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¿Qué era Enron?

Enron era hasta el año recién pasado la más grande compañía de electricidad del
mundo. Creada en 1985 de la fusión de Houston Natural Gas e Internorth, alcanza en 1999
ventas consolidadas por US$40.112.000.000, obteniendo una utilidad neta de
US$893.000.0002. En el año 2000, los ingresos más que duplicaron los del año anterior,
bordeando los US$100.000.000.000. Ese mismo año Enron es clasificada como la
6a.compañía más grande del mundo. En Agosto de 2000, la acción es transada a US$90,56,
alcanzado su máximo histórico.

En Febrero de 2001, Jeff Skilling asume como nuevo gerente general. Kenneth Lay,
su predecesor, se mantiene como presidente del directorio. Sin embargo, 7 meses después,
Skilling renuncia por razones personales. Kenneth Lay reasume como gerente general.
Desde Wall Street se le comienza a exigir a la empresa información financiera más
detallada. El 16 de Octubre Enron reporta su primera pérdida trimestral en más de 4 años,
luego de haber asumido US$1.000.000.000 por malos negocios relacionados. El 6 de
Noviembre, Enron corrige ganancias desde 1997 a la fecha (entre otras cosas, había
sobreestimado ganancias por unos US$600.000.000). El 2 de Diciembre, Enron pide la
quiebra, constituyéndose en la bancarrota más grande en la historia de los Estados Unidos.
Al día siguiente, 4.000 empleados de la firma son despedidos.

El 13 de Diciembre, ejecutivos de Arthur Andersen, la firma auditora de Enron


declaran ante el congreso norteamericano que ellos advirtieron a Enron acerca de “posibles
actos ilegales”, luego de que la empresa se negara a proveer de información clave a
Andersen. A comienzos de Enero de 2002, Andersen admite que algunos de sus empleados
se deshicieron de documentos en relación a la auditoría a Enron. El 9 de Enero, el
Departamento de Justicia norteamericano abre una investigación criminal contra Enron. Al
día siguiente la acción se transaba a $0.67. Una semana después, la bolsa de Nueva York
procede a eliminar de su listado de valores transables la acción de Enron.

La firma era la mayor empresa energética de EEUU, excluidas las petroleras, con
unos ingresos anuales de 101.000 millones de dólares. Su reconocimiento era tal que la
revista 'Fortune' le dio el título de Empresa más innovadora durante seis años consecutivos.
Nació como una compañía de gas, pero pronto se diversificó entrando en el negocio de las
infraestructuras de agua y, más tarde, se convirtió en una plataforma de negociación de
instrumentos financieros vinculados a una amplia gama de productos.

En 2002 se descubrió que la mayor parte de sus beneficios eran falsos, que la
empresa tenía una deuda mayor de lo que se pensaba y que, en general, todo Enron era un
gigantesco fraude. La compañía suspendió pagos y los accionistas que se creyeron las
promesas de los directivos de Enron de que la empresa estaba saneada perdieron todo su
dinero.

ENRON se constituyó en 1985 por la fusión de las empresas Houston Natural Gas e
InterNorth. La fusión fue dirigida por Kenneth Lay, presidente de Houston Natural Gas.
Originalmente se dedicó a la transmisión y distribución de electricidad y gas a través de los
Estados Unidos, y al desarrollo, construcción y operación de plantas de energía, oleoductos,
etc. por todo el mundo. Lay propuso para la empresa fusionada el nombre "Enteron"
(EnterOn en CamelCase), sin embargo el nombre tuvo que ser abreviado a "Enron".
Enron creció exponencialmente en su área original y en el transcurso del tiempo desarrolló
nuevos mercados en el área de las comunicaciones, manejo de riesgos y seguros en general.
En su momento la revista Fortune la designó como la empresa más innovadora de los
Estados Unidos durante cinco años consecutivos, entre 1996 y 2000. Además apareció en la
lista de los 100 mejores empleadores de dicha revista en 2000.
Sin embargo, la reputación de esta empresa comenzó a decaer debido a los
insistentes rumores de pago de sobornos y tráfico de influencias para obtener contratos en
América Central, América del Sur, África, las Filipinas y en la India. También hubo
rumores sobre la utilización de estas prácticas en un contrato de 30 mil millones de dólares
con la empresa de energía Maharashtra State Electricity Board.

