desarrollo de una ideologia “liberal”, basada en la adhesién y Ia mo- tivacién como valores que intentan equilibrar la inseguridad y el estrés reinantes.* Sobre estos temas, véase M. Pagis, M. Bonetti y V. de Gaulejac, L'emprise de Torganisation, Deslz de Brouwer, 1999; Collectif Sciences Humaines Dauphine, Longanisation et le management en question(s}, UHarmattan, 1987, reeicion Deselée de Brouwer, 1998. 16 * Vincent de Gaulejac En estos universos, la guerra por los lugares tiende a reemplazar la lucha de clases. En el mundo industrial, uno nacia obtero 0 burgués y seguia signdolo toda la vida en la gran do actual, la competencia por ocupar casos. En el mun- es cada vex més fuerte. Cada individuo, cualquiera sea su origen, se ve confrontado con la necesidad de hacerse su propio lugar, de “encontrar tun empleo” y hasta de “crear su empleo”. Los lugares ya no se atribuyen de una vez y para siempre, hay que “sacarselos” a quienes los tienen o bien inventar nuevos. Esto genera efectos contradictorios: la movilidad fortalece la libertad de eleccién y las posibilidades de cambio, pero, al mismo tiempo, genera inseguridad, miedo a perder, y la exclusin de todos aquellos que son eliminados de esa competencia. Si la sociedad de clases ligada al capitalismo industrial era una sociedad rigida, jerar- ida y, por lo tanto, represiva, la sociedad dual que se perfila en la idad es fraccionada, fragil y opresiva: tiende a hacer d su propio referente, convierte la “realizacién personal” en un objetivo a alcanzar, cada persona esté de alguna manera condenada a realizarse, YO de cada individuo se ha convertido en su carga pi Ja acertada expresién de R. Sennett.’ El reino de la jerarquia superyoica tiende a ser reemplazado por la tirana del narcisismo, tal como lo ana- liza C. Lasch* a propésito de la sociedad norteamericana. Pero estas evoluciones no suprimen por ello el papel de las clases del indi- viduo. La nocién de individuo sin pertenencia que propone G. Mendel esboza una transformacién probable, pero que actualmente sigue siendo relativas Los individuos sin pertenencia son mas bien individuos atravesados por pertenencias miltiples. El desplazamiento social puede tomar formas muy diversas: cam- bio de oficio ligado a fluctuaciones de la produccién, cambio de regién ligado a la movilidad profesional, cambio de clase ligado a los proc sos de ascenso y descenso soci Pero el desarrollo de la mov dad circulatoria (en el plano individual) no ha transformado de manera 7 R Sennett, Les Tyrannies de V'iatimité, Le Soul, 1979, 8 C.Lasch, Le Complexe de Narcisse, R. Laffont, 1980, ’ G. Mendel, $4 millions lues sans appartenance, R. Laffont, 1983, La newrosis de clase * 17 fundamental la estructura de clases de nuestra sociedad: los andlisis de la movilidad social muestran que la movilidad estructural sigue siendo baja, Esto surge de trabajos de autores tan distintos como P, Bourdieu D. Bertaux (Destins personnels et structure de classe) 0 C. Thelot (Tel pare, tel fils #). Los fenmenos de reproduccién social gue determinan las probabilidades de que los nifios ocupen en la jerarquia social un lugar similar al de sus padres todavia son muy poderosos. La nocién misma de clase social tiende a modificarse, tal como se transfor- maron considerablemente Ia burguesia y la clase obrera en el siglo XIX. [Asimismo, los conflictos mas importantes que marcan las relaciones 80- ciales de fines del siglo XX ya no pueden ser interpretados de modo dominante en términos de lucha de clases. No obstante ello, lo que nosotros Ilamamos la guerra de los lugares sigue estando fuertemente influenciada por la petmanencia de las clases sociales. La pertenencia original a tal o cual clase social es un elemento fundamental, que determina las probabilidades de acceso a tal 0 cual Esta permanencia se manifiesta en particular en los in- posicion s dividuos “desplazados tenecer simultineamente a grupos sociales diferentes, cuyas relaciones estén marcadas hist6ricamente por la dominacién de uno sobre el otro. Estas relaciones de poder se expresan a través de procesos de oposi- cién, de inva de sumisién o de rechazo, que influencian la per- sonalidad de los individwos que componen estos diversos grupos. Lo que queremos poner de manifiesto son los efectos psicol6gicos de estos isis de los conflictos de identidad que expresan las personas en promocién o regresi6n social. “Tal es el caso de los inmigrantes de segunda generacién instalados ‘en Francia, de los jas de campesinos o de obreros que Megan ser universitarios 0 ejecutivos, de los hijos de la alta burguesia que esti en decadencia, de todos aquellos cuya trayectoria se ve marcada por rupturas importantes, y que se hallan confrontados con sistemas de referencia dobles y contradictorios. Todo individuo que cambia de clase social vive un conflicto entre su identidad heredada (identidad de otigen que le confiere su medio familiar)" y su identidad adquirid construyendo en el transcurso de su trayectoria ", cuando ese desplazamiento los conduce a per- procesos, a través del a 10 Véase V. de Estos conflictos no provocan necesariamente una neurosis. Para que haya neurosis es necesario que los conflictos se inseriban en una estruc- tura psiquica vulnerable, que se apoyen sobre un desarrollo psicosexual problematic. La caracteristica principal de la neurosis de clase remite a la in- trincacién sistémica entre conflictos sociales y conflictos psiquicos, que se van apoyando unos sobre otros en el sentido de un fortalecimiento mutuo. Eltérmino neurosis de clase es ambiguo en el plano teérico, porque tiende a asociar una nocién clinica y una nocién sociolégica que no tie- nen un vinculo directo entre s clases no son neuréticas, las neurosis, no dependen de las clases sociales. El término neurosis en psicoandlisis designa un modo de estructur jn psiquica, mientras que aqui es uti- lizado para describir un cuadro