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Este documento discute la importancia de que los buenos profesores sirvan como referentes para los estudiantes de pedagogía y otros profesores. A través de la "generalización naturalista", las historias de vida y prácticas de los buenos profesores pueden inspirar a otros a superar limitaciones y revisar sus propias prácticas docentes. Aunque las historias de vida de estos profesores no son especiales, investigar lo cotidiano nos permite señalar que lo extraordinario de la buena enseñanza radica en lo obvio. Comp
Este documento discute la importancia de que los buenos profesores sirvan como referentes para los estudiantes de pedagogía y otros profesores. A través de la "generalización naturalista", las historias de vida y prácticas de los buenos profesores pueden inspirar a otros a superar limitaciones y revisar sus propias prácticas docentes. Aunque las historias de vida de estos profesores no son especiales, investigar lo cotidiano nos permite señalar que lo extraordinario de la buena enseñanza radica en lo obvio. Comp
Este documento discute la importancia de que los buenos profesores sirvan como referentes para los estudiantes de pedagogía y otros profesores. A través de la "generalización naturalista", las historias de vida y prácticas de los buenos profesores pueden inspirar a otros a superar limitaciones y revisar sus propias prácticas docentes. Aunque las historias de vida de estos profesores no son especiales, investigar lo cotidiano nos permite señalar que lo extraordinario de la buena enseñanza radica en lo obvio. Comp
En mi reflexin anterior sobre las caractersticas de los buenos profesores me pregunt:
Por qu no integramos esos criterios en la formacin inicial de profesores?. Creo que las acciones de los profesores entrevistados pueden ser referentes concretos para socializar su compromiso prctico y contribuir a cambiar la visin pasiva e inalterable hacia la escuela, por una visin social, crtica, creativa y constructiva, que es lo que realmente necesitan las prcticas docentes. Creo tambin que los buenos profesores pueden y deben ser referentes para los estudiantes de pedagoga y para otros profesores, gracias a la generalizacin naturalista (Stake,1999) que posibilita que otros se sientan identificados con su trabajo y aprendan que es posible superar las limitaciones. Eso, en el entendido de que no se trata de modelos a copiar, sino de encontrar en ellos criterios, pautas, y referentes, de donde nutrirse creativamente. Sus historias de vida no son especiales ni extraordinarias, sin embargo, es precisamente all, donde radica la relevancia de su aporte y de la investigacin, puesto que investigar lo cotidiano, nos permite sealar que lo extraordinario de la buena docencia radica en lo obvio y en lo ms cercano. Gracias a sus trayectorias vitales es posible que otros profesores revisen sus propias prcticas, mejoren el clima de sus aulas y descubran el real valor de la docencia. Es preciso destacar que no hay un estilo de docencia que pueda considerarse el mejor, pero s hay criterios comunes que hacen las veces de un eje conductor marcados con el sello indeleble del compromiso, que lo captan los estudiantes y lo consideran vital para el desarrollo de la experiencia educativa escolar. Por ejemplo, la cercana entre profesores y estudiantes es un componente emocional fundamental en toda relacin educativa que provoca, entre otros, que los estudiantes se preocupen y ocupen de su propia educacin. Creo que la investigacin a los buenos profesores nos presenta el gran desafo, sobre todo desde nuestro rol de formadores de profesores, de mantener la postura crtica sobre los sistemas escolares deficientes, especialmente porque hemos podido constatar que es posible el cambio en las prcticas anquilosadas de la escuela. Hay una paradoja interesante que se desprende de las Historias de Vida de esos profesores: no hacindolo bien, les resulta bien; en cambio, muchos que lo hacen bien, ajustndose a todo lo prescrito, no les resulta bien. Para ilustrar lo anteriormente dicho, adjunto un registro de la historia de vida de Jose: ahora reflexiono que desde el punto de vista didctico lo hice muy mal. En cambio, alguna alumna que me encontr hace poco que estuvo en esas clases, me dijo que les gust mucho, que estaba muy bien, pero en fin, no s. Yo intent llevar algunos materiales, algunos documentos, comentar algo con los estudiantes pero bsicamente lo hice yo todo. Entonces, cientficamente bien, yo vena de la universidad, en fin, las ltimas publicaciones sobre el tema que eleg y tal, pero didcticamente incluso no fui consciente en ese momento de lo mal que lo haca, lo tengo claro (Jo-63-2Da). Las relaciones que esos profesores crean y consolidan pueden influir en el quehacer docente de tantos otros, ya que no se trata solo de una enseanza transmitida con palabras, sino de compartir el significado de las vidas para dejarse tocar emocionalmente por las propias reflexiones sobre los procesos educativos. Es evidente que esto es, aparentemente, insuficiente para cambiar la realidad, pero no cabe duda que daremos un paso significativo en el marco del mejoramiento de la buena enseanza.