• Un teniente de la Policía Nacional del Perú disparó (y
ordenó disparar) a un avión comercial, en el cual falleció un mecánico de la nave.
• Un carabinero, incumpliendo la normatividad en la
cual se establece que, al término de su servicio, debe descargar el arma y dejarla en su cuartel, lo hizo en su casa y por accidente, mató a una persona.
• Un policía, estando de franco y en estado de ebriedad
sube a un taxi e intenta asaltar al taxista con un arma de la institución. CRITERIOS:
• Debe abandonarse el criterio “the King can do not
wrong”.
• El Estado no deja de ser una persona jurídica: puede
incurrir en responsabilidad contractual (art. 1325 c.c.) o extracontractual (art. 1981 c.c.).
• El hecho que el Estado preste servicios públicos no debe
ser entendido como una situación que escapa de la “provincia” de la responsabilidad civil e (incluso) administrativa: Ley de Protección al Consumidor.
• El Estado debe pagar las indemnizaciones.
Organos Unidad funcional a través de la cual la persona jurídica ejercita sus derechos.
Representantes Sujeto que actúa alieno
La persona domine en ejercicio de jurídica actúa a un poder conferido través de expresamente por el poderdante.
Sujeto que se encuentra
Dependientes en una relación de dependencia respecto del principal. (art. 165 c.c.) c.c.) Fundamento de la Responsabilidad civil • No es subjetiva: no cabe fundamentar culpa in vigilando o culpa in eligendo • Es una responsabilidad objetiva por actuar a través de un tercero (arts. 1325 y 1981 c.c.) • No es una responsabilidad objetiva basada en el riesgo • Criterio del cheapest cost avoider Supuestos de Responsabilidad Civil
• Dos corresponden al escenario de la
responsabilidad propiamente dicha de la persona jurídica:
• La responsabilidad civil dentro del ejercicio de
las funciones del órgano, representante o dependiente. • La responsabilidad civil con ocasión de las funciones del órgano, representante o dependiente. • Ambas pueden ser contractuales o extracontractuales (arts. 1325 y 1981 c.c.) CASOS
• Municipalidad de San Isidro (daños por
trabajos de excavación por reparación de calzada: Cas. No. 142-T-97, 23.10.97) (art. 1970 c.c.) • Municipalidad de Miraflores (Serenazgo) • América Televisión El Estado prestador de servicios de Salud
• Responsabilidad civil derivada por atención médica en
caso de emergencia.
El primer párrafo del art. 3 de la Ley General de Salud, No.
26842, del 15.07.97, precisa que:
“Toda persona tiene derecho a recibir, en cualquier
establecimiento de salud, atención médico quirúrgica de emergencia cuando lo necesite, estando los establecimientos de salud sin excepción obligados a prestar esta atención, mientras subsista el estado de grave riesgo para su vida y salud” (el subrayado es mio). Concordante con ello, el art. 39 de la misma ley, prescribe lo siguiente:
“Los establecimientos de salud sin excepción están
obligados a prestar atención médico quirúrgica de emergencia a quien la necesite y mientras subsista el estado de grave riesgo para su vida y salud.
Estos establecimientos de salud, después de atendida la
emergencia, tienen derecho a que se les reembolse el monto de los gastos en que hayan incurrido, de acuerdo a la evaluación del caso que realice el Servicio Social respectivo, en la forma que señale el Reglamento.
Las personas indigentes debidamente calificadas están
exoneradas de todo pago” (el subrayado es mío).
¿Es contractual o extracontractual?
• La responsabilidad civil del profesional médico: ¿responsabilidad subjetiva u objetiva?
El art. 36 de la Ley General de Salud, No. 26842, del
15.07.97, que reconoce una responsabilidad subjetiva a los profesionales, técnicos y auxiliares en el campo de la salud, al establecer que:
“son responsables por los daños y perjuicios que
ocasionen al paciente por el ejercicio negligente, imprudente e imperito de sus actividades”.
¿Y la cirugía estética?