Se descubrieron considerables pagos a políticos en casi todos los países donde la


empresa operaba. Por su parte, la empresa Arthur Andersen fue acusada de obstrucción a la
justicia en relación con el caso ENRON. Se descubrió también que similares técnicas
contables estaban siendo utilizadas por directivos de otras de sus empresas clientes, como
fue el caso de la empresa de telecomunicaciones WorldCom, la cual también maquillaba
sus pérdidas contables. Desde el año 2002, se lleva a cabo la investigación sobre el enorme
desfalco cometido en ENRON a sus accionistas y empleados. Los principales acusados son
los directivos de la empresa Kenneth Lay, Jeffrey Skilling, Andy Fastow y Rick Causey.

Consecuencias internacionales

Con su presencia en cerca de 40 países y una serie de empresas asociadas, el


colapso de ENRON, repercutió negativamente en los mercados energéticos en general y en
varias compañías que le habían otorgado créditos o tenían contratos con ENRON.
La presentación judicial llevó a un organismo oficial a iniciar una investigación sobre el
estado de cuentas de la compañía, que admitió a comienzos de año que sus ganancias
fueron menores a las declaradas entre 1997 y 2001.

Las dudas sobre las prácticas contables de la empresa que supuestamente tendieron
a cubrir la grave situación económica de la compañía se incrementaron ante denuncias de
una ex ejecutiva sobre la presunta destrucción sistemática de documentos. El escándalo
salpicó a Andersen, una de las firmas más importantes de auditoría contable.
El escándalo de ENRON tuvo eco en los medios, además de los numerosos
reportajes de cobertura en medios, la historia fue llevada al cine en un documental titulado
Enron: The Smartest Guys in the Room (2005) dirigido por Alex Gibney y basado en el
best-seller homónimo de los cronistas de revista Fortune, Bethany McLean y Peter Elkind.
En marzo de 2002, la popular revista Playboy causó controversia al invitar a las ejecutivas
de la compañía a posar desnudas en sus páginas.

La gigantesca empresa energética ENRON, con sede en Estados Unidos, que


acumuló deudas por más de US$ 30.000 millones, pidió a una corte de Nueva York las
ayudas que se inscriben en el llamado Capítulo 11 de las leyes que regulan las quiebras en
Estados Unidos. Esta medida permitió a ENRON continuar sus operaciones mientras los
acreedores intentaban reorganizar sus finanzas.

ENRON, que opera en 40 países -varios de ellos latinoamericanos- y emplea a


21.000 personas, esperaba recibir una inyección salvadora del grupo rival DYNEGY Inc.
DYNEGY, sin embargo, abandonó el plan de rescate cuando las tres principales agencias
de clasificación crediticia decidieron bajar los bonos de ENRON al nivel de "basura",
argumentando que tendría muy serias dificultades para pagar sus deudas.
Las acciones de ENRON, que llegaron a valer US$ 90, se cotizaban en la Bolsa de Nueva
York por apenas US$ 0,42.

La crisis de ENRON representó un rápido cambio de fortuna para una empresa


que había tenido ganancias por más de US$ 1.000 millones y que recientemente ocupaba el
lugar número siete en la lista de las 500 empresas más importantes de EEUU, según la
revista Fortune.

Los problemas de la compañía, con sede en Houston, Texas, comenzaron cuando


un grupo de analistas cuestionó varias cifras misteriosas en su estado de cuentas.
Finalmente ENRON admitió que las ganancias de 1997 a 2001 eran US$ 600 millones
menos de lo que había informado.