clinic, El término de clase podria dar a entender que presentaremos aqui una tipologia de las neurosis segtin las clases sociales (pero en tal caso tendria que ser de clases}, o que define las caracterfsticas patogénicas de las distintas clases sociales, lo no ¢s el caso tampoco. Sin embargo, hemos conservado este término porque tiene una resonancia particular en las personas cuyos conflictos psicol6gicos estén dos a un desclasamiento, En la subjetividad de estas personas existe un estrecho vinculo entre su trayectoria social y las dificultades psiqui- cas con las que se enfrentan. Aunque el término neurosis de clase sea criticable teéricamente, permite caracterizar un cuadro clinico que des- cribe la sintomatologia de los individuos que cambian de posicién en la estructura de clases. La descripcién de ese cuadeo clinico permite aclarar cl papel respectivo que juegan los factores psicosexuales y los factores sociales en la génesis y el desarrollo de este tipo de neurosis. sis es una ocasiOn para reflexionar sobre las relaciones cemtre la sociologia y cl psicoandlisis, sobre el interés y los limites de sus comprensién de los destinos humanos y de los 1 propésito de las relaciones entre la historia so- I, la historia familiar y la historia personal en el desarrollo de la per- nalidads a propésito de la génesis social de los conflictos psiquicos, en particular en el desarrollo de los sentimientos de culpa, de humillacién y de inferiotidads a propésito de la articulacién entre los componentes sexuales y los componentes sociales del complejo de Edipo; a propésito de las nociones de novela familiar y de escisién del YO... respectivos aportes a conflictos existencial La neurosis de clase * 19 Se trata de ilustrar el andlisis dialéctico cuyos fundamentos hemos planteado, junto a M, Bonetti y M. Pagés, en nuestra investigaci6n so- bre la influencia de la organizacién, y que consiste, segsin la expresion de Max Pagts, en “proponer articulaciones significativas entre procesos que conciernen a distintos camps Este anilisis se basa en cuatro principios: + un procedimiento multipolar que consisteen interrogarse sobre un fendmeno, la neurosis de clase en este caso, en el punto de inter- seccién de varios métodos; + una problematizacién miltiple que relaciona varias perspecti~ ‘vas, en este caso los enfoques fenomenologicos, psicoanaliticos y sociolégicoss + elmodelo de la autonomia relativa, que permite dar mayor pre- cisién a la nocién de articulacién: cada registro estudiado (el registro social, e psicofamiliar y el psiquico} tiene una dinémica de funcionamiento propia, pero se relaciona con los demas a través de correspondencias, influencias reciprocas de comple- mentariedad o de oposicién, de rechazo o de integracién, de refuerzo 0 de neutralizaciéns + el acento puesto en las contradicciones como analizadoras de los conflictos observados: los conflictos vividos por los indivi- duos son interpretados como respuestas a las contradicciones con las cuales se ven confrontados. La neurosis de clase es el fruto de contradicciones que operan sobre tees registros que se refuerzan mutuamente para producie wna “estruc- tura cerrada”, segiin Ia definicién de Roger Petron." 1+ registro social: Jas contradicciones sociales que caracterizan a Jas relaciones de clases atraviesan la identidad de los individuos con doble pertenencias + registro fami familias, por lo general en fa pateja parental que propone a los nilios aspiraciones y modelos de identificacién contradictorios; estas relaciones se reflejan dentro del sistema 11 Véase M. Pagés, Tae ow sens, Ed. Hommes et Groupes, 1986. 12. R.Perran, Genise dela personne, PUF, 1985. 10 * Vincent de Gaulejac que genera el hecho de no tomar en cuenta “lo vivido”. Yo habfa escrito este libro en reaccién a ese rechazo, libro que tenfa, en sus origenes, una triple ambicién: participar en la construccién de una sociologfa clinica; analizar las articulaciones entre la génesis social y la génesis psiquica de los conflictos existencialess permitir que las personas que, en-niuéstra so- ciedad, se ven confrontadas con e! problema del desplazamiento puedan ‘entender mejor los conflictos que encuentran. {En qué punto estamos hoy en dia al respecto? La sociologia clinica se ha convertido en una corriente reconocida de la sociologia, Cuando yo terminaba este libro en 1986, con el proyec~ to de trabajar por una sociologia clinica, no imaginaba que existfa un pequeiio grupo de colegas que, en torno a Robert Sévigny, Pilles Houle y Eugene Enriquez, estaban desarrollando un proyecto similar dentro de la Asociacién Internacional de Sociologia. Me reun{ con ellos en Ginebra fen 1988. Desde entonces, esta orientacién se entiquecié ripidamente, puesto que retine en Ia actualidad a investigadores de unos quince paises diferentes en América del Norte y del Suc, en Africa y en Europa. Mu- chas publicaciones acompaiian esta historia, hasta un mimeto especis de la revista International Sociology que tuve el honor de dirigir.’ Ese desarrollo muestra una expectativa compartida por muchos investigadores en ciencias sociales y humanas: rechazo de las segmentaciones discipl narias, critica del objetivismo, necesidad de tomar en cuenta el registro cexistencial y de articular investigacién, intervencién e implicacién, En forma paralela, hemos asistido al surgimiento de un entusiasmo impresionante por las historias de vida. En esa época, yo conocfa los trabajos de Daniel Bertaux, Franco Ferrarotti y Mauricio Catani, den- tro del campo de la sociologia. Pero recién en 1986, en ocasién de un coloquio en Tours, organizado por Guy Jobert y Gaston Pineau, me di cuenta del interés que despertaba a metodologia de los relatos de vida y la proximidad de las cuestiones te6ricas y précticas que su ap! provocaba. También pude observar hasta qué punto las historias de vida rernacional Sociology, vol. 12, N* 2, bros coletivos: