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John Alexander Salinas Mejía

Administrador Ambiental
Candidato a Magister en Sociedades Rurales
Junio de 2010

Los modelos agrícolas y los factores de producción en Colombia

El crecimiento de la agricultura de un país es determinado por el aumento de la


cantidad de cada uno de los factores de la producción (tierra, capital o trabajo)
o también por la acción en conjunto entre éstos (Suárez, 2007:36.). Es por eso
que en la historia de la economía agrícola de Colombia se hace relevante
diferenciar diversos momentos productivos en los que intervienen diferentes
factores, unos con mayor relevancia sobre otros de acuerdo a la época y de
acuerdo a las circunstancias que caracterizan cada una de éstas.

Para el siglo XIX y comienzos del XX se tenía una agricultura supremamente


atrasada con un predominio de la hacienda como unidad básica de tenencia de
la tierra. Por tanto todas las medidas durante este período estuvieron
enfocadas hacia el fortalecimiento de ésta. Es decir, el factor productivo
imperante era la tierra. La clase social dominante era la de los hacendados
quienes se relacionaban con los subordinados (aparceros) mediante relaciones
de aparcería, cabe destacarse que en esta época no existían los campesinos
como clase social y económica pues no existía una economía campesina
estructurada como tal y más bien eras relaciones de aparcería. El café empezó
a expandirse primero por Norte de Santander, luego por Cundinamarca y
después por Antioquía, sin embargo, este proceso expansivo empezó a darse
desde una perspectiva de hacendados agroexportadores y sin ninguna
modificación de la estructura agraria hacia la democratización de la propiedad
rural. Pero dicha estructura empezaría a decaer debido a su ineficiencia
productiva en el negocio agroexportador permitiendo que el capital extranjero
empezara a apropiarse de los negocios del café. este hecho se constituiría en
las primeras influencias del capital extranjero en Colombia.

Para mediados del siglo XX el país entró en la denominada “Revolución verde”


en la cual se ofrecía crédito por parte de organismos internacionales para
acceder a semillas que respondieran al paquete de fertilizantes que se
ofertaban para obtener mayor productividad. Es con este fenómeno donde se
empezó a dilucidar una clase campesina que es insertada en los circuitos
económicos establecidos para demandar el paquete ofertado. Para esta época
y hasta 1990 se evidenciaban tres tipos de economía: la economía moderna
dominante que buscaba no solo el rendimiento del capital, sino obtener la
renta diferencial, generada por la Economía Campesina la cual se captaba
con la presencia de la economía campesina como generadora de dicha
renta. Es decir, la economía campesina surgió como una necesidad del capital.
Y por último, se mantiene el latifundio como una economía creciente que no
se relaciona con el capital, sino que se alimenta de la valorización de la tierra.
De acuerdo con lo anterior, en este periodo el factor productivo relevante fue
el capital.

En el año de 1990 Colombia se inscribe en la llamada “Globalización”. Este


nuevo orden y la lógica del mercado internacional ha sido el mecanismo que
Colombia adoptó como modelo agrícola adaptando sus sistemas político,
económico y jurídico para responder al libre mercado. Es por eso que con la
entrada del neoliberalismo, no solo se permitió la liberalización del comercio
exterior, sino que se incluyeron una serie de medidas y cambios en la política
cambiaria, monetaria y fiscal, en el crédito, en los precios de sustentación, en
la ciencia y tecnología en la adecuación de tierras, en la adquisición de
insumos, en la economía campesina y la reforma agraria. Dichos aspectos
estaban dirigidos a propiciar las condiciones de dicho libre comercio.

Con ello vino la oleada de las transnacionales quienes empezaron a colonizar al


país para extraer materia prima barata y de esta forma, producir para abrir
mercados para exportación, lo que generó un sometimiento de la industria al
capital extranjero quien empezó a dominar y a imponer una nueva lógica
productiva basada en la globalización.