Obligaciones de medio (responsabilidad subjetiva)
Obligaciones de resultado (responsabilidad objetiva)
El art. 48 de la Ley General de Salud, No. 26842, del 15.07.97, establece que:
“El establecimiento de salud o servicio médico de apoyo
es solidariamente responsable por los daños y perjuicios que se ocasionan al paciente, derivados del ejercicio negligente, imprudente o imperito de las actividades de los profesionales, técnicos o auxiliares que se desempeñan en éste con relación de dependencia.
Es exclusivamente responsable por los daños y
perjuicios que se ocasionan al paciente por no haber dispuesto o brindado los medios que hubieren evitado que ellos se produjeran, siempre que la disposición de dichos medios sea exigible atendiendo a la naturaleza del servicio que se ofrece”. Responsabilidad del Estado por errores judiciales en los procesos penales y detenciones arbitrarias
La ley No. 24973 de indemnización por errores judiciales en los
procesos penales y detenciones arbitrarias del 28.12.88, reconoce el derecho de indemnización de las personas que puedan verse dañadas por estas situaciones.
El art. 3 de la citada ley establece que: “Tienen derecho a
indemnización por error judicial:
a) Los que, luego de ser condenados en proceso judicial, hayan
obtenido en juicio de revisión, resolución de la Corte Suprema que declara la sentencia errónea o arbitraria.
b) Los que hayan sido sometidos a proceso judicial y privados
de su libertad como consecuencia de éste y obtenido posteriormente auto de archivamiento definitivo o sentencia absolutoria”. Responsabilidad del Estado por errores judiciales en los procesos penales y detenciones arbitrarias
El art. 2 de la ley prescribe que: “Tiene derecho a indemnización
por detención arbitraria, quien es privado de su libertad por la autoridad policial o administrativa, sin causa justificada o, existiendo ésta, si se excede de los límites fijados por la Constitución o por la sentencia. También tiene derecho a indemnización quien no es puesto oportunamente a disposición del Juez competente dentro del término establecido por la Constitución”.
Esta ley fue hecha al amparo de la Constitución de 1979. El
incisos 7 del artículo 139 de la actual Constitución regula, entre los principios y derechos de la función jurisdiccional, “la indemnización, en la forma que determine la ley, por los errores judiciales en los procesos penales y por las detenciones arbitrarias, sin perjuicio de la responsabilidad a que hubiere lugar”. Al crear el Fondo Nacional Indemnizatorio de Errores Judiciales y Detenciones Arbitrarias, con la función de encargarse del pago de este tipo de indemnizaciones (art. 8), se elude hacer mención expresa sobre la individualización de los responsables. En este sentido, el inc. art. 20 establece, como requisitos de la demanda, al lado de las generales de ley del demandante (inc. a), la designación y domicilio del Fondo (inc. b) así como la indicación de los presuntos responsables y el concepto sobre el que el juez debe pronunciarse (inc. c). Se puede desprender que nos encontramos frente a un caso de responsabilidad civil del Estado, si tenemos en cuenta que el art. 7 establece que es justamente éste quien abona las indemnizaciones a través del Fondo creado. El art. 4 regula que: “La indemnización por detención arbitraria será fijada en proporción directa al tiempo de la detención y a la renta de la víctima, acreditada fehacientemente, y no podrá ser inferior al salario mínimo vital vigente para los trabajadores de la industria y comercio de la Provincia de Lima, ni superior a diez veces éste, por cada día”.
El art. 5 establece que. “La indemnización por error
judicial será fijada a prudente criterio del Juez, en atención al daño material o moral causado a la víctima”. Particular atención merece los criterios para determinar el quantum del daño ocasionado. Para el caso de la detención arbitraria, pareciera que sólo se tuvo en cuenta el daño de consecuencias económicas (el cual se determina por un criterio matemático). Sin embargo, para el error judicial, se reconoce, además del daño material, “el daño moral causado a la víctima” (cuya indemnización “será fijada al prudente criterio del juez”). Esta disparidad de tratamiento puede ser suplida por una interpretación sistemática de estos dispositivos. En efecto, si se puede acreditar el daño moral en el caso de la detención arbitraria, no se ve inconveniente para que se proceda a su reconocimiento judicial, con la correspondiente indemnización. No sería justo reconocer la reparación por el daño moral en un caso y desconocerla en el otro. Resolución No. 19, del 28.05.01 Décimo Cuarto Juzgado Especializado en lo Civil de Lima
Detención arbitraria por más de 32 meses (art. 1985 c.c.).