E. En », LApprocke clinique en sciences |, 1993; V. de Gaulejae y S. Roy, Sociologies jae y K. Nay La neurosis de clase * 11 eran transversales al conjunto de las disciplinas, De Ia literatura a la psicologia, de las ciencias de la educacién a la antropologta, del trabajo social ala geografia humana y a la historia, existe alli un fenémeno tan importante como el estructuralismo en los afios “60 y'70, Muchos tra- bbajos se han publicado desde entonces. El debate se profundiz6 en rorno al uso de las historias de vida en la formacién, en la investigacién, como factor de desarrollo personal o bien en terapia.? Ocasiones para discutir las fronteras y las articulaciones entre la teoria y la préctica, el andlisis y la vivencia, el relatoy la historia, lo social y lo psiquico, ee. Desde la primera edicion de La neurosis de clase y tomando un poco de distancia, gel andlisis que alli se presentaba sigue siendo de ac- tualidad? En realidad, los fenémenos que alli se descr i han acentuado. La exigencia de movilidad ligada a las mercado laboral obliga cada vez a més personas a adaptarse a universos sociales diferentes y a realizar un trabajo sobre sf mismas para poder afrontar los conflictos generados por esos desplazamientos. Podria ha- berse pensado que, con Ia explosién de las clases sociales tradicionales, la neurosis de clase iba a desaparecer. No es en absoluto lo que sucede. Lejos de atenuarse, el fenémeno se complica. Los procesos de dom! rnaciones que, en la sociedad industrial, estaban principalmente estruc- turados alrededor de las relaciones de clase se agravan porque se ver teforzados por el desarrollo de la lucha de lugares.’ En las sociedades hipermodernas, las clases sociales parecen menos les porque estan instaladas de manera menos definitiva, De todos rmodlos, esto no suprime los procesos de dominacién entre grupos socia- ion, Al contratio, la precariedad pro- fesional y la vulnerabilidad social acentéan los procesos de invalidacion les, ni los mecanismos de reprodu 2 Cito en particular a Michel Legrand, L'approche biographique, Paris, Desclée {de Brower, 1993; Max Pagés, Psychothérapie et complexité Paris, Desclée de Brouwer 1993; Alex Laing, Faire de sa vi une histoire, Paris, Des 1998, C. Niewiadomski y G. Villess, Souci et soin de soi, LHarmattan, 2003 lobra co Ys francts, la ex tego de palabras tes des places) ‘queserelaciona es decin.que hoy por tener un Ingar en Ia sociedad. (N. del. B © Vincent de Gaulejac 5. El complejo de inferi Del Ideal del Yo y del Superyé Ideal del Yo y promocién soci é Génesis social de los conflictos psiquicos. Culpa, vergiienza, inferioridad. .. La sobreinvestidura en el estudio 6. E] Edipo como complejo socio-sexual Bl ejemplo de Colette Duvs Bl ejemplo de August Strindberg. Novela familiar y neurosis de clase 7, Disociacién del Yo y desdoblamiento..... Génesis social del desdoblamiento . i Discusin sobre El doble de Dostoievski . 8, Elecciones y soportes metodol6gicos ..... Los seminarios “Novela familiar y trayectoria soc Las elecciones metodolgicas. .. Los soportes metodologicos Por una sociologia clinica . Epilogo - Carta de Annie Ernaux. Bibliografia . + Prdlogo + La nocién de “neurosis de clase” es ambigua. En la carta transcripta como epilogo de este libro, Annie Ernaux le hace una critica acertads “... ese término todavia me incomoda, puesto que parece ‘fijar’ confl tos y conductas, que en realidad evolucionan con cl tiempo". Acepto de buen grado esa observacién. El término neurosis implica una connota- cién psicopatolégica. Induce a Ia idea de una deficiencia psiquica con respecto a conflictos vivenciados por las personas que cambian de clase o de cultura, Tiende a reducir el cardcter dinémico de e303 conflictos y de las contradicciones que los generan, ‘Sin embargo, aun cuando el término parece discutible, he podido observar, en vista de los miltiples testimonios que ha despertado, hasta ‘qué punto resulta evocador para quienes se ven confrontados con con- flictos de esta indole. Aunque te6ricamente sea discutible, provoca un eco inmediat :n cuestionamiento que nos hace entrar directamente en. ‘el meollo de la cuestion. Sigo defendiéndolo, entonces, porque es tomado ‘como significante, y elijo de este modo priorizar el reconocimiento in- tuitivo en detrimento del rigor cientifico. Su alcance existencial compen- sa ampliamente, desde mi punto de vista, sus debilidades conceptuales. “La sociologia era un refugio contra la vivencia... necesité mucho tiempo para entender que el rechazo de lo existencial era una trampa. La sociologia se constituyé en contra de lo singular, fo personal, lo exis- tencial. Alli radica una causa esencial de la incapacidad del socislogo ss”. Quien lo dijo fue Pierre Bourdieu, Debo reconocer la sorpresa y la alegria que me embargaron al ‘escuchar estas palabras, en octubre de 1991, en un coloquio sobre Ia po- breza. Por fin, uno de los representantes mas comprometidos de Ia socio ca para interrogar algunos sufrimientos soci logta pura y dura seialaba con énfasis la mutilaci6n intelectual y t neent de Gaul + registro psicosexual: estos conflictos se hacen eco de las contra- dicciones de los deseos inconscientes, en particular edipicos, y de la culpa que de allf se deriva. La mezcla de estas contradicciones en un “complejo”, un “nudo” y su correspondencia interactiva en un sistema que se cierra sobre si ‘mismo, llevan a producir una estructura neurdtica que tiende a la repe- ticin, la inhibicién y la resistencia al cambio. naterial utilizado para esta investigacién proviene principal mente de seminarios de implicacién e investigacién sobre el tema “No- vela familiar y trayectoria social”, cuyos principios y método expo- nemos en el capitulo 8. Esto representa un corpus de 600 historias personales, recolectadas a lo largo de unos cincuenta seminarios que coordinamos personalmente. De entre los 600 casos hemos retenido nos