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EL DON DE PROFECIA EN EL
NUEVO TESTAMENTO
Muy buen día, revisemos los siguientes pasajes bíblicos que arrojan luz sobre la
autoridad que los escritores del Nuevo Testamento confirieron al ministerio profético:
Mateo 2:17-18 “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías,
cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora
a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron”.
Mateo 3:3 “Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del
que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas”.
Podríamos revisar Isaías 40:3. “Como profeta, Juan fue la "voz" de Dios para la
gente de su generación, porque es profeta aquel que es portavoz de Dios (cf. Exo. 4: 15-16;
7: 1; Eze. 3: 27). Juan fue la "voz" de Dios que anunció la venida del Verbo de Dios, vivo
y hecho carne (Juan 1: 13-14)”.1 Podemos recordar la definición de nabi.
Mateo 11:7-11 “Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente:
¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 ¿O qué salisteis a ver?
¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras
delicadas, en las casas de los reyes están. 9 Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os
digo, y más que profeta. 10 Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi
mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 11 De cierto os digo:
Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el
más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él”.
Jesucristo llama a Juan su mensajero, porque, aunque Juan nunca declaró el futuro a
nadie, su ministerio profético apuntó a preparar el camino para la llegada del Hijo de Dios.
Esto lo hace no solo un profeta, sino también un mensajero del Señor.
Hechos 21:8-12 “Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a
Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con
1
Francis D. Nichol, Victor E. Ampuero Matta, Nancy Jean Vyhmeister, y Humberto
M. Rasi. Comentario Biblico Adventista del Septimo Dia: la Santa Biblia con matrial
exegetico y expositorio, t. V, (Buenos Aires, Argentina: Asociacion Casa Editora
Sudamericana, 1984), 288.
Yván Balabarca Cárdenas
él. 9 Éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. 10 Y permaneciendo nosotros allí
algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, 11 quien viniendo a vernos,
tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo:
Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos
de los gentiles. 12 Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a
Jerusalén”.
Hebreos 1:1 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro
tiempo a los padres por los profetas”.
Permítanme una transliteración personal del texto: “En varias partes y en muchas
formas desde tiempo antiguo habló Dios a los padres en los profetas”.
2
Francis D. Nichol, Victor E. Ampuero Matta, Nancy Jean Vyhmeister, y Humberto
M. Rasi. Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día: la Santa Biblia con material
exegético y expositivo, t. VI, (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1984), 395.
Yván Balabarca Cárdenas
Efesios 3:5 “misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de
los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”:
Romanos 1:2 “que él había prometido antes por sus profetas en las santas
Escrituras”.
Pasado el siglo I, entre los seguidores de los apóstoles también se manifestó el dón
de preofecía. Ya se mencionaba a Cuadrato y a Amnias como profetas. Pero el diablo
3
Asociación ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo
Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Buenos Aires: ACES, 2006), 248, 249.
Yván Balabarca Cárdenas
tampoco se quedó tranquilo y siempre suscitó la aparición de falsos profetas para confundir
a la iglesia.4
Esta herejía, conocida como montanismo o nueva profecía nació en torno al 170
d.C. cuando Montano una vez bautizado comenzó a proclamar que era un profeta del Señor.
Enseñaba a no huir del martirio, ayunos estrictos y a abstenerse del matrimonio. 6
Poco a poco el don de profecía se hizo menos evidente en la iglesia cristiana durante
los siglos correspondientes a la edad media y el renacimiento. A esto hay que añadirse la
aparición de los sacerdotes como mediadores entre el pueblo y Dios junto con la
institucionalización de los santos canonizados hicieron que la voz profética se hiciera
innecesaria para la iglesia tradicional.8
“La historia del pueblo de Dios durante los siglos de obscuridad que siguieron a la
supremacía de Roma, está escrita en el cielo, aunque ocupa escaso lugar en las crónicas de
la humanidad. Pocas son las huellas que de su existencia pueden encontrarse fuera de las
4
Domenico Grasso, Los carismas en la Iglesia: teología e historia (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1984), 95.
5
Joseph Ephiphane Darras, Historia general de la iglesia: desde el principio hasta
nuestros días, tomo I, (Paris: Luis Vives, 1862), 165 -167.
6
José Orlandis, Historia de la Iglesia (Madrid: Ediciones Palabra], 1998), 87.
7
Domenico Grasso, Los carismas en la Iglesia: teologia e historia (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1984), 96.
8
Hebert E. Douglas, Mensajera del Señor (Buenos Aires: ACES, 2000), 22.
Yván Balabarca Cárdenas
9
Elena G. de White, Seguridad y paz en el conflicto de los siglos (Mountain View,
CA: Publicaciones Interamericanas, 1970), 66, 67.