“se ha acreditado que el demandante ha sufrido daño
en su persona, conforme se colige del informe Médico número cero once-noventicinco-INPE-ETPL-US, que corre a fojas veintiuno; además, con el solo hecho de ser expuesto públicamente ante la sociedad por una acusación falsa, se ha dañado la moral de dicha persona, por lo que procede que el Estado cumpla con su resarcimiento, debiendo el juzgado evaluar dicho extremo con criterio justo”.
S/. 500,000.00 Confirmado por la Quinta Sala Civil
(Resolución N0. 11, del 10.01.00). Responsabilidad civil del Estado por la actividad jurisdiccional
Debemos distinguir la responsabilidad subjetiva del juez, de la
objetiva del Estado (o como prefieren algunos, del Estado-Juez). En efecto, el art. 509 del c.p.c. precisa que:
“el Juez es civilmente responsable cuando en ejercicio de su función
jurisdiccional cause daño a las partes o a terceros, al actuar con dolo o culpa inexcusable, sin perjuicio de la sanción administrativa o penal que merezca.
a) La conducta es dolosa si el Juez incurre en falsedad o fraude, o si
deniega justicia al rehusar u omitir un acto o realizar otro por influencia.
b) Incurre en culpa inexcusable cuando comete un grave error de
derecho, hace interpretación insustentable de la ley o causa indefensión al no analizar los hechos probados por el afectado.
Este proceso sólo se impulsará a pedido de parte”
Este dispositivo tiene que ser visto en relación con el art. 516 c.p.c., que establece que la obligación de pago de los daños y perjuicios es solidaria entre el Estado y el juez o jueces colegiados que expidieron las resoluciones causantes del agravio. Del coordinado dispuesto de estos artículos, se percibe claramente que nos encontramos frente a un caso de responsabilidad de la persona jurídica Estado a través de su órgano jurisdiccional (juez). En igual situación se encuentran los representantes del Ministerio Público, cuya responsabilidad, en algunos casos, se encuentra prevista por el código civil.
El art. 118 c.p.c. establece que: “el representante del
Ministerio Público es responsable civilmente cuando en el ejercicio de sus funciones actúa con negligencia. El proceso se sujeta al trámite que corresponde al de responsabilidad civil de los Jueces”(art. 595 c.c.) El art. 514 c.p.c. establece un plazo de caducidad de tres meses para interponer la demanda, “contados desde que quedó ejecutoriada la resolución que causó daño”. Las reglas a aplicarse para este tipo de responsabilidad son, tal como lo prescribe el art. 515 c.p.c., las de inejecución de las obligaciones, en cuanto sean aplicables.
Nótese que el auxiliar jurisdiccional puede incurrir en
responsabilidad. Así por ejemplo, lo prevé el segundo párrafo del art. 376 c.p.c., cuando regula que:
“el Secretario de Juzgado enviará el Expediente al superior
dentro de cinco días de concedida la apelación o adhesión, en su caso, bajo responsabilidad” (el subrayado es mío). En este caso, se está haciendo alusión a la responsabilidad disciplinaria. Sin embargo, no veo inconveniente alguno para que, respecto de este supuesto de hecho, también se responsabilice civilmente al auxiliar jurisdiccional, y al Estado, ex art. 1981 c.c.