veinte, que dieron lugar a entrevistas individuales fuera del marco oral del semninario, En este libro hemos elegido no presentar mas que algunos casos y testimonios autobiogréficos publicados en forma de novelas 0 de relatos de vida, Se trata de una limitacién delibetada, siguiendo en esto la ex: petiencia de Freud, que declaraba a Lou Andreas-Salomé: “Usted sabe que yo me preocupo por el caso aislado esperando que de alli surja lo universal” (carta de 1905). Para pasar del caso de Dora a la compren- sidn de Ja histeria 0 del caso del presidente Schreber a Ia comprensién de la paranoia es necesario haber analizado cientos de casos. El caso es la condensacién, a propésito de una persona, de procesos descubiertos de a poco en otras. El caso ilustra hipotesis elaboradas en otra parte y adquiere un cardcter universal cuando su singularidad fue relativizada y se vuclve representativo de los mecanismos que intervienen en el fend- meno estudiado. ‘A propésito del presidente Schreber, Freud justificaba su enfoque cescribiendo: “... una tesis escrita por el enfermo puede reemplazar el conocimiento personal del enfermo. Es por ello que me parece le relacionat las interpretaciones analiticas a la historia de la enfermedad de un paranoico que nunca he visto, pero que ha escrito y publicado por si mismo su caso" 13. Véase S. Freud, Cing psychanalyse, PUE, 1966, p. 264. La neurosis de clase * 21 Sin embargo, la utilizaci6n clinica de un material autobiogrifico plantea cierto nimero de problemas. Se trata de una forma de expre- sign muy elaborada, en la medida en que pasa por la mediacién de la escritura, lo que la diferencia de la expresi6n oral, que, en principio, puede parecer més esponténea. En realidad, estas diferencias son tal vez menos importantes de lo que parecen. Todo discurso, oral o escrito, es ys en ese sentido, no puede ser identificado con lo 1a reconstrucci real, Con més razén aiin cuando se trata de un discurso sobre el pasado ‘que solo puede ser “tiempo recompuesto”. Precisamente la eualidad principal del novelista es encontrar las palabras que mas se acerquen ‘a a realidad: *...los poetas y los novelistas son valiosos aliados y su testimonio debe ser altamente estimado pues conocen, entre el cielo y Ia tierra, muchas cosas que nuestro conocimien de ni imaginar, En lo que respecta al conocimiento del alma, ellos son escolar todavia no pue- nuestros maestros, maestros de los hombres comunes, pues se nutren de fuentes a las que la ciencia todavia no tiene acceso”. En consecuencia, si bien la novela ofrece un material fijo que no puede enriquecerse con la dindmica interactiva que tiene una entrevista de investigaci6n o terapéutica, su interés radica en la capacidad del au- tor para poner de manifiesto las “verdades” de la condicién humana Su subjetividad nos ilumina sobre muestra propia existencia cuando él encuentra las palabras que expresan de la mejot manera relaciones entre los sentimientos, las situaciones, las emociones, las representaciones, etc. Cuando un discurso de esa indole da lugar a un andlisis y a interpreta~ ciones, la cuesti6n no es entonces saber si estos son acertados o falsos para aquel que permitié enunciarlos, sino si permiten ampliar nuestra ‘comprensién de los mecanismos que estén en juego. Lo importante no es entender la obra en si 0 a su autor, sino producir hipétesis cuya valider dependa de su capacidad para dar cuenta del proceso y de su grado de generaliza La novela es una herramienta de investigacién privilegiada de la articulaci6n entre lo psiquico y lo social. También tienen otra ventaja publicado y, por Jo tanto, accesible para todos. E! hecho icas historias privadas plantea problemas éricos, metodo- es un materi de hacer pi 14 Véase S, Freud, Délives et réves dans la Gradiva de Jensen, Patis, Gallimard, col ees, 1971. 22 * Vincent de Gi logics y deontoldgicos, sobre todo cuando se trata de publicarlas, Ese problema no existe en el caso de la literatura, en la medida en que el au- tor acepta por adelantado el riesgo de la lectura y de la interpretacion de lo que escribe. Su historia cae, pues, en el dominio paiblico y cualquiera puede apropiarsela para comentarla, analizatla, interpretarla y wtilizar- a la discusién y la confron: tacién, No pueden publicarse in extenso entrevistas de investigacién, y siempre puede quedar la duda de que el investigador haya tomado del material bruto solo los elementos que servian para apoyar sut demostra- cidn. Sea como fuere, casi nunca es posible verificarlo y la discusién de las hip6tesis solo puede ser parcial, dado que solo el investigador conoce los datos iniciales. La novela posibilita una confrontacién mas amplia, la, Por otra parte, este cardcter paiblico faci puesto que cualquiera puede tenerla como referencia constantemente. Esa es la caz6n por la cual hemos privilegiado las referencias a no- velas en la presentaci6n de muestto trabajo. Si bien la mayor parte de nuestras hip6tesis fueron producidas a partir de las historias de vida que recolectamos nosotros mismos, siempre que fue posible deci ilustrarlas con casos literarios. « Historia e historicidad + me es. historia”. Ortega y Gasset “EI hombre no tiene naturaleza, lo que “Lo importante no es lo que se ba echo del hombre, ino lo que él hha hecho de lo que se ha hecho de él”. J.P. Sartre La neurosis de clase especifica un conflicto que emerge de la articulacion entre la historia personal, la historia familiar y la historia social de un individuo. Son las correspondencias entre estos tres registros las que per~ miten comprender la génesis y el desarrollo de esta configuraci6n neu- rotica, los fendmenos de poder entre las clases sociales que atraviesan alas .s, a las telaciones de pareja y a las relaciones padres- contribuyendo asi a formar la identidad de estos iiltimos. Para an zar los procesos que funcionan en esta transmisiGn, es necesario que ‘comprendamos en qué medida Ia historia acta en la produccién de un individuo, cuales son las mediaciones por las que se pasa de la historia social a la historia pers producir contfictos ps Considerar al individuo como producto de la historia pone en tela en 1, cémo las contradicciones sociales pueden ddeuicio el egocentrismo innato del hombre. En principio, cada w ‘omnipotencia del inconsciente. Sa del etnocentrismo requiere un abajo” de renuncia a la omnipotencia y la aceptacién del cardcter contingente y pasajero de la existencia, “Mi familia, mis o1 aba m ciertamente un fondo de hos era entre los mios un fenémeno lo ese medio social donde he sido totalmente incomprendido, al ir cayendo sus miembros uno tras otro, mi aversin empieza a ceder, y cada lesto a reconocerme como su producto”.!