Quizá el tema alimentario se ha convertido en uno de los aspectos más críticos,


pues los alimentos son bienes ineludibles para la supervivencia de la especie
humana y el hecho de no producirlos internamente expresa una situación de
vulnerabilidad. Precisamente, el ascenso del modelo neoliberal ha sido un
factor que disparó el problema de la inseguridad alimentaria, pues, el país
empezó a perder su capacidad en la producción de alimentos generando
dependencia alimentaria hacia otros países (desarrollados) y la pérdida del rol
de la economía campesina y los campesinos, pues, éstos dejaron de ser
productores y abastecedores de alimentos, siendo excluidos y marginados,
generando mayor pobreza en el sector rural.

El debilitamiento del sector rural y de la seguridad alimentaria en Colombia no


se hizo esperar, pues entre 1990 y el 2000 se registró una reducción en la
productividad de cultivos transitorios al pasar de 8.8 millones de toneladas en
el 90 a 8.2 millones en el 2000, mientras que los cultivos permanentes tuvieron
un crecimiento 11.1 en 1990 a 14,3 millones de toneladas en 2000 (Ramírez,
2002:53). De acuerdo con ello, se debe tener en cuenta que dentro de los
cultivos transitorios se encuentran las mayores posibilidades de obtener los
alimentos para la población. Este decrecimiento en dichos cultivos es una
prueba más del desgaste del sector rural que se ve reflejado en una creciente
incapacidad de producir alimentos.
Esta incapacidad de producción de alimentos se debe en gran parte a las
políticas de incentivo hacia las importaciones y de freno a las exportaciones
propias de los modelos de apertura. “
Colombia a comienzos de los noventa importaba escasamente un millón de
toneladas de vegetales y a finales de la década ya había superado los cuatro
millones de toneladas de estos mismos productos. Por otro lado, estas
importaciones prácticamente han duplicado su participación dentro de lo que
Colombia compra al resto del mundo, pues de 7,4% que representaban dentro
del total en 1991, pasaron a significar el 13,4% en el año 2003”.
Adicionalmente, “La participación de los productos del sector agropecuario
dentro del total de exportaciones, se ha reducido durante el período en
cuestión de 19,1% a 15,4% entre el 90 y el 2000” (Ramírez, 2002:54).
Aurelio Suárez Montoya lo manifiesta de la siguiente forma:
“La crisis de la comida ya llegó. Se expresa en el alza de sus precios en
7,15% de enero a abril. La inflación total de la economía es 4,15%, cifra
en la que pesan los alimentos ya que el gasto de los hogares en ese
renglón es el 33% de su ingreso. En los últimos quince meses, las
harinas subieron 23,26%, las pastas 32,54%, el pan 16,1% y los aceites
37,95%; todo lo cual tiene que ver con que en 1990 se producían 123
kilos de cereales por habitante y en 2007 fueron 92, con que se importe
el 65% del maíz, el 95% del trigo, el 99% de la cebada; la lenteja, el
garbanzo y la arveja seca, el 33% del fríjol, con que sólo se produzcan
100.000 toneladas de sorgo y 50.000 de soya y con que el PIB
agropecuario crezca mucho menos que el resto de la economía” (Suárez,
2008)

Hacia dónde vamos? Hacia el fortalecimiento del agronegocio y del


capital financiero internacional

Colombia y los países que entraron en la nueva lógica del comercio de


alimentos basada en el capital extranjero, las transnacionales y regulado por
el sector financiero, se han visto seriamente afectados debido al alza de los
precios de productos agrícolas especialmente de los granos básicos. Esto se da
porque como se explicó anteriromente, Colombia se convirtió en un país
fuertemente dependiente de la importación de este tipo de productos dejando
atrás sus políticas locales de producción interna y autoabastecimiento
alimentario para entrar al mercado globalizado. Ahora no solo no producen
alimentos para abastecimiento, sino que se generó un deterioro social en las
comunidades rurales campesinas que alguna vez tuvieron un importante papel
en el abastecimiento alimentario. El campesino en este nuevo sistema es
excluido debido a las fuertes presiones de las multinacionales que
implementan sus sistemas productivos a gran escala en los cuales la mano de
obra no es determinante (agricultura sin agricultores) y por lo tanto, el
campesino tiene que desplazarse a las ciudades en donde se les cierra
cualquier posibilidad u opción de vida, lo que le genera condiciones de
marginalidad. Para el caso de Colombia esta intervención de las
transnacionales por lo general ha venido acompañada por el Estado a través de
sus políticas públicas y por grupos violentos que ejercen presión sobre la
población rural propiciando las condiciones para su desplazamiento y por lo
tanto generando una viabilidad para la expansión del agronegocio.