Responsabilidad del Estado por errores registrales
La ley de creación del Sistema Nacional de los Registros
Públicos y de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP), Ley No. 26366, de fecha 14.10.94, establece en el inciso d) de su art. 3, que es una de las garantías del Sistema Nacional de los Registros Públicos “la indemnización por los errores registrales, sin perjuicio de las demás responsabilidades que correspondan conforme a ley”. Responsabilidad del Estado por los actos de administración o los servicios públicos
D. S. Nº 013-2008-JUS (28.08.08) se aprueba el T.U.O. de la
Ley Nº 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo, modificado por el D. Leg. Nº 1067
Artículo 5.- Pretensiones
“En el proceso contencioso administrativo podrán
plantearse pretensiones con el objeto de obtener lo siguiente:
1. La declaración de nulidad, total o parcial o ineficacia de
actos administrativos. 2. El reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente tutelado y la adopción de las medidas o actos necesarios para tales fines.
3. La declaración de contraria a derecho y el cese de una
actuación material que no se sustente en acto administrativo.
4. Se ordene a la administración pública la realización de
una determinada actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo firme.
5. La indemnización por el daño causado con alguna
actuación impugnable, conforme al artículo 238 de la Ley Nº 27444, siempre y cuando se plantee acumulativamente a alguna de las pretensiones anteriores”. D. Leg. No. 1029, del 23.06.08, que modifica la Ley del Procedimiento Administrativo General - Ley Nº 27444 (10.04.01) y la Ley del Silencio Administrativo - Ley Nº 29060
“Artículo 238.- Disposiciones Generales
238.1 Sin perjuicio de las responsabilidades previstas en el
derecho común y en las leyes especiales, las entidades son patrimonialmente responsables frente a los administrados por los daños directos e inmediatos causados por los actos de la administración o los servicios públicos directamente prestados por aquéllas.
238.2 En los casos del numeral anterior, no hay lugar a la
reparación por parte de la Administración, cuando el daño fuera consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor, de hecho determinante del administrado damnificado o de tercero. Tampoco hay lugar a reparación cuando la entidad hubiere actuado razonable y proporcionalmente en defensa de la vida, integridad o los bienes de las personas o en salvaguarda de los bienes públicos o cuando se trate de daños que el administrado tiene el deber jurídico de soportar de acuerdo con el ordenamiento jurídico y las circunstancias.
238.3 La declaratoria de nulidad de un acto administrativo
en sede administrativa o por resolución judicial no presupone necesariamente derecho a la indemnización.
238.4 EI daño alegado debe ser efectivo, valuable
económicamente e individualizado con relación a un administrado o grupo de ellos. 238.5 La indemnización comprende el daño directo e inmediato y las demás consecuencias que se deriven de la acción u comisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral”.
238.6 Cuando la entidad indemnice a los administrados,
podrá repetir judicialmente de autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad en que hubieran incurrido, tomando en cuenta la existencia o no de intencionalidad, la responsabilidad profesional del personal involucrado y su relación con la producción del perjuicio. Sin embargo, la entidad podrá acordar con el responsable el reembolso de lo indemnizado, aprobando dicho acuerdo mediante resolución. Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República Nº 27785 del 22.07.02
DISPOSICIONES FINALES Novena.- Definiciones básicas
Responsabilidad Civil.- Es aquella en la que incurren los
servidores y funcionarios públicos, que por su acción u omisión, en el ejercicio de sus funciones, hayan ocasionado un daño económico a su Entidad o al Estado. Es necesario que el daño económico sea ocasionado incumpliendo el funcionario o servidor público sus funciones, por dolo o culpa, sea ésta inexcusable o leve. La obligación del resarcimiento a la Entidad o al Estado es de carácter contractual y solidaria, y la acción correspondiente prescribe a los diez (10) años de ocurridos los hechos que generan el A propósito de una persona indultada, el Sexagésimo Tercer Juzgado Civil de Lima, con Resolución No. 16, del 22.06.04, se cuantificó el daño no patrimonial por haber estado detenida en forma injusta, de la siguiente forma:
“La demandante, de sexo femenino, estuvo encarcelada en
forma injusta, acusada y condenada por terrorismo, por un total de seis años, aproximadamente, desde los 41 hasta los 47 años de edad, teniendo en esa fecha a su cargo a dos hijos estudiantes.