* La sucesién de generaciones inscribe sus efectos en cada uno de los. , cada uno esté ligado a los otros por una ivos que operan en gran donde es necesario comprender la ver.como un fenémeno afectivo y limitante. por esos fazos que coartan su libertad de movimiento, pero in son relaciones que insertan al individuo en una red 1 y social. La configuracién de one de manifiesto de qué manera el ind manera inconsciente, Es al individuo Arbol geneal6gico es el producto de al profundiza en la hi se pierde a de 3 0 4 generaciones en una red am que u shia, | historia famil se inserta en esa red que hombre es historia fas que se amplian a medida que se en una progresi6n geométrica que 15M, Tournien Les Méeéores, Pacis, Gllimatd, 1975. La neurosis de clase * 25 otra parte, por elementos comunes asi fa clase dle pertenencia, que lo posicionan como ser + eLindividuo es un actor de la historia. Si bien el individuo puede funcién que como sujeto en un movimiento dialéctico entre lo que es y en lo que se convierte: el individuo es €! producto de una lo sit fantasmatica, su memoria, su palabra y sus esci opera una reconstruccién de su pasado, como si al controlar su curso, quisiera al menos comprender el sentido. Estas diferentes dimensiones de la historia son particularmente visi- bles en los individuos cuya trayectoria es culturales como sociales. Es el caso de Zahoua, cuya ide yesada por los conflictos entre la cultura argelina y Ia cultura francesa. También es el caso de Frangois, procedente del mundo obrero, que se casa con una mujer de la alta burguesia. jemplo de Zahoua cjemplo ha sido tomado de un articulo de Abdelmalek Sayad™* sobre uacién de los inmigrantes en Franci ‘A partir de una entrevista con una joven estudiante argelina llamada hhoua, en la que esta traza la historia de la emigracion de su familia y, mis de esa experiencia inmediata, la historia de las relaciones entre las sociedades francesa y argelina, A. Sayad muestra los lazos entre el ode dicciones que la emigracién genera y los conflictos psicoldgicos que suscita: “Esos conflictos, habitualmente descritos 3s psicol6gicos, son con- siderados aqui en su verdadera dimensién sociolégic son enunciados, son enunciadas ls condiciones sociales de su Actes de la recherche en Sciences Sociales, 26 + Vincent de Gaulejac drama de su padre, que interroga a sus hijos en quienes no se reconoce: 10 sé qué son ustedes... gde donde vienen, de dénde nos vienen? la entrevista]. De dénde son ustedes... de aqui [de Fra [de Argelial?”. El expresa de este modo un problema de “reco ¢ hijos, una contradic un proyecto parental apoyado en la cultura argelina y es de ex {que llevan a los hijos a realizar otros proyectos. “No hay proyec- tos nuestros que se cumplan”, constata el padre de Zahoua. Es asi que educa a su hija mayor con la idea de que Hegue a ser una buena esposa nuevas condici y una buena madre, y luego descubre que el matrimonio no funciona y ‘que su hija tiene que salir a trabajar sin ninguna calificaciOn; es asf que decide casar a sus dos hijos relativamente jGvenes con mujeres que hace venir de Acgelia, a fin de mantener la tradiciGn y la autoridad sobre tanto los hijos como las wtoridad. Queriendo se reconoce, se da ) que no comprende, hijos transn sus hijos el modelo argelino en el cud cuenta de que ha que se refieren Los emigrantes estén divididos entre dos culturas, dos tradiciones, dos lenguas, dos paises diferentes. Los padres han interiorizado las cos- tumbres de un pafs, pero viven en otto; los hijos han interiorizado las costumbres de ese otro pais y los padres les piden que se conformen al modelo del pais de origen. Todo joven magrebi nacido en Francia © traido desde pequefio esti sometido a una serie de mandatos paras que podemos resumir del siguiente modo: 0s en un hombre o una mujer responsable en la socie~ 1+ Permanece fie! a las tradiciones de tus ancestros, de tu pais. ¢ una modernidad compleja y una tradicion k se encuentra confrontado ancés “étranger™, que tanto La neurosis de clase * 27 problema... Es una especie de heredero de la ruptura que han vivido profundamente sus padres”. La confrontacién con un doble sistema de da grante una especie de confusién ideol6gica, una culpabilidad latente (los temas de la traicién y de la negacién aparecen frecuentem« igo “S| los emigrantes... dan la impresién de que no saben a qué atener- se, de que estén agobiados por la situacidn, seguramente es porque, a la manera de los colonizadores, ellos llevan en s{ mismos el producto de su historia, un sistema de referencia doble y contradictorio, Habiendo inte- riorizado ya antes de su emigracién dos morales contradictorias, cotidia- hamente contrariadas por su experiencia de emigracién, se ven obligados ‘a confrontar puntos de vista contradictorios ante todo lo que les sucede”. Podemos hacer un paralelo entre ese doble movimiento contradic- . diacrénico y sincrénico, que atraviesa la coloni: y la situacién de los hijos de los cam son confrontados con un ascenso soci lonizacién, Jas contradicciones sociales producen en el iad y de aculturaci to nemigeacion, inos o de los proletarios, que