Las políticas públicas han estado enfocadas al favorecimiento de la producción


empresarial marginando la producción campesina de los ciclos económicos,
aduciendo que ésta no posee un valor agregado en sus productos. Así mismo,
se ha hecho evidente que la tierra se ha venido concentrando para fines
agroexportadores de productos tropicales como ha sido el caso de la palma
africana y la caña de azúcar como productos bandera, y que otros como el
cacao, el café, el caucho y frutas como el banano, la papaya, el mango, al
aguacate, la piña, la uchuva, etc.

Y es precisamente en los últimos años como se ha evidenciado la


consolidación y expansión del modelo de agronegocio. Dicho modelo agrícola
puede definirse en primera instancia como el “predominio del capital
financiero, orientado casi exclusivamente al mercado externo y con una
tendencia inherente a la concentración de unidades de explotación” (Giarraca
y Teubal, 2007).

De acuerdo a la FAO los agronegocios son: “[…] la expansión de los


negocios del sector agropecuario y rural y de sus cadenas, a partir de
relaciones que involucran estructuras contractuales, alianzas o
asociaciones ejecutadas principalmente por el sector privado a partir de
los productores del sector agropecuario, sostenibles a largo plazo, que
involucran, además de un conjunto asociado de agricultores, a diversos
agentes exógenos o de las cadenas agroindustriales y que podrían
contar o no, con el apoyo de las políticas públicas” (López, 2007).

El agronegocio en nuestro país se refiere a grandes empresas multinacionales


o sociedades anónimas dedicadas a la exportación de productos tropicales y en
general de cultivos de tardío rendimiento, para lo que se requiere grandes
superficies de territorio utilizando poca mano de obra para el proceso
productivo, la cual debe ser calificada.

En esta nueva fase agroexportadora y de producción a gran escala, el factor


productivo determinante es el capital financiero, el cual es el motor para el
desarrollo de este nuevo panorama, ya que es a través del crédito y del
endeudamiento el mecanismo para financiarse, generando un fortalecimiento
del sector financiero internacional el cual es el que extrae la ganancia de todo
el proceso productivo.

Además, con este modelo se perfila la desaparición de la economía campesina,


ya que ha perdido participación en los circuitos económicos y su papel en la
producción alimentaria nacional. Dicha economía campesina que fue creada
desde mediados del siglo XX con la entrada de la Revolución verde para
responder a las necesidades del capital, paradójicamente hoy empieza a
extinguirse como una respuesta a las necesidades del capital financiero
internacional especulativo. Y su desaparición está dada por un aislamiento de
de ésta de los circuitos económicos, volviéndola improductiva lo que le impide
que siga cumpliendo su función como generadora de renta diferencial para el
capital.

Bibliografía

GIARRACA, Norma. TEUBAL, Miguel. (2007). Del desarrollo agroindustrial a la


expansión del “agronegócio”: el caso argentino. Inédito.

LÓPEZ, Mildred. (2007)La función Social de la Propiedad y la Quimera de los


agronegocios en Guatemala. Inédito.

Ramírez, Manuel. (2002). Lineamientos para Seguridad Alimentaria: Retos y


Perspectivas.. Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1. Fundación
Universidad Autónoma de Colombia.

Suárez, Aurelio. (2007). El Modelo agrícola Colombiano y los Alimentos en la


Globalización. Ediciones Aurora. Bogotá Colombia. 220p

Suárez, Aurelio.El Problema es la Seguridad Alimentaria Nacional.


Ambientalistas en Acción Nº 64. Mayo de 2008. Recuperado el día 15 de marzo
de 2009. http://www.censat.org/ambientalistas/64/Nacionales6.html

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