La prisión injusta e inmerecida daña a la persona en su
esencia, privándole del bien más preciado de todo ser humano, que es la libertad; asimismo, mella profundamente la dignidad y el honor, inapreciables e invalorables. Frustra a la persona en su proyecto de vida, arrebatándole años que no volverán, en los que se desarrollaba, en el caso de la demandante, como madre, siguiendo el proceso educacional de sus hijos, y quitándole también años posteriores, ya en libertad, pero en una libertad en la que tiene que rehacer su vida, reinsertarse en la sociedad, recuperar el ánimo, espíritu y paz arrebatados, procurando olvidar o, mejor, procesar, con ayuda psicológica, la terrible experiencia que atravesó, curando la mente de la depresión, ansiedad y el terror.
Estos daños, incuantificables por su naturaleza, pero
cuantiosos en los casos de este tipo, máxime si la duración del encarcelamiento no fue corta sino prolongada, durante más de seis años, deben repararse en la totalidad de la suma solicitada por este concepto por la demandante, esto es, ciento cuarenta y un mil novecientos noventa y cuatro dólares americanos con cinco centavos de dólar americano (US $ 141,994.05)”.
Esta decisión fue confirmada por la Sexta Sala Civil de la
Corte Superior de Lima, con resolución del 08.06.06, reduciendo el monto indemnizatorio por daño a la persona en la suma de S/.90,000.00. La dramática disminución se debió a que, en atención al colegiado:
“lo fijado por la A quo resulta excesivo, toda vez que, el
quantum indemnizatorio no resulta justificable ni mucho menos proporcional al daño causado; por lo que, este Colegiado considera fijar dicho monto rebajándolo en una cantidad que se justifique y que sea proporcional a las reales posibilidades del obligado, teniendo en cuenta que en el presente caso, el demandado es el Estado cuyo erario o Tesoro Público cumple fines sociales de interés público, es decir otros fines que atender; a efectos de no crear enriquecimientos injustificados a favor del demandante” (el subrayado es mío). Sobre la factibilidad del pago de las indemnizaciones por los daños que causa el Estado Juan Espinoza Espinoza La Ley No. 26599, del 22.04.96, que modificó el art. 648 c.p.c., aumentando un inciso que establecía, a la par de la embargabilidad de los bienes del Estado, que “las resoluciones judiciales o administrativas, consentidas o ejecutoriadas que dispongan el pago de obligaciones a cargo del Estado, sólo serán atendidas con las partidas previamente presupuestadas del sector al que corresponda”. Esta ley fue declarada inconstitucional por sentencia del Tribunal Constitucional, publicada el 07.03.97, por cuanto, al no distinguir los bienes de dominio público de los bienes de dominio privado que corresponden al Estado, se confería a estos últimos “aquella inmunidad que la Constitución otorgó únicamente a los bienes de dominio público”. Curiosamente, el mismo día que se publicó esta sentencia, también se publicó la ley No. 26756, de la misma fecha, cuyo art. 1 ordena la constitución de una comisión encargada de proponer al Congreso un proyecto de ley de bienes del Estado, en la que se determine los que pueden ser materia de embargo y los procedimientos a seguir en el caso de embargos de un bien del Estado.
Mediante Resolución Defensorial Nº 062-98/DP, de fecha
26.10.98, el Defensor del Pueblo ha aprobado el Informe Defensorial sobre “Incumplimiento de Sentencias por parte de la Administración Estatal”, elaborado por la Defensoría Especializada en Asuntos Constitucionales. Se ha comprobado que algunas entidades estatales han vulnerado los arts. 2, inc. 2 y 139, inc. 3, de la Constitución, que consagran los derechos a la igualdad ante la ley, al debido proceso y a la tutela jurisdiccional; así como la prohibición establecida en el art. 139, inc. 2 de la Constitución, según la cual ninguna autoridad puede retardar la ejecución de sentencias.
