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Encuadre:

No se le oculta nada al paciente. La primera cita se le realiza a través de la secretaria del


centro cuando un paciente llama y hay hora desocupada en la agenda.
En la prime sesión la secretaria hace llenar a el paciente o a la familia un formulario con
sus datos y luego los acompaña al consultorio. Allí el terapeuta informa sobre todo el
funcionamiento de todo, sobre las ventajas potenciales pata el tratamiento de la cámara
de observación y grabación de sesiones, pidiendo el consentimiento del paciente, por
escrito, a esta modalidad de trabajo.
El terapeuta agrega de inmediato que trabajamos con un máximo de 10 sesiones por
caso, lo que ayuda a establecer una expectativa positiva de cambio rápido.

Definición del problema:

Como nuestra terapia se centra en el síntoma necesitamos en primer lugar, una


explicación clara y concisa de lo que le pasa al paciente.
Si el paciente tiene varios problemas, le preguntamos cual es el más importante. En
casos de pareja o familia como los puntos de vistas pueden ser encontrados, aunque a
menudo claramente interrelacionados, preguntamos a cada uno de las personas
involucradas, cual es su principal problema. Desde el principio, entonces, seguimos el
postulado general de comenzar con lo que el paciente trae.
A continuación entonces preguntamos que dificultades concretas en el vivir los traen a
nosotros justamente ahora. Para hacerlo mas especifico usualmente preguntamos algo
como: ¿Qué es lo que hace ud ahora a causa de su problema que quiere dejar de hacer o
cambiar? Y ¿que le gustaría hacer ahora que a causa del problema no puede hacer? Este
tipo de preguntas, además, comienza a suscitar la cuestión conexa de los objetos del
tratamiento.

Estimación de la conducta que mantiene el problema o la valoralizacion de las


Conductas para la resolución del problema:

La conducta persiste solamente cuando es reforzada repetidamente en el curso de la


interacción social del paciente con personas significativas.
En primer lugar , solo pregunta al paciente y a cualquier miembro de la familia que es
presente como han estado tratando de manejar el problema. Esto, por si solo, puede
llevar rápidamente a visualizar que es lo que hace que las cosas anden mal. Si esto no
resulta el interrogatorio, apuntando siempre a la conducta concreta, puede proseguirse
por mas tiempo y con mayor detalle, pero compasivamente; el objetivo del terapeuta es
obtener suficiente información para comprender lo que esta pasando, para lo cual
necesita cooperación, no enfrentar a la gente con sus errores.
Verbalizado explícitamente por el paciente u otros, es importante notar como ellos
discuten el problema y su manejo, incluyendo si interacción.

Fijar las metas del tratamiento

El fijar los objetivos del tratamiento actúa como una sugestión positiva de la posibilidad
de cambio en el tiempo establecido y provee un criterio de logro terapéutico tanto al
terapeuta como al paciente. Queremos, por consiguiente, objetivos claramente
establecidos en términos de conducta concreta, observable, para disminuir cualquier
incertidumbre o negación posterior.
Tratamos entonces de buscar respuestas mas concretas a través de discusiones
subsiguientes, clarificación y presentación de ejemplos de metas posibles para su
consideración.
Nuestro propósito es establecer una meta fija desde la segunda sesión, aunque a veces
puede llevar mas tiempo recoger y digerir información necesaria para ello.
Ocasionalmente, podemos replantear la meta original en el curso del tratamiento o
agregar una segundaria.

Selección y elaboración de intervenciones.


Una vez que hemos formado una clara idea de la conducta habitual base del problema y
estimado que conducta, diferente llevara al objeto especifico seleccionado, la tarea
consiste en intervenir para promover tal cambio.

Cambio por Insight.

Nuestra meta es la de producir cambios en el comportamiento y que no consideramos


muy útil trabajar para obtener el insight tanto individual como familiar. En efecto, tratar
de lograr el insight puede aun ser contraproducente.
Mas bien opinamos que redefinir una conducta rotulada “hostil” como una
“preocupación provechosa”, por ejemplo, puede ser terapéuticamente útil, sea o no
“verdadera” cualquiera de estas rotulaciones, ya que lo “verdadero” jamás puede
establecerse fehacientemente.
Esta redefinición se utiliza a menudo con pacientes rígidos.
La redefinición de una acción o situación por parte del terapeuta no es atacada
abiertamente, lo que generalmente puede ser manejado, entonces al significado y los
efectos de aquella conducta van siendo modificados.

Finalización o cierre de sesión

Tanto si se sobre pasa el límite de diez sesiones como si se logra antes a los objetivos,
nosotros usualmente revemos, en forma breve, el curso del tratamiento con el paciente,
señalando los logros aparentes, dándole máximo crédito por lo que ha conseguido,
haciendo notar también cualquier cosa no resuelta.
Podemos recordar al paciente que nuestro tratamiento no intenta llegar a soluciones
definitivas, sino a una apertura inicial a través de la cual puede encaminarse por si solo.
Nuestra meta es la misma: extender la influencia terapéutica mas allá del periodo del
contacto actual con el paciente.

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