uuna situacién social producida por la historia, compartida fe por un grupo de individuos, va a estructurar su vivencia psicolégica, provocando en ellos algunas de las ‘neurosis individuales. En la medida en que uno es portador dentro de “si mismo” de la storia de su grupo de pertenencia, se ve atravesado por social de ciertos con| Jos mecanismos sociales que estructuran la existencia individual solamente desde el interior o dentro de “si mismo”, sino también desde el exterior. Solo se puede comprender la propia situacién haciendo ref rencia ala del conjunto con el cual se comparte la condicién. ‘A. Sayad muestra que Zahoua no puede comprender su propia condici sin comprender la situaci6n de los otros: el anilisis de lo que ella vive, de lo aque viven su padre, su madre y cada miembro de la familia es indisociable ‘del anilisis de las condiciones sociales de esas vivencias. Mii alla de las * serias” que afrontan su padre y sui madre, comprendiendo el de esas miserias, Zahoua llega a comprenderlos y luego a comprenderse a si is seconvierte as en un verdadero ‘socioanallsis’ A este tre otras cosas, el hecho de haber legado a la com- 28 * Vincent de Gaul prensién de su situacién y de su propia experienci de una identidad que el conflicto de la emigrac ia a Zahoua a ese double-bind social que una situacién paradéjica, el andlisis de la génesis social de sus conflictos personales e interpersonales le permite acceder a un nivel de metacomunicacién, tini- co medio para salir de esa doble presién, Nombrar las cosas como son, desarmar los mecanismos que producen esos dobles lazos, comprender Ja cadena que va de la historia de la colonizaciGn a la emigraci6n, de la cemigracién a la historia de su familia y de esa historia a la construccién de su identidad, es el medio para Zahoua de desatrollar su funcién de historicidad, es decir, su capacidad para analizar y comprender los ele- ‘mentos que la constituyen como sujeto histérico. Un ejemplo de neurosis de clase ‘Otro ejemplo permite ilustrar de qué manera las contradic n este caso los antagonismos de clase) se reflejan en un ci logico para provocar una neurosis de clase. Frangois es un ingeniero que conocimos en un momento de su vida en el que se encontraba preparando un doctorado de tercer ciclo de Eco- omfa. Estudiante by ibido, aparentaba ser un joven ejecutivo (28 afios) exitoso desde todo punto de vist embargo, su manera de ser y sus intervenciones expresaban una violen- cia contenida y una rebeldia profunda. Nos c inte pero reservado, 0 casi ta afios. Por un lado, su padre le ha sy los burgueses incapaces”, y por ‘que Hegan al poder”, *) El padre desea inculeado “el odio hacia los financis otro, “la La neurosis de clase © 29 que su hijo logre, mediante sus estudios, mostrar su inteligencia al poder. Al mismo tiempo, combate a los burgueses que ocupan poder. Frangois vive ese doble mensaje como una contradiccién irreduc- materia que lo obliga a entrar en un marco lgico cerrado, “orden establecido”. Por el contrario, le gusta el francés, que su desempeio es regular. Incapaz de concentrarse en un tema, co- mienza una frase que asocia con otra, dejando fluir su pensamiento, lo que hace que su discurso sea desordenado e incomprensible. Sus pro- fesores le cotrigen sistematicamente esa fal comentario al embargo, pasar sus eximenes y preparar su ingreso al Politécnico, al que no logra entrar. éneamente, entra al Partido Comuni Como él mismo dice, entra luego al Politéenico “por influencias del suegro”, En efecto, Frangois se casa con Isabelle, una muchacha de la clase burguesa (departamento de 16 habitaciones en un barrio burgués cen las afueras, casa en la Costa Azul, casa de cargo importante de su suegro que es egresado No solo los padres de Francois estan satisfechos Frangois sufre dolorosamente esa posicién de sus padres. Como no puede proponerle a su mujer “que vivan en un departamento barato”, acepta y sufre sin decir nada, pero del departament iéndose mal, “todo el engranaje fines de semana en el campo, las vaca- I reprocha a su padre el haber tuaci6n, no solo porque no se opuso, sino aceptado y favorecido esa porque lo felicité: “Brave en la que este se encont aparecer un guidn sociopsicoldgico que produce una situacién de tipo neurético. Al principio, una familia de clase obrera insiste en el deseo de cam- biar el orden social a través de la lucha de clases, deseando a la vez para sus hijos otro lugar dentro de ese Para realiza paternas, Frangois debe ingresar al a demostrar que los las aspiraciones nes como los burgueses, pero, al hacerlo, él mis- mo se convierte en un burgués y pasa del lado de estos, que son respon- sables de la “vida de perro” que han llevado sus padres, Para satisfacer el ern, para ser amado, él debe convertirse en lo que sus padres detestar, sntramos aqui una explicacién de la trayectoria escolar de Frangois: es bueno en mateméticas a pesar de que no Ie gustan, pues considera que estan del lado del orden. Sin embargo, nunca es el mejor en esa materia, Es malo en francés a pesar de que le gusta la materia, pues se ubica siempre “fuera del tema”, es decir, fuera de ese “order Podemos pensar que aqui se refleja su conflicto con la autoridad y el orden establecido, que determina lo que esta “dentro del tema” o “fuera del tema”: estar fuera del tema es una forma de ser devuclto a su lugar. Frangois idad de ser inteligente y de éxito, conservando una libertad de pensamiento y de expresién que al marco fijado por el orden establecido. Tiene éxito sta, mientras que no lo tiene en lo que le gusta, dinico oyecto parental también contradictorio, Es el levard, después de haber fracasado en el examen. eso al Politécnico, a casarse con la hija de un egresado del P nico que pertenece a la alta burguesia y a ingresar al Partido Comunista. Realiza de este modo el doble mandato de entrar al Politécnico, aunque sea “por influencias del