Frente a la afirmación de que, en aplicación del principio
de legalidad presupuestaria, no pueden efectuarse gastos no programados en el ejercicio, al no estar dotados de la respectiva asignación presupuestaria, el citado informe contesta que “este aparente conflicto con el derecho a la tutela judicial efectiva no es insalvable, ya que siendo deber primordial de toda entidad pública respetar los derechos constitucionales, resultaría incompatible con el Estado de Derecho que el cumplimiento de una sentencia quede supeditado a la voluntad o discrecionalidad del propio obligado. Ello simplemente desnaturalizaría la esencia y respeto que corresponde al Poder Judicial”. Máxime, cuando existen dispositivos la Ley de Gestión Presupuestaria del Estado, que permiten efectuar modificaciones presupuestarias a través de créditos suplementarios, habilitaciones o transferencias de partidas, autorizadas por ley; o mediante la anulación por el titular del pliego, al interior del presupuesto de una determinada institución, de las actividades y proyectos no prioritarios, con el fin de satisfacer los montos ordenados por las sentencias. En atención a lo anteriormente expuesto se exhorta a los jueces que conocen procesos en que se ejecutan las sentencias a:
1. Formular la denuncia correspondiente ante el Ministerio
Público contra aquellos funcionarios que incumplen mandatos judiciales.
Este informe observa que el incumplimiento de una
sentencia que cuenta con el carácter de cosa juzgada no sólo afecta derechos y principios constitucionales sino a la vez genera responsabilidad penal respectiva por el delito de resistencia y desobediencia a la autoridad, previsto por el art. 368 del código penal, así como responsabilidad administrativa. 2. Evaluar la posibilidad de embargar, ante la renuencia al cumplimiento, los recursos presupuestarios destinados a actividades y proyectos no prioritarios de la entidad ejecutada; así como los bienes que tengan un notorio carácter de bienes de dominio privado, de acuerdo a los criterios expuestos por la sentencia del Tribunal Constitucional en la acción de inconstitucionalidad interpuesta contra la Ley Nº 26599, según la cual sólo son inembargables los bienes del Estado de dominio público, al amparo de las facultades que concede el art. 138 de la Constitución.
En una mala señal, el Ejecutivo, a través del Decreto de
Urgencia No. 019-2001, del 09.02.01, establece en su art. 1, que “los depósitos de dinero existentes en las cuentas el Estado en el Sistema Financiero Nacional, constituyen bienes inembargables”. Frente a ello, mediante Sentencia del Tribunal Constitucional del 15.03.01, se declara inconstitucional, conjuntamente con la Ley No. 26597 a la Disposición Transitoria Unica de la Ley No. 26756.
Sin embargo, la burla del Ejecutivo continúa, por cuanto, al
día siguiente de la publicación en el diario oficial de esta sentencia, o sea el 12.05.01, se publica el Decreto de Urgencia No. 055-2001, del 11.05.01. En efecto, en uno de los considerandos, se observa que:
“la situación de necesidad de pago, puede generar el colapso
de la economía nacional, al verse el Estado obligado al cumplimiento de obligaciones que no puede asumir en forma inmediata, por lo que se encuentra en una situación extraordinaria e imprevisible (¿caso fortuito?) que pone en riesgo la economía del país y las finanzas públicas” (el comentario entre paréntesis es mío).