La caída inmediata del precio de sus acciones permitió a DYNEGY, una empresa
históricamente menor, hacer una oferta pública de adquisición, que luego abandonó.
DYNEGY parecía estar interesada en el sistema comercial en línea de ENRON que
reportaba hasta el 90% de las ganancias de la empresa. Sin embargo, ENRON Online cesó
sus operaciones.

Repercusiones

La quiebra de ENRON afectó a los mercados energéticos en general y, en


particular, varias compañías que le han otorgado créditos o tienen contratos con ella.
ENRON, cuyos negocios incluyen la compraventa de gas natural y electricidad, ha recibido
US$ 500 millones en créditos no garantizados, además de US$ 400 millones de préstamos
garantizados, de J.P. Morgan Chase & Co.
Citigroup Inc. le prestó entre US$ 700 millones y US$ 800 millones, cerca de la mitad de
los cuales no tenían garantías. ABN AMRO, Duke Energy Corp, DYNEGY Inc y American
Electric Power Co. se encuentran también entre las empresas que han hecho préstamos
multimillonarios.
Tres razones básicas para distorsionar los datos
contables

a) para mejorar la situación real;

b) para presentar una situación estable y sin volatilidad en el tiempo y;

c) para presentar una situación debilitada, y los tres son incentivos para conseguir algún
interés o beneficio.

Este tipo de fraudes hacen que uno piense en que los inversores deben de ser
conscientes de este tipo de situaciones y andar con pies de plomo, por esto, las normas
contables deben de mejorarse hacia la protección del inversor, impedir lo que se conoce
como maquillaje contable, y sí seguir los principios de realismo y honestidad contables, a la
vez que hacer un esfuerzo para independizar las auditorias así como mejorar las formas de
control contable.

El Fraude

Es posible afirmar que Enron utilizó recursos contables para esconder su elevado
nivel de deuda. Esto lo hizo mediante la utilización de Entidades de Propósito Especial
(Special Purpose Entities). Estas son herramientas no consolidadas y que no se incluyen en
el balance, que pueden tener un uso legítimo en varias circunstancias. En Noviembre de
2001 Enron reconoce la existencia de estas cuentas, las que al ser consolidadas en el
balance de la empresa, implicaron un aumento de US$628.000.000 en la deuda de la
empresa y una reducción de US$591.000.000 en sus utillidades.

El modelo contable actual es considerado por muchos como pasado de moda.


Diseñado en la primera mitad del siglo XX para una época industrial, parece incapaz de
responder a la nueva realidad, no entregando información adecuada sobre el verdadero
valor de algunos activos de la empresa. ¿Cómo valorar propiamente una serie de activos
intangibles mediante el sistema del costo histórico? Esto puede haber llevado a una
creciente distancia entre el valor libro de los activos y su verdadero valor de mercado.

Es por esto que se permite e incluso se considera deseable que las empresas puedan
excluir ciertas cuentas del balance, en la medida que queden registradas claramente en las
notas para su correcta y oportuna apreciación. Lamentablemente estas prácticas han
escapado de los márgenes aceptables. Sin embargo, no pocas veces los intentos de imponer
regulaciones más estrictas sobre el uso y abuso de las cuentas fuera del balance han
encontrado fuertes resistencias. El Financial Accounting Standards Board (FASB),
organismo a cargo de los estándares contables en Estados Unidos, se ha visto impedido de
traducir en leyes nuevas iniciativas de regulación, debido principalmente al lobby que
diversos grupos de poder (entre ellos, las mismas firmas auditoras) han ejercido ante el
Congreso norteamericano.