suegro”, es decir, de convertirse en un burgués, ‘manifestando a la vez su solidaridad con su clase de origen y, por ende, ccon su pace, al convertirse en militante del Partido Comunista. manera la red de contradiccio- sado es entonces el discurso itée- ce comunista, sino al hijo que ha cambiado de clase social. Para el padre, se trata del orgullo de ver a su hijo ascender en la scala social, Para Frangois, se trata de un doble fracaso: fracaso por no haber podido lograr ese cambio por si solo, sit wvés de su ma- trimonio, lo que lo vuelve dependi por haberse pasado del lado de un orden que él desearia cambiar radi- calmente. Las felicitaciones refuerzan entonces su culpabilidad ligada a la renune 8 origenes, puesto que el cambio de clase, que parece satisfacer a sus padres, fue vivido por Frangois como una traicién. Lo de su La neurosis de clase * 31 insopo fable para Frangois es ver a sus padres aceptar y regocijarse por el hecho de que su hijo se haya casado por la Iglesia y que su nieto esté siendo educado hasta tal punto que se alejan para ‘como un bur, ingois no puede expresar ese reproche, puesto que ahora se ha convertido en un burgués y su padre si- gue siendo un obrero. Tiene que reprimir esa célera contra su padre, que ala lucha aceptando Ia i de una parte de sf mism su mujer que vivan el departamento ofrecido por su familia politica, Se dej compromisos de la vida burguesa que sin embargo detest renuncia de sus padres a participar en la educacién de su sea “ayudado” y lidades burguesas” no tuvo. Lo tinico que Frangois puede hacer es expresar su célera n que sus suegros traen a su ueria, presentandole igen de un nifio “bis la imagen de eso en lo se esté conv yurguesia, que ciertamente lograra hacer una carrera politécnica, Francois no pudo encontrar mediaciones entre lo que él es como hijo de obrero y lo que ha legado a ser como padre de un “pequefio burgués” destinado a ser un heredero de la alta burguesia. E: interior por este conflicto, que es la traduccion a relaciones de dominacidn entre dos clases. La culpal ello no se reduce a la dimensidn e ue la rela sea uno de los el relacion esta burguesia. D su clase un yuelco del orden establecido y para sus hijos, un ascenso, 1a fin de que ellos pasen “del otro lado”, Sus hijos se hallan tironeados tre la aspi individu lad que deriva de n con su padre 32. Vincent de Gaulejac tura de solidaridad con relacién a sus orfgenes sociales. Ruptura tanto mas importante cuanto que se traduce en diferentes niveles: el paso de la clase obrera a la clase burgnesa requiere la adquisicién de nuevos habi- tos, de un nuevo lenguaje, de pricticas que generan una distancia entre las maneras de hacer y de ser de los padres y de los hijos. Esa distancia social gencra una distancia afectiva. Los padres tienen el sentimiento de estar frente a un extrafio a quien ya no comprenden; los hijos sien- ten una deuda por el esfuerzo que sus padres hicieron para asegurar su éxito y, al mismo tiempo, no saben cémo compartir los frutos. Es una situacién propicia a los malos entendidos, a la humillacién y a la culpa, que torna dificil la comunicacién y favorece el distanciamiento afectivo. Para Frangois, el hecho de que su padee acepte y favorezca ese distancia~ miento es a la vez una prueba de amor, puesto que es la condicién para permitir su éxito, y una traicién a los ideales y los valores de los cuales es portador. Como el amor recubre la traicién, Frangois no puede repro- char esta diltima sin reconocer el primero. Solo puede sentirse culpable de responder con enojo al amor asi prodigado. Al refugiarse en el cio, ratfica la distancia con su familia de origen, El individuo producido por la historia Los ejemplos de Zahoua y de Francois ilustran la hipotesis segin la cual el individuo es “producido” por la historia. Nos ayudan a comprender de qué modo la historia personal esté marcada por los conflictos de la historia familiar, que, a su ver, esté atravesada por las contradicciones de la historia social: la historia de la colonizacién y de la inmigracién argelina para Zahoua, la historia de las relaciones entre la burguesta y la clase obrera para Frangois. Las contradicciones con las que se confrontan cada uno de ellos no sienen que ver con una estructura psicética de sus respectivos padres Los conflictos a los que deben hacer frente no son solamente psicolé- gicos, puesto que estén ligados a las contradicciones que caracterizan la historia de sus grupos de pertenencia y del campo social en el que se apoya su identidad. Su “psicologia” es, entonces, en parte el resultado de un proceso histérico, que gener6 la situacién social a la que han sido La neurosis de clase © 33 confrontados, En este sentido, la historia es “actuante”, en la medida en gue condiciona los comportamientos, las maneras de ser, las actitudes y la personalidad de los distintos miembros de una familia. Comprender de qué manera esa historia ¢s “actuante” vuelve necesario el analisis de la génesis social de los conilictos psicologicos, es decir, de los mecanis mos sociales que estructuran la existencia individual, no solo desde el interior, 0 “dentro de si mismo”, sino también desde el exterior, ya que las situaciones de Zahoua o de Frangois no pueden ser comprendidas sino en referencia a su modo de insercién social. El psicoandlisis aborda este problema mostrando la permanencia del pasado en el inconsciente. Para el inconsciente, la historia se actua- liza constantemente. Es el sentido de la expresién “el inconsciente no tiene historia®, que sittia el funcionamiento psiquico en el registro de la condensacién y del desplazamiento: en el orden psiquico, la reversibili- dad es posible Los acontecimientos janos “resurgen” del inconsciente en forma de emociones, afectos, sentimientos, deseos. Freud nos muestra que el pasado se perpettia en la vida psiquica: “Nada en la vida psfquica puede perderse, nada de lo que