Ello lleva a regular, en el art. 1, que “los recursos públicos no
pueden ser destinados a fines distintos de los que establece la Ley, incluyendo aquellos depositados en las cuentas de las entidades del Sistema Financiero nacional, bajo responsabilidad”. El art. 2 precisa que las entidades del Sector Público pagarán sus obligaciones por concepto de indemnización, “siempre que hubiere disponibilidad para tal fin”. Para palear esta situación, se establece la previsión de “fondos necesarios para la atención progresiva” de la víctima o sus deudos (art. 3) y la promesa (incumplida pro segunda vez), de publicar “un proyecto de ley que establezca los bienes que son de dominio público” (art. 4). El inciso 8 de la primera disposición transitoria de la Ley No. 27584, que regula el procedimiento contencioso administrativo, del 06.12.01, establece que, a partir de la vigencia de dicha ley, quedan derogados “la Ley No. 26756, el Decreto de Urgencia No. 019-2001 y los Artículos 2º, 3º y 6º del Decreto de Urgencia No. 055- 2001” y la tercera disposición final de esta ley establecía que la ley entraría en vigor a los treinta días naturales siguientes a su publicación en el diario oficial. Sin embargo, con el art. 1 del Decreto de Urgencia No. 136- 2001, del 20.12.01, se amplió este plazo a ciento ochenta días. La Ley No. 27684 del 15.03.02 en su art. 4 ha derogado este último Decreto de Urgencia. Así mismo esta Ley (que entró en vigencia el 17.03.02) ha establecido, en su art. 5 que la Ley No. 27584 entrará en vigencia a los treinta días “posteriores de dicha publicación”. El art. 2 trastoca las coordenadas normativas fijadas anteriormente, al imponer lo siguiente:
“Retírase el inciso 8) de la Primera Disposición Derogatoria
de la Ley Nº 27584 y en consecuencia declárase la plena vigencia de la Ley Nº 26756, con excepción de la Disposición Transitoria Única, declarada inconstitucional mediante sentencia del Tribunal Constitucional del 15 de marzo del año 2001; del Decreto de Urgencia Nº 019-2001 y del Decreto de Urgencia Nº 055-2001 con excepción de los Artículos 2º, 3º y 5º que quedan derogados.”
En su momento, mediante Resolución Defensorial No. 009-
2002/DP, del 06.03.02, la Defensoría del Pueblo exhortó al Presidente del Consejo de Ministros a promover la derogación de los Decretos de Urgencia No. 136-2001, 019- 2001 y 055-2001. Asimismo, se debe tener en cuenta que el art. 1 de la Ley No. 27684, ha modificado el art. 42 de la Ley No. 27584, en los siguientes términos:
“Las sentencias en calidad de cosa juzgada que ordenen el
pago de suma de dinero, serán atendidas única y exclusivamente por el Pliego Presupuestario en donde se generó la deuda, bajo responsabilidad del Titular del Pliego, y su cumplimiento se hará de acuerdo a los procedimientos que a continuación se señalan:
42.1 La Oficina General de Administración o la que haga sus
veces del Pliego Presupuestario requerido deberá proceder conforme al mandato judicial y dentro del marco de las leyes anuales de presupuesto. 42.2 En el caso de que para el cumplimiento de la sentencia el financiamiento ordenado en el numeral anterior resulte insuficiente, el Titular del Pliego Presupuestario, previa evaluación y priorización de las metas presupuestarias, podrá realizar las modificaciones presupuestarias dentro de los quince días de notificada, hecho que deberá ser comunicado al órgano jurisdiccional correspondiente.
42.3 De existir requerimientos que superen las posibilidades de
financiamiento expresadas en los numerales precedentes, los pliegos presupuestarios, bajo responsabilidad del Titular del Pliego, mediante comunicación escrita de la Oficina General de Administración, harán de conocimiento de la autoridad judicial su compromiso de atender tales sentencias en el ejercicio presupuestario siguiente, para lo cual se obliga a destinar hasta el tres por ciento (3%) de la asignación presupuestal que le corresponda al pliego por la fuente de recursos ordinarios. El Ministerio de Economía y Finanzas y la Oficina de Normalización Previsional, según sea el caso, calcularán el tres por ciento (3%) referido en el párrafo precedente deduciendo el valor correspondiente a la asignación para el pago del servicio de la deuda pública, la reserva de contingencia y las obligaciones previsionales.
42.4 Transcurridos seis meses de la notificación judicial sin
haberse iniciado el pago u obligado al mismo de acuerdo a alguno de los procedimientos establecidos en los numerales 42.1, 42.2 y 42.3 precedentes, se podrá dar inicio al proceso de ejecución de resoluciones judiciales previsto en el Artículo 713º y siguientes del Código Procesal Civil. No podrán ser materia de ejecución los bienes de dominio público conforme al Artículo 73º de la Constitución Política del Perú." Posteriormente, con el D.S. No. 175-2002-EF, del 16.11.02, se han precisado disposiciones de carácter presupuestal y administrativo para la atención de obligaciones de dar sumas de dinero a cargo del Estado.