Sie sind auf Seite 1von 1

Indecencia

El reloj de mueca indica que son las una y media del medioda: tengo que
apresurarme a preparar rpido algo de almorzar para luego no llegar tarde a la cita
con el quiroprctico, que est muy lejos, a casi una hora de mi casa.
Empieza a llover. Y menos mal: ya he llegado al portal de mi casa. Saco las llaves.
De repente, a mis espaldas, me llega una voz desconocida:
- Oye, t
Me giro. Mi sorpresa es mayscula.
Es el viejo calvo, con barba e impotente. El amante de mi diosa.
25
No respondo; le miro a los ojos, temblando asustado. Sus palabras han sonado
amenazantes, y su mirada penetrante me acojona. Joder. Seguro que me ha pillado.
Seguro que me tachar de sucio, pervertido e indecente y me dar de palos con el
paraguas hasta dejarme medio muerto. Seguro.
Me preparo para lo peor, para reacciones imprevistas: me coloco enfrente de l,
agarro con firmeza el bastn. Tengo que tener reflejos para responder a su posible
agresin.
De nuevo, habla:
- Toma esto.
Me ensea una bolsa llena de monedas de euro.
Mi corazn da un vuelco. Mierda. Joder. Lo sabe. Lo sabe. Hostia puta. Pero por
qu me entrega esto? Por qu?
- Vamos, cgelo. Es para ti.
Escptico y desconfiado, tomo la bolsa, que pesa lo suyo.
26
- Ven dentro de una hora y media al mirador del puente.
Se da la vuelta y desaparece por las calles de mi barrio, a pasos lentos.
Atnito ante su propuesta, me quedo mirando la bolsa. Qu pretende?
Intrigado, subo a mi casa; cancelo por telfono la cita con el masajista, me hago
un sndwich de queso y jamn york, saco un paraguas y me voy de all, rumbo al
telescopio del mirador.

Das könnte Ihnen auch gefallen