se ha formado desaparece, todo se conserva de alguna manera y puede reaparecer en determinadas circunstancias favorables... Freud compara la construccién de la identidad con la construccién de una ciudad que se hace en etapas sucesivas. Cada etapa prefigura la siguiente, que, sin embargo, la cubre luego. En la construccién de la iden- tidad, el aparato psfquico mantiene “la supervivencia del estado primitivo junto al estado transformado que ba derivado del anterior”, Como la identidad se forma a partir de identificaciones sucesivas, 1 individuo conserva en si mismo sus relaciones anteriores y, en primer lugar, los lazos afectivos que establecié con sus padres y que, a través de la imitaci6n y la repeticién, lo llevaron a constituirse para acceder al mundo del deseo. Pero la mayor parte de los trabajos de inspiracién psicoanalitica solo toman en cuenta las cualidades psicoldgicas, cuando a identificaci6n concierne también a los aspectos, a las propiedades y a os atributos sociales de las personas que son objeto de la identificacién. Al tratar este problema independientemente del analisis de las relaciones 19-8, Freud, Malaise dans lo civilization, PUR, 1971, p. 11. 34 Vincent de Gaulejac sociales y de la posicién social que ocupan tos individuos, se limita la influencia de la historia en la constitucién del aparato psfquico a la esfera de las relaciones intrafamiliares sobre una 0 dos generaciones. Se exclu ye entonces la posibilidad de analizar en qué medida Ia historia de las telaciones sociales y de la genealogia atraviesan al individuo, lo marcan, lo forman, lo actian... Considerar estos fendmenios exclusivamente por sus efectos psiquicos conduce a autonomizar por completo al aparato psiduico, como si solamente estuviera vinculado a la “personalidad” y, por ende, a considerar al hombre como el motor de la historia, cuando no es mas que uno de sus engranajes. Se tiende, de este modo, a reducir Ja incidencia del pasado a las primeras relaciones infantiles y a autono- mizar radicalmente la vida psfquica del campo social, “Se ha establecido un consenso para hacer del nifio con relacion al hombre y del nifio que esta dentro de cada hombre, la clave de su destino personal y el principio explicativo esencial de su historia”. Este postulado denunciado por Castel sigue predominando en la mayorfa de las teorfas psicoldgicas actuales, que se expresan en ta cli- nica, la pedagogia, la criminologia, etc... y que consideran que las re- laciones establecidas en la infancia determinan el destino de un indi- viduo, mAs avin cuando no han sido “satisfactorias”. Si consideramos que el destino de un individuo esta determinado por la historia, esta no puede reducirse a la historia de las relaciones afectivas entre el nifio y los adultos que lo han rodeado en sus primetos aprendizajes. Estas relaciones estan sostenidas, a su vez, por una serie de relaciones que las determinan. No son solo portadoras de aspectos afectivos, sino también ideol6gicos, culturales, sociales y econémicos, y cada uno de estos nive- les no puede disociarse de los otros, en la medida en que su intrincacién ‘es la que produce la estructuea de programacién, el sistema de habitus, el marco referencial sobre el cual el nifio va a apoyar su propia historia. Incluso los enfoques psicolégicos que no niegan el impacto de la historia social sobre el destino personal, consideran que dicha historia es solo tun elemento externo que no concierne directamente a la formacién y al funcionamiento de la psiquis, dado que el Yo est4 de alguna manera posicionado como mediacién entre el interior ~que es de incumbencia de la psicologia~ y el exterior ~que incumbe a la sociologia~- is, Gallimard, Ed, de Minuit, 1981 20 R. Castel, La gestion des risques, P La neurosis de clase * 35 La oposicién de los enfoques psicol6gicos y socioldgicos, en particu- lar del psicoandlisis y del marxismo, las discusiones sobre las relaciones entre individuo y sociedad, entre lo mental y lo social, conducen a im- poner una concepcién del hombre que se debatiria entre dos escenarios independientes: un escenario “interior”, en donde se juegan los afectos, las fantasia, las representaciones, las emociones, los sentimientos, es. cenario donde el individuotiende a constituise en sujeto; un escenario. “exterior” en donde se juegan la lucha de clases, las relaciones econdmi- cas, culturales y sociales de las que el individuo es objeto: objeto de la historia de las formaciones sociales, objeto de los sistemas sociales, ob- jeto moldeado por as condiciones concretas de existencia que producen las relaciones sociales, En realidad, la vida es una obra que se representa en un solo excena- y “oro escenario", metaforico y simbalco, las “representaio- ‘que tienen lugar alli y la maquinaria que sieve de soporte concreto a la puesta en escena son la expresin del escenario existencial donde se juegan las relaciones sociales. El “otro escenario” no es un escenario aparte, que funciona independientemente del campo social sobre el que eee sus. os uras. aoe el peso de la historia en si mo es comprender la artculacin entre su historia personaly la hist Suisbem tact historia personal y la historia ‘Comenzaba a darme cuenta de que mi situacin psicol6gicaperso- nal no podia separarse dela situacién socioeconémica de mi familia, que Jos mecanismos de identificaciér igaban también sobre un modo 0c y que no es solamente un problema de complejo de Eaipo no resuelto, En realidad, es un enfogue origina el que me permitié darme cuenta de que yo era, desde luego, de mi padve y de mi madre, pero que también era el hijo de un campesino convertido en obrero y de una eriada que eg6 a ser lavandera y madre de y que esa vivencia estaba in- trinsecamente ligada a la historia de mis relaciones infantiles”. Este testimonio, al igual que los de Zahoua y Frangois, hace hin-

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