Lo ético en juego

A la raíz de los problemas éticos presentes en Enron está una causa común: los
conflictos de intereses. A continuación se presentarán dos áreas donde estos conflictos de
intereses se revelaron en forma más flagrante: una en la relación accionistas – ejecutivos
(propietario – agente) y otra, correspondiente a los roles jugados por la auditora Arthur
Andersen (auditoría – consultoría).
Un primer punto evidente es que los ejecutivos de Enron no cumplieron con la
obligación fiduciaria que les competía como agentes de los accionistas, esto es, actuar en
beneficio de quienes los contrataron. “La teoría de la agencia sugiere que los ejecutivos
tienen poderosos incentivos económicos para revelar sólo la información que les da a ellos
o a la organización una ventaja estratégica” En Enron se dio esto y más. Un número
mayoritario de los directores de Enron eran a su vez ejecutivos de la empresa, lo que hizo
que la natural asimetría de información existente entre ellos y los accionistas, creciera
desmedidamente al ocultar deudas y pérdidas importantes en las que la empresa había
incurrido. Las irregulares cuentas fuera de balance (SPEs) no fueron cuestionadas, ya sea
por la negligencia de algunos, o por los intereses en juego de esa mayoría que también
cumplía roles ejecutivo.
¿Qué intereses estaban en juego? En la mayoría de las grandes empresas
norteamericanas, no existe total independencia entre quienes determinan los esquemas y
niveles de remuneraciones y quienes reciben las remuneraciones. Enron no fue la
excepción. Este esquema de remuneraciones se componía considerablemente en elementos
como los stock options6, lo que a su vez presenta un problema adicional, ya que estas
opciones no se reconocen contablemente como gastos, lo que tiende naturalmente a inflar
las utilidades. En teoría, estas opciones buscan funcionar como incentivos para los
ejecutivos, al alinear sus objetivos con los objetivos de los accionistas (aun cuando no
exista evidencia empírica al respecto). En el caso de Enron el incentivo funcionó, pero
perversamente. Los ejecutivos deliberadamente ocultaron y manipularon información
contable y financiera con el objeto de mantener el precio de la acción lo más alto posible en
el corto plazo (lo que en el largo plazo resulta un objetivo válido para los accionistas de
cualquier empresa), ya que su potencial riqueza dependía fuertemente del precio de la
acción. Un alto precio les permitía ejecutar sus stock options, para luego vender las
acciones en el mercado, realizando así altas ganancias.

El otro gran conflicto de interés presente estuvo en el rol jugado por Andersen,
quien no sólo era el auditor de Enron, sino también la empresa a quien se le encomendaron
varias tareas de consultoría. De esta práctica muy común en la industria de los auditores
(más del 50% de los ingresos y un porcentaje aún mayor de las utilidades de las auditoras
provienen de estos servicios anexos), Andersen no fue la excepción. De los US$ 52
millones que percibió de Enron, más de la mitad provenían de servicios distintos al de
auditoría. ¿Puede una empresa auditora ofrecer este otro tipo de servicios, que representan
una parte sustancial de sus ingresos, sin perder la independencia esencial que su función de
auditor le demanda? Difícilmente.

Enron desapareció dejando miles de empleados en la calle y a otros tantos miles de


accionistas privados del capital apostado. Pero también dejó herido un modo muy cotidiano
de interactuar comercial y financieramente. No hay mano invisible capaz de ordenar al
hombre cuando éste ha entrado en una lógica exclusivamente individualista y competitiva,
donde interés personal y codicia son sinónimos, donde para sobrevivir hay que ser rentable
y serlo hoy. Es de esperar que el caso de Enron y de la larga lista de empresas cuestionadas
en Estados Unidos y Europa nos sirva de aviso.

Bibilografía

 www.oriolamat.cat/files/enron-la_vanguardia.doc

 http://www.monografias.com/trabajos12/posible/posible.shtml

 http://www.economiaynegocios.uahurtado.cl/peee/pdf/documentos/lecciones_caso_enron.p
df

 http://www.gestiopolis.com/canales6/fin/escandalos-financieros-en-el-mundo-contable.htm

 http://www.buenastareas.com/temas/enron-fraude/0

 http://www.societario.com/estudiantes/presentaciones/Enron%20y%20WorldCom.pdf

 https://www.u-cursos.cl/ieb/2010/1/CON01/296302/foro/?
offset=1&id_mensaje=6182#mensaje_6182

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